HOLOGRAMAS

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POETAS MARPLATENSES

COLECCIÓN DELAPALABRA Editorial

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DELAPALABRA reúne desde hace más de 20 años a poetas, narradores y dramaturgos marplatenses. Con el paso del tiempo se han sumado escritores de localidades vecinas como Maipú, Miramar, Madariaga y Mar del Sud. Este año damos la bienvenida a Balcarce y Olavarría. Colección DELAPALABRA E-mail: delapalabra@hotmail.com

Foto de tapa: Aldo Paz E-mail: aldoacordate@gmail.com Diseño de tapa: J.M.G. E-mail: marceloma3x@yahoo.com.ar Permitida la reproducción -ya sea electrónica, radial, televisiva, mecánica, fotocopiado, grabado, xerografiado o cualquier otro medio- siempre y cuando se cite el nombre del autor y la fuente. LIBRO DE EDICION ARGENTINA Tirada de esta edición: 100 ejemplares Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723 Impreso en Argentina por Editorial Grafikart E-mail: imprentagrafikart@gmail.com

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“como una escondida orquídea en un valle desierto” Lin Yutang

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MARÍA EUGENIA MILLARES

mariaeugeniamillares@yahoo.com.ar

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PARAJE DESIERTO Cansada arrastro mis pies por este paraje desierto de versos. Es una fiesta a solas esta tarde, sin orquesta ni risas. Inanimado paisaje donde descansa mi sombra.

El umbral vestido de oráculo me invita a desarmar las murallas de mi mente. Desando esta noche el canto y las luces de todas las ciudades y todos los infiernos. Las semillas eternas se dispersan sobre el terreno fértil de los otros.

Respiro el sur en la planicie de mi vientre y el silencio muta los muros de mi cuarto. Sobre la vereda se desviste la lluvia que teje un damero de espera y muerte. Caigo con ella, lento, en el abismo de mi propio cuerpo. Acotado y tortuoso es el límite de esta celda.

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A orillas del río sagrado, las ramas de mi precario nido cobijan solo rezos y dolor. Aguardo un horizonte que me acerque y me bendiga, pero dentro y fuera, mi credo ya no cabe.

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ENCUENTRO Se aglutinan en silencio como insectos el atroz infierno de tu ausencia y la locura del encuentro. Te beso y lo sagrado se desploma, lo bestial se hace himno. Cada roce es germen y llaga. Vibra constante en mi espalda la sospecha del destierro. No hay espacio para las palabras mientras atravieso tus puentes. Cierro los ojos y pongo a salvo las volubles promesas que me hice. Mis dedos muerden las sábanas al saber que no hay enmienda. Ante tu piel se desnudan mis dominios y en mi alma se arrullan el deseo y la muerte. Cuando me acerco a la oscura eternidad de lo prohibido sé que un abismo de tiempo penetra en mí y da comienzo a la inefable espera de tu cuerpo.

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CELOSÍA Trazaron tu destino en horizontal con cortejo de sombra y oro. Sos muralla de siesta soleada donde interior y exterior se encuentran sólo en sueños. Proteges del calor en la medina de los ojos masculinos en el templo y del frío de la inhóspita estepa. Tus ojos descascarados observan el tiempo de otros. A veces, te acaricia la brisa y la cortina de mi cuarto. Tu sombra como flechas de guerrero, tu cuerpo desgastado por el viento. Te toco y exploro tu soledad. Deja que las aves aniden dentro de mí. Mis dedos son los clavos que no dejan que escapes. Espío la calle por tus orificios. Me apena tu sombra crucificada. Se filtra el alba entre tus piernas,

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tamiz que aviva mis sueños de madrugada. Calada se encuentra, sin tus besos, mi alma, en el suelo y en los muros. Tu aliento es filigrana en mi rostro y tus herrajes trinos enmudecidos. Esta noche, las luciérnagas hacen de estrellas en el umbral de tu vientre. Hoy no te trabo por miedo a que me dejes. Te imploro como a un retablo desvencijado: Ven, despréndete y transfórmate en mis alas.

