Vida en tinta

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Vida en tinta Poemario

María Guillermina Sánchez Magariños


ISBN 978-613-9-42613-3 Copyright:Maria Guillermina Sanchez Copyright 2019 International Book Market Service Ltd. Member of OmniScriptum Publishing Group

Permitida la reproducción —ya sea electrónica, radial, televisiva, mecánica, fotocopiado, grabado, xerografiado o cualquier otro medio— siempre que se cite el nombre del autor y la fuente.


Vida en tinta

María Guillermina Sánchez Magariños

2019


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ADN

Corazón pasa de uva Senos inertes Ojos sin luz Boca de sapo Piel huérfana Pulmón de nicotina Rodillas como piedras Hombros crucificados Espalda tiesa Pelvis yerma Manos vacías Pies anudados Cerebro fantasma Mujer deshecha

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ANONIMATO

“Y te pregunta sin interés por la respuesta… ¿Trajiste la llave?” “Procura de la poesía” – Carlos Drummond de Andrade

El dolor se agazapa tras la careta de la hipocresía. El gesto sonriente es un muro blanco donde la voz queda presa. Los ojos, aislados postigos, en silencio advierten: “¿Trajiste la llave?” Suplican, sollozan, arengan. Amar sin tapujos resuelve el enigma, derrumba el encierro. Cae la máscara trizada y el rostro anquilosado recupera la veracidad del nombre.

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ARTE ALGEOMÉTRICO

En el triángulo infiel los vértices son celos y culpa. El cateto disfrazado de oveja traza la espiral del desengaño. Como barro se desmoronan mentiras piramidales ante el logaritmo de la verdad. La negación es tangente por donde huye el amor con el alfa entre las patas. Y no hay teorema válido para la hipótesis amoníaca del miedo.

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CAPTURA NEGRA

Desde la banquina levanta las redes de un pasado deshecho. Cartas ilegibles, muñecas desmembradas, algún llanto enmohecido. La boca de océano vomita pestilencias. No hay rescate entre tanto recuerdo empetrolado. Devuelve la pesca a las profundidades con marcaciones de boyas —advertencia para que la próxima vez arroje los aparejos en otro lado— Regresa con las manos escamadas. El reloj del muelle acierta sus agujas arpones en las horas críticas que nunca dejarán de ser un lastre.

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CICLOS

Hay un tiempo para el hombre y otro para Dios. ¿Cómo medir el parpadeo de una estrella? ¿Cuánto transcurre entre el tic tac de un reloj? El amor tiene algo de divino cuando se vive el placer de la hora veinticinco. Sólo así se entiende que la vida quepa en un segundo y que tus ojos marquen mi compás de espera.

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CÓCTEL

Gira en remolinos el cuerpo inmóvil anudado a la jeringa. El filo del rojo punzante saca chispas en las pupilas. La piel suda violetas ahumados. Un verde metralla fusila los espasmos que devoran el cerebro. Flash de colores lisérgicos. Se desvanece la memoria en el sopor del tiempo azul. Regresión al punto embrionario dentro de burbujas amarillas. mamar la paz dormir el olvido quietud de la nada ciega

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COMENSALES Seduce la botella de champagne dentro de su blindaje helado. Esconde las curvas demi sec tras la estola de una servilleta, esperando el momento oportuno en ser la reina de la gala. Medias sombras huidizas, espíritus de candelabros, lamen las cuerdas del violín cómplice. La joven, ojos gatunos, acaricia la mano de abultada billetera, sospechando el postre con veinte quilates. La baba del hombre maduro es hilo goloso devorando el escote translúcido. El menú ofrece sexo a la carta. La última copa de burbujas apedrea bigotes y avaricia. Se van los tacos agujas acuchillando la noche. Los billetes contratan una nueva compañía y la botella ríe burlona la estupidez humana. Nunca excluyas al convidado de piedra. 13


CONJURO DIVINO

El horizonte engulle agua y cielo. Bautismo de pies bajo la espuma de olas aceradas. ExtraĂąo mar cobrizo reta a duelo un sol llameante. Misticismo y guijarros. Apertura de plexos. Donde la arena despoja su humedad ruedan confidencias por los mĂŠdanos. ConspiraciĂłn de virtudes divinas que disgregan trinidades. Con las zapatillas al hombro, el Padre de Dios, regresa de la playa.

