Reflexión Educativa

Edición N°1 - 13 de agosto de 2020

REFLEXIÓN EDUCATIVA

¿ADAPTARNOS O REIVENTARNOS? Experiencias educativas y nuevos contextos

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NOTA EDITORIAL Esta revista fue concebida por estudiantes en proceso de formación docente del profesorado de Diseño en Comunicación Visual de la Facultad de Artes, perteneciente a la Universidad Nacional de La Plata. Se ideó como un espacio para reflexionar y difundir temas relacionados con la enseñanza y con la actividad profesional. Nuestra intención es que profesionales y docentes en formación encuentren un lugar en el que puedan plasmar sus aportes, abriendo interrogantes y debates que inviten al diálogo y ayuden a repensar la educación, adecuándose al contexto social y cultural que nos atraviesa.

La presente edición se propone desarrollar como eje fundamental los aportes de John Dewey en su concepción de Escuela Nueva, el concepto de experiencia en la educación y su noción de democracia. Reflexionaremos sobre estos aportes vinculándolos al contexto actual de aislamiento social, que plantea nuevos desafíos para la enseñanza y abre interrogantes sobre el tipo de aprendizaje que llevan a cabo las distintas instituciones escolares de nuestro país.

A su vez, se abordarán temas como la enseñanza y la pedagogía en la práctica docente, la profesión y la investigación, la experiencia educativa y la adecuación a los entornos digitales.

Los invitamos a recorrer estas experiencias y reflexiones que esperamos sean de su agrado.

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¿ADAPTARNOS O REIVENTARNOS?

Experiencias educativas y nuevos contextos Como todos sabemos, el contexto actual plantea nuevos desafíos en todos los ámbitos sociales que atraviesan nuestra vida diaria. La pandemia originada por el COVID-19 provocó una emergencia de salud pública a nivel mundial que instauró una nueva forma de relacionarse entre los individuos. Las medidas de aislamiento que se adoptaron en este contexto crítico, obligaron a crear nuevas estrategias de comunicación y relaciones interpersonales.

La nueva normalidad ha planteado grandes desafíos en la relación pedagógica entre docentes y alumnos en las distintas instituciones educativas. Esto implicó trasladar la educación de todos los niveles al entorno virtual, por medio de diferentes plataformas. Entre ellas, encontramos dos grandes grupos: aquellas que fueron diseñadas para utilizarse exclusivamente en el entorno educativo -como las aulas virtuales-; y aquellas cuyos fines no son prioritariamente pedagógicos, sino que se adoptaron para cubrir estas nuevas necesidades -como salas virtuales de videoconferencia y redes sociales-. Todas ellas, interrelacionadas para poder abarcar todos los frentes que comprendía la educación en el aula antes del distanciamiento.

1 Texto abordado: Dewey, J. (2004).

Experiencia y educación. Madrid: Edición de Javier Sáenz Obregón.

Editorial Biblioteca Nueva.

De acuerdo con lo expuesto, planteamos algunos interrogantes para iniciar la reflexión, retomando el pensamiento de John Dewey1, pedagogo, psicólogo y filósofo estadouni-

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dense perteneciente a la corriente filosófica pragmatista y a la corriente pedagógica progresista o de Escuela Nueva.

En la virtualidad, ¿quiénes tienen acceso y a quiénes beneficia la educación? Las diferentes plataformas requieren de la disponibilidad por parte de docentes y estudiantes de distintos recursos -como el acceso a internet y a un dispositivo móvil- y conocimientos -como el manejo de las interfases digitales-. Esto plantea un escenario desigual ante el contexto de aislamiento social, en donde se necesita poseer los recursos en los hogares particulares. Para Dewey, los arreglos democráticos serían aquellos que posibilitan una mejor calidad de experiencia a un mayor número de personas. Esta premisa es difícil de aplicar al contexto actual debido a la situación forzada de aislamiento que nos obliga al uso de recursos digitales, marcando una diferencia de acceso a la educación, que se acentúa aún más que antes. Al hibridarse el espacio aúlico al familiar, se presentan situaciones en las cuales por más

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que se dispongan de los recursos, resultan insuficientes por la demanda en simultáneo por parte de los diferentes integrantes; por ejemplo, adultos realizando teletrabajo, adolescentes, jóvenes y niños cursando los diferentes niveles educativos. ¿Cómo es la relación educativa? Actualmente, la escuela pasó de ser un espacio de interacciones y relaciones personales cercanas a un simple intercambio de contenidos a través de una relación que se establece mediante pantallas.

Los docentes se ven obligados a dar clases a través de plataformas que alargan las distancias con los alumnos y alejan la posibilidad de participación. Ante esto se encuentran usualmente situaciones en las que los docentes dan clases mediante videoconferencias en las que los alumnos necesitan apagar sus cámaras y micrófonos para que no surjan problemas técnicos que impidan continuar con las clases: interferencias de los hogares de los estudiantes, problemas de conexión al encender cámaras que consumen mucha carga de internet, entre otros. Esta nueva metodología limita la participación, el intercambio entre pares y la sociabiliza-

ción que se encontraban presentes en el aula, donde los alumnos tenían la posibilidad de razonar, debatir, indagar y preguntar de una manera más directa. De esta forma, la relación que se plantea entre docentes y estudiantes es de carácter tradicional.

