La Testadura no. 66: John Kimono

Donativo: 10 pesos

No. 66

Tres Hoffman Cuatro tracas

por John Kimono Donativo: 10 pesos

Dirección General: Mario Eduardo Ángeles.

Texto: John Kimono.

Consejo Editorial: Diana Enríquez, Bardo Garma, David Morales, Miguel Escamilla, Mo. Eduardo Ángeles, Erich Tang y Jesús Reyes.

Agradecimientos especiales a Roxana Jaramillo, Flor de Liz, Tzolkin Montiel y José Manuel Bañuelos.

Contacto: l ate st adur ali te r ar i a@g m ai l. com México, Diciembre 2014.

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Tres Hoffman cuatro tracas por John Kimono

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Tres Hoffman cuatro tracas Hoy era uno de esos días en los que no quieres que nadie te moleste. Llevaba tantos días esperando este momento. El lunes en el trabajo se empezaron a organizar para ir a comer a la casa de uno de los compañeros, juntó los puntos de infonavit con su esposa y por fin les entregaban la casa. Una carne asada; yo no puedo ir, ¿Dónde queda esa colonia? ¿Quién pasa por mí? Preguntó la Lucrecia, arrasTestadura no. 66

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trando la voz ¿Dónde te veo? chilló Jorge… Quien tiene un asador, alguien tiene el teléfono de Mauricio, él puede llevar su estéreo, pero anda en una conferencia en Nuevo León. Yo llevo la botana, yo tengo una de tequila que no nos acabamos el sábado, me la llevo. ¿Cuántos somos?

Para comprar los platos y vasos desechables. Oigan no tengo sillas, mi tío tiene un negocio de renta de sillas y mesas para fiestas, le pido unas, no hay pedo. Los escuchaba balbucear desde mi cubículo, los veía con el rabillo del ojo, con los audífonos puestos haré como que no escucho. Lo malo es que va a ir Lucrecia, la Testadura no. 66

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nueva de recursos humanos, ta buena la morra, se ve que le gusta el desmadre…ni modo, será en otra ocasión. Na más falta que se la agarre el pinchi Jorge.

El martes „taban tan felices que ni me pelaron, ni se dieron cuenta que no me había puesto de acuerdo en nada con ellos. Hasta que a la hora del descanso la secretaria del jefe salió a pasarnos lista. ¡Raúl! Raulito no ha confirmado. Es que, no voy a poder, el sábado se casa una tía, y ya le confirmé…Y el pinche metiche del Jorge; ¿Tu tía la que la otra vez vino a comprar material? Órale, que chido que agarró galán, tú sabes, ya grande no es Testadura no. 66

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fácil… chale, este cabrón como es hocicón… si Jorge, ella, ella se va a casar.

Pero la secretaria replica, ay Raulito, pero si la carne asada es el Viernes… ah! El viernes, contesto, el viernes tengo una comida con mis papás y mi hermana, va a estar difícil… es el cumpleaños de mi abuelo y le van a hacer una comida…y el pinche Jorge; cabrón pues te desafanas en la noche y allá nos caes, dime y voy por ti, me echas un fonazo y te caigo en casa de tus jefes…. bueno, si yorch, yo te hablo…

El miércoles me contactó una morra de la prepa, quesque está organizando Testadura no. 66

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una reunión de ex compañeros. Aceptar solicitud de amistad. Pinchi morra no se le quita lo metiche y argüendera, ahí anda siempre organizando chingaderas. La fiesta de graduación a la que no fui, el viaje a Guanajuato a ver las momias, donde el Pedro le güacareo la falda a la maestra, o cuando fuimos al Mary y Rosalía se rompió la madre en el tobogán, o en Monterrey donde todos comprobamos que el maestro se estaba comiendo a la Sofía… camino a la casa me paro a ponerle gas al vocho, mientras le mando un mensaje al púas, dicen que le llegó una bien buena, que fue la que mató al papa.

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Le pido cien varos, mañana en el parque de por su casa a las siete.

