SENTIDO DE PERTENENCIA

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Contenido Editorial Rodolfo Mantilla Jácome

Sentido de Pertenencia y Compromiso

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Antonio Pulido Flórez

Rol del Médico ante la sociedad, Un ensayo para un momento de cambio

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David Sus Espinosa

La importancia de la Identidad Corporativa para generar sentido de pertenencia REVISTA CÚBICA No.8 Octubre de 2013 ISSN 2145-5686 Revista de la CORPORACIÓN BUEN CIUDADANO

en las organizaciones Diego Peláez Mejía

¿Estamos frente a la transformación

Director: RODOLFO MANTILLA JÁCOME romaja@hotmail.com

de la identidad del educador de la

Gerente: CELESTINO ARANGO CANO carango@partmo.com

Alhim Adonaí Vera Silva

Comité Científico: RODOLFO MANTILLA JÁCOME ALBARO YEPES MARTÍNEZ EFRAÍN MANTILLA AZULA ANTONIO PULIDO FLÓREZ JAIRO ENRIQUE SILVA Comité Editorial: JUAN PABLO SILVA PRADA AUGUSTO MONTAGU COTE HERNANDO LUIS ARDILA OVALLE LUIS EDUARDO FRANCO OSPINA HECTOR IGNACIO CRISTANCHO B. DAVID ALBERTO SUS ESPINOSA CARLOS EDUARDO CORSO ILERA RICARDO GIRALDO HOYOS JAIRO HUMBERTO AYALA DURAN Corrector de Estilo: JUVENAL FONSECA alcatraz.2010@hotmail.com Producción General: OMAR PRIETO Publicidad omared2010@gmail.com

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sociedad del conocimiento?

Sentido de Pertenencia laboral José Fernando López

Nuestra Camiseta Franz Mutis Caballero

Un Sentido de Pertenencia Fernando Duarte Mora

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La permanencia de las empresas basada en el compromiso humano, de la teoría a la práctica

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Celestino Arango Cano

La Pertenencia con el compromiso periodístico ¿algo peligroso?

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Wilfredo Sierra Mora Carrera 25 No.45-13 Tel. Fijo: 6914562 Movil: 3002818290 larevistacubica@gmail.com corporacionbuenciudadano12@gmail.com Bucaramanga - Colombia

Sentido de Pertenencia y competitividad, Una reflexión en torno a las organizaciones

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Germán Darío Leuro

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“Quien es este ser humano que en los últimos milenios ha salido de las cuevas y creado teorías de la relatividad, ha escudriñado el universo y ha demostrado incluso que ninguna máquina diseñada de acuerdo con cualquier sistema lógico, ninguna computadora creada por el hombre, puede siquiera compararse con la capacidad matemática del pensamiento humano”. Wayne Dyer El sentido de pertenencia constituye el sello indeleble de los seres humanos que actúan con trascendencia en la vida. La pertenencia nos marca e identifica, muchas veces sin que nos percatemos de ello, se refleja en nosotros en las formas de andar, de vestir, de pensar, de hablar, de actuar. Somos lo que hacemos, el trasegar existencial nos muestra empeñados en tareas a veces conocidas, a veces no, pero siempre labores llenas de sentido por lo menos para nosotros.

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En ese sendero encontramos al poeta que sacrifica un mundo para pulir un verso, al filósofo que consume sus horas en la meditación sobre intrincados asuntos esenciales, al profesor enseñando sus lecciones con método y sabiduría, al científico investigador que vive sin otro horizonte que la ciencia, al sacerdote empeñado en conducir los seres humanos en la espiritualidad edificante, al ingeniero construyendo vías, presas, edificios, al médico ganándole las batallas a las enfermedades, al empresario creando riqueza, al soldado defen-


diendo la patria y nos haríamos interminables nombrando y denominando los oficios del hombre que cumple con rigor, con amor, con sacrificio edificante de una vida con sentido. La pertenencia hace que los hombres y mujeres vivamos en pos de un sueño, de una ilusión como los alquimistas vivieron y murieron buscando la piedra filosofal sin miedo al fracaso, el fracaso no está en no lograr la meta, el fracaso está en no tener una meta, en no emprender un camino, la no pertenencia es el fracaso. La tragedia existencial del hombre se encuentra en la vida vacía, en la ausencia de compromiso, en no tener un propósito o en perder el acicate del trasegar, de no sentir la necesidad de luchar, en no tener el compromiso de vivir dejando el alma a jirones comprometida con la tarea edificante por extraña o difícil que ella sea. Siempre tenemos un quehacer con sentido, amar, construir, pensar, escribir, actuar en la vida con sentido de pertenencia.

tancia de la Identidad Corporativa para generar sentido de pertenencia en las organizaciones, a Alhim Adonaí Vera, sus reflexiones sobre La Transformación de la identidad del educador de la sociedad del conocimiento, a José Fernando López Zambrano, su pensamiento sobre el Sentido de Pertenencia Laboral, a Franz Mutis Caballero quien en su texto describe el simbolismo de Ponernos la camiseta, a Fernando Duarte Mora sus lecciones sobre el Sentido de Pertenencia, a Celestino Arango Cano, su ensayo sobre El compromiso humano en la permanencia de las empresas, a Wilfredo Sierra Moreno, su disertación sobre el sentido de pertenencia en la actividad periodística y a Germán Darío Leuro, su trabajo sobre Sentido de Pertenencia y Competividad. Estos autores nos dan una lección de vida y de pertenencia, por ello el lector cuidadoso encontrará en sus textos lecciones extraordinarias y disfrutará conociendo sus experiencias. CÚBICA sabe que con ello está cumpliendo sus propósitos de ser un medio cultural de pensamiento y reflexión en nuestro medio.

CÚBICA en su octava edición ha querido reflexionar sobre el sentido de pertenencia y contó para fortuna de sus lectores, con el punto de vista de importantes pensadores que desde la óptica de sus oficios han vertido el significado de la pertenencia. La Dirección debe agradecer a Antonio Pulido Flórez su texto sobre Sentido de Pertenencia y Compromiso, a David Sus Espinosa su ensayo sobre el Rol de Médico ante la Sociedad, a Diego Peláez Mejía, por su trabajo sobre La impor-

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Sentido de pertenencia y

compromiso El objetivo misional fundamental de garantizar sostenibilidad institucional de una organización o agrupación, se orienta mediante dos factores esenciales: los resultados y la buena imagen. Estos dos factores vitales, además, otorgan competitividad, reputación y buen servicio a la institución.

Antonio Pulido Flórez 4

En la actualidad, en un medio tan competitivo, en el cual la alta demanda y las grandes exigencias del mercado, y adicionalmente los retos que generan la tecnología y la globalización, altamente cambiantes, forzosos y cada vez más dinámicos y costosos, exigen a todo tipo de organización buscar valores agregados que otorguen beneficios que les permitan mantenerse en los niveles de competitividad anhelados.

Sin embargo, todas las organizaciones, grupos o sociedades, son lideradas por el talento humano, responsable del éxito de estas instituciones; se mantienen vigentes precisamente debido a su compromiso, habilidades y capacidades desarrolladas, responsabilidad, y también, el buen servicio prestado a sus clientes. Es así como una organización logra el éxito en un medio que impone cambios permanentes de mercado y necesidades de innovación. Por tanto, el sentido de pertenencia incide de manera importante en el desempeño y en la capacidad de respuesta que la persona, empleada o integrante de la institución, agrupación o sociedad, da a la prestación del servicio o la atención al cliente. Un efecto contrario, cuando esta persona no se identifica con los objetivos de la organización o


agrupación, o con sus formas de proceder, pone en riesgo la calidad del quehacer institucional, sus productos o servicios, así como la reputación y la imagen institucional. El sentido de pertenencia se refiere a la satisfacción personal de cada uno de los integrantes de ese talento humano de una organización; de ser reconocido como tal, es decir, como integrante de esa organización o grupo o sociedad; desde luego, implica un compromiso consciente y afectivo ante la colectividad en la que participa activamente y con la cual se identifica con sus valores y principios. Al sentirse y ser reconocido como parte de una sociedad, un grupo o una institución, se tiene sentido de pertenencia y por tanto es posible vivir en un ambiente mejor y consecuentemente, los esfuerzos se orientan a cuidado y valoración de sus objetivos compartidos. En una institución u organización, el reconocimiento del trabajo en grupo, del entusiasmo y del afecto por la institución se transmite a los clientes o a su entorno inmediato. Cuando una agrupación, institución o sociedad requiere para sus actividades misionales la conformación de grupos de trabajo o equipos con fines específicos, generalmente se recomienda propiciar un ambiente en condiciones de confianza mutua, la cual se desarrolla a través de la comunicación sincera y de la cooperación; debe conocerse debidamente una estrategia directiva del líder institucional, que destaque la importancia del reconocimiento, la apertura, la responsabilidad, la creatividad y la innovación, algo así como los valores esenciales para propender por una cultura del éxito. También, la comunicación entre los integrantes de la agrupación o institución y su líder, debe ser abierta, honesta y positiva, para que se pueda dar el apoyo mutuo, dado por la reciprocidad como expresión de justicia en las relaciones humanas. Los objetivos institucionales son el componente fundamental que da unidad a la acción, porque señala el derrotero que todos deben a seguir; es por esto que la identi-

ficación y la comprensión con los objetivos de la organización es una tarea difícil por su complejidad y diversidad de aspiraciones, preferencias y experiencias; se requiere un gran esfuerzo continuado para que este largo y laborioso proceso logre tener éxito entre los integrantes de la agrupación o institución. Todo sistema social, agrupación o equipo de personas demanda una acción integradora; por tanto, la labor del director o líder es fundamental, pues su conducta define el marco dentro del cual el grupo o institución puede funcionar con eficacia y desarrollarse de conformidad con sus metas y objetivos orientados por una visión de amplio horizonte. La conciencia de grupo le permite a la persona interpretar, de mejor manera, las necesidades de índole personal y del grupo en el cual se le reconoce como partícipe, posibilitando maneras más efectivas de suplir esas necesidades. En una organización, el sentido de pertenencia se mantiene mediante una estrecha relación positiva en la identidad con los valores y objetivos institucionales, la cultura organizacional, el clima organizacional y la imagen corporativa. Por esta razón, el sentido de pertenencia y el compromiso del talento humano de una organización son esenciales para lograr el éxito en el cumplimiento de metas orientadas por objetivos misionales e institucionales.

Bibliografía Sánchez-Runde, R.J. – Dirección Estratégica de Recursos Humanos. IESE – Universidad de Navarra – Barcelona – 1997 Rodríguez, José María, - El Trabajo en Equipo. IESE Universidad de Navarra – Barcelona – 1997 Alles, Martha- Gestión Por Competencias Ed. Granica – Buenos Aires – 2004 Vause, Bob – Análisis Estratégico de Compañías The Economist – Ed. Cuatro Media – Buenos Aires – 2008 Martínez Bermúdez, Rigoberto – El Jefe Líder Ed. Ecomedios – Bogotá - 2004

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Foto tomada de: www.saluspot.com

ROL DEL MÉDICO ANTE LA SOCIEDAD,

un ensayo para un momento de cambio Desde el periodo Neolítico tardío el médico ha sido un personaje presente en la historia de humanidad, así la actividad “curativa” vista como una disciplina surge cuando los grupos humanos de cazadores-recolectores se hacen sedentarios y sucede la llamada “revolución agrícola” (hace aproximadamente 10,000 años) la cual marcó uno de los hitos de progreso más grandes de nuestra especie.

