Alma adentro. Obra poética completa 1939-1976, Carmen Natalia

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POESIAS Obra Poética Completa 1939·1976

UCMM


CüLECCIüN" Director: Danilo de los Santos

Derechos Reservados

UNIVERSIDAD CATüLICA MADRE y MAESTRA Santiago, República Dominicana

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Carmen Natalia, hada, luz, alas, amor,'poesía, ternura, gracia, compañerismo, sacrificio, generosidad, .. libertad! Tu libro ve la luz cuando ya tú no estás y como contradicción viene a continuar tu luz, a llevar al mundo tu mensaje, a los niños, tu palabra, para a través de ellos llegar a la inmortalidad, Gracias por haberme hecho depositaria de tus versos, de este tesoro sin límites de tu verbo... con admiración por tu obra y con amor por 70 que nos diste, :0 echo a volar... Que tu ejemplo de lucha por la libertad de nuestra tierr. sea antorcha que ilumine a la mujer dominicana de hoy y de siempre. Maricusa Ornes


Composición y Diamagración: Ninón León de Salerne Coordinación: Maricusa Ornes de Alvarez Corrección: José Alcántara Almánzar Impresión: Amigo del Hogar

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Pág. PRESENTACION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . PROLOGO ALTAMENTE CONFIDENCIAL, por Pedro Mir

I. ALMA ADENTRO A manera de prólogo Ante tus versos, por Alberto E. En el País de las Hadas Caperucita Roja Caperucita Azul . Dulce Blanca Nieves Plegaria La Bella Durmiente . El Patito Feo .. . La Hora Azul . . . Mañanita cIara. . La siembra . . Resurrección . . . . . . . . . . Nochebuena La mano que da Mi risa. . . . . . . . . . . . . . Invencible . . . . . . . . . . . . Haz que florezcan mis manos. Darse . Tu palabra . La Hora Gris ., No digas a nadie Martirio . . . . . El ensueño roto

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Fiallo .

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Deja que descanse .. Corazón . Hoy soy ave cansada.

Revelación

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De regreso Mi dolor en Tus ojos . La dicha La suprema ley Quiero hallar el misterio Persuasión . Las inciertas palabras Pobre corazón mío Por qué? Angustia Girones del Cielo Aleluya Mírame Abuelo Ojitos . El divino milagro (Poema de Navidad) Fantasía . . . . . Arrullo El sublime temor Por el niño . . .

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11. ROMANCES, CANCIONES Y ELEGIAS Romance de la Niña que fue en pos de una estrella Romance de la sirena . Ronda de luna y lucero Caperucita Blanca . Caperucita Gris . . . . Balada de la sirenita . Nana de Blancanieves Mi primera graduación Murallas de cristal

Las Estaciones El Estío .. El Otoño El Invierno La Primavera

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Canto a la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Canción desesperada al mar . . . . . . . . . . . . Está naciendo un verso en el fondo de mi alma Este amor de milagro! Era una flor erguida Alfarero celeste Dame, Señor . . . . Poema de las dos estrellas cautivas CANCION DE LA VIDA INSOLITA 1 II. III IV

V. VI VII VIII IX X. Xl XII XlII XIV Oración Final Dulce samaritana . Te llevo en Mí . . . Por qué siento este amor por las estrellas Sangre . Sueño de noches blancas Tu voz en mi canción Tu secreto . Segadora . Sembrador, te me fuiste Epístola a Pinky ..... Segunda Epístola a Pinky Bambú . Balada en Sol Menor . Barco de papel . Bucólica . A los que dicen haber dormido con la luna

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Hermana Luna . Hazle un hueco a mi voz . Hay en mi corazón una niña dormida Hacia las lejanías van mis pasos Una tarde sin sol en tu cabaña Nocturno . Nocturno en Tono Menor Dos Nocturnos y un Alba Nocturno Primero Nocturno Segundo . . El Alba Monólogo con mi alma Mi corazón nació para estar solo Perdona, Corazón . He vuelto a estar a solas con mi alma Los pequeños lazos Aquí me tienes tú .. Padre Nuestro Señor, Tú no quisiste Le he preguntado a Dios Miedo . Poema de la eterna búsqueda Campanas del recuerdo . . . Poema de la Niña que se durmió en el cielo Nostalgia de cielo . Poemario de la Reciennacida (Uno) 1, 11, 111 . IV, V, VI VII

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Poemario de la Reciennacida (Dos) 1, 11 . 111 .. IV, V

Mi mano . Pluma mía . Poema de la escapada al cielo . Poema de ausencia en presente de sueño Yo quiero ser así como tú fuiste y puesto que volví . . . . Diálogo Íntimo con mi yo

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Estaré tan lejana . . . . . El Niño Eylof ha muerto A Ti, Amigo . Poema de eternidad cansada Pongo sobre tu vida mi dolor como un voto Poema sin retorno . Poema de las manos ausentes . Puse sobre tu vida mi dolor como un voto Tu recuerdo . . . . . . . . . . . . . Balada de los Seis Trágicos Estíos Si tú me respondieras Tú lo dijiste, sí . . . . Poema en Gris Mayor Nostalgia . . El retorno . Por qué está en huelga papito ICórno volver de nuevo al hogar desolado! Elegía sin nombre . Eterna angustia . . . . . . . . . . . . . . . . i Este huésped intruso que ha tocado a mi puerta! Este nudo apretado de tu mano y mi mano La pesca . . . La partida .. La luna y yo Imploración . Pobre alma mía fatigada y triste Poema en Gris . Poema del recuerdo iluminado Poema de la despedida .. Añoranza . . Esto de repasar recuerdos Acaso no soy más que un cadáver que sueña

111. CANTOS A LA PATRIA

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Poema de la Madre Tierra Canto a la Tierra . . . . Calle Centenaria No fue porque yo quise Atadura . Poema recóndito para un mártir de la libertad

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La miseria está de ronda . . . Grito. . . . . . . . . . . . . . Canto al Soldado Inminente Oda heroica a las Mirabal o. Elegía a los mártires de Constanza, Maimón y Estero Hondo Canto a dos niños sobre el tejado. . . . . . . . . . . . . . . . Réquiem para un cadáver desterrado . ... . . . . . . . . . . . LLANTO SIN TERMINO POR EL HIJO NUNCA LLEGADO Laudo Invocación . . . Llanto Primero Llanto Segundo Llanto Tercero Llanto Cuarto Llanto Quinto . Llanto Sexto Llanto Séptimo Llanto Octavo . Llanto Noveno Llanto Décimo y sin tiempo . . . . . . • . . . . . . . . . . . . Un Hombre eras las rejas . 2

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fit6lo go ALTAMENTE CONFIDENCIAL "¿A dónde, a dónde fueron tus gritos vegetales?" Carmen Natalia.

Día llegará en que se decrete en [arma terminante la prohibición de que la prosa sea utilizada como antemural de la poesía. Así como el sistema colonial, la navegación a vapor y la escritura a mano serán abolidas en cierto futuro cartomántico, también lo será, una mañana alegre, el tratamiento prosaico de la obra poética. Convengamos en que efectivamente se trata de una incongruencia. No solamente es que sean dos maneras distintas de pronunciar la realidad como el beocio y el laconio o, si se prefiere, el dominicano de la Catalina y el de la Saona, lo que sería ya una razón atendible; sino que son esencialmente contradictorias como el agua y el fuego, como la oscuridad y la luz. De modo que una gota de agua, de luz o de prosa, están siempre en trance de aniquilar respectivamente la llama, la sombra y la poesía. y más aún. Una sola gota de prosa es capaz de volatilizar un trozo de poesía purísima, como el A ve María. Es ciertamente una blasfemia colocar ante un poemario de luz un pórtico de sombras, lo que tal vez sólo podría comprenderse en la atmósfera tropical. Ya la inversa. Colocar una lámpara, estridente de luminosidad, en el ámbito de penumbras que los poetas tristes requieren para el tránsito de sus evocaciones funerales. Etcétera. A pesar de ello, parece ser una práctica inconmovible

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particularmente entre los autores noveles, la de acudir a la prosa en ayuda de la joven poesía. Como si la poesía no se bastara a sí misma, como si lo que todo en ella es ala, como decía José Martí, tuviese necesidad de esta muleta territorial y agropecuaria. Más aceptable sería la contrapartida, o sea, que la prosa se hiciese anteceder de la poesía cada vez que sintiese el apremio de hacerse entender. Porque es claro, como que la poesía no es un idioma, a pesar de los esfuerzos de los estructuralistas por convencernos de eso, ella tiene otros milagros para apoderarse de la realidad y comunicarla, alcanzando unos niveles que el idioma, con su sistema de signos universales aprobados -y precisamente por serlo- no puede jamás alcanzar. Es por eso por lo que no pocos preferiríamos que la teoría de la gravitación universal sea precedida de un poema de Carmen Natalia, antes que un poema suyo como el "Canto del Soldado Inminente" sea precedido por un venerable prólogo de Sir Isaac Newton. Es imprescindible para el autor de estas notas hacer tales consideraciones, para evitar los malentendidos con más de un joven poeta dominicano que ha presentado sus obras sin prólogo, en atención a ellas; así como con otros que, en situación similar, han tenido que gestionarse un prologuista menos atenido a estos rigores estéticos o estos imperativos categóricos. Por lo menos a ellos debo esta explicación, al aparecer yo ahora, todo anticipación y todo prosa, ante un poemario de Carmen Natalia. No me sería difícil alegar en el presente caso, que estos poemas llegan una vez más a mis manos, a través de una de esos seres a quienes el hada madrina otorgó el dominio absoluto sobre los poetas del mundo y en quien el más vago deseo se convierte en autoridad indeclinable y en decreto amoroso. Aunque en verdad, no es de hoy y, desde luego, sin la menor pretensión de anticipar, interpretar o patrocinar su camino profesional, que yo he querido hablar de Carmen 14


Natalia en su poesía. Y es cierto que hasta ahora no se me había presentado la oportunidad ni se me babia otorgado el derecho ni babia sido necesario. Insisto en que en estas circunstancias un poema se comporta mejor que la más galana prosa, que es un ám bito más puro para decir lo que se quiere o se siente y que llega más directamente, más íntegra y plenariamente, a donde debe llegar. Si hemos de prestarle atención todavía a Osear Wilde, sólo el arte puede explicar el arte. Y por eso este es un prólogo que debe tener un carácter estrictamente confidencial. Carmen Natalia procede también de Macorís del Mar como Ligio Vizardi. a quien se debe ese lírico sobrenombre, olvidado tal vez que es el río y no al mar el que, según una vaga leyenda, otorga el don de la poesía a los niños que lloran sobre sus aguas. Es al Higuam o y no al Caribe a quien los dominicanos deben los Delignes, los Bermúdez, incluyendo a sus nietos, los Dorninguez Charro, los Catón Arce, los Vizardi y algunos poetas menores entre otros mayores. Carmen Natalia debe haber vertido alguna lágrima infantil sobre estas aguas porque, aunque nació en un hogar favorecido, su niñez discurrió en unos jardines que cultivaba su abuelo Don Rolando precisamente junto a la orilla y han debido ser del Higuamo las aguas de su jardín. Con lo que queda demostrado que basta una sola lágrima infantil y una sola ¡;ota del río para producir el milagro... Es un hecho que sus primeros poemas, en una edad muy temprana, fueron consagrados a cantar el mundo feérico de los cuentos infantiles y la Caperucita Roja desfilaba en ellos con un estremecimiento que sacudió a todo el país.

-Caperucita triste, niña gris, cenicienta. No salgas al camino, que el viejo lobo acecha. -No es el lobo. Es mi Príncipe

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que por mí desespera. -Hoy no vienen los Príncipes a buscar cenicientas. Los que vienen son lobos con bufandas de seda ... Desde estos versos primeri-:osCannen Natalia apuntó como una gran voz nacional. Eran dias en que el continente se inclinaba ante las más robustas voces [enicninas. Juana de Ibarborou trazaba un ecuador verbal que situaba en IIn hemisferio a los poetas y en el otro a las poetisas... y a los hombres. Comparecía Gabriela A1istral. Y Alfonsina Storni. Entre nosotros, la niña Carmen Natalia se inscribía vigorosamente en ese clima continental.

Si mi mano te toca, la nieve de tu espuma se me sube a la boca y me empenacha el labio con su blanca sonrisa. Mas, si todo mi cuerpo se sumerge en tu nido, tu abrazo me sofoca. El vértigo me oprime las carnes fatigadas. y sé que voy hacia tu solo abismo. Irremediablemente hacia tu abismo. Claro, se trataba de una niña entonces y estos versos desesperados van dirigidos... al mar (Canción Desesperada al Mar). Pero en ellos se escucha el timbre que la Novia de América y otras novias hacían sonar para aquellos días. En realidad eran los sones funerales de toda una edad poética americana. Los pueblos todavía se encontraban sumergidos en el sopor finisecular que la Gran Crisis sumergió, no ya en un sueño, sino en el colapso que producía el "big stick" y las tiranías unipersonales. Carmen Natalia fue de aquellos poetas dominicanos que se negaron a poner la lira a los pies del despotismo. Y emigró con su cabellera de oro y con su voz ecuatorial de la misma sustancia que su cabellera. Era un gran paso.

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Para la poesía de Carmen Natalia se abrió una tremenda disyuntiva. O se convertía en la voz de los pueblos oprimidos. O en el abanico de los grandes opresores. El primer camino le prometía la conspiración del silencio, la pequeña gloria de los pequeños amigos, la proscripción de las antologías y de las editoriales, la indiferencia abismal de las columnas y las calumnias periodisticas y el desdén de los críticos más acreditados así como el temor de los menos acreditados. De paso, la dificultad del pasaporte y la inscripción en las listas de los enemigos públicos, la soledad y la miseria con todos sus encantos. Carmen Natalia, y muy razonablemente, no se decidió por ese camino feo. Pero tampoco se decidió por el otro. Su poesía, no solamente no se alistó en el ejército del absolutismo imperial, sino que consagró sus voces más puras a glorificar a los patriotas que se inmolaban en la lucha contra la tiranía dominicana. De este momento es lo más gallardo, permanente y formidable de su canción. Sus versos volvieron a andar de boca en boca. Su nombre fue otra vez cesado como en los días de su niñez por las madres conmovidas. Otra vez, aunque en una nueva dimensión y en una nueva época, su nombre retumbó en esa gran caja de resonancia que es la nacionalidad satisfecha y adoptó la posición de los grandes vuelos por los dominios de la posteridad. Canto al Soldado Inminente Oda Heroica a las Mirabal Réquien para un cadáver Desterrado Elegía a los Mártires de Constanza, Maimón y Estero Hondo Si ese es el destino final de su gran poesía, no es cosa de establecerse en términos de páginas. Los pueblos suelen ser caprichosos con sus poetas. Sucede que, cuando por fin concluyó la naturaleza unipersonal del régimen gobernante en nuestro país, la poesía de Carmen Natalia, sin que se sepa por 17


qué, volvió a emigrar. Carmen Natalia se disipó en algún destino diplomático y su voz robusta, su voz clara, su voz genuina hizo uno de esos inmensos calderones que dejan en suspenso la gran victoria de las sinfonías. Era el momento en que el pueblo se sumergía con mayor ardor en el rescate de sus objetivos democráticos, para .establecer en el país la atmósfera nacional. La ausencia de Carmen Natalia era sensible. Era casi una pérdida. Y algunos lloraron en silencio ... Acaso a eso se debe que sean necesarias estas palabras. A Carmen Natalia corresponde en nuestro país un lugar muy elevado entre los grandes cantores de la patria. Poco debería importarnos que en la voz de los grandes poetas haya grandes silencios y tal vez grandes ausencias en todos los espacios. Lo que de un poeta quedará para la posteridad y como ejemplo de las generaciones venideras, no son sus momentos de eclipse, sino sus momentos de grandes fulguraciones. Aunque la vida es siempre una explicación, una constancia y una garantía de la obra, lo único que reserva a los hombres un lugar de consagración eterna en la memoria de los pueblos es la obra. Y en esto los pueblos son inmensamente comprensivos. Sólo rescatan para su consumo épico y para sus epopeyas nacionales, la sangre más pura y más caliente de sus poetas. Yo creo, y esto lo puedo suscribir con mi firma, que en la poesía de Carmen Natalia circula esta sangre con tal pureza y tal temperatura. Y que no está lejano el día en que su poesía y ella misma, con todo lo que en ella hay de alegre y de fuerte, de inteligente y de humano, transite entre las manos del pueblo con cintas de colores y cuentas de música. Porque nuestro pueblo es, como todos los pueblos, generoso y comprensivo con sus poetas. Y más si son sufridos. Y más si su lira suena mejor cuando la pulsan los prodigiosos dedos de la época. y más si, como ocurre con los versos de Carmen Natalia, por encima de la voluntad de los unos y los otros, y tal vez de ella misma, el pueblo sonoramente canta en ellos, más allá de sus eventuales 18


tiranías, en la dirección de sus anhelos históricos y sus necesidades supremas. "Tierra, tierra sin sangre, tierra mía! Cómo te han exprimido las venas dilatadas! Cómo han hecho pedazos tu corazón inmenso! Cómo han puesto pezuñas sobre tu carne desollada! (Canto a la Tierra) Ahora ya sé que el cielo florecerá en estrellas y el mar tendrá corales y sirenas y espumas. Ahora ya sé que el aire reventará en jazmines. Ahora ya sé que el verde se llenará de frutos, de amapolas sangrantes y de nidos. De nidos! (Este nudo apretado de tu mano en mi mano).

ENVIO: Carmen Natalia, canta! El destino y el río en cuyas orillas se meció tu niñez te impusieron la misión de entregar tu voz a millones de seres a cambio de una gloria imperecedera y algunos sufrimientos. Es tu destino. Pero es también el destino de tu pueblo. Y es la fuerza invencible de los dos. PEDRO MIR.

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ALMA ADENTRO


El amable empeño de varios corazones me ha obligado a publicar este libro. Así, pongo en las manos de todos mi pequeño mundo de ensueños, que hasta hoy fuera dulce refugio de mí misma. La palabra persuasiva y alentadora de Don Alberto Fiallo -alma noble y generosa que sabe de las supremas alegrías del Sembrador, y cuya vida ha sido un Darse constante- triunfó de mi recojimiento, y hube de seguir la nueva ruta, renunciando a la paz de mi solitaria "Torre de Marfil". De abi que ningún prólogo pudiera ser mejor, ni más querido para mí, que la carta -reveladora del noble espíritu de mi grande amigo- que llevó a mi corazón la conciencia de un Deber: el de ofrendar mi verso. Deber que he aceptado sin pretensión alguna, y sí con bastante timidez, porque mi sueño de Arte fue siempre más bello que mi creación. Si hay en mi pobre ofrenda algunas espinas punzadoras, echadlas al borde del camino. Al pasar yo las recojeré. solamente mis plantas han de herir... Más si halláis, tímidamente escondidas, algunas rosas perfumadas, tomadlas: son para vosotros, y mi más bello ideal se habría realizado. CARMEN NA TALlA

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©!aztp tuéW¿}r&(}& Carmen Natalia: Repasé de nuevo tus versos, y así agrupados en un conjunto de ritmos encantadores, me parecieron más bellos y armoniosos, por lo que hube de leerlos más de una vez, como quien seducido por la delicia de un néctar embriagador, no quiere abandonar el fino cristal que lo contiene. Tu poesía es hoy un tanto elegíaca: tiene el quejumbroso trino del ruiseñor enjaulado, la nostálgica pesadumbre de las flores desprendidas de sus ramos. Son notas trémulas del arpa pulsada por las pálidas manos de la melancolia. Estás hoy en el umbral de los veinte años, a edad de los sueños, de las ilusiones, de las esperanzas; en que las tristezas son nubes pasajeras que entoldan, por instantes, el cielo de la existencia para desaparecer rápidamente y dejarlo más diáfano y más azul. Pero, pronto, como el ave que alcanza, al fin, amplio campo a su albedrío, sacudirás el plumaje, batirás las alas, hendirás el espacio, y alegre y feliz, entonarás el excelsior del ruiseñor que expresa en ritmos triunfales su amor a la luz, a la brisa, a los árboles, al espacio, a la vida en fin, donde la lucha ha de ser triunfo y glorificación para quienes tienen en la mano un arpa como la tuya, que es un precioslsimo don del Supremo Artífice.

y allá te miro: en una lejanía que ya alcanzas con las manos, para ocupar tu puesto en el grupo radiante de las cantoras de nuestra América, en que se destacan por la sobria elegancia del estilo y la sinceridad de la expresión, Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni, Alicia Lardé de Venturina, y Rosario Sansores. ALBERTO E. FIALLO. 24


EN ELPAIS DE LAS HADAS


Caperucita Roja Para Ana María Garasime

Caperucita Roja, la del alma tan buena, lleva luz en los ojos y a su paso despiertan las blancas margaritas que cubren la pradera. Caperucita Roja halló al lobo en su senda, le contempló un instante con la mirada tierna de sus ojos azules, y le dijo con pena: -"Manso lobo, estás triste y muy solo en la selva... Es que acaso no tienes quien te aliñe y te quiera? No hay caricias que endulcen la aridez de tu testa? " y acercó al lobo fiero su deditos de seda y alisó blandamente la pelambre revuelta que cual manto erizado envolvía a la bestia. Alzó el lobo los ojos de mirada antes fiera y extasióse en la niña candorosa e ingenua. La miró largamente, con inmensa tristeza... -"Caperucita Roja, Caperucita buena, -dijo muy suavemente, inclinada la testatengo llanto en los ojos y me ahoga la pena. Cuando vi que llegabas tan rosada y tan tierna yo pensaba algo horrible que de angustia me llena. Antes yo no sabía de caricias tan bellas ... ! Caperucita Roja, Caperucita buena, ven conmigo tranquila a través de la selva; yo llegaré contigo a casa de tu abuela ... 27


Romperé con mis dientes la apretada maleza ahuyentaré los lobos feroces de la senda e iré tras tus pisadas como una mansa oveja... Caperucita Roja, Caperucita buena, yo cuidaré tus pasos con ternura muy nueva, yo llenaré de besos y lágrimas tus huellas ... Mas déjame que sienta atta vez en mi testa, dulcemente posados tus deditos de seda. Antes yo no sabía de caricas tan bellas... !

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Caperucita Azul A Giouanna María Martínez

A esta Caperucita de mi cuento de ahora, Sabéis cómo la llaman? ... : Caperucita Azul... Es la más pequeña de las Caperucitas, y canta con la aurora, y ríe con la luz ... Esta Caperucita es amiga del Lobo, le cuenta historias bellas y le invita a comer... y el lobo r íc y r íc con su boca dentada, y pide más historias y más torta de miel... Esta Caperucita es la misma Alegría que cruza por los prados como un rayo de sol. .. Lleva en su cesto un rico tesoro de sonrisas, y lleva melodías, aroma, trino, flor ... El Lobo es un chiquillo que quiere ser su aliado: cantar con las auroras y reir con la luz ... Esta Caperucita es la misma Alegría, (Lleva el Cielo en los ojos)... Caperucita Azul...

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Dulce Blanca Nieves Para A ida Trennert

Dulce Blanca Nieves, desde mi regreso no sé de ternuras ni sé de alegrías; desde que he tornado, como un pobre preso, mi corazón sueña con pasados días... Tu castillo blanco hecho de alboradas me ha embrujado el alma con sus armonías... ¿Por qué si me abriste tus puertas doradas me has echado luego con mis fantasías? A veces me digo que todo fue un sueño, tu blanco castillo... tu rostro sedeño... y ansiando mis viejas locas alegrías, -Dulce Blanca Nieves-digo sollozantetórname a tu reino tan solo un instante aunque muera luego de melancolía... !

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Plegaria Para Guillermo A. Gowrie

y soñé que calzaba del gitante sombrío las clásicas botas que eran alas al pie; y trocanto las cum bres y bebiendo los valles al castillo encantado de los cuentos llegué.

Esmeraldas, rubíes y cerúleos zafiros alfombraban los pisos de granito y marfil; y del techo colgaban, como lámparas regias, los diamantes plasmados en el oro del Rhin ...

Era allí donde estaban, entre luces extrañas, Cenicienta, Aladino y el feroz Barba Azul; Caperucita Roja, el gran lobo del bosque y los siete enanitos del castillo de luz.

Duendecillos callados, sutilísimas hadas, Blanca Nieves, Piel de Asno, el gran mago Merlin, y la bruja malvada de la choza de dulce que ensoñó carnes albas en horrible festín.

Ofreciéronme todos sus mejores tesoros: A1adino su lámpara fulgurante de luz; el sutil zapatito que calzó Cenicienta y sus botas aladas el gentil Micifuz.

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Más no quise obstinada recibir tales prendas... Corrí loca hasta el cielo y le dije al Señor: "Oh Señor, yo te pido como gracia infinita que transformes los males en Bondad yen Amor... Que Aladino no pida más fastuosas riquezas, que no exprima más vidas el feroz Barba Azul, que la horrible hechiera no festine más niños y no engañe más almas el sutil Micifuz ... Oh Señor, haz que el lobo no devore impiadoso a la anciana abuelita que gimió de dolor... Oh Señor, haz que el lobo no se engulla con ansia a la tierna criatura que le habló con amor. .. !

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La Bella Durmien te

No hagáis ruido, duendecillos, callad, silfos y luciérnagas... Sobre su lecho de encajes la bella Durmiente sueña... Sueña porque ha mucho tiempo una hechicera som bría, vertió el licor de la Muerte en su copa cristalina... (Nuevo maleficio artero de aquella bruja sin alma: sombra del Mal en el reino de los duendes y las Hadas... )

Pero la Bella Durmiente tenía un Hada-Madrina, que con una dulce lágrima deshizo la hechicería.

y la Muerte, conjurada, se convirtió en dulce sueño... Durmiéronse las palomas, los cisnes y los corderos...

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Sobre el enhiesto castillo crecieron enredaderas, y las rosas alfombraron el lecho de la doncella. Quedó silencioso el bosque, y en tanto duerme la niña, velan su sueño: la luna, y la dulce Hada-Madrina... No hagáis ruido, duendecillos, .allad, silfos y luciérnagas ... Sobre su lecho de encajes la Bella Durmiente sueña...

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El Patito Feo (Paráfrasis)

y rompió cada uno de los tiernos patitos el blanquísimo encierro que le dio su calor por espacio de días y de noches iguales: todo sombra y silencio en la extraña prisión.

Más quedóse uno en su cárcel oscura sin caricias del aire ni visión de lo azul, y pasaban los días y las noches en sombra ... y el patito aún dormía sin salir a la luz. y la madre amorosa le besaba con ansia,

y plegaba sus alas para darle calor... Hasta que un dulce día se abrió lento el encierro, yel patito anhelado a la vida llegó. Era feo, sus plumas carecían de encanto. No había luz en sus ojos ni donaire en su andar... y fue burla de todos, y fue risa y escarnio ... Mas tan solo a la lu~a él contaba su mal. Impiadosos y crueles sus hermanos, robustos, le acosaban, le herían, le llenaban de hiel... Yen el alma dolida del endeble patito fue creciendo la angustia y muriendo la fe.

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Mas la madre amorosa elevó su plegaria: "-Oh Señor, yo te pido con angustia febril, que le des a mi pobre pequeñuelo sombrío tu Piedad, y le hagas menos triste el vivir... Oh Señor, no ha nacido de mi entraña fecunda, pero es mío, le quiero, su dolor es mi mal.; Oh Señor, él es bueno, ha sufrido y llorado ... Hazlo bello, hazlo grande con tu inmensa bondad... ! " y de pronto el patito se levanta gallardo, ca bran gracia sus alas y donaire su andar; su plumaje se torna afelpado y brillante, y su cuello se alarga como lira triunfal.

¿Qué grandioso milagro le ha tomado en el ave más hermosa y más bella que jamás existió ... cFue la magia de un Hada o de un sabio hechicero, o la gracia infinita de la mano de Dios? No lo supo el patito que extasiado palpaba su plumaje de armiño pretendiendo soñar... Solamente las frondas y los astros y el aura, conocieron la honda, misteriosa verdad ... No lo supo el patito: su blanqu ísimo encierro era un huevo de cisne más hermoso que el sol. Su abolengo era rancio j legendaria su estirpe; sus blasones la Albura, la Belleza, el Amor... Solamente las frondas, y los astros y el aura conocieron la honda, misteriosa verdad. Mas la luna hechicera, hostia blanca del cielo, quedamente ha confiado su secreto a un zagal. 36


La romántica loca, obstinada, persiste, en que Dios desde el Cielo escuchó la oración de aquella ave tan dulce, que ahuecando sus alas al patito feúcho dio Ternura y Calor. .. Vieja pálida luna, hostia blanca del Cielo que a la paz de los montes brindas suave tu luz, a Ü sola te digo mi escondido secreto: también loca, obstinada, pienso yo como tú ... !

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LA HORA AZUL


Mañanita Clara

Mañanita clara, diáfana y risueña, mañanita buena tan l1ena de luz; deja que dormite sobre tu alba nube, déjame mecerme en tu hamaca azul. .. Mañanita clara cuajada de trinos, mañanita rubia tan llena de sol; deja que me arrulle con tu fresca brisa, deja que en ti aduerma hoy mi corazón ... Mañanita clara como la pupila de un divino ángel bañado de luz; mañanita buena, lIévame contigo, lIévame contigo prendida en tu azul. Mañanita clara, no sabes el ansia que tengo de asirme a un rayo de sol, de bañar mis ojos en tu cielo inmenso y arrullarme el alma con tu alba canción. Mañanita clara, tengo el alma herida... -iba por la senda y hubo un cardo cruel-o Mañanita clara, ciérrame la herida con tus dedos de Hada, y así curaré ... Más con la alborada seguiré mi senda, que no importa el cardo ni importa el dolor, si luego me llevas en tus alas diáfanas a tu Cielo inmenso y a tu ru bio sol...!

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La Siembra

Traigo entre mis manos un grano de trigo rubio como el oro. ¿En qué blando surco siembro mi tesoro? oo.

Dura está la tierra y en ella mi trigo morirá apretado. ¿Qué manos me ayudan a hacer el arado? Ni las aguas buenas se me dan en lluvia, y el dorado grano se me está muriendo en la inquieta mano. y yo quiero verlo orotar en espiga y darse cual nido ... y yo quiero verlo ser pan bendecido... Pronto, el Hada-Buena o Aladino el mago: mi mejor amigo! 42


Venid a ayudarme a sembrar mi trigo! En mi angustia loca, de mis tristes ojos brota acerbo llanto. y oh magia divina! Oh mágico encanto! ... Se ablanda la tierra, se abre lento el surco como un vaso de oro, y en él ya dichosa, siembro mi tesoro! Oh, Señor, bendice con tu Amor la siem bra que tuvo el remojo del acerbo Hanto que nació en mis ojos!

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Resurrección A mi tío José Antonio Bonilla Atiles

Al clarear el día continué mi ruta, los ojos cansados de tanto mirar... Al venir el día continué mi marcha, el alma extenuada de tanto soñar. .. Llevaba en mis labios la salmodia triste del que no ha vaciado su copa de hiel... Llevaba en mi oído la angustiosa queja del que no ha sabido de aromas ni miel. Mis manos crispadas temblaban de angustia, del dolor intenso de no saber Dar. .. Mis plantas heridas sangraban, sangraban, y nuevas espinas tornaban a hallar. Mas llegó a mi oído melódico trino . ¿De un ave, de un ángel? De fijo no sé . Alcé a Dios los ojos, contemplé los cielos, y su azul bendito se infiltró en mi ser. De entonces mis plantas no saben de espinas, de entonces mi labio se abrió a la canción, y hu bo nuevas luces en mi i~quieta vida, y nuevas dulzuras en mi corazón ... !

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Nochebuena Para Angel Rafael Lamarcbe

Por aquel que vino al mundo para redimir al hombre, bebe, Hermano, de mi vino ... Comparte mi cena pobre ... Olvida que cada día renace un nuevo lscano te -llaga incurable y eterna que mancha la faz del Orbe-o Olvida que el Mal existe -eterno Dolor humanoy hablemos de la dulzura de Belén y de los Magos ... Amor en el Universo ... Amor llegó una mañana... -blancas carnes de azucena que el mismo Dios amasara-o Amor llegó a los humanos y durmió sobre la paja... Esa cuna, la más pobre, fue su primera Enseñanza... Hablemos, Hermano, hablemos... Recordando aquel milagro, no se odiarán hoy los hombres y el Mal estará aquietado. Mientras exista el recuerdo de aquel pesebre callado, quizás llore el Iscariote su beso ... ¡Quién sabe, Hermano! Mientras exista la Gracia de aquel bendito recuerdo, cantemos, Hermano, el mundo, conserva el beso del Cielo!

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La Mano Que Da Para A tala y Viriato

Tiéndese la mano con dulzura extrema, como una apacible flor de Caridad: tiéndese y ofrece la limosna santa. Es mano que da... Tiéndese la mano con ternura inmensa, palpitante y llena de dulce bondad; tiéndese y ofrece su caricia blanda. Es mano que da. Tiéndese la mano con gracia divina, rebosante y plena de Amor y Piedad; tiéndese y restaña la ardorosa herida. Es mano que da. Señor, yo te pido que a mis pobres manos, huérfanas de olores y de suavidad, les dés la bendita gracia con que ungiste la mano callada del que sabe Dar ... !

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Mi Risa Para Margarita Contin Aybar

Disuelta en la brisa se me va la risa -cascabel de plata de argentino son- ... No sé-dónde nace, ni sé por qué vino, sólo sé que siento su temblor divino dentro el corazón ... Viajero, Viajero que pasas de largo por este sendero, detén tu vagar ... Escucha mi risa, que envuelta en la brisa con su tintineo te quiere alegrar ... Viajero, Viajero, detén la jornada... Déjame decirte lo feliz que soy ... No sé por qué Río ... No sé ni me importa ... . pero así, Viajero, la senda es más corta y riendo yo voy ... Viajero, Viajero, detén la jornada y escucha mi risa de argentino son ... No sé dónde nace ni sé por qué vino, mas desde que siento su tem blor divino yo vo~' desgranando por todo el camino la loca alegría de mi corazón... ! 47


Invencible

En mi dicha ensañados los rencores humanos, con sus garras de acero destrozaron mis manos, y gritaron: "Las rosas del florido sendero no podrá ya arrancarlas! "Y triunfantes rieron... Mas yo quedo tranquila, porque siento que al punto la belleza y la gracia de las rosas divinas, en milagro deslumbran mis cansadas pupilas. Por mi triunfo cegados los rencores humanos, me arrancaron los ojos y gritaron: "En vano lucharás por ver rosas! No tendrás su caricia ni su rico perfume" ... y fue horrible su risa. Mas yo quedo tranquila, porque siento que al punto un ensueño naciente embalsama mi herida, y en grandioso prodigio se me da en rosas vivas. Iracundos, airados, los rencores humanos me rodean, me acosan ... Son feroces sus manos... "Ah ese ensueño maldito en tu alma ha nacido? ..." y la exprimen rabiosos ... Y su risa es rugido ... 48


Mas yo quedo tranquila, porque siento que al punto mientras huyen vencidos -ya perdida la risalos humanos rencores que azotaron mi vida; De las fibras dolientes de mi alma extenuada, otro ensueño ha surgido como nueva alborada. y oh prodigio infinito! en las rosas más bellas me hace ver el milagro de tornarlas estrellas. Porque el ala bendita de mi ensueño naciente con mi pena y mi angustia y mi llanto fue ungida ... y mi alma más sueña cuanto va más herida... !

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Haz Que Florezcan Mis Manos Para el Canonigo Luis Federico Henriquez

Señor que todo lo puedes, Señor que todo lo das, haz que florezcan mis manos y prodiguen sin cesar. .. Llénalas de dulcedumbre, llénalas de suavidad, haz, Señor, que sean mis manos nidos de amor y de paz ... Haz que en ellas mis dolores ahonden surcos de bondad, y que las ternuras siem bren en mis dedos su aletear... Haz que florezcan mis manos en un incansable Dar ... Haz que florezcan mis manos y prodiguen sin cesar ... !

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Darse En el álbum de María Estela

Darse cual la brisa, sin saber a quién: al árbol, al nido, al espino cruel... Darse plenamente, darse como el sol, que al lodo y al ave brinda su calor. Darse como el agua que riega la mies, y baña al cerezo igual que al ciprés. Darse, siempre darse en aroma o sol, en brisa yen agua, en dulce Canción ... Darse en un perfume: nardo o azahar, azucena, lirio... Darse en un Cantar. .. Darse en armonía, trino y vibración ... Darse, darse toda en Arte y Amor ... y hacer que al conjunto de un mago sutil

(De dedos obscuros y blanco marfil) el alma remonte a la azul región donde hay luz y trinos, Belleza, Ilusión . Yen alas de ensueño duerma el Corazón .

