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Latitud21 No 214 Enero 2021
Al buen entendedor

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Sergio González Rubiera
LA AFRENTA DE LA 4T CONTRA EL TURISMO
Una afrenta, porque los designios del Gobierno Federal mexicano han afectado y lesionado sin duda a la industria turística por donde se le vea. Y no vayamos por el rumbo del nulo apoyo, empatía y solidaridad con el empresariado del sector en referencia, sino porque la simple reducción o mejor dicho eliminación total de las participaciones que del Gobierno Federal le correspondían a los estados, ha dificultado por decirlo de modo amable, a los estados la posibilidad de incentivar, estimular y apoyar a la industria turística en este caso.
Son muchos claro, los rubros afectados en medio de esta malograda cuarta transformación, pero afectar al turismo ha sido sin duda un craso error, si se entiende que esta noble industria, no sólo genera empleos, sino que contribuye a la cultura, la integración social, atrae inversiones, promueve a nuestro querido México en el mundo y significa una de las más grandes y significativas alternativas de desarrollo
En el afán de privilegiar el discurso de “primero los pobres”, que sería loable si fuera cierto, y de “combatir a la corrupción”, que por supuesto todos deseamos fervorosamente, se ha dejado de lado el estímulo, el incentivo y el impulso a quienes son los que verdaderamente generan riqueza y empleos, desde los más grandes, hasta los más chiquitos.
Luego de esta tremenda crisis generada por una pandemia mundial, se esperaría un acto de solidaridad, de empatía y de comprensión por parte de quienes nos gobiernan desde el más alto nivel, que tristemente no hemos visto.
Los gobiernos de los estados se han quedado sin recursos, sin recaudación, sin apoyo alguno de la federación y lamentablemente algunos han tenido que recurrir a iniciativas que no gustan a nadie como es lógico, como el caso de Quintana Roo, el principal destino turístico de México, de tener que proponer un derecho a los turistas de 10 dólares a su llegada, cosa que no gusta a nadie; ni al gobierno tener que hacerlo, ni a empresarios, ni menos gustará a turistas.
Un turista que piense vacacionar en las hermosas playas del Caribe Mexicano tendrá que decidir si los paga o no. Yo creo, queridos lectores, que dirá que sí, porque Cancún es Cancún, claro que sí; igual que Riviera Maya, Cozumel o Isla Mujeres, y no se podrá resistir a nuestros encantos, aunque tenga que pagar 10 dólares de entrada, pero es lamentable tener que haber recurrido a esto, cuando el gobierno federal pudo y tuvo que haber salido al rescate de la industria turística de un estado, que como Quintana Roo, genera cientos de miles de empleos y millones de pesos de recaudación.
Nuestro gobernador en Quintana Roo está solo de parte de la federación; los empresarios estamos solos y los trabajadores sólo cuentan con el acto solidario que día con día hacen sus patrones.
No hay recursos, no hay promoción institucional a nivel federal, no hay incentivos, no hay estímulos fiscales; no existen programas de reactivación económica, no hay Secretaría de Turismo federal como antes, y no hay comunicación verdadera, estimulante, sincera y esperanzadora por parte del Gobierno de la República.
Es una pena.
Pero estamos nosotros; empresarios, desarrolladores, comunicadores, académicos, pensadores y ciudadanos positivos para salir adelante.
Vivimos del turismo, una industria noble, un sector creciente en todo el mundo, y los viajeros seguirán experimentando las bellezas naturales, las experiencias y los avatares de viajar y disfrutar a pesar de los gobiernos. ¡Viva el turismo!