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SU PAISAJE, MI TRISTEZA La condena es suya y es mía. Nace en el valle mientras la acuna la tormenta. Noche de luciérnagas en su horizonte, donde comulgan la insensatez con lo prohibido. En el patio, con fondo de cielo y espinas, siente el frío de no saber la vida. No le está permitido soñar. Sus cabellos imaginan libertades que desconoce. Teje al viento imágenes de escenarios que no le son propios. Tirana es la lluvia cuando desangra sus orillas y una incógnita su centro, sus límites. Sola, peregrina en sus sueños. Lo sagrado es su cuerpo desnudo de río árido. Lo sobrevuela con vidalas de escarcha y alba. Sus pies como raíces en una jaula sin palabras. Las mañanas destruyen el espanto de no desear ser más naturaleza. Tocan sus manos las grutas profundas de un norte invisible. Ve pasar una y otra vez

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el solitario paisaje repetido. La abraza un poncho de rancho y tierra. Ciénaga infértil donde deambulan los deseos. La magia se presenta en una estrella, en lo salvaje reprimido. Pan que viste el trabajo y la rutina. Inhóspitos sus hombros curvados. No resucitan las horas ni los pájaros. Pasajera de una ilusión que se derrumba. Palpo sus rondas y el vacío. Intenso reino donde cabe lo que está muriendo. Se abre la ventana que rechina y, más allá de la hierba, se apaga el sol y el altiplano de su pecho. Mortifica en la quebrada el eco silencioso de este camino que parece errado. Mi contorno es el que asfixia su paraje. Ella me mira y, sin embargo, me sonríe.

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EL MUELLE El ayer golpea y desgasta mis pilotes. Erguido, sin descanso, respiro aquella lejana línea y escucho el óxido de mi cuerpo que avanza. Transitan por mis venas amarras y peces alados. Se suicidan sueños y utopías, uno a uno, desde mis bordes. A veces creo moverme hacia delante y entonces aquella línea se aleja más, como recuerdo esclavo. Nadie se queda para siempre conmigo. Ciudades de brisa y sal anidan en mis húmedos pliegues. Me consuela que el fuego en mis ojos ilumine constante tus olas.

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MAR DEL SUR I Anochece la sonrisa en mi rostro. Los recuerdos se vuelven ásperos. Retorna tu voz de afilados pináculos y siento en mis pies el alambre que ató nuestras horas.

Se disuelve tu piel pulida y ciega en mi amargo y eterno capricho. Tus brazos invisibles me ahogan, se oscurece el iris bajo mis párpados.

En mi espalda llevo clavado tu último beso de mármol. Me ensordece el demente sonido del tiempo que no pasa.

Se enlutan en una trama, tus latidos y mis roces. La sombra intranquila desanda mi cuerpo y los pasos se anudan húmedos.

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Me jala el aire, me revuelca. No te miro. Todo sucede en un segundo. Cada tarde, cuando te cruzo.

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EN EL CAMPO I Manto de flores silvestres. El campo sin brisa ni festejo. Espero inmóvil que formes la tormenta y caigan como cortejo tu lágrimas.

Soy testigo inmutable con esqueleto y raíces de hierro. Observo tu paisaje de sed amarilla Sé que pronto sobre mis brazos bailarán los pájaros y la lluvia.