El jueves las viejas en la oficina intercambian ideas de cómo vestirse, si va a hacer frío o si se ponen pantalón, falda o vestido. La secretaria es la más emocionada, a mí se me hace que se la está comiendo el jefe de inventario, ya van varias veces que los veo bajarse del carro de ese wey en la mañana antes del trabajo. Ya llegó Mauricio, mira que cabrón me salió, se fue con la de mostrador…cabrones. Un mensaje de facebook, no asistiré, confirmar. Y en el celular un mensaje del púas, cabrón las playeras te las entrego a las Testadura no. 66

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7… cámara, respondo. Saliendo de la chamba me lanzo a casa del Toñín, trajo unas tracas del D.F y unos Hoffman. Necesito planear la loquera, a ver, si saliendo de la chamba el viernes me doy una micha, paso a soriana, de ahí me lanzo a la casa y ya me debería estar pegando, me trago una traca y agarro un candy flip bien chido, ¡a güevo!, me digo. Luego, como a las 2 ame de seguro se me va a empezar a bajar el rosh de la traca, me doy otra y para ver el amanecer me chingo la otra micha del ajo. Y para recibir el sábado me como otra micha y una traca… unos whiskys y con eso, a gusto caTestadura no. 66

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brón… ok Toñín, te caigo en tu casa en unos veinte minutos.

Oye que pedo? Que vas a hacer el fin de semana, hay un rave en Peña Blanca, ¿no le caes? Nel mi Toñín, me quiero dar un encerrón, ya tiene tiempo que no me consiento, he estado chambeando un chingo, creo que me lo merezco. Si cabrón, te entiendo, a veces uno tiene que darse sus lujos. Mira, estos son los Hoffman, ¿Cuántos quieres? Hmm… échame dos, no, mejor tres – más vale que sobren a que falten - , si wey no quiero que me vayas a estar hablando en la madrugada…no mames, sabes que no me pongo Testadura no. 66

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así cabrón. Bueno, bueno, y vas a querer tracas, estás traen DMT, son más caras….!huuy! no mames ya hasta se me hizo agua la boca, a ver, sácalas… mira, hasta vienen más grandes, hijos de su pinche madre, que dios los bendiga, ese contacto del D.F. tiene muy buenas ideas, muchachos como esos necesita México, creativos, proactivos y que mejoren su servicio. Ay cabrón, como eres mamón, no, neta ¿Cuántos clientes están satisfechos? La mayoría, ¿no? Deberías hacer una encuesta, tu sabes, para tener un feedback y hacérselo llegar, así podría introducir promociones por cambio de Testadura no. 66

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temporada o no sé, hasta responder trivias por el feis y regalar ondas… Jajajaja, a webo! Apago el gallo, le pago lo de tres ajos y cuatro tracas. Un ajo y dos tracas para emergencias y dos ajos y dos tracas para la loquera. Paso con el púas, se acerca al vocho y me avienta la bolsa, le doy el varo y me largo de ahí.

Por fin el pinche viernes, pongo música mientras me baño, y voy pensando en la lista de música que pondré para el tan esperado “Encerrón 2013”…qué me hago pendejo, siempre acabo escuchando torcido en la computadora, escuchando Pink Floyd, viendo videos de luces de coTestadura no. 66

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lores, escribiendo pendejadas en la computadora y, agarrándome la cara y frotándome las manos…

Desconecto el teléfono, apago el celular, cierro las cortinas de la casa y salgo al trabajo. Llegando el pinchi yorch me dice que está bien emocionado, que va a pasar por Lucrecia a su casa, dice que tal vez se arme algo con ella, mientras habla yo me saboreo las tracas… ese cosquilleo en la panza cuando empiezan a hacer efecto, salivas de mas, las palmas de las manos sudan, se cierran los ojos y la mandíbula cobra una autonomía que solo las orejas detienen, como una máquina Testadura no. 66

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de escribir cuando va y viene al final e inicio de la hoja…y después de pasar por los hielos y dejar a la Lucrecia puedo pasar por ti a casa de tus jefes, ¿Cómo ves? … ah! Este… hmmm, híjole mi yorch creo que no voy a ir, la neta no se va a armar, me voy a quedar ahí con mis jefes. No chingues cabrón, vamos a ir todos, neta se va a poner chingón, es la casa de Memo y su vieja, la neta se chingaron un montón para sacarla, ya ves que con dos morros está bien cabrón, la neta quieren festejarlo con nosotros…y sigue con el chantaje emocional… la neta si no estamos todos no va a ser lo mismo, no seas Testadura no. 66

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mamón wey… espero tu llamada para ir por ti, neta cabrón, no chingues.

