La Juguera Magazine

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4/La historia de Lila y Yerko.

AGOSTO / SEPTIEMBRE 2014

Por Alejandra Delgado

14 /Destacamos

Festival Ojo de Pescado

20 /Cuento inédito de Javiera Díaz.

28/Chavelita, la pintora

31/Cine: El Huaso. Por Claudio Abarca

8/ Camino a Colliguay. Por Cristián Soto Silva

16 /Tocar Fondos por Vanessa Vásquez Grimaldi

10 / Entrevista a Sebastián Gray. Por Oscar Aspillaga

18 /Afiche/Portafolio de Eduardo Le Blanc

22 / El ensayo de Martín Cerda.

26 / ¿Dónde comprar alimentos en Valpo?

29/Gastronomía de Casablanca.

30/Teatro: El abismo de los pájaros.

32/Extracto de libro del

34/Ven a vivir el Alma

Por Montserrat Madariaga

Por Carlos Reyes

“antipsiquiatra” Otto Gross

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Por Pedro Sepúlveda

Por Vero Mondini

Porteña


editorial La Juguera Magazine N°8, año II, agosto-septiembre 2014.

La autogestión, como principio organizativo, es un modo de hacer, en su sentido más amplio. Y es también un arte. El de encauzar acciones y canalizar las fuerzas. Las iniciativas individuales y colectivas cada vez más se emprenden y se concretan autónomamente, libre de dependencias. Décadas de aprendizaje, prueba y difusión, no sólo sobre cómo gestionar nuestros proyectos y nuestros intentos sin depender de las instituciones, sino también cómo mantenerse, afianzarse y consolidarse en medio de circuitos alternativos, e incluso, crecer. ¿Qué representó para esta ética del hacer, la creación en 1992 de los Fondos de Cultura? ¿Qué efectos ha tenido en la población creativa? “Desde que el Fondart existe - sostiene en esta edición Vanessa Vásquez Grimaldi, artista visual y directora de arte de La Juguera Magazine- cambiaron repentinamente las prácticas de producción artísticas, los artistas se subordinaron a un

calendario estatal, perdieron tonificación muscular, se subordinaron a un fondo a repartir”. La “fonderización” de las artes está en crisis, ya se sabe. La ministra de cultura Claudia Barattini ha prometido evaluación del sistema y bajadas regionales para el fomento de la cultura. Esperemos que así sea. Pero, esperemos también que sean más los artistas que hagan arte no oficial, no acomodaticio, sin someter su creatividad a las últimas tendencias de “las bases”. Y lo mismo corre para medios como el nuestro que intentan mantener una autonomía editorial. El arte y la cultura necesitan apoyo estatal, pero sobre todo, necesitan independencia, distancia crítica. El Estado y la comunidad artística deben en conjunto replantearse la finalidad de los Fondos. Se deben diversificar las formas en que creadores y gestores puedan financiar sus proyectos. La verdadera meta del sector debiese ser reencontrar a toda la sociedad chilena con el valor de la contemplación, tan rezagado por el del consumo y el exitismo por estos días.

Directora: Alejandra Delgado (@aledelgado) directora@ lajugueramagazine.cl / Editora: Montserrat Madariaga (@ monselina) editora@lajugueramagazine.cl / Periodistas: Óscar Aspillaga (@oscaraspillaga), Amelia Carvallo prensa@ lajugueramagazine.cl Edición Web: Equipo LJM / Dirección de arte y diseño: Instruccionesdeuso (@ideuso) / Diseño Web: Claudio Pérez. Colaboradores: José Ignacio Santapau, Cristian Soto Silva, Fabián Carvallo, Marilyn Godoy, Vanessa Grimaldi, Eduardo LeBlanc, Javiera Díaz, Chanchán Olibos, Pedro Sepúlveda, Carlos Reyes, Véro Mondini, Jorge Aguayo Riedl, Claudio Abarca Imagen portada: Escena de obra de teatro El abismo de los pájaros. Fotografía de Jorge Aguayo Riedl. Impresión: El Mercurio de Valparaíso (sólo actúa como impresor). La Juguera Magazine - Pudeto 351, oficina 6, Valparaíso. Teléfono: 56-9-6290225 @lajugueramag lajugueramag www.lajugueramagazine.cl La Juguera Magazine es una publicación de

El equipo de La Juguera Magazine agradece a todos los que se la jugaron y colaboraron con nuestra campaña de crowdfunding en Ideame. Gracias a ustedes podemos decir que esta edición fue hecha de manera colaborativa. Sus donaciones nos permitieron imprimir y poder estar circulando. Gracias a: Sijifredo, Jorge Aspillaga, Federico Botto, Compañía Teatro Imaginario, Moira12, Boris Kúleba, Malú Aspillaga, Cata Leyton, Jorge Rosenthal, Cristian Venegas, Eric Richter, Javier Ibacache, Cristian Geisse, Diego Navarrete, Patricia Péndola, Paula Pixel, Natalia Bogolasky, Pilar Bustamante, Pablo Díaz, Carolina Pereira, IvanSan, Sebas Ramírez, La Última Papita, Franco, Cristina Guerra, Jorge Andrés, Rocío Rivera Marchevsky, Cristina, Martín Aspillaga, Valentina Mackay, Paloma Olave, Jaime Aneiva, Cristian Urtubia, Fabiola Leiva, Javier Valenzuela, Rafael Torres, Manuela Tromben, Gonzalo Sáez, Desde el comienzo, Rodrigo Reyes, Matías Irles, Myrén Uriarte, Natalia Matayoshi, Carolina Lafuentes, Denis Leyton, Marce, Marianela Riquelme, Martina Knittel, Jo Muñoz, Andrea Guadarrama, Fernanda Eluchans, Guillermo Verbakel, Juan Pablo Almazora, Profe Nelson, Paola Ruz, Nélida Pozo Kudo, Isabel Ibáñez, Felipe Mella, Sofía Calvo, Elena Robles, Carlos Tapia Sedano, Camila Cortez, Lorena Álvarez, Daniela Campos Berkhoff, Alfonso Salinas, Rodrigo Velázquez Hechenleitner, Daniel Hidalgo, Ángela Basualto, Claudio Pérez, Véro Mondini, Rosa Alcayaga, Cristóbal Rivas, Manuel Jeria, Begoña Arellano, Jovana Skármeta, Juan Carlos García, Xochitl Poblete, Javier Diaz Sánchez, Luis González.

saludos

Rocío Rivera Marchevsky: Saludos a La Juguera y mis agradecimientos por el empuje para continuar! Creo que el trabajo que hacen es muy importante para difundir, crear pensamiento y diálogo a las diferentes aristas del medio cultural y ciudadano, una iniciativa que se toma un espacio necesario

para todos dando espacio a voces y miradas para que lleguen a ojos y manos lectoras. Gran abrazo! Marianela Riquelme: Mis saludos para La JugueraMagazine que alimenta con notas firmes y frescas la prensa cultural porteña y felicitaciones por la perseverancia.

colaboran

Cristian Urtubia: Un saludo a tod@s l@s músic@s de Chile y de la quinta región. Resistan! Un deseo de Quinta Justa, el valor de la música.

¿Quieres ser parte de nuestro equipo? Escríbenos a directora@lajugueramagazine.cl

Ilustre Municipalidad de Vaparaíso

puntos de distribución VALPARAÍSO: Dirección de Turismo Ilustre Municipalidad de Valparaíso – Calle Condell 1490 / Teatro Condell – Condell 1585 / CENTEX, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes - Sotomayor 233 / Balmaceda Arte Joven Valparaíso – Santa Isabel 739, Cerro Alegre/ Casa E – Librería Metales Pesados, Lautaro Rosas 344, Cerro Alegre

/ Sala Upla – Gmo. González de Hontaneda 855, Playa Ancha. VIÑA DEL MAR: Bonita Indie Bar – Siete Norte 427 / Departamento de Cultura de Municipalidad de Viña del Mar – Avenida Libertad 250. QUILPUÉ: Café Deleite - Irarrázaval 446 / Librería Fuegia – Blanco 998 / Casa Terra Restaurant– Manuel Bulnes 920. VILLA ALEMANA:

Centro Cultural Gabriela Mistral – Santiago 674. QUILLOTA: Casa de la Cultura – Merced 175. SANTIAGO: Centro Cultural Estación Mapocho – Plaza de la Cultura s/n, ex Estación de Trenes / BiblioGAM, Centro Cultural GAM - Av. Libertador Bernardo O’Higgins 227. pág · 3


CRÓNICA

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LILA Y YERKO REVERDECIENDO Escribe Alejandra Delgado / Fotografía José Ignacio Santapau

La prensa ya enumeró los datos: 15 muertos, 3 mil casas quemadas, 12.500 ciudadanos afectados. Repitió lo dicho por la presidenta Michelle Bachelet: el peor incendio urbano ocurrido en Valparaíso. Y exhibió –hasta caer en el morbo- una desdicha imborrable. Entre las 3 mil casas que se quemaron en los 7 cerros que el fuego asoló, se cuenta la de Lila Ortíz y Yerko Espinoza en el Cerro Las Cañas. Ella costurera, él gásfiter, son los protagonista de esta crónica.