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CLARISA OLLIVIER

oclarisa@gmail.com – 21 –


BREVES DE CAREY

I

Gira y gira la tierra

como la verdad

Hoy el sol intuye mi nombre

montado en su lomo de fuego

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II

Un lenguaje amarillo

me invita a desandar

otras ruinas primigenias

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III

Unta un dedo

la baba imperfecta del mundo

lanzándose siete veces contra mí

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IV

Cubierto de barro

el vacío

conserva intacta su mueca

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V

Sombrilla sombrero parasol

aléjense de mí

Ustedes adueñándose de mis sombras

debo permanecer abierta de azul y de promesa

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VI

De rodillas

desmembrada

ante un sol pardo

vuelta y vuelta

la mañana sin bordes

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VII

Tres miles yo cayeron muertos

Nadie recoge números ni despojos

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VIII

Un hueco profuso de encarnada intimidad

me cobija en la intemperie

Acuna el aroma de la lengua

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IX

Atravesar una boca

dejando el oficio inacabado:

la pena por deshacerse

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MARÍA HERMINIA ANTELO

maruantelo@yahoo.com.ar – 31 –


A BORGES Surgió enorme la luna en la enramada. Un encaje de luces y de sombras cruzó sus hilos engalanando el patio. Aprovecho estas horas de penumbra para vivir un tiempo desdoblado y recordar estrofas de tu obra mientras también tu musa me acompaña. Quiero decirte, aunque estés muy lejos, no estoy de acuerdo con lo que pregonas. No te olvidan Las Cosas, ni la gente. Te encuentras en todo Buenos Aires, el Riachuelo, Palermo, Recoleta. el tango, zaguanes y almacenes. Tantos mitos, augurios y leyendas nos traen un retrato de otros mundos a donde iremos a olvidar las culpas o a terminar los sueños inconclusos. Pero aquí, en éste, donde está mi cueva mi impronta quedará en los cuadros y en el recuerdo de quienes me amaron. El eco de la voz en las paredes.

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Libros leídos con párrafos marcados. Las notas musicales de Vivaldi con Primavera en las lluviosas tardes. El bastón que ayuda mi andar incierto por las torcidas lajas de las calles. Puño de equino, parido en una noche de negras crines y color dorado. El llavero perdido que no encuentro, porque el olvido lo dejó olvidado. Los peces rojos nadando en la pecera, su único mundo conocido acuático. Mi gato rojizo de ojos grandes que, como el tuyo, también vino de Oriente. Ya ves Borges, la esencia permanece. Tu poesía “Las Cosas” me ha inspirado.

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AL HOMBRE ABANDONADO Entre el ayer y el hoy, un puente cenital se extiende. Pentagrama infinito de la existencia, única y sagrada, que conoce profundo el vivir y el morir de sueños y quimeras repetidos. Una sombra invasora los devora sin dejarlos bajar, subir, volar e indiferente cual medusa extiende sus informes tentáculos para abrazar el cuerpo pálido del ser que ayer fue y hoy ya no es. Llueven colores aquietados. Glicinas, nidos, pájaros, naturaleza pródiga. Uvas maduras para endulzar el paladar de vivos y de muertos. Reverdecer del trigo en los dormidos y salobres campos. Bendición del patriarca al hombre abandonado.

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FERNANDO RAMOS

lunaramos999@gmail.com

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MIS UNIVERSOS Esclavo que manda a esclavo Dos de alto Dos de ancho Dos de profundidad Me enamoro de mi métrica Mi historia no existió Mi historia no existirá Estoy en el infinito Estoy en lo eterno Soy ahora Soy aquí Si te juzgo me estoy juzgando Si te amo me descubro en vos.

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ALDO PAZ

aldoacordate@gmail.com

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SÁBANAS Palpitan los cuerpos en las sábanas rojas En contraste, torbellinos Rojos, fusionados Sus piernas encontraron las mejillas rojas. Palpitan sonidos rojos Encuentro, sincronizado, rojo. Sus manos palpitan sus pechos iluminados rojos Buscan brazas en aritmética roja Ya no son dos sino uno en rojo Fusionan evaden el tiempo traspasan las horas Los cuerpos rojos. Insoportable el rojo gozo de las sensaciones. Transportan los sentidos a los cuerpos rojos. Yacen sus manos que penetran su piel roja. El encuentro olvida las infidelidades en rojo. La barbilla recorre su abdomen, su pelvis, su ser rojo Busca tu encuentro rojo Busca sudor, buscabas un pacto rojo.