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DESAMOR

Hambre de amor en las dunas de la pelvis. Amor recetado en cuenta gotas. Amor insomne de horas vacías. Amor necio, escondido, impune. Amor encorsetado, con muletas, rengo. El no amor indiferente, apático. Rasguños de amor bajo la piel cercenada que se deshoja a ciegas. Hidratación y muerte.

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DESCALZOS “los juncos agrupados en los anchos pies del aire” Federico García Lorca

El viento jugueteaba con mi pelo y la punta del mantel arropaba las sobras del hambre. Vos no decías nada, dejabas pasar las nubes amotinadas en el horizonte. Yo no decía nada, dejaba caer mis breteles sobre la desnudez de los hombros. El árbol murmuraba con crujidos su protesta de ramas en rebeldía. Era una tarde de esperas. Tenías los ojos cerrados, el cuello de la camisa aleteaba sudores de vino tinto. Los míos estaban abiertos, espiaban la dejadez seductora de tu cuerpo abandonado. Prendí un cigarrillo para sosegar la impaciencia. El humo bostezó entre mi pelo revuelto. Tus dedos, apenas, rasguñaron la hierba e incliné mi cabeza. 16


Con la envidia de sentir “los juncos agrupados en los anchos pies del aire” me apretujé a tu espalda y, sin ánimo de asustar la siesta, me adormecí a tu lado.

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DESMADRE SENSATO

Madre hay una sola, la madre biológica. Madres a montones, las madres sustitutas. Madres de útero y madres del alma. Eva, absoluta madre del género humano. Inmaculada Virgen María, Madre intercesora ante Cristo. Teresa de Calcuta, Madre suprema de la misericordia. Madres de Plaza de Mayo, destetados pañuelos blancos. Madraza, mamá gallina, sobre protectora y almibarada. Nodriza, madre de pecho, alimento de lo impropio. Madrastra, madre necesariamente impuesta. Madre castradora, culpable de acomplejadas proles. Madrina, madre guardiana del espíritu. Madre soltera, marginada por impetuosa. Madre política, la suegra, madre diplomática o déspota. 18


Madreperla, valioso capricho de la madre naturaleza. La holgazanerĂ­a, madre de todos los vicios, del mĂĄs antiguo, el de la puta madre.

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DICOTOMÍA

al unísono dos bocas se dilatan dolor punzante versus sequedad invasora placer desmesurado e inundación amniótica jadeos en la garganta y espasmos en el vientre sudores fríos por la espalda o goteo cálido entre muslos palabras amordazadas dejan oír el llanto labios pálidos frente a labios rojos fuerza contenida en puños oprimidos desenfreno inevitable de músculos pelvianos estalla la simiente aluvión de sangre nueva la tercera boca anuncia su diálogo con leche inédita de madre

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DOBLE NATURALEZA

En la cumbre de la montaña, donde el sol fucsia desfila sus tropas de rayos, sobrevuela un águila de hierro. Quijote de muerte alada, su ojo es botón de ira en busca de la rosa oculta. No tolera mayor belleza que la suya propia. Centinela infinito, vientos vasallos reverencian sus acrobacias. La flor, minúscula, en la planicie encierra esencias de femineidad entre castillos rocosos. No entiende de odios, angustias ni mentiras. Sus pétalos nobles, engalanan la virginidad de una naturaleza orfebre. El águila sale a escena y desciende flecha mortífera hacia el capullo inocente. Sus garras deshojan, aniquilan, el simple derecho a florecer. Impávido, el cielo llora polvos perfumados y el sol retira sus tropas a punto del colapso. 21


El ave cree retomar su trono pero la rosa resucitarรก otra primavera, en el eterno ciclo del amor verdadero.

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EL FRUTO DE LA POESÍA

En el mundo hostil que nos destina a un cerebro de huecas palabras, la poesía da sosiego. Los hombres han perdido la capacidad de sorprenderse. Tienen cerrados sus oídos, el ojo mira y no ve. Habrá que dar rienda suelta a lo ridículo, a la insolencia desvergonzada. ¡Qué desdicha es tener nariz y no oler las flores! El mundo necesita la luz vivificante de la poesía, que lo despierten a sacudones para recuperar los sueños y dar mejores frutos.