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LILA Y YERKO REVERDECIENDO

Desde el patio del Hospital Van Buren donde trabajaba haciendo aseo, Yerko olió humo. Vio que caían cenizas. No se inquietó. Como muchos, pensó que se trataba de un incendio más en esta ciudad que siempre se quema. - Fijo que es un incendio forestal, pensó. Pero el olor persistía, por lo que atinó a llamar a su madre que vive en el cerro Mariposas, arriba. - Dicen que el incendio está avanzando, le dijo la mujer. Se alertó. Escuchó que el fuego ya llegaba al Cerro La Cruz. Llamó a un amigo que vive ahí:

CRÓNICA

-Estamos evacuando, el incendio viene encima- le avisa este. Se desesperó. Contactó a Lila -ella también era empleada del aseo en el hospital-. Intercambiaron los pocos datos que tenían. A pesar del nerviosismo, los calmaba pensar que su casa estaba tan lejos del foco. “Son solo bosques y en nuestro cerro no hay bosques, no va a pasar na”, especulaban. Por resguardo, Lila fue a hablar con su jefe. Le pidió autorización para ir a su casa y ver qué estaba pasando. - Qué te preocupai, si no se están quemando casas. Además te quedan 20 minutos para terminar el turno ¿pa que te urgís? Yo estoy viendo las noticias y no hay nada. Nada - fue su respuesta. Pero a esa hora la prensa reportaba sobre el avance del incendio. Los rumores entre el personal del hospital cundían y nadie tenía certeza de nada. Solo se sabía que el origen del fuego estaba en el Camino La Pólvora. La turbación de Lila crecía. Esperó a terminar el turno. No se bañó, no había tiempo. Solo se cambió el uniforme y aguardó a Yerko – que tampoco obtuvo permiso para dejar antes su trabajo- a la salida del recinto. Juntos partieron al paradero del colectivo 53 en calle Morris con Hontaneda, en el Plan de la ciudad. - La cola era inmensa, ¡terrible! Todos comentaban- recuerda Lila-. De repente, llega una niña y me dice: el incendio está atrás del Abelardo. El Club Deportivo Abelardo Contreras está ubicado a pocas cuadras de la casa de Lila y Yerko. Lila, al borde de la desesperación, llamó a su hija que vive a pasos suyo. “El fuego está lejos mamá”, le explicó. Pero ella no se calmó. Pensaba en Lucas, su hijo de 8 años que estaba con su padre, también vecino del sector.La cola no avanzaba. Los que esperaban el 53 abandonaban su puesto en la fila, tomaban otras opciones para subir a los cerros. Se veía gente correr, mujeres llorar. Caos. Cuando lograron subir a Las Cañas, el fuego rodeaba varios sectores vecinos, pero su casa ubicada en el 381 de la calle Demóstenes, estaba intacta. Eran cerca de las 7.30pm del12 de abril.

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“El primer beso se lo dieron en el hospital. En la morgue. Intenso. Romántico.” - Abrimos la puerta y sentimos un calor inmenso. Nos pusimos a mojar la casa con la manguera. Pero el viento era tan fuerte que los únicos que nos mojábamos éramos nosotros ¡No servía de nada! Y caían y caían enormes bolones de fuego. Como algodones prendidos, recuerda Lila. - Sabís que más chica, le dije, yo no le tiro más agua a la casa, recuerda Yerko. Y me dediqué a tirarle agua a las bolas de fuego que caían. Pero el fuego ya estaba arriba, al lado de la casa. La gente arrancaba pa bajo, estábamos quedando encerrados. Había que salir. Lila tomó una mochila, echó adentro una frazada y el carnet de identidad de ambos. Yerko agarró a su perra y evacuaron.

Se conocieron en el hospital. A ella le caía mal. Muy “creído”. Pero sucede que él era nuevo en la pega, entonces su gesto era más bien un intento por pasar piola. Y lo que a Lila en realidad le molestaba no era tanto su ademán, como la sensación que le provocaba en el pecho su presencia. Cierta efervescencia. Un cosquilleo leve. 25 años de un mal matrimonio la dejaron con pocas ganas de nuevas compañías masculinas. Un romance no estaba en el trazo mental. Además, disfrutaba de su espacio, de su libertad: de cocinar cuando quería, de descansar (cuando no tenía turno) el fin de semana sin restricciones. De no estar obligada a tener sexo, a limpiar, a ser para otros. “Yo prefería estar sola, aperrar con mis hijos. Chao, filo con los hombres. Pega y casa. Así andaba yo”. Eso hasta abril de 2010. Cuando empezó el cortejo. En el mismo patio donde Yerko supo del incendio. Él hacía un alto en el trabajo, leía el diario. Lila pasaba por ahí. Primer flechazo. - La empecé a invitar a tomar desayuno, a tomarnos un café, a comernos unas empanás. Empezamos a salir todos los días. Ella salía a las 11 de la noche y yo la esperaba para ir a dejarla a su casa. El primer beso se lo dieron en el hospital. En la morgue. Intenso. Romántico. Lila: Yo pensé: me voy a dar una oportunidad. Si resulta, resulta, sino, no no más. Yerko: Y hasta el día de hoy nunca nos hemos peleado. Lila: Él también estaba solo. Yerko: Fue una suerte encontrar a mi chiquitita.


Unos pocos meses después de ese beso ya estaban viviendo juntos en la casa de Lila. La que se quemó. Ahora viven en una de las mediaguas que el Estado les entregó al mes del incendio, una noche y sin manual de instrucciones. Yerko la levantó y también la “enchuló”. Ahora están sentados en el comedor (una mesa de melanina, 4 sillas) que venía junto a otros insumos en un “kit” que el municipio les trajo recién ayer (26 de julio). Están a 210 metros sobre el nivel de mar.

En el entorno vecino ya se ven las calles limpias de escombros. En los terrenos se observan por doquier mediaguas recubiertas por planchas de aluminio. Diminutas. Y cercos hechos de latones o planchas aglomeradas. Todas las viviendas, en sus entradas, tienen escrito a mano, con plumón, un número que el Cuerpo Militar del Trabajo les estampó. El de Lila y Yerko es el D1107. Comparten además con sus vecinos incendiados, ser parte de la ficha de la Encuesta Familiar Única de Emergencia EFU. Podían optar, como damnificados, a una de las alternativas de solución habitacional transitoria que el gobierno ofreció: subsidio de arriendo, bono de acogida familiar, o la entrega de viviendas de emergencia. Esta última escogió la pareja. Porque aunque a Lila nadie la invitó a vivir aquí, ella es de aquí. - Yo soy nacida y criada en este cerro, en esta misma casa vivieron mis papás que llegaron en los años 50. De aquí no me muevo. Cuando la dejaron atrás, amenazados por el fuego, Lila tenía la esperanza de que no se quemaría. “Hasta las últimas pensé que mi casita iba a quedar pará”. Yerko recuerda: - Nos quedamos unas cuadras más abajo, y veíamos cómo las casas que aún no se quemaban, en segundos ya estaban ardiendo. Era impresionante. Como en una película. Todo estaba en llamas. Quédate tranquila Lila, le dije, el fuego no viene por el medio y ya pasó la casa. Y de repente, el maldito viento cambió de dirección y se devolvió pa’ rriba y llegó a nuestra calle. Ahí yo me quedé callado y no le quise decir nada a ella. A las 4.30 de la madrugada, a lo comando, con un vecino, Yerko logró subir a la esquina de su casa. Un auto estacionado estaba a punto de estallar. Era claro. Ya no había casa. Derrotados, se fueron caminando al hospital, allá tenían algo de ropa en sus casilleros. No había luz. -Al día siguiente (13 de abril) subimos a las 7 de la mañana. Cuando vimos nuestra casa nos pusimos a llorar ¡No quedó ni el medidor de la luz! Y la Cindy y el Rasputín, nuestros gatos, ya no estaban. Estaban las puras latas del techo en el suelo. Y cenizas.

“En su entorno más cercano únicamente se salvaron del fuego dos construcciones: una iglesia evangélica y el retén de carabineros.” En su entorno más cercano únicamente se salvaron del fuego dos construcciones: una iglesia evangélica y el retén de carabineros. Trataron de mover los escombros, pero era imposible. Todo ardía. Las suelas de las zapatillas se les derretían. A los 3 días, cuando el calor amainó, se instalaron en el patio en una carpa. El hermano de Lila y su esposa llegaron de Osorno para acompañarlos y ayudar. Todos compartían la carpa. Recuerdan que lo más jodido de soportar eran el polvo, el viento y las cenizas. Y la depresión. Pasaron muchas semanas sin almorzar un plato contundente. No había ánimo tampoco. De todos los voluntarios que espontáneamente subieron a los cerro a cooperar, ellos tuvieron la suerte de conocer a unos que hacían labores en la casa del frente. Juntos limpiaron los desechos, armaron el cerco, fabricaron una portón de madera, levantaron una pieza con palos y planchas de internit; y también festejaron el cumpleaños 48 de Lila (2 de abril) y el 46 de Yerko (26 de abril). -Gracias a los chiquillos nos pudimos levantar. Su ayuda moral fue un regalo. Si no hubiera sido por ellos, te aseguro 100% que todavía estamos sacando escombros. Las autoridades pasaban pa’ puro sacarse fotos y chao. El Castro por aquí no se ha aparecido nunca. Para poder reconstruirse ambos pidieron permiso en la empresa de aseo para la que trabajaban, presentaron licencias. Pero al mes, su empleador les advirtió que ya no podían seguir faltando. Ellos argumentaron que estaban pasando por una situación difícil. “No voy a querer que se me queme la casa por gusto”, impugnó Yerko. Los despidieron. Ahora, y en espera que la “solución habitacional” definitiva no tarde, el plan futuro es el siguiente: Buscar pololitos (aseos en casas particulares, arreglos varios). Juntar plata para recuperar las máquinas de coser que Lila tenía. Reconstruir el pequeño taller que Yerko le había montado en casa para hacer costuras por encargo entre medio de los turnos de aseo. Cruzar los dedos para que su postulación al Fosis tenga éxito y la bordadora sea suya. Yerko quiere aprender a coser.