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Tu Palabra

Como una dulce lágrima caída en la aridez de un cardo, así, como una lágrima, me llegó tu palabra, blandamente, hasta el fondo del alma... Hasta el fondo del alma me llegó tu palabra como un beso piadoso que en mi frente dejaras... Estaba triste y sola, y el peso de mi angustia me agobiaba ... Estaba triste y sola en el sendero, muy triste y muy cansada. Pero así, blandamente, sin que yo la soñara como un beso piadoso me llegó tu palabra, tu palabra que es trino, y es arrullo y plegaria... Tu palabra que tiene la dulzura del beso, la tibieza del nido, la frescura del agua... Como el suave rozar de unas alas, de unas alas abiertas al Cielo y en el nido dichoso ahuecadas, así, muy blandamente, como el suave rozar de unas alas, hasta el fondo del alma me llegó tu palabra... y mi angustia durmióse como un ave cansada... y mi voz se quebró en un espasmo de emoción indecible y extraña ... Perdona mi silencio... Perdona que callara... Era tanta mi dicha, era tanta, que temí fuera mi sueño muy frágil que al rumor de mi voz se quebrara... 52


Estaba triste y sola ... Muy triste y muy cansada... Pero así blandamente, me llegó tu palabra, como un beso del Cielo, como dulce plegaria que naciendo del alma por tus labios pasara ... Así, muy blandamente, como el suave rozar de unas alas... Oh ternura infinita de tu dulce palabra! Para siempre la llevo como un rezo en el alma, palpitanto en mi risa, tremolando en mis lágrimas, suavizando mi pena con su blanda caricia, con la blanda caricia de tu dulce palabra... Estaba triste y sola ... Muy triste y muy cansada... Pero así, blandamente, hasta el fondo del alma me llegó tu palabra... y mi triste pupila que opacara la angustia con sus trágicas alas, se agrandó deslumbrada... Me sentí resurgida ... como transfigurada ... Hoy ... no sé si fue un sueño que yo misma forjara en mi loca ansiedad de alboradas... Mas no importa, en mi alma, guardo aquella caricia infinita de tu dulce palabra... De tu dulce palabra que es trino, y es arrullo y plegaria, y que así, blandamente, sin que yo la soñara, me llegó como un rezo, hasta el fondo del alma... Así, muy blandamente, como un beso del Cielo ... como el suave rozar de unas alas...

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LA HORA GRIS


No Digas a Nadie

No digas a nadie tu intensa amargura, no digas a nadie tu acerbo dolor, no digas a nadie que en húmedas noches has llorado a solas tu ausencia de sol... No digas a nadie que tu angustia es loca, que una pena oculta taladra tu ser... No digas a nadie que tu cielo es negro ni que tu garganta se abrasa de sed ... No digas a nadie que sufres y lloras, que ni ríe tu labio ni canta tu voz, no digas a nadie que te duele el alma ni que anhelas, loca, cielo, espacio y sol... No digas a nadie tu intensa amargura, no digas a nadie tu acerbo dolor. Sonríe ante el mundo y acalla el gemido que brota angustioso de tu corazón ... !

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Martirio

A Cecilia Giudicelli

Martirios de martirios el que llevo en el alma: saber que de mis manos no ha brotado una flor. .. Saber que de mi choza no ha partido un viajero sin mi triste regalo: dolor y más dolor... Martirio de martirio, yo te llevo en el alma, y te siento en mi vida, calcinando mi ser... Prisioneros dolientes en tus gélidas redes hoy sollozan sin alas mís ensueños de ayer. .. Martiro de martirios, yo te llevo en el alma... -Destrocé en toda senda los naranjos en flor-o Este llanto en mis ojos lo exprimió tu amargura... Esta mueca en mi labio la marcó tu dolor... Martirio de martirios, yo te llevo en el alma, abiertos tus dos brazos -cruz im puesta a mi serVoy dejando en mi gólgota la sangre de mis venas que quise dar en rosas, mas no pude ofrecer... Oh cruz de mi martirio, yo te llevo en el alma... Se agiganta la angustia, se acrecienta el dolor... Doblada voy, sin fuerzas, sin luz en mi negrura, mas me aferro a tus brazos -Oh la cruz del Señor! y mi rostro en el polvo del camino infinito,

pido a Dios: "No me quites el dolor de esta cruz ... Pero haz otra la causa de mi triste martirio: que no reciba nada... mas déjame ser luz ... ! " 58


El Ensueño Roto

Se ha trizado en mis dedos, como un ánfora leve, un ensueño hilvanado con los rayos del sol; se ha trizado en mis dedos, que al mirar su torpeza, se han crispado en silencio, con intenso dolor. Se ha trizado en mis dedos, como un búcaro frágil, un ensueño tejido con girones de azul; se ha trizado en mis dedos, y la brisa implacable se ha llevado las briznas, que han flotado en la luz. Se ha trizado en mis dedos, como un vaso doliente, un ensueño forjado con la miel de un panal; se ha trizado en mis dedos, que de angustia torcidos, se han cerrado sin ansias de otro ensueño alcanzar. y reclaman en vano los perdidos despojos

de ese ensueño hilvanado con los rayos del sol... Para unir esas briznas yo daría a mis manos de mis venas la sangre convertida en dolor. .. !

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Deja Que Descanse

Deja que descanse... Traigo tal fatiga! ,.. Fue largo el camino, fue pesado el viaje ... Me hirieron las zarzas y azotóme el viento. Pero ya hablaremos ... Deja que descanse ... Quisiera dormirme aquí, blandamente, dormirme olvidando mi angustioso viaje . i Qué triste jornada, sin luz y sin calma! .. Pero ya hablaremos ... Deja que descanse .. Siento aquí en el alma una angustia inmensa... Tal vez sea el recuerdo de mi amargo viaje ... Sentí tanto frío! Lloré con tal pena! ... Pero ya hablaremos ... deja que descanse ... Cuéntame algún cuento, una dulce historia que ahuyente el recuerdo de mi triste viaje ... Sola en la jornada! Perdida en la niebla! Pero ya hablaremos ... deja que descanse ... " sa b e .... I ' suavemente, Y ta 1 vez ... . IqUlen aSl,

me quede dormida y emprenda otro viaje . Un viaje muy largo, por una amplia senda .. Pero ya hablaremos ... deja que descanse ...

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Corazón

Qué loco es este corazón que en m í anida y va marcando lento las horas de mi vida impasible y tenaz! Aunque el dolor le oprima y le estrujen los males, y su sangre emponzoñen los testigos mortales, él sigue su compás... A veces parecióme destrozóle un gemido -tan terrible fue el golpe! - y alocada he sentido detenerse su andar ... Pero al punto retorna su latido invariable, que no importan los golpes del dolor implacable para hacerlo callar... Qué loco es este pobre corazón que en mí anida! No detendrá su ritmo la angustia de esta herida que dejóme el vivir. y tendré que gritarle con la voz rota en llanto: -"Corazón, tengo sueño, quiebra pronto el encanto; cesa ya de latir! ... "

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Hoy Soy Ave Cansada

Ayer, cuando hasta el cielo mi vuelo remontaba, y sentía entibiarse mis plumas a la blanda caricia del sol, que dulce me besaba... Ayer, cuando sentía la ansiedad de vivir palpitando en mis alas, y gocé la pureza del cielo, del arroyo y del aura... Ayer, cuando mis trinos al espacio volcaba, ebria de azul y lumbre; yo quería volar aún más alto y agitaba afanosa las alas... Yo quería ser luna o estrella en el Cielo engarzada, yo quería brindarle a ese Cielo mi ternura de hermana... Avecilla feliz, en el vuelo yo llevaba mi mundo de ensueños, mi mundo de ensueños prendido en las alas... Pero hoy, todo es sombra, angustia, fatiga y nieve en el alma ... El viento puso frío de hielo en mis entrañas, y no pude ser luna ni estrella en el Cielo engarzada...

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Hoy soy ave que espera, con el ansia de vuelo dormido en las alas... Hoy soy ave que sueña con el sueño de siglos, con el sueño sin alba . Hoy soy ave cansada .

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Revelación

No me preguntes cómo ... No importa cómo fuera ... Quizá un presentimiento fugaz me lo dijera... No me preguntes cuándo ... No podría decirte . Tal vez un día de esos en que el alma está triste . No me preguntes dónde ... Ni yo misma lo sé... Aqu í o allá .. , iQuién sabe! ... i Quién sabe dónde fue!

No me preguntes nada... Los recuerdos me espantan ... Vi el abismo insondable abierto ante mis plantas y tuve la certeza de que en él me hundiría... 'P or que.... '? N unca 1o supe... m' 1 ' to d avia.... ' I o se

c:.

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De Regreso

Aquí estoy de regreso, muy triste y cansada. Aquí estoy de regreso, con mis viejas nostalgias, con los mismos ensueños de antes, con idénticas ansias ... Fue corta la jornada, pero en ella encontré mucha nieve que cubrióme el alma ... Fue corta la jornada, pero en ella perdí las sandalias, y sentí el aguijón de los cardos clavarse en mis plantas... A mitad del camino infinito percibí tu llamada... Era un grito. y volví lentamente, agobiada por un fardo de angustia inmensas, con los ojos sin lumbre, con la frente inclinada sobre el triste sendero ... Con las manos crispadas... Aquí estoy de regreso ... Pero he visto tu puerta cerrada, y me encuentro más sola que antes, y la calle está envuelta en tinieblas, y me siento extenuada... Acaso no quisiste que tornara? '" ¿Por qué entonces tu puerta para mí está cerrada? é

Aquí estoy de regreso, muy triste y cansada. Aquí estoy de regreso, con mis viejas nostalgias, con los mismos ensueños de antes, con idénticas ansias ... 65


Pero en vano me acerco a tu puerta... Para mí está cerrada. Volveré nuevamente a mi viaje, otra vez volveré a la jornada, y al final llegaré en un instante, quizá antes del alba ... Pero ... qué? ... ¿Me has llamado .. .? ¿No quieres que parta? dQue no quieres emprenda otro viaje por regiones extrañas? ... Bueno ... entonces me quedo ... Tengo tantas ansias de aquietar el alma . Traigo tal fatiga de mi cruel jornada! . Pero ... el frío me hiela... abre pronto la puerta... Vengo tan cansada! ... y con éste, mi grito de angustia, me sorprende el alba ... y tras ella la noche som bría, y después otra nueva alborada...

Pero en vano ... Tu puerta permanece cerrada, y yo fuera, en la niebla, como una desterrada... Toda una eternidad clamando inútil... Toda una eternidad ante tu puerta para mí ya cerrada. Cerrada para siempre.... Tristemente cerrada ...

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Mi Dolor en tus Ojos

Desde el hondo de unos ojos luminosos me miran dos pupilas angustiadas: Es mi propio dolor el que se esconde tras la serenidad de tu mirada. Es mi propio dolor, que en tus pupilas pone el húmedo brillo de las lágrimas... Mi dolor en tus ojos luminosos destrozándome, de lejos, las entrañas... Tal vez no sepas nunca mi martirio e ignores siempre mi incurable pena: que más me hiere mi dolor de siglos cuando se esconde en tu mirada buena.

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La Dicha

Viniste quedamente -dulce visión alada-, me ofreciste el apoyo de tu mano de seda, y conmigo marchaste por la abierta vereda tornándose, a tu influjo, la noche en alborada. A tu paso el guijarro convirtióse en estrella, el cardo en rosa viva, la charca en limpia fuente .. Marchando así, contigo, la senda era un riente jardín que florecía al soplo de tu huella. Mas de súbito, alada, te perdiste en lo arcano, dejando entre mis manos la huella de tu mano y el supremo recurso que jamás presentí, de mirarte de lejos como un girón de Cielo, de mirarte y seguirte con este desconsuelo de saber que ya nunca marcharás junto a mí...

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La Suprema Ley

Llegó, pálido, el viajero ante las puertas del Cielo... y habló el Señor: "-Di, quién eres? ... ¿Qué buscas en este reino? ..." -"Busco, Señor, un refugio, Vengo rendido, extenuado ... Llevaba luz en el alma, mas la Vida me ha cam biado ... Cumplí tu Ley en el mundo, seguí tu santa palabra: amé y sufrí ... y hoy regreso buscando la paz del alma..." -"Mi Ley dice más, Viajero ..." -"Tuve piedad del vencido, calmé la sed del sediento y al extraviado di abrigo ..." -"Mi Ley dice más, Viajero ..." -"Cuando punzóme una espina no la maldije ... Tan solo tendí a ti mi manó herida..." -"Mi Ley dice más, Viajero ..." -"Di la sangre de mis venas..." -"Aún no he trazado tu signo..." - "Ab reme, Senor, tu puerta.I '" " 69


-"Viajero, triste Viajero, vuelve de nuevo a tu senda..." -"No puedo, Señor, es larga, y el cansancio me doblega ..." -"Mi Ley dice que esa senda has de andarla noche y día..." -¿Aún sin luz y sin abrigo? " -"Esa es mi Ley en la vida "

y allá va, triste, el Viajero, como un extraño fantasma... Allá va, sin luz ni abrigo, ni una ilusión en el alma.

Allá va, pálido y triste .. La senda es áspera y larga .. La senda es dura y sombría, pero es la Ley... y hay que andarla... !

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Quiero Hallar El Misterio

Quiero hallar el misterio que oculta mi destino, quiero encontrar la causa de mi sino fatal. Cada rosal que toco se convierte en espino, cual si fueran mis manos dos látigos del mal. Quiero ahondar el embrujo que ha inquietado mi vida y saber por qué sufren los que vienen a mí; saber por qué les hiero, si mi mano extendida sólo lleva flores de mi interno jardín. Saber por qué mi risa suena rota y amarga, conocer el origen del dolor que me embarga torturando mis horas con su sordo clamor... y saber por qué con la paz de los cielos si mis manos no pueden alcanzar sus anhelos y la vida me niega sus rosales en flor ... !

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Persuasión

De amasijo triste formaron los hados este corazón; como rudo garfio llevo en él prendido mi viejo dolar. .. Quizás sea una pena que yo misma ignore de dónde surgió, pero va conmigo como arcilla amarga doquiera voy yo ... De amasijo triste formaron los hados este corazón ... Hasta en la alegría tienen sus latidos ecos de dolor. .. Tal vez en sus fibras que arraigue una pena loca y sin razón, pero me persigue como sombra inquieta doquiera voy yo .... De amasijo triste formaron los hados este corazón... y saber que siempre llevaré en su entraña mi viejo dolor... ! y saber que nunca retendré .en mis dedos

-triste persuasiónel absurdo ritmo que impiadoso mueve , 1 este corazon.... 72


Las Inciertas Palabras

Como gotas de acíbar cayeron lentamente -cada gota un gemido- las inciertas palabras... Cada gota un gemido y una fibra del alma ... [Córno sentí la angustia retorcer mis entrañas con sus garras de acero! ¡Cómo sentí romperse cada fibra del alma al golpe inesperado de unas cuantas palabras! Así, en un breve instante-apenas un latido del corazón cobarde- el mundo tomó formas de trágicos abismos ... Así, en un breve instante, se destrozó mi vida y rodaron al suelo mis castillos de ensueño. Unas cuantas palabras en mi alma caídas... Unas cuantas palabras, y con ellas la vida disuelta en un gemido, en un sollozo amargo, es una acerba lágrima... iCórno sentí la hondura de los negros abismos! ¡Qué horrenda la pavura que me inundó la vida cargándola de siglos! oo. Después... équé importa todo? ... Noche o día es lo mismo ... La luz del sol no llega hasta mi sombra, esta sombra perenne desfallecida en gritos... 73


y es inútil que trate de liberarme

de este horrible martirio, que a través de la sombra y a través de los siglos, llevaré a mi garganta, como un collar de lágrimas -cada cuenta un sollozo y una herida en la entrañauna a una engarzadas las inciertas palabras... Las inciertas palabras que fueron en mi vida como gotas del acíbar, aquellas que cayeron lentamente... -cada gota un gemido y una fibra del almaaquellas que me hicieron descender al abismo y sentir que mi vida se llenaba de siglos, de siglos y de lágrimas ... Las inciertas palabras que jamás presentí... Yo ignoraba que una vida pudiera troncharse, tal como una rama, así, en un breve instante, al golpe inesperado de unas cuantas palabras...

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Pobre Corazón Mío

Pobre corazón mío que has esperado tanto para ésta la hora de tu compensación ... Pobre corazón mío que has sufrido el quebranto de ver rota, deshecha, tu más bella ilusión. Yo fui tu propia cárcel, mi voluntad tu yugo; tronché tus alas blancas que imploraban la luz... Para tus locas ansias fui inclemente verdugo, fui tu espina punzante, fui tu lanza y tu cruz ... Pobre corazón mío que has esperado tanto ... ! Ha llegado la hora que anulará el quebranto y dará nuevas alas a tu muerta ilusión ... Pero ahora al dejarte como un pájaro al viento, ebrio de azul y lumbre, Corazón, yo presiento que tornarás sangrando a tu vieja prisión ... !

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Por Qué? Para Fabio Fiallo

¿Por ql'j? ... Tiembla en mis labios la pregunta incierta que me llenó de sombra el pensamiento ... ¿Por qué? ... Nadie responde... Nadie ... y es horrible el silencio que se lleva mi voz por los caminos guardando su misterio . . . ¿Por qué? ... En vano grito interrogando al Cielo ... -Sobre mi espalda, el peso de mi angustia parece que empujárame hasta el suelo-o y estoy cansada de variar la ruta buscando la respuesta . ¿Por qué? ... Silencio Desolador silencio ... Acaso no halle nunca quien responda... Acaso he de llevar sobre mis hombros, por todos los senderos, el peso abrumador de mi pregunta, como una cruz de hierro... Acaso no halle nunca quien responda... Acaso el mismo Cielo, -otras veces regazo a mi congoja, arrullo en mi desveloguardará para siempre su misterio ... 76


y en tanto yo persisto en mi pregunta a través de los ásperos senderos: ¿Por qué? ... Silencio ... -tinieblas en el alma-o Desolador silencio ...

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Angustia

No conozco el origen ni comprendo la causa de esta ¡ngustia infinita que aprisiona mi alma... En sus manos de hierro va estrujando mis horas, y la siento en mi Vida comprimiéndola toda. No conozco el origen de esta angustia pcrenne que me anuda en sus brazos y me llena de fiebre: En mi piel el contacto de sus hórridos dedos va marcando arabescos como sierpes de fuego. No conozco el origen de esta angustia im placable, pero siento su garra destrozando mi carne, arrancando uno a uno los ensueños del alma y exprimiendo en mis ojos el dolor de las lágrimas. cQue Hechicero sombrío ha arrojado a mi senda esta angustia terrible que mi Dicha se lleva? ... No lo sé .. ni me importa; sólo clamo dolida: "Desatadrne este nudo que retuerce mi Vida..."

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GIRONES DEL CIELO


Aleluya

Fue en un pesebre callado y tuvo por toda cuna un montón de paja fresca salpicada por la luna, "El Niño Rey ha nacido! ... Venid los pastores... " anunciaron las trompetas .., "Venid a traerle florcs! ..." Con sus suaves rizos rubios dormía el Niño tranquilo, y ante el portal los pastores se llegaron con sigilo y la cabeza inclinaron y oraron calladamente. y arrodillados y mudos le adoraron largamente, Ante el portal un lucero irradiaba su luz suave ... Ante el portal se detuvo a ver al infante un ave...

y tres camellos elásticos llegaron en caravana, y tres reyes descendieron ... Era clara la mañana ... "El Niño Rey ha nacido! ..." anunciaron los pastores. y mezclaron el incienso y la mirra sus olores. y le adoraron los magos, los pastores y las aves, y las flores le envolvieron en sus perfumes más suaves ...

y el Niño Rey aún dormía, y cuando alzó las pestañas, hube un grito de Aleluya que resonó en las montañas ...

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Mírame

Mírame las manos, dulce madrecita... ¿Hay en ellas algo que no sea caricia? .., La copa del árbol siente la frescura que le da la brisa ... Mírame los labios que un día me diste ... ¿No se mu~ven siempre para bendecirte? La dulce avecilla percibe el gorjeo del polluelo triste ... Mírame los ojos -por ti siempre abiertos-o ¿No siguen tu rastro por todo el sendero? .., La rosa de Mayo siente el beso tibio del sol mañanero ... Mírame muy hondo, muy hondo en el alma ... Mírame hasta el fondo vivo de la entraña... La luna penetra las profundidades de las agu as m ansas... Mírame hasta el alma, Madrecita buena... Es triste tu niña, muy triste y enferma, mas para quererte tiene el alma blanca como una azucena ...

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Abuelo Para mi abuelo Rolando Martinez

Abuelo, préstame tus manos buenas y enséñame a abrir surcos en la tierra. Dame ese gesto noble de entregarse sin que el propio dolor lastime o hiera. Abuelo, préstame tus claros ojos y enséñame a mirar siempre a los cielos. En mi pupila absorta y opacada la grata lumbre de tus ojos quiero. Abuelo, préstame tu voz serena y enséñame a decir tus leyes santas. Reivindica mi inútil existencia perpetuando en mis labios tu palabra... Abuelo, Abuelo, préstame un instante tu corazón inmenso como el Cielo ... Enséñame a querer a los que arrojan piedras e insultos sobre mi sendero. Abuelo, Abuelo, préstame un instante tu noble corazón para quererlos... Para quererte a ti ... yo tengo el mío ... y qué inmenso su amor mi dulce abuelo ... !

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Ojitos

Ojitos, dulces ojitos que miráis tan angustiados, pedís el pan que os niegan los malvados? '" Ojitos, dulces ojitos que miráis con tanto duelo; pedís a Dios un pedazo de su Cielo? ... Ojitos, dulces ojitos que miráis tan penosos; pedís flores a los prados tan hermosos? ... Ojitos, dulce ojitos que miráis con tanta pena, pedís rayos a la luna que es tan buena? ...

Ojitos, dulces ojitos, queréis pan o cielo o flores? ... O luz que os suavice blanda los dolores? 84


Ojitos, dulces ojitos que miráis con emoción; por veros nunca tristes ni angustiados, os daría como ofrenda el corazón! ...

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El Divino Milagro (POEMA DE NA V/DAD) Para Don Alberto

Era bello como el Cielo, rubio como la mañana, aquel dulce pastorcito que'el rebaño apacentaba. Sobre el risco y el barranco, en el valle y la montaña, siempre siguió tras las huellas de sus ovejas blancas. Aquel dulce pastorcito soñaba mucho, soñaba con luces deslumbradoras y apariciones extrañas; con sublimes melodías que albos seres entonaban; con azucenas y lirios y alondras de leves alas... En el villorrio apartado y en la aldehuela cercana, las mozas y los zagales de sus sueños se burlaban ...

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y el pastorcito sufría,

y el pastorcito lloraba, y pedía al Dios del Cielo que sus sueños realizara...

Fue una dulce mañanita, fue una genial alborada: una estrella luminosa su tenue luz irradiaba... y tras ella fuese absorto,

la pupila deslumbrada. Ante el divino milagro dejó prisionera el alma: Sobre un quieto montoncito de paja suave y dorada, sonreía una criatura blanca y bella como el alba. Eran sus ojos luceros y su sonrisa alborada ... Celeste coro invisible, melodías entonaba, y el espacio estaba lleno de alondra de leves alas, y de trinos y de aromas y vibraciones fantásticas ....

Ante el divino milagro posternóse la mañana, y con ella el pastorcito lleno de emoción extraña.

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"Señor, déjame adorarle, déjame ofrecerle el alma... Yo soñé con el milagro mientras la luna brillaba... Señor, déjame adorarle, me echaré sobre la paja. Mis ojos sólo los quiero para mirarle la cara ... " Escuchó el Señor su ruego desde entonces -Oh su Gracia! brillan suaves en el Cielo dos Jiluevas estrellas blancas...

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Fantasía

-Ven ... Una historia de duendes te contaré... Silencio ... (Las manos de la abuela semejan mariposas cansadas de volar. ..) Ven aquí a mi regazo ... Reclina tu cabeza sobre mi hombro ... Empiezo ... (Las manos de la abuela se duermen como besos en los bucles del nieto, rubio como un trigal. .. ) Sabes la historia blanca de la Reina del Bosque? '" (Su voz suena quebrada, como una rama seca ... ) Era una Reina bella como un sol, y tenía verdes los ojos, verdes como gotas de mar ... -De mar, abuela? ... Pero es verde el mar? ... -Hijo ... verde unas veces ... Otras veces azul. .. -vCucndo el cielo le besa se torna azul, cverdad? -Sí. Prosigo: tenía aquella Reina una corte de Hadas y un palacio de oro y de cristal. .. - y todavía existen Hadas, abuelita? ... -Sí existen ... pero muy lejanas... -y yo no podría verlas? ... -Hijo ... (Las manos de la abuela tienen ahora vagos temblores de inquietud... ) Sí... puedes verlas ... Cuando duermes tranquilo cuando sueñas... Las Hadas huyen de la luz .

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-Tendrán manos de seda, así como las tuyas, abuelita... Su voz será una música, así como tu voz ... Tendrán los ojos claros y brillantes y hermosos, así como tus ojos ... Ojos llenos de azul. .. [Qué bonitas deben ser, qué bonitas, abuela... , " ast ,.. como eres tu. -Hijo ... (Las manos de la abuela, secas y descarnadas, parece que han sentido el hálito infinito de la Vida ... ) Hijo ... (Las manos de la abuela recorren extasiadas la blonda cabecita rica de Fantasía... ) Hijo de mi alma... Auñque no duermas ... aunque estés despierto, siempre verás las Hadas ... !

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Arrullo

Viniste con la aurora, niño mío; bajaste con la luz ... Hoy el sol me parece más brillante y el Cielo más azul, .. En mis manos quisiera más ternura para estrecharte a ti... Para estrechar tus suaves carnes albas quiero ser más sutil... Vinieste con la aurora, niño mío; como un rayo de sol. .. Te has prendido en mi vida para siempre, allá en mi corazón ... Con mis lágrimas acerbas un rosario formaré para ti ... Jugarás con mi llanto y a tus ojos no haré más que reir ... Viniste con la aurora, niño mío; como un beso de Dios... Nada podrá arrancarte de mi vida ni de mi corazón ...

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El Sublime Temor

Dime tú, Madrecita, por qué en vano tiendo los brazos hacia el Cielo inmenso sin lograr alcanzar su azul lejano? Está tan alto, tan alto y tan distante ... ! Ha~ tanto espacio entre su azul glorioso y mis manos abiertas e implorantes! ... Dime tú, Madrecita, por qué el Cielo está tan lejos de mis pobres manos y tan distante de mi loco anhelo? ... "Calla, mi bien y duerme..., que hace frío ... ¡Qué cosas tienes! '" Calla.. no delires ... Duérmete junto a mí... duerme, bien mío. El Cielo? .... Sí, muy alto ... y muy lejano ... También a veces yo he querido asirlo, pero jamás lo alcanzarán mis manos ... Mas qué te digo? ... Duerme... viene el día... Duérmete junto a mí... descansa sueña... El Cielo está muy alto, Vida. mía "

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Por El Niño

Tú, el de los labios puros recién abiertos con la palabra" Madre"; tú, el de los claros ojos que sólo vieron amor, ternura y besos; tú el de las manos suaves, no posadas aún en el espino ... Tú eres puro, puro como la brisa y como el cielo ... Tu, el que no hubiste aún oro en las manos ni conoces los odios de los hombres; tú el de la casta frente que aún conserva el beso del Divino ... Tú eres puro, y llevas en el alma blancura de vellones ... Me arrancaré las manos para limpiar de espinas el sendero que pises ... Te seguiré sonámbula para alejar las duras saetas que te arrojen los míseros humanos . Iré como tu sombra Seré como tu huella por todos los caminos... No detendrá mi marcha la piedra ni el gusano ... Por conservar la santa blancura de tu alma, yo agostaré mis rosas y quebraré mis ansias ... y cuando me detenga, ya extenuada, y me tienda a dormir el sueño eterno sobre la verde hierba del sendero; te seguirá mi amor, como un arrullo, en la dulzura blanca de mi verso ... !

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11 ROMANCES, CANCIONES YELEGIAS


Romance de la Niña que fue en pos de una Estrella

La niña fue con el viento -alas le puso el amaren pos de una estrella blanca que del cielo se fugó. La niña cruzó los bosques; al fondo del mar llegó; trepó erizada montaña - ¡Oh las alas del amor! ~ La niña alcanzó la estrella con sus dos manos de flor. La estrella brillaba tanto que su lumbre la cegó. Paloma blanca en desvelo. Lirio abierto, caracol... La estrella en sus manos era un solo dulce temblor. Amor, amor que le diste tus alas al corazón: ihaz que la niña se duerma con el canto de tu voz! i Que nadie turbe su sueño - ibendito sueño de amor! Una estrella entre sus manos y un solo dulce temblor... Todo el cielo derramado -vaso de m id y de olor97


sobre el lirio de su carne ... ¡Todo el cielo y todo,el sol! Nardo y oro entre sus manos y encima del corazón. ¡y entre las nubes del sueño: la música de tu voz! Amor: un dulce deseo de llorar. Un ruiseñor que despertó a Primavera con su primera canción ... La vida misma que nace. y dolor. To~o el universo. Todo lo que alienta bajo el sol... Amor, amor que le diste tus alas al corazón: ique la niña no despierte! i Que sólo escuche tu voz! i Que nadie turbe su sueño i Oh, dulce sueño de amorUna estrella entre sus manos y un solo dulce temblor! La vida: sueño

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Romance de la Sirena

-Sirenita, Sirenita, éadónde vas con el viento? -Vaya dormir en las nubes y a besar a los luceros. -Sirenita, Sirenita, llevas los cabellos sueltos! - En ellos vendrá el rocío que dejaré entre tus dedos. -Sirenita, Sirenita, i No te me vayas muy lejos! ¡No es distancia la distancia que te separa del sueño! -Sirenita, Sirenita, ¿qué me traerás al regreso? - Te traeré una estrella blanca y un ruiseñor en desvelo. Te traeré nubes rosadas y escarcha de los luceros. Te traeré una flor de sangre y un pedacito de cielo ... -Sirenita, Sirenita, si vas a soñar, te dejo ... -Vaya soñar para ti, i que eres la novia del sueño!

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Ronda de Luna y Lucero

Dijo la luna al lucero: "No quieres saber de mí", .. Dijo el lucero a la luna: "¿Cómo puedes decir eso, si vivo sólo para ti?", Dijo la luna al lucero: "Si no me guardas rencor ..." Dijo e1lucero a la luna: "¿Guardarte rencor a ti? Luna, luna bienamada, ,. écórno he de guardar rencor a quien me ha dado la vida, aunque la vida me quite por no causarme dolor? Luna, luna sin distancias en cuyos brazos dormí... Yo no tengo más que un sueño, y es el mismo sueño dulce que un día me hizo vivir! Luna, luna bienamada, yo no tengo más que un sueño: ivolver a nacer en ti!

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Caperucita Blanca

Caperucita Blanca va por campos nevados con las manos tendidas, en busca de uría flor. Los ojos le resbalan sobre la nieve quieta que se ha bebido el bosque con su claro verdor. Ella quisiera un ramo de flores perfumadas para el lejano abuelo de los ojos sin luz ... irlace ya tanto tiempo que recorre los prados! i Y es el mismo paisaje, todo blanco y azul! El Abuelo está lejos, en su clara cabaña, y mientras duerme aguarda, y aguarda sin cesar ... Caperucita Blanca ha de llegar un día con su ramo de flores y su voz de cristal! y ella avanza, perdida entre tanta blancura. y el sol nace, y se duerme, y vuelve a renacer.

i Oh, el invierno ha quemado los árboles del bosque y sus manos se hielan sin poder florecer!

¿Cómo llegar sin una sola rama florida, si el Abuelo amó tanto los árboles de Dios? Cómo llevar las manos vacías, si él las tuvo siempre llenas de rosas, rojas como su amor? Caperucita Blanca no teme al oso fuerte que se acerca y la mira, y la deja pasar... 101


Le pregunta si ha visto alguna rama verde ... "El invierno es tan crudo! "se queja el animal. y ella sigue su marcha, desolada. Le tiemblan

las manecitas blancas, igual que el corazón. Sobre el monte divisa la cabaña de troncos, fuerte como el Abuelo, y erguida bajo el sol. Caperucita Blanca se mira las dos manos vacías ... y se angustia, y se echa a llorar. y así, toda llorosa, queda frente al Abuelo que la mira, y la mira, con ojos de ansiedad! Allí está, pequeñita, con sus cabellos rubios y sus ojos de cielo, y el canto de su voz ... La palpa, la acaricia y le besa las manos, y le besa las sienes, y se bebe su olor... Tanto tiempo sin verla! El invierno es tan largo, y él ha estado tan lejos yen tanta soledad! Caperucita Blanca ha venido a traerle flores de la campiña, como en años atrás. "Oh, volvió Primavera! Están verdes los montes" -dice el Abuelo, y ríe con su risa feliz-. "Los árboles volvieron a echar hojas; ha vuelto a renacer la vi-la, en tanto yo dormí! " Caperucita llora. "Abuelo, Abuelo, quise traerte alguna rama -y le tiembla la vozPero no encontré nada sobre el nevado campo. Ni siquiera la gracia de una encendida flor. .. " Mas, de pronto, se queda callada y se contempla a sí misma, y se palpa, sin poder comprender... 102


Porque ve que en sus manos hay un montรณn de flores, y flores en sus hombros y flores a sus pies. y el Abuelo la mira con el alma en los ojos, y la besa y la aprieta sobre su corazรณn ... Caperucita Blanca... l Toda la Primavera ha venido con ella, porque lo quiso Dios!

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Caperucita Gris

- Caperucita triste. Niña gris, cenicienta. No salgas al camino, El viejo lobo acecha. No es el lobo. Es mi Príncipe que por mí desespera. - Hoy no vienen los príncipes a buscar cenicientas... Los que vienen son lobos con bufanda de seda ... - Ay, no, que quien me busca tiene alma de azucena, tiene el sol en los ojos y en las manos estrellas! - Caperucita triste, niña gris, cenicienta que tej es tus ensueños bajo la noche inmensa... ¡Pongo a tus pies de alfombra Mi bufanda de seda!

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Balada de la Sirenita

Sirenita, Sirenita, ven y asómate a la playa. ¡No te hagas de rogar! Sirenita, ven y cuéntame, écómo es el fondo del mar? ¿Son tuyos los caracoles, los pececitos rojos, y la esponja y el coral? Cuando las olas se acercan con su corona de espumas y me besan y se van ... ceres tú quien las empujas? Eres tú, que quieres darme tu largo beso de sal? é

Sirenita, Sireni ta, ven y asómate a la playa. i No te hagas de rogar! Nadie sabe que tú existes en tu palacio de conchas allá en el fondo del mar. Nadie pudo ver tu rostro ni tus escamas doradas. Nadie te ha visto jamás. Tan sólo yo te he mirado cuando en la noche venías hasta mi dulce soñar. 105


Sólo yo escuché tu canto cuando en la espuma subía tu limpia voz de cristal. Sirenita, Sirenita, ven y asómate a la playa. i No te hagas de rogar! Ven y cuéntame algún cuento de tritones y delfines ... Ven y enséñame a cantar. ¿Nunca jugaste a la ronda? Nos cojemos de las manos ... Ven, que pronto aprenderás. Yo te daré mis muñecas, mi globo azul, mi canario y te enseñaré a jugar. Pero ven pronto, ven pronto, porque las olas me llaman Y yo ... .,yo no se, nadaro,

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Nana de Blancanieues

Duérmete, Blancanieves, duérmete, niña en tu cuna de hierbas recién nacidas. Cierra los ojos, duerme, duerme sin pena, que los sapitos verdes tu sueño velan. Las margaritas rubias ya están dormidas y entre nubes de nácar la luna brilla. Duérmete, Blancanieves, alma de nardo, que también las estrellas están velando. Arrorró ... Arrorró... Duérmete, Blancanieves... Arrorró... Arrorró . Duérmete. Duerme ..

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Mi Primera Graduaeion

Cuando yo llegué a la escuela no sabía ni la O. La S me parecía un rabito de ratón. Pero mi buena maestra fue paciente y me enseñó. Aprendí todas las letras en la diaria lección. A de árbol, B de boca, C de campo, D de Dios, E de escuela... ¡Cuántas letras tuve que aprender, Señor! Hoy, cuando el año termina siento gran satisfacción, pues le regalo a mamita mi primera graduación. Te lo debo a ti, maestra... j Dios te dé su bendición! Ya sé leer y muy pronto me graduaré de Doctor.