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ENFRENTAMIENTO Banshee: en la mitología irlandesa, criatura que suele presentarse como augurio de muerte.

A lomo de cuervos espíritus femeninos rondan la noche. Hijas de la niebla, sus vestiduras desgarran fuegos sin formas. Espectros de luna. Presagio de muerte. El caminante desoye aullidos que juzgan. Como señor de la colina desafía la esencia tenebrosa. Una piedra oscilante ensombrece el área de su estúpida cabeza. El acero del llanto desangra gota a gota la soberbia moribunda. 24


Bajo la luz de una verdad mitolรณgica el cuerpo decapitado cae vencido en la grieta.

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FEBRERO EN LA CUESTA

El río murmura tu nombre en la mansedumbre de la hoya y en la bravura de la cascada. El viento peina tus cabellos enredados en los cardones, los adorna con zarzamoras y los perfuma de peperina. El cerro custodia las huellas de tu andar hacia las altas cumbres por senderos de mariposas y pájaros cantores. Todo tu corazón es naturaleza pura. El aire se puebla de alegría, bailas con la lluvia y me besas con el sol. Me das tu abrazo de estrellas para que duerma tranquila sobre el césped de tus pestañas. Las piedras atesoran el entusiasmo de tu mirada en el reverberar de la mica. Cada mañana abro los ojos y te contemplo en el espejo del cielo. Piso la tierra, la misma que te contiene, que me ofrece tus hijos si muerdo una manzana. 26


Vos y yo juntas, jugando como niñas a chapotear en arroyos, a escondernos en los bosques y gritar ¡te amo! mientras nos descubrimos creciendo. Si huelo las magnolias, tengo tu perfume; si escucho las cotorras, tengo tu voz; si me encandila la luna, tengo tus ojos; si avanzo contra la corriente, tengo tu fuerza. Aquí y ahora, con tanto verde pino, tanto celeste cielo y doradas aguas celebro que estés conmigo y que también me nombres.

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FIGURAS Sobre la obra plástica Figuras de Lino Enea Spilimbergo -1937

Esferas, cilindros, volúmenes netos. Tensión en los rostros de Germaine, la madre, y su hijo Antonio. Vínculo potente en el origen de la vida y su permanencia. Protección del brazo maduro en la espera inquietante. Azul, marrón, rojo testimonios obligados de cotidianeidad en Lino Enea Spilimbergo. Siluetas de pie con aires provocativos. El ojo izquierdo femenino, pupila imperturbable, desnuda en lo profundo la edad de la ciruela.

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FLAGELO

Palpo el silencio de la noche muda apelmazada a mis huesos. La soledad muerde ahoga crucifica. Escribo. Invento otro yo que me acompaĂąa. Absurdo reflejo de agrandar prisiones. Las palabras tiemblan ante la mordaza del miedo. Alguien muere ahorcado por su nombre.

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FLORES DISPERSAS EN EL MAR

Hay una hora imprecisa donde el mar desata su cabellera. Puede ser en el instante en que las gaviotas desayunan el sol o cuando las almejas deciden dormir. Nunca se sabe, así es de caprichosa la femineidad de las aguas. Sí, porque le hemos cambiado el género sin pedirle permiso. Las cosas por su nombre: la mar, útero primario de vida. Y como mujer entera, cabal e indiscutible, recurre al símbolo hembra de la flor. Se viste con jazmines de caracolas, claveles de noctilucas o simples margaritas de algas. Todo un jardín líquido de perfumes salobres dispersos en la trenza de la arena. Por eso, caminante de las playas, estate atento. Si te pilla descalzo es posible que un rosal te cubra los tobillos. Si recoges una piedra, tal vez en tus dedos se engarce una orquídea. 30


No te resistas, es inĂştil, acepta las flores abandonadas de la cabellera espumosa y regresa convencido de que has caĂ­do en sus redes, de que te has enamorado de ella, la mar. La mar que durante siglos anduvo buscĂĄndote.