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Trece horas a Colliguay

Cristián Soto Silva / fotógrafo

F O TO R R E P O RTA J E

Partí a las 7:20 AM del 10 de junio de 2014 desde la estación El Sol de Quilpué y luego de 13 horas de caminata, pude llegar, de noche, al sector de Los Yuyos en Colliguay. A pesar de los permanentes reclamos del cuerpo, la mente y la voluntad hicieron posible la osadía, incluso me atrevo a decir que en medio del silencio y del frío precordillerano, plenamente concentrado y consciente, traspasé el umbral de ese intenso dolor, que gran parte del camino se apoderó de mi pie izquierdo. Con 50 km de viaje, una botella con agua, plátanos, un pan de viaje hecho por mi amiga Cuty y mi cámara a cuestas, mi premio fue llegar a la Residencial El Molino (devolviéndome algunos kilómetros de mi meta) donde la señora Adela me sirvió 2 panes amasados con queso y una reponedora taza de café. En una pieza, esperé la mañana siguiente para bajar tenso de músculos y lleno de espíritu. Por lo bello del paisaje y lo significativo del viaje, les regalo este registro.

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E N T R E V I S TA


SEBASTIÁN GRAY: “El gobierno local es un gobierno sin cojones”

Sebastián Gray es presidente del Colegio de Arquitectos de Chile desde el año 2013 y hasta el 2015. Conocido por sus mordaces opiniones, expresadas tanto en innumerables medios de comunicación como en su cuenta de Twitter, sus dardos apuntan de vez en cuando hacia lo que sucede en Valparaíso. Por eso quisimos conversar con él y profundizar sobre la realidad arquitectónica, urbanística, portuaria y más de Valparaíso. Escribe Oscar Aspillaga / fotografía Fabián Carvallo

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Sebastián Gray

E N T R E V I S TA

“La cultura política de Valparaíso es particularmente compleja, retrógrada, complicada desde la raíz, por el tipo de dirigentes que han llegado a ejercer cargos de importancia.” Tú una vez dijiste que en Valparaíso se reflejarían todos los problemas que tenemos como país. Lo que yo he dicho es que Valparaíso es un modelo para el resto de Chile, o sea, le va a dar un ejemplo a la gestión patrimonial y de desarrollo urbano a otras ciudades que tienen problemas similares. Todo lo que se aprenda o lo que se debería aprender en Valparaíso, eventualmente se podría aplicar a zonas de Santiago y en otras ciudades de Chile que son igualmente importantes en términos de patrimonio. Entonces debo haber dicho que Valparaíso es importante para Chile porque le puede dar una lección. ¿Por qué Valparaíso todavía no da esa lección y no es un ejemplo para el resto del país? La legislación urbanística es nacional, no local. Las autoridades locales o los gobiernos locales tienen muy poco espacio de libertad para dictar normas adecuadas a sus propias realidades. Lo otro es que la cultura política de Valparaíso es particularmente compleja, retrógrada, complicada desde la raíz, por el tipo de dirigentes que han llegado a ejercer cargos de importancia, la calidad de sus alcaldes, de sus concejos municipales, de sus directores de obras, asesores urbanistas. Este conjunto de personas, en los últimos 30 o 40 años, o a lo mejor más, le ha hecho

pésimo a la ciudad. Han sido incompetentes, acomodaticios, han tenido visiones muy equivocadas sobre el modelo de desarrollo económico que debería tener la ciudad. Han tenido pocas agallas también. El tercer factor es la pobreza endémica de Valparaíso, una pobreza que también tiene que ver con ciertos factores políticos. Nadie ha logrado obligar al Estado de Chile a hacer este vínculo elemental que debería haber entre el puerto y la ciudad. El puerto debería tributar en la ciudad para garantizar un cierto nivel de subsistencia, cosa que no hace. Pero siempre se discute si la ciudad debería ser portuaria, universitaria o turística. Podría ser todo. El puerto merece una atención especial, debería estar discutiéndose en serio y en público cuál es el potencial portuario de Valparaíso. Eso no puede quedar entre cuatro paredes discutiéndose solamente por la Empresa Portuaria, que tiene intereses propios, o por un Estado sin consultarle a la ciudadanía o a las autoridades locales. Hay que decidir si la rada de Valparaíso tiene espacio suficiente para crecer, si los proyectos propuestos para el crecimiento del puerto son adecuados o no. O si acaso hay que desplazar Valparaíso hacia el norte, dejarlo para ciertas actividades turísticas menores, pero el gran puerto llevárselo a Quintero, por ejemplo. ¿Qué te pareció la resolución de la UNESCO de hace unos meses sobre Valparaíso? El gobierno y, sobre todo, la Empresa Portuaria de Valparaíso han tratado de minimizar el impacto de lo que pidió la UNESCO en Qatar. Pero lo que pidió UNESCO es clarísimo: no pueden hacer lo que están pensando hacer. Tienen que hacer otra cosa y tienen que presentar alternativas para hacer esas otras cosas. Eso es una cachetada en la cara a estos señores arrogantes que pensaron que podían hacer lo que quisieran. En Valparaíso está muy en boga la problemática de los edificios en altura, como presidente del Colegio pág · 12

de Arquitectos, ¿te parece que hay una responsabilidad de parte de los arquitectos? Hay un tema ético de los arquitectos que trabajan para las grandes empresas inmobiliarias. Esos arquitectos no han pensado cuál es su responsabilidad con la ciudad. Sin embargo, el que hace el negocio inmobiliario es un gestor inmobiliario y hay grandes capitales detrás de ese gestor, que hace lo que la ley le permite, por lo tanto la segunda línea de responsabilidad está en el poder legislativo. Y hay una tercera línea que es el municipio, que debería presionar lo más posible, en el sentido que le parezca adecuado para el diseño urbano de su ciudad. Lamentablemente nuestros alcaldes, directores de obras y asesores urbanistas, en el caso de Valparaíso, creen implícitamente que el modelo de desarrollo urbano tiene que ser arrasar lo antiguo y construir torres. Pero los arquitectos siempre son responsables en cuanto se involucraron en un negocio. Ahora, los arquitectos siempre reclaman, con justa razón, que si uno da un paso al costado por razones éticas, inmediatamente va a aparecer otra persona que lo haga. El gremio, tal como está previsto en la ley y en la constitución actual del Estado, no tiene grandes atribuciones sobre la profesión, como lo tuvo hace 30 años atrás. O sea que el municipio no puede decir que tal o cual edificio no se va a construir. No puede, no tiene esas atribuciones. Es decir, las tiene, las tendría, pero ha hecho muy poco para cambiar las actuales condiciones urbanísticas de Valparaíso. El nuevo Plan Regulador es el que debería poner estos límites. ¿Cuál es la responsabilidad de la Cámara Chilena de la Construcción? La Cámara Chilena de la Construcción siempre hace lobby por la mayor constructibilidad posible. Ellos creen que le hacen un favor al país porque son un motor de la economía. Hay que estar recordándoles permanentemente su problema ético. Me preocupa de la Cámara que siempre tienen una visión estrecha, nunca incorporan en su visión el total


“El municipio no cumple su rol de mediador, dice “que se arreglen entre privados” y esa es la receta para el desastre.” de los problemas. Pero para resolver el problema de las torres en altura, se necesita un municipio que sepa qué es lo que quiere, que estén de acuerdo desde el alcalde para abajo en el tipo de desarrollo. El alcalde de Valparaíso es tan ingenuo e ignorante en materias urbanísticas que él ha sido convencido por la Cámara que si no se construyen edificios en altura, no va a ser un negocio para nadie, y eso es una gran falsedad, una enorme mentira. Habría que decirle al alcalde que viaje por el resto del mundo y vaya a las ciudades donde no se puede construir en altura y que siguen siendo mercados muy apetitosos para el sector inmobiliario. En Valparaíso pasa también que a veces los proyectos se encuentran con una férrea oposición de la ciudadanía. Eso es porque las reglas no están claras, las organizaciones tampoco tienen sus reglas muy claras, no saben cuál es el límite de lo legal, el municipio no cumple su rol de mediador, dice “que se arreglen entre privados” y esa es la receta para el desastre. Ese es el retrato perfecto del rol negativo que ha tenido el gobierno local, un gobierno sin cojones, esa es la verdad de Valparaíso. ¿Cuáles serían las cosas buenas que se han hecho en la ciudad y que se deberían replicar? En Valparaíso hay que aprender a reconvertir edificios patrimoniales, eso es fundamental y Chile todavía no sabe muy bien cómo hacer-

lo. Valparaíso tiene que ser ese laboratorio en que probemos en edificios antiguos usos que sean interesantes, como negocios inmobiliarios, viviendas, etc. Si todo el mundo entendiera bien el problema, no estaríamos hablando de hacer un mall en ninguna parte de Valparaíso, sino convertir barrios que han sido tradicionalmente comerciales, en el nuevo mall de Valparaíso. Si eso se lograra comprender, sería un modelo de desarrollo para otras ciudades. También, en cuanto a una gestión del ámbito del desarrollo económico a través del turismo, Valparaíso es con San Pedro de Atacama, tal vez la única ciudad de Chile que tiene un potencial en el desarrollo de la industria turística. Por lo tanto, hay que tener en cuenta el cómo se hace sin que el turismo aplaste la ciudad o la convierta en otra cosa, como Disneylandia. En ese sentido, sería bueno tener un Plan de Gestión Patrimonial que a 10 años de la declaratoria todavía no existe. Eso tiene que ver con la pobreza del gobierno local. La municipalidad fue incapaz de sacar adelante la Oficina de Gestión Patrimonial, darle un rol decidido y claro, financiarla con platas del PRDUV [Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso] pero si no están esas platas significa que el municipio no puede tener una oficina de gestión patrimonial. El municipio de Valparaíso no puede financiar una oficina de gestión patrimonial cuando uno de los principales problemas que tiene es la gestión patrimonial. Es una cosa miserable.

