La Testadura no. 67: Adair Araujo

No. 67

Poema s

Donativo: 10 pesos

por Adair Ar aujo latestadura.blogspot.mx

issuu.com/latestadura

Dirección General: Mario Eduardo Ángeles.

Textos: Adair Araujo.

Fotografías: Manuel Gerez (págs. 17 y 25) y Adair Araujo (págs. 11, 14 y 21).

Consejo Editorial: Diana Enríquez, Bardo Garma, David Morales, Miguel Escamilla, Mo. Eduardo Ángeles, Erich Tang y Jesús Reyes.

Agradecimientos especiales a Roxana Jaramillo, Flor de Liz, Tzolkin Montiel, Enrique Ibarra y José Manuel Bañuelos.

Contacto: l ate st adur ali te r ar i a@g m ai l. com México, Enero 2015.

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Contenido

bóreas…

Oscuridad fetal Txavita No amo más... disolución II TEMOR y consuelos

Temo por Adair Araujo

Poemas por Adair Araujo

bóreas…

Visiones quiméricas de demonios en tus “lugares de encuentro”…

Cánceres constantes de lecturas añejas son vinos que destruyen, cosechas de mentiras cíclicas. Ácido en los ojos y en el vientre, siempre entre horas alargadas de espera y silencio.

Incertidumbres perennes como estacas en la espalda.

La Testadura no. 67

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Hielo eterno del mutismo que no rompe ning煤n canto.

Y otra vez revisto de hielo Tendida en escarchas Desespera la voluntad Golpes de frio...

Estacas boreales en el est贸mago...

La Testadura no. 67

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Oscuridad fetal Presiento humedad, rocío saliendo de la parte más anterior de la cara Todos los poros laten, escucho mi respiración.

Una cascada viene subiendo desde mi garganta y del centro de mi pecho a la altura del corazón.

Pulsando… mi entrecejo se contrae un poco y ensordezco pero la música sigue escuchándose por dentro de la membrana La Testadura no. 67

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Toda la concepción del tiempo y espacio se suspenden. en el círculo perfecto del vientre original.

Me divido entre líneas, como en un plano en cuatro dimensiones.

Un mapa en forma de tejido y me muevo avanzando a ningún lado y a todos.

Cuando el cuerpo escapa de la forma y juega con los hilos del tejido y de los nudos de los que forma parte, como todo…

Oscuridad fetal.

Si la vida me detiene, he de tratar de escapar como melancolía por mi boca en el suspiro más anhelante.

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O a condensarme en la humanidad restringente de la realidad cotidiana.

La Testadura no. 67

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Txavita Pedazos rotos del cielo me arranco, me mutilo, claudicados están todos en la resignación de las espinas clavadas, la membrana de mi visión tanto evadirme dolió con la incoherencia de su ausencia para encontrarme acompañado por el amor de mi vida que en la auténtica soledad germinada revive mi esencia.

La Testadura no. 67

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Pagué a Caronte para que extraviara mi alma quejumbrosa sin el auxilio del leteo que en el dolor embrutece mis pasos y ahora le busco en la desesperación de la devastación vestidos de una diosa iracunda, tu veneración mil brazos que marcan mi tropiezo incondicional y solitario reflejo carmesí para encontrarme otra vez.

Círculos de crecimiento, únicos y personales La Testadura no. 67

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y en las llagas de la herida a su difunto suspiran solamente mi propio amor por ahora perdido no perdono a la muerte que enamorada le busca no perdono a la vida que se aleja silenciosa pero me reconozco en el ciclo de eterno reposo y cambio y abrazo en la despedida los pedazos que amputĂŠ.

Ay compaĂąerito te vas con parte de mi alma muerta La Testadura no. 67

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que te acompaña y te odia, te ama y se extraña y en los agujeros se busca a sí misma destrozada intentando creer.

Vale la pena vivir por un ideal o morir eternamente por el recuerdo estridente que marca los pasos de tu muerte en mí en la fiesta eterna que arrulla tu sufrimiento pero despierta mi pena encarnada en la soledad de este destierro.

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No amo más...

Perdí mi fe años atrás cuando la emoción de la intimidad no comenzaba siquiera hubo que recobrarla por salud, con esfuerzo, creyendo de una forma adulta.

Ya es seca mi devoción, sin pasión alguna.

Así que me aferre a una convicción individual en la belleza de los sueños.

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Luego perdí un gran trozo de mi identidad cuando descubrí que el ideal que guardaba en la imagen de la herencia se deshacía con la oscuridad y la dureza en las carencias, quienes llenaron mi vida de hambre.

Años después perdí las ganas de cantar y de vivir así con la sorda habilidad de volcarme en un oído empático en negligencias las recobré con un bocado del egoísmo de la audiencia.

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Pierdo mi amor por ti, buscando las respuestas en el vacío del reflejo que me mostraste espejo que sostiene tu pasado en mis tinieblas actuales donde he encontrado mi dureza y mi brutalidad que dejan hueca la noción de la existencia compartida porque murieron germinaciones que tenía para compartir y aún estoy buscando la forma de sembrarlos otra vez pero mi tierra yace aún estéril.

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disolución II TEMOR y consuelos

Temo Temo a la sonoridad de las profundidades ignoradas, volcada sobre mi débil y humano oído Temo al crimen impune perpetuado en el instante grabado en el akashico A la impotencia de la deleznable forma en que se me encierra, tan limítrofe y pesada La Testadura no. 67

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A la desazón del tiempo inteligente, rival de la continuidad que me oprime Al juzgado iracundo e inconsciente, temo A ESA PODEROSA ANCIANA que me mira sin cesar Sé que quiere algo, pero no me preguntará por ello... lo tomará rapaz y colérica, Desnudándome con sus filosos ojos secos como este escrito, que hago en la desesperación del que se ha adelantado al final de su eternidad.

Temo al abismo de la luz horrible que La Testadura no. 67

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atraviesa, tantas garras arácnidas en este ombligo.

A la disolución de mi espíritu en la destrucción de un yo masa que se apagó hace milenios en la muerte del ser de una conciencia que se durmió ante la IMPUNIDAD de su entorno...

La Testadura no. 67

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De parte todo el equipo Pluma

Diamante Café, agradecemos su preferencia y aprovechamos para desearles lo mejor en compañía de sus seres queridos. Esperamos atenderlos como se merecen este 2015!!! Felicidades y pásenla bien.

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