Valor ¢ 100
BOLETÍN # 006
Del 11 al 17 de Febrero 2019.
Parroquia Nuestra Señora De Las Mercedes, Grecia Telf. 2494-1616 / 2494-1120 Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes Insertados en el cuerpo de Cristo vivimos una Iglesia fraterna y solidaria
V DEL TIEMPO ORDINARIO Respuesta al Salmo responsorial del domingo 10 de Febrero 2019 “Cuando te invocamos Señor, nos escuchaste”
6º Domingo del Tiempo Ordinario C • Lectio Primera lectura: Jeremías 17, 5-8 El impío es alguien que se aleja interiormente del Señor: de esa actitud del corazón no pueden proceder más que acciones malas. El hombre piadoso está caracterizado a partir de la intimidad: confía en el Señor, y por eso se parece a un árbol que hunde sus raíces junto al agua (cf. Sl 1), que no teme las estaciones ni las vicisitudes; ni desaparecerá ni se volverá estéril (vv. 7ss), porque pone su fundamento en el Señor y en él encuentra su protección. Segunda lectura: 1 Corintios 15, 12.16-20 Si bien la resurrección de Jesús constituye el fundamento de nuestra fe, por otro lado constituye la base de nuestra esperanza. La esperanza cristiana se expresa en estos términos: la muerte ha sido vencida; la vida nueva en Cristo ya ha sido inaugurada; en Cristo viviremos para siempre la plenitud de la vida, en la totalidad de nuestro ser humano: cuerpo, alma y espíritu. No se trata, por consiguiente, de una esperanza atribuible a los criterios humanos, sino de una esperanza-don, prenda de un bien futuro, que superará todas las previsiones humanas.
Evangelio: Lucas 6, 17.20-26 Las cuatro bienaventuranzas de Lucas pueden ser reducidas a una sola: la bienaventuranza –es decir, la fortuna y la felicidad- de quien acoge la Palabra de Dios en la predicación de Jesús e intenta adecuar a ella su vida. El verdadero discípulo de Jesús es, al mismo tiempo, pobre, dócil, misericordioso, artesano de paz, puro de corazón… • Oratio Queremos ser pobre como tú, Jesús. No queremos depositar nuestra confianza en nosotros mismos, en nuestros recursos, en nuestras cualidades, en ningún tipo de riquezas, porque entonces cimentaremos nuestra vida sobre la arena y mereceremos aquella terrible amenaza que lanzaste un día contra los ricos: “¡Ay de ustedes!”. Preferimos seguir tus pasos y poner toda nuestra confianza en el amor de tu Padre y nuestro Padre, viviendo como niños en sus brazos, seguros de su fidelidad indefectible. • Actio (Repite con frecuencia y vive la Palabra) “Dichoso el que espera en el Señor, su Dios” (Sl 145,5).