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Editorial
Volver a ser
Estrenamos curso con ilusión renovada, nuevo logo y nuevo lema: Volver a ser, que suena casi a título de película oscarizada. Y es que le hemos cogido el gusto a escoger un diseño cada año, así como una frase que represente el ímpetu del inicio, el momento en que todos confluimos con tantísima energía para procurar lo mejor en los meses que están por venir. Ningún curso es igual a otro, y está bien distinguir en cada ocasión los distintos afanes o las circunstancias que predominan. Efectivamente, la mezcla de educación y aprendizaje con adolescencia puede conllevar cualquier cosa menos monotonía. El instituto es un planeta en sí mismo donde cada día se entrecruzan mil historias apasionadas y diferentes: es increíble con qué armonía –aunque sea ruidosa es armonía, digamos que empapada de alborozo y de vitalidad propia de la edad- sucede esto a cada minuto, girando siempre todo en torno a un eje sólido como es el amor a nuestra profesión por parte del personal docente y no docente del centro y el sentimiento de pertenencia inequívoca al mismo de la inmensa mayoría de nuestros alumnos. El rojo que preside este año nuestras agendas es energético y es brillante, como nos comentó una madre al poco de ser dado a conocer el diseño. Tuvimos dudas al principio porque es cierto que el rojo también en ocasiones puede ser asociado a violencia, y por eso se atenuó en cierta medida el tono, aunque tenemos claro que en este caso, aparte de ser el color que es distintivo del instituto desde el principio, es un rojo apasionado y alegre, rojo fructífero que es promesa de acción y de viajes emocionales que nos aportarán miles de enseñanzas humanas a todos. Y en cuanto al lema, una bella peculiaridad del castellano y en general de las lenguas peninsulares es la clara distinción que se establece entre el ser y el estar, y que en este caso cobra todo su sentido: nunca hemos dejado de estar, pero la alusión al ser se refiere al deseo de recobrar nuestra esencia, a pleno pulmón. Queremos volver a estar con todos en horario completo –aunque ojalá hubiera sido con menores ratios-, queremos, por tanto, la presencialidad plena, al margen de que no queramos abandonar ya las aulas virtuales por su practicidad y buen resultado; queremos recuperar del todo nuestros viajes y nuestras actividades extraescolares y sobre todo dar un buen manotazo a la tristeza y la melancolía y abrir del todo las ventanas no para que entre el frío sino la alegría y el gusto de estar juntos. Volver a ser no es nostálgico, porque siempre queremos avanzar, pero sí es un saludo abierto a toda esa gradual vuelta al desarrollo pleno de nuestras actividades como centro docente. Tenemos motivos en la comunidad educativa para felicitarnos del buen transcurso del año escolar 2020-21, y en ningún momento vamos a dejar de lado la cautela necesaria para conseguir que esto siga siendo así. Pero al mismo tiempo podemos respirar algo más tranquilos, y nos enorgullece saber que nuestra vida cotidiana del instituto es altamente valorada por quienes la protagonizamos, que queremos volver a ser lo que –ahora lo sabemos más aún- era tan valioso.
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