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En ese sentido, también hay responsabilidad del Estado.

una

Sí, pero el Estado no es buena onda así no más. Para que el Estado se involucre, tiene que haber un alcalde o un sistema político que sea capaz de emplazar al Estado y obligarlo a hacer lo que se necesita. ¿Falta liderazgo en Valparaíso? Por eso digo que no tienen cojones. Un alcalde que está convencido de lo que hay que hacer va al Palacio de La Moneda, hace huelga de hambre y empieza a lograr las cosas. Pero no se puede. Castro hace lo que puede, pero los alcaldes anteriores también fueron débiles. ¿Cómo crees que se ha llevado el proceso de reconstrucción de los cerros incendiados? Yo creo que están todos todavía entrampados en la emergencia, pero creo que deberían idealmente ocurrir dos cosas. Uno, es replantear el diseño urbano de la periferia de Valparaíso, donde ocurrieron estos incendios, pero replantearlo como un modelo de desarrollo. Lo otro que me llama la atención es que el Almendral está en ruinas, hubiera sido muy interesante que el Estado de Chile o el gobierno local, regional, o todos juntos, hubieran hecho un esfuerzo extraordinario por expropiar propiedades que están abandonadas o sitios eriazos y hubieran hecho un proyecto detonante de desarrollo de viviendas para la clase media en un lugar que está viniéndose abajo. Esta es una oportunidad histórica, el momento justo para demostrar que podemos tirar para arriba un barrio que está en muy mal estado.


E V E N TO D E S TA C A D O

3er Festival

Se toman en serio a los llamados “menores de edad”. Valoran sus visiones de mundo y las exploran a través de obras audiovisuales a ver si los niños, niñas y los adolescentes pueden enseñarnos a los adultos una cosa o dos sobre la vida. Por tercera vez en Valparaíso, entre el 19 y 23 de agosto, se está realizando el Festival Internacional de Cine para Niños, Niñas y Adolescentes, Ojo de Pescado; un encuentro inspirado “en la inclusión social, cultural y educativa de los niños chilenos”. No se trata solo de mostrarles cine a los chicos y chicas, sino que es una instancia donde los realizadores pueden dialogar con su audiencia, y los docentes y profesionales del área infantil y juvenil pueden conocer otras prácticas y formas de hacer, de distintos lugares de Chile y el mundo, promoviendo la reflexión. Este año, las obras en competencia doblan el número de la vez pasada. Estos trabajos audiovisuales se suman a las muestras proporcionadas por los aliados de programación a nivel internacional del Festival. Las funciones totalmente gratuitas se exhiben en cinco sedes: Parque Cultural de Valparaíso, DuocUC Edificio Cousiño, Teatro Municipal, Teatro Condell y Balmaceda Arte Joven.

Más info en www.ojodepescado.cl.

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Festival Ojo de Pescado

Narraciones audiovisuales para y sobre infancias Escribe Viviana Sepúlveda* / Fotografías Ojo de Pescado: Marilyn Godoy Este año el Festival Internacional de Cine para Niños, Niñas y Adolescentes, Ojo de Pescado, se propuso crecer, y este crecimiento va de la mano con una proyección de nuestra mirada como evento y como grupo profesional y humano encargados de producir esta tan significativa y gratificante experiencia de programar cinematografía de alta calidad y con contenido destinada a la niñez. La idea era detenernos y reflexionar sobre nuestro lugar como festival en la transmisión y programación de temáticas que nos permitieran hacer una lectura crítica de problemáticas, experiencias y realidades ligadas a la infancia que consideramos eran necesarias poner en diálogo. Es así, como ampliar la competencia a una categoría que nos hablara sobre el cine que construye retóricas en torno a la experiencia de la niñez en Latinoamérica y el mundo, era un gran reto y una primera aproximación a la apertura del debate que estos mensajes nos dejan al mundo adulto. Cine sobre infancia que nos permite indagar en la configuración de las identidades infantiles, los posicionamientos de los niños, niñas y ado-

lescentes en los núcleos familiares, las instituciones educativas, la vida pública, la coyuntura política, el reconocimiento de sus derechos y las dinámicas de las experiencias cotidianas en distintos contextos sociales y culturales, es de lo que tratan las obras que hemos tenido el agrado de exhibir en nuestro festival este año y que provienen de países como Venezuela, Argentina, Colombia, España, Bélgica, Brasil y Cuba. La idea es que estas producciones audiovisuales nos inviten a leer las formas en la que la infancia es pensada, interpretada y representada, en un momento en que los niños y niñas concitan el interés de la sociedad adulta, en algunos casos en avanzadas y significativas investigaciones académicas y en otros, lamentablemente como utilización política o con fines sensacionalistas, muchas veces ligados al morbo y como figuras de victimización por parte de medios de comunicación, en un inadecuado y abusivo tratamiento informativo, el que en ocasiones vulnera sus derechos y ejerce en la figura de la niñez una violencia simbólica, muchas veces naturalizada por las adormecidas audiencias televisivas que obser-

van impávidos como reporteros en su búsqueda desesperada por la denominada “nota de color” encuentran la figura de la tragedia en el llanto de una niña por la pérdida de un juguete o en la mofa de un niño que camina entre los escombros de su ciudad destruida y cuyo “mal hablamiento” causa risa. Junto con lo anterior, y siguiendo con nuestras inquietudes como festival destinado a la infancia y la adolescencia, consideramos necesario también crear una categoría que nos permitiera conocer la producción de TV para audiencias infantiles con un enfoque cultural y de calidad realizada en Chile y el mundo, dónde la infancia se vea representada en sus intereses, en su identidad , y dónde podamos identificar aquellos programas de televisión que apunten a entretener a los niños con altos estándares de calidad artísticos y técnicos, que con sus contenidos potencian al mismo tiempo la creación de audiencias más críticas, exigentes y sensibles frente a los mensajes televisivos que ven, que los niños y niñas se vean reflejados en sus experiencias cotidianas, sus preocupaciones, que sepamos qué los inquieta, qué los fascina, conocer el imaginario que los moviliza, que la serie apele a su inteligencia, todo ello debe representar un gran desafío para directores, productores y realizadores de Cine y TV, quienes sin este diálogo permanente con las audiencias pueden llegar a equivocar el camino. En cine para infancias, volvemos a pensar en una programación destinada a potenciar todas aquellas temáticas que nos identifican como festival: las realidades infantiles de nuestros pueblos originarios, el cuidado del agua y del medio ambiente, el respeto a la diversidad, la inclusión, la amistad, las diferentes realidades sociales y culturales existentes, que los niños puedan conocer lo que les sucede a niñas y niños de su misma edad en otro lugar del mundo es algo que los fascina y entusiasma, todas estas experiencias se ven representadas en nuestra pantalla, a través de una selección de obras cuidadosamente pensadas para nuestras audiencias

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Directora Festival de Cine para Niños, Niñas y Adolescentes Ojo de Pescado. Mg. en Educación, Lenguaje y Medios.

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Con estas nuevas categorías en competencia el sueño de ampliar el alcance de nuestro proyecto se concreta, junto a los talleres de formación, las charlas, a las extensiones de películas que realizamos durante todo el año de norte a sur, el Ojo de Pescado crece y sustenta su apuesta como un evento de calidad que permite que niños y niñas cuenten con una opción real que haga valer un derecho fundamental: tener acceso a eventos de calidad, gratuitos que los acerquen al arte y que enriquecen su agenda y experiencia cultural.


Tocar Fondos Escribe Vanessa Vásquez Grimaldi*

OPINIÓN

“Desde que el Fondart existe, cambiaron repentinamente las prácticas de producción artísticas, los artistas se subordinaron a un calendario estatal, perdieron tonificación muscular, se subordinaron a un fondo a repartir, cambiaron las mallas de más de una escuela de arte, integrando ramos para desarrollar la capacidad de llenar adecuadamente formularios.”