Saliendo de la chamaba todos corren a los carros, cabrones jamás se ven tan unidos…ahí viene el yorch, ¿Oye me puedes echar un rait por mi carro? Sí, te llevo. En el camino no para de hablar de la fiesta que ni siquiera empieza, yo solo muevo la cabeza, en intervalos que improviso hago cara de sorpresa, digo “órale”, “a poco” no muy juntos uno de otro, para que se vea natural, cuando llegamos al taller mecánico me dice, cabrón, no sé que tienes, na‟mas me vienes dando el avión, ahí te ves wey, me llamas...

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no, yo te voy a marcar wey… acelero y subo el volumen, led zeppelín, en un semáforo sacó el ajo, con las tijeras de la navaja lo parto en dos, me trago una micha y cruzo el verde en primera. En soriana agarro un carrito, voy por la etiqueta roja, la sacan de la vitrina y me entregan la caja, la botella me la dan cuando la pague… dando la vuelta en los refrescos justo delante de las aguas minerales, el Mauricio con su vieja… ¿Qué pedo cabrón, te encargaron refrescos? No, no te dijo el yorch que no voy a poder ir, es para la comida en casa de mis jefes, me pidieron una botella de whiskey y agua mineTestadura no. 66

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ral… mientras hablo miran mi carrito; caja de whiskey, un desodorante, palomitas una pizza instantánea y una sopa maruchan un gatorade una caja de aspirinas efervescentes, y un pepto bismol… se crea un silencio que rompe la sección de viernes de carnisalchichoneria con sus ofertas… bueno, me tengo que ir, me están esperando mis jefes, si también nosotros, tenemos que llevar los refrescos y la botana.

Salgo del estacionamiento con las manos sudadas, la pierna derecha me empieza a temblar, saco un cigarro y destapo una chela con el cinturón de seguriTestadura no. 66

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dad. El primer trago siempre saca una lágrima y una sonrisa, esas cosas que los estudiosos de la psicología no se explican, como a veces podemos llorar de alegría… pero no reír de tristeza…

Llego a la casa, dejo el carro a la vuelta, en la casa en renta. Saco la carátula del stereo, la cartera, la mochila, las bolsas con lo que compré en soriana. La laptop la saco de la cajuela. Antes de cerrar el carro me reviso las bolsas, dinero, cartera, encendedor, ajos y el mp3.

Listo. Tal vez el lunes sea la próxima vez que lo maneje.

Abro la puerta de la casa, me preparo Testadura no. 66

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un whiskey, me pongo un pants y la playera de los rolling stones que me trajo mi jefe del concierto del 98 en el D.F. saco las tracas mientras Windows se acaba de actualizar, me tomo un whiskey derecho.

Cierro la puerta con llave y las guardo en la mochila. Pongo la música y empiezo a ver con más claridad, el cuarto se hace más amplio y descubro detalles que no conocía. Me aseguro de haber apagado el celular, de cerrar las cortinas y descuelgo el teléfono de la casa. Listo. Me trago la traca y voy seleccionando la música. Dos horas más tarde, a eso de las 9 con un candy flip encima acostado en el Testadura no. 66

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de la sala me descubro viendo el techo, recorro con la mirada las grietas que no existen, me clavo en los sonidos, se me seca la boca, saco una chela del refrí, me froto las manos, saco la cajetilla de cigarros de la mochila y nada, vacía, puta madre, estoy bien puesto, ni modo que me vaya así a la tienda…chale, que pendejo, y eso que lo tenía todo planeado… ni modo, tengo que ir a la tienda de peluchelas. Puta madre, el vecino y su esposa, buenas noches vecino ¿Cómo le ha ido? Bien…miro el cielo y sonrío, me veo las manos y me doy cuenta que no llevo reloj, eso me causa algo de angustia, peTestadura no. 66