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Mural/as de Cristal

Murallas de cristal he levantado -y cien cortinas de encaje en los vanos de cien puertas! para enmurallar mi alma... A través del cristal habrás de verla y a tus manos el encaje se plegará mansamente para dejarte vía franca ... Murallas de cristal para tus ojos que no precisan cristales para ver el fondo mismo de éste, mi abismo sin fondo ... Encaje flotador para tus manos . . que no preclsan encajes para llegar a mi alma y deshacerle el encono ... Murallas de cristal he levan tado para ti, que eres el cielo, para tus manos angélicas, para tus ojos sin tiempo ... Pero murallas de piedra y duras puertas de bronce 109


para las manos que escarban, para los ojos que apremian ... ¡y el abismo de cien fosos entre su alma y mi alma! Entre tu alma y la mía... sólo el cristal y el encaje. ¡y esta nostalgia de cielo que me estruja la alegría, y me muerde la esperanza!

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Las Estaciones

El Estío Aquí estoy Me conoces? Cuando llego a la tierra con mi aliento ardoroso, todo surco se aprieta, toda fuen te se agosta, toda rama se seca. Toda flor abre el cáliz como boca sedienta, implorando el rocío que baña y que refresca. Los árboles se inclinan, casi besan la tierra, buscando en sus entrañas la savia que renueva. Aquí se agita el cardo, allá se enturbia el río. Mi aliento va quemando las hojas y los nidos, pero va madurando las espigas del trigo y en todos los hogares habrá pan bendecido. En la mesa del pobre y en la mesa del rico yo pondré mi tesoro... Quién soy? Soy el Estío! 111


El Otoño Yo traigo a mis espaldas el más precioso fardo: la bendición del fruto, el premio del trabajo. Tras la siembra callada del campesino rudo; tras el brote de hojas que sube desde el surco; tras los verdes renuevos y las flores: el fruto nace allí, silencioso, en el árbol robusto y se brinda a los hombres como el premio más justo. i Dádiva de la tierra más preciosa que el oro! Yo soy el que maduro los frutos y el que pongo dulzor de miel en ellos... Yo soy el que recojo en mis cestos enormes el brillante tesoro de las pomas rosadas, de los rojos madroños, de las vides moradas... Quién soy? Soy el Otoño!

El Invierno Vengo desde muy lejos, de regiones heladas donde 'el sol no calienta, 112


donde no nace el alba. A mi paso, los montes se visten con la blanca túnica de la nieve, y se hielan las aguas, y las aves, temblando, con las alas plegadas, se ocultan en los nidos mientras mi aliento pasa ... El árbol, prisionero en su cárcel nevada, sueña con Primavera, la de radiantes alas. Yo pongo copos blancos sobre todo sendero; mis albas vestiduras cubren el vasto suelo, y reflejan la gracia de los árboles yertos, tal si fuera un enorme, un fantástico espejo sobre la faz del mundo. Quién soy? Soy el Invierno! Silencio ... ¿Quién se acerca? Quién asoma su rostro de infinita pureza? Por qué cantan los pájaros y ríe la floresta? Ha llegado la hermosa, la rubia Primavera! Oh, tú, risueña diosa, bendita mensajera de túnica florida: bienvenida a la tierra!

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En nom bre de la Vida y la Naturaleza, en nombre del Amor, la Luz y la Belleza, yo, Invierno, te corono y te saludo, oh Reina! y a tu hermosa cabeza doy la rica guirnalda de las flores en fiesta. Oh, tú, risueña diosa, oh, rubia Primavera de túnica florida: bienvenida a la tierra!

La Primavera No escucháis el murmullo de las aguas del río? No oís cómo las aves dan al aire sus trinos, ni véis cómo florecen las rosas y los lirios? Yo he colmado la tierra de cánticos y risas! Yo he puesto en cada rama la fecundante linfa que hace brotar las flores allí donde hubo espinas. Todo cuanto yo toco con mi soplo de vida, se hace flor, se hace verso, se hace luz y armonía. Derramando mis gracias yo voy por la campiña, y despiertoia las suaves 114


mariposas dormidas, y al ruiseñor alado, y a las palomas tímidas ... A mi paso, es más verde la humilde hierbecilla y más rojo el geranio y más rubia la espiga. Yo soy una armonía que desciende a la tierra para hacerla más pura, para hacerla más bella. Por mí suspira todo lo que vive y alienta, y ansía mi llegada, y me llama y me espera... Todos sabéis quien soy: yo soy la Primavera!

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Canto a la Vida

Me llegaste una tarde cuando yo no sabía de tus preciosos dones. y te amé con la ingenua inconsciencia feliz de los primeros años, mientras tú me arrullabas con tu canción de seda. Después me diste el vino precioso de tus vides y mis labios sintieron la dulzura suprema. Me abriste el corazón a todos los ensueños y pusiste en mis manos una pálida estrella. y más tarde en mi copa vertiste los licores del dolor. Y la estrella se apagó entre mis manos. y el corazón, jadeante, detuvo sus latidos, destrozadas las alas de su ensueño dorado.

Te amé serenamente. En la ingenua mañana, en la hora angustiosa y en la hora tranquila, en la risa, en el llanto, en la luz y en la sombra ... Te amé serenamente por sobre toda herida. Hoy me queda el recuerdo de las horas supremas la cima de la dicha... la sombra del abismo ... Por aquella hora gris, yo te perdono, Vida! y por la hora azul... yo te bendigo!

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Canción Desesperada al Mar

Yo no quiero mirarte. Me clavé dos puñales en los ojos insomnes para que no te viesen. Rendidos hasta el alma, sin embargo, te miran. Te miran a lo largo de los puñales fríos. Te miran y comprenden. Yo no te odio, no. i Córno podría odiarte! Sin embargo... iyo no quiero mirarte! Esa carne sensible de tus aguas y ese abismo sin fondo más allá de tu carne ... Ese grito de sal que traspasa tu nido y esa nieve de espuma en tu contorno y ese verde de hierba derramada en tus vasos... Ese color mojado de todo lo que es tuyo y que me llena de ansiedad las manos ... Pero aunque no te odio - icórno podría odiarte! pero aunque no te odie ... iyo no quiero mirarte! Si mi mano te toca, la nieve de tu espuma se me sube a la boca y me empenacha el labio con su blanca sonrisa. Mas, si todo mi cuerpo se sumerge en tu nido, tu abrazo me sofoca. El vértigo me oprime las carnes fatigadas 117


y sé que voy hacia tu solo abismo. Irremediablemente hacia tu abismo. Yo no podría odiarte nunca. Nunca. Cómo podría odiarte! Sin embargo, te digo que no quiero mirarte. í

¿Qué guardas en tu abismo más allá de tu carne florecida de espumas? ¿Qué secreto me ocultas más allá del inquieto naufragar de mis manos? ¿Qué guardas en tu abismo? ¿Qué secreto me escondes a mí, que estoy al borde de tu orilla bravía con las manos abiertas y los ojos hendidos? Yo no te odio, no. Cómo podría odiarte! Si supieras por qué yo no quiero mirarte! í

Sorprende mi secreto, tú, que escondes el tuyo más allá de tu carne y de mis manos. Mi secreto es tan simple, tan sencillo, tan claro ... Si no quiero mirarte, es porque tengo miedo ... ¡Miedo de amarte tanto! l Miedo de tanto amarte!

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Está Naciendo un Verso en el Fondo de mi Alma...

Está naciendo un verso en el fondo de mi alma. Yo lo siento agitarse, como un pájaro preso que en la red de la jaula se quebrara las alas. y hago un nudo de hierro con mis manos. Yo no quiero que nazca este verso tan triste en un día tan claro! Mejor que nazca luego, una tarde plomiza, una noche sin luna, una mañana sin color de cielo. Pero el verso me clava como un duro venablo: cierva herida en m itad de la fren te por la flecha sin arco de un anhelo sin límite. Gota a gota, la sangre del alma se me va por las venas partidas y con ella, en un soplo, se me fuga la vida. Cazador que te escondes en mi propia conciencia: no me hieras de nuevo cuando el día levanta! Arráncame la flecha que clavaste en mi carne y déjame vaciar por esa herida el río desbordado de mis ansias. Porque este verso triste que en mi alma está naciendo, 119


me sorberá la vida si no le doy la vida. ¿Ya quién responderé yo de su muerte, si al morir él, también yo estaré muerta para ser luego sólo una reciennacida? ...

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Este Amor de Milagro! ...

Ya no pregunto nada, ni a la vida, ni a ti. Ni siquiera a mí misma. Ya no pregunto nada acerca del milagro. Estoy de cara a mi destino y acepto, mansamente. Acepto y callo. Las raíces que se hunden en la tierra, los granos que revientan en el surco, la yerba que se asoma a los collados, la fruta que madura y que se expande no preguntan al ciclo sus razones ... Que nunca hubo razones para el viento, ni las hay para el mar, ni para el árbol ... Ni ha de haberlas tampoco para este amor sin tiempo y sin distancia, sin principio ni fin ni dimensión ni causa. í

i Este amor de milagro que se metió de pronto por la ventana abierta de mi alma, igual que un pájaro, para colmar mi vida de razones! Este amor de milagro! i Este amor de milagro! í

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Era una Flor Erguida ...

Era una flor erguida sobre una rama fresca y apretada de renuevos. Su belleza me embriagaba de lejos, como embriaga el licor dulce y dorado. y mi mano temblaba de deseo ... Súbito, en un impulso, mis dedos se acercaron a la flor, y palparon aquella suave languidez de pétalos. y retuve el tesoro mucho tiempo, casi hasta deshojarlo entre mis dedos. Después... Oh, después yo quise ser abeja para beber de un sordo la dulzura de aquel nectario perfumado, y luego, luego hacer un panal rubio y hechido para melificar todos mis sueños!

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Alfarero Celeste

Alfarero celeste: yo soy un pobre trozo de barro no cocido ... Pero al través del barro pasa mi voz de lluvia, y la arcilla está blanda para el contorno vivo. Seré como tú quieras que yo sea: ánfora de fino cuello, esbelta y suave, o una de esas vasijas toscas y sin belleza, donde a sorbos cansados bebe calladamente la pobreza... Alfarero celeste, date prisa, que un viento de locura puede secar la arcilla antes de que tus manos le den la forma pura. Modélame a tu antojo, hazme como tú quieras, porque pulida o burda, tosca o fina, tendrá sobre mi barro la huella de tu mano, y tu mano es divina... Alfarero celeste, date prisa, trabaja! Yo no soy mas que un trozo de barro no cocido; pero dentro del barro hay algo sensitivo que late y que solloza, que palpita y que canta; algo que es como un beso, una rosa o un nido ... Un corazón de sueños que se me está muriendo antes de haber nacido ... ! 123


Dame, Señor...

Dame, Señor, un corazón capaz de resistir el dolor y capaz de conmoverse ante el paisaje; un alma receptiva y abierta al sufrimiento humano y sensible a la alegría de las cosas sencillas; una mente fértil para la comprensión y para el equilibrio de la idea; una conciencia capaz de censurar mi propia falta y de atenuar la falta ajena. Dame, Señor, no la felicidad del logro fácil, sino la paz que nace después de la batalla recia; no la rama florida de los privilegidos, sino la marca ensangrentada de tus manos y tu frente y tu costado. Dame, Señor, no el cetro de los poderosos, sino el cayado simple de los peregrinos; no el manto púrpura, sino la burda saya; no la rosa fragante, sino la dura espina... Porque la vida que me diste he de colmarla con lo válido y lo bueno y lo perenne que tú mismo pusiste en mi camino. Dame, Señor, tu lámpara encendida para seguir mi propio cauce hasta mi propio término, sin que el temor desvíe mi pisada de la ruta trazada por tí mismo. 124


Poema de las dos Estrellas Cautivas

El viejo piano, grave y austero señor de otro tiempo, sintió de pronto el roce de unas manos sobre el teclado seco y amarillo como la piel de un monje solitario. Las manos iban trémulas detrás de los sonidos, como si dos palomas asustadas regresaran al nido después de mucho tiempo de vagancia sin rumbo. Dos estrellas de luz y de misterio cautivas en el cielo del teclado, después de haber vagado por las rutas del desolado mundo ... Era el re-encuentro. Un vivo y doloroso reconocimiento de lo que ayer fue propio y hoy parecía extraño, después del abandono y del olvido. Era el retorno. Una reintegración y acaso, lquién lo sabe! un dulce esbozo de arrepentido ruego; una caricia mucho tiempo dormida entre los dedos; un desleírse manso de tímidas ternuras, sobre el marfil sonoro. Era el regreso. y las manos, nerviosas, indecisas y trémulas, parecían hurgar en los escombros de un derruído milenario cernplo,

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para desenterrar vivas estatuas de perfiles helénicos. Las estrellas cautivas temblaban sobre el cielo del teclado. Sus cinco puntas eran cinco cauces a través de los cuales iba el río de la música, llenando todo el aire ... Cada dedo despertaba un sonido ahogado en el silencio. y al sentir que la gracia de otro tiempo

aún colmaba sus fibras, cada dedo era un grito de alegría desde la mano al viento. El viejo piano austero se sintió renovado. Toda su sangre desteñida y tibia enrojeció de pronto y se hizo fuego. Una oleada de vida le inundó las entrañas, y percibió en aquel contacto de las manos inquietas el misterio del arte, del amor y del sueño. y se sintió poeta, y enamorado, y loco ... Ya no quiso volver a la mudez sombría adonde no llegaba su propia música, su voz, su propio canto. Ya no quiso ser piedra entumecida, ni encerrarse de nuevo en su prisión de taciturnos hierros... Partió la noche con su largo grito y, para encadenar aquellas m anos, hechas de sol y nieve, las besó con tal fuego y con tal ansia, que en cada dedo pareció enroscarse un anillo candente.

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y las manos huyeron como blancas estrellas

del cielo del teclado que enmudeció de nuevo, para volver al sueño y a la espera ... Porque el viejo señor de otras edades, mago de la armonía que te incendió los dedos, sabe que ya tus manos no son sino dos pobres fugitivas estrellas que han de volver al cielo!

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CANCION DE LA VIDA INSOLITA

Catorce cantos fervientes y una Oración Final

Esta canción es nueva. En espacio y en tiempo. Nueva en este milagro de mi alma renovada. Nueva en mis manos, recién descubiertas. Nueva en mi corazón, replantado en mi carne como un árbol con sangre diferente. Nueva en mi voz, recreada en algún crisol inverosímil que fundió mi voz antigua con polvo de luceros. Esta canción es nueva y es distinta. Nunca la dije antes. Ni siquiera cuando la Primavera sembró sus amapolas en mi risa. Savia reconcentrada de mi vida presente, con un ancla en la tierra del pasado y un banderín al viento. i Banderín de mi sueño que me aupa en sus brazos y me trepa al columpio del cielo! 11

Yo pregunto a quien pueda responder: por qué nzcen los árboles. 128


Por qué se agita el mar, y canta el pájaro, y brillan las estrellas, y crecen las espigas. Por qué el sol parte la noche en dos con su dorada cimitarra, y nace el día. Yo pregunto a quien pueda responder: por qué la piedra permanece inmóvil junto a la brevedad inquieta de la hormiga. Por qué se abre la flor y se ciñe la yedra. Por qué se avienta la semilla. Yo pregunto a quien pueda responder: por qué te amo, Vida.

III

Un día sucedió... Siempre hay un día para todo suceso. El día de la siembra. El día de la angustia. El día de cortar las espigas maduras. El día del silencio. El día del placer. El día de la sombra en torno al pensamiento. Siempre ha de haber un día para todo suceso. y este suceso, éste, también tuvo su día.

¿Cuál fue? Tan sólo tú lo sabes, porque tú mismalo elegiste, Vida. En mí se hizo el milagro de una doble nacencia. Nací una vez, después de nueve lunas ateridas, y otra vez he nacido, para la eternidad, después de nueve lunas infinitas. 129


IV Yo fui una niña triste. Todas lo son, acaso. ¿No brillan las estrellas tan altas, tan distantes para las manos débiles? Yo fui una niña sola. Una niña sin risas, que miró las estrellas· y soñó con cazarlas igual que mariposas. Y soñó con la luna, con la canción del viento, con la espuma y el sol y el calor de los nidos. Nacieron tantos sueños en mi alma, te digo, que mi alma crecióse más allá de mi infancia y se hizo adulta sin haber vivido. Yo fui una niña triste, con los ojos abiertos igual que dos abismos. A través de esos ojos pasó el dolor holgadamente, y pasó la verdad, pues es también un dolor cuando asoma tan pronto en el camino. Pero ... isi tú lo sabes! Yo fui una niña triste que había de morir un día cualquiera, para nacer después un día prescrito. V Yo estaba muerta, ya. Tendida encima de un paisaje increíblemente quieto. Puesta como un mantel en la dulzura vegetal del musgo. Con los ojos inmóviles y duros de silencio, y las manos dobladas sobre el pecho yacente. Pero tú adivinaste que el hueco de mis manos era un nido de sueños que temblaban de frío,

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y elegiste la hora de la nueva nacencia. INacer por vez primera para vivir un sueño! Debajo de mis pies, quedó el cadáver de la niña triste, desintegrando sus canciones y sus huesos en una misteriosa eflorescencia. Por sobre mi cabeza: un cielo abierto y trémulo donde cada tem blor era una estrella.

VI Yo no sé la palabra con que anunciaste, vida, esta resurrección. Hubo un largo silencio en torno mío... Luego, un redescubrimiento de mí misma. Mis manos, y mis labios, y mis ojos... Al descubrir mi alma, vi que mi alma era adulta; que había nacido adulta para vivir el sueño de una niña. y vi mi corazón repoblado de anhelos, reverdecido con una clorofila inmaterial de esperanzas recientes ... Un corazón singularmente impúber, primaveral y nuevo. y sentí que nacía, si no por vez primera,

sí por última vez, para la eternidad, debajo de este cielo. VII Cuando me descubrí las manos, las ví brillar inusitadamente.

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Era que aprisionaban dos estrellas. ¡Pobre la niña triste que las soñara tanto para morir sin ellas! Yo, que he recién nacido, las llevo entre mis manos igual que dos milagros bajo la noche inmensa. VIII Cuando me descubrí los ojos vi que estaban llorando. Mas, era un llanto dulce que no quemaba el párpado. Fresco rocío sobre el pétalo recién abierto de mi alma. Llanto de regocijo ante el milagro de un sueño que enterraba sus raíces, después de haber vagado como una estrella errátil. Cuando me descubrí los ojos vi que estaban llorando. Los labios de la luna se bebieron mis lágrimas, y yo cerré los ojos, para soñar más alto. IX

Cuando me descubrí los labios estaban llenos de palabras. Palabras ignoradas... y mías, sin embargo. Profundamente mías, desde siglos atrás, desde que el primer hombre hiciera el dulce hallazgo. Palabras... Yo las dije, sintiendo que nacían de muy hondo. Subían con mi sangre desde mi soterrado enigma, con vértigo fluvial, hacia mis labios.

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Antes, cuando nací por vez primera, mi saludo fue un llanto de criatura: un solo grito sin palabras. Ahora, cuando nací por la vez última, para la eternidad, las palabras ahogaron mi grito en su dulzura, y dije una oración por tu llegada. Dije: "Yate bendigo, Vida" ... y dije: "Yo te amo" ... Y más tarde, también: "Te amaré por los siglos de los siglos. Amén".

x Ahora todo es distinto, desde que volví a nacer aquel día prescrito. Ahora digo "la brisa" y percibo el perfume. Ahora digo: "la aurora" y escucho voces nuevas. Ahora digo: "mañana" y sueño con el dulce paraíso terrestre. Ahora digo: "el camino" y siento que me nacen raíces de milagro para hundirse en la tierra. Ahora todo es distinto: el sol, las amapolas, el abismo, la fuente, las palomas, el trigo, los panales, el surco, los luceros, la espuma... IAhora todo es distinto! XI

Y sin embargo, Vida, algunas cosas permanecen iguales en el fondo de mí misma.

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Aquellas cosas que me hicieron triste la infancia, atropellándola: El amor a la tierra que se retuerce en el dolor de un largo alumbramiento. El amor a los granos que jamás aventaron porque fueron pateados por los vientos hidrófobos. El amor a los hombres quemados en su fiebre de horizontes, de mástiles, de banderas, de sueños. El amor a las madres que fru tecen fan tasmas con las bocas cerradas y clavos en las manos. El amor a esos niños que no tienen infancia porque nacieron ya maduros en el dolor y el miedo. El amor a los pájaros que cantan en la jaula, y el amor al gusano que ha de arrastrar su angustia sobre la tierra blanda. i El amor a las cosas que siguen siendo tristes, a pesar de lo nueva que es mi alma! XII

Pero también: el amor a las cosas que siguen siendo bellas. Ya sabes ... Aunque mi alma será otra, sigue amando esas cosas indescifrablemente puras, indescifrablemente buenas. El amor al paisaje que recreó tu mano. Hinchazón de montañas. Olor de sementeras. Largas brisas azules mensajeras del polen. Cerrado verde obscuro de la dura maleza. Herida siempre abierta del río fugitivo que se acuesta en el mar nara dormir la siesta. 134


Ternura vegetal de la hierba sencilla donde las margaritas no se sienten pequeñas. Yel mar ... El mar ... Potro que se encabrita y piafa sobre las móviles algas verdinegras, o espera en éxtasis de amor el beso de la luna, su ru bia amada eterna.

XIII y también, el amor a los claros horizontes y a la palabra pura. El amor a una tarde de silencio venturoso, a una mañana azul, a una noche de luna. El amor al perfume, al sonido, a la línea que renuevan la dulce presencia deseada. El amor a la música que cabalga en el viento y a la dorada cabellera del sol en las auroras. A la sonrisa blanca de las simples criaturas. A la flor, a la abeja, al ruiseñor, al nido. A la voz que despierta la inédita dulzura.

iEl amor a esas cosas que siguen siendo bellas, y siguen siendo buenas, y siguen siendo puras! XIV

Aquí estoy. Serenamente vertical encima de las removidas glebas augurales. Cara al cielo. Con las manos abiertas hacia tu realidad y los ojos cerrados, soñando tus luceros.

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Aquí estoy, recién nacida y suelta, sin otra ligadura que la trenza dorada de la luna y el cinturón del viento. Alma nueva, sin huella de fósiles remotos. Corazón sin memoria, abierto a los oráculos probables. Criatura recobrada por el tiempo. Aquí estoy, frente a ti. Rescatada del vacío. Con mi recién creada voz y mi recién hallado acento. Serenamente, mansamente, hundo en la tierra mis rodillas débiles, y digo mi oración bajo los cielos ...

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Oración Final

Yo te bendigo, Vida, porque me hiciste renacer de entre mis propias fútiles cenizas. Porque me diste la verdad sin lacerarme. Porque me hiciste comprender lo abstruso y aceptar el dolor sin rebeldía. Porque me diste la alegría de las cosas pequeñas y de las grandes cosas. Porque sembraste en mi apretado surco encima de la duda: una esperanza, y encima de la angustia: una sonrisa. Yo te bendigo, Vida, porque me hiciste desear sin que el deseo fuese potro desenfrenado. Porque me diste olvido para el minuto triste y un desvelado corazón para la dicha. Porque pusiste aceite perfumado en mi lámpara exhausta, y abriste las corolas en las ramas dormidas. Porque hinchaste de savia las raíces entecas e hiciste nacer lirios donde sólo hubo espinas.

Yo te bendigo, Vida, porque me hiciste amarte en el cuádruple enigma de tus vastos crisoles. En el agua, en el aire, en la tierra, en el fuego. Yen tus cuatro crisoles amo a Dios y a tí misma. 137


Yo te bendigo, Vida, porque ahora sé decir: "Te amo" ... y también, porque al amarte hago conmigo mi canción más limpia. Auscúltame este simple corazón renovado y recoge la única oración que hay en él: Yo te bendigo, Vida ... Yo te amo ... Por los siglos de los siglos. Amén.

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Dulce Samaritana

Dulce Samaritana que vas por el camino con tu cántara llena de agua, el Señor te bendijo! Tú fuiste la que puso la frescura en los labios de todos los sedientos, yen tanto ellos bebían de tu linfa tú inclinabas la jarra y sonreías. Así, desde la albura de tus manos buenas hasta las pobres bocas abrasadas pasaba el dulce jugo de la vida. y era una bendición, ésa, tu dádiva! Después, los peregrinos seguían la jornada, renovada la sangre (en la red azulada de sus venas cantaba el verso de tu agua), fijos los ojos en el vasto cielo, alígera la planta. A cambio de esto, tú nada reclamabas. Otra vez en la fuente cristalina sumergías la cántara, y nuevamente el oro de tu linfa sonriendo brindabas. 139


Era una caravana interminable de viajeros sedientos de tu agua! Venían de muy lejos, trayendo a cuestas su morral vacío y su sed milenaria. Bebían como beben las bestias, con los belfos colgantes, fija en ti la mirada. Así pasaba el jugo de la vida a través de sus venas agostadas, y eran como las ramas que se hinchan con la savia potente de la tierra yen renuevos estallan. Pero un día érecuerdas? el alba trajo un pálido viajero

que te miró sin ansia. -Tienes sed? -preguntaste- dquieres agua? y acercaste a sus labios silenciosos el borde de tu cántara. Bebió sin prisa, sin mirarte. Luego, sonrió dulcemente y dijo: -"Hermana, vine tan solo a bendecir tu agua! " E hizo con su mano el signo de la cruz sobre tu jarra. Entonces, caíste de rodillas y besaste su sayal amarillo, mojándolo de lágrimas. Porque en la blanca mano que se alzó sobre ti viste la abierta herida de los clavos 140


y en la tierra, alrededor de sus plantas, una mancha de sangre. y una luz infinita en su mirada...

TĂş que-diste a beber a los sedientos, bebiste entonces su palabra santa. y fuiste bendecida por los siglos de los siglos, amĂŠn, Samaritana...

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Te Llevo en Mí...

Te llevo en mí como un perfume suave, como un canto infinito de mi alma, como el latido único y vibrante de este corazón mío que te llama. Te llevo en mí como si fueses una alegría de sol en mis mañanas, como un rezo tranquilo, como una simple caricia de una mano hermana. Te llevo en mí como mi propia vida: pensamiento, sentir, anhelo, ansia. Estás en mi recuerdo iluminado, estás en mi dolor y en mi nostalgia. Te llevo en mí como un don de los cielos, para toda la vida enraizada en el alma. Todavía me hieras, todavía me sangres, vas en mi corazón, tejiendo alas. Te llevo en mí como mi propia vida - i Oh, Ilusión, que haces clara la mañana!

porque sin ti la vida no sería más que un nuevo dolor sin esperanza!

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Por qué Siento este Amor por las Estrellas

Por qué siento este amor por las estrellas y no me canso de mirarlas, como si tuvieran no sé qué misterioso encantamiento, no sé qué hechicería, no sé qué extraña fuerza que me arrastra y me turba y me esclaviza a ellas? Yo las miro y las miro, y siento que penetran en mi vida de sombras, y encienden en mi alma no sé cuántos ensueños. Son hijas del recuerdo. En cada una tiembla una hora vivida, una ilusión fugada, un beso, una palabra o un secreto. Yo las miro y las miro ... y sueño. Esa que se insinúa apenas en el cielo, como una breve gota lum inosa, éno es quizás aquel sueño de chiquilla por mí nunca vivido? Esa que brilla espléndida y enorme como un trozo de luna, éno es la dulzura de una voz que ronda perennemente mis desasosiegos? Esa que tiembla y que se oculta luego, que se asoma y que se esconde, 143


éno es tal vez aquel viejo secreto que me turba algunas veces desde las lejanías del recuerdo? Yo las miro y las miro, enamorada de ellas. Luego, al cerrar los ojos en la noche sombría de mi vida, las contemplo de cerca, allá, dentro de mí, dulces y quietas. Que este cielo profundo de mi alma tan soñadora de las cosas bellas de tanto alzar los ojos hacia arriba se ha llenado de estrellas!

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Sangre

Blanca de toda culpa, bienoliente y rosada como una flor, es la recién nacida. Sobre la frente trae plasmado el gran misterio de la vida. A través de las venas azules que se arraigan en la carne rosada, corre como un arroyo la sangre del hermano. y esa sangre es el lazo que me ata para siempre a la recién llegada. (Sangre! Grito del alma que se clava en la carne para darle un destino más alto! Savia de los ancestros, jugo que se derrama de una copa divina en los cauces azules de las venas hermanas! Lo que estrecha y aprieta los nudos que formaron las risas y las lágrimas; lo que grita, lo que pide, lo que llama. Voz que nace en la carne para decir palabras que acercan y que unen. Gran voz jamás negada! ) y esa sangre que atraviesa

la raigam bre azul, y corre bajo la piel sonrosada, como habla! 145


Es la que nutrió mi vida y la vida del hermano. Pero vino de más lejos, de tan lejos, que yo pienso si no habrá olvidado el-cauce por el que antaño fluyera; si traerá la misma esencia de aquella que bendijeron los árboles de la tierra, cuando corrió bajo el sueño para nutrir sus raíces, para fecundar de nuevo ... Desorbitados, mis ojos quieren sondear el misterio de esta vida que comienza como comienzan los sueños ... Dime, pequeña, en tus venas hay un poco de la sangre venerada del Abuelo?

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Sueño de Noches Blancas "Llegará la hora en que por un solo día de esa vida daría con gusto todas mis fantasías ... " Dostoyevski.

Mi soledad se puebla de recuerdos. y estoy lejos, tan lejos, que si hablara, mi voz se perdería

en el soplo del viento. Pero su voz me llega. Caracol de mis mares, rubia espiga crecida en mi era, asustada paloma que se durmió en mis manos; pupila de mi asombrado mirar al mundo antes de que el mundo fuera ... Yo estoy soñando, sueño siempre, soñé ayer y soñaré mañana. y tú, como una espiga al viento, te meces suavemente dentro de mi sueño. ¿Cómo has llegado tú, dime, a este dulce recinto que yo no abrí jamás a los extraños? No lo sé. Acaso el mismo sueño -mi sueñote arrastró como un vórtice en cuyo fondo enorme divisaste multitud de luceros. Tal vez creíste que allá abajo, a tus pies, por un momento, se había tendido el cielo. Por eso, con los ojos cerrados te lanzaste hacia mí, y ya no supe si en mis sueños cantabas o si tú eras mi sueño... 147


Tengo tanto que hablar y que decirte ... Tanto! Mi dolor no es de hoy, sino de siempre. y sin embargo, sueño. Por qué? Acaso tú lo sepas, porque el dulce venablo de tu pupila absorta se ha clavado en mitad de mi desconcertado cielo. Todo lo sabes más que yo, porque me miras desde adentro, y porque no te incendias en la llama gigante de mi devoradora fantasía, porque no ardes en mi propio fuego ... Todo lo sabes, todo. Sabes de esta vigilia interminable en que se van mis horas, una tras otra, huyendo. y sabes que no me queda ni el recuerdo de una hora vivida a plena vida, sino en mi propio mundo de desvelos. ¿y qué tendré, cuando este afán desesperado de soñar se quede quieto? En qué cosa terrestre fijaré la mirada, si nunca supo errar más que en el cielo? Todo se irá muriendo poco a poco: mi voz, tus esperanzas, mi angustia, tu alegría. Pero antes que todo esto, lo sé, lo sé, se morirá mi sueño. Yen que pondré a latir mi atravesado corazón, si nunca hubo presencia terrena en su latido? Se quedarán mis manos como dos alas rotas y mi voz perderá su gesto de campana. ¿Qué será de tu risa cuando mi voz se apague? Dónde estará tu mano cuando la mía duerma? ¿y tú, dónde estarás cuando ya yo no sueñe, y no esté junto a mí tu figura, ni palpable ni etérea? 148


Aquietaré los remos sobre el agua y a la deriva seguirá la barca. Yo seguiré con ella, como un mástil. y mi sueños serán las velas blancas, caídas para siempre entre las olas, desde que se rompieron las amarras... Tengo tanto que hablar y que decirte ... Tanto! El miedo hace más ancha la boca del abismo y hacia el abismo voy, irremediablemente. Pero antes que mi voz y que mi angustia, se tragará la sombra mi mundo de fantasmas... Denegridas palomas que van hacia el infierno, ciegas de tanto sol, locas de tanto vuelo ... Y entonces, écómo hallarte, si ya no tendrá afán, y con mi afán se habrá dormido el tiempo? Entonces, écómc hallarte si no eres realidad más que en mi corazón: potro desenfrenado de mis mundos perplejos? Antes de que sea tarde, deja que eche mis anclas en la tierra, para sentir la vida en toda su palpable realidad de luz y de miseria. Necesito el recuerdo de una hora vivida a vida plena y cierta, para que cuando ya no tenga sueños, porque hayan muerto antes que yo, pueda siquiera recordar sin miedo. Para poder pensar en tí desde mi soledad aterradora y mi silencio! 149


Tu Voz en mi Canción

Tú lo sabes, a nadie le interesa que yo me sienta triste, ni que tenga pesares, ni angustias, ni alegrías... Acaso no debiese escribir estos versos que hablan de mí tan solo. Mas que importa, si en ellos hay algo de tu vida, de tu sentir, y acaso, sean tuyos más que míos, porque tú los viviste antes que yo los diera ... Mi corazón presiente tu angustia y tu alegría, y se llena de voces extrañas que le turban. Acaso no vinieron de mí misma. Las escuché tal vez mientras soñaba... Pero son tuyas, tuyas, hijas de tu emoción y tu tristeza, son tus viejas palabras hablando desde mí, desde mi alma... A nadie le interesa que yo diga: estoy triste, nostálgica, serena ... Pero, ya ves, diciéndolo, tú sientes que es tu voz la que habla y vives esta poesía que es tan simple como la hoja, como la piedra, como el agua...

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Deja que siga andando los caminos y que arranque a la noche su secreto. y déjame que cante mientras viva... Tu callarás, acaso, al escucharme, pero en mi verso, trémula, vibrante como una sinfonía, sólo estará tu voz: eterno ritmo tíe esta canción que es tuya más que mía!

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Tu Secreto

Sobre tu vida toda pesa un largo silencio: fue el que nació de pronto cuando se habló de amor. Un silencio tan triste que más parece un llanto: herida siempre abierta allá en tu corazón. Yo me asomé al abismo que socavó la vida en tu sendero, antes todo lleno de sol. y allá en el fondo oscuro vi agitarse un espectro al pronunciar tan solo esta palabra: amor. Qué misterio se esconde tras el vasto silencio en que vas por el mundo sin tocar una flor? Qué tortura infinita se esconde en tu destino, que no puso en tus labios una sola canción? Hurgando en tus pupilas, yo busco aquel secreto que te plegó los labios y te hirió el corazón. y tú cierras los ojos ante mi empeño vano, que quién sabe, quién sabe si el espectro soy yo!

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Segadora

Segadora, las mieses están maduras ya, y en cada grano la bendición del pan aguarda. Apresura tu hoz, y por su filo vayan rodando al suelo las espigas que doró el amplio sol de tu mirada. Cúrvate sobre el trigo como sobre la cuna de tu hijo, y haz ligero tu brazo en la rítmica siega de los campos. Por ese gesto anunciador del pan: Dios bendiga tu mano! Segadora, las mieses están maduras ya, y el hambre cuela sus ojos suplicantes por entre las pupilas de los niños. Apresura tu hoz, porque ese trigo es de ellos, antes de que subieran las espigas desde la negra boca del barbecho. Segadora, el hambre que yo tengo es vieja como el mundo, como la tierra, como el sol...

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Hambre de siglos que no calma nada, porque no hay un mendrugo que esté limpio de hiel y que no tenga acre sabor a lágrimas. Segadora, el hambre que yo tengo es vieja como el mundo ... iDame un poco del pan de tus mieses doradas, porque sólo ese pan ázimo y simple no amarga nunca, porque nunca sacia!

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Sembrador, Te me Fuiste ...

