8 minute read

Los adolescentes de nuestra vida

Advertisement

Aprovechamos que Al salir de clasecumple 25 años para forrar nuestra propia carpeta adolescente haciendo un repaso a través de los años y las cadenas por las series de instituto que marcaron al equipo de profesores Erasmus+ del claustro.

Los adolescentes de nuestra vida

Al salir de clase (Telecinco, 1997-2002)

Cuando escucho Al salir de clase comienzo sin darme cuenta a tararear la sintonía de la serie y parece que retrocedo veinticinco años en el tiempo. Creo que a la mayoría de los que fuimos adolescentes entre 1997 y 2002, esta serie nos marcó y todos los días esperábamos impacientes a que llegase la hora para ver qué había pasado aquel día en el Instituto Siete Robles.

Al salir de clase fue un hito de la televisión en el momento del cambio de siglo en España y además, por ella pasaron más de cien actores, muchos de ellos muy conocidos, como Hugo Silva, Pilar López de Ayala, Félix Gómez o Elsa Pataky, entre tantos otros. No se me olvida que seguíamos sus vidas gracias a revistas como la Súper Pop, forrábamos nuestras carpetas con sus fotos y soñábamos con conocerles en persona. La mayoría de los capítulos trataban sobre relaciones, estudios, drogas, alcohol y sexo y estábamos enganchados a las aventuras, amores, alegrías y tragedias de aquellos adolescentes como si de nuestra propia vida se tratara. Sabíamos que lo que le pasaba a nuestros protas favoritos no se asemejaba a la realidad y que en nuestros institutos era imposible que ocurriera lo mismo y, sin embargo, ansiábamos vivir alguna de sus historias, al menos escuchar uno de esos grupos de música que tocaban en el CBC (el bar donde iban después de clase).

Echo la mirada atrás y recuerdo con mucho cariño esta serie, de la que destacaría que, además de regalarnos muy buenos momentos, fue pionera en tratar algunos temas que seguían siendo tabú y nos preocupaban, como la temática LGTBI, ya que el beso entre dos chicos fue el primero que se emitió en la televisión de nuestro país.

Los adolescentes de nuestra vida

Compañeros (Antena 3, 1998-2002)

Que Compañeros fue la respuesta de Antena 3 a Telecinco por el estreno un año antes de Al salir de clase parece bastante claro. Eso, o que la primera despertó un interés entre los adolescentes de la época que de repente parecían tener mucho que decir y pocos lugares en los que verse reflejados. Y los nacidos a finales de los 80 y principios de los 90 recalaron en el colegio Azcona, donde encontraron por fin su sitio.

Compañeros narró durante nueve temporadas el despertar vital de una pandilla de amigos a los que el que les pasara de todo respondía al deseo de sus creadores de aportar una visión lo más completa posible sobre qué significaba ser adolescente en esa época en nuestro país. En el exterior (entiéndase Estados Unidos) series como Sensación de vivir o Salvados por la campana ya hacían lo propio trayendo a nuestras televisiones jugadores de fútbol americano, cheerleadersy diners en que se servían batidos y hamburguesas. España necesitaba su respuesta patria.

Quimi, Valle, César, Sara o Luismi eran algunos de los nombres de la pandilla que semanalmente se colaba en nuestros salones y cocinas al ritmo de No te fallaré, la sintonía de cabecera de la serie. Esta era la primera (y marcada) diferencia con Al salir de clase; la segunda, que la serie de Antena 3 entendió desde el primer momento que las vidas (y por tano tramas) de los profesores eran igual de importantes que la de los alumnos, hasta el punto que a ambos bandos podía aplicárseles el compañeros del título.

La serie, que llegó a alcanzar cuotas de audiencia que no se han vuelto a ver en nuestro país, desató un fenómeno fan que de nuevo era terreno desconocido para unos actores igual de anónimos. Una película y un traspaso del testigo a una nueva pandilla terminaron en 2001 por poner fin a la que sin duda fue una serie mítica de nuestro país y de la adolescencia de muchos de nosotros.

