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DIÁLOGOS PORTEÑOS (O)

“Polvo eres y en…

JORGALAM

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Dice el sacerdote al imponer la ceniza en la frente de los feligreses este miércoles.

De esta forma la iglesia católica inicia el tiempo de cuaresma (conversión y preparación para celebrar la pascua de resurrección).

Oportuno resulta este ritual, sin embargo, para un hombre con gran sentido religioso, el presidente Lasso, quien parecería decidido a trocar el sentido de que toda vida humana termina, por el de morir más rápido políticamente.

Mientras unos, a viva voz, con mucha fuerza y a todas luces, quieren y contribuyen al fracaso de la gestión del gobierno nacional, otros, demócratas verdaderos, partidarios y no del jefe de estado, desean que su administración sea exitosa para beneficio de todos los ecuatorianos. Son aquellos que, públicamente, lo han llamado a corregir el muy equivocado rumbo escogido y a caminar por el sendero correcto, aquel que permita, por ejemplo, el mejoramiento sustantivo en materia de salud (atención, red hospitalaria, dotación de medicinas); en seguridad ciudadana (combate efectivo al delito en todas sus manifestaciones); en generación de empleo (condiciones apropiadas y seguras para más inversión privada); en producción agropecuaria (crédito, bajos intereses, plazos adecuados, entrega de insumos); y, en combate exitoso contra la corrupción pública. El tema de los resultados negativos de la consulta popular y otros que tienen que ver con la cuestionada conducta de ciertos funcionarios públicos y de algún allegado familiarmente al presidente, bien se dice, no deben consumir ni un segundo de su tiempo. Tampoco el comportamiento fiscalizador (real o tendencioso) de los medios de comunicación, debe distraerlo. Los demócratas respetan la prensa y la libertad de expresión. Debe, también, dejar que la (in) justicia haga su trabajo y la Asamblea Nacional el suyo (aun despreciable e insensato). Debe constatar que la tarea encomendada a ministros y secretarios se cumple a cabalidad. Si no es así debe destituirlos y si han cometido delito, denunciarlos y exigir la cárcel para ellos.

“El tiempo del presidente Lasso es oro para los ecuatorianos. Por eso debe gobernar bien para todos. Si no lo hace, antes de mayo de 2025, habrá hecho realidad el rito religioso: convertirse políticamente en polvo”.

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