Gato Covid Luis Cisneros Recuerdo que cuando empecé a leer sobre física cuántica se solía mencionar mucho “El gato de Schrödinger”. Ya que no manejo del todo los conceptos del área mencionada como para poner la información en un lenguaje accesible me apoyaré en una explicación encontrada en San Google: “Imaginemos un gato dentro de una caja completamente opaca. En su interior se instala un mecanismo que une un detector de electrones a un martillo. Y, justo debajo del martillo, un frasco de cristal con una dosis de veneno letal para el gato. Si el detector capta un electrón activará el mecanismo, haciendo que el martillo caiga y rompa el frasco.” Si he entendido bien lo que leí, y eso espero, en estos momentos el gato se encuentra vivo y muerto al mismo tiempo, situación sujeta a un sin fin de variables que cambiarían el destino de nuestro peludo amigo. Ya he perdido la cuenta de cuánto tiempo llevo encerrado en mi hogar debido a que en televisión aseguran que salir arriesga mi vida a una potencial muerte por Coronavirus o Covid-19 (dependiendo del nombre que les resulte más atractivo). Pero no estoy del todo a salvo porque el sistema obliga a mi papá a salir a trabajar todos los días para tratar de garantizar mi supervivencia y la de mis hermanos en la mayor medida posible. Puede que haya quienes digan que no se le obliga porque “no se le pone una pistola en la cabeza” (vaya argumento tan absurdo). Como yo lo veo sólo quedan dos opciones: o morimos de hambre o nos arriesgamos a que un agente del Estado nos quite la vida por robar para poder comer. Creí que estaba salvado al no presentar síntomas de Covid-19 hasta que me enteré que existen personas que pueden tener el virus sin presentar síntomas y que este puede vivir por cierto tiempo en algunas superficies (con sus respectivas variaciones) esto sumado a que incluso si se llegan a presentar síntomas estos tardan en aparecer. Entonces, no presento síntomas, pero no me he hecho una prueba que avale que no he contraído el virus, para hacerme una prueba tengo que salir, pero me dicen que si salgo lo más probable es que me contagie y aun quedándome en casa corro riesgo porque el sistema garantiza la riqueza de los burgueses antes que la salud de los trabajadores. Estoy muerto y vivo al mismo tiempo, sujeto a las respectivas variaciones del ambiente, pero al mismo tiempo a una inevitable entropía.