Entonces, ¿se trata de experiencias educativas? Para Dewey, las experiencias genuinamente educativas tendrían el efecto de incitar la curiosidad, de fortalecer la iniciativa y de generar deseos y propósitos lo suficientemente intensos como para permitirle abordar exitosamente en el futuro los obstáculos y problemas. De esta forma los alumnos deberían poder reflexionar sobre el proceso en su conjunto a fin de encontrar su sentido. A su vez, harían más asequibles, significativas y controlables las experiencias posteriores.

Por el contrario, las experiencias antieducativas reducen la sensibilidad del alumno y conducen a la formación de actitudes de pereza y descuido, que lo dispersan mentalmente.

Consideramos que para ser posible una experiencia educativa el vínculo entre docente y alumno debe ser estrecho, y las posibilidades de éste en la virtualidad se encuentran muy limitadas, tendiendo a tener efectos antieducativos.

Creemos que, como propone Dewey, lo fundamental que debe lograr la escuela es enseñar a pensar, ya que es a través del pensamiento que el progreso es posible y el individuo puede ampliar su libertad. ¿Qué es la escuela tradicional? La escuela tradicional tiene como base la idea de que el alumno debe integrarse al mundo, por lo que le brinda conocimientos abstractos, esquematizados y verbales. Se considera al maestro como el guía y mediador entre los modelos y el niño, quien debe imitar y adaptarse a dichas pautas. Dewey considera que ignora las necesidades fundamentales de los niños al imponerles un plan de estudios, el cumplimiento de un horario, los sistemas de clasificación, examen y promoción, el mantener una rutina, entre otros. Plantea que el ser humano aprende en la interacción con su ambiente a partir de su capacidad de adaptación funcional, a través del ensayo y error.

Su crítica se centra en el carácter estático de las experiencias de los alumnos en la educación tradicional, así como también el autoritarismo -en cuanto a los contenidos de

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enseñanza, sus modelos y reglas morales que son incuestionables y provienen de una fuente externa-, la imposición de la voluntad del maestro, de la obediencia ciega y el énfasis en el esfuerzo. También critica su aislamiento, tanto del entorno social y cultural de donde proviene el alumno, como de otras instituciones sociales.

Por el contrario, ¿qué es la educación progresista? Es un movimiento pedagógico renovador que comprende experiencias, propuestas, métodos y articulaciones heterogéneas, que se posicionan opuestos a la Escuela Tradicional.

La crítica que les hace Dewey es la de limitarse a presentar como alternativa exactamente lo opuesto a lo defendido por los conservadores, generando efectos igualmente antieducativos. En reacción al autoritarismo, la educación progresista rechaza todo tipo de control externo pero sin preocuparse por encontrar los factores de control que son inherentes a la experiencia, negando el papel de dirección que debe ejercer el maestro. ¿Cuál es el rol del docente en el proceso del aprendizaje?

Al distanciar el vínculo entre el docente y el estudiante se encuentra el desafío de cómo lograr experiencias educativas. Para lograrlo, el maestro debe seleccionar conocimientos provenientes de las materias de estudio que sean de utilidad para el abordaje de los problemas surgidos dentro de la experiencia actual de los alumnos, y que a su vez estimulen nuevas formas de indagación. Su función es la de crear las condiciones necesarias para que la experiencia de los alumnos sea educativa.

La educación es una constante reorganización o reconstrucción de la experiencia.

Es por esto que analizando todos los aspectos anteriormente nombrados, detectamos en este nuevo contexto la necesidad de una re-adaptación o re-invención de la educación.

La re-adaptación consistiría en trasladar los mecanismos presentes en la presencialidad al entorno virtual, lo que implica una pérdida del vínculo estrecho docente-alumno y de la participación activa en el entorno, ya que los métodos utilizados no logran generar la retroalimentación que generalmente está presente en el aula. A su vez, consideramos

que la adaptación sólo se enfoca en mantener una continuidad con el método tradicional sin cuestionarse si es lo más viable para este contexto.

En cambio, una re-invención consistiría en un proceso reflexivo que lleve al cuestionamiento y a la reestructuración del sistema tradicional de enseñanza generando mecanismos nuevos y propios para el entorno digital. Esto requiere de un proceso integral de evaluación y planificación previo, lo que en el contexto que nos atraviesa, y debido a lo repentino e inesperado del cambio, es muy difícil de llevar a cabo.

Entonces, ¿nos readaptamos o nos reiventamos? Tomando estos dos conceptos consideramos, como Dewey en su propio contexto, que ningún extremo es el ideal: no se trata de solamente adaptar los contenidos y modos preexistentes en el aula, en la presencialidad, sino que también estos se reinventen en la medida que las experiencias lo requieran y los recursos lo permitan, para lograr que éstas sean verdaderamente educativas.

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Autoras: Valentina Buezas, Agustina Cubiló, María Paz de Peroy, Carola Farabello