David Sus Espinosa* 6

Los grupos humanos nómadas de cazadores–recolectores, no poseían la figura del “sanador” y cualquier miembro del grupo podía desempeñar ese papel en una forma totalmente empírica. Con la aparición de asentamientos humanos cada vez más estables, surgen miembros de la tribu o aldea que asumen el deber y el privilegio de tratar la enfermedad; el rol de estos brujos, chamanes o sanadores mantiene límites muy difusos con el rol de los sacerdotes (estos últimos solo se diferencian claramente cuando surgen las ciudades en Sumeria, constituyendo una casta dominante que de-

tentaba también privilegios gubernamentales). Es fácil explicar esta superposición de roles sociales al ver la enfermedad como un castigo de los dioses y a quien pudiera aliviarla o curarla como alguien investido de conocimiento y a la vez de facultades otorgados por tales dioses. Es en la civilización Sumeria donde se desarrolla la escritura y a la vez es en esta donde se encuentra la más antigua transcripción de las responsabilidades de los médicos en el ejercicio de su profesión; así, 13 artículos del famoso “código de


Hammurabi“ se refieren al oficio de los médicos.

Como se mencionó en párrafos previos, el ETHOS del médico, desde sus orígenes, se ha entremezclado con el ETHOS sacerdotal y así ha sido mirado históricamente por sus pacientes y por la sociedad en la cual cumple sus funciones. Prácticamente desde el inicio de la historia la relación entre médicos y pacientes se ha dado como un acto de confianza mutua en la cual estos últimos de-

Foto tomada de: www.labstein.com

Me haría muy extenso relatando todas las referencias sobre prácticas médicas en la antigüedad, y no es el objeto de este ensayo. Baste decir que existen gran cantidad de referencias al tema tanto en la ya nombrada Mesopotamia, como en Egipto, Mesoamérica, India, China y en los pueblos semitas (árabes y judíos). En la Grecia clásica surge un personaje que se ha considerado el “padre de la medicina moderna”; Hipócrates (nacido en la isla de Cos alrededor del año 460 AC), fue el compilador de unos 50 tratados sobre el oficio de la medicina y el fundador de una escuela organizada alrededor de principios éticos médicos y que llega hasta nuestros días por medio del muy conocido (y asumido por nosotros en nuestra graduación) “Juramento Hipocrático”.

consecuencia directa, influencia estas competencias y las regula en relación con los demás y con la naturaleza toda. En estos términos, el ETHOS viene a ser algo así como el fundamento ontológico de una profesión y el elemento esencial que dictamina cómo ha de disponerse la persona para ejercer esa pro-fesión, y cómo las personas que ejercen esa profesión deben comportarse con el fin de alcanzar la plenitud de la expresión del arte o ciencia que profesan .”

La ética ligada a la profesión médica nos lleva a la reflexión sobre un término “ETHOS”, ¿cuál es su significado? Esta es una palabra griega que significa “costumbre”. Homero lo denomina como “morada donde habitan los animales o los hombres”; posteriormente Aristóteles le da otro sentido como “habito, carácter o modo de ser derivado de la costumbre” y el Diccionario de la Real Aca-demia de la Lengua lo define como: “con-junto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona o una comunidad“. Mirado así el ETHOS refleja una posición o actitud del in-dividuo con respecto al mundo y con res-pecto al ejercicio de una profesión. Para Luis Risco en su artículo “Apuntes sobre la configuración actual del ETHOS médico” (1) “…..el ejercicio ético de una disciplina o profesión implica no solo las destrezas y competencias técnicas atingentes, sino también una manera de disponerse sobre la realidad, una forma de mirarla que, como

positan su confianza en los conocimientos de los primeros, así como en la disposición ética para ejercer estos conocimientos y a la vez brindar un apoyo moral y espiritual al enfermo durante la crisis existencial que representa la enfermedad y la muerte. Por su parte el médico espera de sus pacientes un nivel de credibilidad en sus habilidades, de acatamiento a sus prescripciones y confianza ante todo su accionar. Sin embargo, durante el siglo XX y lo que va del XXI la profesión médica está siendo transformada, en la medida en que la sociedad se mueve hacia una época basada en conocimientos, caracterizada por una gran riqueza de información, avances científicos, proliferación de tecnología y orientación corporativa (2). Hay un nuevo tercer actor que se interpone en la relación médico-paciente; lo constituyen los dueños de la medicina administrada los cuales actúan como moduladores de esta relación, sin tener el mismo interés que el médico y el paciente en el resultado exitoso en términos de salud. Es 7


posible que el ETHOS del médico haya migrado desde el carácter sacerdotal que lo investía hacia otro que se parece mucho más al de un “asesor”, y donde su relación es con un “cliente”, alguien que lo contrata para alcanzar determinados fines, en donde esta interacción está reglada y definida por lo que decida este “modulador” (1). El cambio mencionado se ha dado sin que los médicos desempeñemos un papel decisorio en la orientación de este cambio. Mucho menos los pacientes han tenido un rol en la toma de decisiones al respecto. Pienso que las generación actual de médi-

cos no se percatan de la diferencia en el ejercicio contemporáneo con respecto al que teníamos los médicos de mayor edad. En ese cambio de ETHOS los médicos hemos perdido la confianza casi total que tenían los pacientes en nuestro actuar; a su vez, los pacientes han perdido el acompañamiento del médico en términos de asistencia emocional y espiritual ante la enfermedad y la muerte. Esa entrega mutua de confianza no puede darse cuando solo se “contrata un servicio “. Pero además de esta situación, se han involucrado en la relación terceros actores que solo tienen interés en lograr beneficio monetario, como son aquellos que incitan a presentar demandas legales bajo cualquier pretexto y subterfugio. Ante la proliferación de demandas el médico actual adopta medidas durante el acto médico que ya no van en beneficio del paciente sino para resguardarse jurídicamente; esto obviamente encarece en forma desmedida la atención de la salud. A la vez el temor a ser demandado hace que el médico actual no se 8

sienta con la libertad de tomar ciertas acciones que siendo riesgosas podrían eventualmente salvar la vida de los pacientes, ya que en este caso se hace preferible evitar riesgos personales para el profesional (1). ¿Que podemos hacer los médicos ante este cambio de ETHOS? Al parecer ciertos cambios son irreversibles y tal vez debemos resignarnos a la pérdida de los atributos sacerdotales que históricamente han acompañado a nuestra profesión. Sin embargo esto implica un deterioro de la relación con nuestros pacientes y una clara deshumanización de esta; este hecho unido al abandono del arte clínico ante el embate de la técnica y la tecnología, llevaría a nuestra profesión a un nuevo rol muy diferente al que planteo Hipócrates y al que estábamos hasta hace pocas generaciones orientados a ejercer. Manteniendo una actitud optimista creo que quienes dedicamos nuestra proyecto vital no solo a nuestros pacientes sino también a la educación médica podemos y tenemos la obligación de mantener en nuestros alumnos vivos los principios éticos fundamentales de nuestro oficio. Solo a través de una masa crítica de médicos que se involucre en la toma de decisiones sobre nuestra profesión, por medio de la lucha gremial pero acompañados de nuestros pacientes y de la defensa de sus derechos, podremos enfrentarnos a las superestructuras económicas y políticas que solo ven el lucro económico en el manejo de la salud. _____________________________________ REFERENCIAS 1. Risco L. Apuntes sobre la configuración actual del Ethos médico. Acta Bioethica 2009; 15(2):151-156. 2. Sámano Guerra AF. El ejercicio actual de la Medicina. En: Seminario UNAM, www.facmed.unam.mx.

_____________________________________ *David Sus Espinosa, Médico Pediatra Director Departamento de Pediatría UIS


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LA IMPORTANCIA DE LA IDENTIDAD CORPORATIVA

para generar sentido de pertenencia en las organizaciones

Una de las preocupaciones más significativas de las empresas u organizaciones en la actualidad es cómo fomentar sentimientos de pertenencia entre sus miembros o colaboradores para poder alcanzar en el menor tiempo posible y en un buen clima organizacional los objetivos propuestos.

Para conseguir dicho sentido de pertenencia es fundamental que primero la organización se conozca a profundidad y defina de manera clara y concisa su identidad corporativa, la cual debe ser reconocida y aceptada por todos los miembros. La identidad será considera la personalidad de la empresa y por eso de ella depende que sus integrantes se sientan identificados o no con lo que transmite. La identidad corporativa no es una cualidad innata en la organización, debe establecerse por medio de una autoevaluación rigurosa

Diego Peláez Mejía* 11


de sus objetivos, fortalezas, debilidades y potencialidades y a partir de allí definir la misión, la visión, los valores, el logotipo, su imagen, etc., y a través de todos estos elementos comunicar su esencia y propósito, tanto a su público interno como externo. Al igual que la identidad cultural, las empresas se nutren de valores, orgullos, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan para que los individuos que la conforman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia. El término identidad se remonta al siglo V a.C. cuando se asociaba con la práctica del marcaje por parte de los mercaderes y artesanos, quienes imprimían un símbolo para identificar sus productos. Posteriormente, en la Edad Media se utilizó en las

organizado de sus signos de identidad, lo cual hace parte de una estrategia y de una política de comunicación que después deben darse a conocer entre sus miembros. De manera inconsciente o consciente las organizaciones siempre comunican a través de sus diferentes elementos, y este mensaje es el que llega a generar un sentimiento de pertenencia positivo o negativo. Los rasgos de la identidad organizacional se componen del concepto de cultura, porque son elementos establecidos, conocidos y compartidos por el grupo social. Se puede afirmar que la identidad es la personalidad que tiene la organización, construida por su historia, su filosofía de trabajo, su ética, etc., conjunto de características, valores y creencias con que la organización se autoidentifica y autodiferencia de las otras. De acuerdo con Ramírez, et al. (2005), la identidad corporativa refrenda una garantía de autenticidad, y señaliza una pertenencia. Estas dos funciones confluyen en la actividad total que realiza la empresa. De acuerdo con el concepto de identidad de Birking y Stadler (1986) “la identidad corporativa es la autorrepresentación y el comportamiento de una empresa, tanto a nivel interno como externo, estratégicamente planificados y operativamente aplicados. Está basada en la filosofía acordada por la empresa, en los objetivos a largo plazo y, en especial, en la imagen deseada, junto con el propósito de utilizar todos los instrumentos de la empresa como unidad única”.

actividades relacionadas con el comercio para evitar el monopolio, y se impuso como marca de corporación. En la era industrial del siglo XIX se constituyó la marca gráfica, utilizada como distintivo para reconocer la calidad y originalidad de los productos e identificar a su fabricante. A pesar de su origen, la identidad corporativa hoy en día no tiene como objetivo sólo marcar físicamente los productos o las instituciones, sino identificar visualmente un concepto de personalidad corporativa, constituido o fundamentado en la filosofía de gestión de la organización. Según Joan Costa (1999), la empresa es ahora, más que productora de bienes, emisora de comunicaciones. Por eso, más que firmar o marcar la empresa lo que se requiere es disponer de un sistema 12

De esta manera, el objetivo de la identidad corporativa es generar la identificación y el sentimiento de pertenencia en los públicos de la organización, y compilar ciertos valores y características que la empresa asume como propios para la composición del discurso. Posteriormente, el diseño y presentación que componen la comunicación de la empresa consigue que la imagen se ajuste exactamente a la identidad corporativa que produce, la cual se genera por la representación de todos los mensajes simbólicos recibidos de ella. Desde esta perspectiva, la identidad corporativa debe entenderse como una construcción compleja, multifacética y transitoria, debido a que cada uno de sus miembros posee su propia identidad y cuando se mezclan y se manifiestan crean la corporativa, una identidad “amalgamada”. Por eso


debe ser analizada desde cuatro niveles: el individual, el grupal, el organizacional y el societal, para no pensar que algunos procesos sólo dependen de los miembros individuales de la organización o que es un simple efecto de la identidad organizacional.

importantes a parte de la comunicación y el mensaje que transmite la organización, como el reconocimiento, el respeto, las oportunidades de desarrollo, el trabajo en equipo y la evaluación justa, componentes que representan la cultura organizacional.

