III CONCURSO ESCOLAR DE CUENTOS "MORONINFORMACION.ES"

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III Concurso Escolar de Cuentos moroninformacion.es

Juan Carlos Cabrera

INAGINAR, CREAR, SOÑAR... VIVIR OTRAS VIDAS En este 2019 nuestra Feria del Libro cumple 40 años, y que hoy en día un evento dedicado a la cultura alcance ese número de años es digno de mención. Una Feria del Libro que nació con el afán de fomentar la lectura entre el alumnado moronense. Mayo suele ser su mes y algún encuadre local su ubicación. Cuando leas esta revista será ya tiempo para que volvamos a juntarnos todos durante dos días con esos inconfundibles kioskos de fondo. Y como es la fiesta del libro y de las letras, el deseo que tengo es que cada vez seamos más lo que nos sumerjamos en el mundo de la palabra escrita. Por eso, te animo a leer. Sí, a ti, Da igual si tienes 15, 40, o 80 años. Nunca es tarde para coger un libro y empezar a soñar. Y si eres padre, POR FAVOR, POR FAVOR, haz que tus hijos lean. Pero, no como una obligación. Siéntate a leer con ellos. Representa con ellos sus cuentos favoritos. Ríete con ellos y crea bonitos recuerdos juntos. No olvides que los niños copian el modelo que ven en casa. Con todo esto solo quiero recordarte lo increíble que puede ser para todos leer. Ya que un periódico, una revista, un libro, alimentan nuestra mente, nos ayudan a tener una mirada crítica de la realidad, amplían nuestros horizontes y visión del mundo… y así podría seguir durante varias líneas más. ¿Necesitas más motivos?

6º Primaria. CEIP Reina Sofía

La flor mágica Un día en una pradera de China creció una flor. Era de color violeta y contenía mucha magia. Resultó que un campesino iba por esa pradera y vio la flor. Como le gustó mucho se la llevó a su casa. Allí la puso en un jarrón, pero a la semana, la flor se secó, se le cayeron los pétalos y se quedó el tallo que, al secarse, parecía una varita. El hijo del campesino, que se llamaba Irak, conocía de magias así que cogió la “flor” y se dio cuenta de que era muy poderosa. Como parecía una varita, intentó hacer un hechizo y lo consiguió. Pero un día, un maligno mago llamado Abad fue en busca de la varita. Así que Abad y el hijo del campesino (Irak) empezaron una pelea mágica. Como Abad echó un hechizo muy poderoso sobre la varita de Irak (la flor) se convirtió en cenizas. Abad al ver que por lo que había venido había desaparecido, decidió dejar tranquilo a Irak. Cien años después, en ese mismo lugar en el que la varita se había convertido en cenizas crecieron muchas flores iguales. Como Irak la había contado como era la flor y sus poderes a sus nietos no dudaron y se hicieron magos.

Esther García

Diseña y organiza: moroninformacion.es / Imprime: Grafidos Imágenes: alumnos participantes, Concurso de Marcapáginas organizado por la Concejalía de Educación, Cartel XL Feria del Libro (Portada)

Colaboran: Ayuntamiento de Morón (Delegación de Educación) Centros de Primaria y Secundaria Empresas y entidades patrocinadoras


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Ángela de la Cruz Herrera 1º ESO. IES Juan Antonio Carrillo Salcedo

Sin historia pero con final feliz

Carmen Pérez Bernal

6º Primaria. CEIP Los Grupos

CONCURSO DE MARCAPAGINAS XL FERIA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL Concejalía de Educación