Sembrador, te me fuiste ... Te me fuiste con tu voz de agua pura y tus manos abiertas por el camino largo. A tus espaldas llevabas tu fardo de canciones, tu cántaro de brisa, las espigas maduras de tu dulce cosecha... Sembrador, te me fuiste ... Yo fui contigo hasta la vera del camino aquella tarde. ¿ Lo recuerdas? Era la despedida. Nos dijimos adiós en aquel borde donde mi mano se agitó temblando y respondió tu mano, dulcemente, con las cinco sonrisas de sus dedos. Sembrador, te me fuiste ... Te esperaban rosados corazones y manos blancas como tus cabellos. Yo sé que entre esas manos de la bienvenida estaba la mano generosa del Abuelo. Apresuró el encuentro acaso para preguntarte por su chiquilla, a ti, que para su chiquilla fuiste también abuelo ... Sembrador, te me fuiste . Yo no digo "Estoy triste" .

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¡Se dice así por tanta cosa que no merece el don de la tristeza! Pero sí que estoy triste, . con la pura tristeza de los niños vacíos. con la tristeza limpia del surco abandonado. Triste, así, simplemente. Triste. Triste ... Porque una tarde rubia, sin esperar el toque reposado del ángelus, agitando las cinco sonrisas de tus dedos, te me fuiste en silencio, Sembrador, te me fuiste ... !

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Epístola a Pinky

Pinky pobre criatura de ensueño! Duendecillo sin tierra en los talones. Sin nudo en la sonrisa. Sin horizontes en los ojos. y conozco tu historia. Eras rey de un jardín. Centro de universo. A la noche, escapabas por rutas de misterio y subías al cielo, sembrando lirios y cortando estrellas. iY era la sola cimitarra de tu mano enroscada en el viento! Soñabas. Y soñando, divertías. Eras algo así como el juguete preferido de una niña mimada. Su capricho. Engolillado de recién nacidas hojas, Eras un poco al aire verde de la primera. Eras un poco lo exótico, lo nuevo, lo exrrahumano. iY estabas de rodillas! iDe rodillas ante la vida bella que tendía sus manos e invitaba! í

Era graciosa tu actitud, mezcla de penitente y de amorcillo. Un juguete distrae, igual que un pekinés de carne y hueso. Hay perros grandes, nobles, austeros, reposados. Pero los hay pequeños, lanudos, móviles, saltarines... Esos perros que compran los millonarios tontos y las mujeres aburridas, para reir un poco y olvidar que se aburren de la vida. A ti no te compraron. Fuiste un pekinés voluntario y ridículo. Perdona... No he querido ofenderte. Pero tú lo comprendes éverdad?

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En este siglo, soñar así... éno te parece absurdo. y anacrónico y estúpido? No obstante, tú soñaste. La borla de tu gorro repiqueteó en la noche sus inaudibles cascabeles locos. Cabalgaste en la espuma de las nubes fugaces. Te meciste enlós brazos bruñidos de la luna. Enredaste tus dedos en las crines de las constelaciones y bebiste el milagro de luz en la fuente del cielo.

De repente, bajaste. Bajaste no: caíste. i Eras un estorbo en la zona tranquila! y existen en la tierra unos seres cuidadosos, ordenados, eoncienzudos, cabales, meticulosos, que guardan con gran celo la paz de ciertas calles. La paz del vecindario se alteraba con tu rara presencia arrodillada. A pesar de haber sido un pekinés amable, ya estabas resultando un estorbo inaudito y, desde todo punto de vista, intolerable. ¡Fuera de ahí! INi jardín, ni universo l Fuiste desenterrado como un árbol. ¡Pobre rey destronado de su jardín efímero! y si antes no tuviste tierra en los talones, luego mordiste el duro bagazo de la tierra y sentiste en la boca las raíces amargas. Si te lo hubiesen dicho de otro modo éverdad? Siempre hay un modo menos cruel para las cosas crueles. Si te hubiesen dado. una amable palmadita en el hombro y luego una palabra dulce: "Pinky, lo siento tanto, pobrecillo! " Eso bastaba. Pero la voz llegó con tono frío de preboste. Inapelable. Dura. Terminante. y el hielo de esa voz llegó más hondo que la palabra misma.

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Hoy, a ti no te perdonan haber sido un estorbo. A mí, probablemente, no me perdonarán que desnude verdades. Pero tú, duendecillo sin tierra y, ya, sin alas: épodrás perdonar tú todo este daño? Te han hecho sentir triste. No es gran cosa. Pero, encima, la soledad, el desamparo, la vergüenza, la duda, la humillación, la angustia. y algo más: el vacío ... Ese sentirte inútil y frustrado. Ese sentir que todo se derrumba y se deshace y se convierte en polvo y con el polvo se confunde. iOh la friabilidad de tus ensueños' Ese sentir el hueco de las cosas. E! fondo sin substancia. La ausencia de contorno. Ese sentir que todo es, de repente, nada .. y mirarte las manos y encontrarlas vacías .. itú que tuviste el mundo entre las manos! Pobre Pinky, duendecillo sin suelo y sin espacio! Ahora -siempre con la rodilla en tierraechado en un rincón, muerdes las amargas raíces y vas muriendo lentamente con su dulce veneno. Acaso ya estás muerto ... ¿No eres festín de los gusanos¿No suben las hormigas a lo largo de tu cuerpo arrodillado? ¿y las moscas insolentes, no rondan tu cabeza, esa misma cabeza donde hicieron su nido los ensueños más altos? Sí, Pinky. Ya estás muerto. iA pesar de tus ajás inmensamente abiertos! Has muerto como un duende que fuiste, sin ruido y sin palabras. Has muerto y ni siquiera te han cubierto de tierra. porque creen que estás vivo. i No saben que los duendes mueren así, en silencio, para no despertar a los que duermen! 159


Ahora, ya no habrás de sufrir. No más angustia, ni más vergüenza, ni más duda. No más humillación, ni desamparo. Después de todo, vivir una mentira era un absurdo éno es verdad? Y ya que has muerto lqué te importa que todo en la vida fuera una mentira! iQué te importa que el cielo nunca tuviese ángeles! Ni que las estrellas, al mirarlas de cerca, fueran masas informes y sin brillo! ¡Qué te importa que el mundo fuese un globo vacío! iQué te importa que todo fuese hueco y estéril, y la vida un inmenso páramo desolado! i Qué te importan las voces de hielo, y los puñales a distancia, y el corazón atravesado! . , h a SIid o.';l c:'Q ';l Pero ... c:.que . ue,. tienes, PiIn k y ....

l Oh, duendecillo triste, sin tierra en los talones! Perdóname... No quise hacerte daño... Creí que estabas muerto y ... ioh duendecillo rubio, estás llorando!

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Segunda Epístola a Pinky

Hablemos, Pinky ... Ya sé que tú no eres humano. Un duende -como un Hadava más allá de estos límites de carne y de aritmética. Ya sé que tú eres un espécimen extraño de las histologías, y que dentro de las fibras vegetales de tu pecho late un inmenso corazón mitad de sueño y mitad de sangre. Sé que te han puesto aldabas en los pies y telarañas verdes en los ojos ... ¿Son, quizá, telarañas de esperanza? iOh, Pinky, un sueño se hace polvo y del polvo renace y se levanta! I'Tú no puedes vivir sino soñando! Te comprendo... Un día sentiste que la vida era hueca y vacía. Te sentiste frustrado, inútil, desprendido de la tierra, igual que un árbol, y mordiste en silencio las raíces amargas. Luego, la soledad, el desamparo, la vergüenza, la duda, la humillación, la angustia, y el vacío... iel vacío! Y pensaste -y sentiste- que la vida era absurda. Y todo lo miraste con el ojo angustiado del insomnio. ¡y creíste que todo era mentira! i Oh, Pinky, te comprendo! i Porque sé cómo es ancho tu corazón de sueños y sé cómo es profundo tu amor a las estrellas! 161


Hoy sé que tu golilla de recién nacidas hojas, ya marchitas, siente pasar la trama verde y ágil de una renovadora clorofila. y que rompes los tegumentos de tu alma para escapar de tu devoradora angustia y soñar otra vez, soñar igual que antes, con los brazos bruñidos de la luna, con las constelaciones, con la espuma del mar y el milagro de luz de la fuente del cielo. Sí, Pinky, te comprendo. iOh, cómo te comprendo! El golpe fue tan rudo, y tan inesperado y tan terriblemente cierto! Todo lo viste obscuro, y vacío, y estéril ... Mas hoy ... hoy la vida renace, porque renacen las perdidas alas, porque renace el sueño, y olvidas que sufriste más allá del dolor y más allá, más allá del silencio! Silencio ... Es tu destino, Pinky. Callar como las piedras, aunque las piedras canten debajo de las aguas. l Callar como los muertos! Callar como esos muros desolados y grises que te cercan los pasos y te rompen los dedos impacientes y locos y febriles ... [Callar como la tierra! Porque tu voz, tu voz de antes éhacia qué punto ignoto dirigió sus venablos, ¿Hacia cuál horizonte? Adónde, adónde fueron tus gritos vegetales, (Una sola palabra: la del viento ... Una sola palabra: la del agua... ) é

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¿Adónde? dEn qué rincón obscuro de la tierra dormida enterraste tu voz, duendecilla sin alas? Silencio ... Es tu destino, acaso. Porque le diste tu palabra al viento, ya la espuma, y a las nubes, y a las rútiles estrellas, y al verde denso de las aguas móviles, hoy tu voz se la tragó el silencio! Pero aquí está mi voz, duendecillo sin tierra en los talones, sin nudo en la sonrisa, sin horizontes en los ojos... iDéjame que te preste mi voz por un instante! Mi voz, que fue también del viento, y fue del agua, y fue de los luceros escondidos, y fue de las constelaciones... idéjame que te preste mi voz por un instante para decir al cielo tu palabra! Una sola palabra, duendecillo ... Una sola palabra... Acaso el cielo sepa comprenderte, allá, lejos, tan lejos... Tan distante! Acaso el cielo sepa comprenderte más allá del silencio de tus labios... Una sola palabra, duendecillo. Siempre. Siempre. Una sola palabra. La misma, repetida como un eco clavado en la distancia ... i Aquí tienes mi voz, oh, duendecillo rubio y solitario! [Aquí tienes mi voz, para decir al cielo tu palabra! La misma, repetida... Siempre. Siempre. i Una sola palabra! i Una sola palabra! í

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Balada en Sol Menor

El corazón enterrado de un ángel está llorando. Corazón, dame tus lágrimas porque yo no tengo llanto! Tanto lloré, que mis ojos, siempre en el dolor clavados, se hicieron hondos y secos como pozos desangrados. Corazón, no llores más, que el dolor está dormido! Sube a buscar el amor entre la hierba escondido! La tierra ciñe sus brazos en torno a tu voz de niño... Suena tan honda y lejana como las aguas del río ... Corazón mojado en llanto, no ves que la vida canta y el amor te está llamando con su cascabel de plata? Mis ojos secos de lágrimas me hieren como dos lanzas.

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Corazรณn, dame tus ojos para llorar hasta el alba! El amor tiene los brazos clavados en cruz ... Y llora... Todo el cielo estรก angustiado y toda la tierra en sombras. Corazรณn, alza los ojos y dale tu voz de alondra, que el amor, crucificado, tiene ya las alas rotas!

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Barco de Papel

Aquellos barquichuelos de papel. .. De niña los hacía bogar serenamente en la charca por la lluvia recrecida, o en el río impetuoso que formaba el agua en las cunetas. Aquellos barquichuelos de papel... Navegaban sin ruta, sin mástiles ni velas, sin remos ni timón ... Iban a la deriva, mansamente, sin capitán ni timonel. Los miraba flotar sobre las aguas ya mis sueños de niña parecían ya un atrevido esquife, ya un mágico bajel. E imaginaba puertos llenos de sol y brazos, donde echarían anclas para desembarcar fantásticos tesoros. Aquellos barquichuelos de papel... Hoy, cuando ya la niña que hubo en mí está enterrada bajo los siete pies del dolor y los años; y la charca pequeña tornase en mar inmenso; y mis sueños se hundieron con esquife y bajel. .. ípara cruzar la charca y arribar a tu orilla quién me diera el tesoro de un barco de papel! 168


Bucólica

Canta el gallo, golpeando la serena quietud del panorama, y en la brisa se pierde el eco de su altivo canto tras la verde ascención de las colinas. Todo tiene una nota de alegría. Se ha levantado el sol, entre los árboles donde cuelgan los frutos y los nidos, y esparce oro sutil sobre el paisaje. La campiña, vestida de rocío

brillando bajo el sol como un espejo, allá en la lejanía, mansamente, parece que se besa con el cielo. Ladra un perro a la orilla del camino y a lo lejos, surcando la mañana, se oye la voz cansona del boyero mientras conduce al pasto la boyada. Bajan los campesinos con su carga para la venta mísera del pueblo, y van cantando, alegres como niños, simples como las bestias del boyero. La mañana es azul, limpia, y el agua canta sobre las piedras del arroyo. Todo el oro del sol cubre el paisaje que, borracho de luz, cierra los ojos. 169


A los que Dicen Haber Dormido con la Luna (Réplica a L. Llorens Torres, 17' 3' 53)

Anoche hablé con la luna. Me dijo: csabes que todos pretenden que yo les quise y que conmigo durmieron? iAh, las mentiras bonitas de los que sueñan en versos! Mentira que yo les quise. Mentira que me quisieron. Yo nunca les di mi alma, ni les di mi boca ausente, porque el amor de los hombres es tan fugaz como el viento. "Mentira que yo les quise. Mentira que me quisieron. i Ah, las mentiras bonitas de los que sueñan en versos! " "xCómo había de quererles si sólo soy de mi amado, aunque sus dedos de espuma nunca tocarán mis dedos? " "Mi amado es el mar, do sabes? y el mar no es igual que el hombre: 170


el mar es grande y eterno. Cuando los hombres se vuelvan polvo en el polvo, mi amado, que tiene sal en los labios y tiene miel en el pecho, desde sus cauces remotos aĂşn me seguirĂĄ queriendo! "

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Hermana Luna

Luna pálida y serena de esta noche de insomnio, escúcharnc. i El sueño es tan absurdo claro, resplandeciente y bello! Casi sin yo quererlo se me van hacia tí las miradas, como para bañarse... Casi sin yo quererlo estoy atada a tí, como una vela al mástil. Casi sin yo quererlo ... Escucha: cuando la vida aprieta sus nudos en cada vena, en cada fibra, en cada nervio, yo te busco con ansia. Pero no siempre tienes el rostro dulce y claro, ya veces hasta te escondes, como para burlar mi anhelo de encontrarte, como para reírte de mis sueños. Dicen que eres una moneda. No. Las monedas no reinan sino en el suelo, en la triste comedia de los hombres, para ser su pecado y su tragedia. Tú eres una sonrisa de la noche, algo así como una oración que subió al cielo 172


y en él quedó prendida, para enseñar al hom brc que hay algo por encima de la vida... Hermana luna: esta noche quisiera saciar en tí mi viejo noctambulismo. Igual que tú, yo amo la sombra, el ciclo y las estrellas. Sólo que, csabes? ... tú estás allá en la altura, por sobre mis ensueños, y yo estoy en la tierra, sujeta a la cadena de mis dudas. Pero somos noctámbulas las dos, hermana luna! Esta noche no podría dormir, porque tienes el rostro claro, resplandeciente y bello. Porque con cada hora pierdes un poco de tu luz, y porque mis ensueños van subiendo hacia tí, casi sin yo quererlo, en la escala romántica del verso. Porque somos iguales en amores aunque tú, acaso, tuviste mas fortuna. Somos tú y yo, las dos, novias del cielo. Pero tú duermes en su azul regazo, mientras desde la tierra, inútilmente, hacia el azul yo tiendo mis dos brazos. Esta noche estás bella y yo estoy triste, más que nunca sujeta a la cadena de mis eternas dudas ... Esta noche no podría dormir, no podría dormir, hermana luna... ! 173


Hazle un Hueco a mi Voz (De "Los Poemas de la Niña Triste")

Haz1e un hueco a mi voz cuando yo duerma. Si me arrimo a tu fiesta, para decir mi lírica plegaria, recoge mis palabras y hazle un hueco a mi voz ... Yo despojé de hiel toda mi vida porque mi voz cantara la música del aire y de las flores, del ruiseñor y el agua. Hazle un hueco a mi voz ... Hice de mis angustias una lágrima y la dejé caer sobre el camino porque no te rozara. Voy siguiendo tus huellas como tu propia sombra perfumada. Hazle un hueco a mi voz ...

y cuando llegue la hora impresentida del viaje hacia la nada, escucha mi canción estremecida rondar tu pesadumbre, y hazle un hueco a mi voz dentro del alma ...

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Hay en mi Corazón una Niña Dormida

Nadie sabe el misterio de esta transmutación, de este vestido que me he puesto hoy, temprano, sobre el alma cansada: mi traje de domingo. Es extraño que ría con esta risa blanca de chiquilla, y que no haya en mi rostro ni un solo gesto amargo, de esos que hacen tan triste mi sonrisa. y es que nadie comprende que hay en mi corazón una niña dormida, que alguna vez asoma sus ojos transparentes a mis ojos opacos, para atisbar la vida. Se durmió una mañana, después de haber mirado con pavor el absurdo panorama del mundo. y fue una infancia trunca detrás de mis pupilas.

Yo siento adoración por esta niña que a veces se despierta y me redime del peso de las horas, y a veces, como ahora, desliza por mis manos temblores de caricias. Pero luego me apiado de aquella dulce ingenuidad, y cierro sus párpados de seda, 175


para que no la hiera el dardo envenenado de la vida. Hoy, temprano, ha asomado sus cándidas pupilas a mis ojos abiertos, y ha mirado hacia arriba, sonriendo. En tanto, yo he cruzado por entre las gentes, con el gesto apacible de una hermana pequeña que no tuviera prisa, dejando en cada puerta mi regalo de estrellas y tomando una dádiva ... como si fuese cierta la infancia de mi vida. ¡y qué bello el absurdo panorama del mundo a través de estos ojos de niña!

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Hacia las Lejanías van mis Pasos...

Hacia las lejanías van mis pasos, cruzando los caminos. Viaje triste. Sobre mi corazón duerme una lágrima: la del adiós. Las nubes están grises. [Qué importa este silencio y esta angustia!

Hacia las lejanías van mis pasos. No me detiene el frío ni la niebla, ni siquiera el recuerdo de tu llanto. ¿Por qué este andar incierto y esta fuga de no sé qué tormento? Con la noche viene calma y evoco tu sonrisa. l'Cómo se alivian todos mis dolores! Hacia las lejanías van mis pasos. No me detiene nada. Voy cantando. Pero todas las notas que me quiebran al recordar la angustia de tu llanto!

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Una Tarde sin Sol en

tu

Cabaña

Yo detendré mi paso en tu cabaña una tarde sin sol, dulce y serena. Tocaré levemente la ancha puerta y esperaré en silencio hasta que abras. Entonces seré huésped de tu cena. Cuánta luz en redor y qué infinita quietud de monasterio en tu cabaña! Cenaremos sin prisa y sin palabras, mientras las horas tejerán su ronda y hablarán en silencio nuestras almas. Después, me iré muy lejos con mis ansias, sin una frase inútil y sin una lágrima de amargura o de nostalgia. Te quedará tan solo mi sonrisa ... Me llevaré tan solo tu mirada... Una triste sonrisa ... Una mirada... Y lo que no dijimos ni diremos: un suspiro, un recuerdo y una lágrima. Toda una vida y toda una tragedia una tarde sin sol en tu cabaña... !

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Nocturno

¿y por qué aspiro a ti, luna viajera, si nunca más habré de poseerte? ¿Por qué tiendo mis manos anhelantes hacia el dulce espejismo de tu clara presencia? ¿Por qué te busco, allá en el firmamento, si aunque te hallase no podré alcanzarte? ¿Por qué te sueño, di, por qué te sueño, si aunque al soñarte ya te alcanzo un poco al despertar he de encontrarte ausen te? ¿y por qué aspiro a tí, luna viajera, si cuanto más te anhelo, más te fugas, y cuanto más te sueño, más te alejas? Cierra mis ojos con tus dedos blancos! Dame a beber el filtro del olvido! Exprime entre mis venas tus brebajes! ¡Oh, que quiero despertar sin esta fiebre, sin este resquemor de los recuerdos, sin esta sed inapagable! Pero, no ... i qué no puedo vivir sin este sueño, aun sabiendo que nunca he de alcanzarte!

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Nocturno en Tono Menor

Blanca ronda de estrellas en el azul del cielo, y en el cielo del alma caravana de sueños ... La luna se ha dormido sobre una nube casta. Acaso está soñando conque la bese el alba. Los ojos se me llenan de lumbre y de silencio, y yo cierro los ojos deslumbrada de sueños... Oh, luna, blanca y dulce de la noche estrellada: tu nostalgia y la mía no son, acaso, hermanas?

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Dos Nocturnos y un Alba

Nocturno Primero Tu sombra silenciosa se encontró con su sombra. y te ceñiste a ella como ciñen los árboles sus raíces a la tierra. Su cara semejaba un cielo transparente. Sus ojos, dos estrellas, y una luna tranquila era su frente. Tú tendiste los brazos para subir al ciclo, porque toda tu vida era un vivo deseo de gloria y de belleza, de luz y de silencio... y tus dedos tocaron la palidez serena de la luna, mientras las dos estrellas se prendían en tu pelo, besaban tus mejillas, y se aquietaban, como dos remansos, en el remanso de tus ojos quietos. La sombra era tu amiga. Las raíces calladas de tus brazos eran un cerco humilde en torno de su cuerpo. Qué cosas le dijiste? La ronda de tus besos fue como una guirnalda en sus cabellos. y tu voz, tu voz fue como un trémolo cuando dijo: "te quiero", 181


La noche se hizo muda. La noche se hizo sorda como las piedras. Lo que tú la dijiste, y lo que dijo ella no lo sabrán ni el monte, ni la tierra dormida, ni lo repetirá ninguna lengua. La noche fue una cuna silenciosa para arrullar dos sombras que se amaban. y para el gran abrazo de tu sombra y su sombra la noche se hizo eterna!

Nocturno Segundo Colgó la noche su ropaje obscuro ante los ojos de una luna pálida. Como un filo de acero, se hundió en la sombra de la noche larga su grito, un grito pavoroso, sin eco ni distancias. y allá en el corazón, uno a uno, se fueron despertando los fantasmas. Sus labios eran como los caracoles a la orilla del mar: húmedos y salobres, con un recóndito sabor a besos y un estremecimiento de caricias. Como frutas a punto de estallar entre los dientes de un deseo avaro: pulpa de sangre nueva bajo la noche inmensa del amor desesperado.

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Sus manos ensayaron un gesto de abandono, pero tu voz surgió apremiante: "Oh, déjame besarte, porque la vida es dulce, porque la carne es débil, porque el alma es un niño que fácilmente se amedrenta, y porque con tus besos no dañaste ni al árbol, ni al guijarro, ni a la nube, ni al viento, ni a la estrella... Oh, déjame besarte antes de que la sombra llene el mundo; antes de que estos labios se me cierren debajo de la tierra; antes de que estos labios enmudezcan sellados para siempre; antes de que sean pasto de gusanos, polvo en el polvo, abono de simientes ... ! " Tembló su corazón entre tus manos como un pájaro preso... La luna se escondió tras de los árboles adormecida por la voz del monte, y la noche fue corta para el beso!

El Alba La aurora vino demasiado aprisa con sus ojos dorados. Se coló por las ramas de los árboles y se bebió de un sorbo la noche silenciosa.

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Ella se diluyó en la aurora como un rayo de luz,. como una nota blanca y armoniosa. Tú te quedaste en soledad inmensa, con los ojos prendidos en el cielo, pero mirando hacia tu corazón, hacia donde temblaban las alas del recuerdo. Tus brazos, raíces arrancadas de la tierra donde se nutrían, eran dos aspas locas aguardando su vuelta, eran dos aspas locas moviéndose en silencio. El monte se encendía como boca de infierno. Pero tú parecías un fantasma de sombra en medio de la clara luz del día. A tu paso crujian las hoj as secas del camino, y tú no las oías. Los pájaros cantaban en las ramas y su canto no llegaba hasta ti, como si de repente todo: corazón, alma y vida, por las venas partidas se te hubiese escapado ... Como si ya no fueras más que una trágica oquedad pendiente de un viejo campanario abandonado ... El alba fue un paréntesis de luz entre dos noches largas de esperanza, para tu pobre corazón cansado!

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Monólobo con mi Alma

Te me fuiste llenando de imprecisas nostalgias. Te me fuiste cubriendo de una hiedra sombría como las viejas tapias, y yo no 10 advertía. éSabes? Ahora tengo la duda. Quizás fui tan cobarde que te dejé perdida en los verdes boscajes. O quizá quise verte luchar contra la vida. No 10 sé. Pero fuiste llenándote de penas, como si todas fuesen sólo mías. y mi voz ya no pudo cantar a tus oídos las viejas melodías. A la orilla de todos los caminos hicimos alto y descansamos. Luego, otra vez a vagar. Yo, indiferente. Tú, con un nuevo dolor bajo los cielos. Una luz se extinguió frente a mis ojos, se deshojó una flor entre mis dedos, y yo seguí de largo, inconmovible. Tú, en cambio, te quedaste yerta, y te sentí temblar como una hoja movida por el viento. Por qué sufriste tú, si no tuviste la culpa de mis Íntimas tragedias? 185


Pobre alma mía taciturna y vieja, te me has ido llenando 'de nostalgias y estás toda vestida por la hiedra! Es tarde ya para cantar de nuevo, para mirar el sol y las estrellas... Duerme un poco a la sombra y no te inquietes, yo sufriré por ti, mientras tú sueñas!

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Mi Corazón Nació para Estar Solo

Mi corazón nació para estar solo. La sombra de no sé qué vieja pena, de una lejana angustia, tan honda como extraña, está tan arraigada entre sus fibras; que a veces pienso que sin esta pena yo no sería humana. Mi corazón es viejo y solitario. Asceta sin pasado y sin futuro, y anciano, como el mundo, como la vida, como el sol, como el minuto de dolor que se eterniza sobre la carne atormentada; como el gemido de la tierra por los siglos de los siglos abierta y desangrada... Mi corazón nació para estar solo, solo, con sus angustias y su hastío. La mañana es azul? Sea bienvenida! La luna está brumosa? Bien llegada! Pero si es viejo, y solitario, y triste; épor qué cuando la vida le sacude -en la risa o el llantomi corazón atisba los caminos buscando quien comprenda? 187


Perdona, Corazón ...

Hoy podré, suavemente, revivir el Pasado. Mi corazón, de nuevo, está como dormido, Por un extraño mundo de pálidos fantasmas vuela mi pensamiento, triste y ensombrecido. y paso silenciosa por sobre los recuerdos,

como pasé otras veces por sobre mis dolores: reviviéndolos todos, desesperadamente, sin poder destruirlos entre mis manos torpes. Uno, entre todos ellos, me ciñe y me tortura. Yo digo ahogadamente mi palabra de ruego ... Pero todo es inútil: en la fibra más honda del corazón dolido se enraiza el recuerdo. Corazón, tengo miedo ... Perdona si te hiere con su vagar absurdo mi loco pensamiento, Yo ni quise tocarte Pero es torpe mi mano y yo no sospechaba no adiviné el misterio. Tú lo sabes ... Perdona... Creí que habías perdido tu fibra más sensible no quise hacerte daño. Pero estabas tan lejos Pensé que dormirías... Perdona, no sabía que hoy estabas llorando!

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He Vuelto a Estar a Solas con mi Alma

He vuelto a estar a solas con mi alma y no le he dicho nada. En silencio, tal vez, le di mi verso y ella, en silencio, acaso lo guardara. ¿De qué hablaba mi verso? Nació sólo por ella, por mi alma. Nació en sus blandas fibras que tiemblan ante el raro prodigio de la vida y en ella se desgarran. Nació porque mi alma, serenamente, ama todas las cosas buenas, todas las cosas tristes, todas las cosas bellas... Nació en sus blandas fibras y ha de morir en ellas ... Por eso, cuando quise decirle tantas cosas no pude decir nada y le ofrendé, temblando, mi verso silencioso. i Quieres saber ahora lo que dice este verso! Fú no sabes que nadie podría comprenderlo? é

No tuvo el viejo molde de las palabras hueras, ya te lo dije antes, 189


naciĂł porque m i alma ama todas las cosas de la vida. NaciĂł en sus blandas 'fibras, por ella y para ella. Fue un verso silencioso, sin palabras, sereno ... Solamente mi alma podrĂ­a comprenderlo! Ă­

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Los Pequeños Lazos

Un día, tuve que deshacerme de los pequeños lazos. Necesitaba estar suelta, liviana para cruzar los mares. y destruí papeles y destrocé recuerdos, y dejé en otras manos mis cosas adyacentes. Era como quemar las naves para darme a la fuga sin noción del regreso. Nada que pudiese atarme. Nada que tirarse de mí como una cuerda. Nada que estorbase mi escapada sin tiempo. Suelta, libre, liviana como un globo que asciende, dejando todo el lastre sobre el suelo. Así partí aquel día, tras de quemar mis naves. La fuga me dejó sal en los dedos, y el vacío profundo de esos pequeños lazos que, sin pesar, ataban ... que sin doler, ponían sus nudos en mi vida. Esos pequeños lazos que, sin yo sospecharlo, me cercaban el alma con su cálido cerco ... La fuga me dejó sal en los labios. Sal en los ojos. Sal en las heridas que abrió en mi corazón esta distancia ancha de mar y de recuerdos ... 191


Ahora, cierro los ojos y pienso en esas cosas adyacentes. Cosas tán pequeñas como este anillo que me oprime el dedo. Cosas pequeñas, sí, pero que cercan así como este anillo ... Cosas adyacentes. Un libro, una pintura, un cenicero, un cofre perfumado, una estatuilla, un vaso de cristal... i Cosas pequeñas que no valen nada pero que valen tanto desde lejos! Cierro los ojos y pienso en esas cosas, y me duele que estén allá, distantes como mi tierra y como el cielo ... Pero después... después, sonrío mansamente, hacia adentro, y pienso que esas cosas tan pequeñas como este anillo que me oprime el dedo, quedaron en el cerco de otras manos... i y esas manos pusieron en mi vida -hace ya mucho tiempoel apretado cerco de ternura que nutre las raíces de mi sueño! Un día, tuve que deshacerme de los pequeños lazos... Ahora, esos pequeños lazos son queridos recuerdos que me siembran el alma de esperanza y me incendian la noche de luceros... !

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Aquí me Tienes Tú...

Aquí me tienes tú, como dormida ... Vengo de un largo viaje por no sé qué regiones desoladas. Vengo a tenderme aquí, bajo la sombra de cualquier árbol bueno y compasivo, de esos que se levantan a la orilla de todos los caminos. Llevaba entre mis manos una rama florida. La brisa dispersó todas las flores y el verano ardoroso gota a gota sorbió toda la savia. Seca quedó la rama... Por mi lado pasó un viento de fuego esa mañana... Ahora, ya lo ves... Vuelvo, a tenderme bajo un árbol cualquiera del camino. Dormiré largamente, largamen te ... Pero mi rama seca no la quiebres, déjalajunto a mí, bajo la sombra... Tal vez tendrá una flor cuando despierte ... !

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Padre Nuestro

Tú vas por el camino de la esperanza cierta. Yo voy andando, sonambulescamente, por otra senda. Tu camino es un trazo blanco hacia los jardines del júbilo perpetuo! El mío, un zigzagueante trillo por donde pasa la caravana humilde de mis versos. Tú llegarás al alba con tu alforja repleta de luceros y entonarás un canto de alegría. Yo llegaré en silencio, cuando todo esté en sombras, y veré con tristeza que no queda ni un verso en mi alforja vacía porque los fui dejando en el sendero .. Entonces, mansamente, con la rodilla en tierra, diré lo que me sube hasta los labios como un torrente de sentires nuevos cuando esta sed de paz me abraza el alma: "Padre nuestro que estás en los cielos..." 194


Señor, Tú no Quisiste

Señor, tú no quisiste que mi voz fuese dulce ni que fuese mi canto como una melodía. Canté porque es tortura silenciar este verso que se asoma a los labios y en la sangre palpita. Señor, tú no quisiste que mi verso llevase la mie! dorada y pura de tus p anales buenos. Canté porque era dulce la mañana soleada, canté porque eran tristes la tarde y mi silencio. Señor, tú no quisiste que mi voz fuese clara, transparente y risueña como una sinfonía. Canté porque de pronto me vinieron palabras desde el fondo del alma, y tuve que decirlas. Señor, tú no quisiste, no quisiste signarme con tus manos divinas y hacer de m Í una fuente donde corriese e! agua del verso y la armonía, y no cesara nunca su cantiga celeste. Señor, Señor, no sabes ... Canté porque temblaba mi corazón, y el verso de pronto se hizo grito. Canté para arrancarme la voz que en m Í clamaba, pero arranqué con ella mi corazón herido!

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Le he Preguntado a Dios

Le he preguntado a Dios dónde está la verdad y no responde. ¡Dónde está la verdad, mi verdad! [Oh, mi verdad extraña y acaso sin sentido! Acaso, también, amarga. Pero es mía y he de acatarla sin renuencias fú tiles. Dame mi verdad, Señor, para cargarla en hombros igual que tú cargaste con tu cruz, y dame un fuerte corazón capaz de sostenerme. Si mi verdad viene de ti, debo aceptarla aunque me hienda el hombro y me abata tres veces sobre el camino en sombras de este duro calvario. Si mi verdad viene de ti, tengo que amarla igual que amo la luz, la hierba, el río, las palomas, las piedras, los lagartos, el barbecho y la espiga, las raíces y el fru to, la música del mar y el látigo del viento. Que si acepto la rosa lo mismo que la espina, que si acepto una estrella lo mismo que una larva, también he de aceptar esta verdad tan mía, azúcar y retama de mis labios, ponzoña y bálsamo en mi vena exhausta. Aquí estoy, con las manos abiertas esperando tu signo. Pon la verdad como un madero encima de mi hombro 196


y déjame subir hasta mi Gólgota. Después... igual que a ti me clavarán los hombres encima de mi cruz y moriré por mi verdad bendiciendo tu nombre por los siglos de los siglos. Amén.

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Miedo

La noche está preñada de fantasmas. Yo iba por los caminos con mi lámpara azul entre las manos. Mas, de pronto, una ráfaga helada la ha apagado. Estoy a obscuras en la obscura soledad del monte, y el cielo está sin una sola estrella. Desesperadamente sordo, y ciego, y sin palabras. Los fantasmas me miran con sus ojos de sapo y agitan sus cabellos de serpiente. Algo así como un ala negra y áspera, y fría, me azota el rostro exangüe. y miro ... Es un fantasma. Aquel que osó acercarse más, el que llegó tan cerca que su aliento me hiela, y sus ojos me asfixian las palabras antes de que las palabras nazcan en mi alma. i Oh, este aliento que pone su hielo entre mis venas! i Oh, estos ojos que apagan las cenizas calientes, y arrancan las raíces de los sueños, y estrangulan las rosas entreabiertas! ...

Quiero escapar, y ríe. Ríe con los labios vampiros que absorben, con la sangre, la miel de los panales. Ya sé cuál es su nombre y sé por qué ha venido. Cuando la angustia pone su nudo en mi garganta, él ronda con sus alas mi corazón en fiebre y lo llena de gritos ... 198


Su nombre... icórno tiembla mi labio al pronunciarlo! Su nombre es Miedo.; Miedo ... Miedo. Cuando crece, es: Espanto. y cuando haya crecido tanto que entre mis venas ya no corra la sangre, sino el grito, su nombre será: Muerte. Habrá un cadáver más en cualquier rumba, un sueño menos en la tierra abierta, y un poco de rocío en los ojos del cielo ...

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Poema de la Eterna Búsqueda

Abuelo, tú me escuchas. Vengo a tí en el silencio de la recordación, y pongo mi cabeza sobre tu noble corazón dormido. Hablemos mansamente, como antes, como cuando yo era menos triste, y tú no te habías ido. Ahora que estás lejos, hablemos, como antes. Hace ya tanto tiempo que te fuiste de viaje! No hubo la despedida habitual, ni el adiós de costumbre, ni el beso largo y triste siempre mojado en llanto, ni el pañuelo agitado en el aire. Te fuiste de puntillas, tal como un padre bueno que no quiere despertar a los chicos dormidos. (Al despertar, los chicos vieron la puerta abierta . y acaso tú volviste la cabeza al escuchar su grito ! ) Dime, hacia dónde has ido? Tú, que fuiste una hoguera de amor siempre encendida, qué gelidez calientas? Tú, que fuiste un nectario, qué amargor dulcificas? Tú, que fuiste un remanso, a qué aridez le diste tus aguas bendecidas? Tú que amabas la tierra, con qué jugo fecundo se entremezcló tu sangre para nutrir raíces? 200


Con qué polvo se unieron tus huesos y tu carne para subir de nuevo, a través de las venas henchidas de los árboles? Ahora que estás lejos, hablemos, como antes. No te olvidé jamás. A toda hora, dulce o triste, te he llevado conmigo... Tú lo sabes. En mi alma, yen mi vida, y en mi sangre. Pero a pesar de ello, no podré nunca contener el ímpetu que me empuja a buscarte por todos los caminos, fuera de mí, en los nidos, en las flores, en los árboles... En todo lo que fue por ti querido yen todo lo que me hizo amarte. Que estás dentro de mí como una esencia, y sin embargo, yo te busco en el mundo, para que el mundo sea tan dulce como antes!