Para Etkin y Schvarstein (1989) la identidad se materializa mediante su estructura (los recursos de los cuales dispone y el uso que se hace de ellos), por las relaciones entre sus integrantes y con el entorno, por los modos que éstas adoptan, por los propósitos que orientan las acciones y los programas para su implantación y control. Por lo tanto, la identidad es la fuente de la cohesión in-terna que distingue a la organización como una entidad separada y distinta de otra.

Asimismo, la cultura organizacional es considera por autores como Barba y Solís (1997) una especie de pegamento social o normativo que mantiene a la organización unida. La cultura expresa los valores o ideales sociales y las creencias que los miembros de una organización comparten, además estos valores o patrones de creencias se manifiestan por medio de artefactos simbólicos como los mitos, los rituales, los cuentos, las leyendas y el lenguaje especializado. Por eso la cultura, concebida como un conjunto clave de creencias y valores compartidos, tiene importantes funciones, por ejemplo:

Otro autor, Harry Abravanel (1992) sugiere que los símbolos son portadores de sentido, debido a que por medio de ellos se definen las cosas, se establece el contexto y la forma, y sirven para crear la identidad individual y de grupo, pues la identidad se halla siempre dotada de cierto valor para el sujeto, ya que se convierte en un medio para alcanzar un fin. La participación y pertenencia a una cultura dada se realiza estableciendo un lenguaje particular, el cual es elaborado por todo el grupo y compartido con los demás. Los diferentes conceptos sobre identidad corporativa coinciden en que es la expresión de la realidad diseñada de una empresa, la puesta en escena o manifestación diaria mediante distintos medios de los que la empresa puede valerse y al mismo tiempo la percepción de estos por los públicos relevantes.

El sentimiento de pertenencia El sentido de pertenencia sugiere, en casi todas sus definiciones, que todo cuanto existe en la organización le pertenece a todos sus miembros, y por lo tanto deben sentirse dueños, propietarios y hasta accionistas de la firma donde prestan sus servicios. Este valor permitirá que aquellos que hacen parte de la organización trabajen por objetivos y metas en común, lo cual ayudará alcanzar más rápido el éxito esperado. La construcción de la identidad ayuda a refrendar el sentido de pertenencia, valor fundamental para cualquier organización, pero existen otros factores que también son

a) Transmite un sentido de identidad a los miembros de la organización. b) Facilita la generación de compromisos en algo más amplio que el individuo. c) Incrementa la estabilidad del sistema social. d) Sirve como un artefacto que proporciona sentido y significado y que, además, puede guiar y modelar la conducta.1 La importancia de los valores radica en que se convierten en un elemento motivador de las acciones y del comportamiento de los individuos, definen el carácter fundamental y definitivo de la organización, y crean un sentido de identidad del personal o de los miem-

1 MONTOYA F., María. Identidad organizacional en una cooperativa de mujeres. Revista Iztapalapa, No. 56, año 25, pp. 175 – 192. 2007.

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bros que la conforman con ella. Los valores deben ser claros, compartidos y aceptados por los integrantes de todos los niveles, con el objeto de que exista un criterio unificado que fortalezca los intereses de todos los miembros (Martín Fors, 2002). “Cuando una serie de particularidades comunes a un colectivo sirven para distinguirlos de los demás, creando premisas para el autorreconocimiento como parte integrante del mismo, los vínculos de interacción grupal entre los miembros se hacen más sólidos y coherentes, tanto dentro como fuera del contexto de referencia. Se establece una identidad colectiva que traza y norma los mecanismos internos para la acción, conservación y desarrollo grupal, así como para mediar las relaciones con otros grupos” (Vargas, 1998).

Cuando cada uno de los miembros de la organización es consciente de los códigos que comparte con el resto del grupo y se siente representado en ese mundo simbólico que recrea la organización es cuando se da el sentido de pertenencia, lo cual implica una actitud consciente y comprometida que caracteriza una determinada colectividad de la cual el sujeto participa en todos los niveles. “El grado de compromiso individual y colectivo, así como los vínculos afectivos que se consolidan mediante el sentido de pertenencia son tales, que aún en los casos en que cesa la relación activa con el medio que lo origina, puede mantenerse la identificación con sus valores representativos, mientras estos no entren en conflicto con los valores más raigales de la identidad personal. La 14

duración de este lazo emotivo es, por tanto indeterminada, y sólo se extingue en la medida en que se transforman y construyan significados que enajenen la identificación del sujeto con los mismos” (Vargas, 1998). Algunos principios que permiten a las miembros de un colectivo tener sentido de pertenencia están relacionados con la participación activa en los procesos de su institución o grupo; asumir los compromisos a los que se compromete por el simple hecho de integrar la institución, respetar al resto de los miembros, su filosofía, sus políticas, sus normas, sus símbolos, así como valorar y reconocer la importancia de la organización como actor de la sociedad. Para una empresa, contar con un alto sentido de pertenencia por parte de sus miembros es fundamental, porque los planes y pro-gramas que se ejecutan al interior deben ser fruto de un trabajo realizado por placer y no una obligación. La pertenencia hace que todas las acciones estén encaminadas al mejoramiento y a la calidad. Asimismo, el sentido de pertenencia está relacionado con la satisfacción personal de cada individuo que se autorreconoce como parte del grupo, lo cual implica una actitud consciente y comprometida afectivamente ante la colectividad, en éste caso, la organización a la que pertenece. El sentido de pertenencia no se constituye en un asunto individual, sino que se hace y tiene sentido en cuanto forma parte de una comunidad, donde los intereses individuales se pierden en el conjunto y se funden hacia un objetivo en común. En el caso de las organizaciones científicas gremiales, consideradas organizaciones sociales, cuyo objetivo no es la generación de ganancias, sino trabajar por el mejoramiento social y económico de sus asociados, pueden llegar a requerir más cualidades para sobrevivir que las sociedades mercantiles, en las cuales la coordinación de los factores productivos está en manos de un reducido grupo que tiene la autoridad, mientras que en las organizaciones gremiales responde, principalmente, al trabajo en equipo, por lo que todos sus miembros deben contar con una serie de valores que les permita funcionar de manera colectiva, con el fin de lograr los objetivos para los cuales fue creada la organización.


Conclusiones La implementación de una identidad corporativa sólida, que nace de un proceso de autoanálisis de las debilidades, los objetivos, las fortalezas y las amenazas para definir la personalidad de la organización como la misión, la visión, las estrategias y su imagen corporativa, permitirá que sus miembros o colaboradores se sientan más cercanos a la organización y, por ende, con un sentido de pertenencia. Consciente o inconscientemente todos los elementos simbólicos de la organización comunican algo a sus diferentes públicos, quienes a su vez construyen su propia imagen. La identidad se materializa mediante su estructura, por las relaciones entre sus integrantes y con el entorno, por los modos que éstas adoptan, por los propósitos que orientan las acciones y por los programas para su implantación y control. También es evidente que el sentido de pertenencia no se constituye en un asunto individual, sino que se hace y tiene sentido en cuanto forma parte de una comunidad, donde los intereses individuales se pierden en el conjunto y se enfocan hacia un objetivo en común. Por eso, cada uno de los miembros de la organización le aporta a esa

construcción de la identidad corporativa su propia identidad, conformada por sus valores personales y culturales. El sentido de pertenencia en una organización nace de la comunicación constante, directa o indirecta, que hace la empresa a través de su identidad. Sin embargo esta construcción no es sólo endógena, sino exógena, cada uno de sus miembros aporta desde su identidad, y debe entenderse como una construcción compleja, multifacética y transitoria, debido a que cada uno aporta su grano de arena en la construcción de la identidad corporativa y el clima organizacional. _____________________________________ Referencias 1. PIZZOLANTE N, Italo. Reingeniería del pensamiento. Identidad e imagen corporativa: una estrategia para crecer. Editorial Panapo, 1999. Caracas, Venezuela. 2. VARGAS A, Ana. Identidad y sentido de pertenencia: Una mirada desde la cotidianidad. Revista Siglo XXI, año 4, Vol. 11, 1998. México. 3. TORRECILLA, Oscar. Clima organizacional y su relación con la productividad laboral. Recuperado el 2005, vol. 15. 4. RAMÍREZ, Fanny; SÁNCHEZ, Margarita; QUINTERO, Hugo. El papel de los valores en el desarrollo de la identidad corporativa. Revista Negotium, año 1, No. 1, 2005. 5. PEROZO DE JIMÉNEZ, Graciela y DEL VALLE URDANETA, Marisela. Análisis estratégico de grupos de interés e imagen corporativa de las empresas privadas venezolanas. Revista Venezolana de Gerencia., vol.11, No. 34, pp. 181-198, 2006. 6. MONTOYA F., María. Identidad organizacional en una cooperativa de mujeres. Revista Iztapalapa, No. 56, año 25, pp. 175 – 192. 2007.

* Médico Anestesiólogo y Director Ejecutivo de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (S.C.A.R.E.).

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¿Estamos frente a la transformación de la identidad del educador de la sociedad del

conocimiento? Este ensayo parte de la pregunta ¿estamos frente a la transformación de la identidad del educador de la sociedad del conocimiento? Para la Real Academia de la Lengua Española, la palabra identidad deriva de, (Del b. lat. identitas, -átis), que significa conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. Si analizan estos rasgos del concepto identidad se encontrará un primer acercamiento al “ser” de la persona, que en la sociedad ha asumido el papel de educar, actor que denominaré en este escrito; educador, rae.(Del lat. educátor, oris). Adj. Que educa. U. t. c. s.), este concepto está relacionado con el “Acto de Educar” que estará inmerso en las características del tipo de sociedad donde vive; sobre el particular Flores, afirma: “La identidad se construye mediante un proceso de aprendizaje, un diálogo continuo entre el proceso individual y la cultura. La interacción de lo público, lo privado, lo individual y colectivo en el sujeto y el medio en el que vive; factores que le permiten conformar su identidad de educador en los planos de los privado e individual, lo público y lo colectivo”.

Alhim Adonaí Vera Silva 16

Estas ideas posibilitan entender a la identidad desde una línea socio-cultural; así como de las interacciones de esa identidad con una sociedad y una época determinada. Si deseamos darle al concepto identidad un

escenario teatral encontraremos que los actores del “Acto de Educar” tienen unos papeles que desarrollan a través de la obra artística; en el mismo escenario de la actuación, mirado desde la sociedad, unas personas han asumido el “Acto de Educar”, son los “educadores” y otros el “Acto de Aprender”, son los “aprendices”; estos dos actores centrales en la obra educación, han recorrido diversos escenarios, desde la época primitiva, hasta la sociedad del conocimiento, encontrando que sus obras implican un dialogo, entre el ser individual, el ser familiar, el ser social, el ser cultural a través de la educación, que en este escenario varía de acuerdo a la época, la cultura y la sociedad dominante. En la época primitiva el “Acto de Educar”, se representaba en un escenario mágico real, su apropiación se realizaba de forma natural, espontanea, imitativa; el aprendiz aprendía, lo que el adulto había demostrado que servía para sobrevivir; comenzaban a surgir los gérmenes de la “interacción del aprendizaje”, no habían la intención de un actor que sabía, sobre un actor que no sabía; era una relación natural del saber, entre lo colectivo, el sujeto, la naturaleza hostil y sobrevivir, donde un líder del saber en la comunidad comienza a ser imitado, a ser reconocido, a ser seguido por el aprendiz que encuentra que sus actos son acertados; y