Había una vez un libro muy triste y deprimido que apenas se ocupaba de sus historias. Era un libro sin principio, sin final, sin lectores, sin amigos, sin historias. Este libro fue bautizado por sus padres Toby. Sus padres fueron muy conocidos en la vida de lectores y de no lectores; y también eran muy conocidos por haber ganado varios premios gracias a sus creadores. Hace diez años que Toby no ve a nadie de su familia; ni padres, ni primos, ni tíos, ni tampoco un miserable amigo. Toby era un libro callejero que no tenía ni hogar, ni comida, ni ropa…Solo era desplazado por patadas de niños y adultos. Un día muy nublado una niña fue a dar una vuelta al bosque porque se encontraba triste e infeliz. Esa niña se llamaba Martina, una niña huérfana que no tuvo la suerte de conocer a sus padres. Mientras caminaba, Martina se tropezó con algo que estaba en el suelo y cayó; en ese momento conoció a Toby, el causante de la caída y la niña preguntó: -¿Por qué lloras?- Y Toby respondió: -Porque estoy triste-. Y la niña volvió a preguntar: -¿Por qué estás triste?- Y Toby respondió: -Soy un libro callejero, sin principio y sin final, sin familia y sin amigos y solo no quiero estar. En ese momento Martina cogió de su bolsillo un bolígrafo y empezó a escribir historias en el interior de Toby y cada vez que escribía una palabra Toby no podía contenerse de la felicidad. Unos momentos después se dieron cuenta que Toby era un libro muy especial porque todo lo que Martina escribía se hacía realidad. Estuvieron casi cinco horas escribiendo historias y ellos fueron a sitios mágicos, visitaron unicornios y hadas, sirenas, se tiraron desde un hermoso y fantástico arcoíris. De repente a Toby se le ocurrió una maravillosa idea. Toby imaginó poder escribir sobre sus padres y sobre los de Martina. Unos segundos después se encontraban tumbados en la orilla de la playa y sus padres acercándose por detrás. No podían contenerse de la alegría y empezaron a llorar sin consuelo. Y colorín colorado este triste cuento muy feliz ha acabado.


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Erika del Coral Domínguez 6º Primaria. CEIP Fernando Villalón

Una familia inmensa Érase una vez una familia que vivía en Morón de la Frontera. Ellos eran ocho hijos y los padres, pero vivían en un piso de dos dormitorios pequeños y no vivían bien. Entonces los padres, Joaquín y María del Carmen, estuvieron buscando y buscando casas más grandes. Una vez los padres visitaron al Alcalde de Morón para contarle la circunstancia en la que estaban y el Alcalde empezó a buscar casas más grandes para la familia Domínguez. Los hijos de Joaquín y María del Carmen al ver la circunstancia de ellos durante dos años no pidieron dinero para nada, solo para comida, claro. Y la familia consiguió tener más dinerito y casi, casi tenían el dinero de la casa. La familia por fin pudo comprar una casa que estaba situada en la Alameda, un barrio de Morón de la Frontera, y la familia vivía mejor. Ellos ahora tienen una vida normal, solo que ahora no conocen a muchas personas porque se han mudado a otro barrio y tienen que conocer a más gente.

Edurne Conde Cortés 6º Primaria. CEIP María Auxiliadora

El baúl del tesoro Había una vez, en un lugar muy lejano en el medio del bosque, una linda casita, donde vivía el pequeño Felipe. A él le gustaba salir a jugar con los animales: lindos corderos, grandes vacas y muy coloridas mariposas. Un día, Felipe jugando se tropezó con algo y cayó al suelo. Al levantar su cabeza se encontró con un gran baúl. Se imaginó que había un tesoro. Feliz, lo abrió, y adivinen lo que se encontró. Solo había un libro viejo. Triste se fue a su casa. No había lo que él esperaba. Al otro día, cuando despertó, rápidamente se vistió y fue donde estaba el baúl. Tomó el libro viejo y lentamente lo abrió. Comenzaron a salir colores y sonidos. Sorprendido cogió el libro y salió corriendo hacia la casa de su amiga Noah. Le enseñó el libro pero de repente se apagó, no ya no salía nada. Solo podía verlo él porque a Felipe no le gustaba leer. Con ese libro Felipe se dio cuenta de lo maravilloso que es leer. Felipe se dio cuenta que realmente había un gran tesoro. ¡Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!


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Martina Isabella Martínez Rodríguez 1º ESO. IES Fray Bartolomé de las Casas

Simaón

Natalia Nisa Bernal

1º ESO. IES Fray Bartolomé de las Casas

CONCURSO DE MARCAPAGINAS XL FERIA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL Concejalía de Educación

Mi tío solía hablarme de un pirata llamado Simaón. Era admirado por mucha gente. Los niños escuchaban atentamente sobre sus hazañas, y soñaban que algún día lograrían ser como él. Lo describían como un hombre de unos 20 años, sin barba, con los ojos marrones y el pelo de un color rubio bastante claro, delgado pero fuerte… De todas formas, lo que más llamaba la atención sobre él era un collar que siempre llevaba puesto. Se trataba de un colgante compuesto por un círculo de piel que en el centro había un zafiro azul. Lo sostenía alrededor de su cuello con una fina cadena de oro. Pero lo más importante no era el collar en sí, sino cómo lo encontró. Mi tío me contó la historia un par de veces y decía así: Hace mucho tiempo Simaón construyó un barco, formó una tripulación y se hizo a la mar. Dicen que durante un tiempo estuvo luchando contra otros piratas y ganando grandes fortunas. Pero un día los padres de Simaón recibieron una carta de su hijo diciendo que su barco había naufragado y que solo él y un par de grumetes habían sobrevivido. También contaba que ahora se encontraba en una isla con un pequeño reino en el que los habían acogido durante unos días, pero del que pronto se tendría que marchar. A la mañana siguiente, Simaón encontró una cueva. Entró con cuidado ya que estaba oscura y parecía que nunca nadie había estado allí, ya que la halló unos kilómetros más allá de las murallas del reino. Unos metros más adentro Simón vio algo brillar. Cuando se acercó observó que las paredes estaban llenas de unas piedras preciosas, los zafiros. Se disponía a cogerlas, pero justo entonces, oyó un ruido que provenía del suelo. Bajó la cabeza y descubrió un montón de escorpiones venenosos que se le aproximaban. Empezó a correr hacia la salida. Cuando empezó a volver al reino se dio cuenta de que algo se le había clavado en el zapato, ¡era un zafiro! Ese era el que llevaría unos días más tarde como collar. Al final, los habitantes del pueblo les facilitaron un barco y volvieron a casa. Y lo que empezó siendo un naufragio terminó siendo una bonita aventura.


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Ainhoa Navarro Martínez 6º Primaria. CEIP El Llanete