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MÓNICA ALICIA HERNANDEZ

lahiza2558@gmail.com

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INTROSPECCIÓN A veces me descubro vacío Un nudo atroz me achica la garganta hace un atado con mis ansiedades las arrastra de tiro hasta mi boca

Allí sostengo el peso de mi alma Un desasosiego me consume

Es tiempo entonces

Decido una caída sin miedo ni retorno.

Me adentro sin barreras hasta la espesa cima de la angustia No temo hacerme preguntas ni temo responderme

Voy de mí hacia mí El diálogo pendular se hace fuerte

Poco pesa el cuerpo El alma se conmueve

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En la soledad inmanente rescato las razones de mi culpa Me eximo de lo inevitable

En el próximo vaivén liviano abrazo mi albedrío.

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DESTINO Pájaros ocres bajan a la tierra tan sólo a morir

EL PROPÓSTIO Detiene todas las promesas buscando la verdad que atraviesa la carne

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IDENTIDAD Años de duda hasta saltar la cerca

La salté

Estoy del otro lado

Soy la misma, aún

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COMIENZOS Nace el capullo rosado y frágil

Mi monólogo estrena utopías

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LIBREVUELO Traspuso el umbral de la costumbre Se sintió genuino en la osadía de imaginar un sueño

EL OTRO En su travesía sin nombre es el testigo secreto que desbarata la soledad

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SOLEDAD Tu recuerdo en la proa es la raíz de la inquietud para sus manos sin destino

SENTIDO Cuando regresas su alma aflora en llanto de miel

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“ORTIBA” NATURAL Tus pasos de agua en el cemento fresco hablan de vos

Vano Insensato

Así te delató la lluvia

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PERDÓN Con un milagro de viento y lluvia limpia tu imagen en su memoria para no olvidarte

ESPERANZA Como hojarasca en el océano espera que seas su brújula. Acaso el futuro

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ARGELIA DÍAZ

argeliaidiaz@hotmail.com – 49 –


RELACIONES Luz, pupilas taladrante ira

Fuego en mí, dentro, siempre

No vienes Apura el final

Desnudez de pisadas quedan ahí

Irreal paraíso adicciones

Sereno pájaro azul velas, cama, seda

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HALO DE LUZ Crepúsculo azaroso de paz En la ventana juegas, te alejas y te vas como una daga

Quédate un poco más solo un minuto para extasiarme con tus rayos de sol en mi persiana

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BRISA Tenue brisa danzan arenas

Espuma de mar navega y vuela

Rocas inmóviles engrandecen miradas

El hecho simple de parar mi vuelo y admirarte

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LAS LEÑAS Impávida montaña viento blanco Siempre estuviste ahí con tu blanca mirada

Majestuosa cordillera nieves eternas

Cóndores surcan alturas belleza inmensurable

Silencioso atardecer

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CALI No sé si eras una mariposa que quiso volar y no tenía alas

O en tu volar tropezaste con la adversidad y las perdiste

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ADICCIÓN Estrecho oscuro casco circunda mi cerebro comprimido, seco provocó mi ceguera

Camino pegajosa y negra Vigorosa caigo, maloliente

Soga sin rienda en mi cuello atrapa, anuda, ahoga

Ávido agujero negro final de finales rienda suelta

Mi desnudez penetra confín que espera

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U. R. 13 Cánulas emergen del cuerpo coloradas, calientes, traslúcidas

Laceración punzante trucó bondad por egoísmo

Dantesca muerte hizo que escaparas hacia cielos azules

Ahí descansas

Demencial circunstancia que entre brazos celestes te liberó ese día

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IVANNA Hija no crezcas

Risa divina

Años simples puros tobogán, hamacas arena, zapatillas

Crecí no me encuentro

Convengamos tu infancia

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CAÑÓN DEL ATUEL Camino del poniente exhalas sonidos de piedras al caer