los demás hombres- aprendices de la cavernas, lo eligen como aquel que tiene una habilidad que le otorga una identidad en el escenario de la actuación que puede ser imitada. El hombre primitivo que tiene el conocimiento acompañado de una habilidad, no la enseña en forma intencional “él actúa, se convierte en un modelo, por su capacidad de resolver problemas”; en esta época no existe el reconocimiento institucional entre un educador y un aprendiz, el otro aprende viendo, comprobando, sobreviviendo; el aprendiz de las cavernas que se equivoca frente a una leona hambrienta muere, no existe la posibilidad que pase por lo menos las pruebas de Estado llamadas “ICFES”. En la época esclavista, surge una diversidad de papeles en el “Acto de Educar”, al descorrerse el telón, los actores en el teatro social aprenden que para sobrevivir, hay que conocer nuevos poderes que aparecen con mayor nitidez; la obra comienza a distinguir los poderes sacerdotes, los militares, los políticos, los amos y a los esclavos. Las identidades de los actores comienzan a ser de rasgos más firmes, más definidos por el un nuevo orden social; las cavernas de la vida salvaje se hacen inseguras, es necesario separar al hombre del peligro de la muerte, necesita protegerse con un concepto de ciudad con murallas, que impidan el acceso fácil acuático, aéreo o terrestres de sus enemigos, deja de ser nómada y se convierte en sedentario, nace el concepto de propiedad privada. En el nuevo teatro social comienzan a surgir nuevos actores unos con poder y otro doblegados a ese poder; dos clasificaciones de hombres, surgen dos clases sociales, los amos y los esclavos; aparecen las asimetrías, los esclavistas, los dueños del poderes necesitan garantizar la continuidad del modelo esclavista, por ello los descendientes de las estirpes educan a los aprendices con la palabra severa a través del trívium y cuatrívium, que se puede reconocer como el surgir de las artes liberales, allí danza la palabra; mientras que en el grupo de hombres esclavizados, serán adiestrados a la obediencia, doblando la cerviz a la punta del calcetín, con la dureza del látigo que cierra los labios incluida la muerte. En la época Feudalista aparece en “Acto de Educar” el teatro de las luchas de dos poderes relacionados con el saber: con una

fuerza aplastante el poder clerical con una verdad celestial cifrada en la fe, en el creer en el esperar y otro poder naciente el poder terrenal de la verdad basado en la razón; el poder celestial de las religiones por un lado con los fanatismos, los cismas y las persecuciones estremecen el planeta, el poder terrenal con reyes, condes, príncipes inician una expansión de sus propiedades terrenales con una nueva concepción del poder sembrado n el dominio de la territorialidad. La religión pasa del politeísmo al monoteísmo, y los feudales pasan de un castillo al dominio de varios Estados. Las religiones tratan de imponer un solo Dios como el único del universo. En el siglo XII, surge la universidad occidental, para dirimir el conflicto de poder acerca del origen de la verdad: se discute la solidez de la verdad; o tiene origen divino, o tiene origen terrenal; época conocida como la “lucha de las envestiduras” o de las identidades, no obstante de los poderes adquiridos, los Reyes querían ser Papas y los Papas querían ser Reyes y en efecto así lo hicieron, solo basta recordar la familia Borgia; la universidad permanece en la semioscuridad de los confesionarios.

Los monasterios se convirtieron en universidades y los castillos en centros de entrenamiento militar, aunque al final los ejércitos se prestaban los combatientes entre sí. “Acto de Educar”, tendrá la identidad del educador en el molde religioso que enseña en la fe, el dogma y la disciplina y surgen para el aprendiz tres identidades que le permiten sobrevivir: en la primera el aprendiz doblega su identidad a la servidumbre religiosa que es una de las formas de mantener el estatus quo, desde el clero; la segunda, cincela los músculos de la identidad guerrera a su personalidad de obligaciones militares que garantiza su supervivencia en los cuarteles; tercera, asume las características del aprendiz de oficios y servidumbres que con 17


el comercio les permite sobrevivir, siempre y en todos los casos bajo la sombra de un Protector, Rey, Papá o Maestro de Oficios, gérmenes del libre cambio, las revoluciones y la producción industrial. En el teatro de la época capitalista “Acto de Educar”, se encuentra con las maquinas que desplazan a los animales en la mayoría de escenarios del mundo, las energías se vuelven trabajo, surgen las cadenas industriales; la visión del universo cambia, ya no se gira alrededor de la tierra, idea teocéntrica, ahora es heliocentrismo quien domina; el hombre tiende a huir de la verdad celestial, se libera de sí mismo; investiga y se inicia el desarrollo de las ciencias; el trabajo se fragmenta, se cosifica y se vuelve cadena de producción serial, el “Acto de Educar” sufre los embates de la organización empresarial; el hombre liberado de sí mismo, de su inmortalidad celestial, es atrapado por la realidad terrenal; la relación entre educador y aprendiz, pasa a ser mediada por un realidad de la educación vista desde la empresa, que se fracciona como en la fábrica; se camina de la contemplación, a la acción; se crean nuevas ciencias relacionadas con el hombre y la sociedad; sociología, psicología, antropología, economía, entre otras que contribuyen con sus cuerpos científicos a desmenuzar la comprensión del ser humano.

El educador ahora es un especialista atormentado que enseña parcelas del conocimiento sin liberarse de los dogmas religiosos; su identidad es una mixtura en las ideologías políticas cruzadas por creencias que se alimentan de la ideología empresarial, el educador y el aprendiz acercan sus identidades al mismo espejo de los objetivos instruccionales, medibles, evaluables y 18

verificables; los actores de la obra de teatro asumen la identidad de la cultura que se les impone; solo conocen un pedazos de realidad de su profesión, realidad a su vez subfragmentada, en la idea de piezas de conocimiento, que como las piezas de la industria en algún momento se ensamblan, El aprendiz pregunta y ¿eso para qué lo aprendemos? Y la famosa respuesta del educador “más adelante lo aplicaremos”. El aprendiz es un sujeto al cual hay que entregarles pedazos de conocimiento a través de una organización, rentable, eficiente y controlable; se hace evidente la separación de las visiones entre, lo público y lo privado; lo empresarial y lo social; lo religioso, lo laico; la identidad y la cultura, se fragmentan. El Estado apuesta a una educación pública, cifrada en el modelo derivado de la empresa y el clero asume una educación sustentada en el modelo de la iglesia; sin embargo los poderes políticos, religiosos y económicos, realizan intervenciones a través de concilios, concordatos, leyes donde su fusionan para disfrutar un poder compartido, incluso sin impuestos en los últimos dos siglos. La visión empresarial del capitalino ve en la educación una estrategia para la formación de los líderes, los cuadros y los obreros sobre cuyos hombros recae la organización, la ejecución y la comercialización del trabajo en la industria corazón del capital y la educación se convierte en su abastecedor permanente de aprendices calificados y comienzan a surgir los gérmenes de estrategias de administración de la educación planetarias lideradas en la educación superior por la UNESCO. El “Acto de Educar” en el teatro de la época de la sociedad de la información, sociedad del conocimiento, o sociedad red como la ha denominado, el español Manuel Castells, se produce en cambio inédito en el papel de los actores de la obra llamada educación, va tener giros inauditos con relación con las épocas que la precedieron, si se colocará a un educador en la película de Charles Chaplin, donde es deglutido por una máquina, encontraríamos ahora a un educador en cuidados intensivos de la avalancha de la época industrial y desconcertado con una revolución en todos los campos del conocimiento, del arte y de las ciencias que estremece el planeta con sus asimetrías, desprecios e indolencias. Y él como responsable de la hecatombe y la pregunta donde se encontrará la identidad del educador del siglo XXI que ha sido fragmentada


por la sociedad industrial y que ahora tiende a integrarse en universo altamente complejo, donde se reconoce lo poco que conoce de su incertidumbre, caos y diversidad. El reto es recoger los pedazos del espejo roto que partió la época industrial para volverlo a pegar, el problema de este ejercicio de reconstrucción de identidades según la sabiduría china radica que aunque pegado las distintas partes del espejo se lo notan las fisuras. Una de las características del teatro de la sociedad del conocimiento es la reintegración de lo que la sociedad industrial fragmentó; en la sociedad del conocimiento, la inteligencia, (cerebro), el corazón, (pasión) y las manos, (acción) se rencuentran, se reinterpretan, se reestructuran; este fenómeno incide en forma directa en las nuevas identidades que surgen del educador y del aprendiz en relación con las cosmovisiones del universo, la revolución en las ciencias, las tecnologías y el arte, y la desaparición entre sus fronteras, hacen de la realidad una complejidad cada vez menos explicables desde una sola disciplina, profesión o misterio. La sociedad del conocimiento está inmersa en grandes problemas, como el calentamiento global, la lluvia acida, el avance de los desiertos, la desaparición de los páramos, las centrales nucleares, las guerras químicas, el terrorismo desbordado de las orillas del antaño; una sociedad que lucha para satisfacer las necesidades básicas de sus familias: alimentos, salud, educación, seguridad, y que se debate frente a una revolución científica tecnológico y artística que no cesa. Desde estos escenarios el educador inerme, desconcertado, apabullado, sumido la sociedad del conocimiento, en la lucha de los pueblos, en la civilización de espectáculo2, en la sociedad civil, buscando su identidad, frente a los retos que implica esta nueva era moderna. En este “Acto de Educar”, el escenario teatral de la identidad del educador y del aprendiz se ven bombardeadas con millones y millones de toneladas de información, instantánea, temporal o atemporal, sincrónica,

2 Según Mario Vargas Llosa la civilización del espectáculo es: “la de un mundo donde el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, y donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión universal…pero convertir esa natural propensión a pasarlo bien en un valor supremo tiene consecuencias inesperadas: la banalización de la cultura, la generalización de la frivolidad y, en el campo de la información, que prolifere el periodismo irresponsable de la chismografía y el escandalo…la publicidad se convierte en madre y maestra mágica de nuestro tiempo… en la civilización de nuestros días es normal y casi obligatorio que la cocina y la

asincrónica, miserable y monumental; estos conocimientos e informaciones, pueden estar curados, o sujetos a la libertad del educador y del aprendiz para percibirlos, entenderlos y aplicarlos en forma directa o mediada por las redes de las sociedad del conocimiento, que además multiplican toneladas de información inservible- basura. A esta altura de la obra la reinvención de la educación lleva a la reinvención del educador, del aprendiz, del conocimiento, de la sociedad, la biodiversidad y del universo. Edgar Morín en obra los “Siete Saberes”, nos indica nuestra naturaleza cósmica y terrenal, nos descubre las cegueras del conocimiento y nos invita a la construcción de una ética de convivencia planetaria, sin verdades absolutas, con la humildad de quien aprende. “Está naciendo una nueva sociedad, nuevo educador y sobre todo un nuevo aprendiz que está gritando su libertad, su liberación, su nueva identidad; cuestión que nos lleva a la reinvención de la educación desde las potencialidades y necesidades de la sociedad civil, la cultura, y la complejidad del conocimiento del siglo XXI”.

En el espacio del teatro de la educación en el siglo XXI, sugeriré unos rasgos de la identidad del educador en la sociedad del conocimiento a modo de pretexto para iniciar el trabajo colectivo de recomposición, construcción o desconstrucción de las diversas partes del espejo que rompió la época industrial y que deben ser armados con las lógicas de la sociedad del conocimiento distintas a la organización del conocimiento empresarial industrial.

moda ocupen buena parte de las secciones dedicadas a la cultura y que los “chefs” y los “modistos “y “modistas” tengan ahora el protagonismo que antes tenían los científicos, los compositores y los filósofos. Los hornillos, los fogones, y las pasarelas se cofunden dentro de las coordenadas culturales de la época con los libros, los conciertos, los laboratorios, y las óperas, así como las estrellas de la televisión y los grandes futbolistas ejercen sobre las costumbres, los gustos y las modas la influencia que antes tenían los profesores, los pensadores y (antes todavía) los teólogos.