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Campanas del Recuerdo

Campanas... Campanas de mi infancia, cuando en la Nochebuena el Abuelo decía su íntima plegaria y, señalando al cielo, fijaba nuestros ojos a tres estrellas blancas ... Eran "los Reyes Magos que venían cargados de regalos para los niños buenos". Eran, para nosotros, la Esperanza... (Más tarde, ya cuando el Abuelo se fue de viaje, también sonaron las campanas... i Pero qué tristes ... y qué largas! ) Campanas... Campanas de mi infancia... Todas las Nochebuenas voltearon su alegría desde la torre blanca. Mas, la niña creció como una espiga, y crecieron sus sueños, y creció su esperanza, y crecieron también -entre su sueño y las estrellas! las distancias... Campanas... Campanas de otro tiempo ...

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Todas las Nochebuenas voltearon su ternura desde otra torre alta. Campanas de otro tiempo, las que sonaron cuando estuve cerca de lo que hoy está lejos, cuando mi pie no era andariego ni mordía tan hondo la nostalgia... Las que sonaron cuando me dijiste: "Esta es la nochebuena" y compartí contigo tu cena y mi esperanza... Las que sonaron mientras en el cielo brillaban las estrellas con sus cinco puñales de ternura clavados en mi alma...

Campanas ... ICómo suenan en el foso insondable del recuerdo! iCómo repite el eco las notas de su cantiga! ICómo crecen las ondas en la oquedad del tiempo, yen el tiempo se quedan para siempre colgadas! Mi corazón las oye y piensa en las estrellas, tan distantes, y mis manos se quedan desnudas en la noche solitaria. Campanas del recuerdo ... Aquellas de mi infancia que nunca volverán, como tampoco volverá el Abuelo ... y aquellas otras de tu torre alta, las que sonaron cuando estuve cerca de lo que hoy está lejos .. Campanas del recuerdo .. 203


Las que voltearon su alegría cuando miraba al cielo' buscando a los tres Magos de la dulce leyenda, y aquellas que voltearon su ternura cuando lo que busqué no fueron Magos sino estrellas... Campanas del recuerdo, las que vendrán a despertar mi oído en esta Nochebuena solitaria, cuando todo está lejos de mi mano ... Campanas del recuerdo, las que vendrán a repetir la cantiga de la alegría y la ternura y la esperanza de alcanzar las estrellas -Oh, la eterna esperanza! Campanas del recuerdo las que vendrán a transformar mi noche en una Nochebuena sin distancias!

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Poema de la Niña que se Durmió en el Cielo

La niña soñó que el cielo descendía cantando. La luna era un cristal con los bordes de nieve. Las estrellas temblaron bajo sus labios pálidos donde la fiebre puso sus tenazas de fuego. La niña soñó que el cielo la dorm ía en sus brazos... Los ojos de la luna derramaban luceros sobre su cara triste, mordida por la fiebre. La niña alzó las manos para palpar el cielo y tocó las estrellas fugaces con sus dedos. La luna sonreía con sus labios ausen tes. La niña la miraba con los ojos inmensos del delirio, y buscaba fantásticos tesoros: pececitos dorados, mariposas de nácar, ruiseñores de azúcar, palomas en desvelo ... Todo el cielo temblaba de estrellas y de voces. La niña estaba blanca como vellón de oveja, y la luna dejaba cae! sobre sus manos peces y mariposas, palomas, ruiseñores y luceros. La niña los miraba más allá de sus ojos, con el alma prendida de los ojos del cielo.

y la llama era llama... Y la fiebre era fiebre. y la niña temblaba como una rama al viento. 205


Las voces descendían con sus albas palomas y todo el aire se llenó de música y de besos. La niña miró al cielo, más allá de sus ojos. Los dedos de la luna le bajaron los párpados, ya través de los párpados siguió mirando el cielo ... La niña se durmió bajo la noche larga con las manos cargadas de luceros!

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Nostalgia de Cielo

Yo he de contarte un cuento ... Es una fantasía vivida en un segundo o en una eternidad, acaso ... iqué ha de importar el tiempo! Me nacieron dos alas como las de los cóndores, y me incrustó en el cielo. i Saeta voladora y abridora de ru tas anchas para el retorno! ¿Por qué se me apretaba la voz en la garganta cada vez que volvía los ojos a mi orilla? Y yo ... cqué encontraría más allá del ensueño? Luces, luces y gritos. La vida era una danza desenfrenada y loca. Torbellino de masas; catedrales de piedra; agujeros en sombra para el rodar más rápido ... Y rostros errabundos, apareciendo y desapareciendo en fuga continuada. Aquel, con su tortura. Este, con su alegría. Pero cada uno solo, y encerrado en sí mismo como los círculos en las serenas aguas de los ríos. Era como un desfile de máscaras robadas a la tragedia griega! 207


y yo ... Se me volvían de piedra mis dos alas. y mis manos abiertas y extendidas,

cayeron como mástiles sobre el mar impetuoso de la ciudad extraña. El cielo ... «íónde estaba? La carne renegrida de las torres inmensas cortaban horizonte, cercenaban el cielo como una cimitarra vanidosa. Agujas afiladas hincaban la armonía serena del azul. .. Y hasta la luna -Señora de la noche- hallaba poco espacio para mecer su hastío ... y tanta luz, y tanto grito, y silbido y sacudida... y tanta carrera sin sentido y loca! y yo en medio,

como un injerto que nunca ha de prender, porque es yema de un árbol que se muere de asfixia cuando le falta el cielo! y yo en medio, como un gesto distinto de la humana figura; como una mueca triste, o un suspiro, o iquién sabe! sólo como una dulce nostalgia de lo ausente ... Eso, nostalgia, eso!

Después, volví a mecerme sobre mis alas locas, La rápida saeta cruzó la ruta abierta -ancha, oh! qué ancha y abierta en el retorno! y otra vez fue el delirio de incrustarme en el cielo! Ya ves ... Fue sólo un rápido cruzar hacia otra orilla para sentir el vivo resplandor de una llama.

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-Vorágine de luz que me sorbió un momento, bebiéndose conmigo la luna y las estrellas.Pero en aquella orgía de luces y de torres, y de gritos en fiesta, se me entró la nostalgia corazón y alma adentro. Mi carne se hizo fina otra vez para el vuelo, y salté por la borda de la barca gigante para consubstanciarme con el cielo ... Fue acaso fantasía? ¿ Fue realidad? No importa! Yo sólo quise hablarte de cosas ya lejanas, y ha resultado un cuento ... é

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Poemario de la Reciennacida (Uno)

Mi voz salta la charca que es, para el pie, insalvable y arriba a tus oídos para decir tu nombre ... Tu nombre, sin quererlo, va impregnado de sal. y lo digo, pequeña, y lo repito a solas para que así la brisa lo aprenda de memoria, y lo aprendan las nubes, y el sol, y las estrellas, y la espuma del mar ... 11

i l.a charca es tan inmensa! Abre su boca enorme entre tu carne rosa y mis ávidas manos desterradas. En el duro vacío de la noche palpo el pétalo suave de tu carne y te beso en la planta de los pies... ¡y es una dulce fiesta para mis ojos húmedos tu carita de cielo coronada con el dorado nimbo de la mies... 111

¡Dichosa tú, que viste mi cielo azul brillante cuando abriste los ojos y miraste hacia arriba ... 210


Yo que estoy tan distante, miro hacia arriba y veo este incoloro cielo de cristal... Pero pienso, pequeña que a través de tus ojos puedo beber el mío ... iPréstame tus pupilas limpias como luceros para lavarme el alma con su claro mirar! IV

"Alguien lloró en el cielo" por bajar a la tierra ... Alguien, aquí en la tierra, oyó tu dulce llanto y no quiso dejarte perdida en el confín ... Por una escala blanca descendiste a su entraña yen ella hiciste cuna ... [Qué dolor espantoso fuera haberte dejado sin cuna en que dormir!

V

Yo anhelé tu llegada y sentí el regocijo de tu dulce presencia desde que el ángel del Señor bajó a anunciarla .. Fue un día, en Primavera, con la primera flor . Se llenaron de estrellas mis dos manos ausentes, y mis ojos contaron y contaron estrellas para hacer menos larga la espera del amor...

VI

Ya estás aquí, pequeña... Pero estás tan distante de mis ávidas manos que te buscan en vano a través de este cielo y a través de este mar ... ! i La charca es tan inmensa! ... 211


Pero, te quiero tanto! '" Tanto, pequeña, tanto, que cerrando los ojos te siento entre mis brazos, dócil a mi ternura y a mi dulce anhelar. VII

Ya estás aquí, pequeña... IOios bendiga tu frente, y bendiga la ruta de tu andar!

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Poemario de la Reciennacida (Dos)

Pequeña... Un blando mantoncito de carne sonrosada. Dos breves manecitas fugitivas que palpan el aire, sin sentirlo, y en el aire se agitan como alas de paloma... de las reciennacidas palomas asustadas ... Pequeña, con esa pequeñez de la sonrisa que no llegó a los labios y se quedó en los ojos, rezagada. Pequeña, con esa misma pequeñez de la estrella contemplada a distancia... Pequeña como un suspiro. Pequeña como una lágrima. iY sin embargo, cuán grande para el amor y la esperanza! II

¿Qué le dijiste al ángel? ¿Qué le dijiste al ángel cuando tu voz era del cielo? Allá arriba los niños son de cera blanda y viven asomándose a la tierra por detrás de las nubes, y en su lomo cabalgan ... i Quién sabe si tus ojos se fijaron un día en el collar de Islas 213


que el mar ciñó a su azul garganta, y quisiste descender a las Islas por una escala blanca... ¿A cuál, pequeña? iDime! Acaso tú elegiste? ¿o fue el ángel de suelta cabellera dorada quien señaló la ruta y le dijo a una estrella que alumbrase el camino de tu nueva morada? é

¿Quién te trajo? .., ¿La estrella? ¿O el mismo ángel de cabellos rubios que cuida de los niños en el cielo y desde el cielo, todavía, te guarda? ¿Qué le dijiste al ángel tu voz no era este dulce vagido de criatura reciénnacida y blanda? lB

Debiste haber nacido en aquella otra Isla que es tu Isla... La nuestra... La más triste y desgarrada. La que no tiene sangre, porque toda la sangre se la sorbió un vampiro. Debiste haber nacido en aquella otra Isla donde los que te aman fueron crucificados sobre la tierra dura y solitaria... Pero entonces... iqué triste la primera sonrisa que hubiera sorprendido tu mirada! i Qué nubladas las frentes perennemente sobre ti inclinadas!

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[Qué aire tan espeso, y qué tierra tan seca, y qué hueca la risa, y qué amargas las lágrimas!

¡Mejor que no nacieras en aquella otra Isla, porque las nubes grises hubiesen hecho oscuro el cielo de tu infancia! IV

Pero escucha, pequeña... Aunque esté desgarrada

y triste, ésa es tu Isla ... Nuestra Isla! í

Amada hasta el dolor por los que a ti te amamos . Defendida con los dientes, y las uñas, y las manos . y con la voz hirviente de verdades amargas. Ahora tienes las manos diminutas y lloras sin palabras, pues las palabras aún están dormidas detrás de tus vagidos de criatura ... Pero luego, mañana, cuando despierten a tu lengua dócil, te enseñaré a decir "Santo Domingo" ... y sentirás que el corazón te salta. Aprenderás temprano el dulce nombre de nuestra pobre Isla desgarrada, y la amarás también hasta el dolor, como nosotros, porque la sangre manda! V

Pequeña... Tan pequeña como un grano de trigo ... Como una estrella a la distancia ... ¡y tan grande, tan inmensa y entrañable para el amor y la esperanza! 215


Mi Mano

Yo siento devoción por esta mano que estructuró los versos de mi alma y se tendió una vez, con ese gesto bendito de la dádiva ... Yo siento compasión por esta mano que no pudo plasmar en realidades mis sueños infinitos, ni ofrecerlos a los otros viandantes ... Yo siento repulsión por esta mano que una vez se contrajo en el espasmo de la sagrada ira, sin alzarse sobre el delito humano ... Y siento adoración por esta mano que retuvo, temblando, las estrellas y se durmió en su carne luminosa para soñar con ellas... !

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Pluma Mía

Pluma mía: cómo te siento henchida de emociones vividas, de humanas impresiones, y de transmutaciones que yo no acierto a definir, porque hilvanaste un canto con mis penas cuando sólo mis penas debiste traducir. Eres como un canal por el que fluyen mis inquietudes, mis alucinaciones: instrumento vital en estas manos que sin ti no serían más que dos frases truncas; dos locas esperanzas con las alas partidas y los ojos cerrados por la palabra "nunca". A veces, yo te siento tan mía, que me dueles como mi propia carne atormentada; y mis nervios te cruzan como sierpes calladas, mientras mis emociones bajan por tus venas como sangre del alma: gota a gota. Tu alquimia las convierte en un mar de palabras... Mas, ya escritas, esas palabras que antes fueron mías me parecen extrañas y remotas. Yo pienso: cómo pesarían en mi vida tantas emociones, si no pudiera hacerlas fluir por tus arterias! Qué sería de mí, si amasara en silencio 217


la arcilla del dolor! Cómo vivir esta miseria si por tu voz no fuera yo filtrando mi angustia, mi ansiedad mi tragedia! Cómo vivir, si el alma es una copa de tortura, y no hay una rotura por donde fluya el agua, y no hay una rotura!

y

Oh, tú, vieja alquimista que transmutas en oro las monedas de cobre que te doy en silencio: no me dejes ser pobre! Este dolor vulgar yo no quiero que exista, a menos que no lo vista con vestidos de lujo tu alquimia milagrosa. La vida es una baratija, una simplicidad, una cosa cualquiera, eso: una cosa. Mi pena una vulgaridad, como tu pena. Por eso no es extraño que yo elija un bello traje para disfrazarla, un bello traje para hacerla buena. Pluma mía: sé tú mi compañera por esta desolada e inevitable vía! y en tanto que la copa de mi alma se colma de emociones, con el agua más clara tejerás las canciones, que serán transparentes, y plácidas y puras... Mientras allá en el fondo de la copa escondida, el légamo implacable de mis viejas torturas me seguirá pesando para toda la vida!

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Poema de la Escapada al Cielo

Mi Alma tiene a veces ansias de libertarse de su cárcel de carne para sentir la vida en su más pura esencia. Desde aqu í sólo puede atisbar en silencio la alegría del sol, que está tan alto, y soñar con estrellas y luceros. Si pudiera en un súbito desprendimiento subir, subir en loco, desenfrenado vuelo, para besar las puntas de esas blancas estrellas, y quedarse a dormir en el cielo! Con el primer albor mi alma tornaría a su corpóreo encierro. y sería el asombro de la gente, que no comprendería, el brillo inusitado de mis ojos, la suavidad extraña de mis manos y la loca alegría de mi risa, animadora de silencios! Nadie sabría la escapada ingenua. Sólo mi alma, ya transfigurada, y las estrellas blancas de la noche que conmigo durmieron en el cielo! 219


Poema de Ausencia en Presente de Sueño

Abuelo: hoy estás tan presente en mi vida como estuviste ayer, antes de tu partida. Acaso más presente, pues que te sueño vivo y de este sueño no te me irás jamás, porque es sueño ... y es mío. Con qué alegría santa te revive mi anhelo! y cómo corporizo lo que sólo es espíritu, para sentir que late nuevamente tu corazón dormido! Hoy estás tan presente, que si oyera tu voz no me sorprendería. Como no me sorprende ver tus ojos prendidos en el cielo, azulando, de lejos, mis pupilas. Yo pienso en esta irrealidad tan amable o tan triste que es el tiempo. Porque hoy estás conmigo como si no te hubieras ido. O mejor, como si estando junto a mí recordases de pronto que has de plantar un árbol -de esos que tanto amastey te alejaras ~n momento para tornar de nuevo al lado mío. 220


Quién dijo que el no verte sea un indicio de muerte! Para mí, que te sueño y que te quiero igual que ayer, no existe esa palabra tan despiadada y triste! Por eso, cuando siento la añoranza infinita de mi infancia lejana, te busco en torno mío. ¡Cuántas veces sorprendo el inconsciente gesto de mi mano persiguiendo la tuya por la tierra vacía! y cómo sueño andar contigo, así, de mano, igual que cuando yo era niña ... y tú vivías!

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Yo Quiero ser así como tú Fuiste

Yo quiero ser así como tú fuiste: un corazón abierto como un nido, un manantial inagotable y puro, una luz milagrosa en el camino. Yo quiero ser así como tú fuiste: ave que cruzó el cielo a tal altura que no manchó sus alas en el cieno ni perdió el ansia de seguir la ruta. Yo quiero ser así como tú fuiste: fuerte como los robles que se yerguen majestuosos al borde del camino, y manso como el agua de las fuentes. Yo quiero ser así como tú fuiste: dulce y estoico, bueno, sensitivo. Grito de rebeldías hecho carne y piadosa oración hecha suspiro. Tiéndeme tus dos manos y transfórmame! Yo quiero ser así como tú fuiste. Quiero amar esta vida en tu recuerdo y vivirla... no más porque viste!

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y Puesto que Volví...

y puesto que volví,

deja que ponga mis manos junto al fuego. Pregunta lo que quieras. Yo te responderé serenamente ... Pero habla enseguida, te lo ruego. Sí, sufrí mucho, sí, tanto y tan hondo que torturé mi vida. Pero nadie lo supo porque lloré con otros mi amargura y en otra venda puse mis heridas. Sí, también esperé, tranquilamente... La esperanza es hermosa y yo estaba cansada. Pero nunca sabré por cuanto tiempo permanecí en-la espera dolorosa. Sí, también recordé. Sólo el recuerdo fue luz en mi camino. Pasé de un lado a otro añorando mis viejas alegrías, perennemente atada a mi destino. ¿Que si quiero volver? No lo preguntes! No puedo responderte ... Háblame de otra cosa ... No quiero recordar que estoy de viaje y que sólo he venido para verte! 223


Diálogo Intimo con mi Yo

Escucha: tú eres mía, pero yo no soy tú. Tú eres mi vida, el cauce silencioso por donde corre el río de mi espíritu. Tú eres la carne mansa, mas yo soy el dolor de tus heridas. Yo soy la esencia. Alma, nervio, ala, fuego. Eternidad sin forma de paso por la tierra mientras alientes tú. Tú eres el labio en oración, yo soy el ruego. Tú eres la barca dócil y yo la mano firme que te guía por las rutas abiertas de los mares dormidos. Tú eres la cuerda tensa, mas yo soy el sonido ... Vida: por servirme de forma, de instrumento, de vía, desde mi eternidad yo te amo y te bendigo. y por quererte tanto, tan honda y santamente, tanto exijo de tí, hoy que plena de luz estás conmigo. No importa que te pierdas. Lo que importa es vivirte sin que turbe tus horas con un remordimiento. 224


Vivirte con las manos limpias, limpias y abiertas como dos alas blancas prendidas en el viento.

Vida: porque te quiero tanto, tanto exijo de tí. Porque te necesito para cum plir un voto te ciño, no a un capricho, sino al carro sin freno de un ideal remoto.

No te impacientes. Piensa que el tiempo de los frutos maduros no ha llegado; que aún la tierra está seca y hay que ungirla de lágrimas antes de que la hienda la rueda del arado. Es preciso aguardar un poco todavía. Todavía no es tiempo de hoz ni de simiente. Quizá no hemos sufrido bastante, vida mía. Pero yo soy el fuego y tú el árbol que arde' tú has de ser más paciente. Acaso no es lo justo. El fuego debería consumirse en sí mismo, ser víctima y verdugo de todo sacrificio. Pero no es cosa extraña: la llama se consume si no encuentra una yesca que le nutra la entraña. Acaso no es lo justo, ya lo sé. Pero piensa que nacieron hermanos tú y mi amor a esta tierra que me azota las carnes con su grito lejano. (Tú también lo sentiste sobre tu piel Y sabes que ese látigo cava surcos de horror y angustia 'Ile no se cierran nunca. Tú lo sabes, lo sabes! ) 225


Tú y mi fuego son hijos de un mismo alumbramiento, de un mismo ancho sollozo: el de la tierra seca y el de una voz humana... Tú, que has sido mi árbol, ahora dime: qué he de hacer con el fuego sino quemar tus ramas? y responde, responde; de qué me sirves tú, si no me das tu carne para nutrir la llama?

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Estaré tan Lejana...

Estaré tan lejana que no podrás oirme. Mi voz será un murmullo, y llegará cansada desde la extraña altura. No advertirás siquiera la extremada fatiga de esa voz que fue antes canción de alegre ritmo volcada en aleluyas. Estaré tan distante que no podrás mirarme, y quedaré en silencio, perdida en el olvido como un sueño sin alas. No alcanzarás siquiera a ver en mis pupilas la angustia de estar siempre tan lejos de tus ojos. - Tan cerca de tu alma! Estaré tan distante que no podrás palparme, y mis manos tendidas hacia el mundo lejano se quedarán inertes. No sentirás siquiera latir entre las sombras mi corazón dolido ... ni advertirás tampoco la espina que le hiere. Estaré tan lejana que no podrás hallarme si vas por los caminos con los ojos abiertos y las manos tendidas. y no sabrás que aliento tan cerca de tu alma, que tu risa y tu llanto han de pasar primero a través de mi vida! 227


El Niño Eylof ha Muerto ...

El niño Eylof ha muerto. y brillan en el fondo de las aguas tranquilas aquellos ojos quietos. y sube, corta, hiere la implacable saeta de su mirada fría, fría como los hielos. Las pupilas enormes, inmóviles y fijas, parecen dos monedas que una mano inconsciente arrojara a las aguas, así, como jugando a cara o cruz, jugando con la muerte y la vida. Las pupilas enormes: dos lunas ateridas, dos pobres lunas muertas en aquel fondo triste donde no llega nunca la caricia materna del cielo azul y límpido; donde no bajan nunca ni besos ni palabras ni lágrimas ni gritos; donde sólo hay silencio y soledad y muerte para todos los siglos... El niño Eylof ha muerto ... Pero no está dormido en el fondo del agua. Con los ojos abiertos, está como mirando hacia arriba, hacia arriba, sin odios ni rencores... Está como soñando con volver a la tierra adonde sólo estuvo como el ave de paso que no anida 'en la rama, que viene y va, cantando. 228


Esos ojos abiertos no saben de rencores! No acusan ni maldicen. Sólo están agrandados por la angustia tremenda de estar bajo las aguas, como dos prisioneros de sus ansias. Dos lunas ateridas que sueñan con el cielo, dos pobres lunas muertas en aquel fondo triste donde sólo hay silencio! y de noche y de día: dos con la misma culpa, dos con la misma herida, dos que sueñan despiertos con los ojos vidriosos que miran desde lejos! Pero los pobres ojos no saben de rencores. Están como soñando con volver a la tierra a buscar las caricias que no llegaron nunca porque se ahogaron todas en el remordimiento.

Oh, sepan los que lloran! Oh, sepan los que sufren del mismo desconsuelo, que nunca hubo rencores en el alma de un niño. y que sólo por esto, sólo porque le amasen a través del recuerdo, y en su recuerdo amasen a todos los demás niños, el niño Eylof ha muerto!

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A Ti, Amigo

Amigo: pasaste por la vida como pasan a través de los labios las palabras serenas perfumando el aliento. Viviste con las manos en alto aprisionando estrellas, pero también amasijaste el barro de la más negra tierra, para moldear estatuas que alzaran tu verdad más allá de la voz, en una nueva lengua. Tus estatuas! Una de ellas, éla recuerdas? gritó tus rebeldías a la cara del opresor extraño. y fue tu gesto de patriota altivo tu mejor verso, aquel que cincelaron en el alma del hombre dolorido las manos del poeta enamorado. Cantó tu voz de ruiseñor nostálgico arrullando los sueños de la amada. Pero tu mejor verso fue aquel verso que hiciste con tu vida, echándote a la som bra del camino cuando la luz fue falsa; quebrantando cadenas con la vida protesta de una estrofa esculpida en las piedras milenarias; exprimiendo en la rima tus dolores 230


(que yo conozco bien, pues son los míos) y soñando con nuevas primaveras para la patria bienamada, alta la frente noble y húmedas las pupilas donde yo vi nacer tantos ensueños, donde murieron tantas esperanzas... Por eso, amigo, ahora que te fuiste, yo te pregunto: Acaso esa partida fue la estrofa final, la última nota de tu íntima poesía? Pero nada me dices desde esa tu soledad sin nombre... Acaso no escuchaste mi pregunta o tal vez, sonriendo suavemente como solías sonreir en la voz del silencio me respondes? é

é

Oh, ya sé, ya lo sé, yo te comprendo! Tú me dijiste un día tu secreto y he de guardarlo siempre avaramente, como si fuera un rezo. Descansa en paz, amigo, tú viviste bellamente, hasta la triste estrofa última (en doble actitud de hombre y poeta) el verso de tu vida, ese, tu mejor verso. Descansa en paz, amigo, porque tuyo es el reino de los cielos!

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Poema de Eternidad Cansada

Déjame hablar ahora, antes de que el silencio eche raíces en mi voz. Antes de que la tierra me apriete entre sus brazos áridos y negros. Antes de que mis párpados se cierren sobre mi mundo vivo, con las llaves del sueño. Déjame preguntarte por qué, si ya estoy muerta, respiro todavía, como por una inmensa herida abierta. Por qué mis manos tiemblan ávidas de luceros. Por qué mis ojos siguen la ruta atormentada de un ensueño perdido. Por qué, si ya estoy muerta! Mi vida es algo así como un vestido ajeno que me hubieran prestado, sin consultarme antes si me gustaba o no. Como un vestido ajeno que yo debo llevar aunque esté ajado, roto, anticuado o desteñido. y este ajeno vestido, parece que está hecho de un material tan burdo, que me pesa, y me estorba, y me deprime. A veces, yo he querido restaurarlo como un traje vulgar, zurcir sus rasgaduras, y hasta variar la moda que ya resulta antigua. Pero este infeliz vestido, no es ni siquiera mío! 232


y como poco a poco envejece y se acaba, pienso que quizá un día, cuando menos lo espere, caerá al suelo, deshecho, y se hundirá en el polvo junto con mis heridas y mis llagas. Barca desvencijada que se tragan los mares mientras sobre las olas flota una vela blanca! Mi alma, desnuda y sola, se alzará como un voto, sin la triste atadura de la carne dolida... iy qué bella ascensión, sin esa carga del vestido prestado que es mi vida!

Pero, icuánta mentira rodando en un minuto devorador y amargo! Es mentira, mentira! No quiero desceñirme este vestido con que te amo en la tierra como te amé en el cielo. Ancla desesperada de mis sueños clavada en las arenas de tu radiante eternidad de estrella. Crecida infancia triste que se arrimó a tu lumbre para no ver el rostro de la esfinge, grave y atormentada. Desolado remanso que se acostó a dormir sobre tu valle y se dejó arrullar por la flauta lejana de tu voz espigada. Tú, por quien he vivido y por quien no quisiera morir, porque acaso al morir no sepa comprenderte: ciñe con fuerza a mi alma este vestido, para que no lo arrastre la ola embravecida de la muerte!

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Pongo Sobre tu Vida mi Dolor Como un Voto

Pongo sobre tu vida mi dolor como un voto y aguardo tu palabra pensativa y serena para calmar un poco la ansiedad que me empuja hacia mundos lejanos, donde ocultar mi pena. Yo viajé con la loca desazón del que busca el amparo de un árbol junto al triste camino. Pero las piedras duras secaban los renuevos y nunca nació un árbol que burlase al destino. Así, vengo con algo de esperanza y de anhelo, con mucho de cansancio, de fiebre y de agonía. La aridez del paisaje me opacó la mirada, pero en el alma queda un poco de alegría. Pongo sobre tu vida mi dolor como un voto y aguardo tu palabra pensativa y serena. Veré nacer el árbol que imploró mi fatiga y dormiré a su sombra, como una niña buena. y si cruza un viajero junto al triste camino donde sólo hubo piedras para su desconsuelo, advertirá asombrado que hay. un árbol florido y, a su sombra, una niña que sueña con el cielo.

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Poema sin Retorno

Mi voz está partida en dos y todo mi dolor está con ella. Por los luceros que robé a tu noche quisiera ver mi noche sin luceros. Por qué bajé del monte cuando escuché tu voz en el camino? La luz de mi indecisa lám para te dio de golpe en plena cara. Yo no pensé que aquella luz tan tenue de pronto te cegara! Pero esa lámpara la había yo encendido con luceros robados y mi mano, sosteniéndola, tem blaba y mi grito se va detrás de tí, como una oración desesperada: Olvídame y entiérrame! Arráncame del polvo de tu vida y hazme sólo un recuerdo desleído en tu verso. Olvídame y entiérrame! Arranca mis raíces de tu tierra dolida, y desenclava el ancla que sin yo presentirlo se hundió entre sus arenas desde la borda atormentada de mi barca.

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ülvídame y entiérrame, antes de que se apague . la luz de mi indecisa lámpara y quede a oscuras el camino trunco ... Yo subiré de nuevo a la montaña y te devolveré con tus luceros el sueño azul que te alegró la vida desde la zona blanca de tu infancia.

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Poema de las Manos Ausentes

Tus manos no ensayaron la contracciรณn avara. Eran como dos alas abiertas en un gesto de daciรณn incansable. Yo las miraba ahora, quietas, como dormidas, acaso fatigadas ... y su inmovilidad aterradora me llenaba de sombras la sombra de mi alma. Tus manos que supieron del surco bendecido y de la buena siembra; tus manos que tuvieron pan sin olor a dรกdiva para cada mendigo; ahora estaban quietas como dos alas rotas en el hueco de un nido. Tus manos que bordaron amor sobre mi vida se quedaron inmรณviles, acaso fatigadas ... Pero no estรกn ausentes a pesar de la triste, dolorosa partida... Tus manos que supieron del surco bendecido, como dos oraciones quedaron estampadas sobre toda mi vida...

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Puse Sobre tu Vida mi Dolor Como un Voto

Puse sobre tu vida mi dolor como un voto y esperé, temblorosa, tu palabra serena. Ya sabes, yo venía de un viaje largo y triste por el cual llevé a cuestas una indecible pena. No dije una palabra. Pero tú adivinaste mi tortura infinita sin espasmo y sin ruido, y hablaste mansamente, con voz de arroyo claro envolviendo en sus aguas mi corazón herido. Cómo fue blanda y dulce tu voz aquella noche! Yo sentí que en mi vida se dormían las penas y que una linfa tibia, transparente y callada, corno un río de mieles circulaba en mis venas. Ha pasado un viajero por el camino triste y ha visto con asombro mi actitud reverente. Estoy sobre las piedras de rodillas, y rezo, las manos enlazadas, inclinada la frente. Pero no sabrán nunca que el milagro lo hizo una sola palabra pensativa y serena ... Toda la vida mía la pongo de. rodillas ante la eucaristía de esa palabra buena!

238


Tu Recuerdo

Para mi corazón, que adora tu recuerdo, lo que viene de ti tiene el sagrado valor de lo divino. Pues que vine de ti, llevo en las venas tu sangre generosa, y en mis pupilas amplias algo de tu mirada azul y clara. Pues que vine de ti, quiero que sea mi vida como una débil prolongación de tu existencia y apegada a tu sombra quiero cruzar la tierra. Déjame que te adore en el recuerdo, y que lleve estampadas sobre mi corazón tus manos buenas, abiertas para todos los que hasta ti llegaron. Para el dolido y para el pérfido abiertas sin descanso. Yescúchame: Cuando en mis manos sienta la crispatura trágica de cerrarse a la ofrenda, castígalas... Tu noble enseñanza cristiana (Dar y Amar en la Vida hasta laMuerte) ha de hablar en mi alma con tu voz misma, consoladora, cálida. 239


y aunque el mundo

sea cruel, y doloroso, y triste; y la aguzada púa de los cardos se clave entre mis carnes; aunque los que tú amaste olviden el tesoro de tu impagable dádiva; aunque me duela la miseria humana que se arrastra en el fango; Dame tu corazón para otorgarles el perdón que tú mismo hubieras dado! Pues que vine de ti, quiero que sea mi vida como una débil prolongación de tu existencia. Apegada a tu sombra (que no es sombra sino luz bendecida) quiero cruzar la tierra...

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Balada de los Seis Trágicos Estíos

Seis trágicos estíos como seis bocas negras. Mi lámpara no alumbra tanta sombra de pena. No sé si el ojo claro del cielo vio la muerte acechando mi vida para hacerla más breve. Seis dulces primaveras amargadas de llanto. Seis húmedos inviernos por mi angustia abrasados. El camino se abre a toda mi esperanza; pero llevo seis púas clavadas en las plantas. Por donde quiera vaya allá irán mis espinas. Anzuelos en la boca de un pez que se aniquila. ¿y quién te dijo un día que es posible arrancarlas? 241


Más fácil te sería arrancarme las ansias! La luna era tan clara que alumbró los caminos por donde iba llevando mi dolor en un grito. Grito de seis retornos, de seis ecos amargos retumbando en los montes de mi sueño lejano. Lo que pudo haber sido y lo que fue. [Qué importa! Es igual para el péndulo ésta que aquella hora. y para mí, iqué importa!

Seis trágicos estíos se bebieron en sangre mi corazón herido. y aunque me ves presente,

yo estoy como prestada... i Un préstamo a la vida que ya no pide nada!

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Si Tú me Respondieras

Si tú me respondieras cuando grito tu nombre; si te viera tan sólo rondar mi desconsuelo, o sintiera el murmullo de tu voz en la noche; si advirtiera tu paso junto a mí en el sendero ... Si estuvieras tan cerca que pudieras oírme cuando digo mi vieja cantinela sombría; si estuvieras tan cerca como ayer estuviste, cuando dije tu nombre, ya nada pediría... Pero vas por la senda cada vez más lejana esfumando en la sombra tu silueta tranquila, mientras yo voy a tientas, las pupilas opacas y los labios curvados para toda la vida. Jamás podré alcanzarte, porque llevas sandalias alígeras y tienes las manos hechiceras... Jamás podré alcanzarte, porque eres la Esperanza, y yo ... soy una sombra que se esfuma en la senda!

24-3


Tú lo Dijiste, Sí

Tú lo dijiste, sí, mi verso tiene un nuevo ritmo, acaso más humano, desde que supe de la hora extraña. (Yo me quedé de un lado de la vida, y él cruzó al otro lado ...) Mi corazón alienta en su recuerdo. Y hoy, con la ausencia dolorosa y triste, tiene un latin más hondo, tal si fuera su propio corazón que en mí latiera. Tú lo dijiste, sí, mi verso tiene en cada nota un ritmo de su vida. Y yo, que siento amarle con más fuerza cada minuto cruel de este silencio, hoy bendigo este verso que me adhiere para siempre a la luz de su recuerdo ... !

244


Poema en Gris Mayor

El viento azul de esta mañana quieta pinta mi corazón. Sueño, deliro. La carne ha enmudecido en un silencio inerte. Ahora, ya sólo soy un alma desenraizada de mí misma. Un alma sola, con su vida y con su muerte. ¿Quién alzó su palabra detrás del monte verde? Es una voz fresca, mojada como las algas. De repente he sentido que así sonó mi voz una mañana. Yo no lo supe entonces, porque sólo escuchaba sonidos exteriores. Era sorda como los sepulcros para mi propia voz. Ahora, de repente, puedo mirarme adentro, como si yo no fuese yo; como si de mis ojos a mi alma alguien hubiese atado un hilo j como si una mano de hierro hubiese abierto en mí una brecha gigante, y toda yo saliese de mí misma para verme. Ymeveo. ¡Cuánto dolor innecesario y loco! Cuánta alegría absurda y sin motivo! 245


y todo, cpara qué?

