

Tiempos complejos. Nos gustaría usar el término griego, KAIROS, es el tiempo de oportunidad, es un momento especial y que supone un tiempo de giro. Tiempos de cambio acelerado y que nos obligan a replantearnos cómo debemos de posicionarnos en el mundo y por supuesto en nuestro barrio que es el principal lugar de acción que tenemos como centro educativo.
Para nosotros como equipo directivo, no es la primera vez que acometemos un Proyecto de Dirección, pero desde luego que sí que es un momento en el que las dificultades y la incertidumbre nos coloca en una situación desconocida para todos. Nunca en la sociedad actual se han vivido momentos tan especiales como los que estamos viviendo, y seguramente que desencadenarán en situaciones complejas y llenas de nuevos retos para la Educación en general, y para nosotros como centro filipense en particular.
No queremos que este Proyecto sea algo exclusivo de la dirección del Colegio. Entendemos
que todos tenemos que ser responsables del proyecto que tenemos que desplegar de cara a los próximos años. Todas nuestras funciones en el Colegio se han resituado y es importante que entendamos que un proyecto de esta naturaleza requiere la participación de todos para poder llevarlo a buen puerto.
Sin lugar a dudas que este escenario tan especial como producto de la pandemia que estamos viviendo, hará que los Colegios se tengan que resituar en muchos aspectos de su función social y educativa. La sociedad ya no verá la Educación de la misma manera, y, por tanto, creemos importante dar un paso
adelante y no ser espectadores pasivos del cambio que estamos seguros que se nos exigirá y nos veremos obligados a dar.
Somos un equipo directivo joven. Dispuesto a abrir caminos y luces que hagan de nuestra propuesta directiva todo un reto para los profesores, familias y alumnos de nuestro Colegio.
Estamos convencidos, que todo lo que sigue a estas breves líneas introductorias va a suponer poner en valor nuestra visión moderna y actual de un Colegio Filipense para esta segunda década de este siglo XXI.
Aquel que pretenda ir más allá, se equivoca pues todavía hay muchos caminos que no están ni marcados en el cuaderno de bitácora de la Educación moderna.
Somos centro católico, con un carisma institucional muy marcado por nuestro fundador, y por la historia de numerosas hermanas filipenses y laicos comprometidos con su función educadora, que a lo largo
de nuestra historia como congregación han sido piezas claves de lo que hoy somos y nos toca mantener y, sobre todo, hacer crecer.
Estamos convencidos que tomar una postura activa y de continuo reto hará que seamos ese ejemplo para otros, que en un futuro tendrán que recoger nuestro relevo.
Así que, adelante. Nunca antes hemos tenido la posibilidad tan clara de hacer de nuestra breve historia personal y profesional, un legado para todos aquellos que creen y trabajan por la Educación de nuestro país y del mundo.
Somos un colegio católico, de la Congregación de las RR. Filipenses
Misioneras de Enseñanza. Fundado en 1973 en Madrid, en el distrito de Ciudad Lineal, barrio la ELIPA, que ofrece a las familias y a la sociedad, un servicio educativo fundamentado en valores cristianos.
Las familias, al ser encuestadas, responden que eligen nuestro centro por la calidad educativa, por la formación humana y religiosa que ofrecemos, así como por la cercanía en el trato, la atención individualizada al alumno y el ambiente familiar y acogedor. Se detecta en la mayoría de ellas gran interés en el seguimiento de la educación de sus hijos, hecho que se constata por el contacto frecuente que mantienen con los tutores, profesores y con la dirección.
Predominan las familias de clase media o clase media baja, estas últimas más afectadas por la crisis económica y la actual situación de coronavirus. Las familias inmigrantes representan el 20,4 % en nuestro centro, y en estos casos es mayor el porcentaje de desempleo o trabajo precario.
El alumnado está muy integrado en el Centro, siendo este un referente importante en su vida; además participa y colabora activamente en las actividades que se organizan, tanto de educación formal como no formal.
La Congregación de Religiosas Filipenses Misioneras de Enseñanza fue fundada en Mataró (Barcelona) el 21 de noviembre de 1858. El fin específico de dicha Congregación es la “Renovación cristiana de la Sociedad” de acuerdo con las necesidades más urgentes de la Iglesia y con especial atención a los más necesitados. Esta misión se lleva a cabo a través de obras de promoción humana y educación cristiana (Colegios, catequesis...).
Así, en 1940, nace el Colegio “Ntra. Sra. de las Victorias”, en la céntrica calle madrileña de Zurbano. Y lo hace con vocación de servicio disponiendo de grandes aulas, habitaciones para internas, comedores, capilla, salas auxiliares y patios de recreo.