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Nueve rasgos que pueden contribuir a fortalecer La identidad del educador en la sociedad del conocimiento. (ver gráficas sobre rasgos) 1.Interpreta la cultura y el arte como base de su identidad y sensibilidad científica y social. Este rasgo tiene que ver con las teorías, habilidades y actitudes que desarrolla un educador desde la cultura y el arte para crear ambientes de aprendizaje que permitan al educador y aprendiz desarrollar procesos diaculturales para compartir los conocimientos en el ámbito planetario en forma autónoma. Estudios recientes tienden a demostrar que las personas que disfrutan el arte desarrollan mayores niveles de sensibilidad social cultural y científica. 2. Reconoce la complejidad del universo y los procesos de globalización. La sociedad del conocimiento está cruzada por la globalización; este rasgo socializa el reconocimiento de la complejidad y el fallecimiento de las verdades absolutas que puede llevar a la tiranía de la economía sobre la sociedad. La complejidad y el caos son variables que tanto educadores como ap-

rendices asumen en los nuevos rasgos de la educación virtual del siglo XXI. La globalización tiene virtudes y efectos negativos en la tensión entre lo global y lo local; entre homogeneidad y heterogeneidad; entre el desarrollo social y/o desarrollo empresarial que deben ser examinados desde la crítica con estrategias de solución. El ser de la educación se mece entre países globalizantes o países globalizados. 3. Maneja el pensamiento científico en la solución de problemas. Este rasgo es esencial en la construcción colectiva de la sociedad del conocimiento. Es a través de la articulación teoría-practica; mediante la aplicación de los métodos científicos en la solución de problemas que se podrá aportar un valor agregado al mundo científico, tecnológico, o artístico, productivo y social, de la región, del, país y del planeta. Esta falencia hizo que los estudiantes co-lombianos en las pruebas PISA 2009 ocuparan entre 156 países, el puesto 156. 4.Desarrolla investigación e innovación contextualizada a sus ámbitos. Este rasgo relaciona dos habilidades propias de la sociedad el conocimiento, la investigación y la innovación, pilares para el

Fuente: Alhim Adonaí Vera Silva.

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desarrollo sostenible del mundo productivo y la transformación de los contextos y espacio de vida social. Los países pueden tener inmensas riquezas en recursos renovables y no renovables, pero si en la educación no anida la investigación y la innovación estos países vivirán en extremas pobrezas y explotados. La investigación y la innovación son la alternativa en el “Acto de Educar”. 5.Domina la comprensión de textos y contextos en la toma de decisiones. Este rasgo es vital en el abordaje de la realidad y la toma de decisiones. Una correcta decisión se basa en un solido conocimiento del ámbito donde desarrollo su quehacer y sus relaciones planetarias; su teorización, su prospectiva y su acción. Son comunes los errores en la toma de decisiones por motivos personales, emocionales, partidistas, cuyos efectos se notan en el atraso de las instituciones, las organizaciones, las empresas, y los países. 6.Actúa con ética en los trabajos científicos, culturales y sociales. Este rasgo es indispensable en el actuar de un educador. Este rasgo es el sello de honestidad y ética que requiere las nuevas organizaciones del conocimiento mucho mas autónomas flexibles y planetaria. Una de las críticas más violentas tienen que ver en nuestros países por los altos niveles de corrupción incluso de personas que han pasado por las mejores universidades donde el objetivo central es el capital habido sin ética. 7.Conoce los ámbitos regional, nacional e internacional de su campo de formación y las relaciones con otras ciencias. Este rasgo de la identidad le permite el ejercicio de la disciplinariedad, interdisciplinariedad, transdisciplinariedad, y multidisciplinariedad como formas de trabajo científico que además comienzan a borrar sus

fronteras para una nueva dimensión de la complejidad y fragilidad de las ciencias, las tecnologías y el arte. El siglo XXI, requiere de un educador y un aprendiz que sepa conjugar estos escenarios de articulación científica. 8.Lidera equipos de trabajo y redes virtuales para la articulación con el mundo productivo, la investigación y la innovación. Este rasgo es funcional en el sentido que centra su hacer en el trabajo y aprendizaje colaborativos en los equipos y en las redes académicas debido a que propicia la fundamentación, la replica, la verificación y el desarrollo de teorías, hallazgos innovaciones, registros, patentes y publicaciones compartidas en redes para el desarrollo de la sociedad, el conocimiento y el mundo productivo. 9.Comunica sus ideas, proyectos a través de redes, equipos, TIC y diversos medios de comunicación e idiomas. Este es uno de los rasgos más importantes pues consiste en demostrar a las comunidades científicas en el ámbito regional e internacional el aporte de la investigación al conocimiento, a la sociedad de la región y del ser humano. Su aporte consiste en la construcción científica de un corpus que oriente las estrategias de desarrollo social sostenible para la permanencia, la convivencia y vida en el planeta. 1 Alhim Adonaí Vera Silva, Doctor en Educación, UAEM, México, Magíster en Educación. Universidad Pontificia Javeriana, Facultad de Estudios Interdisciplinarios, Bogotá. Licenciado de la Universidad de Pamplona: Decano Educación UNAB, Vicerrector Académico USCO, Director Centro de Investigaciones, USCO, y en esencia profesor titular investigador. Representó a la Comunidad Académica de las universidades de Colombia ante el Consejo Nacional de Educación Superior (CESU) 1995 - 1997. línea de investigación: Estrategias lúdicas virtuales en la adquisición y desarrollo de competencias para la sociedad del conocimiento ESLUVIRTUAL. Como actividad artista ha escrito y publicado libros de poesía y cuentos: Treinta y tres reflexiones y un silencio” y “Destellos de modernidad”; en el campo de la cuentista: “Maniobra universitarias para enderezar a un loco casi perfecto” y en publicación el libro: “Bajo el signo del crepúsculo yo te espero”. Correo: adonaiorama@gmail.com

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sentido de pertenecia

laboral

“Cuando el hombre forma conciencia de grupo, interpreta mejor las necesidades de sí mismo y de su grupo encontrando maneras eficaces y efectivas de suplir dichas necesidades”

José Fernando López Zambrano 22

Roger Chaín Acosta en uno de sus trabajos, dice: “EL Sentido de Pertenencia es un proceso que va directamente ligado al crecimiento personal y organizacional, que implica reconocer las diferencias de los individuos y sistemas en los que se desenvuelve reconociéndose así mismo con debilidades, fortalezas, sentimientos, pensamientos, problemas y un sin número de características intrínsecas de cada ser humano que lo afectan y afectan a los otros”.

Corroborando lo anterior se hace necesario al interior de la empresa colombiana fijar los criterios básicos de salud laboral coherentes con la intención gubernamental a expresada a través del nuevo Sistema de Riesgo Laborales, en la Ley 1562 de 2012, en donde se establecen los campos de actuación de la comunidad laboral en general para el crecimiento de la productividad individual y colectiva como factor de desarrollo sustentado en el sentido de pertenencia de las partes en acción.


Es por ello que el Sentido de pertenencia para muchas empresas dentro del esquema de su Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo es un valor fundamental debido que genera en los empleados el compromiso con la organización, haciendo que estos se vinculen, se identifiquen y se obliguen, con los objetivos de las mismas.

solidaridad. De modo que la seguridad personal no se transforma en un hecho angustiante y se abren espacios a la creatividad, a las creencias, a la contemplación, a la integridad, a las esperanzas, al afecto entre los miembros de todos los estamentos que aglutinan seres humanos disímiles pero con profundo respeto por las diferencias.

Esto es, que deben constituirse en parte activa del nuevo enfoque de la Salud Laboral en Colombia donde la Promoción y Prevención de las contingencias tales como el Accidente de Trabajo y la Enfermedad Laboral, son elementos cohesionadores del resultado final del desarrollo personal y del crecimiento espiritual de los individuos.

Hay que dejar en claro que el sentido de pertenencia como la satisfacción personal de cada individuo autorreconocido como parte integrante de un grupo, implica una actitud consciente y comprometida afectivamente ante una determinada colectividad, en la que se participa activamente identificándose con los valores, Misión y Visión, que le dan dinamismo a la acción del trabajo y sus elementos preservantes de la Salud Laboral.

De igual manera, este sentimiento de adhesión para con la entidad se genera en primer lugar por una buena comunicación que la organización proporciona, como elemento fundamental de cohesión entre los empleados y demás jerarquías empresariales; para reforzar lo anterior es importante conocer lo que la Comisión Económica para América Latina CEPAL (2007) define como concepto de Sentido de Pertenencia “en el que Incluye todas aquellas expresiones psicosociales y culturales que dan cuenta de los grados de vinculación e identificación ciudadana con respecto, tanto a la sociedad mayor como a los grupos que la integran, elementos que constituyen el adhesivo básico que permite a la sociedad permanecer junta y que, al mismo tiempo, inciden en las reacciones de los actores frente a las modalidades específicas en que actúan los diferentes mecanismos de inclusiónexclusión”. En un contexto estable ya sea familiar, laboral o social, el ser humano adquiere sentido de pertenencia al experimentar un entorno protector que lo acepta como un miembro más, que lo ampara, donde la búsqueda de referencias no son externas, sino al interior de esta comunidad, tal es el caso de todo tipo de organización antropocéntrica, en la que al individuo lo provee de confianza básica, donde lo espiritual y material, están ahí, transformados en lealtad, en respeto y en

En el aquí y en el ahora el mundo está afectado en sus valores éticos. Los principios fundamentales sobre los cuales nuestros ancestros concibieron y construyeron la sociedad contemporánea, se encuentran erosionados. Se ha perdido el sentido de unidad y eso hace que como individuos moralmente débiles, y como conjunto social… vulnerables, tengan asiento en la sociedad moderna las maneras inadecuadas de resolución del conflicto y de convivencia ciudadana. Integramos una localidad, una región y un país pero como individuos se ha incrementado la distancia entre sus componentes y se ha perdido la unión que hacía, en otros tiempos, mejores padres, mejores trabajadores, actores sociales respetuosos de las instituciones legalmente constituidas, pero especialmente vecinos solidarios y buenos ciudadanos. El bombardeo constante de consumismo, vanidad desbordada, violencia sin límites, indiferencia afectiva y… hasta sexo grotesco, han producido sus resultados: en un pragmatismo sin claridad conceptual, cortoplacismo en la toma de decisiones fundamentales, irresponsabilidad social en el comportamiento ciudadano, indiferencia afectiva y espiritual; pero también han disminuido la firmeza en la acción, profundos 23


vacíos conceptuales, difíciles de superar y que entorpecen el desarrollo de las comunidades en general pero en especial en el campo laboral. Frente a esas realidades, no queda otro remedio que fortalecer en las instituciones que todavía quedan en pie, el Sentido de Pertenencia adecuado a los planes políticas y acciones específicos, que propendan por una estructura de la Salud Laboral dentro del marco legal de nuestro país.

“La sociedad refleja la salud de las grandes instituciones, las cuales reflejan la salud de las familias, las cuales a su vez reflejan la salud de las personas.”

des o sociedades donde hacen su vida cotidiana, convirtiéndose esta situación en caldo de cultivo apropiado para la violencia social, intrafamiliar y política. Cabe recordar, para finalizar, que el sentido de pertenencia significa arraigo a algo que se considera importante, como personas, cosas, grupos, organizaciones o instituciones, que contribuyen a alejar o atenuar la soledad, que hoy afecta a los grandes conglomerados humanos, promoviendo por tanto, insensibilidad, guerras fratricidas, egoísmo, violencia social, intrafamiliar, política y económica, desconfianza generalizada, y un sentimiento progresivo de inseguridad y… desamparo, de falta de autoridad, falta de compromiso, aislamiento social, que están estrechamente relacionados con la improductividad empresarial, la inseguridad e inestabilidad laboral, todo ello ante la mirada irresponsable del estado.