épor qué reir así? ¿Por qué llorar? ¿Por qué? Un perro vagabundo cruza por mi camino. Es flaco y amarillo como una caña seca. Piel apergaminada sobre huesos gastados: carne de sepultura andando. Hurga en los desperdicios, para engañar su ham bre con algún hueso descarnado y limpio. y rumia en él su aburrimiento. El hambre larga y sola se hace tedio, y hasta los perros saben de hastíos incurables aunque no tengan voz para decirlo ... y yo, cpor qué siento lástima del perro? Con las manos abiertas he borrado de mi alma la visión dolorosa, como borran los niños los dibujos de las pizarras. Quiero soñar, soñar... mi voz de antaño, écóm o era? Ah, sí: fresca y mojada como las algas. Hablaba de capullos, de caracoles y de estrellas, de ruiseñores y de sol y espumas. Hace ya tanto tiempo! Siglos quizá, milenios. El alma es tan anciana, que mi infancia parece haber nacido con el mundo. Pero tal vez ahora es posible soñar, y ver con otros ojos que no sean estos ojos tan inmensos de comprensión y miedo ... Las campanas voltean en un júbilo ardiente. Campanas... Cierro los ojos y recuerdo mi infancia. 246


i Siernpre mi infancia persiguiéndome a través de las edades! Desde ella hasta hoy han pasado centurias. Pero aún pienso en ella cuando quiero lavar mi corazón y poner blanco de luz mi pensamiento.

Camino y voy soñando. Mis ojos fugitivos ven más allá del horizonte. Mas de pronto regresan. Es un retorno brusco y, sin ern bargo, desde mi sueño hasta la realidad parece que hay un siglo extrañamente lento. Un viejo desteñido y seco tiende la mano abierta, y sus ojos profundos como las verdades tristes, me miran, me traspasan. y comprendo. La moneda no brilla entre sus dedos rígidos y cetrinos, porque al punto se han cerrado desesperadamente sobre ella. Su mano tiembla como azotada por el viento. Todo él tiembla y oscila como un árbol seco bajo la tempestad del hambre larga. Pan servido a mendrugos duros y solitarios, de día en día... ¡Pan amargo tantas veces, porque la mano que lo dio fue brusca o insensible, o acaso demasiado alegre. Allí está, bamboleándose, y su mirada tiene la ancianidad del mundo. Acaso percibí su voz. Una voz lacrimosa, lejana, atravesada de cuchillos. No lo recuerdo bien, pero recuerdo que anduve largo rato como por sobre espinas. 247


¿Por qué sentí piedad por este viejo triste que me miró de lejos, desde su soledad y su miseria? Quiero volver al sueño. Quiero atar otra vez a mi memoria el hilo de mi infancia... Campanas ... Ya no suenan. La tierra se ha tragado los sonidos azules. Ahora mi infancia me parece absurda y hasta dudo que existiera una vez. Ante mis ojos, sólo hay una visión aterradora: un animal y un viejo. Un perro flaco, un viejo flaco, y con hambre los dos y los dos con hastío. Hermanos de una misma enfermedad: el hambre. Y yo aquí, sin mirarlos y mirándoles; sin escucharles y escuchándoles, sin sentirles y sintiéndoles desde los pies al último cabello! Y el pan me sabe amargq, como si en vez de levadura le hubiesen puesto acíbar. Y el pan de Dios ahora es un veneno! Yo que quería soñar, yo que aún bajo el sol iba tras los luceros; yo que estaba jugando a ser niña otra vez, y en el juego olvidé por un instante que se sufre viviendo; he visto hoy un perro flaco, un viejo flaco y una misma pena: el ham breo Y no puedo soñar, porque comprendo! 248


Nostalgia

Hoy llegaste a la cita más temprano que nunca. Te dije: "Ven más tarde. Déjame sola un rato". Pero tú sonreíste, con ésa tu sonrisa enigmática y larga... y quedaste a mi lado. "Yo quiero estar contigo, es verdad. Pero luego Déjame ver el sol y las nubes rosadas ... Déjame que respire un poco entre los árboles y que beba en el chorro del arroyo que salta ... Deja que oiga la música del viento y esa otra, la del sordo gigante. Yo quiero estar contigo, es cierto, pero luego ... Ahora quiero estar sola, pensar en cosas gratas, mojarme de rocío ... Quiero reir un poco. Reir, reir écomprendes? Hace ya tanto tiempo que río sólo a medias! " Pero tú sonreíste, con ésa tu sonrisa enigmática y larga... y quedaste a mi vera. Oh... Comprendo, comprendo. Tú sabes que es mentira. Mentira este deseo de estar sola. Mentira este afán de ver' cosas sin tenerte a mi lado y andar por los caminos sin asirme a tu brida. Duendecillo intangible, bebedor de lucero, acudes a la cita cuando el sueño se marcha, 249


porque sabes de sobra que contigo a mi lado es dulce la tristeza de estar desenraizada. Porque sabes de sobra que contigo, Nostalgia, aunque esté tan distante, tragada por los mares, estoy bajo mi cielo. Clavada en su montaña. Perennemente atada a sus erguidos mástiles... "No te vayas, Aguarda. Quédate aquí conmigo para hacer menos dura la angustia de la espera! " te grito ... Y tú sonríes, con ésa tu sonrisa enigmática y larga... y a mi lado te quedas.

250


El Retorno

He vuelto a ti en silencio, temerosa de hallarte desolado, con un no sé qué de miedo que me anudaba el corazón ... Pensando que todo en tí sería distinto, que estarías cambiado ...

He vuelto a ti en silencio con un temor absurdo de mirarte, por no sentir la angustia de que fueses otro rincón distinto al dulce rinconcito de otros días en mis soledades . . . .La piedra ennegrecida, la hierbecilla húmeda y la rama retorcida en el suelo como mi propia angustia ... El mar rizado en olas batiendo las orillas, y entre el ramaje verde, allá a lo lejos, la línea en que se besan mar y Cielo... He vuelto a ti en silencio, tal si entrase a un santuario, porque estás todo lleno de recuerdos. y te he encontrado igual, amablemente igual a mi quieto rincón de aquellas horas 251


en que tuve los ojos impregnados de cielo, en que canté a la luz de las auroras rememorando un sueño. He vuelto a ti en silencio, tal si entrase a un santuario, y te he dicho en voz baja: "Estoy aquí de nuevo, quizá con menos risas, quizá con más nostalgia, quizá con un tormento que nada ha desterrado y que muerde mis nervios... Pero siempre la misma soñadora incansable que te deja al marcharse la inquietud de su verso, y se lleva en los ojos la visión de tu piedra, de tu rama y tu hierba, de tu Mar y tu Cielo...

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Por qué Está en Huelga Papito

-Papito, cpor qué estás en huelga? IAh, las preguntas tremendas de los niños, que no saben de odios, ni injusticias; que no saben por qué los poderosos oprimen a los débiles; que no saben por qué unos sufren hambre y otros alzan montañas de monedas! i Ah, las preguntas tremendas de los niños que no saben por qué se hacen las huelgas! Papito no está en huelga porque quiere. La huelga significa fatigas y desvelos. Largas horas de cansancio andando, uno tras otro, en caravana interminable de manos sin trabajo. La huelga es dura y significa hambre, y nadie pasa hambre porque quiere. Papito no está en huelga por encono, ni porque siente odio contra algunos que oprimen. Los que para subir aplastan cráneos y confunden al hombre con la bestia, y las espaldas con el lomo, los que suben a costa del sudor de los otros ya los otros exprimen, merecen el desprecio, mas no el odio. 253


Papito no está en huelga por dinero. i Amontonar dinero es tarea tan fácil

para el que pone su conciencia a precio! Papito no está en huelga porque quiere ser rico, con la burda riqueza del dinero, ni fuerte con la fuerza despótica del bruto. Papito sólo quiere esta riqueza: la Justicia. y esta fuerza: el Derecho. Quiere ganar el pan como está escrito: "Con el sudor honrado de su frente" para que el pan jamás te sepa amargo y jamás te avergüence. y quiere que los otros, esos buenos muchachos -hombre y mujeres- que levantan carteles reclamando justicia, también puedan ganar su pan honradamente. Quiere apretar los brazos que trabajan y hacer un solo brazo fuerte. Quiere apretar los corazones y hacer un grande corazón abierto. Quiere una sola voz, un solo grito, una sola esp~ranza, un solo sueño ... y quiere también Papito

que cuando vayas por la calle puedas llevar la frente en alto y el corazón tranquilo, porque dirán: "Es hijo de uno que fue a la huelga reclamando justicia" . y no enrojecerá tu cara la ver~enza, porque nadie dirá cuando tú pases: "Es hijo de un traidor... Hijo de un Rompehuelgas! "

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iComo Volver de Nuevo al Hogar Desolado!

l'Cómo volver de nuevo al hogar desolado! Todo estará en silencio aguardando el retorno del abuelo. Todo estará callado ...

El viejo patio, antes lleno de luz, hoy estará sombrío, sin una sola flor, sin una rama nueva, sin un trino ... ¡Cómo pisar de nuevos esos ladrillos que copiaron su sombra tantas veces hasta sentirla parte de ellos mismos! Todo estará en silencio, aguardando el retorno del abuelo. Pero la noche es larga en este Invierno ... i Cómo volver de nuevo al hogar bendecido, si hoy está desierto! Acaso en el ambiente habrán quedado diluídas, vagas sus últimas palabras, y flotará en la brisa su postrer pensamiento. (Qué palabra sería, Dios mío! y cuál su pensamiento! ) Acaso entre sus ramas,

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la enredadera guarde una caricia de aquellas manos buenas... Pero todo estará triste y callado esperando el regreso, ignorando tal vez que en este Invierno es perpetua la sombra y es perpetuo el silencio. ¡Cómo volver de nuevo al hogar desolado después de la partida del Abuelo ... !

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Elegía sin Nom bre

Iba con la bandada en raudo vuelo, ebria del sol, de inmensidad y cielo. Nunca agitó, quizás, el ala inquieta a tal altura. Acaso no tuviera sino un poco de luz en la mirada, y tanto sol ardiente la cegara. Iba con la bandada, como un sueño de esos que nacen en el alma y que (por bellos) suben tanto y tan alto, que se quiebran para la eternidad, sin llegar a plasmarse sobre el dulce paisaje de la vida. Sin dejar de ser sueños, sólo sueños ... Iba con la bandada... y las alas inquietas,

y los ojos cegados, y el alma ebria de espacio, eran un solo vértigo. Un vértigo ascendiendo hacia las cumbres, un solo impulso de alcanzar el cielo. De pronto, la violencia fatal de un golpe sordo y una avecilla muerta sobre el suelo: desgajadas las alas, como manos que se tendieron demasiado ansiosas 257


hacia un bien imposible... Un golpe seco, y una vida truncada, y una rosa de púrpura, y un vasto y trágico silencio. En su ebriedad de azul, no vio el alero; hecho para guardar nidos y cantos de pájaros risueños, y convertido ahora en hosco muro donde se estrella, lo mismo que una vida, un sueño. Sólo espacio y altura ante sus ojos, yen sus alas; el ímpetu del vuelo. Iba con la bandada... y así, como los sueños de la vida, perdió la vida por volar tan alto (una rosa de púrpura en el suelo) ... Fue demasiada luz para sus ojos, demasiada amplitud para sus alas, y demasiado cielo... !

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Eterna Angustia

Es un afiebramiento. Está el alma tranquila, y de súbito llegan las olas tumultuosas y agitan y sacuden la m ilagrosa barca. Salta la Fantasía de un abismo a otro abismo, se rompen las amarras del esquife sonoro y nacen las palabras, y nacen las palabras, y nacen las palabras... ¿Quién osa detenerlas? Vienen como desnudas, ligeras, saltarinas. A veces, se hacen hoscas, duras como el granito, amargas como acíbar, quemantes como fuego. Quién osa detenerlas cuando rompen el agobiante cerco del silencio? Es un afiebramiento. Nada importan los ruidos del mundo, ni sus gritos. Una mano en la tierra y una mano en el cielo; en una los guijarros, en otras las estrellas. Yen el alma una angustia dolorosa que aguarda y tiembla y se retuerce. y el pensamiento duele como una llaga abierta, y hasta la vida duele. Nada importan los otros. Desprendida del suelo el alma se agiganta y se remonta en vuelo 259


por ignotas regiones. Mas la tortura sigue. i Ah! cómo hacer de modo que sea la palabra vestido de la idea! IAh! ,cómo hacer de modo que este molde sin vida se torne en algo humano, que palpite y que sienta! Es un afiebramiento. Una mano en la tierra y una mano en el cielo. y el alma suspendida en el espacio, siempre con su dolor y su tormento. i Tortura de crear, vieja tortura de vaciar en palabras impotentes lo que tan hondo y tan tenaz el alma siente! i Quién librarse pudiera de esta angustia que estruja el corazón y lo desgarra! ¡Pero cómo vivir sin esta angustia, si en ella el corazón su ritmo encuentra, si por ella la vida está colmada! ...

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iliste Huésped Intruso que ha Tocado a mi Puerta! '"

[Este huésped intruso que ha tocado a mi puerta! Sin que yo le invitase, ha entrado y se ha adueñado de la casa tranquila. ¿Por qué ha venido así, tan repentinamente, sin haber avisado? Ha encontrado la casa sin aliño, sin flores, toda llena de polvo, de hollín y telarañas ... ¿Para qué habrá venido? Es un huésped extraño y su sola presencia pone angustia en mi alma. No habla. Le pregunto qué busca aquí, qué quiere, qué pretende, qué espera... Pero no dice nada. Sus manos son de hierro. Sus dedos puntiagudos se clavan en mi carne cansada y la desgarran. " i Vete, huésped intruso! "le grito, pone su duro anillo ... " Vete, deja mi casa! " Pero nada responde, y sus manos de hierro siguen poniendo el cerco pesado en mí garganta. í

Es fuerte, poderoso, implacable, tremendo ... Con su sola presencia hace temblar mi ánimo. ¿Su nombre? ¿No.lo sabes? Este es su nombre: MIEDO ... i Su solo nombre pone desazón en mi labio! ¿Por qué vino? ¿Qué busca? .. i Acaso tú lo sabes! Vino porque quería hacer temblar mi alma. Vino para insuflarme su aliento de congoja. Vino para beberse mi última esperanza... 261


Miedo, miedo espantoso de perder lo que antes fuera mi mayor gloria. De perder esa brisa que parpaba mi rostro con su mano de ángel. De perder ese dulce rumor del agua limpia ... Miedo, miedo espantoso de perder los renuevos, y la flor entreabierta, y las ramas tendidas, y el fruto sazonado, y la blanda corteza de aquel árbol que hundiera. su raíz en mi vida. Miedo, miedo espantoso de perder esa gloria que hizo de mí una hermana de la luna viajera ... De perder el apoyo de esa mano tranquila que en medio de la sombra asió mi mano trémula. Miedo, miedo espantoso de perder la armonía de aquel cielo distante donde había una estrella para cada congoja... Donde cada congoja en las manos azules se volvía una estrella... i Miedo , miedo espantoso de perder, con la gracia, esta razón de vida y esta razón de espera... ¡Oh, este huésped intruso que ha tocado a mi puerta!

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Este Nudo Apretado de Tu Mano y Mi Mano

Este nudo apretado de tu mano y mi mano ... ! Este dogal de lágrimas que me amarra a tu borde! Esta sirga ligera que me acerca a tu orilla! Estoy aquí, clavada en mitad de la noche como un mástil desnudo. Mi voz se pierde en la distancia azul. .. Pero te busca. Busca tu voz hermana. Hermana. Hermana. Esta desolación de un cielo sin estrellas! Este vacío inmenso de un aire sin jazmines! Este mar sin corales, ni sirenas, ni espumas cabalgando en el lomo de las olas crecidas! Este verde sin frutos, ni sangre de amapolas! Este verde sin nidos! Este verde sin nidos! Mi voz rompe su grito contra el monte de piedra y sólo queda el eco lejano de mi grito y este nudo apretado de tu mano y mi mano ... Ahora ya sé que el cielo florecerá en estrellas y el mar tendrá corales, y sirenas, y espumas .. Ahora ya sé que el aire reventará en jazmines . Ahora ya sé que el verde se llenará de frutos, de amapolas sangran tes y de nidos... iDe nidos! i Este nudo apretado de

tu

mano y mi mano ... ! 263


La Pesca

El espejo del mar azulado copia el grave perfil de una barca. Un feliz pescador, sin más sueños que una pesca abundante, echa al agua su red sucia y tosca, mientras fuma una pipa gastada. Calma augusta en el mar y en el cielo... y la red viene luego colmada.

Yo, que no tengo barca, voy bogando en la góndola frágil de mi Fantasía, y al echar en el mar ilusorio la red de mi ensueño; sólo voy recogiendo fantasmas histéricos que se burlan con saña de mis pesadumbres y mis desconsuelos... y se burlan, se burlan, se burlan, mientras yo vuelvo a echar en las ondas de ese mar implacable la red de mi ensueño ...

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La Partida

Maestra, ya lo ves, hemos triunfado. Yo me digo: "Qué pronto pasa el tiempo! " Ayer mismo llegamos a tus aulas -una mañana alegre- y ya nos vamos. j Qué dulce fue tu voz en la enseñanza, y cómo sonreíste con ternura a nuestro incierto balbucear. ¿Recuerdas? ICórno llegaba tu lección al alma! Qué pronto pasa el tiempo! , yo me digo. Fue una mañana alegre y perfumada... Llegamos. a tus aulas como pájaros que buscan la tibieza de los nidos.

Nos recibió una plácida sonrisa y una palabra suave de tus labios. Después... ya no hubo vallas, y seguimos la senda que trazaste a nuestra vida. Aprender... Aprender. .. La vida canta y es un tesoro el bien. Cómo escuchamos tu lección cotidiana, y cómo fuimos abriendo el corazón a tu enseñanza! í

Maestra, ya lo ves, hemos triunfado. Nos guió siempre tu palabra santa, y hoy, cuando ya el adiós sube a los labios, sentimos que en el alma te llevamos. 265


Maestra, ya lo ves, hemos triunfado. Yo me digo ¡Qué pronto pasa el tiempo! Ayer mismo llegamos a tus aulas -una mañana alegre- y ya nos vamos... Pero el alma sonríe, y tú, Maestra, porque sabes que el corazón se queda . porque sabes que todas nos quedamos !

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La Luna y Yo

Otra vez estás crecida y otra vez crezco yo. Como el grano que oprime la tierra con sus brazos. Crezco dentro de mí, con mi sueño imposible, más allá de las lindes que marcaron mis manos. Más allá de la cumbre y del abismo. Más allá de los ríos desbordados. Tú creces alta, libre, en mitad de la noche. Columpias tu sonrisa entre las margaritas... - éno son acaso margaritas las estrellas? Yo crezco aquí, sobre la tierra dura y sólo me rodean los caballos del viento. Colgada de algún hilo que no habrá de romperse estás allí, en la noche, como su ardiente lámpara. Los hilos que me amarran a la vida acaso ya están rotos, aunque yo no lo sepa. Pero crezco y traspaso mis linderos y siento que igual que tú poseo la eternidad, porque mi corazón va más allá del sueño. y cuando ya esté muerta,

con los párpados duros debajo de la tierra, este corazón ebrio de sueños imposibles amarrado a tus manos se quedará latiendo.

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Imploración

Majestad, he venido de muy lejos, cantando. He cantado a la luna y a las nubes y al mar... Porque el alma de un niño es igual que los pájaros, que se mueren de pena si no pueden cantar. Mas, a ti, que eres reina (a pesar de ser niña), reina de un dulce reino donde todo es amor, a ti yo no te canto, reina mía, te imploro que transformes el mundo de los niños de hoy. Que haya sueños hermosos para soñar despiertos, y voces de ternura, y sonrisas de miel. Que al extender las manos encontremos caricias y no nos roce el cardo de una palabra cruel. Majestad, que los niños jueguen a ser poetas, y sueñen con la estrella que guió a Baltazar. Que amen al desgarbado Manchego imaginario y perciban la música del río y del pinar. Mas, también yo te imploro, Majestad, por los hombres... Porque los rudos hom bres fueron niños ayer. Tú que eres poderosa por mandato de un pueblo: ihaz que los hombres jueguen a ser niños también!

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Pobre Alma mía Fatigada y Triste

Pobre alma mía fatigada y triste que aduermes una pena en tu regazo, no sufras más, embriágate en la vida y acuna mi ilusión entre tus brazos. No sufras más. Yo amé todas las cosas que vinieron de ti, porque me dieron mansedumbre y color, paz y alegría, y me enseñaron a m irar al cielo. Pobre alma mía, cómo no he de amarte, si me trajiste el vino de la dicha y en fina copa de cristal me diste a beber, gota a gota, sus delicias! Por ti aprendí a cantar mis alegrías y te las di en el ala de mi verso. Se fueron hacia ti, como palomas sólo nacidas para alzar el vuelo. Pobre alma mía fatigada y triste, yo no tengo más vida que tu vida, porque de ti me nutro yen ti siento latir mi corazón, correr mis linfas. Sólo porque te llevo en mí, bendigo, mi eterno caminar sobre las piedras.

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Mi fatiga de siglos se adormece en la blanca quietud de tus estrellas. Pobre alma mía fatigada y triste, yo te hice la ofrenda de mi vida cuando tú me enseñaste que era buena y me diste tu amor para vivirla. Hoy un nuevo dolor te ha lastimado y entreabre los ojos de mi sueño. Para llorar por ti todas tus lágrimas yo te hago la ofrenda de mi verso. Pobre alma mía fatigada y triste, no sufras más, arráncame la vida y hazla polvo en tus manos. La he querido sólo porque tu amor me hizo vivirla!

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Poema en Gris

Yo me acerqué a tus manos en mudo desconsuelo ... Venía desdoblando las horas ya vividas, para henchirlas de gozo bajo la lumbre quieta de tus claras pupilas... Te rodeaba la aurora. A mí, perenne som bra ... Por eso, al acercarme, huíste no sé adónde llevándote mis horas: -el día nunca puede reir junto a la noche-o Por eso estoy de nuevo tal como siempre estuve: sola ... y por eso he quedado sin las penas sufridas ni las dichas soñadas. Tú, lejos... con la aurora ... y contigo el perfume de mis horas perdidas... Yo, en mi perenne sombra: ausente de tus manos para toda la vida ... !

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Poema del Recuerdo Iluminado

Sola con mi recuerdo ... Adherida a la sombra de aquella rama quieta y florecida que perfumó el camino. Sola con mi recuerdo ... Envuelta en la caricia de un ensueño vivido con toda plenitud, bajo la noche silenciosa de invierno. Sola, serenamente, con mi dulce recuerdo floreciéndome un verso entre las manos prendidas de luceros. Alárguese el camino! Desdóblese la ruta en mil senderos! Yo voy con la pupila iluminada de tanto resbalarla en mi recuerdo ... !

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Poema de la Despedida

Escucharé la voz del infinito e iré, serenamente, bajo el cielo. Para cuando me marche, ten una rosa blanca en la ventana y el adiós vaporoso de un pañuelo. ¿Para qué la palabra que se esfuma? ¿Para qué la sonrisa que se olvida? Me iré, serenamente, en sonámbula marcha sin retomo. Me iré porque lo quiere así la vida. No tengo más que darte. Mi esperanza se perdió en el camino. Ya sólo voy con mi congoja a cuestas, y en esta despedida silenciosa sólo hablará la voz de mi destino. No te diré siquiera 'una palabra. Me iré, serenamente, bajo el cielo. Pero cuando me marche, ten una rosa blanca en la ventana y el adiós vaporoso de un pañuelo.

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Añoranza

Bajo el alero azul de tu ternura yo colgaré mi corazón cansado, y acaso cantarán los ruiseñores de éste, mi pobre nido abandonado. Canciones olvidadas! Cada nota te dirá de mi largo desconsuelo ... Cantarán para ti mis ruiseñores con los picos abiertos hacia el cielo. Tú escucharás su voz estremecida y acaso dormirás un sueño blando, mientras, ebrios de azul, mis ruiseñores bajo tu alero seguirán cantando. y los viajeros detendrán el paso mudos ante el prodigio: tu ternura pondrá un cerco a mis dulces ruiseñores que ya no volverán a la espesura.

Oh, déjame colgar bajo tu alero este mi pobre nido abandonado, que se van' a morir mis ruiseñores añorando la paz de tu tejado!

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Esto de repasar Recuerdos...

Esto de repasar recuerdos es como contemplar viejas postales descoloridas por el tiempo. Tal si del fondo de un arcón antiguo fuésemos extrayendo, una por una, esas viejas postales amarillas. Esta, un recuerdo grato . Esta, un triste recuerdo . Mi corazón va repasándolas y guarda nuevamente su tesoro allá en el fondo del arcón antiguo donde guarda también todos sus sueños. Esta postal que tiem bla en el marco sin lustre de mis dedos icuántas veces la he visto y cuántas veces la llevé cr los labios para besar en ella tu recuerdo! Tu recuerdo ... Todo lo que rodea tu presencia y todo lo que tu presencia encierra. El mar que bate tus orillas, el cielo que te cubre, el aire que te besa. Las espigas que crecen sobre tu piel dormida y la raíz que muerde tus entrañas despiertas. 275


Los nidos que te pueblan de trinos y de alas. La callada promesa de una bandera al viento. Las rojas amapolas. Las pálidas estrellas. El venablo que hiere tu carne y la esperanza que te lame la herida y en su borde se queda. El llanto de los fríos manantiales. La risa desolada de los montes, y mis criaturas entrañables. ¡y mis criaturas entrañables! ... Todo lo que rodea tu presencia y todo lo que tú presencia encierra. El amor, la esperanza, la alegría... Todo lo que está lejos ... y en mi vida, porque conmigo late tu corazón de tierra! í

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Acaso no soy más que un Cadáver que Sueña...

Estoy sobre la tierra como mi propia sombra, pegada al polvo inerte que me sirve de alfombra, Sin sonrisa ni llanto. Sin flor y sin espino. Sólo una sombra triste que acostó la fatiga como un perro cansado de andar por los caminos. Acaso no soy más que un cadáver que sueña, porque el alma se empeña en quedarse aferrada a esta carne de sombra que ni gime, ni canta, ni te ve, ni te nombra. Acaso no soy más que un cadáver que sueña, porque el alma no quiso fugarse por el hueco de esta mísera herida demasiado pequeña. Mis ojos están ciegos como charcos sin luna, y mis manos parecen dos corolas partidas. Ya no siento mis huesos. Mi voz está dormida. La sangre está tan quieta que mis pulsos no laten y sin embargo siento que fluye por la herida ... Acaso no soy más que un cadáver que sueña con la dulce ficción del sol y de la vida. Pero un día cualquiera, tal vez sin tú quererlo -sin quererlo tampoco mi dolor ni' mi heridapisarás mi cadáver como se pisa un fardo cuando el pie va de prisa por esquivar el cardo. 277


y ya no seré más el cadáver que sueña porque mi alma, despierta con tu inquieta pisada, se fugará en silencio por la herida pequeña... Mi sombra será polvo. El polvo será nada. y ya no seré más el cadáver que sueña...

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III CANTOS ALA PATRIA


Poema de la Madre Tierra

Hermano, cqué ha pasado? Toda la tierra sangra por mil heridas en su entraña abiertas. ¿Por qué fue suspendida en los espacios, si tanto había de sufrir, la Madre Tierra? Revientan en su seno las doradas simientes y brotan las espigas; la cuenca de sus ríos mana la bendición del agua eterna; escancian las raíces la savia de su entraña. yel hombre la desgarra, para robar el oro de sus vetas! ¡Cómo habrá de sufrir la Madre Tierra! Cada fibra está rota. La quebró la am bieión y la locura de las humanas fieras. La tierra les dio agua, y comercian con ella. Les dio la rubia espiga, y hay quien muera de hambre y de miseria! Les dio toda una orgía de piedras luminosas, y por sólo una piedra se arrastran en el suelo sobre la misma tierra! Hermano, qué ha pasado? Toda la tierra está como partida. é

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Cada pedazo llora su secular tragedia, mientras el hombre ríe con una risa hueca por no saber cantar como las aguas, ni saber darse al sol como la espiga! Hermano, équé ha pasado? Toda la tierra sangra por mil heridas en la entraña abiertas ... Las miserias del hombre, y sus dolores, en tu fibra más honda, cómo habrás de sufrirlos, Madre Tierra... !

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Canto a la Tierra

Lejos en la distancia, pero no en el recuerdo. Lejos para mi mano que en silencio persigue tu contorno de tierra; pero cerca, muy cerca para mi sueño alto que vive tu verdad y a tu verdad se aferra. Tienes el cuerpo hendido por un arpón de fuego que te quema la entraña dolorida. El aire que te besa me trae tu congoja yen él se va mi voz a lamerte la herida ... Tierra, tierra sin sangre, tierra mía! ¡Cómo te han exprimido las venas dilatadas! ¡Cómo han hecho pedazos tu corazón inmenso! [Cómo han puesto pezuñas sobre tu carne desollada! Estás allá, distante, y sin embargo, yo te siento tan cerca, que no sé si mi voz es el eco lejano de tu voz en desvelo, y mi grito tu grito desesperado y largo como la noche inmensa que se bebió tu cielo ... Estás allá, distante, pero yo estoy contigo, dentro de tu dolor, con mi pequeña voz estremecida... Así, cuando te arranques el arpón que te muerde, mi canto subirá por el cauce de sangre para cerrar los bordes de tu herida! 283


Calle Centenaria

Vieja calle nacida en el ayer romántico, para cantar tus glorias el alma se arrodilla, recordando el Pasado ... Asomaste a la vida desde el agua dormida del Ozama tranquilo, y cada aurora blanca te sorprendió empujando la maleza sombría, culminando una tarde en el gesto de piedra del altivo Baluarte. Mudo testigo fuiste de la epopeya. Viste subir hacia la gloria a los héroes y oíste el grito libertario que fustigó la noche. Por eso te dormiste como el soldado invicto que ha burlado a la muerte. y si luego sufriste en tus carnes inertes algún dolor sin nombre, recordando aquel grito aplacaste el encono de tu gesto rebelde. Hoy te vistes de oro, lentejuelas y encaje cuando la noche viene. Pero el brillo no arranca tus ensueños de siempre: que cada noche escuchas desde otro siglo, vívida, 284


la voz que tus entrañas grabó -buril ardiente en mano de poetaconvirtiendo la roca en carne sensitiva. Vieja calle tendida bajo el sol de Quisqueya, a tus lados se yerguen moles de blanca piedra, como buscando el cielo. Tú, que estás acostada a sus pies, tienes algo que esas moles soberbias no alcanzarán ... Tú tienes la tradición. la historia, la voz de la epopeya!

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No Fue Porque Yo Quise...

Yana tengo la cu lpa de escribir estos versos nostálgicos y tristes! Si nacieron así. .. iqué culpa tengo! No fue porque yo quise ... Si una racha de viento deshoja los ramajes; si las alas de un pájaro se quiebran; si una flor se marchita, y se agota un arroyo, y se apaga una estrella...

Si un perro vagabundo gime hambriento, y un mendigo solloza con la mano extendida; si las canas augustas de un anciano se manchan; si una mujer que sufre implora y ruega, y un avaro se encorva sobre el otro, y un hombre ante la fuerza se doblega ...

Si un grito se congela en el espacio sin que nadie lo escuche; si una lágrima pura se evapora sin que nadie comprenda; si una palabra de ] usticia cae sobre una piedra dura, y no la quiebra...

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Si llora un niño porque fue golpeado, porque no tuvo pan ni tuvo nombre, porque no tuvo amor sobre la tierra, ni un hogar donde el fuego calentara y la dulce palabra redimiese ... ¡Cómo quieres que el verso no sea triste, tú que todo lo sabes y lo sientes! Yo no tengo la culpa de escribir estos versos nostálgicos y tristes! Si nacieron así... iqué culpa tengo! No fue porque yo quise... Fue porque ellos quisieron!

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Atadura

Tu brazo es fuerza de tu pueblo ... Eres el que trabaja porque así está grabado en la escritura y así en el corazón del hombre justo: "y ganarás con tu sudor el pan ..." Dame tu mano encallecida y tosca que no conoce el ademán mezquino de amontonar el oro. Esa, tu mano ruda, jamás está cerrada, sino abierta... Es noble el ademán de dar lo propio y no tomar lo ajeno! Mi mano es tan pequeña, tan simple, tan exigua! Pero tampoco se cerró jamás, hermano, sino para imprecar a los que oprimen ... A los que con tu brazo hacen comercio burdo, a los que con tu sangre fabrican sus palacios, a los que con tus lágrimas celebran sus festines... Dame tu mano encallecicla, hermano, y estaré junto a tí, con este simple corazón abierto y esta simple atadura de mi mano ...

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Poema Recóndito para un Mártir de la Libertad A Salvador Reyes Valdez, caído en la jamada de Luperon (J 949)

Amigo, compañero, hermano. rlerrnano por esta carne intacta del espíritu, por esta sangre limpia de la idea. Hermano, porque bebimos el mismo jugo amargo, porque nos incendió la misma llama, porque empujamos la pesada mole que aplasta el pensamiento. Porque nos asfixiamos bajo el mismo cielo pesado y torvo, negro de tragedia. Porque estuvimos juntos en la hora del dolor y en la hora interminable de la espera. Porque tu mano asió mi mano en la fuerte cadena de los nuevos Quijotes, y juntos anduvimos sobre la tierra dura, desesperadamente juntos para que no nos desmembrase la pata de la bestia. Recuerdas? Un día sin color te fuiste

y el mar abrió sus fauces detrás de tu pisada. Cuánto tiempo? Acaso fuera un siglo. De repente, volviste. Pero cómo volviste! Te trajo el mismo sueño que soñamos despiertos a toda hora. El sueño aquel que nos hinchó las venas y nos punzó las carnes como aguda saeta.

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Aquel que maceramos en la angustia de la opresión. Sueño que para ser soñado necesitaba lágrimas... Tu pie besó de nuevo la tierra estremecida. Qué sentiste al pisarla? Qué pensamiento te golpeó las sienes? Qué palabra dijiste en esa hora del regreso? Qué gesto hizo tu mano y cuál fue tu mirada? Hundiste el pie en la tierra como raíz de árbol. A liberar tu tierra! A limpiarle la cara enrojecida de vergüenza! A abrir surcos de amor y a echar simiente nueva y sana. A besar las arrugas que le marcó el dolor de su maternidad desorbitada. A palparla otra vez con la mano afanosa del retorno. A liberar tu tierra y a salvarla! Pero no pudo ser. La torva pezuña de la bestia cayó sobre tu- cuerpo y lo sembró en la tierra. y la tierra se abrió para estrecharte, y _se nutrió de ti, porque tú eras la vida que se ofrenda en sangre y huesos y tejidos. La vida que se da en carne y se dan en sueños, sin mezquindades ni renuencias. La vida que se entrega sola, libre, limpia de egoísmos, porque acaso fue vida sólo para esa ofrenda. Dónde y cómo caíste? Dónde quedó tu cuerpo yacente y abandonado? Eso no importa. Aquí o allá, es lo mismo. Cualquier sitio es igual. Tú no eras tu cuerpo. Tú eras la,llama ardiente. Eras espíritu, yeso no ha muerto ni ha de morir jamás... 290


Pero, mentira! ... Porque aquel fue tu cuerpo me duele que esté perdido por los montes como una vela blanca en el océano. Quiero saber dónde caíste. Dímelo. Sobre la arena blanda, sobre piedras estériles, o acaso sobre una alfombra de hierba húmeda y perfumada. Quiero saber cómo caíste. Con los ojos abiertos hacia el cielo estrellado o quizá con la boca apretada sobre la tierra negra, como si la besaras por vez última. Quiero saberlo todo, todo. Dónde te hirió el plomo ciego y cobarde, o el acero, más cobarde y menos ciego ... En la frente desnuda, en el pecho arrogante, o en el costado generoso de Cristo atormentado. Quiero saber el sitio exacto para plantar un árbol donde estuvo tu cuerpo. Donde se quedó quieto tu corazón de niño grande. Donde la muerte te besó en la boca y te sorbió la \lQZ. Donde tus ojos se volvieron duros como el silencio, y tus manos hicieron su gesto de ala rota antes de quedarse inmóviles. Ningún árbol tendrá tierra más fértil donde echar sus raíces, y tú regresarás en su erguidura impávida, con los brazos abiertos en sus ramas y el corazón desmenuzado en flores. Hermano: porque te diste siempre, hoy, que te has dado entero, desangrado, estás más vivo aún que antes. Más vivo que la tierra, que los luceros fríos, que el agua, que la hierba, que la espuma. 291


Más vivo que este llanto que se coagula en grito. Más vivo que esta sombra donde el grito se asfixia. Más vivo que este grito. Aquí están, con nosotros, tu corazón atravesado de espinas y de sueños; tu sonrisa partida en dos por una lágrima. Tu voz de piedra.hendida por un largo sollozo. Tu mirada de velero que busca el horizonte. Tu mano abierta, con las rojas señales de los clavos. Aquí estás, en nosotros, inflamándonos con tu llama inapagable, golpeando nuestro oído con tu canto rebelde, clavando en nuestros ojos tu encendido venablo. Estás aquí, en nosotros, y más lejos aún, estás en todo lo que reclama un acto de justicia: en los campos devastados yen los huertos cansados de rapiña. En el gesto famélico de criaturas gastadas a destiempo, y en el espanto y el dolor y la miseria. En la angustia de los que esperan y en la desolación de los que nada aguardan. En la canción desesperada del arado, aliñando la tierra para que los expoliadores beban champaña rubio, y en la balada triste de la aguja, suturando las telas con hilachas de carne mutilada. Estás aquí, en el puño que impreca y en el llanto resignado. En los frutos que se pudren frente alojo desgarrado de los pobres, yen la carne magullada de las bestias, que ni siquiera saben por qué han nacido esclavas.