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GANAS TRUNCAS

El tango viril chorrea las paredes. Paredes sordas de cafetín malevo. Malevo engominado y saco a rayas. Rayas oscuras, meridianos de piernas. Piernas y firuletes se ciñen. Ciñen los escotes goma espuma. Goma espuma en labios y codicias. Codicias que emborrachan los deseos. Deseos de estaquearla de parado. Parado, apura la copa flaca de vino. Vino en busca de sus besos adhesivos. Adhesivos los zapatos al borde de la pista. Pista que la hembra no le tira. Tira el pucho cómplice en algún vaso vacío. Vacío y despechado, se pierde en la noche fusilada

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IMSOMNIO

Con la luna en los ojos pinto de blanco las paredes ante el negro aluvión de pensamientos. No logro arrancarles la lengua a las voces que habitan mi almohada. Cómplice, el reloj retrocede sus horas inmortales para que la noche no se descuelgue del friso. Crucificada a la vigilia aguardo el último fragmento de mi ensordecedor monólogo.

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INDECISA

La razรณn llama, el corazรณn no responde. O viceversa. Despareja lucha donde nunca hay empate. Siempre contra la corriente o a favor del viento, como hojas arremolinadas. Inseguridad palpable, destino de veleta, alteraciรณn del tiempo. Mi tren descarrila en carrera incierta.

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INFORME SOBRE EL CLOROFORMO

Soñar con los ojos despiertos, bajo los rayos del sol, el ayuno del amor de invierno. Soñar con los ojos dormidos, en cuna de seda, el humo final del cigarrillo. Soñar el cansancio de dioses, noches de vinos y fantasmagorías, el cuerpo con sus huesos pobres. Soñar la fatal pesadilla en la siesta lluviosa y en la sangre, tortas fritas. Soñar el inconsciente nefasto, ajena la mente virginal a las trampas del espíritu enajenado. Soñar por vanidad el mismo sueño repetido. Y negarse porque sí a recordar. Soñar obediente al cloroformo, no sentir el flujo de la vida, recibir la muerte blanca sin agobio.

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INTERRUPCIÓN

Cuatro guardianes del orden abandonan sus tareas, impotentes de suciedad bajan los brazos. Trabajaron en equipo, se esforzaron. La escoba no barrió penas, el secador no enjugó lágrimas, el escobillón y la pala no tuvieron fuerzas de recoger la basura dolorosa. Hace algún tiempo, en las siestas condensadas de la infancia, cinco hermanos se divertían con tierra y agua. Se hundieron de golpe las baldosas del patio, se salpicaron de barro las paredes blancas. Se acallaron las risas, una de las niñas quedó cautiva con los pies ensangrentados. 36


En un rincรณn del patio los utensilios de limpieza permanecen unidos. Esperan que el sol seque los zapatos embarrados.

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LA AMBIGÜEDAD DEL FUEGO

Yo enciendo el fósforo. Vos encendés la vela. Es ese instante que nos esconde entre sombras. La persistencia que delata dos rostros indecentes. En el fulgor primario, concedemos alianzas prendidos de inocencia. En la luz postrera, inauguramos distancias recubiertos de culpas. La vida es antorcha, ni fugaz ni perenne ni mínima ni excelsa. Liberadora, si uno de los dos la reduce a cenizas con un soplo de clemencia.

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LOCURA

DiversiĂłn obstinada de la piel tristeza que desanda heridas. Aflora soledad en poros. El banco descarnado incrusta sus huesos en la espalda inĂştil de la espera. Por baldosones rojos transitan dos enamorados. Burla del amor ajeno. Las almas bailan bajo la luz de un poste, abren invisibles sus llagas entre risas absurdas por tanto dolor endiosado. Comedia del destino: amar la propia desdicha y tratar de no cambiar nada.

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NOCHE CIEGA

Noche ausente de estrellas y luna en exilio. Es ojo profundo con vendajes de sombras. Busca ver las heridas en la tierra: el desmadre del río, la raíz desnuda del árbol, el cerro despellejado de piedras. Cicatrices acuñadas por lluvias y vientos. La calma sigue al infortunio donde la noche ha quedado ciega. Ciega pero no muda. Sobre el susurro de los grillos que se arremangan las alas, despunta la protesta de los sapos ante la insolencia desbordante del arroyo. Un búho chilla confundido. No encuentra morada, no hay rastros de postes ni alambrados. Ajena a los fantasmas del azote, una luciérnaga mancha de inocencia la negrura imperante. Nacida en el ocaso, morirá al amanecer sin tiempo suficiente de vivir decepciones. Yo quisiera tener luciérnagas en los ojos.