“La guerra es la más grande plaga que azota a la humanidad; destruye la religión, destruye naciones, destruye familias. Es el peor de los males.” - Martín Lutero

Se siente en el ambiente empresarial colombiano la pérdida de valor del sentido de pertenencia típico de los seres racionales civilizados, ya que con los nuevos esquemas de contratación, las reformas al sistema laboral colombiano, especialmente las del anterior gobierno, han generado que las personas se noten profundamente afectadas en su identidad, se haya incrementado el deterioro de la interacción del grupo familiar, laboral, y especialmente en las comunida-

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Al priorizar el logro de cosas materiales frente a la solidaridad, la sensibilidad humana y al crecimiento espiritual, se violenta de manera profunda el sentido de pertenencia del colombiano al sitio de trabajo, al lugar que lo vio nacer, a la escuela o universidad donde se formó, al grupo de amigos y a la comunidad en general, aislándose de las cosas que generan ese importante elemento vivencial, que produce seguridad y hace sentir al ser humano, parte de algo… importante, para su vida y las de quienes le rodean.



Versión IMPRESA Marzo,

Abril, Mayo

de 2010

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ISSN 2145-5

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Nuestra

camiseta

El sentido de pertenencia, aquel que se identifica con la sencilla frase “ponerse la camiseta”, alberga la conexión con los conceptos más profundos del cuestionamiento ontológico; qué somos y para qué existimos y en consecuencia si logramos construir un imaginario en estos linderos del ser, nuestras acciones estarían entonces desarrollando el potencial que justifica nuestra existencia. ¿Quién soy yo y hasta dónde llega mi entorno? Mi individualidad y su interior cómo se refleja o expresa o conecta con lo que me rodea? Para aproximarnos en conceptos que nos ayudan a reflexiones con referentes comunes, establezcamos como partida la ecuación Universal:

resultado, donde Infinito (∞) se transformará en el espacio más cercano al alcance de la visión del sujeto, hasta donde logra formar su imaginario, génesis de la conciencia, tanto en su mirada hacia adentro (interior), como su alcance externo (Entorno)

Sujeto + ENTORNO = ∞

Llamemos EEO, al Espacio del Entorno Objetivo, y obtendremos el siguiente Corolario:

Para que esta ecuación adquiera sentido práctico, es necesario definir los límites tanto del sujeto como del entorno y la ecuación mantendrá sentido en la transformación del

EEO = ∆ Linderos = Lindero del objeto – lindero del sujeto.

Franz Mutis Caballero 27


Establecer el lindero del sujeto, es definir al mismo sujeto, el que actúa, es definir una de las partes de la polaridad y bien puede ser un individuo o una colectividad. Cuando se trata de un sujeto individual se puede referir al cuerpo Físico, Afectivo, Mental o Ideológico de un ser humano, o al yo integral con cada uno de sus cuerpos, como sujeto activo, como también podría referirse a un yo más elaborado, al yo profesional, con su cultura y conocimientos de especialista formado en la academia, para actuar ante y sobre la sociedad (objeto de la acción u entorno). El sujeto colectivo trata de un cuerpo social más amplio, que bien puede ser una organización de profesionales, una empresa, una ONG, una región, o incluso una nación o liga de naciones. Definido el sujeto, sus linderos, de donde deja de ser lo interior, y aparece lo exterior o entorno, es preciso definir.

Tanto hacia adentro como hacia afuera, el conocimiento es la clave para que ese sujeto, entendiendo sus potencialidades, se proyecte en su entorno, sobre los espacios que le dan la posibilidad de acción. Su potencia interna genera capacidad de interacción con el objeto. En el sujeto está la capacidad creativa, en el objeto encuentra la posibilidad de su realización. Internamente se establecen los objetivos, se dibuja el sueño, se prospecta, se planea y solo con la acción, que se con-creta en el entorno, con las herramientas del conocimiento, se plasma su realización. Se establece una polaridad de pensamiento y acción, de teoría y práctica, que en definitiva son la formación de conciencia sobre el sujeto y el objeto, que solo se logra con el conocimiento en la abstracción interna y en la comprobación fáctica de los planteamientos, los hechos, las acciones, las realizaciones. Las distorsiones entre lo planeado y lo realizado acumulan frustración transmutable en experiencia, conocimiento empírico que a su vez se reconstruye en conceptos teóricos, generando nuevas posibilidades para la acción, que en últimas alimenta la ilusión del cumplimiento de objetivos, planes y programas que, cuando se logran, acercan al sujeto a un estado superior de realización en la medida que una creación mental se materializa. El conocimiento científico y el desarrollo tecnológico, además de ser una expresión per se de ese par polar creativo, se convierten en la herramienta del hombre, que transforma al mundo con el avance del conocimiento como expresión de su civilización.

El Segundo Lindero o límite más lejano hasta donde el sujeto tiene capacidad de actuar y de donde se le puede influir. Ese entorno se convierte en su objeto. Este segundo lindero, más que un espacio geográfico o físico, es definido por varias componentes que conforman el campo de la actuación, así, la naturaleza de las acciones señala la necesidad de diferenciar el entorno por área de modo que, podemos hablar del entorno económico, del social, del ambiental, del cultural, etc. Y entender también que la tecnología disponible en informática y comunicaciones, hace que elementos del planeta que antes no nos impactaban en forma registrable, hoy, por muy lejos que se encuentren, hacen parte de nuestro entorno, hoy nuestra aldea es el globo entero. 28

Podemos entonces aseverar que al ser el conocimiento una capacidad del ser humano, la capacidad de transformación del entorno dependerá fundamentalmente del conocimiento que se tenga de sí mismo, de su interior y sus potencialidades, de su cultura, de los adelantos tecnológicos y del conocimiento del entorno y necesariamente de su voluntad. Esta capacidad es mayor en la medida de la coherencia entre las habilidades internas y la identificación del campo de su accionar. A cada proyecto de vida, a cada proyecto de empresa, le corresponde un área específica de profundización en el conocimiento del entorno. La ubicación del campo de acción obliga al individuo a buscar un conocimiento universal, más aún, cuando crece la interacción de los diversos


componentes en un mundo globalizado, pero también se hace necesaria la profundización en campos específicos del conocimiento, la especialización, fundamental para tener la capacidad de transformar.

desaparecer. El reto es buscar la camiseta que todos podamos portar y a todos nos beneficie, porque la causa profunda y trascendente es la misma, es el hombre en su desarrollo, es el pensamiento en construcción, es el crecimiento de su conciencia.

Aparece entonces la Conciencia, que permite la identificación del compromiso en su existencia, compromiso para la acción, donde el nivel de identificación que se tenga con el entorno generará la pertenencia que necesariamente inicia en el propio individuo, en su propia estructura física, fisiológica y mental, que si logra la identificación un tanto más allá de sus límites individuales, encuentra a sus semejantes y a todas la conexiones con el ambiente que lo sustentan y nace entonces la conciencia cósmica, potenciándolo al ser universal. Así la camiseta que lo identifique en su periplo vital debería estar en armonía con cada una de las camisetas que asumen los demás semejantes, bien sea desde una familia, una empresa, una institución, una nación. El conflicto que parece una constante en la historia de la humanidad, bajo este pensamiento de unidad universal, deberá

En la coyuntura actual, tanto en nuestro país como en el concierto de las naciones, el compromiso general trascenderá en los tiempos si logramos elaborar una camiseta que se llame paz y se construya con tolerancia, respeto y solidaridad.

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Un sentido de

pertenencia

El hombre es un ser humano Cada día buscamos y merecemos un mejor eminentemente social. vivir, un bienestar creciente. Si llamamos trascendencia a la evolución de la concienNecesita pertenecer a cia hacia la complejidad creciente, debemos resolver cada día de mejor forma, los prouna comunidad y a blemas más importantes de nuestro entorno comunicarse a través de con una actitud continuamente mejorada. Nuestra salud se constituye en un objetivo ella. La soledad o la falta primordial de nuestra vida. de afecto le acarrean El medio ambiente en que vivimos se consproblemas de identidad, tituye en el entorno más importante para la salud y bienestar del ser humano actual y el depresión y autoestima. de largo plazo. Sin embargo cada día colaboramos directa e indirectamente a que la calidad de nuestro medio ambiente sea más contaminada. Para socializar el ser humano se agrupa en diferentes tipos de organizaciones de índole económica, social, religiosa, académica. Solo así puede aspirar a niveles de autorealización y a la continua búsqueda de felicidad. Fernando Duarte Mora 30

Pertenecer a una organización le permite realizarse como ser humano y dejar su impronta en la comunidad.

La contaminación ambiental a lo largo y ancho del planeta crece inexorablemente, sin que veamos signos de mejoría. La minería, la industria, la agricultura, la ganadería, el transporte público y privado, aportan diariamente a que la calidad de los recursos aire, agua, suelos, se deterioren paulatinamente con consecuencias nocivas para la salud y el bienestar humanos.


Cuando contaminamos en nuestro pueblo debemos reconocer que esa contaminación repercute en todo el planeta. Exportamos contaminación hacia el aire, las aguas y los suelos. Los vientos contaminados se mueven a lo largo y ancho del planeta. Los ríos, los mares, las lluvias acidas no son provinciales, son globales. Nuestros suelos se contaminan con pesticidas y agroquímicos importados, de residuos sólidos de variadas procedencias. En la zona centro de Bucaramanga en la actualidad se disparan alarmas sobre niveles peligrosos de cáncer de pulmón por contaminación vehicular. Alarmas por contaminación de las aguas potables con metil mercurio, cianuro y otros metales pesados producto de la minería actual. La CDMB confirma que no aprueba concesiones de agua subterránea aguas abajo del Carrasco por contaminación por lixiviados. El código minero Colombiano del 2001 fijó atractivas condiciones para los inversionistas y operadores internacionales que se interesaran en el potencial minero del país. Los inversionistas solo aportan capital y tec-

Los fundamentos de la política ambiental colombiana incluyen políticas de población que tengan en cuenta los derechos de los seres humanos a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza. La ley 99 de 1993 es el resultado histórico donde coincidieron la asamblea nacional constituyente, la cumbre de la tierra en Río de Janeiro y la creación del ministerio del medio ambiente. Tanto la constitución política de 1991 como los acuerdos firmados en Río un año más tarde, se constituían en un mandato y en un punto de referencia obligado para la redacción de esta ley. La constitución Colombiana que garantiza al ciudadano la protección de su vida, honra y bienes, se vulnera cada día más. Nuevos decretos son emitidos para contrarrestar la defensa ciudadana. El protegido no es el ciudadano sino la empresa minera, socia del gobierno Colombiano. A pesar de que las mineras muestran solo beneficios de la explotación, el estado hace oídos sordos a los perjuicios ambientales causados. Para proteger la inversión privada el estado se vuelve permisivo. Al ciudadano de a pie, que logre visualizar los daños ambientales inherentes, solo le corresponde unirse y protestar abiertamente. En todo el territorio nacional se encuentran casos como Santurban, la Colosa, el Cerrejón, La Drummon, Cerromatoso. Empresas que contaminan de frente a la comunidad y el estado lo permite. Este blinda a estas empresas del embate legal de las comunidades para proteger la inversión extranjera, a pesar de que algunas de ellas no han tramitado y obtenido aún la Licencia Ambiental respectiva.

nología si el estado Colombiano los protege. Solo así pueden generar utilidades y regalías. Entre menos regulaciones, mayor rentabilidad pero también más contaminación.

La sociedad debe definir a que calidad de medio ambiente tiene derecho. Los diversos grupos humanos deben ponerse de acuerdo en que medio quieren vivir hoy y que medio ambiente le dejamos a nuestros hijos. Esa conciencia ambiental debe ir acompañada de metas concretas que generen sinergia. Sinergia en la misma dirección de toda la comunidad que busca objetivos similares.

Se espera que una tercera parte del producto interno bruto provenga de la locomotora minera. De estos montos solo el 2% o el 3% será ingreso neto al estado Colombiano. Acá no se contabilizan los daños ambientales.

