DONALD TRUMP RECONOCE A JERUSALÉN COMO CAPITAL DE ISRAEL Por: Roberto Viesca Rompiendo con todo tacto diplomático y asumiendo un rol unilateral en favor de Netanyahú, Donald Trump ha manifestado el día de hoy el reconocimiento total de Jerusalén como capital del Estado de Israel, cambiando su embajada desde Tel-Aviv. Esto, es un atentado mayor hacia la endeble y relativa paz que existe entre Israel y Palestina, convulsionando el espectro de incertidumbre militar y política a nivel regional (Medio Oriente) e internacional. Trump ha cumplido una de tantas promesas conservadoras de su campaña (como la de impedir el ingreso de musulmanes de siete países del mundo árabe) a los sionistas y donantes multimillonarios, además de violar la Resolución 181 de las Naciones Unidas que establece un régimen especial administrado por este organismo internacional. Históricamente Jerusalén ha sido un territorio en disputa por las tres mayores religiones monoteístas del mundo. Así como los judíos israelitas demandan a Jerusalén como su capital, también los palestinos afirman que debe ser la capital de una Palestina libre y soberana, la cual ha sido invadida desde la guerra árabe-israelí en 1967. Las advertencias de sus contrapartes en Europa y Medio Oriente no fueron suficientes para impedir el atisbo político que desatará la decisión de Trump apoyado por Netanyahú y el lobby judío dentro del Congreso estadunidense. Aunque el Congreso ya suponía hacer esta acción desde 1995 por “seguridad nacional” se había postergado hasta el día de hoy. Geopolíticamente hablando, será casi imposible sostener un posible acercamiento de Israel con los países sunnitas de la región (Arabia Saudita, Egipto o Jordania) en