El centro aporta todo lo necesario para asegurar una sólida formación académica y humana sustentada sobre profundos pilares cristianos, los cuales, con el paso del tiempo, llegaron a ser la seña de identidad de todas las alumnas que pasarían por las manos de las Madres Filipenses.
Décadas después, con el aumento de los alumnos y la normativa de la nueva Ley de Enseñanza, el Colegio se debe trasladar a
un lugar más amplio. Monseñor Morcillo, Arzobispo de Madrid, pide a los Religiosos el traslado de los Colegios a la periferia por lo que se opta por el Barrio de Ventas, entonces bastante alejado del centro de la ciudad. y donde no había ningún otro Colegio Religioso.
A principios del siglo pasado, nuestro barrio era zona de paso de forasteros y trajineros que se dirigían al centro de Madrid, y encontraban en el lugar, ventas, quintas o ventorros. Cuando la Congregación se traslada a nuestro barrio, se encuentra con una población obrera, joven y muy humilde con una mayoría de viviendas unifamiliares, construidas a principios de siglo, de una sola planta con fachada a la calle, y con un pequeño huerto.
En las proximidades de la avenida de Daroca (conocida también como Camino Alto de Vicálvaro a finales del s. XIX y Carretera del Este, a mediados del s.XX), y debido a la proximidad con el Cementerio de la Almudena (antes Cementerio del Este), abundaban los negocios relacionados con el servicio a los difuntos: marmolerías, fábricas de cruces, lápidas y floristerías, principalmente.
El colegio se alzaría sobre un descampado enfrente del cual, se encontraban chabolas y pequeñas casas horadadas sobre un montículo rocoso donde vivían familias enteras. En el verano de 1973 se hace el traslado de muebles y enseres para comenzar las clases el día 15 de septiembre. Para un 70% de profesores y alumnos todo está por estrenar y hay una gran ilusión por comenzar. No obstante, eran muchos los años que el Colegio había estado en Zurbano y muchas las familias vinculadas al Centro, que no se resignaban a abandonarlo, por lo que los primeros años, aun teniendo varios Colegios en el entorno, vienen en autocar o en metro.
Con la llegada del otoño, se abren las puertas del Colegio a niñas del barrio de El CarmenDaroca, preferentemente, con el propósito de dar a conocer a Cristo a través de una educación integral y un desarrollo humano, social e intelectual desde la educación infantil (4 años) hasta la adolescencia (14 años), que les permitiera crecer como personas felices, positivas, responsables, críticas, sensibles y comprometidas con el mundo que les iba a tocar vivir con un sentido de vida cristiano y manteniendo una actitud de vida basada en la fe en Cristo y de compromiso con el prójimo.
Así, las RR. Filipenses continuaron dedicándose en cuerpo y alma a servir y ayudar a las clases más desfavorecidas del barrio, aplicando los Carismas vividos por los Padres Fundadores y transmitidos a la Congregación en su labor evangelizadora. Estos se centran en el seguimiento radical de Cristo y la evangelización liberadora de la sociedad según el espíritu de la Iglesia, con atención preferente a los más necesitados.
Por aquel entonces, el colegio se erigió como punto neurálgico del barrio, siendo lugar habitual de encuentro entre padres,
alumnos y profesores. Los padres depositaban en las Madres Filipenses la educación de sus hijas con la confianza de que se encontraban en las mejores manos, y que con el apoyo de las Madres podrían alcanzar una educación que les permitiera llegar muy lejos, y eso, para una sociedad mayoritariamente obrera y luchadora en un contexto político-social convulso e incierto, representaba la garantía de que sus hijas iban a tener una vida mucho mejor, y esto que parece evidente hoy en día, en aquella época, tenía mucho valor.
Fueron años en los que la Comunidad Educativa formada por padres, profesores, Madres y Sacerdotes se volcaron en la educación de las alumnas. Con unas instalaciones y equipamientos mucho más austeros de los que podían tener en el acomodado barrio de Salamanca, el esfuerzo diario merecía la pena. El entusiasmo de las Madres Filipenses por infundir a las alumnas unas cualidades humanas y unas capacidades intelectuales máximas inundaban los corazones de padres y alumnos.
A finales del siglo XX, en 1992 , el Colegio abre sus puertas a un alumnado masculino, siguiendo la demanda de la sociedad y adaptándose así a una educación más plural y colectiva.
Hoy, los padres compartimos activamente la educación de nuestros hijos con el colegio y seguimos confiando en las Madres Filipenses como continuadoras y orientadoras en su aprendizaje. El ideario del colegio y los Carismas inspiradores de los Padres Fundadores siguen haciéndose presentes con el mismo entusiasmo y la misma convicción con que las Madres Filipenses realizaban su labor pastoral y evangelizadora cuando llegaron al barrio.
La propuesta educativa del colegio sigue ofreciendo una formación integral que ayude a los alumnos a descubrir, potenciar y desarrollar sus posibilidades personales, favorezca el crecimiento de su responsabilidad social y potencie el desarrollo de su dimensión ética y trascendente, e invita a padres, tutores y educadores a formar parte activa de la Familia Educativa del Colegio, mediante la participación en distintos órganos, propuestas y actividades, pudiendo ofrecer nuestra formación y lo mejor de nosotros para el bien de nuestros hijos y de la Comunidad Educativa en general.
Todos estos cambios se han producido sin dejar de lado los Carismas esenciales con que se creó la congregación y, por añadidura, el Colegio: el Seguimiento a Cristo y Evangelización de la sociedad con especial atención a los más necesitados.
EDUCATIVO ABPS
1.1.- Objetivo General
Elaboración, despliegue y evaluación del Proyecto Educativo y pedagógico Aprendizaje basado en las personas en toda la Comunidad del Colegio.
1.2.- Objetivos específicos
• Desplegar un Plan de comunicación interno y externo que dé a conocer el Proyecto de ABPS.
• Analizar y proponer nuevas estructuras organizativas del Colegio para realizar el seguimiento e implementación del Proyecto.
• Elaborar y desarrollar un plan de formación del profesorado para una correcta aplicación del ABPS
• Diseñar y desplegar un programa de Escuela de Familias para sensibilizar y formar en la nueva propuesta educativa del Colegio.
2.1.- Objetivo
Integrar el ecosistema de Google en el centro con el fin de que todo el claustro adquiera confianza suficiente con sus herramientas y puedan obtener los certificados necesarios para llegar a ser Google Reference School y seguir creciendo como colegio referente en la zona y en la congregación.
2.2.- Objetivos específicos
• Integrar las herramientas
Google Workspace en el centro
• Preparar al profesorado para la obtención de los dos niveles de Google - Visualizar lo trabajado y diferenciarse de otros centros
3.1.- Objetivo
Redefinir y desplegar un nuevo Plan de Pastoral en el que se plasman aspectos de la metodología “Aprendizaje y Servicio” junto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y los principales valores Filipenses.
3.2.- Objetivos específicos
• Favorecer un proceso educativo donde la dignidad de la persona esté en el centro y se respete el ritmo de cada una.
• Potenciar una Pastoral escolar basada en las tendencias sociales actuales que sirvan para promover valores importantes, colocando en el centro del proceso a la persona y el cuidado de la casa común.
• Construir una escuela en clave de pastoral que impregne todo el currículum y que incluya la implicación de todos los problemas sociales globales.
• Abrir espacios de diálogo en todos los ámbitos educativos, involucrando a toda la Comunidad Educativa en el proyecto y aspectos urgentes de nuestra sociedad: dignidad humana, el cuidado de toda la creación, la promoción de la paz.
• Hacer presente la metodología “Aprendizaje servicio” como alternativa al mero voluntarismo, y enmarcar la acción pastoral como experiencia de aprendizaje y vivencia personal.
• Introducir los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) en la dinámica del Colegio para que pasemos a formar parte de las organizaciones que empujan los grandes acuerdos de la ONU con las principales necesidades del mundo en el futuro.
• Revisar los programas de pastoral actuales y vincularlos a los aspectos mencionados con anterioridad.
4.1.- Objetivo
Mejorar la comunicación interna y externa del centro, dando a conocer todo lo que se hace en el mismo.
4.2.- Objetivos específicos
• Diseñar un plan de comunicación que transmita todo lo que se hace en el centro y que facilite la comunicación entre toda la comunidad educativa y el entorno.
• Fidelizar a las familias que ya están en el centro.
• Establecer una identidad de marca clara para el centro y construir sobre esa imagen y reputación.
• Trasladar hacia al exterior una imagen que recoja la identidad de nuestro colegio y desde ella potenciar el plan de comunicación y marketing
• Garantizar información de calidad: pertinente, oportuna y precisa.
• Promover espacios de encuentro de diálogo y de acogida para construir la comunidad que deseamos.
5.1.- Objetivos generales
Adecuar y modernizar los espacios del centro para el desarrollo de las nuevas metodologías de enseñanza y para la nueva situación post pandémica.
5.2.- Objetivos específicos
• Conocer el estado actual de los espacios del centro y el uso al que se destinan
• Diseñar un plan de optimización de espacios
• Establecer las fases para la modernización de las aulas
• Comunicación y puesta en valor del proyecto de cambio