La unión de la ciudadanía con objetivos comunes será el único mecanismo viable para contrarrestar el apoyo del estado Colombiano a las Empresas Mineras. El sentido de pertenecía de todos los ciudadanos a una organización por la defensa 31


y protección del medio ambiente se hace necesaria. Todas las organizaciones tienen una razón de ser. Es decir la justificación de su existencia. En las empresas modernas se llama Misión. Asimismo las organizaciones buscan hacer realidad unos sueños, en las empresas modernas se llama visión. Las organizaciones también elaboran metas, objetivos, planes. Se diseñan estrategias y tácticas para producir los resultados esperados. Eficacia en acción. En una sociedad individualista como la nuestra, el individuo es lo más importante de una organización. Solo los miembros de una organización puede lograr el éxito o el fracaso de la misma. Con su actuar pueden inclinar la balanza hacia el éxito o hacia el fracaso. La resultante no es producto del azar. Es un trabajo de equipo. No es posible alcanzar grandes logros sino se desarrolla el concepto de sinergia. Es decir que la suma de todos los esfuerzos de los clientes internos y externos, sean paulatinamente superados en cada etapa de la vida de la vida de la organización. Llámese supervivencia, estabilidad o crecimiento. Para lograr sinergia todos deben empujar hacia las mismas metas. Que todos estén unidos para realizar metas comunes. La suma de todas las fuerzas en armonía agrega valor a los resultados. En el caso contrario, la falta de armonía entre los participantes generaría perdidas de valor.

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Además de unirse y evitar que esas mesas de diálogo no sean permeadas por las empresas mineras, se requiere que la comunidad se asesore debidamente de abogados, ambientalistas, universidades. El proceso es largo y complejo, y por lo tanto debe ser realizado de forma eficaz. Ante la amenaza y comportamiento del estado debe surgir una contraparte de las mismas calidades y conocimiento del tema. Clínicas jurídicas se abren paso para detener estos perjuicios ambientales. Las protestas ciudadanas son necesarias pero no suficientes. Se requiere de un proceso consolidado de presión política, intervención legal y de presión masiva tipo “primavera árabe”, para obtener soluciones al daño ambiental que sigue sucediendo antes, durante y después del proceso de concertación. Todos los seres humanos debemos desarrollar conciencia hacia la preservación ambiental de nuestro entorno. Por lo tanto debemos suspender, prevenir y resolver los daños ambientales a que estamos abocados. O somos parte del problema o somos parte de la solución. La creciente contaminación ambiental no daña al planeta. Este lleva miles de millones de años de evolución, con periodos de mayor o menor contaminación y ha sobrevivido. Es la raza humana la que paga las consecuencias con su salud y bienestar.



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LA PERMANENCIA DE LAS EMPRESAS BASADA EN EL COMPROMISO HUMANO

de la teoría

a la práctica La industria en Colombia se ha visto enfrentada a diversas situaciones de orden económico que han obligado a generar innovación en la manera de administrarlas para poder enfrentar la feroz envestida de economías más fuertes.

Las décadas de los 80 y los 90 fueron decisivas para tomar decisiones frente a las formas de primero buscar sobrevivencia y posteriormente alcanzar crecimiento para nuestras organizaciones. La realidad es que estábamos y continuamos envueltos en un ambiente de alta competencia, con industrias que muestran mayor capacidad tecnológica y por ende mayores

posibilidades de cubrimiento de los mercados del mundo, bajo parámetros de calidad, oportunidad de entrega y bajos costos de producción. Qué hacer frente a panoramas oscuros, inciertos y a veces hasta devastadores y amenazantes? Dos caminos se pueden tomar: “abandonar el barco” o “enfrentar la tormenta”, pero no es tan sencillo como lo establece cada frase, ya que en empresas como las nuestras, debemos considerar que el único y más valioso de las opciones son los seres humanos que integran las organizaciones, ya que la tecnología no es tan fuerte. Es a partir de esta reflexión que el factor humano, se convierte en la estrategia fundamental para enrumbar las organizaciones hacia procesos de mejoramiento continuo; sin embargo surge otra situación y es poder lograr que cada persona dentro de las organizaciones alcancen el nivel de conciencia SOBRE SU PARTICIPACIÓN EN LOS RESULTADOS de ese proceso, traducidos en un compromiso y sentido de logro.

Celestino Arango Cano 35


A lo largo de mis años de experiencia en la dirección de una empresa manufacturera, he logrado encontrar un modelo donde hemos visto gratamente que los objetivos y metas organizacionales se han podido alcanzar a través de la gestión con las personas que integramos la empresa. Muchos hemos proclamado la frase “El activo más importante de la empresa son las personas”, pero este no tiene sentido si no dejamos antes que nada bien claro que deben existir unos valores claramente y consistentemente declarados y demostrados, acompañados de una metodología que conlleve a formar personas o colaboradores comprometidos y satisfechos con su desempeño, capaces de aportar de manera voluntaria lo mejor de sí mismos y por tanto capaces de afrontar situaciones complicadas como las que hemos venido experimentando y con mayor dureza en los últimos años.

Cómo hacer para consolidar el pensamiento? Cómo lograr que el factor humano se convierta en un elemento para la competitividad? Estos y otros interrogantes son los que me he hecho y he tratado de dar algunas aproximaciones. Varios ingredientes se deben considerar en el momento de estructurar y aplicar el modelo, mucho más si tenemos claramente definido que el servicio al cliente, entendido como el satisfacer sus necesidades, debe encontrar eco en la organización a través del compromiso, de la responsabilidad y de las habilidades de todos los integrantes de la organización y eso se ve fortalecido en la medida que al interior de 36

la misma se vivan valores de respeto y se establezcan mecanismos de comunicación abierta y clara que ayuden a fortalecer las relaciones basadas en la confianza, en un Gana-Gana y de colaboración mutua no solo con los clientes, sino con los colaboradores; por otra parte darle sostenibilidad en su aplicación y retroalimentar el proceso para que sea dinámico y acorde con las necesidades internas y cambios del entorno. Mantener un clima organizacional que permita que el sentido de pertenencia se refleje en el desempeño de cada persona sin interesar que posición ocupe en la organización, se convierte en un plus que el cliente destacará cada vez que le sea satisfecha una necesidad. Por otra parte es también imperativo considerar que la mayoría somos conscientes de que para llevar a cabo un proyecto em-

presarial, para conseguir alcanzar los objetivos establecidos o deseados en empresas como las nuestras, no es suficiente con disponer de un estudiado y diseñado plan estratégico, ni siquiera de los medios tecnológicos más avanzados. El buen funcionamiento de la organización con las personas precede al buen funcionamiento de los procesos de la empresa. Son las personas las responsables de implementar los planes diseñados y de hacer un buen uso de los recursos materiales disponibles. Son las personas las que intencionalmente ponen a disposición de la empresa su conocimiento y experiencia, las que deciden colaborar y comprometerse en la ejecución de las acciones requeridas, y en definitiva, generar un valor diferencial a la organización.


Nuestro lema es “Quien mejor puede realizar la tarea o gestionar una acción, sino el que la ejecuta”; cuando se tiene en cuenta a las personas y equipos de trabajo, su entusiasmo y pasión contagian y eso se trasmite en los resultados al cliente, la identidad con lo que hace, es el motor para que el resultado sea igual a lo planeado. La participación transversal de cada una de las personas de la organización se convierte en empresas como la nuestra en la mejor herramienta y ésta se logra mediante el diseño y la aplicación del proceso de mejoramiento en el grupo humano que conforma la organización y de la división por pequeños grupos, llamados Grupos Naturales, distribuidos por el tipo de oficio, similitud de tareas, donde debe primar una administración participativa, donde el integrante es escuchado y es considerado no solo como la persona que ejecuta una tarea o actividad, sino también como un generador de ideas y una fuente de aportes para mejorar los procesos con base en sus competencias y experiencia. Su efectividad dependerá de la dinámica dada a la participación de cada uno de sus integrantes y a una buen liderazgo, donde prime un nivel de conciencia en cada uno sobre las ventajas que tiene la participación de todos en el análisis y la toma de decisiones frente a cada situación del diario vivir en la organización, donde en función de la productividad, se distribuyen funciones, responsabilidades individuales y colectivas, de tal manera que cada grupo natural funciona como una “unidad estratégica” que debe trabajar alrededor de un proceso común y compartido, lo que debe darle la caracte-

rística de un trabajo en equipo, donde cada uno contribuye dentro de los límites de su asignación al objetivo común del grupo y de la empresa. Adicionalmente no debemos olvidar que una adecuada estructura de grupos naturales facilita la comunicación ascendente, descendente y horizontal y lleva a la participación activa de todos los miembros de la organización; se requiere voluntad de parte de todos y este es el ingrediente que se debe estar alimentando permanentemente, a través del seguimiento y control de los indicadores que muestren el avance en los propósitos estratégicos del grupo natural y por ende los de la empresa. La eficacia de los grupos naturales en el resultado final de los procesos donde participan, es una contribución directa a los objetivos estratégicos de la empresa; pero adicionalmente es una ganancia personal en su formación y eso es en últimas el “negocio” que debemos buscar, que permite no solo alcanzar reconocimiento y aprendizaje continuo, sino la satisfacción de sus metas personales que deben ir siempre en la misma vía de las organizacionales. Es preciso recordar siempre que la permanencia de nuestras organizaciones está basada en el compromiso de los colaboradores y es nuestra responsabilidad generar los mecanismos de motivación necesarios para que esto se dé de manera continua y este modelo simplemente es el resultado de integrar a todos los actores de la organización al servicio del cliente, razón de ser de nuestras empresas.

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La pertenencia con el compromiso periodístico

¿ALGO PELIGROSO?

Wilfredo Sierra Moreno 38

Hablar de un real y verdadero compromiso o pertenencia en el periodismo no deja de ser un tema difícil, entre otras muchas cosas porque este oficio desde siempre ha sido uno de los más peligrosos del mundo, y uno de los que más muertes ha aportado a la cadena de crímenes atroces que han manchado, tristemente, el registro de la historia universal.

¿La razón? El periodista tiene que enfrentarse, todos los días, con la interrogación de los hechos económicos, políticos y sociales de las comunidades en que vive, confrontación que no es fácil ni amable, cuando tiene por delante la tarea de exponer, en blanco y negro y ante los ojos de los lectores y la sociedad en general, las muchas dificultades que tienen que ver con el desarrollo diario de un conglomerado humano, y entre ellas las varias debilidades éticas de quienes, en diferentes contextos, manejan dineros, intereses y factores de poder, ya sean privados o públicos. Nada hay más incomodo para cualquier ser humano en cualquier contexto, que su trabajo y accionar sea permanentemente vigilado y cuestionado por agentes externos a sus propios y particulares intereses, y ese he-cho causa desde una incomodidad fastidiosa muchas veces no expresada nunca en público, hasta la determinación anti legal de querer desaparecer de la existencia al o a los críticos de una situación o institución determinada.