Desde que existe, el Fondart ha evidenciado nuestra incapacidad de redactar ideas. Una falencia muy chilena y particular, que nos determina desde la incapacidad de proyectar, de imaginar el más allá, de soñar, de planear y construir, en fin, todo aquello que nos lleva de cabeza a “the secret”, imaginería, esoterismos y más. Al pasar el tiempo, este trauma escritural de no saber, nos hizo pasar desde la incapacidad de redactar las ideas que teníamos, las reales, digamos, hacia la redacción seductora de ideas que podrían envolver en sueños felices a otros; nuestras ideas, pero no las originales, sino modificadas para caber justito en esos “vacíos” de nuestra pre-culturizada sociedad. Bien, ese es al menos uno de los propósitos de origen de este Fondo de fomento.

Los que postulan, los que ganan, los que rinden El Fondart es la mezcla entre una buena idea, un buen momento y, un justo y preciso reconocimiento, al menos de alguno de los evaluadores o jurados que actúa como ministro de fe. Es lo común. Los que ganan, triunfadores anecdóticos, vivirán brevemente un financiamiento de una

idea-sueño-proyección-feliz. Si el proyecto es un antojo cultural, el pequeño sueño se realizará por un día, una mentira gozada, claro, pero finalmente será un momento efímero que dejará algunas adquisiciones de infraestructura, pero un inevitable resabio en aquel ejecutor responsable. Porque cuando se termina el último mes financiado, no se comprende verdaderamente el no seguir.

Ideas infinitas con ejecución limitada Desde que el Fondart existe, cambiaron repentinamente las prácticas de producción artísticas, los artistas se subordinaron a un calendario estatal, perdieron tonificación muscular, se subordinaron a un fondo a repartir, cambiaron las mallas de más de una escuela de arte, integrando ramos para desarrollar la capacidad de llenar adecuadamente formularios. Todos vimos cómo los proyectos o trabajos de arte se originaban por temporada de postulaciones. Pero por sobre todo, el riesgo, la osadía, lo incomprensible, el arrebato político, el ir en contra, las nuevas formas disminuyeron drásticamente. Casi todo comenzó a relacionarse con lo que se llevaba internacionalmente, las prácticas artísticas se ponían de moda. Las tendencias, señalaban la previsibilísima ruta. No puedo generalizar, se han financiado proyectos interesantes, que han generado insumos, levantado datos, o desarrollado prácticas únicas. Breves. Y, con suerte, han dejado sus respaldos en documentos, libros o catálogos. Pero ¿a quién le importan los Fondart ganadores de hace 2 años? ¿O hace 5 años? A nadie. Quién releerá los documentos, las conclusiones de las investigaciones de la música del 2012, por ejemplo. Esa información, ¿quién la recoge? ¿Algún asesor ministerial? Nadie. Plata perdida. Esfumada. ¿Gozada? Claro, gozada. Pero ¿a quién le importa eso? Esta producción anual artística o cultural ha sido desechable por años, y lo seguirá siendo mientras el mismo aparato ministerial no considere un equipo que recoja e implemente desde lo investigado con platas estatales, las políticas futuras. Si es el mismo Estado el que selecciona y financia, ¿en qué momento se decide ignorar lo que esos profesionales elaboran o concluyen? El Fondart es una instancia que debe estructurarse no solo desde el promover actividades que le “guste a la comunidad”, sino, como ente ministerial sus decisiones deben promover la generación de contenidos que consoliden prácticas. pág · 16

Quienes han tenido que integrar a su postulación un plan de negocios o sustentabilidad proyectada en sus postulaciones, se han visto obligados a creer en el compromiso de la empresa privada en el cofinanciamiento, a postular la cultura como una de las prioridades familiares, a confiar en públicos que quieren ayudar a financiar procesos culturales, en fin, a suponer como existente una conciencia ciudadana del sistema del arte y de la cultura. Nada de esto está siquiera en vías de desarrollo. Estas posibilidades fueron cercenadas hace décadas por el mismo Fondart y no existe por parte de ningún aparato, al menos es lo que se ve desde esta vereda, el deseo de revertir este desenlace. Programas superficiales de generación de audiencias, públicos, espectadores, y no solo que asistan a obras gratuitas, no han llegado a dar fruto. Proyectos de inserción de comunidad a espacios artísticos, innecesarios y falsos. En fin, errores por eternos cortoplacismos avocados en demostrar que “se hacen cosas”. Si el arte es irreverente, bello, impactante, revelador, todos pagamos por ver. Mientras esté pensado como una entretención llenaratos, aplanado y de formas prestadas, nadie va a pagar nada. Y el Estado deberá seguir corriendo con los gastos de un fenómeno que él mismo provocó. Hoy, la política impide tomar decisiones radicales. Hay gasto, no inversión. Es una lástima la dinámica política, todo se ve más claro desde fuera. Es decir, no tiene, ni tendrá las herramientas para generar cambios significativos. Por ahora tendremos que acostumbrarnos a financiamientos-parches para revertir el daño, en la medida de lo posible. Cada uno de estos parches o gestos de reconocimiento, que están más allá del Fondart deberán, al menos, ser transparentados al máximo, ¿a quién se favorece?, ¿por qué este y no otros?, ¿se medirán los resultados? La importancia de exponer el cómo y por qué se decide, pone al bien público por delante. Así, estos esfuerzos de reparación serán más comprendidos por la masa ciudadana.

*Licenciada en Arte. Trabaja en Mediación. Miembro directorio PCdV como representante de Ciudadanos por Valparaíso.


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nยบ8 AGOSTO- SEPTIEMBRE 2014

LA GUERRA MIENTE / EDUARDO LEBLANC


Vengo de paso al mar

CUENTO INÉDITO

Escribe Javiera Díaz*/ Ilustra Chan Chan

Sé muchas cosas que nadie sabe. Conozco del mar, de la tierra y del cielo infinidad de secretos pequeños y mágicos. Esta vez, sin embargo, no contaré sino del mar. (Lo Secreto. María Luisa Bombal)

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A lo largo de este viaje pude comprobar muchas cosas. Por ejemplo: que sí es posible descansar o que los mariscos si son bien preparados pueden tener el sabor del cielo. También comprobé que sin relojes, la vida parece adecuarse a su propio compás, el cual encuentra a su dictador en las olas del mar reventándose en la playa. Pero la lección más importante de todas la supe al final, cual mala película de Hollywood. Comprobé, y aquí el énfasis, que las emociones son capaces de comerse por completo al ser humano. Insisto, no lo supe hasta después, pero durante el viaje me pasaron cosas a las que extrañamente no estoy acostumbrada. Por ejemplo: mirar el techo de la habitación del hotel durante dos horas en completa quietud ¿Alivio? ¿Serenidad? Quizá. También me pasó que vi a un matrimonio en la playa correr hacia al mar sin sacarse la ropa, presos de una alegría que escasas veces he visto ¿Envidia? No sé. Esa misma tarde, la serenidad me hizo contemplar el atardecer de principio a fin, cosa que nunca hago por considerarlo una pérdida de tiempo entre los avatares de mi agitada vida ¿Tranquilidad? Seguramente. Y en fin. Las vacaciones de mi vida, dirán algunos. Como fuere, aquellos días desplegaron ante mí un sinfín de sensaciones a las cuales accedí como una niña curiosa dentro de una juguetería buscando la última muñeca de colección. La muñeca que me faltaba era el miedo. La única sensación reprimida. La única que no visité. - Vamos a amarizar- nos informó un jovencito tripulante del avión.

mi cara y el sonido del vacío. Un ligero remezón sacude el avión hasta que ¡Paf! otro remezón le sigue ahora mucho más fuerte. Varias estatuas se rompieron. No quise abrir los ojos. Un segundo remezón -más fuerte que el anterior- acabó por romperlo todo. Y de repente la más silenciosa de las calmas. Puedo deducir que la nariz tocó primero la marea y luego la cola y que la maniobra fue un éxito. Abro mis ojos y el paisaje tras la ventana me dio la razón: no solo habíamos amarizado sino que además habíamos encontrado tierra. Ansiosa me bajé de la nave, no sin pisar los restos de las estatuas. Junto con experimentar lástima, me invadió una suerte de orgullo: superé el miedo y ahora ensucian mis zapatos las cenizas de las personas que no pudieron hacerlo. Al bajar por las escaleras el paisaje me resultó extraño. No se parecía en nada a lo que había visto antes: la tierra tan umbría, el sol tan verdiazul, las nubes cuales peces aterciopelados... - ¿Dónde estamos?- le pregunté al que parecía ser el piloto del avión. - Un amerizaje perfecto ¿no cree?- me respondió antes de inspirar hondamente el denso aire circundante. - Capitán, algo hicimos mal- escuché a mis espaldas la voz de un chiquillo, el mismo que mientras volábamos nos avisó del particular aterrizaje.

Y ahí estaba yo. Yo y el miedo comiéndose mis entrañas. Yo y mi absurda exploración que abarcaba más allá de lo que realmente podía soportar. Maldije todas y cada una de las veces en que en vez de sentir miedo sentí orgullo o cualquier otra cosa parecida: ahora parecía una aficionada, como un verdadero feto que no tiene idea de lo que le espera.

- ¿Pero qué...?- alcanzó a preguntar el piloto antes de darse cuenta de algo, un algo que parecía ser el más desafortunados de los algos.