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NOCTURNO Sobre la obra pictórica Nocturne Joan Miró - 1940

Vértigo de colores sobre el lienzo verde abotellado. Salpicaduras de rojos insolentes entre negros surcos. Explosión azul en la soledad de la estrella. Un ojo acusa la timidez de ciertos amarillos. Parodias de rostros se amotinan tras espirales y huellas de pájaros. La araña teje misterios por la noche aglomerada donde el pincel grita el capricho de su locura en el único pigmento blanco.

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OBSTINACIĂ“N

El mar de tus ojos me devora. Un torbellino rompe en espumas hirientes la roca verde de tus pupilas. Penetro la tormenta en vuelo rasante de gaviota. El suspiro de un tango, eclipsado en el tiempo, arrebata mis alas. Planeo entre cejas amando cada arruga y, seducida, caigo en picada sobre la cicatriz ramera de tus labios. El horizonte suda aromas de tabaco, la lluvia me desangra. Tras los cristales, la niĂąa es llanto sin consuelo. La gaviota ha perdido sus plumas negras.

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OPUESTOS COINCIDENTES

Al término del principio, el todo carente invadió la nada henchida. Los genes incorpóreos de la materia estáticos partieron a gritos callados. En pacífica lucha, la nada masculina obedeció sublevada el mandato femenino y, en un descuido atento de fortuita causalidad, quedó dormida despierta. Trastocado su orden, se vio desnuda en vestido de alas. La nada del comienzo, nacida Adán, se deshizo en el ave frente al todo final de Eva.

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ORALIDAD

Se abisma el inconsciente preso en la telaraña del pasado. Historias pueriles encumbran torres de arena, honduras de falacias. La mente oculta espacios inconfesables tras hilos simétricos invisibles. Murallas traumáticas resisten el triángulo de la lágrima. La razón sola lenta aspira inútil el aire deshecho en plumajes de palabras

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PASO PREVIO

Los gusanos ponen sus larvas en el cerebro. Abren túneles de salida, perforan tímpanos, se asoman por la nariz. Cientos de mandíbulas devoran la lengua y caen en cascada desde la boca ausente de labios. Invaden corazón, pulmones. La sangre engorda legiones de ascárides. El estómago, agujero de pus y baba. Brazos y piernas dejan entrever huecos blancos. Nada queda reconocible del ser que continúa su existencia criando gusanos. Caronte apela a su memoria de tiempos de epidemias, guerras, hambrunas y por fin, se acuerda de llevarlo.

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PECES Y LETRAS

Él pesca. Afila el anzuelo, anuda la carnada, elige el plomo grande y lanza la línea con movimiento preciso. Ella lee. Respira profundo, proyecta su sombra sobre el libro, señala con el dedo, y da vuelta las hojas. El único que habla es el mar.

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POSDATA

La casa muerta conspira. Sobre mi cabeza un hueco destejado acopia viento y lluvia. (ventanas maltrechas, colgajos de piel ladrillo) El sol devora en el poniente aquello que alguna vez fue mĂ­o. (el monte maduro, el hilo fresco del arroyo) Mis ojos en sombras olvidan su filo. Nada queda en pie, solo un recuerdo inexacto de cosas antes vivas.

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PREFERENCIAS

Serás lo que debas ser cuando reconozcas el sueño paciente de la oruga, la sed eterna de los cactus, la consumación inevitable de la aurora. Cuando aceptes la caída de los dientes, el olvido del paraguas, la insistencia de las moscas. Sino, harás carne el colmillo del tiempo, la espina de lo fatuo, el cuchillo de la sombra o no serás nada.

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PUNTO DE QUIEBRE

A sangre y fuego el dolor se aferra a los nudillos. El cachetazo le cierra la boca al sol falto de escudo. Amor que no sana, no comprende, se impacienta. VendrĂĄ el amanecer, es muy probable, pero el azote de tu espalda ha hecho astillas las tejas de mis sueĂąos.

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RASGADURA

Luchan las sombras con gritos ahogados. Violación sin tapujos. Las manos usurpan corpiño y bombacha. Los puños son fustas, rostro partido, sucia la saliva. Colapso Oscuridad Flojos, los muslos acatan la imposición. Un falo tarántula rasguña orgasmos. La vagina cuaja ponzoña, infamia y ratas. Por lo bajo silba, ya no importa total, otra prostituta.