Camino milenario con sombras que transmiten formas casi humanas

Río serpiente aguas gélidas espuma detenida

Extasiarme con verdes, ocres, azules y marrones

Antes que sucumba en mi muerte y no te vea

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DROGADICCIÓN Galope enfurecido fantasmas mente ahuecada colores

Siderales figuras encuentros vagos se apilan se disparan estrujan apabullan

Silencio sociedad final y muerte

Despierto sola Veo mi nada

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DICE EL MAR Estás ahí historia inevitable

Habita mi hambre

Escucha mis entrañas

Abandoname

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OTRO Sábado lluvioso ocupa mi mañana

Autos distraídos van hacia el hogar

Mujeres y hombres buscan el sustento para sus días

La dejadez del invierno me deja sin palabras

Quiero enriquecer esta penumbra con la luz de tu recuerdo

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PLAYA GRANDE Vacía sol naves puertos

Mis pisadas quedaron en tu playa

Turbia desnudez

Copa de tu noche cala mi mirada

Amanecer arena

Quisiera despegar en infinito espacio hacia el profundo mar ahogando tus rocas

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PSIQUIATRÍA Hospicio planos lúgubres, fríos viven mueren

Espinas púrpuras tallos eléctricos, soles

Aire tibio alcanza sus almas

Nacer, morir ¿para qué?

Tijera lisa de apertura simple los corta

Sociedad, incomprensión pasado traidor los cierra

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DIOS Y ELLOS Pétalos de luz caen del sol y ellos ven caer

Carnosidad que desangra muere aquí

Saltan cabezas crepitantes Escribo nada

Corro hacia ahí busco liberar

Apocalipsis, ellos densa llama

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TERESITA VAGO

teresitavago@hotmail.com – 65 –


ODA A LA TRISTEZA Una lágrima recorre los pétalos más dulces

Tarde singular

Siento los minutos de una casa azul

y me dan ganas de dormir en mi canción de cuna

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¿POR QUÉ NO? Hoy tengo ganas de escribir la mejor poesía

Sí, lo tengo decidido

Sin pretensiones, ni falsas palabras Solo lo que nazca de adentro

Sé que puedo hacerlo bien

¿Por qué no?

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ORIGAMI Parada

en medio de un camino que desconozco

me echo a andar

Sólo me echo a andar.

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EDGARDO SANCHEZ

edgardit@live.com

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LA CARICIA AUSENTE A Juan Arrieta, in memoriam

Sujeto a la correa y al latido cansado, con el perro de saeta recorrías las calles de un planeta en caricia y mascota sostenido.

Mas una tarde fue el paseo herido por el filo abismal de la cuneta, el reloj a las siete dio a retreta y solamente regresó el ladrido.

Cuentan que desde entonces no hay asunto; se resiste a comer, buscando en vano desde el umbral atisba y se voltea.

Pero en las tardes a las siete en punto tu perro ladra, Juan, por esa mano que se durmió al final de la correa.

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MAR DEL PLATA AL OESTE Mar del plata al oeste no cabe en los afiches, escapa de los mapas ciudadanos que miran solo al este, como estatuas. Oculta, avergonzada, su escarnio de paquete de plan alimentario. Tiene versos tallados a cuchillo de alfonsinas de manos fileteras y niños que recitan su candor de rayuela entre los carros.

Mar del Plata al oeste es otra historia: El mismo cielo con distintas pisadas se arremanga de ausencias, cabalga en los andamios, se recrea de atajos y cocina su glamour con garrafas solidarias.

Y sin embargo sueña, porque es el mismo cielo un poco más distante, pero el mismo…

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Mar del plata al oeste otro paisaje ni mar, ni plata, ni arena, solo barro. En los asentamientos actores de reparto saben por Crónica que “estalló el verano” y en piletas de lona se sumerge un andar para siempre vacilante.