- No pierdan el control- nos sugirió el mismo tripulante, pero ya era demasiado tarde. A mi alrededor el resto de los pasajeros se congelaron.

Allá arriba no había respuestas, mas la espuma se encargó de decirnos que no volveríamos a conocer otra tierra que no fuera esta, a menos que solo estuviéramos de paso.

Sí, literalmente.

Hubo un minuto de silencio.

¿Por qué el miedo no es capaz de congelarme a mí también? Ahora voy viajando sola con un montón de estatuas. Algunas hechas de cobre, otras de lata, greda, yeso o piedra, pero todas siluetas inertes con muecas de espanto en sus irreales rostros. Quisiera yo también poder hacer eso, darme el permiso de sentir así tan horrible sensación y perderme en ella. Pero no. Estaba lejos de todas mis dimensiones. Ya no es miedo, es -derechamente- terror. La vida se escurre.

- ¿Nos encontrarán?- preguntó finalmente el chiquillo.

Y los tres, por obra y gracia de nuestras sospechas, miramos al cielo.

- No sé- respondió el piloto aun absorto y desilusionado. - Yo tengo fe- respondí sin que me preguntaran mientras veía flotar las cenizas y los restos de quienes sí tuvieron la capacidad de tener miedo.

- A 30 segundos de amarizar- informó una voz de ultratumba. Ya ni recuerdo quien era. Cerré los ojos. Quería congelarme, pero lo único que logré fue conseguir vértigo ante tan veloz descenso. Atiné a ponerme el cinturón de seguridad en la completa oscuridad de mis párpados. No quería abrir los ojos. Percibí que el avión adoptó una ligera inclinación hacia adelante, lo que me hizo pensar que lo primero que tocaría el agua sería la nariz. Quiero tener fe. No es fácil posar una máquina que pesa toneladas en la delicadeza de las olas, pero quiero tener fe. Quiero, y sin embargo tengo miedo y no sé si hay cabida para ambas emociones en mí. Siento la sal en

*Javiera Díaz (24 años) es estudiante de Castellano y Comunicación. Participó en el libro Puente de madera de la poeta porteña Ximena Rivera, con una reescritura, como parte de un taller realizado en Balmaceda Arte Joven Valparaíso. También su cuento Estocolmo fue publicado en la antología 19 cuentos de un Mundo de Papel (Planeta de Papel, 2012).

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PAT R I M O N I O I N T E L E C T U A L


El valor de Mar tín Cerda Su nombre aún no pertenece a aquellos que resuenan como parte de la llamada “cultura general” del país. Hoy en día, más allá de la academia, Martín Cerda (1930-1991) no es ampliamente reconocido, pero fue uno de los mejores ensayistas que ha tenido Chile. La paradoja es que ejerció su oficio en el ámbito público, fuera de los muros de las aulas universitarias, como columnista de diarios y revistas o dictando talleres y conferencias en centros culturales. Solo publicó dos libros en vida y él mismo llamó a su obra “papelería dispersa”. Una muestra de estos textos desperdigados reúne el libro Precisiones. Escritos inéditos de Martín Cerda, el que está en proceso de edición por el Departamento de Literatura de la Universidad Católica de Valparaíso.

Escribe Montserrat Madariaga C. / imágenes gentileza de Angelina Silva

Su experiencia vital fue el ejercicio de la reflexión. Pasó gran parte de su vida leyendo, pensando, dialogando en sus escritos con los autores que lo apasionaban, e invitando a sus lectores a hacerse parte de esta conversación, por ejemplo, a alguien que en la barra de un bar o sentado en un café, se diera el tiempo de leer en el periódico los cinco o diez párrafos que Cerda dedicaba con minucia a explorar la condición humana. Algo tan universal como aquello, el ensayista era capaz de decantarlo desde lo íntimo de sus propios pensamientos en frases como esta: “En un mundo contrariado por la soledad, la envidia y el rencor, la palabra congrega, define un espacio social y afianza la fe en esta humilde utopía que es, después de todo, la vida de cada hombre”. Su desengaño respecto a la realidad que le tocó vivir -incluyendo la Segunda Guerra Mundial y la dictadura chilena- era aliviado con el poder comunicativo de la palabra. Por eso, cuando el

11 de agosto de 1990, el incendio en la Casa de Huéspedes del Instituto de la Patagonia en Punta Arenas devoró gran parte de su biblioteca e investigaciones originales, la pérdida fue difícil de superar. Pocos meses después sufrió un paro cardíaco y el mismo mes del año siguiente ya estaba muerto. Martín Cerda, a sus 60 años, había obtenido una beca de la Fundación Andes para desarrollar tres estudios en la Universidad de Magallanes, que se publicarían en formato de libro, sumándose a La palabra quebrada (ensayo sobre el ensayo), obra de 1982 y Escritorio, sobre el oficio del escritor, de 1987. Según el inventario de material dañado por el incendio que él mismo confeccionó, entre éste se encontraban tres manuscritos; dos listos para irse a imprenta en octubre del mismo año: Montaigne y el nuevo mundo, el impacto de América en la cultura europea del siglo XVI y en particular pág · 23

en los ensayos de Michel de Montaigne, y El viaje austral. Tres navegantes del Pacífico Sur en el siglo XVIII; y uno, todavía en desarrollo: Lecturas de Roland Barthes, análisis de la obra del ensayista francés. El informe también detalla sus “libros siniestrados” de autores como Walter Benjamin, Ortega y Gasset, Lukács, Jean Duvignaud, Agamben, Victor Segalen, Sartre, Merleau- Ponty, Emmanuel Lévinas, Alfonso Reyes, Levi- Strauss, además de Montaigne y Barthes, entre otros. Esta descripción es una muestra de sus lecturas e intereses que en Chile le hicieron ganar la etiqueta de “galicista” entre la intelectualidad de su época. Cerda pertenece a la llamada “Generación del 50”; nació en Antofagasta y vivió su niñez y adolescencia en Viña del Mar, luego se fue a Francia a estudiar Derecho y Filosofía en la Sorbonne. Ahí conoció la tradición del pensamiento galo y fue contemporáneo al


PAT R I M O N I O I N T E L E C T U A L

El valor de Mar tín Cerda

desarrollo del existencialismo de la década del cincuenta en ese país. También en Europa leyó a autores comúnmente relacionados a la ultra derecha como Ernst Jünger y Oswald Spengler, de los que después escribiría, con el resultado de que algunos académicos chilenos le apodaran “el führer”. Existe, por tanto, la leyenda de un Martín Cerda alejado de la realidad chilena y cercano al fascismo; características que la lectura de su obra desmiente, según los investigadores y académicos de Literatura Sergio Pérez, Hugo Herrera y Gonzalo Geraldo a cargo del libro Precisiones. Escritos inéditos de Martín Cerda. -Son etiquetas de época que sirven para clasificar o de plano silenciar reflexiones de alto nivel que una lectura inicial o desvirtuada nombra, entonces ¿qué es “derecha”? y ¿qué es “galicista”?- dice Sergio Pérez. Herrera, por su parte, cuenta que en uno de los textos inéditos que se publicarán en el libro, Cerda explica que su gran proyecto desde La palabra quebrada “es llegar a construir una historia del ensayo hispanoamericano durante el siglo XX”, pero que para eso debía definir sociológicamente la forma del ensayo, desde su creador, Montaigne, en adelante. “Es decir -dice Herrera-, la obra que conocemos de él es un preámbulo para su proyecto mayor, en el cual es central lo latinoamericano como problemática”. Por su parte Geraldo se pregunta: “¿Por qué no se han querido leer las primeras publicaciones periódicas de Martín Cerda en el vespertino La Gaceta (19571958), clausurado por su encarnizado antialessandrismo, donde podemos leer sus notas tanto de contingencia política como literatura hispanoamericana?” Ciertamente, al leer gran parte de la obra de Cerda salta a la vista su rechazo a las ideologías totalitarias, sean estas de derecha o izquierda. No confió en el proyecto socialista de Allende –se autoexilió en Venezuela- y menos en la dictadura de Pinochet, cuando vuelve en 1982. Aunque en sus textos no se opone abiertamente al régimen militar, incluye frases que implican esta disidencia, por ejemplo, en “Discurso autobiográfico” afirma que quien escribe un texto testimonial –como él- lo hace mediado por la experiencia de una vida “dificultada, apremiada o amenazada por el curso que, de pronto, toma la sociedad en que vive”; una situación donde el sujeto puede