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RAUDAL DE AGUA

Tamborilean las tejas. Como perros mojados se sacuden los árboles. En charcos de lodo se ahogan los sapos. Diluvio de sangre, tormenta del cuerpo. Ennegrecen las manos moho de caricias viejas. Relampaguea la ira la oscuridad del cuarto. Promesa de lluvia sanar las heridas. Una soledad huérfana ansía el regazo del césped húmedo. Ventanal abierto al cachetazo del frío. Los pies retan a duelo al gallo de la veleta y el vacío atestigua los brazos en cruz. La calma, como nunca, anestesia.

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RECONCILIACIÓN

Vienes a mí en cristales efervescentes. Lames mis orillas sedientas de esperanza y miel. Tu horizonte en raya abraza mis desbordes con tules espumosos. Sumerjo en tu vientre las manos ácimas y voy hacia ti vestida de ángel.

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RECONQUISTA Luces diminutas ametrallan las paredes. En humo de pólvora se enredan sábanas y goces y un espejo atrapa espacios compartidos cuerpo a tierra. Tras la espalda dormida de mujer se parapeta un soldado niño. Sus manos acarician contornos curvos de trinchera. El albatros herido de sus ojos desciende a morir junto a los senos y con jirones de caricias el corazón pide tregua. En sus oídos carga el fragor de los orgasmos que ordena avanzar bajo la línea de fuego. Los dedos entumecidos palpan tibieza en la cuna del vientre y el mortero descansa entre muslos nevados. El niño duerme a la sombra de ese cuerpo de mujer y en su sueño un viejo combatiente recupera las islas en la inmensidad de la entrepierna. 53


SED DE VENGANZA

Abre la boca para liberar sapos y culebras. Es tiempo de matar crueldades, reventar mentiras lentas como caracoles, hacer justicia por mano propia. El odio añejado rompe los diques de la mirada. Murciélagos en estampida muerden la yugular. Sangradura y caos. Las aspas filosas de la lengua trituran promesas ficticias. Nada queda en pie. Entre los escombros ratas devoran sesos y engaños. Cierra la boca, da vuelta la cara. Se aleja pisando hipocresías muertas.

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SILENCIO Y LLUVIA

silencio y lluvia azotando la carretera mi corazón viaja sin boleto de regreso no hubo adioses tampoco habrá bienvenida nadie me espera la palabra es un relámpago que muere en tu horizonte mudo la butaca devora mi cuerpo ya no interesa el punto de llegada el micro es un gusano que me obliga a transitar sus intestinos no hay respuesta al pedido de socorro no hay piedad el grito se pierde en la distancia camino a tu buzón de entrada el sueño desobedece a la pastilla el tumulto de pensamientos es inmune a la receta de terapia la vida no tiene remedio

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SONORIDADES

Oye el ronquido de las velas, las burbujas del vino en la sangre, como ríe el placer en las sábanas transpiradas. No hay mordaza en la oreja para el grito apasionado. Vibran los resortes de la cama, la luna palpita en los pezones, se llueve el techo en charcos de alboroto. Tu bigote es una pintura muerta en el desvelo. ¿No oyes? ¡No amas!

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TORMENTO

Un frío arcaico, secuela de inviernos forzosos, destempló el alma. Noches de lluvia y soledad aguó el encanto de la luna plena. Dicen los huesos que la tempestad se avecina. La mente vigilante da su voz de alerta. Socorren nostalgias de cunas y manos arropadas. El cuerpo acusa pronóstico reservado. En las antiguas cicatrices, más dolientes que antaño, se desflora la madrugada.

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TRIANGULO GRIEGO Penélope teje que teje con sus manos sin hombre vacías de caricias. En cada suspiro la trama del amor se deshilacha. Detrás de los lentes, los ojos de Ulises se agigantan y su único aro brilla en la noche del recuerdo. Penélope teje y reteje. Empeñada en su labor repite obsesiva: un derecho, un revés, un derecho, un revés... Cuando la boca fantasmal del marido ausente muerde sus labios inquietos, las agujas menguan los puntos y el azar confecciona el organdí blanco de novia. La madeja de sus emociones es un embrollo de hilo infinito. Como una araña hábil que jamás agota sus extensiones de seda, la rueca de su vulva 58


hila vellones húmedos de leche de coco. Penélope recontrateje. El tejido aumenta, repta y se pierde bajo sus pies. Es un ejército de fibras en busca de la victoria. ¡Troya, Troya, Troya! brama la espada erecta de Ulises. Sus manos titánicas empuñan el seno palpitante de una Helena vencida, aún antes de la batalla. La amante de Paris cede su trono y se entrega a la fuerza bruta. El caballo de madera transpira, relincha y se encabrita, de su vientre se descuelga el blanco manto de encaje. Los dedos de Ulises desgarran, penetran agujeros de puntos perdidos, exploran la urdiembre y se endulzan con tibia leche. 59