Una vida con muchos problemas Érase una vez una niña con síndrome de Down llamada Érica. Sus padres la despreciaban y ella para no escuchar las peleas de sus padres se iba a cada de su abuela, que era la única que la comprendía. Érica, como tenía ese síndrome, su abuela no la llevó al colegio hasta los seis años. Todos los niños la miraban de manera rara excepto dos niñas, llamadas Carla y Paula, quienes le ayudan en las asignaturas porque le costaba entenderlo y en los recreos jugaban al escondite o al torito en alto. Érica le contó a sus amigas y a su maestra los problemas que tenían sus padres. Carla le ayudó a hacer los problemas e mates, los demás niños se reían de ella porque no los entendía y Paula la defendió. En el recreo dos niños, que eran los más chulos, se metieron con ella por sus defectos físicos. Sus dos amigas no estaban por lo que no la pudieron defender y Érica empezó a llorar. Cuando la niña llegó a su casa no estaba ni su abuela ni sus padres. No sabía qué hacer porque no dejaron nada en la casa, solo su ropa y sus cosas. Al día siguiente, Érica no fue al colegio por lo que sus amigas se extrañaron porque le gustaba mucho el colegio. La abuela la llamó y la niña lo cogió. Se preguntaron muchas cosas hasta que llegó su padre y le quitó el teléfono a la abuela. Paula se acercó a la casa de Érica para saber qué le pasaba, pero la casa estaba abierta de par en par y se asustó. Buscó a la niña, que estaba en la casa de su abuela, que era a la que más quería. Hablaron toda la tarde hasta que se hizo de noche y Paula se tuvo que ir. Su profesora, que se llamaba Marta, llamó y le preguntó por qué había faltado. La niña contestó: -Es que mis padres y me abuela se han ido y estoy sola. Entonces la profesora le dijo: -¿Por qué no te vienes a mi casa hasta que tus padres vuelvan? -Vale seño- contestó Érica. Al día siguiente, la niña fue al colegio y sus compañeros, más amables, le preguntaron por qué había faltado, pero ella no les respondió. Al salir de la clase, la profesora le dijo que se esperara en la dirección sentada, que ella recogía en un momento y bajaba. La profesora recogió a la niña y se fueron a almorzar. El padre llamó preguntando si su hija había ido a clase, que él estaba en su casa y la niña no aparecía. La maestra le dijo que estaba en su casa y que quería la custodia de su hija. -¿Cómo que quieres la custodia de mi hija?- preguntó el padre de Érica. -Que me firmes un papel en el juzgado diciendo que me das la custodia de tu hija para toda la vidarespondió la maestra. -¡Vale! Para lo que yo quiero a la niña- dijo el padre. Fueron los padres y la maestra al juzgado y firmaron. -¡Ya eres mía! – le aseguró la maestra a Érica. Al pasar un mes la madre de la niña quedó embarazada y a los nueve meses salió una niña sin síndrome. Érica le preguntó a su profesora, a la que ya quería como a una madre: -¿Por qué a esa niña la quieren y a mí no? La maestra nunca contestaba y la hacía reír para que nunca más pensara en eso.


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Paula Sancho Martín 6º Primaria. CEIP El Castillo

El mago que perdió su chistera

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Francisca Castro Paredes

6º Primaria. CEIP Antonio Machado

CONCURSO DE MARCAPAGINAS XL FERIA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL Concejalía de Educación

Hace mucho tiempo vivía un mago llamado Poli, él habitaba en un pequeño pueblecito en el que apenas conocían al mago. Era muy alto, de ojos azules como el mar y tenía una cabellera marrón. Un día, mientras paseaba por el estanque de los patos, se tropezó con una señora encantadora, aquella misma tarde decidieron quedar para hacer un pícnic. El mago estaba muy, pero que muy nervioso; así que salió corriendo a su casa para arreglarse. Cuando terminó se dirigió hacia el parque con su cesta repleta de comida. En aquel momento se dio cuenta de que su chistera había desaparecido, pero… no le dio mucha importancia, aún así siguió pensando dónde podría estar su chistosa chistera. Pensando pensando y, casi sin darse cuenta, el mago por fin llegó al estanque y allí estaba la señora vestida con su mejor vestido; sentada en el banco junto al estanque dándole de comer a los patos. Parecía nerviosa, a la vez misteriosa. Al verla Poli pensó que le iba a gustar estar con ella, ya que parecía amiga de los animales. -¿Por qué no llevas tu chistera puesta?, te encuentro muy raro sin ella. Me gustabas más cuando la tenías -dijo la señora. -Se me ha perdido y por el camino venía pensando dónde la podría haber dejado – respondió el mago. -Pues adiós, sin tu chistera no quiero estar contigo -refunfuñó la señora. Poli no se fue triste a su casa, no le dio importancia a lo que le había dicho aquella desagradable señora. Él se dijo que sin su chistera seguía siendo el mismo de antes, ni siquiera se puso a buscarla. Su lema era ¡NADIE ES PERFECTO, CON O SIN CHISTERA! Pasados unos días el mago seguía dándole vueltas a lo ocurrido. ¡Qué señora más antipática e insoportable! ¿Por qué existirán personas como ella? ¿Se dará cuenta algún día de las cosas que son importantes…? Para él eran importantes las personas. De repente tomó una decisión y no se lo pensó dos veces. Decidió montar una escuela de magia y ser profesor. A su escuela iban miiiiilesss de niñ@s; porque se hizo famoso por enseñar, no solo magia, también buenos consejos para no creerse perfecto. “No podemos elegir a las personas según nuestro gusto”.




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Ariadna Moreno Álvarez 6º Primaria. CEIP Padre Manjón

Ela y el tigre blanco Yo me llamo Ela y estaba en coma, o sea, casi muerta. De verdad, cuando desperté no podía creer que seguía viva. No os podéis imaginar lo que pasó… Es inexplicable: mi madre trabajaba de jefa en el zoo. Había todo tipo de animales pero mi favorito era el Tigre Blanco. Un día mi madre tenía una noticia para todos, a la que más le impactó fue a mí: nos íbamos a vivir a otro sitio porque tenía un nuevo trabajo, y por eso me impactó, porque no quería dejar atrás ni a mis amigos, ni a mi familia, ni mi colegio, ni a mis maestros… no me quería ir de mi dulce hogar. Así que estuve el tiempo que me quedaba en la casa de mi amiga Alejandra, era mi mejor amiga, era mi mejor momento… Hasta que llegó el día de la mudanza. Mi madre estaba asustada por el viaje en tren. Hacía mucho viento, entonces, mi padre intentó calmarla. Durante el viaje el tren paró. Todo el mundo estaba gritando, excepto yo, que estaba mirando por la ventana a ver si sacaban a los animales para que descansaran un poco. Pero me equivoqué, lo que pasó fue que se rompió un vagón con el fuerte viento y el tren siguió. Todo el mundo pensó que nos íbamos a morir. Cayó la noche y al poco rato empezó a llover. Los animales estaban angustiados de estar ahí dentro. Se estaban meneando muchísimo, y como nuestro vagón estaba enganchado al de los animales, se volcaron los dos. Quedaron cadáveres en el vagón en el que estábamos nosotros. Yo salí corriendo como pude. Cuando conseguí salir de allí los animales habían matado a mi madre, a mi hermano y a mi padre. Me dolió mucho pero pude salir de allí. Llegué a un lago, bebí un poco porque no estaba segura de si el agua era, o no, potable. Vi a lo lejos a mi animal favorito, me miró con cara de felicidad, pero yo estaba súper triste y a la vez emocionada. Yo lo quería tocar pero sabía que me iba a hacer daño. Cayó la tarde y yo estaba muy cansada. El tigre vino y me arropó con su suave pelaje arrimándose a mí. A la mañana siguiente, el tigre ya se había levantado y yo seguía un poco asustada. Se había ido a cazar y me trajo un cuerpo de un animal. No estaba segura de lo que quería, pienso que quería que comiese, pero no comí. Fui a un lago para refrescarme y me caí al agua. Estaba muy hondo. Yo no sé nadar, y el tigre saltó al agua y me rescató de un zarpazo. Me llevó a un pueblo cercano. Menos mal que el tigre me llevó a tiempo al pueblo. Sus habitantes se dieron cuenta de lo que quería decir y me llevaron al hospital. Y aquí estoy, hablando contigo. Pienso que ahora me quedaré con una nueva familia. Mi mascota será mi tigre favorito, en único que me queda con vida y que me quiere como soy. Si mis padres acogida no quieren al tigre, no me iré a vivir con ellos. Si no lo quieren a él, tampoco me querrán a mí… le pondré de nombre ¡AILI!


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María Gómez Zamudio 1º ESO. Colegio San Juan Bosco

Un legado inesperado

Lucas Garabito Macías 2º Primaria. CEIP Reina Sofía

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Yo, Laila, hada de la naturaleza, vivo en una preciosa aldea en la región de Solaria, llamado Aris. Aquí vivimos mis padres, mi hermana y yo. Todo era perfecto, solo que llegaron tres brujas buscando venganza por la libertad del antiguo reina de mi madre. Ella, se ganó ese orgullo luchando, y así lo conservaría, se enfrentaron en una lucha, esta muy reñida. Mi madre luchó hasta el final, hasta que las tres brujas cayeron, aunque… Ella también lo hizo. Mi padre, mi hermana y yo, precupados, corrimos hacia mi madre, que al llegar, como si de una película se tratase, dando su último suspiro, nos entregó a mi hermana y a mí una pequeña caja de música. Entonces, en ese instante cerró los ojos dirigiéndose poco a poco a ese sitio donde vamos todos después de nuestra lucha. Los meses después de la muerte de mi madre estuvieron llenos de magia negra; es decir, en lo que se convierte un hada en cuanto pierde la fuente de su poder, en mi casa, como hace mucho me explicó mi madre, mi poder procedía de un reino lejos de aquí, en Dómino, donde se encontraba la reina de todas las hadas. Aunque mi hermana y yo intentamos abrir la caja cuando nuestra magia volviera a la normalidad, cinco días después me encontré a mi hermana inconsciente en el suelo, mientras escuchaba la dulce música de la pequeña caja, y veía la dirección que tenía apuntada: Reino de Alfea, Dómino. De repente, se me vino a la cabeza la leyenda de la procedencia de nuestro poder y pensé que allí me podrían ayudar. Sin esperar mucho, me puse dirección a Dómino. En mi viaje pasaron días y días, semanas y semanas, meses y meses…Pero decidida a encontrar la cura para mi hermana, encontré un pequeño palacio perdido entre las flores. Al entrar, me encontré a unas pequeñas hadas, que al ver la caja de música que llevaba en la mano, me elevaron rápidamente a un trono, en el que, después de sanar a mi hermana y llevarla conmigo, me explicaron algo que todavía no me creo. Mi madre era esa hermosa reina de las hadas. Estas pequeñas hadas, guardianas del trono, al ver que mi madre había muerto esperaban mi llegada para la herencia del trono. Yo nerviosa y decidida a seguir el camino de mi madre, acepté la propuesta, seguidamente, de mi brazalete empezaron a salir diferentes poderes que llenaron el cielo de todas las regiones de colores y flores, anunciando mi llegada al trono. Los habitantes desconcertados pero maravillados ante esto, sonreían admirándolo, mientras yo admiraba la verdadera magia, sus sonrisas.


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Alfonso Morilla MaiteEscalante Sousa Cruces Primaria. CEIP Sofía 1º6º ESO. Colegio La Reina Inmaculada