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LA FLOR MARCHITA Soy al costado del camino nada, una vicisitud de la sequía, la sombra que proyecta la agonía de la tarde sin miras de alborada.

No hay nadie que repose su mirada en los despojos de esta simetría, ni una mano furtiva de osadía que me arranque del suelo deshojada.

Como no tengo fecha de partida me despeina los pétalos el viento pero persisto trémula y silente.

Y soy por el misterio de la vida una estrella fugaz del firmamento que se apaga sin polen ni simiente.

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DESTINO Hay que hacer equilibrio en las alturas con la palabra a cuestas, explicar a la noche tu presencia nombrando pájaro, luz, hermano, ausencia. Acudir a la cita de la mesa aunque el pan se te escurra de las manos vacías, heladas cual sentencia. Hay que tantear la cuerda a cada instante ciego conteniendo el respiro junto al miedo, aferrado a la nada, sangrando letra a letra en agonía y proseguir erguido o de rodillas sin amparo de red en la caída.

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JUAN MARCELO GONZALEZ

marceloma3x@gmail.com – 75 –


ESPERA y engañando al destino golpeé la puerta y temblaron los cristales JMG

Espera

y cada palabra cuenta como un rosario cargado de perlas de arcones de tesoros caminadas en el aire chorreante de esfuerzo y felicidad porque hablar es dar pasos y correr es música en el movimiento abrupto de los cuerpos es amor entre médanos y alerces es contagio de saliva (sílabas de palabras salivadas)

y espera

y a la luz de la luna la felicidad consumada en parte

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porque le falta el grito porque le sobra el remordimiento

cien ojos dormidos acechan en párpados cansados cien veces no debo cien palabras en barrilete y Dios que se hace el sota y el diablo que alimenta dragones

y espera

y a la vuelta el deseo quiso tener razón y no hubo piedad con el pudor telones rojos cayeron sobre las tablas húmedas de vino y nunca más volvimos a estar vestidos.

y espera

y la imagen muda, porque todo está dicho me observa desde el pasillo mientras se peina

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mientras me seco mientras el mundo gira impune

y espera

y el resonar armónico de tambores metálicos, cadencia masiva alimento del deseo invitación al sexo deja tras la puerta que el mundo perezca de soledad

y espera

y las cuerdas tiemblan pulsadas por mis dedos que te buscan y la tinta corre dibuja laberintos de palabras criptogramas del deseo

y espera

y a la vuelta la soledad nos acompaña

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a través de esa red donde estamos presos tratando de no pensar

y espera

y entre los dedos de los pies la arena se escurre seca de soles de enero húmeda de olas de agosto y con cada grano los segundos fortalecen los músculos que tensan la piel y estiran las comisuras saladas de lágrimas y mar

y espera

y el regocijo me atormenta sumiso la armadura rasgada descubre el pecho enseña las heridas advierte fortaleza pero se rinde al amor porque es el amor lo que ha trasmutado

y espera

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y no llega el mañana

pero se lo espera.

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JOSEFINA FISCHER

josefinafischer@gmail.com

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DESGAJOS Enfrento el espejo alzo la mirada una vez más

las frases en ecos siempre tan muertas/agua estancada hoy se vuelven sabiduría

No logro retener esa lágrima que escapa ligera duele cuando al limpiar el vapor choco otra vez conmigo

Me sujeto de donde sea todo se disuelve

me sujeto de mí misma me disuelvo

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DESDE EL ALA HERIDA Despierto un torbellino desarma las hojas/ desarma el alma que se amontonan en el umbral del sueño

Asoma un suspiro sin tregua gota que se desliza sobre el cristal de la noche

El eco del desvelo retumba en la ausencia de la risa

Desde el ala herida respiro y camino con pies descalzos y el alma desnuda

Tambaleo El rocío me devuelve otra mirada

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EFÍMERO El viento testarudo artesano golpea segundo a segundo la piedra que no se deja intimidar

sin piedad estira sus manos y cuello narra sobre arena y sal lo eternamente efímero

sin rencor salpica la espuma obliga a volver sobre nuestra piel

él mira a través de mí sonríe y me cubre de brillantez sella en un instante lo efímero y lo eterno

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EXISTENCIA Recogerás lo que habita en aquel rincón que te obligaron a olvidar con una espada sin filo

Cediste por Dios o por el prójimo

¿En qué disfraz te ocultarás?

