CENTONES

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Volverán las blancas gaviotas en la plaza pan a picar y otra vez a sus nidos volando regresarán. Volverán las coloridas mariposas a las flores hermosas y volando suavemente su néctar beberán. Cansadas y aburridas y agotadas como peregrinos su destino alcanzarán. Abraham Bueno Xandro Estraviz Lorena Losada Andrea Ramos

Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán. Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres... ésas... ¡no volverán! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde aún más hermosas sus flores se abrirán. Pero aquellas cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día... ésas... ¡no volverán! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará. Pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido..., desengáñate, nadie así te amará. Gustavo Adolfo Bécquer

Aquel suspenso, aquel suspenso, semilla de mi decepción.

Aquel beso, aquel beso, semilla de mi pasión! De él quedé por siempre preso, siento su gigante peso encima del corazón.

Por él quedé en verano castigado, siendo mi gran horror.

Con él me quitaste el seso antes de tener razón;

Con él me quedé sin verano por ir a la recuperación.

va en mis entrañas impreso y muero bajo el acceso de su regeneración. Miguel de Unamuno

Va en mis notas impreso y muero bajo mi techo. S. Arkaitz Abad Alberto Botana Ánxela Merelas Sofía Vigo


Si me aprobaras, sí, si me aprobaras, lo haría todo, todo lo estudiaría, los exámenes, los deberes, los trabajos de los océanos y los mapas, los continentes y sus países, los apuntes viejos. Tú, que eres mi profesor, ¡si me aprobaras!, y espero tu aprobado. No sé por qué, desde el milagro, siempre, desde el prodigio, siempre. Si me aprobaras, sí, si me aprobaras. Pablo López Darío Sánchez Ainhoa Seijas Manuel Vázquez

¡Si me estudiaras, sí! ¡Si me estudiaras! Lo aprobarías todo, todo lo sabrías: las mates, francés, las lenguas e inglés. Tú, si me estudiaras, ¡si me estudiaras! Aún espero tu diez, veranos libres, fiestas, Porque si tú suspendes, me tendrás que ver en septiembre. ¡Si me estudiaras, sí! Sería un milagro.

Iván García Pablo Sánchez Kevin Sanjurjo Alba Tizón

¡Si me llamaras, sí; si me llamaras! Lo dejaría todo, todo lo tiraría: los precios, los catálogos, el azul del océano en los mapas, los días y sus noches, los telegramas viejos y un amor. Tú, que no eres mi amor, ¡si me llamaras! Y aún espero tu voz: telescopios abajo, desde la estrella, por espejos, por túneles, por los años bisiestos puede venir. No sé por dónde. Desde el prodigio, siempre. Porque si tú me llamas «¡si me llamaras, sí, si me llamaras!» será desde un milagro, incógnito, sin verlo. Nunca desde los labios que te beso, nunca desde la voz que dice: «No te vayas». Pedro Salinas


Puedo tirarme por un pozo esta noche. Escribir, por ejemplo: "El cloroformo sabe amargo, y odio la menestra de sintagmas". Las ecuaciones por la noche me causan migrañas. Puedo tirarme por un pozo esta noche. Yo odio las mates, ellas también me odian.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo.

En las noches como esta me quiero suicidar. Las odié tantas veces, bajo la sombra del libro. Ella me quemó las neuronas, pero yo aprobé. ¡Cómo no haber odiado las cuentas! Puedo tirarme por un pozo esta noche, pensar que aprobé copiando. Sentir que no se dio cuenta. Oír la teoría mil veces al día. Y yo dejo materias que caen como pájaros. ¿Qué importa que suspendas todo? Si total pal año otra vez te rompes los codos. Nuno Couso Ariadna Fernández Xeila Gómez Sara González

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. Pablo Neruda


─¡Si me aprobaras, sí; si me aprobaras! No dejaría nada, Todo lo tiraría por la ventana: los exámenes, los deberes, los castigos… ─Todo lo que sufrimos ahora, lo compensamos con un estupendo verano. ─¡Si me aprobaras! ─Y aún espero que llegue el día en el que tú me mires con alegría. ─No sé por qué pero mucha manía me cogiste en estos días... ─Sumas y restas, todo lo que tú detestas... ─ ...hace que tengas tanto odio hacia mí... Pero perdóname al decir que si tú me aprobaras yo con otra cara te miraba. ¡Si me aprobaras, sí; si me aprobaras!

¡Si me llamaras, sí; si me llamaras! Lo dejaría todo, todo lo tiraría: los precios, los catálogos, el azul del océano en los mapas, los días y sus noches, los telegramas viejos y un amor. Tú, que no eres mi amor, ¡si me llamaras! Y aún espero tu voz: telescopios abajo, desde la estrella, por espejos, por túneles, por los años bisiestos puede venir. No sé por dónde. Desde el prodigio, siempre. Porque si tú me llamas «¡si me llamaras, sí, si me llamaras!» será desde un milagro, incógnito, sin verlo. Nunca desde los labios que te beso, nunca desde la voz que dice: «No te vayas». Pedro Salinas

Xiana Abad María Conde Óscar López

─Al suspenderte yo a ti, tú has perdido, llegarás a casa y nunca volverás vivo. Suspendiste un manojo de materias; la que más importa, la paciencia de tu maestra. ─Mi madre fue a hablar contigo, pero lo que más importa es lo que hable ella conmigo. Al suspenderme tú a mí, yo he perdido, te lo tendré en cuenta cuando esté en el vacío. Sheyla García Germán López Diego Villamor

Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido: yo porque tú eras lo que yo más amaba y tú porque yo era el que te amaba más. Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: porque yo podré amar a otras como te amaba a ti pero a ti no te amarán como te amaba yo. Ernesto Cardenal


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