Desafortunadamente en la práctica mundana del desenvolvimiento en los diferentes roles que la existencia les da a los mortales, el ejerció profesional, administrativo, judicial, económico, no siempre ha estado signado por los más serenos y altruista ideales, y casi siempre la tendencia visceral de la condición humana busca sacar ventajas con argumentos no muy meridianos, en el desarrollo de sus diferente actividades personales y profesionales. Esto es mucho más evidente cuando se trata de enfrentar el aparato oficial de las naciones y el comportamiento de los partidos políticos que alimenta las nóminas de los más variados institutos y órganos del poder gubernamental, en donde, tristemente, se ha llegado a la no muy sana conclusión de que sacar partido y ventaja ilegalmente es un derecho de la condición de funcionario. Frente a esto, la obligación inalienable del periodista comprometido es la de denunciar anomalías, cosa que no siempre es bien acogida y aceptada por los receptores de los cuestionamientos de los medios de comunicación. La distorsión en afrontar esta confrontación dialéctica entre el uso indebido del poder para ventajas personales y la denuncia oficiosa del periodismo, ha llegado al extremo de que muchos cínicos actores de la vida pública desarrollaran la curiosa teoría, de que el problema no está en que los males y las dificultades existan, sino que estos seas expuestos a la luz pública, ventilados y discutidos. Según esa curiosa forma de pensar, la crítica es lo que realmente causa mal a la sociedad. Ahí la culpa, escucha uno decir sorprendido, está en el comunicador que denuncia y no en que las anomalías se presenten. La presunción de que los detentadores transitorios del poder son unos “elegidos divinos”, que tienen todos los derechos para hacer lo que ha bien les venga en gana, forma parte de una cultura dogmática religiosa, que sustentada en antiguas tradiciones mágicas, hacía suponer que contra el soberano y sus agentes no cabía ningún reclamo valido, porque sus acciones, buenas o malas, eran un designio del cielo. Por supuesto no todos los males están de un solo lado en este terreno de la información y la comunicación y, desafortunadamente, en los últimos años hemos visto aparecer la figura del periodista no ético que prevalido de la ventaja que le da un micrófono, un espacio de televisión o un medio escrito o

virtual, se dedica a denigrar y chantajear a los ciudadanos, políticos, funcionarios, etc., para que, como recompensa de su acción anti ética, recibir grandes sumas en dinero o en aportes publicitarios o, en últimas, como simple pago por su temporal silencio en este tratamiento miserable de su víctima. Como siempre, de todo hay en la vida, y cuando no se tiene una suficiente formación profesional y de valores, es fácil caer en el terreno realmente delincuencial de confundir la denuncia con el chantaje y perderse en vericuetos realmente criminales. Desafortunadamente en una sociedad donde la protección de los derechos fundamentales del ciudadano es en general letra muerta, ha sido difícil castigar legalmente a este tipo de seudoperiodistas que, como cosa curiosa, en un conglomerado tan desconcertante como el nuestro, hacen “grandes carreras”, tienen mucho poder, generan mucho temor entre los políticos corruptos, pero igualmente llenan sus bolsillos de muchos miles de pesos.

Pero además, con la pérdida del periodismo de su condición de carrera profesional y al ser designado por la reglamentación legal este oficio como una vocación personal que cualquier ciudadano puede ejercer, el gremio se ha visto inundado de todo un ejército de oportunistas e individuos realmente incultos y sin ninguna formación académica y ni siquiera de buenas costumbres, que ha hecho de la pertenecía y el compromiso con el oficio, una cosa realmente deletérea. Es triste ver como ante cualquier convocatoria oficial o privada a eventos públicos o privados, llegan ejércitos de personajes que, con una grabadora en la mano, presumen de lo que no son. Y no se diga nada en cuanto a la disposición oficial de pauta publicitaria, porque lo enjambres llegan como piratas al botín, en un espectáculo que a veces es verdaderamente degradante. 39


Frente a estas difíciles situaciones que no hablan para nada bien de una verdadera pertenencia y compromiso con el gremio, las diferentes organizaciones periodísticas legalmente constituidas han tratado de buscar correctivos, pero estos correctivos se hacen difíciles ante la ausencia de un marco legal que reglamente el ejercicio de la profesión y determine pautas que encausen el comportamiento, la responsabilidad y el tratamiento de los diferendos y las dificultades al interior de ella. La Ley para tal caso

debería correr los trámites reglamentarios y legales en la Cámara de Representantes y el Senado de la República, pero algunos observadores acuciosos no dejan de ver en el limbo legal al que se tiene sometido al gremio, una sutil venganza de la clase parlamentaria a la que no le ha ido precisamente muy bien en el examen frente a los medios de comunicación. En líneas generales, decir que en este país hay libertad de información es una verdad formal que deja por debajo de la mesa

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muchos interrogantes serios, como el de la verdadera objetividad en la información a los colombianos en un país en donde los grandes medios, tanto radiales, como impresos y televisivos, son de propiedad de los pulpos económicos del país. Y esos colosales capitales tienen, desde luego, sus criterios e intereses para tratar de sesgar la información. A pesar de ello, hay que reconocer el valor y la integridad de muchos periodistas que, dentro de esas poderosas empresas, han librado verdaderas batallas heroicas para desenmascaras grandes negociados, crímenes execrables, funcionarios corruptos y toda una serie de situaciones que atentan contra la libertad, la democracia y el buen desenvolvimiento de una sociedad. Como todo en la vida, nada es totalmente blanco o totalmente negro... Vivimos en un mundo de grises de los más variados tonos, en el que entre verdades a medias y mentiras mal encubiertas, buscamos claros en los cuales poder ver, con tranquilidad, la luz del sol. Pero por supuesto esa no es una realidad exclusivamente colombiana y la existencia sobre el planeta nos muestra que si hay algo bien difícil de asir con luminosidad y contundencia, es eso que llaman verdad. Pero diciéndolo redundantemente, “la verdad verdadera”, no son esos puntos claroscuros a los que estamos condenados a vivir, en los que detrás de un titular, una noticia, un artículo, un programa de radio, como al estilo de los malos jugadores, se esconden cartas en las mangas de la camisa. El ideal es otro pero, en este mundo de tres dimensiones, vivir en medio de situaciones deslumbrantemente transparentes parece que no es más que un sueño al que muchos aspiramos pero al que no llegamos con mucha facilidad...


Sentido de pertenencia y

competitividad UNA REFLEXIÓN EN TORNO A LAS ORGANIZACIONES

En momentos en que Colombia pasa por una situación descollante en el concierto mundial, reflejada en hechos como el de ser invitada recientemente a integrarse al grupo de los países más ricos del mundo, miembros la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y el de ser incluida en el grupo de países conocido como CIVETS¹, junto con Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Suráfrica, considerados como los que tienen las mayores posibilidades de desarrollo en la próxima década, resulta interesante reflexionar, a partir de algunos indicadores y de una característica humana, sobre la capacidad del país para aprovechar tal circunstancia. 1

Acrónimo construido con las letras iniciales de los nombres de los países integrantes del grupo

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De acuerdo con el Informe Nacional de Productividad 2012-20132, “Colombia ha venido retrocediendo con respecto a otros países de la región” en materia de competitividad3 (p. 14), pasando del puesto 46 en 2011 al puesto 52 en 2012, entre 59 países, reflejando con ello un desempeño mediocre que, conforme al mismo informe, se explica en situaciones tales como las siguientes: Cobertura en educación superior y formación para el trabajo del 37% que la ubica en el puesto 67 entre 144 países (p. 26). Productividad laboral, medida como el PIB/No. de trabajadores, de 21827 dólares por trabajador frente a 31752 de Chile o 61427 de Corea del Sur o 75681 España (p.56), por ejemplo. El PIB/horas fue de 11 dólares por hora frente a 15 de Chile, 28 de Corea del Sur o 45 de España (p.56).

Cobertura en pensiones por vejez del 23% de la población mayor de 64 años frente al 44% de un país como Chile (p. 80). Inflexibilidades en el mercado laboral que se traducen en mayores costos laborales que hacen que Colombia, después de Méjico y Argentina, sea el país de América Latina con mayores impuestos asociados al trabajo; en formas de contratación que buscan flexibilizar las nóminas pero que terminan generando abusos en contra de los derechos de los trabajadores; en inflexibilidades para el despido que colocan a Colombia como el país de América Latina 2

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con mayores costos de despido (p. 97). Todo lo anterior con un impacto notable en favor de la informalidad. Estas situaciones crean condiciones para que las relaciones entre el capital y el trabajo sean de difícil trámite y se produzcan permanentemente conflictos que enfrentan los intereses de uno de otro, promovidos, de una parte, por un sindicalismo o actitud sindical, enfocados fundamentalmente en las reivindicaciones económicas, al margen de los intereses del capital y, de la otra, por empresarios que no han logrado entender que el trabajo es socio natural del capital y que, por tanto, el mejoramiento de la calidad de vida tanto de estos como de los trabajadores debe ser posible en proporción justa a los resultados económicos. No es aceptable ni socialmente responsable que exista una marcada desproporción entre la movilidad

social de los empresarios y la de los trabajadores. Es bajo estas condiciones que el tema del sentido de pertenencia de los trabajadores con respecto a las organizaciones adquiere importancia y se constituye en un factor determinante de competitividad y de la evolución positiva de las relaciones entre el capital y el trabajo, según se intenta demostrar en adelante. Conviene, antes que todo, indicar que se entiende como sentido de pertenencia a la razón de ser, finalidad, Inteligencia o cono-

Disponible en http://www.compite.com.co/site/wp-content/uploads/2012/11/INC-2012-2013.pdf

MichaelPorter, citado por Cabrera, Alejandra María et al, en La Competitividad Organizaciónrial: un marco conceptual para su estudio, Universidad Central, 2011, se refiere a este concepto como “la producción de bienes y servicios de mayor calidad y menor precio que los competidores domésticos e internacionales, lo que se traduce en crecientes beneficios para los habitantes de una nación al mantener o aumentar los ingresos reales”

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cimiento con que se ejecutan algunas cosas, en este caso, las relativas al trabajo. Entonces, para abordar el tema, conviene mencionar que, normalmente, en los procesos de selección, las organizaciones se preocupan por acceder a personas que tengan una actitud positiva hacia el trabajo y hacia la organización que se lo brinda, que tengan la aptitud o conjunto de competencias técnicas para desarrollar en la forma requerida las labores propias del cargo y que, además, tengan el poder de acción, es decir, la capacidad de reaccionar de conformidad con las facultades que le sean dadas para el ejercicio del trabajo. Esto resulta particularmente lógico, sin embargo, curiosa y frecuentemente, el facultamiento y delegación son restringidos por el mismo empleador debido a una inadecuada comprensión del ejercicio del poder y de la importancia que tiene facilitar que el nuevo trabajador se apropie de la razón de ser y de la finalidad de su trabajo y lo aborde con inteligencia y conocimiento, es decir, con sentido de pertenencia. Para resolver esta incongruencia y crear condiciones que apunten directamente a la promoción del sentido de pertenencia en función del mejoramiento constante de la competitividad de las organizaciones, se considera necesario:

1. Promover entre los trabajadores la elaboración de sus proyectos de vida y su armonización con el plan estratégico de la organización4. Ello implica conciliar la misión y visión individuales con la misión y visión de la organización, promover el trabajo grupal como medio para crear sinergias y facilitar la alineación en torno a los objetivos comunes que resulta de la armonización de los proyectos de vida con el plan estratégico. Ahora bien, la dinámica de grupos, fundamentada en la alineación en torno a objetivos comunes, determina la dinámica organizacional y rompe con las rigideces y limitaciones de los organigramas tradicionales y de sus líneas de autoridad, de coordinación y de comunicación, minimizando de esta forma los protagonismos individuales en benefi-

cio del desempeño grupal coordinado, es decir, de la organización. 2. Desarrollar las competencias laborales de los trabajadores con la clara intencionalidad de impactar en los resultados estratégicos de la organización, de beneficiar a estos y a la sociedad. Ello incluye el desarrollo de competencias para el trabajo grupal y la creación de condiciones para convertir el conocimiento en un activo intangible, lo que implica hacer gestión del conocimiento y promover una cultura organizacional coherente con el desarrollo individual y colectivo. Es lamentable el gran desperdicio que en nuestro medio se produce del capital intelectual compuesto por el capital humano, el capital organizacional y capital relacional. 3. Finalmente, y como consecuencia del facultamiento, se deben promover los equipos de trabajo autogestionarios que constituyen una clara expresión del sentido de pertenencia y un instrumento eficaz para el mejoramiento de la competitividad. Como puede colegirse, la competitividad de un país o región es la consecuencia de la competitividad de sus organizaciones y esta, a su vez, es consecuencia del sentido de pertenencia de los trabajadores debidamente promovido y canalizado.

4 Es frecuente encontrar en las organizaciones que muy pocos trabajadores tienen un proyecto de vida más o menos estructurado y por escrito. En la mayoría de los casos se manifiesta que si se tiene proyecto de vida pero no por escrito

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