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ro la sonrisa no se me quita de la cara, ¿Va por las cervezas vecino? ¡Ah! no, por unos cigarros… bueno nos vemos, y acelero el paso, ándele que le vaya bien…

Buenas noches Raulito, ya tenía rato que no venía ¿Qué se ha hecho? No pus en la chamba…me da unos delicados con filtro por favor…vecino que prisa trae, le venía diciendo a mi esposa que a ver cuando hacemos una carne asada en la casa, ahora que acaban de poner el pasto en el jardín podemos estrenarlo… aquí tiene sus cigarros Raulito, gracias. Si vecino, usted dígame cuando y lo hacemos, respondo en forma involuntaria, pos Testadura no. 66

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mañana mismo, responde, que tiene que hacer? peluchelas me da el cambio y me quedo mirando el especial de magneto que está por comenzar, la tele de peluchelas lleva ahí empolvándose años, peluchelas ha pasado buenos momentos viendo novelas, con situaciones ordinarias e historias que la han conmovido hasta las lágrimas…la mano de peluchelas sigue extendida, Raulito, Raulito aquí tiene su cambio…desde afuera de la tienda Don Gustavo me grita, Vecino, entonces mañana lo esperamos a las 2 de la tarde… peluchelas deja el dinero en el mostrador, debajo; los sugus, pelón rico y Testadura no. 66

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las baterías ever ready… gracias… Que le vaya bien Raulito…y salgo de la tienda, don Gustavo y su esposa caminan más despacio para que los alcance y discutir la estrategia de la carne asada de mañana…yo miro mis manos, mis brazos y no traigo reloj, me hurgo los bolsillos fingiendo que olvidé algo, a lo lejos don Gustavo afuera de su casa, esperando a que regrese y platicar un rato, como lo hacemos cuando no puedo evitarlo… detrás de mi la cara de peluchelas llorando por una novela, con sus dientes separados y su pelo crespo, más bien parece un caballo despeinado, sus lagrimas son Testadura no. 66

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como lagañas de french poodle cuando les cae una infección…camino hacia la casa, mientras avanzo el vecino parece encender otro cigarro, si, lo hace, lo enciende y mira el reloj, él trae reloj, yo no, no se por qué no lo traigo, ahora que lo pienso no tengo reloj, debería comprar uno para estas ocasiones.

Llego a la casa y don Gustavo me ofrece un cigarro, no gracias… oiga vecino cuando tenga tiempo me ayuda a abrir un correo electrónico, ahora con la tecnología todo mundo lo usa, y en el trabajo que agarré me dicen que me van a enviar unos documentos pero no tengo mail, y Testadura no. 66

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como usted trabaja con computadoras ha de saber cómo se hace eso… sigue con la mano extendida, lo miro sin poder creer como le crece la barba frente a mí, sus ojos saltones me dan asco, da un paso más y saca un encendedor, me quiere quemar, quiere quemarme la mano por qué no tengo reloj, solo porque no tengo reloj… ah, gracias ya prendió el cigarro… si, respondo mecánicamente, me pide fecha para ayudarle con la computadora, mañana lo platicamos, me dice, me alejo un poco y veo como la luz de la luna se posa sobre su cara de cangrejo, aviento el cigarro, cerca de sus pies, a los cangreTestadura no. 66

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jos les asusta la luz de los cigarros, el humo los ahuyenta también… me tengo que ir, ok vecino… mañana nos ve… y cierro la puerta.