La existencia es desvelo cavar en el jardín del alma, retorcerse como un trapo de piso

El día se hace noche las flores cubren tumbas.

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OCASO La luna trepó por la boca a la sien arrebatando mis hilos, el norte rata de alguna pesadilla desintegra su presencia hasta fundirse en abismo

al árbol que supo abrazar en alto hoy lo detuvo el cristal de sus raíces

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IRREVERSIBLE Volver nunca fue retornar lo sé Al apoyar los bolsos el aire tosco vuelca nostalgia

Aunque el viento quiera alejarlo reverbera un recuerdo Puñalada de escalofrío el almanaque estanco

La leña consumida No crece el árbol talado

Lo irreversible chilla entre los dientes

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REENCUENTRO Las suelas estallan contra el piso a punto de sembrar el fin de la víspera

Mi corazón amortigua lo esperado

Un tronco despliega ramas atrapa sentimientos bebe cicatrices me acuna en arbolada existencia

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MARCELA PREDIERI

marcela.predieri@gmail.com – 89 –


IMPERMANENCIA Te nombro sin cautela con la obstinación de una noche de insomnio

Nuestros bordes se reclinan hasta ser la señal del beso o los labios de una cruz

La clausura va a quedarse en el intento de tus ojos

Una mujer tirana ese adoquín aquel gesto

Es preciso abrir al pez por la garganta para que no muera de asfixia entre mis manos

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POEMA INCONCLUSO el día de mi muerte la quietud será un plagio como esta frase o todas las mentiras

una luz azul la peor de todas velará mi insomnio repetido hasta el hartazgo

una flecha sin blanco sin mí para acertarme

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REINCIDENTE Tengo que animarme a decir que no soy sin los bordes de estas palabras que no significan nada para nadie o para casi todos

aceptar que no me gusto así en vida que se extingue como copa de sábado

No hay nada que el asfalto pueda remediar por eso me encierro

Traidora y poética vuelvo a mí meridiana de noches

como otra Alejandra jugando a ser reina para ocultarme esclava

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GABRIEL AUGUSTO

gabcarlesimo@hotmail.es

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1 Me hacés entrar en la dimensión donde las cosas valen por sí mismas. donde una pipa es una pipa y una manzana manzana. Pero me tengo aterrorizado bien en el fondo, donde un hueso no es hueso, y el corazón perdura como cárcel abandonada.

Mi voz se desprendió de los alambrados, de las alcantarillas donde sobrevive lo que se calla, mi voz nació del espacio entre la muñeca y los clavos.

¡Creamos, todos! Esta nebulosa de latidos robóticos, la espacial lava que se retuerce buscando nido, las lenguas que una vez fueron arcilla se masturban sobre órbitas desoladas, como mis ojos,

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y la primavera, Dios o tus senos.

Las voces que caminaron en puntas de pie, audibles solo por el fuego, se esparcen ahora en este festín caníbal donde solo me encuentro yo.

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2 Fuimos socios en la podredumbre detrás de las cortinas del aire nos mordimos los labios endeudados de pájaros. En medio de la sombra se abrió un diccionario solipsista y corrupto y solipsista y corrupto. Queda rebasando este hueco, una idea, una razón gateando entre celdas. Sudamos una flor carcomida, un déjà vu de saliva decomisada, una voluntad de cornisa al bordo del corazón afilado que chorrea su voz y se masturba y sal metafísica y sal soldada. La hipnótica transparencia me viola como olas de cuales me alejo, para fornicarme la carne desbordada de idiomas. Olas llenas impaciencia

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olas como relámpagos mudos del sueño. Planeo desertar. Planeo escabullirme Hacia la densidad de venas pobladas por un solitario olor a huesos y bandera. Planeo quitarme los órganos y abandonarlos, y vaciar mi cerebro entre los muslos de la verdad confundida.