El grito voluptuoso del rey de Itaca inflama las hebras. Una corriente orgásmica retrocede en loca carrera hacia las agujas febriles. Penélope jadea, se le eriza el vello del pubis. Hipnotizada aúlla ¡derecho, siempre derecho! El tejido se tensa, la rueca se detiene. Penélope cierra los puntos, los ojos y las piernas. Catorce años esperó el regreso del amado. Sus manos llagadas descansan envueltas en el encaje blanco.

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TUMBAS SIN HABLA

Las palabras envejecen de tanto nombrarlas. Amadas y supremas yacen en el olvido. Ósculo. Querubín. Habitantes antiguas de cartas sonrojadas por el beso del papel secante. La lengua insensata las condenó a un entierro sin ceremonias. Surgieron brigadistas del neohabla, aludes de metáforas invencibles. Pájaros encastillados. Huracamiento de la razón. Memorables plumas vagan por el alfabeto y sobre sepulcros rehenes dejan su rúbrica fileteada. Absurdeces del tiempo.

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URGENCIA

Ondas eléctricas destrozadas cemento de contacto frío en los huesos manto de piedra para tus diez gastados años. Piedra libre, maldito paco, knock aut técnico al cerebro ahogado. Basta, pido gancho asesina sociedad que descarta niños con el cordón de la vereda como almohada. Basta para mí, basta para todos los que no reaccionamos. A gritos pido punto final a los aullidos.

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VIGILIA

Las llamas caníbales regurgitan los últimos alientos de las velas. Ha muerto la botella de vino y en el plato desnudo se exculpan las alianzas. Inútil espera. Ebrio, se envuelve en sábanas carentes de piel comprometida. Otra noche más en que el engaño se prueba su piyama.

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Índice ADN...................................................................................7 ANONIMATO...................................................................8 ARTE ALGEOMÉTRICO.................................................9 CAPTURA NEGRA........................................................10 CICLOS...........................................................................11 CÓCTEL..........................................................................12 COMENSALES...............................................................13 CONJURO DIVINO........................................................14 DESAMOR......................................................................15 DESCALZOS..................................................................16 DESMADRE SENSATO.................................................18 DICOTOMÍA ..................................................................20 DOBLE NATURALEZA.................................................21 EL FRUTO DE LA POESÍA...........................................23 ENFRENTAMIENTO.....................................................24 FEBRERO EN LA CUESTA...........................................26 FIGURAS........................................................................28 FLAGELO.......................................................................29 FLORES DISPERSAS EN EL MAR..............................30 GANAS TRUNCAS........................................................32 IMSOMNIO.....................................................................33 INDECISA.......................................................................34 INTERRUPCIÓN............................................................36 LA AMBIGÜEDAD DEL FUEGO.................................38 LOCURA.........................................................................39 NOCHE CIEGA...............................................................40 NOCTURNO...................................................................41 OBSTINACIÓN..............................................................42 OPUESTOS COINCIDENTES.......................................43 ORALIDAD.....................................................................44 PASO PREVIO................................................................45 PECES Y LETRAS..........................................................46

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POSDATA........................................................................47 PREFERENCIAS............................................................48 PUNTO DE QUIEBRE....................................................49 RASGADURA.................................................................50 RAUDAL DE AGUA.......................................................51 RECONCILIACIÓN........................................................52 RECONQUISTA..............................................................53 SED DE VENGANZA.....................................................54 SILENCIO Y LLUVIA....................................................55 SONORIDADES.............................................................56 TORMENTO...................................................................57 TRIANGULO GRIEGO..................................................58 TUMBAS SIN HABLA...................................................61 URGENCIA.....................................................................62 VIGILIA...........................................................................63

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