Historia de don Fernando Alfonso Gómez Rodríguez, docente jubilado del municipio de Belmira.
Al crear Dios al hombre, lo dotó de toda clase de conocimientos para que distinguiera, diera nombre y utilidad a todos los seres existentes a su alrededor y más tarde a todos los lugares de la tierra. Nos cuenta la historia y la tradición que el hombre, en un principio empleó los frutos, tallos, raíces para su alimentación, tallos, troncos, hojas para hacer refugios para momentos de cambio de temperatura o de clima, seguramente empleó vegetales para hacer balsas como medio de transporte en los ríos y orillas del mar. Pero Dios se acordó que en nuestra América y en nuestro Pueblo, la humanidad se extendía por todas partes. Llegó el momento que en Belmira vuestros antepasados, vivían en un estado de no civilización, por tal motivo, muchos de los habitantes ingeniosos, buscaron en la naturaleza árboles que podían ayudar a sobreponerse a dificultades. Así fue, que un hombre del siglo pasado con su creatividad tomó de la naturaleza un árbol modesto para sacar y elaborar de él, utensilios de uso doméstico como cucharas, cazos, cucharones, platos, platones, bateas, de lo cual , de su producido le daba el sustento diario. Los pobladores de los campos se los encargaban y los domingos que salían al pueblo a oír la misa dominical y al mercado se realizaba el comercio de tales objetos. El señor que con tanto gusto, al principio de semana salía a los bosques y las buscaba, de acuerdo al objeto que iba a realizar. De martes a sábado se sentaba en su banqueta, deleitando un buen tabaco hecho por su querida esposa. Este matrimonio muy pocos lo recuerdan, y que fueron personajes del siglo pasado. Don Antonio Correa (Antonio cusca, su alías) y su esposa Polita, fueron los artistas de la madera en el siglo pasado. Hoy existen algunos familiares lejanos que los recuerdan, pero o los conocieron. Gracias a ese árbol que fue para los Belmireños y para otros pueblos de gran utilidad, llamado Cucharero o Platero.