El capitán Mandlok En 1560 empezó mi historia. Una larga historia que duró sobre 50 años. Me siento orgulloso de haber participado y formado parte de una empresa que fue capaz de pararle los pies a una de las potencias más importantes del mundo en aquel momento, que intentaba conquistar nuestras tierras desde hacía un buen tiempo. No hablo de otra amenaza que no sea la de la armada España o como la llamábamos por aquel entonces la Armada Invencible, una flota que desde los ojos ingleses se podía leer la derrota. Mi nombre es Mandlok. Nací solo ya que mi madre murió en el parto y mi padre nunca estuvo presente en nuestra vida. Nací en Gibraltar, una ciudad poseída por el hambre y el dolor que fue aumentado a lo largo del tiempo, y crecía entre acusaciones del pueblo y la presión de los guardianes de esa región española. Conocí mejor la cárcel que mi casa por hacer actos como robar dinero a los ricos para la gente desgraciada o ataques a la realeza que mandaba en esa ciudad por los impuestos y por la matanza de gente inocente delante de mi cara. Explotó la guerra anglo-española y al final acabé en Londres, donde me uní a la armada y poco a poco fui subiendo de grado hasta llegar a ser capitán de un navío al que bauticé como “la Venganza del Mar”. Uno de los eventos más extraños en mi carrera con ese navío fue en un viaje de exploración a Lisboa ya que en el viaje me encontré con una tormenta en la que fuimos capaces de ver sirenas que susurraban la palabra: “paz”; una palabra que después de esa duradera guerra entendería. La guerra acabó gracias a un ataque en el cual había que atacar La Coruña. Estaba planeado un ataque con 137 navíos, pero lamentablemente al cruzar el Canal de la Mancha encontramos una tormenta de barcos españoles. Los cañones se oían por doquier y a cada lado que uno miraba encontraba el cadáver del compañero que hace unos minutos había tenido al lado. Era una imagen muy dolorosa y lamentable la que se encontraba ante mí. Se me ocurrió la magnífica idea de alzar en la parte más alta del mástil una bandera blanca, que significa paz. La última vez que hizo eso un capitán fue decapitado, pero no me preocupé por mí sino por mi tierra y por España. Alcé la bandera y los fogonazos cesaron. El barco más cercano que había a “la Venganza del Mar” se acercó y solicitó una entrevista. En ella acordamos que visitarían Londres para firmar la paz. En aquel barco encontré de pie, evitando mi mirada, a mi padre que, al acercarme a él, me abrazó y me susurró al oído: -Qué alegría volver a verte- me dijo. Los dos reinos firmaron la paz y después de ese momento fui capa de vivir en armonía con mi padre. En ese momento, fue inevitable acordarme del susurro de las sirenas. Mi vida no fue ejemplar, pues mi mano mató y mandó matar a hombres inocentes, pero al menos fui capaz de cambiar mi filosofía: Un puño de guerra es menos fuerte que un grito de paz.


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Carmen Pérez Benal 6º Primaria. CEIP Los Grupos

Un sueño hecho realidad

Pablo Cárdenas Duarte

4º Primaria. CEIP Padre Manjón

CONCURSO DE MARCAPAGINAS XL FERIA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL Concejalía de Educación

Érase una vez una niña llamada Julia a la que le encantaba el baile y cada vez que estaba triste acudía a bailar. Desde primero, un grupo de niños y niñas se metían con ella diciéndole: -No sirves para nada. -Bailas como un pato mareado. -Tu sueño de ser bailarina no se cumplirá. Ella, harta de los insultos de cada día a la llegada y a la salida, decidió darle una lección al grupo de niños y niñas e ir al campeonato de España de Ballet y esforzarse mucho para poder ganar o quedar una de las primeras. Se lo preguntó a sus padres y le dijeron que sí se podía apuntar al campeonato. Sus padres, muy contentos, se miraron y los dos a la vez dijeron: -Claro que sí, faltaría más. La niña, súper contenta, se puso a brincar y a bailar. Después de casi un mes esforzándose y preparándose, llegó el día del campeonato y en los últimos momentos donde los jueces nombraban a quién estaba escogido para la final, la nombraron a ella: Julia Román López. Se puso súper contenta y aprendió que esforzándose para cumplir uno de sus sueños daría igual que se metieran con ella. Y así es como le dio una lección al grupo de niños.

Alumnos del Aula TEA CEIP María Auxiliadora

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CarolinaJulia Borrego Barea Berlanga Pérez 1º ESO. IES Fuente Nueva