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En el seco alarido de los niños que crecen y que al crecer comprenden. yen el labio partido de los hombres Que llevan la voz amordazada. Estás aquí, en nosotros, y más lejos aún: estás en el futuro. Clavado en el futuro con los ardientes clavos del martirio. Pintado en el futuro con un pincel mojado en sangre nueva y caliente. Adherido al futuro con tus manos de yedra, trepadoras de rutas luminosas y altas. Colgado en el futuro con tu fardo de sueños y tu canción rebelde. y estarás en la mano orientadora de la Justicia,

cuando la Justicia sea cumplida en nuestra tierra. Cuando el pan llegue a todas las mesas y la voz de los hombres sea librada de mordazas. Cuando los corazones enracimados griten su nuevo canto de libertad, y los niños aprendan a hablar su sola lengua. Cuando los que te amamos podamos estar juntos y decir tu nombre al viento. Cuando los que te amamos podamos darte un árbol para el regreso ... Amigo, compañero, hermano: te enraizaste en la entraña dolida de la tierra porque supiste amarla más que a tu propia vida. Te clavaste en su carne con gesto de bandera para la eternidad. Tú no habrás de morir, porque eres del futuro; eres la misma tierra que solloza y que espera! 293


La Miseria está de Ronda

Los ojos de la Miseria son áridos y profundos como los pozos vacíos. Sus lagrimales de fuego queman lágrimas de sangre en la pira del silencio. Las manos de la Miseria son frías y descarnadas. Tantean el viento espeso buscando el pan escondido, y el viento sólo devuelve el ham bre de su vacío. Los labios de la Miseria son rígidos y morados. De tanto pedir se han vuelto callados como las piedras por donde van caminando sus desnudos pies de cera. Las carnes de la Miseria son amarillas y secas. La boca enorme del hambre le sorbió toda la linfa y la garra del espanto le hizo un colgajo de fibras. El vientre de la Miseria incuba niños escuálidos con su misma cara triste y sus mismos ojos áridos, con sus manos descarnadas y con sus labios morados. ifluye, mujer! iHuye, madre! No dejes que la Miseria te devore las entrañas con sus dientes afilados, ni que se chupe la sangre del hijo que has engendrado! iHuye, mujer! [Huye, madre! No dejes que tu pequeño muerda corteza de árboles, ni que camine descalzo sobre las piedras ardientes, ni que beba agua de charcos... iHuye, mujer! ¡Huye, madre! No dejes que tu pequeño sienta el espanto del hambre. No dejes que se le vuelva duro el corazón sensible, amarga la risa nueva. 294


iHuye, mujer! illuye, madre! No dejes que la Miseria haga un viejo de tu niño antes de que llegue a hombre, ni que agoste su alegría como se agostan las flores. ¡Huye, mujer! il-Iuye, madre! ... lOh, la maldita Miseria está de ronda en mi pueblo! iHuye, mujer! iHuye, madre! [La Miseria está en mi pueblo y mi pueblo está sin sangre!

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Grito

Para Maricusa Ornes Tu voz no trajo el canto de mi tierra. No trajo sus pregones, ni su sol, ni su risa. No trajo el verde de sus montes vírgenes ni la canción del río y de la hierba. No trajo el oro de la fruta abierta ni las corolas altas, ni el cascabel del viento. No trajo aquella turba vocinglera del nido ni el color de las rojas amapolas enhiestas. Tu voz no trajo el canto ni la risa. Trajo tan sólo el grito. El grito que hace amargo el pregón de las flores y aprieta con su cerco la voz del pregonero. El grito que revienta la semilla en el surco desde que el surco cierra sus labios pisoteados. El grito que retuerce los brazos de los niños dentro del mismo vientre que le oprime la infancia. El grito que se enrosca dentro del vientre túmido y preña de terrores las nueve lunas blancas. El grito que trepando por la raíz salvaje sube desde la entraña de la tierra y anticipa sus flores secas de polvo y lágrimas donde las amapolas han de nacer mañana. El grito que sacude las cenizas dormidas en el fondo de oscuras tumbas abandonadas

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y ruge en la garganta sin carne de los muertos. Muertos que no murieron de una muerte liviana sino cargada en plomo. El grito de los muertos y el grito de los vivos. Los que sin haber muerto están muriendo a plomo y a mordaza, a vergüenza y a látigo. El grito de los hombres y el grito de los niños. El grito de las madres y el grito de los viejos y el grito ronco y largo de todo lo que alienta sobre la tierra del martirio. El grito que te muerde y que me muerde porque es un solo grito. Ese que no te deja cantar nuestros pregones ni cantarle a la hierba, ni al fruto, ni a los nidos, porque si les cantaras tu voz se rompería con el grito. El grito de la tierra. De tu tierra y la mía. Tierra estrujada y sola en mitad de la noche sembrada de sepulcros. Tierra que se derrama en tu voz y la hiende con su grito. Tierra que te has echado como un fardo a la espalda para decir al mundo su larga desventura. Para decir al mundo que una tierra pequeña, perdida en un océano, desmembrada de un sordo continente dormido, ya no tiene canciones que cantar, sino gritos... Escúchenlo los bárbaros. Escúchenlo los ruines. Los que aprietan cadenas, los que golpean cráneos, los que oprimen... Escúchenlo los sórdidos. Escúchenlo los viles.

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Los que rastrean la señal del oro y muerden las monedas y exprimen las raíces ... Escúchenlo los ímprobos. Escúchenlo ... Escúchenlo. El grito de mi tierra va por todas las rutas creciéndose a sí mismo. Creciéndose. Creciéndose. y ha de llegar el día en que el grito sea brazo

y el brazo se levante por encima del grito para que la justicia se cumpla en nuestra tierra. Escúchenlo los bárbaros, los sórdidos, los ímprobos... El grito de mi tierra dejará de ser grito para cuajarse en brazo. y la tierra pequeña, perdida en el océano, desmembrada de un sordo continente dormido, pondrá en tu voz canciones... En tu voz, que hoy no puede sino cantar el grito.

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Canto al Soldado Inminente

i En marcha! i En marcha! Aprieta el ronco fusil entre tus manos y clava tus dos pies en la carne oprimida de la tierra. Echa raíz. Encájate. No vuelvas la mirada atrás. i Sigue adelante! Esa tierra es la tuya. Reconócela y... ien marcha!

Destaja el monte. Cierra el paso al torrente. Despeña los picachos. Vuelca el río. Aplasta la alimaña. Coje una flor, bésala y sigue. i En marcha! En marcha! í

Húndete en la maleza. Deseca los pantanos. Quiébrale la cintura a la montaña. Clávale las espuelas a la noche. Cercénale la voz a las lechuzas y i adelan te! i En marcha! i En marcha! Agárrate a los flancos del barranco. Trepa, corre, descuélgate. Salta, arrástrate. Sube. ¿Que te sangran los' pies? Tus manos están sangrando desde siem pre por las heridas de los clavos. ¡En marcha! i En marcha! Allá están ellos. Cientos. Miles.

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La fuerza bruta de los energúmenos. La fuerza vil del oro que corrom pe. La fuerza que levantan los tiranos del mundo para escudar su carapacho sórdido. ¡En marcha! i En marcha! Allá están ellos. Cientos. Miles. Tú, soldado inminente, endurece los dedos sobre el fusil. i Apuntal Ya sé que no es para el fusil que se hicieron tus manos. Eres el soldado casual. Soldado de ocasión, forjado para un día, para una hora, para un suceso. El soldado preciso, ineluctable e inminente. Y estás ahí para cumplir el voto de los que amaron la justicia más allá de la carne y de la sangre, de los que duermen ya debajo de la tierra con los ojos abiertos-de esperanza. Estás ahí para vengar a nuestros mártires. ¡En marcha! i En marcha! i Adelante, soldada del rescate]

Beso tu mano así cerrada sobre un fusil que no está hecho a la medida de tu mano pacífica y amable. Ahí, frente a los brutos, mi corazón está contigo, y mis dedos se cierran en tus dedos, y te grito al oído: " IViva la Libertad, hermano! " lEn marcha! i En marcha! Todo un pueblo que sufre nos espera. i En marcha ya, soldado del rescate, inminente y preciso] ¡En marcha! En marcha! í

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Oda Heroica a las Mirabal

No hubo blancura igual a su blancura. Nardo, azucena, lirio ... magnolia de su carne. Carne hecha para el beso, fue pasto de las balas. Las Mirabal cayeron bajo el plomo cobarde. No hubo dulzura igual a su dulzura. Los ríos se crecieron para llorar por ellas. Palomas con el pecho florecido en claveles. Las Mirabal cayeron de cara a las estrellas. Ayudadme a subirlas al pedestal de piedra donde graba la historia los nombres de sus mártires. Ayudadme a decir qué cosa grande hicieron estas mujeres-cíclopes, estás mujeres-ángeles. Allí donde más hondo fue el dolor de los hombres y más honda la herida sangrante de la tierra, donde fue más profundo el surco de las lágrimas y más amargo el llanto ... allí bajaron ellas. Allí donde más alto fue el grito de combate y más enhiesto el puño frente a las bayonetas, donde más levantada fue la frase precisa y más erguido el pecho... allí subieron ellas. Allí donde más lejos llegó la valentía y apuró el sacrificio su retama postrera,

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allí donde más lejos plantara el heroísmo su bandera de sangre... allí llegaron ellas. El ojo de la bestia les siguió la pisada. Ojo y plomo a la espalda, como hacen los cobardes. La tierra abrió los brazos para ceñir sus cuerpos. Las Mirabal cayeron, taladas como árboles. Las manos del verdugo deshojaron los nardos, cortaron, como tallos, sus lenguas silenciadas. Las estrellas besaron su carne por vez última. Las Mirabal cayeron con el plomo a la espalda. Mas ya el nardo no es nardo, pues que se ha vuelto piedra. Piedra el enhiesto puño. Piedra la frente alta. Piedra el pecho y los ojos y la boca sin lengua. Las Mirabal cayeron para alzarse en estatuas... y sus bocas, sin lengua, han de seguir hablando y sus tres corazones palpitando en la piedra. Perennemente vivas en el alma del pueblo. Las Mirabal cayeron para volverse eternas.

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Elegía a los Mártires de Constanza, Maimón y Estero Hondo

Fue en Constanza, Maimón y Estero Hondo hace justo una década. Los soldados inminentes apoyaron el pie, en un fugaz regreso, sobre la tierra que tanto habían amado. Aspiraron su olor, miraron las agrestes montañas, sintieron su calor ... y sólo eso. La metralla del bárbaro asesino cortó el hilo de sus vidas y los sernbró en el suelo. En su caliente suelo. Los sembró con sus fusiles y,sus balas, con sus ansias, con sus sueños. Los sembró con sus aljabas llenas de esperanzas, con sus recónditos anhelos. Los sembró con su dolor agazapado en los costados, en las cabezas coronadas de espinas, en las manos laceradas y sangrantes. Los sembró -sin proponérselo- igual que árboles, con raíces profundas y duros troncos recios y señeras copas desparramadas en el cielo. Fue en Constanza, Maimón y Estero Hondo hace justo una década. Los soldados inminentes y precisos regresaron, fusil en mano, a liberar su tierra. Nuestra tierra. Pero el bárbaro asesino de carapacho sórdido aguardaba, con los ojos febriles, ávido de sangre. 303


Venteó el aire con sus fauces de bestia para aspirar aquel cercano y dulce olor de carne joven y sus duras pezuñas se clavaron en ella. iY hubo un nuevo festín sobre la estremecida tierra! Pero los árboles están ahí. Sembrados para siempre. Con sus raíces tan profundamente arraigadas y tan hondas que nadie podrá arrancarlos mientras exista tierra. Con sus troncos tan recios y tan duros que nada, nada -ni siquiera el viento huracanado del olvido-, podrá jamás quebrarlos. Con sus ramas tan altas y extendidas que siempre darán su sombra acogedora. Los árboles están ahí, sembrados para toda la vida en Constanza, Maimón y Estero Hondo. i Cementerios de mártires que viven y vivirán eternamente mientras exista un hilo -un sólo hijoque guarde la memoria de esa tierra. Nuestra tierra, más amada y entrañable cuanto más lejana e inasible nos parezca... Mientras exista un solo hijo que guarde la memoria de esa madre-tierra y alce la voz para gritar al mundo la gloriosa gesta, vivirán en el recuerdo por los siglos de los siglos los soldados inminentes, los mártires sembrados como árboles en Constanza, Maimón y Estero Hondo, hace justo una década.

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Canto a dos Niños Sobre el Tejado

Arriba, contra el cobalto ensangrentado, rostros y brazos y puños hacinados. Arriba, contra las estrellas en asombro, niños atormentados desafiando a los brutos. Corazón contra balas. Coraje contra odio. Voces contra metralla. Eran tan sólo niños. Sencillos como las piedras que arropron sus manos. Niños atravesados por puñales de angustias. Carne sin aire donde poder crecer, sin aire donde madurarse. Carne buscando aire en los tejados. Arriba, muy más allá del suelo erizado de duras bayonetas cobardes, niños creciendo hasta alcanzar la talla de gigantes. Creciendo hacia el cobalto ensangrentado. Creciendo hacia la luz. Creciendo hacia la ruta de los mártires. Eran tan sólo niños. Claros como el rocío que mojó sus cabezas en la azul madrugada. 305


Niños llenos de sueños y de espinas. Niños con la infancia atropellada bajo el pecho desnudo. Niños sin aire, sin risas, sin palabras. Arriba, como banderas, como palomas. Como nubes, como astros. Arriba, con sus desesperadas piedras y sus gritos anegados. Arriba, con tu sueño y mi sueño sangrándole la frente. Con tu dolor y mi dolor l1agándole el costado. Desde arriba cayeron. Cayeron desde arriba igual que frutos en sazón, desparramándose en sangre y en dulzura sobre el suelo. Cayeron del tejado hacia el asfalto. Eran tan sólo niños. Cayeron como mártires. No lloréis ni una lágrima sobre el asfalto duro. Llorad hacia el tejado, hacia las estrellas en asombro, hacia las verticales rutas, hacia la luz. Llorad hacia el cobalto ensangrentado. Zona de la libertad, ganada con su sangre. Con tanta sangre y tanto llanto. Zona de la libertad, ganada alodio, ganada al crimen, ganada al plomo. Zona de la libertad, ganada a los traidores, ganada a los serviles, ganada a los cobardes. Zona de la libertad, ganada para siglos con ardientes claveles en la carne. i Zona de la libertad, ganada en los tejados por los niños-gigantes! 306


Réquiem para un Cadáver Desterrado

"Sombra para tu sombra, General. Sombra' para tu crimen, General. Sombra para tu sombra... " Julia de Burgos.

Al fin llegó tu hora. El brazo se hizo plomo y te sembró la muerte en la carne cobarde, en las duras pestañas. La muerte que tú mismo te ganaste. La que te fue rastreando, hora tras hora, pegada a tus talones como tu propia som bra. La que ordenaste con tu despótico pulgar para miles de hombres que escupieron tu cara. La muerte a plomo. Balas en tu carne. Estallido de sangre -no de rosas- en tu pecho. y luego ... la tierra huyéndose, escapándose a tus despavoridas pezuñas de bestia acorralada. y la sombra envolviéndote, arropándote... Hubo tal vez un lúcido minuto antes de que el vacío se tragara tu último pensamiento. Ese 'minuto ... Cómo lo poblarían los fantasmas! Fantasmas y fantasmas de los miles de muertos que dejaste a tu paso, sembrador de cadáveres. Sin duda los fantasmas te llenaron de espanto. Todavía se escucha tu alarido en la noche de aquel 30 de mayo de las reivindicaciones. No fue remordimiento, sino miedo. El mismo miedo de todos los malvados. El terror de los bárbaros en la hora suprema. í

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Ese enfrentarse con el gran misterio

y no saber si habrá en verdad un juicio y un castigo inflexible para cada culpable. i Cómo sería de ancho tu terror en el minuto que precedió a tu muerte!

Luego, ya todo fue silencio. Tu cuerpo, saturado de plomo justiciero; vagó por horas sin hallar reposo. y continuó vagando más allá de los mares, y más allá de las flores que no hubieran podido germinar en tus huesos; más allá de los breves gusanos de tu tierra, que se hubieran asqueado del festín de tu carne. Hoy tus huesos reposan -si es que pudieran reposar tus huesos! en un lejano cementerio extraño. No te alberga la tierra donde un día naciste y a la que tanto hiciste padecer por años. No te lloran los ojos de tu pueblo. No te bendice el rudo campesino -quebrada rama seca, desolada raíz en tu próvida tierra-v... No te bendicen los obreros explotados ' -interminable fila de hombres que molieron la dulce caña amarga para tu interminable zafra-e-.¿ No te bendicen los niños que crecieron oyendo la blasfemia de tu nombre junto al nombre de Dios, como si fuera un solo nombre... No te bendicen las madres enlutadas. i Tanta lágrima derramaron por tu culpa! iY tanta carne de su carne les amputaste! iY tanta sangre de su sangre les bebiste! iY tanta sana alegría y tanta dulce esperanza les robaste! 308


No te bendicen los hom bres de claro pensamiento en los que te ensañaste por temor a la desnuda verdad de sus palabras. No te bendicen los que echaste en una celda por quebrantar su inquebrantable decisión de lucha. Ni los que torturaste. Ni los que perseguiste. Ni los que calumniaste. Ni los que pretendiste vencer por el asedio del hambre, inútilmente. ¡Ni los que se rindieron por el hambre! No te bendice nadie. Nadie. Nadie. Estás allá, sólo, perdido, abandonado. Gusanos extranjeros padeciendo la náusea de tu carne. Aterradas las flores con tu oscura presencia. Rodeado por cadáveres que no quieren mirarte. Ya nadie mancha el aire pronunciando tu nombre de terror. Poco a poco te estás volviendo un largo, un inmenso vacío donde no habrá de caer ni siquiera una piedra... Pronto ya no cabrás ni en el hueco insondable de la palabra nada. Y serás eso: NADA. Mientras el pueblo que oprimió tu mano, liberado de ti, crece bajo la luz para encontrar caminos. y el hombre torna al trabajo y al ensueño. A la alegría de la siembra y la cosecha. A la dulzura de mirar el cielo ... A la honda sensación, casi olvidada, de ser hombre ... Y el agrio pan vuelve a tener la bendición de Dios y vuelve a ser el pan de cada día en cada mesa. Y la mano de Dios baja de nuevo -como la luz tras una larga nochepara tomar la mano de su pueblo ...

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Llanto sin Término por el Hijo Nunca Llegado Premio Festival Navidad 1959 Ateneo Puertorriqueño

LAUDO

Reunidos los suscritos JURADOS del CERTAMEN DE POESIA, PREMIO BANCO POPULAR DE PUERTO RICO, convocado por el ATENEO PUERTORRIQUEfiSO, en la ciudad de SAN JUAN de PUERTO RICO, declaramos: 1. Que recibimos cincuenta y cinco (55) conjuntos poe-

máticos, los cuales estudiamos con sumo detenimiento, aplicándoles los más exigentes criterios de valoración poética. 2. Que procedimos a una labor de criba, hasta quedarnos con los tres conjuntos mejores, a la luz de nuestras valoraciones, siendo los resultados como sigue: A. Llanto sin término por el hijo nunca Llegado, cuyo lema es: "De profundis clamavi ad te". B. De la nada y la presencia, que ostenta el lema siguiente: He retornado fiel al misterio insurgente de la vida. C. Con la voz de los pájaros. Lema: Lo que sueñas no es el cielo, si lo alcanzas con la mano. 3. Que en la reunión definitiva acordamos, por unanimidad, 310


conceder el PREMIO BANCO POPULAR DE PUERTO RICO al poemario Llanto sin término por el hijo nunca llegado. 4. Que este poemario, amén de ajustarse a los rigores de la convocatoria, acusa la presencia de un poeta auténtico de sentido y trascendencia. Se trata de una poesía intuitiva; poesía arrancada a la entraña misma de la existencia; poesía, también, de proyecciones metafísicas. La respiración natural da testimonio de sinceridad creadora. El verso libre, ancho, ajeno a la prisión de los metros, pero, a su vez contenido, produce en el lector la sensación del "llanto" justo. Del surtidor de "mis insondables ríos desbordados" brota esta poesía hecha no a cincel sino a desesperado golpe de sangre. Lejos de cerebralismo inhibidor. He aquí un "llanto" que se traduce en acto de sinceridad. Interesante poemario éste desde el punto de vista estilístico. La riqueza de símbolos, la exuberancia sinestésica, la metáfora en penumbra, diríamos que interior, sin estridencias del tambor, la anáfora, la antítesis levantan una majestuosa catedral poética. Véase, como ejemplo, el Llanto séptimo, espejo de nítida conciencia lírica, donde a los fatídicos cruces sombra-niño, sombra-surtidor, sombra-sueño se suceden decisivos redobles de fúnebres campanas que envuelven, como en misa, la vastedad de nuestro mundo afectivo. Por su sentido, el poemario que nos ocupa se mueve dentro de la tradición occidental cristiana. La preocupación por el trasmundo, la idea de la libertad y la idea del sacrificio, la razón de vida, todas elaboradas a base de categorías netamente cristianas, son interrogantes que rematan en una visión cristológica del hombre.

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Si menester fuese hablar de fuentes, podríase decir que este poeta ha viajado por muchos mundos líricos. Reminiscencias hay de Los proverbios y de El Eclesiastés; sin duda, la tradición lírica hispánica ha dejado su huella; pero es de los poetas más recientes que se siente penetrado este poeta. Pablo Neruda, el último Pablo Neruda, y León Felipe le han sido fieles compañeros. Hay, también, ciertas brisas martianas que no son ajenas a un creador sincero. Sin embargo, y como debe ser, la nota personalísima es la que resalta. Convendría, no obstante, llamar la atención a este poeta en lo concerniente al poder sugeridor de la poesía. En ocasiones -Llanto décimo y sin término>, obsesionado por ráfagas de humana sinceridad, se hace muy explícito y menoscaba el encanto de la poesía. Cierto que estos mancharrones de retórica son harto escasos; mas hay que estar en constante guardia, a los fines de superarlos en próximas aventuras. 5. Que De la nada y la presencia y Con la voz de los pájaros son aportaciones que revelan dos poetas de finísima sensibilidad. El primero, libro limpio, da testimonio de un espíritu recatado, contenido, orientado por la línea de lo plástico. Sabiamente, este poeta se nutre de paisaje y lo transfigura en realidad poética. El prodigio de sus ricas imágenes sorprende al lector... que, a veces, se sobrecoge viendo cómo el poeta va hilando la patria en el telar de su fantasía. Cierta tendencia culteranista es evidente aquf: quizás, por ello, tendemos a echar de menos el pálpito de un corazón latiente. La imagen nueva, ricamente arquitecturada, el constante' afán de perfección formal y la muy consciente elección del léxico ahogan, en ocasiones, la sensibilidad interior, que, incisiva, pugna por liberarse.

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El segundo poemario acusa un alma hondamente contemplativa, romántica, que se deleita viajando por los predios de la poesía eterna. Con la voz de los pájaros está constituído por quince hermosos sonetos de corte clásico, en los cuales se respiran aromas líricos de la estirpe de Fray Luis y San Juan. La sencillez en la expresión, la natural perfección de la forma y el fluir de concepciones de mundo legítimamente elementales dan fe de un poeta de vuelo seguro que ha logrado enfrentarse a sí mismo. Esta poesía demuestra de modo convincente que Hay que arrimar carbones a la hoguera Para que no se acabe nuestra vida. 6. Que, en vista de la calidad innegable de los tres poem arios , es digno lamentar que el certamen ofrezca un solo premio; y nos aventuramos a proponer que el Ateneo se encargue de hacer las gestiones correspondientes, a fin de que, en la medida y tiempo posibles, los tres vean la luz, para deleite de nuestros lectores. 7. Que, a pesar de la nota desalentadora que ello encarna, y salvo algunas excepciones nos vemos forzados a reconocer que, en general, las contribuciones poéticas a este certamen son demasiado pobres; que aún persiste entre los que se dedican al quehacer de las letras en Puerto Rico la errónea idea de identificar verso y poesía; que hace falta más crítica seria y constructiva y de buena voluntad para deslindar los caminos que conducen a la verdadera poesía. Dra. Adriana Ramos Mimoso Nimia Vicéns de Madrazo Jorge Luis Morales.

En San JUAN DE PUERTO RICO a 15 de noviembre de 1959.

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Llanto sin Término por el Hijo Nunca Llegado

Invocación Te invoqué desde el fondo del abismo. Te llamé, desesperadamente, gritando el dulce nombre a tus oídos... pero tú estabas lejos. Tan lejos, hijo mío, como las rútilas estrellas, durmiendo un largo sueño interminable... y no me oíste. Entonces, hundí mi rostro en el polvo del camino y te lloré, con un llanto sin consuelo que sembró sus cristales sobre la tierra dura. Te lloré con el llanto más amargo y recóndito que jamás ha llorado ojo humano en el mundo. Nueve llantos de luna y un llanto décimo y sin término sobre la tierra dura.

Llanto Primero Duerme, hijo mío, duerme. La noche es infinita como mi amor, y apaga sus estrellas para que nada turbe tu sueño, ni siquiera la luz ... Duerme, hijo mío... La luz es la verdad y es la vigilia. 314


Noche: apaga tus lámparas insomnes! Luna: arropa tus carnes! No se filtre la luz en sus pupilas! Duerme, hijo mío, duerme. Coge mi mano. Oprímela. Estoy aquí, contigo. Contigo bajo la noche larga y oscura y solitaria. Estoy contigo! No entreabras los labios. No preguntes. No hagas preguntas abismales. Duerme. Coge mi mano. Oprímela, hijo mío. Estoy aquí, a tu lado, igual que siempre. Angel de su guarda, apresura tu mano, antes de que sea tarde! Apaga los luceros! Apaga los luceros! Quérnate tú las manos. Ardan tus cabellos sueltos y tus alas y tus velos... Pero no dejes que la luz penetre sus párpados cerrados! Duerme, hijo mío, duerme... Estoy aqu í, contigo ... en la som bra, sin estrellas, sin luceros ... Estoy aquí a tu lado, igual que siempre! Pero no abras los ojos. Duerme. Duerme.

Llanto Segundo Culpa fue de mi egoísmo. Mi egoísmo. Quería respirar un aire puro más allá del lejano horizonte inalcanzable. Quería ver el mar. Quería ver los puertos llenos de sol y espaldas verticales cargando fardos junto a la sonrisa.

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Quería ver las muchedumbres que van y vienen, con.las manos libres y los pies desenraizados, sueltos. Quería oír la música de los ríos livianos y del viento golpeando las cañas que no amargan. Quería respirar un aire con olor a canciones, con olor a palabras sin arrugas, con olor a pregones enarbolados en todas las paredes, en las aceras, en los techos, en las calles. Pregón de flores y de frutos desparramados en color y azúcar j Pregón que no retuerce el hombre, ni el dolor, ni el miedo. Quería jugar con niños que no temblaran de pavor ante la sombra repentina de un uniforme sobre el suelo. Quería jugar con niños que supieran reir sin toparse la boca con angustia. Eso quería en mi egoísmo. Eso.

Llanto Tercero

Tal vez fue cobardía. Pero pensé que un hijo siempre tiene derecho a preguntar: "¿Por qué lo hiciste? " ... Y sentí miedo. Miedo a las abismales preguntas de los niños! y además, aquel aire.

Aquel aire viscoso, espeso como engrudo, donde las alas se quedaban rígidas y el ímpetu del vuelo desnucado. ¿Qué hubieras hecho tú con tus recién nacidas alas? 316


Tal vez fue cobardía o egoísmo. y sin embargo, te soñaba. En mitad de la noche estremecida de indistintos luceros y puñales. Dentro del insaciable vórtice de fuego, girando con las rosas y los cráneos, te soñaba. Bajo la punta de la espada suspendida en el aire, de crepúsculo a crepúsculo ... Aún en medio del horror y la agonía y el espanto, te soñaba! Llanto Cuarto

Yo te soñé, hijo mío. Te soñé sin un rostro preciso. Sin un color determinado para el iris abierto a la desolación del mundo. Sin la medida exacta de tu estatura física. Mas te soñé la pensativa frente y te soñé la franca, la cordial sonrisa. Te soñé la alegría sin palabras. Te soñé la ternura, multiplicada en tu habitual manera de hacer las cosas. Te soñé la esperanza, abierta como una flor en mitad de tu pecho atormentado. Te soñé la cordura. Te soñé la levantada cerviz ante la sola insinuación de la coyunda. Te soñé el gesto manso de tu mano hacia los nidos y las flores. Te soñé el corazón, abierto en la desgarradura del dolor por todos los que sufren en el mundo. 317


Te soñé sin un rostro preciso ni una medida exacta. Mas te soñé, hijo mío, un hombre. Un hombre, hecho de arcilla y lágrimas. Un hombre entero y vertical, plantado como el asta de una bandera al viento. Clavado en la tierra dura como un mástil. Un hombre hecho de arcilla y lágrimas, con una rosa blanca sobre el pecho y en las manos... en las manos ... Oh, hijo mío, nunca jamás nacido, en las manos ... las rojas señales de los clavos!

Llanto Quinto Cuando debí buscarte, sólo pensé en un aire más liviano y más puro. Cuando debí tenerte a mi vera, rosado, igual que un caracol del mar, y enseñarte a decir las palabras primeras, mi voz sólo sabía decir las últimas que en la vida se aprenden palabras duras, agrias, con sabor a sepulcro, agonía, dolor, martirio, tortura, muerte. Cómo hubiera podido enseñarte a decir: vida, alegría, luz, amor, ensueño, besos! Cuando debí buscarte, no había un espacio limpio donde cupiera tu rosado cuerpo... Aún para un jergón de paja fresca no había un espacio libre de fusiles. No había un espacio libre de mordazas. No había un espacio libre de puñales. 318


No había un espacio para ti, hijo mío. En cincuenta y tantos kilómetros cuadrados de tierra generosa y fértil no había un espacio lim pio donde cupiera tu rosado cuerpo!

Llanto Sexto Si yo te hubiera dado vida... qué hubieras hecho con tu vida, tú, que nunca la pediste? ¿Qué hubieras hecho con tu vida? Dime! é

Ya sé. Hubieras hecho una canción, tal vez. Una canción al viento. Con la humedad del musgo debajo de la nunca, cara al cielo, hubieras entonado tu canción junto a los árboles. E igual que el pobrecito de Asís, dulce y tranquilo, hubieras conversado con los pájaros. Y hubieras amado a las pobres bestias de Dios, comprendiendo su lenguaje indescifrado. Y hubieras recortado margaritas para dejarlas, con un ruego junto a la virgen de los dolorosos ojos siempre cerrados. Si yo te hubiera dado vida, hijo mío, nunca jamás nacido... Qué dulce canción de amor habrías hecho con la vida que yo te hubiera dado! 319


Llanto Séptimo Cuando tú hubieras visto lo que vieron mis ojos ... qué gran dolor el de tu carne abierta! qué gran dolor en tu costado herido! Cuando tú hubieras visto: Duras patas de bestia sobre pechos escuálidos. Claros puños erguidos bajo un cielo tasado. Rojos cinturones férreos oprimiendo esperanzas. Largas cabelleras sueltas barriendo el seco polvo. Cadáveres de sueños. Cadáveres de llanto. Cadáveres de sangre. Cadáveres de plomo... caminando ... caminando. Cuando tú hubieras visto lo que vieron mis ojos: Sombra en el claro surtidor. Sombra en la ronda de los niños. Sombra en el vuelo de los pájaros. Sombra en el asfalto yen la luna yen el surco yen el tejado. Sombra en mi carne yen tu carne y en la carne de todos... Sombra en el sueño y en la carne... Cuando tú hubieras visto lo que vieron mis ojos: Muerte a los rosados caracoles. Muerte Muerte a las orquídeas ya los nardos. Muerte Muerte a los ríos y al torrente y al arroyo. Muerte. Muerte a las mariposas efímeras y a las hormigas simples. Muerte. Muerte. Muerte al aire y al pulmón qúe lo respira. Muerte. Muerte a los hilos dorados del ensueño. Muerte. Muerte al sueño de tenerte, hijo mío. Muerte. Muerte al sueño de tenerte! 320


Llanto Octavo

Después ... Cuando tú hubieras visto que era yo quien sufría. Las patas de la bestia encima de mi pecho. El rojo cinturón tatuando flores cárdenas en mi cintura exhausta. Mi cabellera a rastras, sobre el polvo y mi claro puño erguido bajo el cielo, impreca torio. Cuando tú hubieras visto que era yo quien sufría... Sombra en mi carne y en mi sueño. y muerto de muerte poderosa y arbitraria todo lo mío: mis nardos, mis orquídeas, y mis rosados caracoles y mis simples hormigas y el torrente y el río de mi heredad y mis efímeras mariposas y mi sueño ... Mi sueño de tenerte a ti, hijo mío! Cuando tú hubieras visto que era yo quien sufría... y hubieras visto arrastrado mi cuerpo sobre el camino duro y solitario y ascendente... équé hubieras hecho? Dime! ¿Qué hubieras hecho con tu vida sino extender los brazos, abrirte en cruz y dejar que en tus manos florecieran las rojas amapolas de los clavos? Llanto Noveno

Hoy, cuando ya la tierra me reclama sé que todo, hijo mío, está perdido.

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Es tarde, ya. La hora que pasa no vuelve atrás su aguja inexorable. y sé que nunca nunca, serás mío. Egoísta o cobarde. No sé. Mas, te he perdido para siempre... Aunque nunca te tuve más que en sueños, fuiste el más alto sueño de mi vida. Hijo mío, nacido un poco más allá del horizonte, con los pies desgarrados, sueltos como cabellos de ángel. .. Hijo mío... Sólo ahora, cuando es tarde, sé que hubieras querido nacer un día cualquiera no importa cuán escaso fuera el aire para tus alas nuevas. Sólo ahora, cuando es tarde sé que hubieras querido sufrir por mis heridas. Hijo mío, hijo nunca llegado, hijo nunca nacido... Es tarde ya. La vida acaba. Hubiera sido fácil, tan fácil, tan sencillo Tan simple, sí. Tan simple. Pero yo fui cobarde ... o egoísta. y te dejé en la sombra de un deseo. Llanto Décimo y sin Tiempo

Perdóname, hijo mío. Te quedaste en la sombra de un deseo. Tus manos, desde la otra orilla, buscan mis manos, ávidas de salvar tiempo y espacio. Pero sé que mis manos nunca habrán de alcanzarte: 322


Perdóname, hijo mío. Hijo nunca llegado, pero amado más allá de tu angustiosa irrealidad. Hijo perdido sin haberte encontrado. Hijo llorado con todo el llanto de mis insondables ríos desbordados. Hijo sin tiempo, sin espacio. Sin ayer ni futuro. Hijo inmaterial y desuncido de mi carro. Hijo lejano y triste por no haber nacido un día claro de sol y de alegría. Hijo mío, desligado de mí para toda la vida, desligado de mi pena y mi vacío. Hijo nunca llegado, pero siempre ceñido a mi cintura junto con el cilicio que me hiende las carnes. Hijo de mi tormento y mi vergüenza por no haberte legado la vida que pedías. Perdóname, hijo mío. Perdona que no te diera las alas que te soñé, ni el desgarrado corazón, ni el asombro de nacer un día cualquiera bajo este claro cielo derramado en estrellas. Perdona que no te hiciera subir desde el fermento amargo de mi angustia y escatimara tu ración de vida. Tú, que hubieras sido mi resarcimiento y mi equilibrio! Perdóname, hijo mío... Toda mi vida, ahora, será una penitencia por mi flaqueza y mi ignorancia y mi torpeza. Que pudiéndote llevar por el camino, tu pie junto a mi pie y tu mano en mi mano, te he dejado en la sombra de otra orilla. y mientras tú me buscas, yo te busco, sin poder encontrarnos. Desligados. Desasidos. Desterrados los dos sobre la tierra.