A salvo en casa cierro la puerta, aviento los cigarros al sofá, me tallo la cara, voy al baño, y me descubro en el espejo, una sensación de estar atrapado detrás de ese objeto plano me angustia… respiro profundamente y el rosh de las tracas me regresa… pero un toque de angustia y ansiedad me carcome por dentro, poco a poco, como la humedad en las casas, que se ha instalado ahí desde hace meses sin que uno se da cuenta, y cuando la Testadura no. 66

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descubre es demasiado tarde…

Me acuesto en el sillón, selecciono unas canciones del disco de Beggars Banquet, le doy play y tarareo las canciones, me fumo un cigarro con los ojos cerrados, dejo caer el brazo y escucho la música apoderarse de la habitación. La cara de don Gustavo sale de pronto, ojos de cangrejo con barba… inhalo, exhalo, inhalo y fumo un poco en la pipa… pero la mota del púas sólo me crea más angustia… es tiempo de otra traca… abro el bote de rollo fotográfico y saco una traca, la miro indeciso… cierro los ojos, inhalo, exhalo, me pongo saliva en el dedo toco Testadura no. 66

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la otra micha de Hoffman y me la llevo a la boca, con un trago de whiskey me tomo la traca… me acuesto y doy una calada al cigarro, el humo es más espeso, puedo sentir como recorre la garganta…me clavo en los gritos de Jager… …pinche Raúl que peda traes cabrón, ni te puedes parar… pinchi yorch déjame aquí, estoy bien wey, neta, y la mandíbula entre que se disloca y sonríe, las piernas se me derriten y se escurren por la coladera, no reconozco mi baño, voy a cagar yorch, salte wey, cabrón pero llevas aquí metido media hora, ya se ya se, ahorita salgo… vente cabrón, me ayuda a levanTestadura no. 66

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tarme y salgo del baño tarareando Simphaty for the devil… afuera del baño la secretaria cruzada de piernas me mira apenada, Mauricio y su novia fingen no verme, la mesa esta ordenada como fiesta de preparatoria, con platitos llenos de papas, vasos y uno que otro cenicero, Lucrecia se le acerca al yorch y le dice en voz baja para que yo no escuche, ¿y si lo llevamos a su casa? Me siento en una cartón de caguamas y miro a cada uno tratando de reconocerlos, pero ellos me ignoran, sus caras se agrandan y se achican, es difícil diferenciarlos… nadie habla, la música se terminó y en eso llega el Testadura no. 66

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Memo, nos mira a todos tratando de averiguar que sucede, pero cuando me ve perece saber que pasa, finge que nada sucede, y en realidad nada pasa, destapa la caguama y llena los vasos, me levanto y salgo… siento la presencia del yorch y escucho los murmullos de Lucrecia… voy a la tienda, les digo… camino unos metros y después volteo a ver si no me siguen, no me siguen pero lo hacen con la mirada, sigo caminando y giro a la izquierda, y corro, corro lo más rápido posible, doy vuelta en otra calle y sigo corriendo, corro y corro hasta ver una avenida, me vuelvo a asegurar que nadie me siga, Testadura no. 66

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detengo un taxi y agitado le doy mi dirección, el taxista trata de ser amable haciéndome plática, yo cierro los ojos y finjo estar dormido… llegamos y me busco el dinero pero nada, la cartera y nada, llaves de la casa y nada! Me bajo del taxi, me salto por la protección de la ventana, brinco al patio de atrás y me escurro por la ventanilla de la cocina, pero mis cálculos me fallan y me caigo de cabeza… ”please let me introduce myself I‟m a…” me levanto de un charco de orines en mi cocina, tocan la puerta parece que la quieren derribar, asustado miro por la ventana, hay un taxi afuera estacionado, Testadura no. 66

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es un taxista el que está tocando como loco la puerta…? que quiere? Asustado abro la puerta y me exige que le pague, busco la cartera en la mesa de la sala, le doy cincuenta pesos me grita ¡Pinche borracho de mierda! Arranca el taxi y derrapando las llantas desaparece…

Desorientado intento recordar que sucedió después de Soriana, compré la botella, fui con peluchelas, don Gustavo, la carne asada de los del trabajo…y un gran alivio me tranquiliza al saber que no fui… miro la hora en la computadora…

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si me apresuro un poco aun puedo llegar a tiempo al trabajo.

John Kimono

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