Cuentos de terror

Page 4

Las huellas de mis chinelas quedaban impregnadas sobre el encharcado y embarrado camino, mientras recorría avivadamente el tétrico y escalofriante bosque helado. Mi aliento escarchado se fundía junto al impávido aire glacial. Las ramas puntiagudas y afiladas arañaban cariñosamente mis brazos acogiéndome en su suntuoso hogar. Mientras mi pecho subía y bajaba al compás del caer de las estrellas heladas, la pura luna empezaba a fulgurar sobre el cielo purpúreo adornado con un sinnúmero de nubes grisáceas. Atravesada la ardua y deslizante vereda vislumbré un antiguo baluarte, uno de los flancos estaba derruido y cubierto de espesa nieve. La línea de gola era transitable hacia el interior aunque la densa niebla no lo hiciese visible. Poco a poco caminando apresuradamente y arrastrando la sucia y corroída falda color Gneis me dirigí hacia aquellas cinco paredes que me resguardarían de la difuminada y amarga realidad, aunque solo fuera por unos breves instantes. Me sentía tan desdichada, tan ruin, tan insignificante que solamente deseaba echarme a llorar. Ellos habían hecho de mi vida un eterno sufrimiento, ellos habían imbuido en mí fantasías y sueños inalcanzables haciéndome volar sobre el cielo más azul y puro inimaginable, pero luego me habían dejado precipitarme hacia el más oscuro abismo tomando de mí lo que ansiaban cuando me permitieron iniciar el vuelo hacia el edén. Y ahora yacía yo bajo las estrellas en un llanto incontenible llorando lágrimas de sangre que teñían la nieve del color de las amapolas que meses más tarde adornarían los campos. Me levanté del frío escalón agrietado y me sacudí la nieve que se había acumulado en mi regazo, de repente noté un ardiente soplo correr tras de mí, giré la cabeza en su búsqueda, solamente pude atisbar unas colosales y pronunciadas huellas marcadas sobre la terrosa nevada. Asustada ante tal indicio eché a correr lo más lejos de allí, ante mi asombro y perplejidad una magnánima sombra se acercaba cada vez más y más. Mi respiración agitada e incontrolable frente a la aprensión de la muerte no me permitía pensar con claridad hacia donde me dirigían mis pasos trémulos. Aquella criatura atenebraba la naturaleza convirtiéndola en una mácula de viso. Sus largas y fornidas extremidades galopaban sin perturbación alguna. Sus garras afiladas alzaban la tierra por la que grababa su senda rápida y ávida de sangre. Súbitamente un disparo retumbó en el aire haciendo a los lóbregos y sagaces cuervos alzar el vuelo de sus tilos hacia las estrellas. La bestia asustada ante tal sobrecogedor y recóndito sonido aligero su paso y retornó al baluarte. Aliviada y agradecida me dispuse a volver a la villa. De repente y sin previo aviso una áspera y callosa mano enmudeció mis palabras y agarrándome por la cintura me derribó sobre la nieve. Asustada intente escapar de su agarre pero todas mis tentativas eran infructuosas. Mi falda junto a mi casaca de seda había sido despojada de mi cuerpo y esparcida por el terreno. Me besó ferozmente, su aliento hediondo apestaba a licor barato y su lengua se introducía en mi boca produciéndome arcadas. Una de sus manos recorría todo mi cuerpo impetuosamente y la otra se encontraba en su pantalón. Antes


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.