Estímulos y respuestas
Las imágenes que vemos en la televisión constituyen un estímulo externo de tipo visual. Puede ser un estímulo positivo o negativo.
Los seres humanos, al igual que todos los seres vivos, nos relacionamos con el ambiente que nos rodea, del cual formamos parte. De él obtenemos información de muy diverso tipo: puede ser un color, un aroma, un sonido o un movimiento, por ejemplo. Además, esa información puede provenir de otro ser vivo (como una flor) o de un objeto inanimado (como una piedra). Cada información captada por nuestro organismo constituye un estímulo, a partir del cual se desencadena una respuesta determinada. Por ejemplo, el aroma de una pizza es un estímulo que puede originar como respuesta el aumento de la producción de saliva en el organismo; de este modo, nuestro cuerpo se “prepara” para comer la pizza. En este caso, se trata de una respuesta positiva. Pero también puede ocurrir que haya alguien a quien no le guste la pizza. La respuesta, entonces, no será acercarse a la pizza ni una mayor producción de saliva, sino taparse la nariz y alejarse de la fuente de la cual proviene el aroma. Se trataría, en ese caso, de una respuesta negativa. El aroma de la pizza es un ejemplo de estímulo externo, es decir, un estímulo proveniente de nuestro entorno. Hay, además, estímulos internos, que son los que provienen del propio organismo. Algunos estímulos internos, como el hambre, la sed o el sueño, los percibimos de manera consciente. Otros, en cambio, están relacionados con procesos que ocurren sin que nos demos cuenta, como, por ejemplo, los que hacen que las células de nuestro cuerpo se multipliquen. Ya sea que provengan del exterior o del interior de nuestro cuerpo, el hecho de poder captar diversos tipos de estímulos y de responder a ellos nos permite crecer, desarrollarnos y mantenernos sanos. De este modo, por ejemplo, podemos reconocer un lugar confortable o huir ante una situación de peligro. Al mismo tiempo, además, nuestro cuerpo es capaz de identificar la presencia de un agente extraño en su interior, como una bacteria, y combatirlo, o aprovechar los nutrientes de los alimentos que ingerimos.
La fiebre es una respuesta que el organismo desarrolla como defensa ante un estímulo negativo, como la presencia de una bacteria o un virus.
p Al reconocer el calor que desprende un hogar a leña, podemos acercarnos a él y así evitar la sensación de frío. 48
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