“volverse otro (“alter”), salirse de sí, enajenarse, o en su extremo enloquecer”. La dictadura, para Cerda, era una situación que amenazaba “con recusar o abolir hasta la más elemental jurisdicción del individuo”, y para este ensayista la libertad de pensamiento era lo más importante del existir: la libertad de desestabilizar los discursos instituidos, socializados o doxologizados para hallar alguna “verdad exacta”, al decir de Barthes, basada en la experiencia y lejos de una intensión absolutista. Por eso, la prosa de Cerda, como la de sus maestros, es fragmentaria. Es “una forma de escritura –afirma el autor- que, en lo esencial, responde no solo a un determinado tipo de coyunturas históricas sino, además, a un modo de mirar, asumir y valorar el mundo”. Por nombrar algunas de las muchas temáticas que aborda Cerda, las que interesan más a los tres investigadores responsables del nuevo libro del ensayista son: “la crisis del intelectual, el trabajo del escritor, las problemáticas asociadas a la obra, el autor y el lector, y las reflexiones en torno a lo que nos gusta denominar La Patria Vieja: cuando Chile era una nación”, dice Pérez; a Herrera le interesa “su estudio sociológico de la forma ensayística, sus comentarios sobre literatura chilena, sus lecturas de Barthes y algunas de sus obsesiones como el “catálogo de escritores suicidas” que preparó por mucho tiempo”. Por último, para Geraldo es “su desasosiego por el destino social de los intelectuales, su desaparición de la ciudad letrada transmutada en una polis de cíclopes”, lo que llamó su atención. Esto que expone Geraldo tiene relación con que Cerda no comulgó con la especialización de las disciplinas (desde fines de los años 60 en Chile), encarnando, más bien, la figura del humanista burgués que escribe desde la fisura del mundo, según explica Herrera, alejado de la sistematización del pensamiento en distintas materias. En otras palabras, fue un desencantado de la modernidad cientificista. Martín Cerda de vuelta en las librerías

Actualmente, de la obra de Cerda se puede encontrar, en algunas librerías, un ejemplar que reúne La palabra quebrada y Escritorio editado por Tajamar en 2005, y en algunas ferias o tiendas de libros usados la edición original de su primera obra, publicada en 1982 pág · 24

por Ediciones Universitarias de Valparaíso de la PUCV; la misma editorial que distribuirá Precisiones. Escritos inéditos de Martín Cerda, inaugurando la nueva colección, llamada Dársena, del Departamento de Literatura de esa casa de estudios. Quienes hoy leen a Cerda son principalmente estudiantes de literatura y académicos. Pero esta nueva publicación podría reencontrar al autor con sus lectores originales, aquellos que no eran necesariamente “literatos”, un público heterogéneo que hojeaba diarios y revistas. Para Herrara, la “defensa del espacio público” que realiza Cerda al ir contra la corriente de la división del pensamiento, es lo que le da valor y vigencia a su obra: “Sus lecturas y escritos no son especializantes, sino más bien invitan a sumergirse en aquellas búsquedas”. La fuente del nuevo libro es una gran cantidad de material inédito que Angelina Silva, última pareja de Cerda, les confió a los tres investigadores. El conjunto consta de fotografías, notas, reescrituras, conferencias que dictó en los últimos años de su vida y un cuaderno azul marca “Torre”, especie de diario de pensamientos, “en el que ensaya sobre por qué no comulga con la idea de publicar libros sistemáticos en su unidad, y escribe el último texto antes de morir, en el cual explora la idea de volver a escribir creyendo en un Dios”, explican los compiladores, para quienes este hallazgo es fascinante pues subraya la característica autobiográfica de su escritura. Todo este material se salvó del incendio en la Casa de Huéspedes de Punta Arenas. Pero de lo que se quemó, Cerda comenta en el informe del siniestro: “El desarrollo de los originales aquí inventariados representa un estudio y trabajo de años, que su autor difícilmente podrá recuperar y cuyo valor material es complejo evaluar”. Con este libro de inéditos, se tendrá la posibilidad de calibrar el valor inmaterial de aquello que sí se pudo rescatar. Geraldo afirma: “La necesidad de leer y sistematizar un intelectual desoído o silenciado por nuestro despoblado cultural, nos llevo a descubrir, como por primera vez, cuán presente es la obra de Martín Cerda por su pertinente reflexión en torno a la pérdida de las ilusiones históricas de cada generación o época; que se traduce en un gesto, en una práctica política que podemos llamar disidencia.”


La mala suerte de Cerda Además del incendio, a Cerda le sucedieron otras situaciones negativas que conforman un destino cruel. Entre estas, los compiladores del libro Precisiones. Escritos inéditos de Martín Cerda destacan: 1. A las con ferencias que sus amigos le conseguían en universidades no asistía nadie (Hugo Herrera). 2. El rechazo de las editoriales capitalinas a mediados de la década de 1950 de sus traducciones de Roland Barthes, Lucien Goldmann y Maurice Merleau-Ponty (Gonzalo Geraldo).

3. El ostracismo que sufrió por sus publicaciones durante las décadas de 1960 y 1970 en revistas como PEC y Ercilla (Gonzalo Geraldo). 4. El libro Escritorio iba a salir inicialmente por Ed. Brugera, pero una semana antes del lanzamiento una fuga de agua inundó la bodega de la editorial y el libro que se vio más afectado fue el de Cerda. No se pudo publicar (Hugo Herrera). 5. Llevar una vida económicamente muy precaria (Hugo Herrera).

6. Haber nacido en Chile (Sergio Pérez). 7. Haber apostado todas sus fichas a la cultura letrada (Sergio Pérez). 8. No contar con uno o varios editores constantes en su carrera (Sergio Pérez). 9. Luego de morir, la nota dedicada a él en el “Artes y Letras” de El Mercurio salió descompaginada (Hugo Herrera).

Ensayo de Martín Cerda:

Historia política / pensar disidente

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La historia política suele limitar, con diferentes grados de precisión u opresión, toda expresión del pensar disidente y, por consiguiente, ensaya siempre reprimir o expulsar a todo lo que este piensa y despiensa. Esto no debe sorprendernos. La verdadera disidencia opera primeramente en el pensar, y luego, como una consecuencia, en su expresión pública. De nada sirve, en efecto, discurrir sobre la “libertad de pensamiento” donde se ha dejado de pensar libremente. La historia del siglo XX ha probado, con alguna regularidad, que el pensar disidente sólo se deja escuchar cuando, justamente, la historia política ha reducido a cero el espacio social de toda expresión que disiente de la razón de Estado. Esto se acusa, entre otros asuntos, en el hecho de que siempre el pensar disidente se explica, en medio del general parloteo de los escribas, mediante una palabra distinta, cortante e irónica. Por eso se distancia de todas las doxas y recurre, como ocurre con el ensayista, regularmente a la paradoxa. Ya Hegel advertía en la Fenomenología del Espíritu que siempre es preferible pensar de acuerdo con las propias convicciones, aunque no fuesen necesariamente verdaderas, antes que someterse a la doxa sancionada e impuesta por la autoridad. En este sentido, la paradoxa del ensayista tiene la ventaja de ser siempre más radical que la doxa a la que contraviene porque, en verdad, no sólo la discute sino, además, la retiene constante, casi obsesivamente.

*Fuente: La palabra quebrada (Ensayo sobre el ensayo). Escritorio (Tajamar, 2005).

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“Quiero invitarlos a evitar las grandes cadenas de supermercados y confiar en la oferta del comercio porteño. Nada compite con la sabiduría y experiencia del señor detrás del mostrador que comparte su tiempo y establece un diálogo único.”

MIS DATOS PORTEÑOS PARA COMPRAR ALIMENTOS

C U LT U R A D E B A R R I O

Escribe e ilustra Pedro Sepúlveda

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Hace dos años que me veo enfrentado a cocinar diariamente para casi cuarenta personas; tarea que me mantiene entretenido durante casi dos horas, apoyado por música de jazz, ollas, sartenes y unos buenos cuchillos. El equipo editorial de La Juguera Magazine me propuso escribir sobre mis lugares de compra habitual en Valparaíso.Casi todos son parte del listado “Lugares Valiosos” que realizó Ciudadanos por Valparaíso hace casi una década y que todavía siguen en pie. Para aquellos que disfrutamos de la dinámica comercial de esta ciudad, aquí un pequeño relato personal para incorporar lugares a tu propia lista. Podrán encontrar lo que necesitan de manera buena, bonita y a buen precio.

Eje Cardonal y Chacabuco Compro en el Mercado Cardonal. Voy los días martes. Es el día, junto al viernes, donde llegan los camiones con todo fresco. Hay más variedad y por consiguiente mejores precios. Seguramente, tienes tu pilastra favorita; yo me organizo con tres a cuatro caseros para comprar frutas, verduras, huevos y queso de cabra. Acá dos datos de quesos: en la entrada por calle Rawson a mano derecha, primera pilastra, está el Bigotón de los quesos de cabra. Tiene mucha variedad, desde muy frescos a muy maduros. Si caminas por esa entrada hasta el cruce central, te encuentras con un puesto de quesos y longanizas, ahí tienen un queso de vaca blanco (medianamente fresco) que lo venden en formato circular, es una maravilla para combinar con ensaladas. Incluso hace unas semanas lo usamos para unas pizzas y pasó la prueba. En el local 105 Avícola San Sebastián compro los huevos. Obviamente, no son orgánicos ni nada parecido, pero hay buen precio y hasta ahora no me salen con olor a harina de pescado. Generalmente, saliendo del Cardonal, por cuestión de tiempo, paso al supermercado Provimarket. Ahí encuentro algunos abarrotes y congelados. Si quieres comprar a mejor precio tienes Alvi, pero tendrás que comprar un mínimo de tres productos. El tema del precio es variable en los supermercados, nada te asegura que estés en el lugar más barato. Como estoy fanático de las pizzas (el equipo de La Juguera puede confirmarlo) compro la harina refinada e integral en Heredia, el mejor precio y calidad.Ya estamos en calle Chacabuco. Aquí también están las bodegas, entre calle Rawson y Uruguay. Mi bodega favorita, por estos días, es Panal. La conocí en la plaza Echaurren cuando teníamos oficina en La Matriz. Puedes encontrar las legumbres a granel a precio imbatible. Mucha oferta de semillas, frutos secos y confitados, maní en múltiples versiones y variedades de té. El arroz grado 2 que ellos envasan está buenísimo. Por cierto que se encontrarán con toda la oferta de comidas para mascotas. La Bodega El Granero es otra buena alternativa.