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3 Recorro las calles vaciado de nubes y arcilla, de vulgares estampidas que aún así deslizan su lengua confusa por entre mis entrañas. Acabado de aire desnudo en la prolija oscuridad, de donde descienden, como alpinistas fantasmas, mis sentidos. Nos queda el reflejo de lo no sucedido en el agua roja del tiempo, nos queda la intransigencia cósmica como anillo o talismán, para morder, más allá, las alas del silencio.

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4 Todos salen de los pozos, yo me quedo. A veces parece, simula, luz de estrella, gota de cianuro.

Me visitan gusanos con graciosas galeras, dibujan telarañas las avispas que por turismo, que por elocuencia destruida, muerden mis costillas. Podría volver a dormir en un cinco estrellas en Nueva York, o irme a boludear a la India, fingir ascetismo, comprarme otro Mercedes Benz. O podría simplemente volarme la cabeza.

Todos salen de los huecos, yo me quedo. Miro adentro, mi piel como barba de doscientos siglos

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que se enreda a mis pies. Repaso el sabor de las 150 mujeres con quienes dormí, o debería decir cuerpos.

Me aturde el fuego celeste, la colosal transparencia rasguñada. Acaban de amputarle las piernas a otro pobre idiota, una bomba. Acaba de volverse un poco más autista Dios.

No hay destino ni fábrica de alas ni consorcio cósmico, a menos que creas en ello a menos que lo crees desde las uñas a la raíz hasta la sangre el aire Y te convenzas y convenzas y pretendas y pretendas que un cochebomba vino del cielo, al igual que un F1CT.

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LUIS ESCOBAR

luislupreste@yahoo.com.ar – 101 –


RESCATES I de Espejos Descalzos

* En las alas húmedas del patio picotean los espejos. * Lo inalcanzable era esa triste visión de una mujer descalza. * Te sacudías la ausencia de la tarde para que los pájaros anidaran en el hueco de tus pies. * Crucificado al mar se entretejen sogas sobre el muro de la luna.

* Me abraza en esa foto idéntica a las palmas en las uvas.

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RESCATES II de Después de los Pájaros

* Blancas trastabillan las olas antes de morir Por eso prendió la luz del mar y dijo: Quiero pintarte los ojos de azul como antes.

* La mujer valle genital con sus pájaros de agua será molinos en su pelaje o disgusto de nacer modorras del minero.

* Ahora en el tacto de otra luna que ya no es mi cerebro camino el hombre que no voy a ser.

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* Todavía no se le caen los ojos a la quietud triste del dormido.

* Ahora el viento me pertenece hasta tocarla.

* Esto que estoy diciendo en el fondo de la mesa es una ropa mal lavada que no se discute.

* Tan en vos vuelvo a ser pozo agua muerte de lluvia.

* Qué ojos aconsejaron navajas donde la melancolía era mujer.

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ÍNDICE María Eugenia Millares – Pág. 9 Clarisa Ollivier – Pág. 21 María Herminia Antelo – Pág. 31 Fernando Ramos – Pág.35 Aldo Paz – Pág.37 Mónica Alicia Hernandez – Pág.39 Argelia Díaz – Pág.49 Teresita Vago – Pág.65 Edgardo Sanchez – Pág.69 Juan Marcelo Gonzalez – Pág.75 Josefina Fischer – Pág.81 Marcela Predieri – Pág.89 Gabriel Augusto – Pág.93 Luis Escobar – Pág.101

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Este libro se terminĂł de imprimir durante el mes de Diciembre de 2015 Editorial

Tirada 100 Ejemplares imprentagrafikart@gmail.com

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