323


Sin tierra tĂş, debajo de tus plantas y yo sin tierra, debajo de las mĂ­as. y con la tierra a punto de tragarme sin haberte alcanzado ni poder alcanzarte ya en la vida! PerdĂłname, hijo mĂ­o!

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Un Hombre tras las Rejas "Para todas las cosas hay sazón".

Estoy aquí. Un hombre tras las rejas. Un hombre solo, abierto, desmembrado. Un hombre con las manos rotas y rotos los oídos y rota la palabra y roto el pensamiento y roto el ojo inmenso, febril, desorbitado. y roto el sexo entre los muslos rotos. Un hombre tras las rejas. Deshecho. Mutilado. Todo lo que había entero en mí, todo lo que había intacto, erguido, está roto. Lo mismo que la luz entre las rejas. Irremediablemente roto. Destroncado. Roto mi cráneo, fábrica de sueños. Roto mi corazón, puño de angustia. Roto mi costillar despavorido y roto el dorso vertical y duro. Un hombre tras las rejas. Enteramente roto. Eunuco vacilante, mitad hombre, mitad niño. Bestia entregada ai yugo. Siervo desnucado. Un hombre con su quebradura obsesionante, sumido en la vergüenza de las rejas. Un hombre hecho pedazos. Hecho trizas. Talado como un árbol. Destruído. Un hombre tras las rejas. Roto. Roto. 325


2

¿Quién me quebró los huesos y me cercó de rejas? ¿Quién alzó los barrotes entre mis manos y la vida? ¿Quién me encerró en la sombra y me hizo ajeno y solitario y triste? ¿Quién me aisló como a un monstruo? ¿Quién? ¿Quién me cercó de rejas? Ah, los cobardes! Siempre los cobardes. No es por odio que me encierran. Es por miedo. Miedo de mí. No de la fuerza de mis manos rotas, sino miedo terrible de mis ojos abiertos. Miedo de que les mire la ponzoña escondida. Miedo de que les grite a la cara: "Cobardes! " Miedo de que les grite la verdad, cara a cara. Ah, los cobardes! Siempre los cobardes. No es por odio que me encierran. Es por miedo. Era más fácil levantar barrotes y quebrarme los huesos y encerrarme en la sombra. El hombre tras las rejas. Vencido. Aniquilado. Destruido. Ciegos mis ojos. Sordos mis oídos. Enterrado con vida como si fuera un muerto, con las órbitas llenas de gusanos. Ah, los cobardes! Siempre los cobardes. No INo quiero estar aquí! IVenid, soltadme! Quiero salir y respirar. Quiero ser libre. Quiero andar los caminos abiertos. Mi camino. Elegirlo yo mismo, como se elige un fruto; "Este es el que yo quiero, sí". y cogerlo. Quiero andar mi camino y ser mi propio dueño. Quiero salir, soltarme, desligarme. Salvar estos barrotes, liberarme. 326


No quiero estar aquí. ¿No oís? ¡No quiero! Quiero ser como el viento, que va y viene silbando y nada lo detiene, ni siquiera las rejas. Verdugones de odio, se enroscan a mi espalda. No quiero estar aquí. i Venid soltadme! Quiero reconocerme afuera. Saber que soy yo mismo, saber que no estoy muerto. Quiero sentir que vivo. ¿No oís? Sentir que vivo. j Arrancadme estas rejas que m e cercan! Quiero ser libre, lo mismo que los pájaros. iArrancadme estas rejas! iDestruidlas! iQuebradlas! Quiero andar los caminos abiertos. Mi camino. Quiero salir y respirar. Soltadme. Desligadme. Quiero sentir que vivo, que vivo todavía. iArrancadme de aquí! i Venid , soltadme! Quiero ser libre. No entendéis? Quiero ser libre. Quiero ser libre. Libre. Libre. LIBRE. é

Oh, aquí está el viento. Me golpea las sienes. El viento trae una canción lejana. Cierro los ojos para oirla. Sí. Son ellos. Ellos. Son los niños que cantan ID ientras juegan ... "Estaba la pájara pinta sentada en su verde limón, con el pico recoge la rama, con la rama recoge la flor ..." Las bocas apretadas de canciones muerden palabras junto con grosellas y cantan en la sangre de las moras ... Son niños de otro espacio, de otra esfera. 327


Niños que saben jugar como los ángeles... Yo también tuve una ronda... Aquí, sobre mi pecho. Pero eran voces agrias, gastadas, desteñidas. y era una sola canción que cantaban: "En Francia nació un niño qué dolor, qué dolor, qué pena. En Francia nació un niño de padre natural, que do re mi, que do re fa, de padre natural ... Por no tener padrino qué dolor, qué dolor, qué pena, por no tener padrino Mambrú se ha de llamar, que do re mi, que do re fa, Mambrú se ha de llamar... Mambrú se fue a la guerra... " No. Eso no. Esa palabra no. No quiero oirla. No quiero ver más sangre ni más muertos. No quiero verlos. No. No quiero verlos. iQuítalos de mi vista! i Atrás! iQuitadlos! "M am brí ru se f ue a 1a guerra... " No quiero esa canción. No quiero oírla. ll.leváos esas voces! iAnegadlas! iAsfixiadlas! iCercenadlas! iSuprimidlas! iDadme pronto otra canción! j Otra canción! ¡Otra ronda de niños! ¡Otra! IOtra! " Al alimón, al alimón, . la puerta está rota. Al alimón, al alimón, rnándala a componer. .. " 328


IAh, las bocas que cantan en la sangre olorosa de las moras silvestres! Venid a mí. Cantad Cantad en mí, aquí sobre mi pecho. Trenzadme de guirnaldas. Crucificadme a besos. Mirad, yo soy un hombre solitario. Triste. Amo la risa de los niños, y sus voces. iHaced la ronda aquí, sobre mi pecho! No. No quieren venir. Tienen miedo de mí. Se escapan. Huyen ... i Yo no soy malo, no! Volved! i Volved! Yo soy un hombre solo, abierto, desmembrado. Un hombre tras las rejas. Enteramente roto. Quiero vivir de nuevo. Otra vez. Quiero vivir. í

"En Francia nació un niño, queé dol o or, queé dol o or, que' pena... " Oh ... Es mi ronda. Son mis niños Aquí, sobre mi pecho Voces agrias, gastadas, desteñidas. y una sola canción: la de la muerte. Quiero olvidar la muerte. Necesito olvidarla. Quiero mirar las cosas gratas, dulces, tranquilas. Las flores, el paisaje, los pájaros, el río. Todo lo que miraba cuando era libre. Libre. Porque una vez fuí libre. cl.o sabíais? y anduve paso a paso por los caminos lim pios. Ebrio de Sol, de claridad, de lumbre. Limpia la frente de rubor. Erguido. y una ronda de niños danzó sobre mi pecho,

cantando las canciones del amor y la vida. 329


y las madres tenían los pechos sosegados. y los hombres clavaban su azadón en la tierra,

sonriendo. Oíd, esto: sonriendo. y el fruto de su siembra no le fue disputado. ni le fue arrebatada su heredad. Yel pájaro sentía que el nido era su nido. y la flor que la rama era su paz. Pero llegó una hora negra y obsesionante en todos los relojes del mundo. Aquella hora. y de pronto: las rejas. Un hombre tras las rejas. Enterrado. y los cobardes, frente a mí, pateando. Pateando, igual que ahora, los cobardes. No quiero estar aquí. i Venid, soltadme! Quiero salir y respirar. Quiero ser libre Quiero andar los caminos abiertos, otra vez, Quiero ser libre. Libre. LIBRE. iArrancadme estas rejas! iLibertadme! iSacadme de este encierro! IVenid, quiero ser libre! Quiero ser libre! ILibre! [Libre! iLIBRE! í

No puedo. No puedo más. Estoy vencido. Todo el día he gritado, sin que nadie me oyese. iAh, la sombra! Por fin llega la sombra, tragándose las rejas con su boca insaciable! Quiero dormir. Dormir. Estoy cansado. Quiero dormir. Soñar. Soñar que ya soy libre. Que puedo andar, andar... Andar... Paso a paso, suelto, desligado ... Paso a paso ... Andar... Andar... Andar... Andar... Esos pasos ... No son míos. Son los pasos de otro. Sí. Pasos duros. Secos. Sordos... y marchan 330


Uno tras otro... Un-dos, un-dos, un-dos... Oh, son botas. Botas. BOTAS. Color de sangre coagulada en las heridas. Color de fango. Color de sucio. Color de odio. Botas que aplastan cráneos lo mismo que crisálidas. Botas que piafan y patean igual que los caballos. Botas que empujan los cadáveres desnudos. Sin cerrarles los ojos con las manos. Botas de sangre y lodo hasta las ingles . Botas que marchan sobre los cadáveres . iQuue no quiero escucharlas otra vez! i Que no quiero! Un-dos, un-dos, un-dos, ... lo mismo. Siempre. Siempre el mismo sonido golpeándome las sienes Igual que ayer. Lo mismo. Un-dos, un-dos, un-dos. y encima de las botas: un fusil boquiabierto juntando su metralla con claveles de sangre para hacer la cosecha de los muertos. Esos fueron mis muertos... Vinagre de mis labios. Esos fueron mis muertos Espinas de mis sienes. Esos fueron mis muertos Lanza de mi costado. Los he llorado a ríos. A montañas de lágrimas. Los he llorado a todos. Uno a uno. Sangrando. Muriendo yo con ellos, uno a uno. Enterrándolos y desenterrándolos para volverlos a enterrar con nuevo llanto. Esos fueron mis muertos. Los he llorado a todos, muriendo yo con ellos. Uno a uno. Muerto mil y una veces con cada muerto mío. Los he llorado a todos con mil llantos diversos. En las cuencas vacías de la angustia. En las órbitas secas del espanto.

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En los ojos perplejos del silencio y hasta en el puño enhiesto de la ira Yen la cárdena flor de la vergüenza. Los he llorado a todos. Uno a uno. y mil veces he muerto yo con ellos. Ahí están. Uno a uno. Cientos, miles de muertos en macabro desfile, Cientos, miles de muertos. y cada muerto arrastra una muerte distinta. IAh! ¿No lo sabéis aún? Pues bien, sabedlo. Ensayaron mil formas de darle muerte a un hombre. ¿A un hombre solamente? No. También a una mujer. iY oídIo, oídIo. - ¡Sangre de mi costado! Ensayaron mil formas de darle muerte a un niño! Más de una vez - iSabedlo! i'I'enéis que saber esto!destajaron un vientre para ensartar un niño. y ese niño no pudo llegar a ser un hombre. y ese niño no pudo dar su amor ni sus besos. y ese niño no pudo asomarse ante el mundo ni llorar en los brazos ausentes de su madre. y ese niño no pudo morir de muerte mansa. iLos brutos le clavaron la lanza en el costado antes de que la carne tomase forma humana! Ensayaron mil formas de dar muerte. Pero, mas todavía... Tenéis que saber esto: antes de arrancar la vida a un hombre hicieron pasto de su carne. iSÍ! iSabedlo! Sabed cómo cebaron su odio enesos hombres. Uno a uno. Carne golpeada, herida, quemada, magullada. Carne exprimida, lacerada, abierta. i y al grito de la carne torturada respondía la risa de los brutos! 332


Ahí están. Uno a uno. Cientos. Miles de muertos iQue no me miren más! i Que no me miren! INo quiero ver sus ojos pidiéndome justicia! iNo quiero ver más sangre ni más muertos! iQuitadlos de mi vista! iPronto, la luz, el día! i Venga la luz! iVenga la claridad! iVenga la aurora! Quiero ver otra cosa, aunque sean las rejas. Pero los muertos, no. i No quiero verlos! Llegó la luz, por fin. Llegó la luz. Entra a chorros iguales por entre los barrotes dibujando más rejas en el suelo. Un hombre tras las rejas. Siempre. Siempre. Un hombre solo, abierto, desmembrado. Enterrado con vida como si fuera un muerto, con las órbitas llenas de gusanos. y con las manos rotas. Rotas. Rotas. Me aferro a los barrotes. Los oprimo. Hierro y carne se funden en las rejas. iQuiero salir de aquí! iVenid, soltadme! j Quiero salir y respirar! i Quiero ser libre! iArrancadme estas rejas! iDestruidlas! iCercenadme estos hierros! iRescatadme! Las rejas se me clavan en los hombros, en los ijares sofocados, en las sienes. iQuiero salir de aquí! [Quiero ser libre! IQuiero ser libre! ¿No lo oís? IQuiero ser libre! Llegó la luz, por fin. Llegó la luz ... Estoy en medio de su precisa claridad. Mirándome. Mirándome hasta la vena soterrada y última. Auscultándorne. Reconociéndome. Calándome. Redescubriéndome las manos verosímiles.

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Mis manos ciertas, puras, verdaderas. Ahora sé... Quiero ser libre y vaya serlo. Libre. Me creceré a mí mismo, más allá de mis límites. Fuera de mí, desmesurado, ingente. Haré saltar los hierros con mis manos, con mi sangre, con mis huesos, con mi carne. Dadme fuerzas, no más! Fuerza en las manos, una hora precisa, inequívoca, exacta, yel signo de la cruz sobre mi frente. Yo soy aquel, sí ... Perdido en un océano. "Desmembrado de un sordo continente dormido". Un pedazo de tierra con su masa de hombres. Con ríos y montañas y quebradas y árboles. Con pájaros y luna, con estrellas y ángeles. Yo soy ese. Hombre y tierra hecho uno. Con mi voz y mi sueño y mi llanto y mi angustia. Con mi desolación y mi vergüenza. y con mi grito. Con mi grito. Escúchenlo los bárbaros. Escúchenlo los ruines. Escúchenlo los sórdidos. Escúchenlo los viles. Escúchenlo los ímprobos. Escúchenlo. Escúchenlo. Mi grito ha de cuajarse un día como el plomo para volverse un brazo. Ya lo dije i Y el brazo hará justicia! ¡Malditos los que oprimen! ¡Malditos los que alzan barrotes ante el hombre! ¡Malditos los que abaten las rondas de los niños! ¡Malditos los que siembran plomo y sangre en los surcos! ¡Malditos los que ceban su maldad en la carne! ¡Malditos los que ríen encima de los muertos! ¡Malditos los q,ue siegan cabezas como espigas! ¡Malditos los que ensartan criaturas en los vientres! 334


¡Malditos los que marchan encima de cadáveres! ¡Malditos los que oprimen! ¡Malditos los que oprimen! Escúchenlo los bárbaros, los sórdidos, los ruines, los que encadenan pueblos y destruyen y asuelan, llenos de sangre y lodo hasta las ingles! Escúchenlo los déspotas, los cobardes, los viles! El hombre tras las rejas quebrantará los hierros y veréis que se cumple la justicia en la tierra! ¡Guerra a muerte a los bárbaros! ¡Guerra a muerte a los ímprobos! [Guerra a muerte a los sórdidos! IGuerra a muerte a los ruines! ¡Guerra a muerte a las rejas! i Guerra a muerte! ¡Guerra al odio y al crimen! lGuerra al crimen! ¡Guerra a muerte a los déspotas, asesinos de pueblos! ¡Guerra a muerte a los déspotas, bebedores de sangre! ¡Guerra a muerte a los déspotas, necrófagos abyectos! jEscúchenlo los bárbaros, los sórdidos, los ruines! Mi grito ha de cuajarse un día como el plomo para volverse un brazo. Y el brazo hará justicia. Ya lo dije!

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@Jt ~lIlPtl1 r/p r@f1¡fnqn C. N. EN DOS NOTAS TELEGRAFICAS yDOS POEMAS Por Alberto Baeza Flores PRIMERA NOTA 1943. Verano largo. "Antologia Poética Dominicana". Pedro René Contín Aybar. En el paréntesis femenino de la antologia: unos poemas - "Aqui me tienes tú". "Darse". "Deja que descanse". "Fantasía". "He vuelto a estar a solas con mi alma">. ¿Es una Alfonsina Stomi más dulce, tierna, soleada y esperanzadora, en el Paraíso y en el Infierno de la Isla Española? Un nombre. Dos nombres. Carmen Natalia. Sol y sombra, presencia y ausencia, realidad e irrealidad, compañía)' soledad, distancia y ensueño. Al final de los corredores de la ternura: el infierno de la pasión. La única pasión que es el fuego de los mortales y la que a todos nos devora como el cielo, y nos perdona vivir. Atardecer en las oficinas burocráticas de la Metro Goldwing Mayer en la Ciudad Primada de América. El poeta Mariano Lebrón Saviñón dice su nombre y el mío. Una mano blanca que se tiende; una mirada clarisima que sonde; una cabellera recogida como la de Gabriela Mistral -pero ésta de C.N. es de oro-; unos labios que murmuran unas palabras amables, con interior cortesía; un gesto dulceamargo -sin querer- que me vuelve a recordar a Gabriela. Un traje negro a la moda. CiN, más bien alta, espiga clara, segura de sí misma. Mujer joven, hermosa y fatal. "Alma adentro". y punto. Desvelo. Teléfono. Desde la Embajada de Chile (Casimiro Moya 337


esquina José [oaquin Pérez) hasta su casa familiar, tranquila, en la antigua ciudad (Arzobispo Nouel. ¿Es asi? ). Entrevista por teléfono que le hago para Literatura, suplemento cultural de "La Opinión ", que dirigimos con Héctor Incháustegui Cabral y Rafael Herrera Cabral -y donde nos ayuda Mariano Lebrón Saviñón- Libros. Textos. La casa de C.N. La madre: gran señora del hogar y la delicadeza distinguida. Las hermanas: como en algún poema de Maurice Maeterlinck. Cartas. Papel celeste, letra con tinta azul, letra diáfana y clara. Traje deportivo color naranja pálido. Libros. Teléfono. Textos. "Doce poetas dominicanos". "Cielo del Hombre Eterno-Pláticas Sorprendidas". "La Poesia Sorprendida" (Núm. 2.: "Diálogo con mi alma"). "Cuadernos Dominicanos de Cultura". En el Concierto para piano y orquesta de Grieg -con el maestro Enrique Casal Cbapi de intérprete y conductor-, CiN, escucha a Grieg. El ciclo de las sinfonias de Beethoven, casi enfrente del Parque Colón. Novena Sinfonia. Coral. C.N., lentamente, por el pasillo principal, traje azul mar Caribe. La cabellera recogida hacia arriba. Una flor. "El Himno de la alegria ", pero también la soledad. Washington. Galería Nacional de Bellas Artes. El infierno de la segunda gran guerra mundial en el mundo. Washington. Juan Ramón [iménez y Zenobia Camprubi. Carta de Juan Ramón a Enrique Casal Cbapi desde "Dorcbester House". Washington: "Muchos recuerdos a la encantadora Carmen Natalia con la que pasé unas horas muy buenas. y le incluyo a usted carta para Palm y Baeza Flores, suplicándole que las entregue personalmente. Su amigo, que los abraza. J.R.]. Crónicas de C.N. en "La Opinión" sobre arte y su viaje norteamericano. La poesia de C.N. en la voz lunar y solar de Margarita Contin Aybar en la capital dominicana. Centenario. Tensiones políticas subterráneas. Bacb . Prisión en la Torre del Homenaje de dos cenetistas republicanos españoles. Brahams. Crímenes politicos sin huellas. César Frank. Represión politica interna. Inquietud. 338


Ya no la poesía. Contactos con la resistencia interior. Viriato Fiallo y otros, a través C.N. Ya no la poesía. Conflictos con el régimen. Ya no la poesía. c.N. intermediaria mensaje para el exterior. Ya no la poesía. Arreglo de claves con CN, para la correspondencia futura. Burlar a los agentes de los cuerpos represivos del régimen, que me siguen de día y de noche. Folleto sobre actividades políticas clandestinas y tácticas a C.N. Recoger de C.N. el último mensaje al pasar, antes de partir. Puerta a punto de cerrarse. Una sonrisa entre alentadora y preocupada en C.N. Adiós. PRIMER POEMA CARMEN NA TALlA "Tal vez tendrá una flor cuando despierte ... " Carmen Natalia Martínez Bonilla. "En Aquí me tienes tú ". En el cielo nada sucede, son sólo sombras de las sombras que se recogen, alas que callan, silencios que meditan, estatuas que olvidaron sollozar. Silencio, soledad, ¿y habrá descanso en ser sola, en ser bella? Imagina que el cielo no es TTUÍs que una muchacha dormida que tiembla con un pájaro azul en su mano derecha, que el mar es un hombre que sueña con su padre en el Sur y su casa se florece de nubes, que el viento no es más que una mano que quiere distraerse, que el azul son los ojos de una niña al pie del corazón del aire, que el aire es una brisa al fin de la eternidad que cambia, que la eternidad tiembla por tí cada vez que recuerdas, y que los recuerdos te esperan al final de las hojas cuando cantas. Piensa que el día nace al poniente cuando hay nieve; al Sur, cuando las niñas buscan las rosasnuevas, al Norte, cuando amanece temprano el sueño del jardín. y al Oriente, cuando sonríes tras una pena. El mundo es rápido en olvidar, y es un poco de silencio o de nieve en un poco de sombra.

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Espera aún. Confía en que la brisa es un pájaro perdido, que el hombre anda extraviado en busca de un olvido que no existe, que la infancia se vuelve a abrir cuando la mariposa gira en torno del sueño de una lámpara. Imagina que el amor es un vaso de pena en un vaso de niebla, y que la poesía es un vaso de eterno misterio para no morir o llorar.

SEGUNDA NOTA 1945. Mediados. Caída de Berlin. Hirosbima. Final Segunda Gran Guerra Mundial. Carta literaria de C.N., desde la capital dominicana hasta Bayamo, en el Oriente de Cuba. En la carta literaria de CiN, están las claves de la información de la resistencia interior. Los nombres de literatos y movimientos literarios simbolizan claves de resistentes y acciones contra la tiranía. Nuevas cartas literarias de c.N.: nuevas informaciones sobre la lucha contra la tiranía. Contactos con el frente unido del exilio dominicano, Entrevistas Bayamo, La Habana. Don Enriquillo Henriquez Garcia. Documentos. Soy incluido en la segunda oleada aérea en la expedición de Cayo Confites en avión de funcionarios. Espera. Tensión. Fracaso. La expedición rota. Desastre del destino dominicano. Sorpresa ante inesperada expedición de Luperon. Sólo puede despegar un avión. El infierno. Guerrillas dispersas y muertes. Resto expedicionarios cercados. Violencia en la represión interior. Rolando. El padre. Compañía de Teléfonos. c.N. y la familia en la calle. CiN. frente a la policia política represiva del régimen imperante. Solidaridad exterior, interior, con CN. El exilio. La Habana frente al Malecón. Mensajes del interior. Nuevos exiliados. CiN. en San Juan de Puerto Rico. Cartas. Detalles. Salvador Reyes Valdés, el médico de la expedición de Luperón -entrañable amigo y compañero común- destrozado por los cañones del régimen mientras Salvador cuidaba a un compañero herido en el "Catalina" del desembarco.

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Cartas. Poemas para los dos folletos sobre Luperón. Don Enriquillo Henríquez Garcia. Imprenta de Julio César Martt'nez, lejos de La Habana. Mauricio Báez en el exilio. Larga conversación junto al monumento a Antonio Maceo. Represión del régimen de Trujillo. Crímenes en el exterior - Galindez, Almoina, Hernández, Báez, etc. La poesía de c.N. en la voz de vuelo yola, de raíz y ala, de estrella y huracán, de Maricusa Ornes, en Santo Domingo, Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos. Golpe de Estado del General Batista en marzo de 1952 contra el gobierno constitucional de Cuba. Lucha en las ciudades. El Cuartel Moneada. Fidel Castro. Gano Premio Biografía del Centenario de Martí e ingreso en "Tribuna Libre". Radio. Circuito Nacional Cubano. Campaña por la amnistía de los presos politices. Amnistía. Larga entrevista con Fidel Castro. Barrio El Cerro. La Habana. "Tribuna Libre". Movimiento 26 de Julio. Cranma. "Tribuna Libre". Cartas CcN, Luchas en ciudades y sierras. "Tribuna Libre". Cadena Oriental de Radio. Huelga abril 1958. Recorrido latinoamericano, no incluye Puerto Rico. Triunfo de la Revolución Cubana. Regreso desde Brasil a La Habana. Efervescencia. Fidel. Viaje a Norteamérica: "Pan con Libertad". Don Enriquillo Henríquez Garcia: "Carmen Natalia está en La Habana". Vertiginoso curso de la Revolución Cubana. Enfrentamiento interno entre social demócratas y social cristianos contra partidarios del paso de la Revolución Cubana a la órbita soviética, desde el comienzo de la Revolución en el poder. CN, regresa a Puerto Rico. "Tribuna Libre'! reabierta. C.M. Q. Expedición desde el Oriente de la Isla. Rafaelito Bonilla y otros dominicanos. c.M. Q. Radio Centro. Disco que pasará C.M. Q. Enriquito [iménez Moya, Comandante. Acciones 14 de junio. Represión brutal del régimen de Trujillo. Brutalidad interior y exterior (atentado contra el Presidente Betancourt). O.E.A. Tensión. Asesinato de Trujillo. Transición difícil. c.N.: "El Hombre tras las Rejas". "Colección Baluarte" de "Brigadas Dominicanas". Salida democrática. C.N. en las Naciones Unidas. 341


N. Y. Su nombre en los periódicos como diplomática. Puerto Rico. Nuevos años. Tormentas, interiores y exteriores. Corredores y espacios que nunca se encuentran. Viajes. Carta que no alcanza a llegar a sus manos. El Correo de Puerto Rico: "Devuélvase al remitente". La muerte cierra la puerta de repente. Estupor. Dolor. Ya no hay más. SEG UNDO POEMA TAL VEZ Yo no tengo la culpa de escribir estos versos inostálgicos y tristes! Si nacieron asi.: iqué culpa tengo! No fue porque yo quise ... ¡Pué porque ellos quisieron! Carmen Natalia Martinez Bonilla (1917-1976) Tal vez la luz fue aquel soñar de prisa, y el Paraíso el calor de su mano. Tal vez la poesía nos miraba en un atardecer de pasos rápidos. Tal vez sus ojos, vibración del cielo, sigan mirando en la lluvía que cae. Tal vez sea un suspiro en la penumbra. Sólo el amor retiene los milagros. Tal vez los ojos claros de Quisqueya sean la transparencia de su sueño. Tal vez su mar de amor navega lejos y el río del adiós ya nunca vuelva. Tal vez fue su palabra, su mirada, su pasión, su quejumbre; su Alma Adentro.

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Tal vez lo que no dijo en algún verso, 1JJ brisa lo dirá como en secreto.

Tal vez aún nos espera en algún siglo, al doblar una esquina de silencio.

ALBERTO BAEZA FLORES Ciudad Bosque de Los Arroyos, al pie de la Sierra del Guadarrama, España, febrero 1980.

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DATOS BIOGRAFICOS Carmen Natalia nació en San Pedro de Macorís el día 19 de abril de 1917. Hija de Andrés Martínez Aybar y de Carmen Julia Bonilla Atiles. En la ciudad natal pasó su infancia y su adolescencia, realizando sus estudios secundarios y superiores en la Escuela Normal Salomé Ureña y en la Universidad de Santo Domingo. En el 1939 publicó Alma Adentro, su primer libro de poesías. De 1949 a 1948 fue Directora de Publicidad del Circuito Rialto, empresa dedicada a la distribución de películas de largo metraje. Durante esos años aumenta considerablemente su producción poética, publicando en periódicos y revistas sus poesías. Es esta la etapa en que desarrolla una intensa lucha por la liberación de nuestra tierra y de la dictadura trujillista a través de Juventud Democrática, organizacion de la que ¡ormó parte, siendo uno de sus miembros prominentes. En 1946 se publica su libro Veinte Actitudes y una Epístola (Prosa-Poética). En 1950 escribe sendas versiones para teatro de los cuentos de Perrault, "La Ceniciencia" y "La Bella Durmiente", las que fueron estrenadas en junio de ese mismo año en el Teatro Olimpia de la ciudad de Santo Domingo. La actuación estuvo a cargo de las alumnas de la Academia de Arte Dramático Marujina de Farber, bajo la dirección de Maricusa Ornes. Estas obras se presentaron casi como un desafío a la tiranía de Trujillo, que mantenía a Carmen 345


Natalia confinada en su hogar de la calle Arzobispo Nouel, como castigo por su lucha por la libertad. La escenografía de ambas obras fue diseñada por las pintoras Nidia Serra y Ana Francia Bonnet y realizadas por ellas mismas con la colaboración de don Luis Acevedo. En julio de ese mismo año (1950) Carmen Natalia sale con su familia al exilio. Puerto Rico la recibe y la acoge con simpatía y admiración. En ese país pasa muchos años de fruct ifera producción literaria, y allí echó raíces, dejando entre los puertorriqueños un recuerdo imborrable, de tal manera que se le quiere y honra como si aquella fuera su patria. En el exilio, y animada por el éxito teatral de La Cenicienta y La Bella Durmiente, escribe su obra de Teatro en dos actos Ondina (1951), escrita para ser montada también por la Escuela de Arte Dramático Mamjina de Farber, pero ya en ese año esa escuela no existía, pues su directora tuvo que irse también al exilio. Ondina es estrenada con gran éxito en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico, por la Comedieta Universitaria (1951-1952) bajo la dirección de Victoria Espinosa, con escenografía de Carlos Maricha!' Desde esa fecha, la citada obra se presenta con frecuencia en Escuelas y Teatros Universitarios de Puerto Rico. Durante los años 1950-1962, Carmen Natalia comparte su actividad poética y de dramaturga, con su labor en el Departamento de Trabajo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, donde tuvo a su cargo la División de Promoción de Seguridad. En 1952 escribió, para ser actuada por niños ciegos del Instituto Loaiza Cordero de Puerto Rico, un Auto Sacramental basado en la Anunciación y Natividad del Niño Dios, el que tituló El Milagro de la Epifanía. Fue montado en el Teatro Tapia de San Juan de Puerto Rico, en diciembre de ese mismo año, bajo la dirección de Maricusa ames quien recién había llegado a Puerto Rico, quedándose al igual que Carmen Natalia, en ese acogedor país donde fundó la Academia de Arte Escénico Santo Domingo. En noviembre 346


de 1953 son presentadas, también en el Teatro Tapia, La Cenicienta y La Bella Durmiente, dirigidas por Maricusa Ornes, con coreografía a cargo de la profesora Magdalena de Ferdinandy e iluminación de Francisco Arriví. Se utilizó el mismo diseño escenográfico de las presentaciones del Teatro Olimpia de Santo Domingo. A partir del año 1953 la producción del Teatro Infantil de Carmen Natalia no se detiene. Por encargo de Maricusa Ornes, y para ser presentadas por las alumnas de la Academia de Arte Escénico Santo Domingo escribe varias obras, unas adaptaciones de cuentos tradicionales y otras originales. En 1955 prepara un libreto teatral sobre Estampas de la Pasión de Cristo, que fue presentado en Pantomina, como Teatro Experimental, y actuado por los niños sordomudos del Colegio San Gabriel, de Puerto Rico. Este experimento fue dirigido por Magdalena de Ferdinandy y Maricusa Ornes y presentado en el Teatro Tapia. La parte musical estuvo a cargo del compositor puertorriqueño Amaury Veray. En 1956 la Academia de Arte Escénico Santo Domingo presenta en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico, su versión de "Blanca Nieves y los siete enanitos ". Para esta obra el compositor Amaury Veray compuso la música que fue ejecutada por un grupo de concertistas puertorriqueños (Irma Isera -piano-; Roger Martinez -flauta-; Henry Hutchinson -violín-; Ricardo Morlá -violín-J. La escenografía y el vestuario fueron obra de Carlos Marichal, la coreografía de Magdalena de Ferdinandy, la iluminación de Edwin Silva Marini y la dirección de Maricusa Ornes. En el 1959 obtiene el ler. premio del Festival de Navidad del Ateneo Puertorriqueño, con su poemario L/anto sin término por el hijo nunca llegado. En 1962 escribe El hombre tras las Rejas. Durante ese período escribe para teatro Ha caído un anillo en el mar, Amanex (fantasía indígena), El retorno de la Reina Mab (teatro experimental para ciegos, escrita para las alumnas del Instituto de No Videntes Loaiza Cordero, por encargo de Maricusa Ornes, quien impartía en

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ese centro la clase de Arte Dramático). Estas obras aún están sin publicarse. De los últimos trabajos de esta serie es Cuentos de la Abuelita (Renadío del cantar y del folklore), estrenado en el Teatro Tapia de San Juan de Puerto Rico con motivo del Festival de Música de 1969 del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Esa obra fue producida por Arlequín, grupo que se funaó en 1961 para promover el espectáculo infantil, y del cual fue Carmen Natalia una de las fundadoras. La obra poética de esta escritora fue muy difundida tanto en Puerto Rico, como en numerosos países del continente por el Grupo de Poesía Coreada de Puerto Rico, (dirigido por Maricusa Ornes) pionero en el género, al que acompañó en su gira por Centro América en el 1971. Este grupo montó en forma teatral sus poemas: El hombre tras las rejas y Llanto sin término por el hijo nunca llegado, siendo muy bien acogidos por la crítica y el público. Aspectos importantes del desenvolvimiento de Carmen Natalia son las misiones que desempeñó como Embajadora Alterna de la República Dominicana ante las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos (OEA) durante los años 1962-1965. Su participación en diversas comisiones como UNICEF y su elección como Presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres (1963-1965) la llevaron a realizar múltiples actividades. Participó en las reuniones de la Junta Ejecutiva del UNICEF, como uno de sus 30 miembros, elegidos por el ECOSOC (Consejo Económico y Social) y en las reuniones del Comité de Programa y Presupuesto de dicho organismo, también como uno de sus miembros, elegidos por la Junta Ejecutiva. Participó en los trabajos de la III Asamblea Extraordinaria de la Comisión Interamericana de Mujeres (Washington, mayo de 1963) en la que fue elegida Presidenta del Organismo; y en el Seminario de las Naciones Unidas sobre la condición de la Mujer en el Derecho de Familia (Bogotá, Colombia, 1963), como Delegada de la R.D. y como Presidenta de la Comisión Interamericano de Mujeres. Ade-

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más en las 1/ y 11/ Reuniones Anuales del Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) celebradas en Sao Paulo, Brasil (J 963), en Lima, Perú (J 964), ante las cuales hizo la presentación y defensa del Programa de Capacitación para Mujeres Dirigentes de América, habiendo obtenido la aprobación de dicho programa en ambas reuniones. En la Reunión Interamericana de Ministros de Educación y en la Reunión Extraordinaria del Consejo Interamericano Cultural, al Nivel Ministerial (Bogotá, Colombia, 1963) Carmen Natalia gestionó y obtuvo la aprobación de una resolución favorable a la educación de la mujer campesina :Y a la capacitación de mujeres dirigentes de América. En un recorrido que hizo a través de diez pa íses de América, se entrevistó con Jefes de Estado, Ministros de Relaciones Exteriores, Educación, Trabajo, Salud y otros, y habló ante las organizaciones femeninas para solicitar su apoyo, habiendo obtenido la cantidad de $14,000 para el programa de Capacitación de Mujeres Dirigentes. Una de sus últimas labores fue la participación en el 18° período de sesiones de la Comisión de la Condición Social y Jurídica de la Mujer, de las N. U. (Teherán, Irán, 1965). Todas las obras de teatro de Carmen Natalia, permanecen inéditas, como también sus novelas tituladas Cristóbal y La Victoria; ésta última premiada como la mejor novela dominicana en el Concurso Interamericano Farrer and Reindhart, Washington, 1942. Aspecto en el que también cubre un expediente fue su experiencia en el Cine, en la Radio y en la Televisión de Puerto Rico, para los cuales laboró, teniendo participación destacada en radiodramas presentados por la WIPR, en películas producidas por organismos oficiales yen adaptaciones que como "El Perdón de los Pecados ", "La Victoria ", "Historia de tres Hermanas" y otras, fueron presentadas en Telemundo. Carmen Natalia falleció en Santo Domingo el día 7 de enero de 1976. M.O. 349


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