Jaimito y Duque Érase una vez una granja de caballos llamada “Los campeones” que se dedicaba a la crianza de los mejores ejemplares para participar en las carreras de caballos. Su dueño se llamaba Cristóbal. Un día en aquella granja nació un potro muy flaco y pequeño. Cuando Cristóbal lo vio dijo que aquel caballo no sería para las carreras, por lo que ordenó que lo vendieran. Lo compró una familia para que el caballo trabajara en su granja. La familia estaba formada por una mujer llamada Elena, un hombre llamado Juan, y un niño de 12 años llamado Jaimito. Cuando el potro llegó a la granja al ni niño no le gustó nada porque estaba muy delgado, pero poco a poco y gracias a los cuidados de Jaimito se convirtió en un caballo espectacular al que el niño bautizó con el nombre de Duque. J Jaimito le dijo a sus padres que quería entrenarlo para participar en las carreras de caballos, pero sus padres se negaron porque había sido comprado para las tareas del campo. Así que cada vez que Duque terminaba sus tareas y sus padres se iban a descansar, Jaimito lo entrenaba a escondidas. Dos años después a Elena y a Juan les llegó una carta diciendo que si no pagaban 10.000 euros en una semana los echarían de su casa. Elena y Juan se lo dijeron a su hijo, que se habían enterado de que dentro de dos días había una carrera de caballos y que el premio eran 20.000 euros. Se lo dijo a sus padres para que los apuntaran, pero sus padres dijeron que él y Duque no estaban preparados para correr en la competición. Entonces Jaimito montó en Duque y ambos corrieron como el viento. Sus padres se quedaron muy sorprendidos porque no entendían nada. Al terminar la exhibición, el niño les confesó que había estado entrenando a Duque en secreto. Elena y Juan decidieron coger todo el dinero que tenían ahorrado y apuntar a su hijo y a Duque a la carrera. Cuando llegó el día de la competición, Jaimito, Duque y sus padres se trasladaron al lugar donde se celebraba. Allí también estaba Cristóbal, el antiguo dueño de Duque, que al verlo dijo que jamás ganaría la carrera, que la ganaría él con su caballo Rayo. Jaimito le dijo que Duque ya no era el mismo caballo que él había conocido, ahora era un caballo muy rápido y fuerte. Empezó la carrera y unos minutos después terminó con Duque como primer clasificado y Rayo segundo. Cristóbal felicitó a Jaimito y le dio su enhorabuena por haber ganado. Jaimito y Duque salvaron su casa y siguieron ganando carreras, cumpliendo su gran ilusión.


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Francisca Castro Paredes 6º Primaria. CEIP Antonio Machado

El valor de una familia Hace mucho, mucho tiempo, en una lejana aldea, donde las piedras hablaban y las hadas cuidaban de las flores, se rumoreaba que cada 15 años, entre el bosque negro y la laguna celestial se abría un portal que te transportaba a una cueva llena de riquezas. Pero ninguno de los aldeanos se creía tal leyenda puesto que nadie nunca había visto nada. Sin embargo, una familia que era muy muy pobre y no encontraba trabajo ni tenían para comer, decidieron comprobar si era verdad eso que decían, ya que en el plazo de dos días se cumplían 15 años de la última vez que supuestamente se abrió el portal. Pasados los días se acercaron a comprobar si se abría el portal. El padre, la madre y los dos mellizos decidieron acercarse por la noche ya que no habría nadie. Se hizo de noche y la familia fue a aquel lugar y, efectivamente, el portal estaba abierto. Los padres entraron apresurados, y vieron que todo estaba lleno de oro. Los padres soltaron a los pequeños mellizos para poder coger todo el oro que podían. Se dieron prisa, ya que el portal solo iba a estar abierto durante diez minutos. Los padres sacaron seis o siete sacos de oro, el tiempo se agotó y la puerta empezó a cerrarse. Los padres corrieron y lograron salir a tiempo. Ya, al estar fuera, los padres se miraron y empezaron a lamentarse. Se habían dado cuenta de que se les había olvidado dentro el mayor de los tesoros, sus dos niños. Los padres empezaron a llorar y a recriminarse a ellos mismos lo que había pasado. De repente el portal se volvió a abrir y apareció una pequeña hada llamada Wendy que le dijo a los padres: -Si devolvéis todo el dinero y las riquezas que habéis cogido, yo os devolveré s vuestros dos pequeños niños. Los padres, sin pensarlo dos veces, entraron y soltaron todo el oro. Al salir vieron que sus dos niños ya estaban fuera. Los padres y los niños se abrazaron y comprendieron el valor de una familia. Porque la familia es la mayor riqueza y fortuna que puede tener una persona. REFRÁN: No valoras lo que tienes hasta que lo pierdes.



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