Los adolescentes de nuestra vida

Física oQuímica(Antena 3, 2008-2011)

Física o Química es una serie sobre adolescentes que se desarrolla en un instituto de Madrid. Comenzó en el año 2008 y duró hasta el 2011 y, sin duda, marcó mi vida desde los 11 a los 14 años.

Si tuviera que definir FoQ, diría que es sinónimo de rebeldía, diversidad y aprendizaje. Entre otras muchas cosas, la serie nos enseña que el instituto no es un simple edificio al que los adolescentes van a escuchar seis horas seguidas a un profesor, sino mucho más que eso; los alumnos del Colegio Zurbarán le recuerdan al director en la primera temporada de la serie que algunos venimos más solos que la una, y aquí encontramos una nueva vida , que aquí hemos aprendido a elegir cuál es nuestro camino , que algunos hemos metido la pata hasta el fondo, pero hemos aprendido a solucionar nuestras cagadas , y que muchos otros hemos aprendido a pedir perdón . El Zurbarán también nos enseña, tanto a alumnos como a profesores, que la rebeldía a veces es la mejor opción y que no debemos aceptar imposiciones absurdas. Un ejemplo de ello es la respuesta que los alumnos dan a los comentarios denigrantes de un profesor sobre la vestimenta de los adolescentes. Al día siguiente, los chicos deciden acudir al instituto con camisetas ajustadas, y las chicas en chándal y deportivas.

Esa rebeldía también se palpa en las personalidades que encontramos en la serie y en el valor que se le da a la diversidad. Todos hemos tenido un Gorka en clase, el mal alumno que, sin embargo, nos hace reír; un Cabano, el guaperas de la clase que ha llegado a peligrar amistades; un Fer, que visibiliza y lucha por el colectivo LGTBI+; una Ruth, que nos apoya en todo; una Coba, que se rebela contra las injusticias; y una Yoli que, a pesar de su fama de zorra poligonera, como la llaman en la serie, defiende la libertad sexual y nos recuerda que el valor de las personas está en cuidar de los que te rodean.

Y así, sin dramas exagerados ni vidas fuera de lo común, FoQ ha marcado la adolescencia de toda mi generación.

Los adolescentes de nuestra vida

Élite(Netflix, 2018-actualidad)

Élite no es, está claro, la serie que veía en mi adolescencia o pubertad: Pippi Calzaslargas no iba al cole, la panda de Verano azul estaba de vacaciones y en La casa de la pradera había una escuela pero muy precaria.

Sé que soy de los pocos que defiende abiertamente esta producción, que para muchos es un guilty pleasure. Soy muy consciente de sus variados defectos y carencias. Entonces ¿por qué?, os preguntaréis.

1.- Sobre todo porque me parece una apoteosis del exceso, una ensoñación exagerada que me recuerda al cine español serie B de los 70, alocado y bizarro, visualmente fascinante, políticamente incorrectísimo. Veo la serie en esa clave. Claro que no me creo sus tramas, pero es que no quiero creerlas.

2.- En esa misma línea por su no tener complejos de nada en general, y eso se percibe por ejemplo en ese vestuario imposible como de fiesta post-galáctica que se estila en Las Encinas.

3.- Porque prescinde abiertamente del profesorado en un momento en que las ficciones en torno a profesor redentoralumno redimido comienzan a resultar repetitivas o impostadas.

4.- Porque ha llevado tan lejos la presencia LGTBI -muy superados los previsibles clichés que son casi obligatorios- que está abriendo camino ya ni se sabe hacia dónde, y ese es una de los factores que explican su éxito internacional.

5.- Por las continuas fiestas que visualmente son muy atractivas y que son el verdadero eje de vertebración dramático, con una cuidada selección musical de fondo.

6.- Porque soy seguidor del fantaterror y Élite sin ser para nada de ese género coquetea con algunas claves y definitivamente se aleja del costumbrismo y falso realismo de otras series de instituto para adolescentes.

Y porque creo que el público joven a quien va dirigido tiene la madurez para discernir lo que vale y lo que no y separar el grano de la paja.

This article is from: