La Morada Revista - enero 2023

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LA MORADA Enero 2023

Portada: Ana González

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Veintitrés mil nuevas razones

Díganle adiós al mismo compás que este Rey Santo. Viren su cuello en sentido contrario al de la vida, con los pinceles pisoteando el presente mientras se han desvanecido los hechos pretéritos.

¿Cambiado el alma aquí de detrás del portón de la cocina? ¿Sor Ángela por casualidad? ¿ Alguna devoción mariana familiar?

Aún brindando por los éxitos del pasado, gestionando el devenir cundo acontece el primigenio de esta anualidad. Una novedosa revista digital cultural, la de enero, la del mes primero.

Quédense en su pesebre, la Estrella ha enviado a SSMM a sus casas y aquende tienen un regalo mágico, ilusionante, plagado de lo mejor y lo peor de la totalidad de los que hacen posible esta aventura.

Gocen con ella…

Nuestros artículos

Luces en la noche, pág. 5

El panda y el pequeño perrillo de las praderas , pág. 7 El agua, pág. 11

Año nuevo, suerte de vida, pág. 13 Desde mi azotea, pág. 15 Microrrelatos, pág. 17

Retos, metas y rituales, pág. 19

Las novedades musicales 2023, pág. 20

La entrevista infinita, pág. 25

5 minutos al compás

In memoriam

La Morada del Rey Sevilla en mi soledad, pág. 27 Bartolomé Esteban, pág. 29

La firma invitada

El poder de las palabras, pág. 32 La resplandeciente estrella de la mañana, pág. 37 Amapola y memoria, pág. 40 Problema a la vista, pág. 43 ¡Que viene la Reyes!, pág. 46 Noches de luna llena, pág. 50

Entrevistamos a…. Joaquín Hurtado, pág. 54

La Morada SFC

Loïc Badé, primer refuerzo de invierno, pág. 62 SFC 2023, pág. 63

La Morada RBB Enero, súpermes, pág. 64

La Morada sports Premios de leyenda, pág. 65 Pau Gasol, candidato al “Hall of Fame”, pág. 68 Actualidad NBA, pág. 71 Muere O Rei Pelé, pág. 75

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Luces en la noche

El Mendigo

Luces y más luces.

Luces en el cielo, Luces en los cristales, reflejos en los espejos, charcos que parecen espejos reflejando Luces. Luces que deslucen más que te lucen. Noche cerrada.

Hojas en el suelo, adoquines y losetas con sorpresa. Pasear bajo la lluvia es un deporte de riesgo. Cantar ni lo imagino…

No traigo traje de baño y mis gafas tampoco son para bucear aunque trato de esquivar sus cientos de gotas para poder bucear en este escrito. Escrito al que me he lanzado sin trampolín. Cae incesantemente la lluvia.

Cae una manta de agua. Incontables las gotas que se observan junto a las Luces. Las Luces, otra vez las Luces.

Una Manta, Luces y mi sombra también empapada. Ojalá la Manta junto a las Luces no fuera de agua y me guardara de la misma. Otra vez las Luces, con y sin manta.

Camino sin rumbo, estas Luces no son ni faro ni guía, solo Luces que no

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Y así, sin terminar el relato quedé traspuesto y así, sin querer maquillar la realidad os lo muestro. Se alargaron mis Luces.

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El panda y el pequeño perrito de las praderas

En un frondoso e idílico bosque habitado por especies de todos los continentes nos encontramos sentado a la sombra de un vetusto y muy enraizado árbol frutal a un Oso Panda bien entrado en años mordisqueando una de sus cañas de bambú preferidas.

La mañana estaba siendo muy tranquila al eco del cantar armonioso de los pajarillos que revoloteaban de rama en rama cuando aparece en escena un intrépido y muy nervioso perrito de las praderas que desde un camino lejano otea en su horizonte un rico fruto que colgaba de una de las ramas más fuertes de aquel importante árbol.

Tras una carrerilla donde se perdían de la vista sus patitas, intentó alcanzar dicho fruto trepando por el tronco. Su primera caída no fue la peor de ellas.

El Oso Panda con aspecto de bonachón -bien podría ser primo lejano de Baloo por su comportamiento y mirada profunda- continuaba analizando al pequeñajo

que no se detenía en sus intentos y veía cómo caía una y otra vez en su error consiguiendo una secuencia de golpes que cada vez lo dejaban más atolondrado...

Cuando el viejete perdió la cuenta de los coscorrones del implacable perrito de las praderas le señaló con su ya media caña de bambú, una hilera infinita de hormigas que se encaminaban bien cargadas de alimentos hasta su morada. Una a una se perdían en el hormiguero y volvían a salir para continuar su labor.

Dos o tres golpetazos desde el tronco, a gran distancia de aquel anhelado fruto, se escucha entre sollozos: “Pequeñajo, ¿no ves que te estás haciendo daño y cada vez estás más lejos de tu objetivo? A lo que prosiguió un bostezo que casi se apodera del pequeño perrito de la praderas.

Con el gesto fruncido y carilla de susto, pero asumiendo que tenía razón, se acercó al anciano Oso y le dijo que llevaba varios días de viaje sin comer y aquel fruto era su objetivo para saciar aquel sensación. Nuevamente, el bambú sirvió de señalización y le indicada primeramente un conjunto de hermosas cañas para posteriormente deslizarla y mostrarle un pañal de donde brotaba el majar que con mimo y recelo cuidaban sus amigas las abejas.

Sin entender lo que le quería trasmitir, volvió a hacer un penúltimo intento que acabó donde todos los anteriores; el suelo y su cabeza volvieron a entrar en contacto y ya mareado y dando algún que otro torpe pasito le suplicó ayuda al Oso Panda. Este, en un alarde de movilidad se puso en pie, abandonando su gustoso y sombrío acomodo rompió dos cañas desde su raíz y una tercera en varios trozos. Luego, sin intención de molestar llamó alventanal de la colmena: “toc! toc!”, “soy yo, Panda!!! Necesito vuestra ayuda.”

Al tiempo, salió la abeja reina con cara sonriente: “dime querido, ¿qué necesitas?”.

Tras el susurro del Oso y el guiño final de la reina apareció un equipo aleccionado de abejas que cargados de rica miel, ayudaron a pegar cada uno de las cañas pequeñas a las dos principales consiguiendo así formar una escalera perfecta.

El Oso cogió el instrumento elaborado artesanalmente, y lo apoyó con un ángulo más o menos apropiado, en el tronco. El pequeño perrito de las praderas con acata de asombro ante aquel trabajo en equipo subió con decisión y timidez a partes iguales cuando el Panda exclamó: “Nunca te avergüences de pedir ayuda. Cada uno es como es y el trabajo en equipo hace feliz a muchos.”

El perrillo trepó por la escalera sonriente y con los ojos vidriosos, pudo coger su fruto y al bajar con él, tras un primer mordisquillo agradecido le dio la gracias por la lección aprendida: “Gracias amigo Oso. Has esperado a que me desesperase con mis intentos imposibles para darme una gran lección que nunca podré olvidar”

Felices los dos pasaron el mediodía disfrutando de sus ricos manjares y durmieron plácidamente una siesta que casi rozó el atardecer....

El agua

El Mendigo

Cae la tarde y la luz se marcha sin despedirse entre nubarrones coloraos que presagian lo que ha de venir en escasas horas.

Hogar encartonado, colchón que pronto será de agua y no precisamente placentero al contacto con mis riñones. Toca prosigue con la búsqueda.

Buscar y encontrar es el par motor que propulsa mi alma, sí, la de este Mendigo que todo y nada tiene porqué así lo elijo cada día. Un rincón, un banco en una plaza, una esquina cercana, una calle tranquila o suplente una acera donde mis pies no sean obstáculo insalvable en tu ajetreada mañana. Comienza a llover.

En terno abrochado, solapas altas, me atuso mis barbas y sin mirar atrás abandono mi hogar no sin antes confirmar que mi cuadernillo, mi vieja libreta, mi boli y mis libros vienen conmigo. Por supuesto la estampa a buen recaudo que ya sabéis que siempre me acompaña.

Mientras camino observando las aventuras y desventuras de mi fiel acompañante con el viento y las gotas que golpean sus incesantes orejas, sin detener mi rumbo incierto me detengo pensativo mirando el primero de los charcos que se esté formando escondiendo el torpe adoquinado mientras oigo las tragaderas subterráneas de la ciudad.

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Reflejos de una farola en una bolsa de agua que se ha formado y cuya garganta malherida le cuesta tragar. Sí, como muchas cosas en esta vida, el husillo no funciona como deberá y eso que solo debe dejar pasar agua, la mojama que se escapa entre tus manos, la mojama que no bebemos y derrochamos, la misma que escaseamos, la mojama que hoy se hace protagonista calándome hasta los huesos.

Tal vez debamos sentir como el agua, analizar su transcurrir por la vida y disfrutar de su reflejo callado; espejo natural en el que mirarnos a nuestros propios ojos traspasándolos y ejercitar en consonancia. ¿Solo se nos escapa el agua entre las manos? Hay algo peor. Miren fotos en sus nubes y bajen un par de años y verán que en tiempo es un sistema de infinitas coordenadas donde todas tienen al infinito y a cero a la vez. Maldita ecuación que siempre nos aporta una misma solución infinitesimal. Ese mismo tiempo no vivido, esa misma agua no bebida; derroche involuntario que voluntariamente asumimos siendo sumidero de nosotros mismos. Y seguimos tragando, seguís tragando incluso cuando la infla(ma)ción no os deja comer.

Empapado y con el culo del cartón de vino aguado os deseo que huyáis de vuestro sino impermeable, lancéis al vacío el para-aguas y os bebáis cada gota antes de que ellas y el tiempo, se os escurran sin previo aviso.

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Año nuevo, suerte de vida

El nuevo año se aproxima vertiginosamente. ¿Dónde estáis para recibirlo? Porque yo sigo en el mismo sitio de siempre, en mi tierra, Andalucía. Y desde aquí, desde este rinconcito, ya os digo que todo es igual y todo es diferente. Pero es que este es su encanto, este es su carácter, esta es su esencia y su pellizco. Vaya, ¡que no le falta un perejil! Verás...

Primero vamos a subir esa primera cuestecita del año. ¡Ea! Ya ha pasado lo peor... Y ahora, ¿cómo te explico que hay cosas que nunca van a cambiar? ¿Cómo te explico que hemos encendido una candela y nos hemos echao el cante recordando a los que se fueron y soñando bonito con lo y los que vendrán?

¿Cómo te explico que en mi tierra nos vamos a seguir queriendo entre mares de coplas? ¿Que las presentaciones van con fuerza o no van, que vas a rabiar gustosamente con pasodobles sin bailarlos, te vas a reir con surtida muestra de cuplés, y para cuando llegue el popurrí ya te habrás enamorado? Que cierto veneno de mi tierra, lejos de mandarte para el otro barrio, te da vida.

¿Cómo te explico que en la simpleza de un desayuno con nuestro oro líquido volveremos a encontrar la alegría, pero que los tintes verdiblancos son a sentimiento cierto por inmaculada Constitución?

¿Cómo te explico que nos echamos a la calle por ti, por mí, y por todo el

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mundo? Que aquí el único que sobra es el que hace daño. Que mi gente, la gente buena de verdad, es maravillosa. ¿Cómo te puedo contar que vamos a seguir buscando la Esperanza por las esquinas, la Salud en los barrios, y que aquí los Dolores a veces curan? Y se nos seguirá erizando la piel al son de cada marcha?

¿Cómo te explico que seguiremos bailando con to el salero al compás del 3x4? Y acompañados por el cuerpo de la más flamenca manzanilla. ¿Cómo te cuento yo que aquí no tienes que elegir si playa, montaña o desierto, nieve o valle porque está todo ahí al lao? Eso sí, de estaciones vamos cortitos... A lo sumo, sumo frío, calor y 25 minutos de destemplanza. Pero ¡ay cuando vivimos en un lunar vino tinto a la orillita del mar!

¿Cómo te explico yo que los mares son marismas de fe, de patios coloreados, de olivos, y fachadas encaladas? Mares medicinales, ¡y a ver quién me dice lo contrario!

¿Cómo te explico que no nos metemos en las faldas de la suerte, que lo que conseguimos es porque lo trabajamos de siempre con el sudor de nuestra frente? Honor y gloria pa los míos. ¿Cómo te explico que aquí el año se despide con las uvas de Andalucía? Mi suerte no sé si es cosa de ellas, pero ya voy yo tomándome el botellín y la tapita de adobo, vosotros podéis seguir deseando cosas para el nuevo año. Que yo ya me voy, que ya sa liao el guirigay.

Desde mi azotea

Aún lo recuerdo, cómo olvidarlo. Intuyo que por arte de la magia más noble y no por la peor de las brujerías, viene a mi mente ese recuerdo que contagia a mi alma y hace que aparezca un sentimiento que parecía perdido, como si de un juego se tratase y anduviera escondido.

Cómo olvidarlo, fue en una azotea. Pudo ser en cualquier otro sitio, pero tuvo que ser en una azotea de mi ciudad. Al aire libre, con la majestuosidad del cielo estrellado como techo de nuestras miradas. Luces naturales que daban aún más brillo a tus enormes ojos dulces.

Alrededor paredes bajas y blancas, de un blanco cal que hacía resaltar tu figura tostada por el Sol. Muros que no alzaban más allá de mi cintura, sin barrotes, para no privarnos de un ápice de la libertad que allí se sentía. Unos colchones, subidos con esmero por la retorcida escalera que nos separaba de aquel rincón, hacían junto con unos cojines desapareados nuestro nido de amor temporal. Y una sábana, solo una, por si al anochecer refrescaba, te pudieras tapar lo poco que mi abrazo no alcanzara a cubrir y a calentar tu alma.

Eran noches de verano, unas más largas que otras, pero siempre dejando pasar las horas, deseando que transcurriera el tiempo para poder disfrutarlo contigo entre susurros y risas. Juntos y acompañados, intercalando besos con respiraciones más profundas que me transportaban a un mundo en el que solo estabas tú y eran tus besos el único alimento necesario y el impulso de mi vida. Hechizado en el calor de tu cuerpo, en el dulce cosquilleo de tu pelo en mi cara y en el magnético embrujo de tu boca.

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Atrás quedaba el duro transcurrir diario con mis insignificantes problemas que tú arreglabas con tu cariño habitual. Una vez traspasado el umbral de tu puerta no había nada que pudiera hacerme sentir carente de felicidad, aunque a veces no estuviera y me quedara como ausente. En realidad sí estaba, estaba en ese mundo ideal que me hacía evadirme tanto de la realidad que parecía abducido. Fugitivo en la calma que respiraba, olores provenientes de más allá de nuestro Sur, sur del Sur donde quisimos estar siempre; no al sur de ese norte temporal, por donde de vuelta a la realidad, acabamos paseando.

No era la primera vez, esa sensación ya la había sentido en infinidad de lugares, casi siempre contigo y a veces sin ti. Pero con tu presencia perpetua en mis evocaciones diarias, sin faltar a mi encuentro con tu esencia más personal.

Pudo ser en cualquier sitio, pero fue en una azotea y no en una cualquiera. Fue en una azotea, dentro de cuyas murallas se encuentra todo lo que yo quiero en mi vida, la esencia de mi tierra.

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I Dicen que si quieres paz, debes prepararte para la guerra. A pecho descubierto, valiente, que así es como mejor pelean los hombres. ¿A qué le temes?

II Ya llegan. Ya casi se van escuchando los sones de sus tambores. Ya se aproxima la legio. Ya vienen a defender lo que siempre fue suyo. Sus raíces y su porvenir. La que te eriza hasta el alma. La que hace que te salten las lágrimas. Con la que recuerdas. Con la que sueñas. La marcha que se escucha por las calles sevillanas en cada primavera.

III Armadura preparada y, en la esquina, su casco para una nueva estación. Pero el armao quiso tocarle desde más cerca…

Se acerca el levantamiento, por fin, de los que moramos dormidos en esta nuestra ciudad. Preparemos las corazas y armaduras y vayamos a la batalla. A luchar hasta morir por el futuro de los que vendrán. Los "armaos" de la Macarena ya están formando en la muralla.

¡Rompan filas! Y que no vuelvan a formar nunca.

Si toca hablar de cascos os

que soy infinitamente más de

que de estos.

Rocío C. Gómez

Mayte Valverde Ángel Salgado confesaré AirPods Juanma García
18 633 60 70 91 @lapecerademayt

Retos, metas y rituales

Mayte Valverde

Se fue un año y entra con fuerza, como siempre, un enero cargado de ilusiones, retos y metas que rara vez cumplimos, y sin embargo el ritual lo

Este año me ha costado más que ninguno, seguramente menos que el siguiente que me faltes, pero había que cumplir... Comerse las uvas sin ganas, porque no me gustan, brindar con cava deseando feliz año, cuando me da fatiga el sabor y lo único que quiero es llegar a mi cama, taparme hasta la cabeza y soñar que te abrazo y te achucho como siempre y como nunca...

Me faltó tu beso, tu enganche al cuello, me faltaron tus gritos, tus bailes, tu locura infinita que me contagia... Me faltaste tú.

Cada año debería ser más fácil de digerir, pero es mentira, siempre es mentira y cada año es más difícil sobrellevar que no estás. Te acostumbras, me decían... Otra mentira, jamás podré asimilar que no estás...

Siendo el mes de los buenos propósitos, imposible hacerlos sin ti. Aunque si pienso en tu sonrisa seguramente se me haga más fácil.

Este nuevo año me voy a proponer enfadarme menos y vivir más, quererme mucho para quererte más a ti, aunque creo que es imposible, seguir respetándose como lo he hecho desde que naciste, cuidar nuestra complicidad, alimentar nuestro cariño, hacer crecer nuestro amor y ayudarte a hacerte mayor de la mano, aunque me cueste.

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Las novedades musicales 2023

Marisol del Toro

Este 2023 se presenta con una entrada por todo lo alto. Como se suele decir, año nuevo, vida nueva y para acompañar esta vida nueva, viene mucha música.

Algunos lanzamientos los conocemos desde finales de este 2022 y estábamos deseando este 2023 para poder disfrutar de estos futuros éxitos.

En primer lugar, tenemos el nuevo álbum de la banda icónica italiana, Måneskin. Los ganadores de Eurovisión de 2021, presentan el próximo 20 de enero Rush! cuales conocemos ya 5 de ellas. Solo tendrá una colaboración, con Tom Morello Repleto de canciones que comparten la esencia del rock tan glamuroso que les caracteriza, con el pop rock americano que ha influido tanto a la hora de componer este disco ya que han estado viviendo en Los Ángeles durante meses para la producción de este nuevo álbum. Una de las canciones que reflejan esta influencia es MAMMAMIA.

Por otro lado, además de las 5 que ya han sido publicadas, otra de las canciones que forman parte del disco y que han presentado ya en algún concierto.

Lola Índigo también nos trae un 2023 cargado de nuevos sonidos. El Dragón es el título de su nuevo disco que de momento, solo sabemos que saldrá en este año y que su presentación se dará en los shows que tiene programados para el 6 de mayo en el Wizink Center y el 13 de mayo en el Palau Sant Jordi. Seguramente, Discoteka con María Becerra y Animal, formarán parte de este proyecto, con sonidos más electrónicos al igual que aparece su estética. Corazones rotos es el próximo single que la granaina nos regalará en colaboración con Luis Fonsi.

Una de las noticias más esperadas es el regreso de Rihanna, retomando los escenarios en febrero actuando en la Super Bowl. Su vuelta era el deseo de muchísimas personas durante mucho tiempo, y por fin se hará realidad. El único miedo, es que la artista quiera, nuevamente, dejar a un lado la música una vez que termine el evento.

El 10 de marzo es la fecha elegida para que Lana Del Rey publique su noveno álbum, Did You Know That There’s A Tunnel Under Ocean Blvd

. La cantante sacó a la luz hace 3 semanas una de las canciones que forman parte de este trabajo y le da título al disco.

Por otra parte Coldplay, Harry Styles o Maroon 5 darán en este próximo año de los conciertos más ansiados por el público. El día que cada uno de los respectivos artistas publicó la venta de entradas, se formaron colas en la plataforma de hasta 20.000 personas, obligando a anunciar nuevas fechas y agotando las entradas en cuestión de minutos. Hablando del panorama español, el mismo fenómeno ocurrió con Manuel Carrasco, que tuvo que publicar fecha para el día siguiente puesto que para el primer concierto se acabaron las entradas en 30 minutos. El concierto del día 3 aún presenta las últimas entradas para la zona de pista.

El Kanka, Metallica, Gorillaz, Aitana, Andrés Suárez, Rayden o la cantante de pop indie dani, son algunos de los artistas que este año nos llenarán de nuevas melodías y mucha música que disfrutar.

En el caso de El Kanka, han pasado cinco años desde la última publicación de un álbum, y este 20 de enero, nos deleita con Cosas de los vivientes. 14 canciones que podremos escuchar en todas las plataformas digitales y que cuenta con colaboraciones de la altura de Silvana Estrada.

Metallica tiene previsto enseñarnos sus nuevas canciones de heavy metal el 14 de abril, 72 seasons es el nombre con el que bautizan a su nuevo proyecto.

El 24 de febrero llega una de las mezclas de sonidos más esperadas del año, Cracker Island, el nuevo disco de Gorillaz que tenemos claro que no pasará desapercibido. Cuenta con colaboraciones con artistas como Bad Bunny o Stevie Nicks.

Y este mismo día estaremos de doble celebración, será la llegada de Viaje de Ida y Vuelta, el nuevo proyecto de Andrés Suárez tras publicar su último disco en plena pandemia. Un artista que intentó hacer la vida más bonita con su música en esos tiempos tan complicados. Ahora, cansado de cantarle al desamor, quiere celebrar la vida y la felicidad.

Desde luego no podemos empezar mejor este nuevo año. Si ya teníamos ganas de comenzar de cero, ahora estamos deseando sumergirnos en él por completo y disfrutar de todo lo que nos depara.

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La entrevista infinita

Tan infinita como tu sonrisa, tan efímera como la vida porque el tiempo solo es tiempo si se aprovecha hasta la extenuación.

Os confieso que nunca me atreví a escribir la segunda pregunta; la primera, estandarizada no me cuesta nada por mucha profundidad que tú quieras darle.

En mi afán soñador soñé con atreverme, tras tu sí, a entrevistarte en persona. Hoy os puedo decir que por desgracia no tuve la fortuna y la desgracia de ser el desgraciado que no se atreviera a ir.

Ojalá ese sí hubiera llegado, ojalá no hubiera existido jamás la ocurrencia, ojalá hubieses sido una anónima más de este mundo de locos que ríe y se enfada con sus amigas, con sus familiares y que llegas a viejita con el amor de tu vida. Ojalá…

La vida es lo que todos sabemos que es y la inmensa mayoría no sabemos aprovechar.

Sabía que me ibas a dejar marcado a fuego para siempre y quizás eso sea lo que necesitaba y no pudo ser y nunca jamás será.

Hoy le doy una vuelta a lo que podría haber sido un cuestionario diferente, especial y único y siguen sin brotar las preguntas. Tal vez el miedo a las respuestas que nunca llegarán hacen que se esfumen los pensamientos y las dudas.

Lo triste de todo esto es que mañana, pasado o el otro ya no serás ni un recuerdo; ese todo se queda en el vacío que dejas para los que sentían tu

Juanma García

presencia piel con piel y porque la vida es como es, ese vacío irá mutando en pena, en tristeza, en recuerdos, en lágrimas que brotan… ¡esas sí que brotan con facilidad! Y seguro que ese todo tú mutará en orgullo, en paz interior y ratitos de felicidad aunque no quiero ni imaginármelo…

Aquí punto punto y final a una entrevista infinita que jamás llegó a realizarse, llena de preguntas bonitas y otras, con ese puntito de seriedad para que todos te conocieran mejor, algunos se engancharan a ti y sin duda, a saber si la tortilla la preferías con cebolla o sin cebolla.

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Sevilla en mi soledad

Rey San Fernando

Resulta una denominación redundante pero detengan la temporalidad, posean certeza de mente en blanquecina tonalidad, y conjuguen el verbo desgranar en presente perfecto y muy continuo tanto, que gocen en la rabiosa actualidad de vivencias del futuro sin otear pretéritos acontecimientos acaecidos.

Soledad, ¡ay! Incontables e innumerables casuísticas en las que gozamos y padecémosla; así pues elaboró el Altísimo la naturaleza humana. Si la sombra de la algarabía se extiende y se propaga cual interferencia de no muy buena onda, nos aferramos a ella salvadora de todas las batallas; fiel como ella sola; sola como ella se define; sola como ella nos define. Sola por definición y derivación.

Solitario... preocupante opción la del errante por azarosa cuestión que no por devoción o vocación. Tragedia puntual que genera linealidad tortuosa; trazada curva donde el peralte invita a la fuga; fuga a ninguna parte; parte del todo; todo sin nombre, sin destino, sin norte.

Este Rey carga con los efectos gravitatorios de las centurias en sus lomos, acunado en un acristaladlo aposento; acuñado por la cohorte como Santo y vacunado contra la adversidad. Y lo hace en soledad. En la soledad del solitario, meditabundo sin exposición; expuesto al vagamundo y sirviente al vagabundo. Pero solitario en su soledad.

Manuscribo sobre ti mientras gozo de ti, inmiscuido en tus mil y ningún detalles. Solo poseo el don de la gratitud del superlativamente

Rimas a la Inmaculada Rey San Fernando

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agradecido. Sin ti este pergamino carecería de existencia, sin más que yo, aunque contigo, este Rey Santo solitario, a tu vera y tu a la mía... Contigo es cuando más solitario me siento y así lo lanzo a los vendavales del data a data del reino de Sevilla.

Como fieles enamorados te abrazo y tú me atrapas; me abrazas y yo me dejo abrazar por ti para que juntos, en mi soledad, surjan las palabras del solitario.

Sevilla en mi soledad.

Bartolomé Esteban

Rey San Fernando

Allá cuando el Reino resplandecía más que ningún otro, allá donde el arte y la cultura redirigírtelos sus focos a Sevilla, allá, acá, Bartolomé Esteban Murillo sobre destacaba del resto y por eso que sea llamado a filas para reconquistar los corazones, el estilo y el buen gusto de una Sevilla a la deriva donde los criterios no van más allá de… superlativamente mejor que calle, valgo más así.

Bendito taller de Juan del Castillo que te dio alas en los pinceles y benditos niños trazados con mil garabatos perfectos y benditos escalones pero, y esa Sagrada Familia del pajarito..

Mujeres en la ventana contemplando a unos vendedores de fruta que roban el protagonismo a un joven mendigo mientras otro niño se asoma risueño viendo cómo el muchacho pasea a su perro y otros comen uvas y melón, presentes tal vez de aquellos mercaderes. No cabe dubitativa sentencia, el regalo es para todo el que está capacitado para el gozo en la contemplación.

Con todo esto, oteo de reojillo su Inmaculada, su Virgen de la Servilleta y abrazo este párrafo como San Francisco al crucificado mientras una muchacha con flores me ofrece la oportunidad de exaltarte: Bartolomé Esteban, miembro destacado de esta tropa de arte, Sevilla vuelve a requerirte.

Distraigan sus sentidos, aprópiense de unos minutos propios y admiren la obra de este sevillano ilustre.

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El poder de las palabras

Enrique de la Cruz

NOTA DEL AUTOR: De todas las versiones que me contó aquel profesor de literatura, que fueron muchas, pero nunca dos iguales, ha salido este relato que ahora se dispone a leer. Si la verdad ilumina esta historia o no es algo que el día de mañana podríamos saber, tan solo hay que esperar a que se cumpla una premisa, aunque no albergo esperanza de ello, a decir verdad.

Cuentan que, por suerte, los gobernantes del estado de Maine se tomaban muy en serio sus competencias en los asuntos relativos a la educación de sus niños. Debido a este celo —nunca suficiente, en mi opinión—, el inesperado alumbramiento del tercer hijo de la señorita Maier no supuso para sus alumnos más que un día sin profesora. No porque la profesora Maier no cuidase a su pequeño, sino porque la joven que debía sustituirla ya estaba designada y preparada con antelación. Dataremos esta anécdota, por situarnos un poco, en el año 1956, sabiendo que el pequeño de los Strauss-Maier, William, según los registros, nació en mayo de aquel año.

Aquel día, soleado pero frío, la sustituta de la señorita Maier esperaba en el umbral de la puerta a que llegasen los niños. Era una mujer joven y sencillamente bella, al menos más joven y más sencillamente bella que la profesora Maier, figura establecida, como entenderá usted, estimado lector, para las comparaciones. Saludó a todos y cada uno de los niños con una sonrisa amable y un «buenos días» que sonaba sincero. Cuando los pequeños se sentaron en su sitio, se presentó: —Buenos días, pequeños. Mi nombre es Margaret Sutton, y voy a ser vuestra profesora durante lo que queda de curso.

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»Sabéis que la señora Strauss ha dado a luz a su tercer hijo, aunque el embarazo ha durado solo sietes meses, el niño y la mamá están bien de salud. Si os parece bien, he pensado que después de leer un poco y hacer unas cuentas, podría dejaros unos minutos libres para que le hicierais unos dibujos de felicitación. ¿Os parece bien?

—Sí —respondieron a coro.

—Bien dicho, primero leeremos un poco. ¿Alguien puede recordarme qué libro estabais leyendo?

—La letra escarlata, de Nathaniel Hawthorne —replicó con rapidez una niña en la primera fila.

—Bien, gracias —le dijo a la niña—. Y tu nombre es...

—Evelyn, señorita Sutton.

Margaret Sutton buscó el libro en la estantería y se lo dejó a la niñita sobre su mesa. La pequeña, con sus delicadas manos, abrió el libro ayudándose de la tira roja de tela que hacía de marcapáginas. Leyó con entonación y volumen precisos, algo que sorprendió a la señorita Sutton por la edad de la niña. Luego el libro pasó al siguiente niño, que leyó al mismo nivel. Margaret Sutton entendió entonces que el trabajo de la titular de su puesto, la señora Strauss, era digno de admiración. Aquellos niños, de nueve y diez años, leían con una fluidez propia de cursos más avanzados. El libro fue pasando de pupitre en pupitre hasta completar un ciclo completo de alumnos. El último de ellos, tan flaco que parecía enfermo, se levantó de su sitio y llevó el libro hasta la mesa de la profesora. «Huérfano», escuchó el chico a su espalda. La señorita Sutton creyó escucharlo también, pero prefirió dejarlo pasar. —Gracias, muchacho. ¿Cuál es tu nombre? —Edwin, señorita.

—¡Es Stephen, el huérfano! —gritó alguien desde la parte de atrás. Algunos rieron la gracia. —¿Quién ha dicho tal cosa? —preguntó enfadada la profesora. Se hizo el silencio por un momento. Margaret se acercó a la zona de donde venía el insulto. Redujo a cuatro los sospechosos mientras se acercaba; cuando vio a uno de ellos agachar la cabeza hacia su pupitre, supo que fue él. El niño en cuestión estaba rollizo y tenía los mofletes rojos. El chico, que se temía un castigo, se quedó sorprendido cuando la profesora le pidió que se pusiera en pie y que explicase por qué le había dicho aquello a su compañero. El niño se quedó callado, avergonzado y sin saber qué decir. Silbado entre sus dientes salió un «lo siento».

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—¿Tu nombre?

—Matthew Brownstone, señorita. —Bien, Matthew. Ven conmigo. Anduvieron hacia la mesa de la señorita en silencio. La costumbre para estos casos era un castigo de cara a la pared o, si el infractor era reincidente, unos golpes de regla. Pero la jueza en este caso no era la de costumbre. La profesora puso al niño delante de ella, mirando a la clase y le tomó por los hombros.

—Mirad, niños. Hoy vamos a aprender el poder de las palabras. Sí, las palabras tienen poder. Tienen el poder de hacer daño, las palabras hieren.

»Cuando Matthew le dice a Edwin lo que le ha dicho, le está hiriendo, le está haciendo daño. Porque las palabras no son sólo palabras. Una declaración de guerra, por ejemplo, no son sólo palabras; una amenaza, no son sólo palabras; un insulto, no son sólo palabras. Las palabras de Matthew le han hecho daño a Edwin. Y además, ese daño no se puede cuantificar. Si alguien tiene una herida, se puede ver y se puede saber la profundidad de esa herida. Con las palabras, no. Ahora bien, hay una forma de curar esas heridas, o de hacerlas más pequeñas. Ese poder sanador, ese poder recuperador, también lo poseen las palabras. Y ese poder es el que vamos a aprender ahora. Edwin, por favor, ven aquí.

El niño se acercó a la profesora y a su compañero; su cara reflejaba tristeza y nervios. La profesora había conseguido centrar la atención de toda la clase en ellos tres.

—Ahora Matthew, y todo el que quiera, va a decirle a Edwin algo bonito para curarle las heridas. Vais a ver cómo las palabras curan el alma de Edwin porque vais a ver que la sonrisa vuelve a su rostro. Sólo se requiere una cosa, tienen que ser palabras sinceras. Adelante, Matthew. Matthew se quedó cortado unos segundos. Movía la vista por la sala buscando inspiración para sus palabras sanadoras. Tardó en arrancar, pero finalmente lo hizo.

—Edwin es muy bueno...

—No —interrumpió la profesora—, tienes que decírselo a él.

—Edwin, eres muy bueno jugando al béisbol.

Edwin sonrió tímidamente, sin convicción.

—Gracias, Matthew. Vuelve a tu sitio. Ahora, levantad la mano si queréis decirle algo a Edwin.

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Todos mantuvieron sus manos sobre el pupitre. Margaret Sutton esperó unos segundos más. —Bien —dijo la profesora—, seguiré yo. Las notas de Edwin dicen que es muy bueno en literatura. En ese momento, una suave y blanquecina mano se elevó. —Adelante, Evelyn —ordenó la señorita con una sonrisa en los labios. —Yo creo en el poder de las palabras, señorita Sutton. —¿Y eso tiene que ver con Edwin? —Sí. Porque cuando Edwin escribe una redacción, consigue que me olvide de todo y cura mis males. En ese momento, Edwin esbozó una sonrisa enorme que denotaba que su herida había sanado, y dejó de importarle, por un tiempo, que su padre le hubiese abandonado. Margaret Sutton reprimió las lágrimas como pudo y entendió, aquel día, que también ella podía aprender mucho de los niños.

Es por esta anécdota que, según dicen los más allegados a él, Stephen Edwin King guarda un par de líneas de agradecimiento para Margaret Sutton y para Evelyn en su discurso de recogida del Premio Nobel.

El detective Andrés Garet pasa por un momento delicado; el que ha sido su compañero durante años se ha jubilado y no termina de acoplarse al nuevo acompañante que le han asignado. Mientras tanto se cruza en su camino lo que en apariencia podría ser un caso más de suicidio. Garet tendrá que adentrase en la vida del fallecido, comprobar si el hombre optó por quitarse la vida de forma voluntaria o, por el contrario, averiguar si su muerte tiene alguna relación con el software que desarrollaba para hacer apuestas.

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https://t.co/IMfo5T0krv

La resplandeciente estrella de la mañana

La ilustración, titulada ‘La resplandeciente estrella de la mañana‘, es un trabajo eminentemente simbólico que gira, tal y como se expresa en la leyenda que aparece en la parte inferior, en torno al libro de las Revelaciones de San Juan, donde Jesús habla de sí mismo como la «Resplandeciente Estrella de la mañana». Una estrella que brilla por encima de la propia Estrella de David, rey de cuya estirpe procede y que aparece representada en las telas de los seres celestiales; y también por encima de la propia Estrella del rey Salomón, que situada en el centro de la composición es signo de nacimiento y regeneración.

El Niño Jesús aparece sostenido en los brazos del Patriarca San José, en cuyas vestimentas se aprecian por un lado las varas de azucenas relacionadas con su tradicional iconografía y por el otro, la Menorá o candelabro de siete brazos judíos, alusivo al libro del Apocalipsis.

Por su parte, el manto de la Virgen está relacionado con la Rosa Mística y la festividad litúrgica del Domingo Gaudete o Domingo de la Alegría. La túnica a su vez, está jalonada de palomas, símbolo del mensaje de paz que trae consigo la fiesta navideña.

El batón blanco que cubre al Niño está jaspeado con el emblema de la Tribu de Judá, estirpe a la que pertenece, simbolizada por un león de pie que, relacionado con Dios, sitúa al Niño como cachorro de león o «Cachorro de Dios».

Finalmente, el color rojo que impregna toda la felicitación está relacionado con la sangre de Cristo y por tanto con la Redención de los pecados del mundo que comienza con el nacimiento del Mesías.

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Un libro que recorre los orígenes y evolución de Sevilla. Un primer acercamiento a la historia de la ciudad a través de conocidas leyendas que conforman un didáctico y pedagógico compendio de aquellas tradiciones que a lo largo del tiempo han dado lustre a la historia hispalense. Recomendado de 6 a 12 años.

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Amapola y memoria

Lo conocí en uno de los momentos más extraños de mi vida. Yo había sido ingresada tras un par de episodios de compras convulsivas y él estaba allí porque había perdido la esperanza. O eso al menos se decía: <<Ha perdido la esperanza>>, como si la esperanza fuese una bolsa de supermercado que se nos pudiese extraviar en cualquier parte. La verdad es que era un poco hermético y hablaba poco, por lo que no se lo podía acusar de perder el tiempo diciendo tonterías. Eso ya era un punto a su favor. Por lo general no respondía a las preguntas y en las terapias conjuntas tampoco solía mostrarse muy comunicativo. Cuando entablé amistad con él me di cuenta que todo formaba parte de una estrategia. <<En este sitio hay que tener la lengua corta y los ojos abiertos>>.

Yo me imaginaba que metía la lengua en salmuera o la ataba a un palo y así se lo decía, con lo que él sonreía de las ingenuidades que yo soltaba, sin duda influida por la confusa situación que estaba viviendo. Con el tiempo fui descubriendo que tenía un grandísimo sentido del humor y entonces me comenzó a parecer mucho más guapo e interesante. Entablamos una grandísima amistad y como suelo suceder con la gente que está atravesando momentos difíciles nos apoyamos mutuamente para salir de semejante atolladero.

Teníamos que vernos casi a escondidas porque en el centro había una fuerte división entre la parte en la que se <<hospedaban los hombres>> y la parte en la que se <<hospedaban las mujeres>>, y solo coincidíamos en pequeñas actividades conjuntas o cuando la vigilancia flaqueaba. No es que fuera imposible encontrarse pero había que realizar un esfuerzo.

A esas horas que preceden a la salida del sol, cuando el turno de noche termina su jornada y el primer turno de la mañana está surtiéndose de cafés, siempre encontrábamos un hueco en el que saludarnos, contarnos las

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novedades y subirnos la autoestima.

Descubrí que pese a ser un gran lector no creía en las palabras. Yo cerraba los ojos mareada porque no podía entender semejante contradicción.

<<— ¿Cómo puedes leer tanto y afirmar que las palabras no sirven para nada?>> —Le pregunté una mañana.

Él se quedó unos segundos en silencio y si no recuerdo mal me contestó <<que de alguna manera todo lo que expresamos con palabras ya ha fallecido. Lo que queda registrado tras ese tránsito, ya sea oral o escrito, solo es una interpretación>>.

Al poco fui dada de alta. Tuve un tiempo para la prudencia y un par de nuevas recaídas. Con el tiempo llegué a curarme de mis episodios impulsivos. Jamás volví a saber de él. Me dejó un libro de poemas de Paul Celan y la confirmación absoluta que las personas más sensibles e inteligentes son las primeras en caer arrasadas por el vértigo de la existencia.

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Problema a la vista

Ángel R. Barrios

La furgoneta aparcó marcha atrás, a la misma puerta de la Secretaría de Estado. El vigilante reculó con torpeza, pero salvó la vida. Apresurados, cruzaron la calle los representantes de la Federación de Ópticos. Él llevaba una montura de pasta gruesa y ella unos finos anteojos de metal dorado. Se disponían a entregar tres millones de firmas solicitando incluir el Día Internacional de las Personas con Gafas de Ver en el calendario oficial. La prensa, que esperaba expectante, difundió las imágenes del posado junto a las cajas recién descargadas.

—¿Nos hemos vuelto locos? —En su despacho, el Secretario de Estado no daba crédito—. No pienso llevar esto al Ministerio. Ni pensarlo —aseguró al ver la pila de cajas de cartón escoltada por varios bedeles.

—Es un clamor, señor. La voz de la calle. Según las encuestas estamos hablando de la segunda preocupación de la ciudadanía —aclaró una asesora.

Intrigado, preguntó el Secretario por la primera. «La baja calidad de las empanadas, en general», le comunicaron. Reflexionó unos segundos sobre la buena situación de la que parecía disfrutar el país y, satisfecho, marcó el número del Ministerio.

Los informativos pre calentaron el Consejo de Ministros. Se aplazó el asunto de las empanadas y su alarmante disminución de calidad para el Debate sobre el Estado de la Nación del siguiente mes. Lo urgente era solucionar el problema de los usuarios de gafas graduadas.

En el Consejo se discutió con vehemencia sobre temas como la presbicia o el ojo vago. ¿Se incluirían las gafas de farmacia para lectura? ¿Y las de bucear? Eso no era posible, los ópticos eran un enemigo temible, ya habían hecho caer a más de un gobierno de la Unión Europea. Eso sí, las progresivas estaban fuera de duda. El grupo más ruidoso, la Asociación de Miopes del

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Noroeste, quería declararlo festivo a toda costa y eso eran palabras mayores para la Patronal. Habría que andarse con mucho ojo.

¿Qué reivindicaba esta gente? ¿Sufrían algún tipo de discriminación? ¿Acaso las personas de gafas de ver eran el objetivo de algún grupo radical y descontrolado? El presidente acalló el alboroto con un gesto discreto y eficaz.

—No tenemos opción. Por la razón que sea las personas con gafas de ver tienen problemas, y eso se va a terminar. Real Decreto —ordenó.

—Puede que no se sea el mejor camino, Señor. Permítame… —La Ministra de Derechos Sociales se detuvo ante la palma de la mano del presidente.

—No estoy dispuesto a que ardan las calles por unas dioptrías.

—¡Señor! —Levantó la mano la Ministra del Interior—. Los nacionalistas quieren ampliar el espectro de casos.

El jefe del ejecutivo se frotó la mandíbula y miró por la ventana unos segundos.

—Incluiremos las gafas de sol graduadas y las lentillas, pero nada de monóculos, no quiero agravios comparativos ni que nos tilden de clasistas — zanjó el presidente y pasaron al siguiente punto del orden del día.

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Obra de Andrade Martín

¡Que viene la Reyes!

El próximo viernes serán los Reyes. En casa, cuando yo era pequeño, siempre hablábamos de la Reyes, así en plural y en femenino, ya que la que venía era la tía Reyes, una mujer hecha a sí misma, como aquellas mujeres del tiempo de entreguerras (entre la primera, la guerra civil y la segunda). Mujeres aguerridas, fuertes, que ni un mal rayo las parte.

El próximo viernes iremos sus sobrinos a la residencia. Se han invertido los papeles, ahora ella nos recibe y recibe nuestros regalos.

Hace casi tres años que no la veo debido a la maldita pandemia que me ha alejado de los que más quiero. En este tiempo he tenido pérdidas, como en casi todas las familias. Solo los feos parece que se libran de estar a salvo. En mi familia no es que no cuidemos ante los virus, es que tenemos el gen atávico, el que si te toca, te mueres o como dicen otros si lo aciertas, lo adivinas.

Así nos vamos unos tras otros en mi familia, por el maldito gen atávico. El año pasado enterré a mi hermana por un cáncer de huesos y no pude ir el día de Reyes al cumpleaños de la tieta en su residencia, cuando ya las restricciones no eran tan severas. ¿Dolor?

No se puede describir ese dolor que corroe las entrañas por la pérdida de los seres queridos, por esos Santos Inocentes, a los que otros calumnian, critican, llevan habladurías de si han hecho esto, lo otro o lo demás allá, y yo me pregunto, pero ¿qué importancia tiene la vida de los otros? ¿A quién, demonios, le importa?

Me quedan cinco días y medio, casi seis, para presentarme en el apartamento de la tía en el complejo de las monjas de san Luis. Tiene casi cien años, pero conserva todavía su lucidez. Dice que prefiere vivir en esa residencia, porque a ella, agnóstica convencida, le agrada que le sirvan unas monjas. Es ese fino sentido del humor que usa una parte de mi familia. ¡Qué le

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vamos a hacer! Así somos señor, los hunos y yo. De los Otros prefiero no hablar. A mí, además, ¿qué me importan?

De pequeños a Cesca y a mí, papá nos decía que el seis de enero llegaba la hija pródiga. Así la llamaba él, la hija pródiga, porque siendo muy joven emigró a Italia a trabajar. De allí saltó a Suiza, sí al cantón de habla italiana y se casó con Renato. Parecía un matrimonio normal, de la media, pero al enviudar, nos enteramos que Renato pertenecía a la mafia calabresa y había dejado una herencia a la tieta de demasiados ceros diestros. ¡Válganme todos los truenos y centellas! No salíamos del asombro cuando nos lo contaron. Y, entonces, empezó a dejarse ver por casa el día de su cumpleaños, o sea, todos los seis de enero consecutivos hasta la fecha en que los sobrinos vamos a verla.

Muchos años después, me enteré de que, en realidad, la tieta era la séptima mujer del mafioso. Por aquello de que a todo hombre le correspondían siete mujeres de la época. Por lo tanto la herencia que le dejó no fue tan cuantiosa, pero ella, que había pasado mucha hambre entre guerras, era más lista que un conejo y supo salir adelante. Para colmo ahora vive en una residencia de monjas. Por caridad. A eso lo llamo yo adaptarse a las circunstancias, lo que tanto valoraba Darwin y que deberíamos poner más en práctica.

Ha llegado el gran día. Hoy me he vestido con un traje de terciopelo ligero en verde. Lo reconozco soy un gentleman y me gustan las buenas costumbres y cuidar los pequeños detalles. Hasta el punto de que no tengo ni mujer ni hijos, solo los hijos de mi hermana. Dos críos geniales, a cual más trasto.

Al entrar en la residencia, un edificio de principios del siglo veinte, me hacen recorrer una larga galería hasta llegar a su habitación. Las hay con suerte, la tía es una de esas personas, le ha tocado la habitación más soleada en invierno, la que da al sureste. Toda la luz de la sobremesa le cae sobre su fina piel que seguro que lleva protegida por alguna crema de alto factor contra los rayos ultravioleta. Ella seguro que no se protege solo contra los uva. Lee todas las etiquetas del supermercado cuando salimos de compras y luego pregunta a cualquiera. Si no le convence la respuesta, sigue preguntando. A veces sospecho que fue de ella la idea de inventar internet.

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Ya la veo. Hoy lleva un vestido blanco y se acompaña de un ligero pai pai, esos abanicos chinos, que parecen hechos de una hoja de parra, aunque este es blanco y lleva un dibujo soplado a tinta azul. Está preciosa, como siempre.

De pequeño la recuerdo enérgica, embutida en unos pantalones azules y unas botas rosas. ¡Original siempre ha sido!

El primer año que vino, a mamá le regaló una rosa del desierto. Cuando fue diciendo en alto todos los regalos que traía se nos quedó la boda abierta en círculo, como si nos hubieran metido un vaso de cristal a cada uno, y las cejas se nos solidificaron como si hubieran sido sometidas a una terapia de frío. Ahora lo llaman crioterapia, pero de pequeños lo hacíamos con purpurina. Lo de someterse al frío lo dejábamos para Cesca, la princesa que vino del norte, y que era capaz de meterse en el río en pleno invierno. Nos dejaban ambas siempre anonadados al resto, sobre todo a Nacho, el primo de la otra rama de la familia, al que como todos los años solo le tocaba la llegada de su tía la Pamplinas, una mujer amargada y triste donde las haya, pese que no vivió ninguna guerra, ni periodo de entreguerras. ¡Increíble como a algunas personas le gusta hacerse las mártires!

Aquel año, a mí me tocó un anillo de Galena, al tío Juancar un Ojo de tigre. Parece muy exótico, pero en realidad no más que el plomo que le regaló a Escobar. Yo creía que era para mejorar su potencia sexual, atenuada por la edad, pero Reyes explicó que se había comprado un coleccionable de esos que salían a principios del curso escolar y que nos había ido regalando a cada uno una piedra o gema, como quieran verlo. Una selección de minerales en realidad. El ojo de tigre era tan piedra como la Rosa del desierto, esta última se encuentra en México. Yo podía imaginarme a la tieta con el martillito, la mochila y el atuendo del geólogo andarín, recogiendo gemas por cualquier ribazo del camino.

A Cesca le correspondió un gramo de oro y la tabla periódica de elementos químicos. Creo que fue entonces, cuando entre las dos, mi hermana melliza y mi tía, surgió una chispa de alambique y la alquimia hizo el resto. Cuando veo a Reyes sentada con su vestido de novia y su pai pai, imagino que es Cesca que ha venido a buscarme para ir a jugar otra vez. Ahora nos regalaría un cursillo acelerado de Excel y jugaríamos con una planilla de cálculo, pesando y sopesándolo todo.

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Noches de luna llena

Aquella era una hermosa noche de Luna llena, las nubes se habían esfumado por completo después de la tormenta, un cinco de enero de 1941, en medio de una guerra, donde un solo hombre quería adueñarse del mundo, sin razón aparente, más que el dominio, el poder, eso que a tantos ha llevado a las alturas, para luego de hacer mucho daño a otros, consiguen solo una caída estrepitosa, de esas que noquean y dejan a muchos sin vida; Marta se abría paso al mundo, bombas caían cerca del Hospital, los médicos, un tanto preocupados, atendieron el parto, pusieron a Marta en una manta sobre los brazos de su madre y huyeron despavoridos, dejándolas a ambas a la buena de Dios.

Pensando que era el principio y el final de su vida, la madre de Marta se entregó a la muerte, sonidos de alerta, tanques de guerra, explosiones de bomba fue lo primero de Marta escuchó, la guerra ya era parte de ella.

Un hombre rubio de hermoso rostro y gran estatura, con unos impresionantes ojos verdes y un raro acento se acercó a Marta, tomándola entre sus brazos la miró detenidamente, la hizo a un lado para poder observar a la madre que yacía fría y pálida sobre la cama ensangrentada, con una suave caricia cerro sus ojos y la besó por última vez antes de llevarse a Marta con él. La Luna estaba llena, como un plato, aquella noche, años después, cuando desde un escondite, por una pequeña ventana, Marta veía como las tropas se retiraban de la ciudad, con un estruendoso sonido de tanques rodando a toda marcha y bombas aún sonando en la lejanía.

La noche estaba estrellada y por el horizonte aquella luna llena comenzaba a asomarse, cubriendo con su luz el valle, años después de aquel nacimiento, Marta caminaba tranquilamente por la calle empedrada de la ciudad dejándose bañar por la luz de la luna y sintiendo una electricidad que recorría su cuerpo, como si se estuviese cargando de algún tipo de energía, cerrando los ojos

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continuaba caminando como si nada más existiese que la libertad, el viento suave acariciaba su cara y sentía el tierno beso de la noche con una sonrisa en el rostro, cuando al abrir los ojos ve de frente a ese joven de piel rosada, hermosos ojos azules, tan azules como la inmensidad del cielo, tan azules que podía perderse en ellos y navegar eternamente en el mar de su mirada. Con una sonrisa, casi imperceptible al moverse se acerca a ella con un saludo de reverencia.

—hermosa noche de luna llena. —si, en efecto es hermosa, la luna es capaz de iluminar hasta los pensamientos de las personas en ésta fase— Comenta Marta, mientras su mano juguetea con su cabello, que bajo la luz de la luna se ve más dorado de lo que es. —Y hace resaltar las más hermosas virtudes de las damas que pasean bajo su luz— Responde el joven mientras con las manos en los bolsillos de su pantalón marrón, da un paso al frente para quedar más cerca de Marta. —la luna, esa luna de plata que brilla a lo alto, conoce los secretos que muchos guardan, los escucha cada noche y los observa mientras en su actuar nadie más los puede ver. El vestido rosa de Marta baila alegremente por las calles empedradas de la ciudad mientras de la mano de aquel joven juguetea con su cabello y deja que el primer amor le muestre lo que es la felicidad bajo la mirada cómplice de la luna llena.

Una luna de plata fue testigo también un tiempo después, cuando frente al altar dijo el sí definitivo al hombre con quien decidió compartir su vida. Bajo la luna llena de aquella noche, tiempo después de decir sí, fue cuando Marta comenzó con dolores de parto, las piernas agotadas ya no la dejaban caminar más, pronto tuvieron que llevarla al hospital, mientras daba vida a otro ser sentía cómo la suya propia la iba abandonando, por la ventana de la habitación del hospital la luz de la luna la abrigaba y la tranquilizaba, le daba esa sensación de electricidad que ya había experimentado anteriormente, esta vez no había guerra, los sonidos eran diferentes, si agudizaba el oído podía escuchar las campanas de la iglesia, era un 31 de diciembre y se podían escuchar explosiones, solo que ahora eran de los fuegos artificiales por celebrar el año nuevo, había algarabía por doquier y todos se abrazaban deseando que el nuevo año estuviese lleno de cosas maravillosas para todos, la música era alegre.

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Marta aún en trabajo de parto y haciendo un gran esfuerzo para poder traer al mundo a su bebé, pujaba con fuerza mientras desde dentro se desgarraba lentamente, un llanto fuerte rompió la celebración, y todos en la habitación voltearon a mirar a Marta, quien con su bebé en brazos sonreía tiernamente suspirando por última vez. Aquella misma luna que la había visto nacer, era ahora quien la reclamaba como suya y llevaba a su reino celestial.

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Entrevistamos a… Joaquin Hurtado

Entrevistas con sabor a cultura, arte, pintura, literatura y música, mucha música y aquí os presentamos alguien que desde “el otro lado”, hace muchísimo por ella.

Hoy entrevistamos al gran Joaquín Hurtado. Disfruten.

Ante todo, lo primero de nada, ¿cómo estás?

Muy bien, ¡muchas gracias! Hoy por hoy con la ilusión de un niño pequeño que mira cada día al futuro, siempre con ganas de que la vida le siga sorprendiendo, mejor si es con cosas buenas.

Nos gusta comenzar la entrevista con una pregunta un tanto especial, ¿quién es Joaquín Hurtado?

¡Eso quisiera saber yo! (risas) En principio una persona muy normal que se mueve como puede en un mundo totalmente anormal. Hay una canción de Ana Belén que me gusta mucho y creo que me define bastante bien cuando dice “así soy y así me acepto, aunque a veces no me entiendo”.

Ha sido un año de galardones, pero ¿cuál dirías que es el más especial?

Todos han sido muy especiales, he recibido los tres con muchos nervios y con mucha ilusión. No creo que merezca ninguno de ellos, pero cuando alguien piensa en ti para otorgarte uno y reconocer un trabajo hay que agradecerlo, hay que ir y hay que recogerlo, los premios nunca se deben rechazar ni menospreciar porque no hay premio pequeño. Le tengo un cariño especial al “Alegria

de vivir”, porque fue el primero. El premio en sí es precioso, lo recogí de manos de mi querida Lucrecia, y es una de las primeras cosas que veo cada día al despertar.

- ¿Qué le pides al 2023?

Salud sobre todas las cosas, pero me gustaría que el 2023 nos trajera un poco más de cordura, en general. Nos ha tocado vivir una época en la que nos importa poco lo que le ocurre al que tenemos al lado, parece que nada existe si no lo vemos a través de la pantalla de nuestro smartphone, y la vida real se nos escapa. Creo que estamos perdiendo valores a una velocidad de vértigo.

¿Cuál es tu momento favorito del día?

El día tiene muchos buenos momentos…el de la tranquilidad del sofá en casa, el del último café del día, cuando se abre el micrófono a las siete de la mañana…

- ¿Considerarías que ha sido tu año?

No, ni mucho menos. Sí ha sido un año muy importante, con muchas sorpresas y reconocimientos, y ojalá vengan muchos más como este. No soy especialmente ambicioso, pero si hay que soñar hagámoslo a lo grande.

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30 años dedicados enteros a tu trabajo, dando tu alma y llegándonos con tu humildad y simpatía ¿Cuál es el secreto?

No sé si hay secreto. Lo más importante es que te apasione tu trabajo y, también y casi tan importante, saber escuchar. Mirando atrás te das cuenta de todo lo conseguido, de lo que has dejado escapar, de lo que has perdido, de esa hipoteca constante que tenemos que pagar por dedicarnos a esta profesión. Nos pasamos la vida a examen y la única forma de aprobar es la constancia. Hace poco un amigo me decía que lo mejor para sobrevivir en esto era intentar mantenerse siempre en mitad de la tabla, haciendo el ruido justo pero sin dejar de disfrutar.

¿Qué has podido o puedes disfrutar más, tu trabajo en la radio o en la televisión?

Mi locura es la música, sobre todas las cosas, y siempre que la música esté

en uno u otro medio yo estaré encantado y lo disfrutaré muchísimo. El trabajo en televisión es, en muchas ocasiones, muy divertido, la difusión se amplifica por mil pero no la cambio por la radio, es donde realmente me siento totalmente libre y desarrollado.

¿Quién es tu mayor inspiración? Mi madre, una mujer muy humilde, una auténtica superviviente.

- Como periodista me gustaría saber que opinas del futuro que le depara a esta profesión, y sobre todo, al periodismo musical ¿Cómo podríamos acabar con el estigma del periodismo?

El futuro está en manos de una generación muy preocupada por los clicks, los likes y las visitas y eso me asusta un poco. Los periodistas debemos tener muy clara nuestra vocación, no podemos engañar ni usar falsos titulares. Nos pagan por contar lo que sabemos y debemos contarlo bien, eso no debemos olvidarlo.

¿Qué le dirías a todos aquellos que menosprecian la música española?

Les diría de todo y nada bonito, pero sobre todo que no saben lo que se pierden. La música es un lenguaje universal, nunca he entiendo esa obsesión por excluir de ese universo la riqueza de la música en nuestro idioma y el talento de tantísimos profesionales.

- De todas las personas que has conocido a lo largo de todo este tiempo trabajando, ¿quién te ha marcado o impresionado más?

He tenido la suerte de trabajar con grandes profesionales, más o menos conocidos, te hablo de José Ramón Pardo, Jorge de Antón, Paco Herrera, Joaquín Luqui, José María Iñigo…y de todos me llevo muchas enseñanzas, pero quienes más me han marcado han sido siempre las mujeres. Reyes Mateo, Gemma Nierga, María Teresa Campos…de ellas he aprendido a romper el guión si es necesario y empezar de cero en directo.

- ¿Qué aconsejarías, bajo tu experiencia, a los jóvenes que quieren dedicarse a este mundo?

Que no dejen de escuchar, de formarse y de buscar sus propios referentes. Hay muchas ocasiones en las que podríamos tirar la toalla, pero

inmediatamente después viene el motivo por el que no hacerlo.

Para terminar, nuestras preguntas fetiche: ¿cerveza de tirador o botellín y… tortilla de papas con o sin cebolla?

No soy muy de cerveza, así que ni una ni otra. Prefiero un vino blanco fresquito o un crianza, pero la tortilla siempre con cebolla.

Muchísimas gracias por dedicarnos este ratito y darme esta oportunidad, se necesitan personas que vivan y sientan como tú.

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Loïc Badé, primer refuerzo

El central francés de 22 años, Loïc Badé, que actualmente milita prestado en el Nottingham Forest, es nuevo jugador del Sevilla tras culminarse las negociaciones con su equipo de procedencia y dueña de sus derechos federativos, el Stade Rennais.

Con tan solo 22 años, Badé ya ha sido objeto de deseo de Monchi en temporadas atrás. Central corpulento de 1,91 cm, canterano del Le Havre, dio el salto al primer equipo en la 19/20 para posteriormente fichar por el Lens antes de llegar a su equipo actual desde donde salió esta temprana cedido a la Premier, donde no ha terminado de cuajar, perdiendo protagonismo.

El acuerdo incluye una cesión hasta final de temporada y una opción de compra de 12 millones de euros, un poco menos de lo que le costó al cuadro francés hace justo dos años, cuando lo fichó del Lens.

Tras las lesiones confirmadas de Marcao y Delaney, la rescisión de contrato de Isco y las carencias evidentes en todas las líneas, que llegue aire fresco puede y debe ser una noticia más que agradable.

Confiemos en que Loïc Badé ayude a salir del pozo a un equipo donde todo parecen ser malas noticias.

SFC 2023

Salir de los puestos de descenso con los tres luchamos puntos contra el Getafe nos permite coger una cantidad mínima de aire que llene al 10-15% los pulmones sevillistas para afrontar la segunda parte de La Liga, Europe League y los octavos de final frente al Alavés en Copa del Rey. Seguimos esperando refuerzos, deseando que Badé se aclimate a la perfección a lo que pide Sampaoli y podamos crecer de atrás hacia adelante, permitiendo que tanto Ferrando como Gudelj puedan ocupar sus plazas en el centro del campo, lo que nos daría mayor consistencia en la creación y mayor solvencia defensiva complementando el trío de centrales que está proponiendo Jorge Sampaoli.

Ilusión en stand by porque cuando se activa, ya vimos lo que pasó la mañana de la cabalgata con más de 18.000 Sevillistas disfrutando con sus niños. Solo toca llamar a filas con algún fichaje ilusionante y 3-4 resultados que terminen por cerrar esta etapa oscura en los suburbios de la clasificación.

Juanma García

Enero, Supermes

Permitan la osadía y me entrometa en los entresijos de mi “otro equipo de la ciudad” y que me atreva a hacerlo con él evidente respeto, sin chanza de ningún tipo y con la objetividad por bandera.

Llega este artículo con el Real Betis en puestos Champions, con un Luiz Henrique que empieza a parecerse al jugador que deslumbró a Cordón en Brasil y sobre todo pendientes de la SuperCopa de España -o de Arabia Saudí, según se mire-.

Real Madrid, FC Barcelona, Real Betis y Valencia CF se disputarán entre el 11 y el 15 de enero, este Trofeo en igualdad de condiciones, no como los euros que ahí ya sabemos quién se lleva el trozo más grande de la tarta y para quién son las migajas y solo una marchita de nata.

No se esperan refuerzos, de cara a esta segunda mitad de la Liga, a no ser que salga alguno de los jugadores con más cartel de la plantilla como Alex Moreno o el Panda Borja Iglesias.

Premios de leyenda

La NBA ha decidido renombrar todos sus galardones anuales rindiendo pleitesía y honores a algunas de sus leyendas.

Por boca del comisionado Adam Silver: “Es un homenaje a algunos de los jugadores más grandes e impactantes en la historia de la NBA. A medida que reconocemos a los mejores jugadores de la Liga cada temporada, también homenajeamos a las leyendas que encarnan estos prestigiosos premios".

El premio más importante, el MVP de la temporada llevará el nombre de Michael Jordan, como no podía ser de otra manera. Muchos son los elegidos para ocupar su trono pero ninguno ha tenido ni tiene ese halo de magia que lo hace diferente, especial y único.

De esta manera, el mítico 23 (posteriormente el 46) de los Chicago Bulls, ve reconocida su carrera deportiva inigualable.

El trofeo que hoy lleva su nombre lo consiguió en 5 de las 6 veces que consiguió el Anillo de Campeón de la NBA.

El trofeo representa a Michael Jordan en su tradicional imagen con la pelota a una mano y entrando a hacer un mate y la otra gran curiosidad es que mide 23,6 pulgadas y pesa exactamente ese mismo número pero en libras en honor a su número histórico y que cuelga del United Center. Para rizar el rizo, en dicho trofeo aparecen simbolizados los 5 anillos de Air Jordan, y la base tiene un inclinación de 15º por ser el número de temperadas que disputó en la mejor Liga de Baloncesto del Mundo.

El premio al Mejor Defensor del Año, ahora pasa a llamarse Hakeen Olajuwon en honor al célebre pívot de los Houston Rockets.

Ganador de dos anillos, elegido dos veces Mejor Jugador Defensivo del Año, es el líder histórico de tapones de la NBA, y el noveno en rebotes. El Galardón al Mejor Sexto Hombre, premio muy valorado en la Liga, se denominará John Havlicek, posiblemente el mejor jugador de banquillo de la historia de los Celtics de Boston siendo 4 veces All Star saliendo desde el banquillo del Garden. “Solo” consiguió 8 títulos

de Campeón de la NBA con los Celtics.

El Trofeo al Jugador Más Valorado, desde esta temporada se denomina George Mikan. Turno para aplaudir a los Lakers y a su histórico pívot, ganador de cinco anillos.

Por último, la novedad de este año, el Premio Jerry West, emblema e icono de la NBA que se le otorgará al mejor jugador en los finales apretados. Ya sabemos que la NBA y los estadounidenses en particular con amantes de las estadísticas y el ganador se elegirá por votación de los entrenadores de la Liga.

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Pau Gasol, candidato al “Hall of Fame” Juanma García

Kareem

La lista de jugadores interiores del “Hall of Fame” de la NBA es tan valiosa como en el resto de puestos con jugadores que forman la historia de este deporte en Estados Unidos.

Pau Gasol, nuestro Pau, ha sido nominado como candidato a entrar en el Salón de la Fama.

Los finalistas se anunciarán el 17 de febrero durante el All Star de esta temporada que se a celebrará en Utah, campo de los Jazz, con jugadores como Stockton, Malone, Hornacek, tres de ese quinteto que tantas noches aciagas tuvo por culpa de un tal Michael Jordan, Pippen y compañía pero que formaron un equipo único con Jerry Sloan al mando.

Wade, Nowitzki, Parker y el entrenador Gregorio Popovich son otros de los candidatos a entrar en esta élite del baloncesto.

Abdul Jabbar, Charles Barcley, Walt Bellamy, Wilt Chamberlain, Tim Duncan, Vlade Divac, Patrick Ewing, Moses Malone,…

Europeos en el Hall of Fame

Estos son los miembros europeos que ya pertenecen al Salón de la Fama: Toni Kukoc, Arvidas Sabonis, Vlade Divac, Dino Radja, Nikos

Otros extranjeros que pertenecen son: Óscar Schmidt Becerra, Dikembe Mutombo, Steve Nash, entre otros…

Los nuevos miembros se conocerán el 1 de abril, en la Final Four de la NCAA en Houston (Texas), y la ceremonia será el 12 de agosto en

Player of the month: West

El esloveno Luka Doncic ha sido elegido mejor jugador de la Conferencia Oeste en el mes de diciembre.

Liderando a sus Dallas Mavericks con un 11-6, ha promediado 35,1 puntos por partido, 9,3 asistencias por partido y 8,5 rebotes por partido, números que le han servido para tal galardón.

Juanma García

Player of the month: East

En el Este, en diciembre, Joel Embiid, center de los Philadelphia 76ers ha sido designado como Player of the month promediando 35,4 puntos por partido, 9,9 rebotes por partido y 4,2 asistencias.

Su equipo marcha con un 9-4

Muere O Rei Pelé:

Brasil y el mundo del fútbol se tiñen de luto

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Se apagó la Magia brasileña, aquel jovencito futbolista que llegó, vio, regateo, goleó y conquistó y reconquistó Mundiales y almas futbolísticas.

Se fue Edson Arantes do Nascimento, Pelé.

Ochenta y dos años tenia el de São Paulo, para la FIFA, el más grande y tras Di Stefano, el gran elemento de un cuarteto o quinteto de ases que conforman los mejores futbolistas de la historia.

Su carrera deportiva fue desarrollada en el Santos brasileño en su gran mayoría salvo sus últimos dos años donde jugó en el Cosmos de Nueva York. Pero Pelé, O Rei, triunfó con la canarinha con su selección de Brasil.

1958, Mundial de Suecia…. Un año después de su debut con la canarinha, comandó con 18 años a su selección a la victoria en dicho Mundial para posteriormente repetir éxito en Chile’62 y para terminar el trío de “tronchos”, México’70, zenit de la historia del fútbol mundial. Tal vez jamás se vio una selección como aquella…

Noventa y dos partidos disputó con la selección verdeamarela y anotó 77 goles.

Se marcha un genio, de marcha el ídolo de todos los niños brasileños. Se fue Pelé.

Descanse en Paz, O Rei.

Agradecimientos

Año nuevo, mes nuevo, ni veas historias,…

Nada cambia salvo el 3 que sustituye al dos al final de la fecha; todo sigue su curso y él mismo regresa el mismo día que esta edición de enero ve la luz.

Con unos días de NO retraso porque las cosas vienen como vienen y son como son, esta edición de enero llega con la incorporación de Arancha y Manuela como firmas colaboradoras y en la web, Leither también deja su alma en forma de palabras desde Cuba. Así, hemos sido capaces de crecer y salirnos del mapa nacional con todo el placer que ello nos aporta. Mil gracias.

Y gracias a Ana por dejarnos unos de sus atardeceres para que La Noche llegue y vista de gala varios de nuestros artículos. Las casualidades de La Morada, de la literatura, de la vida…

Gracias multiplicadas por mucho porque a pesar de ser fechas complicadas -tan complicadas como las casuísticas de cada uno-, una nueva revista está aquí para disfrute de nosotros mismos y esperamos que de ustedes.

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