Lo extraño es que recorriera el mundo sobrevolando esta tierra en completa soledad. Lo extraño es que ninguna de las treinta y nueve especies de aves del paraíso se ofreciera para hacerle compañía en su larga travesía. Lo verdaderamente extraño es que desde hace varios días no me haya cruzado con ningún ser humano. Lo verdaderamente extraño es que el mundo se haya sumergido en esta completa oscuridad y sea un plumero volador el que me ilumina una hora al día. Extraño, sí, muy extraño.