Caminando por Rawson hacia Pedro Montt está una de las joyas del puerto: la Gran Bodega Pedro Montt / Bacigalupo y Cía. Es una maravilla entrar a comprar en este lugar. La eficiencia y rapidez de los vendedores es a toda prueba. Podrás encontrar ingredientes sofisticados para cocinar. Nada que envidiar al Jumbo. Si ellos tienen mucho producto importado alemán, en Bacigalupo está el italiano. La calidad de los productos a granel es de primera, los frutos secos, el té, etc. Vas a la segura. El precio es mayor que el de las bodegas de Chacabuco pero la calidad es mucho mejor. Algunos datos: El tarro de tomates Pomarolos en su salsa, Italianos de 3 kg.; Aceite de oliva de 5 litros; El café Musseti italiano y café Matiz colombiano. Cuando entras a este negocio, cobra otro sentido el “salir de compras”.

Eje Las Heras La calle General Las Heras es mi calle favorita para ir de compras. Está a pasos de mi cerro y tiene los siguientes datos: pasado Av. Colón, encuentras la Chanchería Osorno. Las mejores longanizas y sus clásicas prietas en un local a toda prueba. A un costado, encontramos la Carnicería de Equino Las Heras, una buena alternativa para salir del yugo y precio de la carne de Vacuno. Bajando por Las Heras hacia Pedro Montt, está la Panadería El Buen Gusto. El mejor baguette del puerto, mi cuñado franchute es cliente frecuente. Seguimos, y nos encontramos con la Cooperativa de Consumo CODEQUIR, donde encontrarás todo lo básico (fideos, aceite etc.) a precios más económicos que en muchos supermercados. Los destilados están a buen precio también. Para los golosos de la azúcar dos datos que se enfrentan y compiten Pastelería Nora Hass y Pastelería fina Erica. Muy buenas ambas aunque Erica con más variedad en dulces. Huevos El Yugo es un local muy simple con legumbres y frutos secos. Una buena alternativa a la mano. En la esquina de las Heras con Independencia hay una sucursal de Panal, los mismos de la bodega en Chacabuco. Cruzando Independencia está Queso Puerto Octay con toda la oferta de su marca. Encuentras su mantequilla a buen precio. Alrededor de las Heras hay dos locales en calles paralelas que vale pena mencionar especialmente para carnívoros. Carnicería Torrejón en Buenos Aires con Independencia, una carnicería sin olor a carne, calidad a toda prueba y un par de quesos importados que tienen en el aparador que vale la pena probar. Un clásico porteño. En calle Rodríguez está La Picá San Marco, con una variedad artesanal de embutidos de cerdo de primer nivel. Recomiendo la malaya y el queso de cabeza.

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Eje La Matriz El barrio La Matriz tiene tres locales que son de culto. Frente a la iglesia está la Jabonería La Yolanda. Todo lo necesario para el aseo de un hogar al mejor precio. La cera artesanal a granel y el jabón de afrecho son sus productos estrellas. En calle Bustamante, el bastión alemán por excelencia, para mí el local que mejor representa la diversidad de Valparaíso, Cecinas Sethmacher. Mejor calidad, el mejor precio y una austeridad formal envidiable. Acá todo es bueno. Recomiendo la chuleta kassler, las prietas, la ternera, el paté fino y el fiambre con pimentón. Si en tu cocina te hace falta alguna herramienta, La Bandera Azul es el lugar. Ollas y sartenes, arriendo de loza para eventos, vasos, etc. Acá podrán encontrar una buena variedad de cuchillos recomiendo Tres claveles.

Eje Bellavista Comprar en calle Bellavista y sus alrededores es lo mejor para el peatón de regreso a casa. Cuando estoy por acá suelo comprar en Orpacol todos los productos y herramientas de aseo para la casa. El mejor pan batido es de Panadería Guria: tradicional. La Liquidadora en calle Condell con pasaje Pirámide para el detergente. En calle Condell frente al Banco de Chile hay una sucursal de lo que llamo “el factor Los González”. Para quien ha logrado soportar una larga espera sentado en la banca con el número en el bolsillo, tiene claro que vale la pena comprar en este local por precio y variedad. Para mí tiene sentido comprar solo tres cosas: jamón serrano, queso crema y quesos argentinos (mozarella y parmesano). Hay temporadas donde desaparece la importación trasandina. les invitao a tener pazciencia. Vale la pena la espera. Finalmente, quiero invitarlos a evitar las grandes cadenas de supermercados y confiar en la oferta del comercio porteño. Seguramente si es un domingo en la noche o es feriado nada competirá con la comodidad del “Super”. Pero al mismo tiempo nada compite con la sabiduría y experiencia del señor detrás del mostrador que comparte su tiempo y establece un dialogo único. Más profundo que el “Buenas tarde, ¿paga con tarjeta… acumula puntos?”.

Sobre los alimentos Si lees con detención las etiquetas de los productos que consumes habitualmente te darás cuenta de la cantidad química que contienen. El mercado ofrece cada día más productos con menos aditivos. Recomiendo leer lo que consumes y evitar cualquier aditivo que no puedas leer en dos segundos como por ejemplo la Maltodextrina o el Metabisulfito sódico. Evita los colorantes y preservantes artificiales, el almidón modificado que está en muchos lácteos o Poliglicerol en los chocolates. Prefiere el azúcar morena o chancaca, no la rubia que es azúcar blanca pintada. Si estás interesado en saber que es cada aditivo visita www.aditivosalimentarios.com


EXPOSICIÓN / GASTRONOMÍA

Chavelita María Isabel Carrasco Belmar tiene 77 años, 12 hermanos, 5 hijos.Y una vocación tardía: la pintura. Su hijo Miguel Hermosilla presentó un proyecto a Fondar t Regional 2014 en un “intento formal, local, familiar y genealógico por hacer que nuestra madre desarrolle, con la valoración y el protocolo adecuado para un ar tista, su obsesión: la de expresar su mundo interno por años desplazados”, dice. El proyecto “CHAVELITA, la abuela que pinta raro y bonito” es hoy una muestra itinerante que exhibe el resultado de dos meses y medio de trabajo en los que Chavelita pintó cuadros en formato de 55 x 77 centímetros, bajo la técnica de acrílico sobre car tón. Se pueden ver hasta el 14 de septiembre en diversos espacios de exhibición de Quillota, la mayoría consultorios urbanos y rurales de la comuna. Detalles en www.lajugueramagazine.cl

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Casa Botha en Casablanca

La palabra es suculento Escribe y fotografia Carlos Reyes M.*

Elegante, sencillo, italiano. Un singular comedor pegado a la caletera de la Ruta 68 que entrega una pequeña y cuidada selección de sabores cercanos, bien preparados, bajo un ambiente que invita a dejar pasar el tiempo como si no existiera otra cosa en el mundo que un valle fresco y aún campestre.

Ser fino y suculento es posible en Casablanca. No se trata de una contradicción, más bien es una analogía con sabor a lo que, por ejemplo, suele hacer el escultor y pintor colombiano Fernando Botero, que ensancha los pliegues de la realidad y por extensión de la belleza que la rodea, sin perder ni personalidad ni alta calidad. Una de las vías más sencillas de conseguirlo ocurre cuando la tierra y lo que sale de ella son –más que cualquier artilugio culinario- los que hablan con voz propia. Eso pasa en la gran cocina italiana, que basa su magia en cuidar el producto… y el resto es música. Quizá, como es el caso de Casa Botha, en la caletera de la Ruta 68 viniendo hacia la costa, eso ocurra bajo un contexto donde la elegancia tenga una forma muy especial. A David Botha, que las oficia de anfitrión, se le nota que fue marino y sudafricano. Tanto por la bonhomía expresada en su castellano a media lengua, sus ganas de tocar la mandolina frente a los comensales cercanos, como también por los firmes y complejos nudos con que sostiene el cobertor de su terraza interior, con vista al campo y donde dejar pasar las horas es una verdadera delicia. Carmen Panciera, su esposa, es la que prepara cada plato con ese canon peninsular que sólo una nativa de esas tierras lo puede hacer. La sociedad va mucho más allá de lo conyugal, o mejor dicho, esa unión se vuelca a un espacio que semeja un gran barco pegado al camino y donde la calidez hogareña llena

todo el espacio. La comida es rica y los vinos también, pero es ese pegamento sentimental el que une todo. Se nota. La carta es breve: algunas pastas, carnes consistentes y de sabores pronunciados, pescado del día cuando tiene calidad y unos cuántos vegetales que de tan frescos dan ganas de ir por ellos una y otra vez. Nada más. Es que cuando llega una selección de antipastos y, en vez de las carnes y quesos que tiene el plato, lo que luce es la porción de pallares marinados en una deliciosa vinagreta, el paladar se pone en alerta temprana. Cuando en los fondos lucen unos Ñoquis suaves y pequeños, ligeros finalmente, embadurnados en una salsa cremosa de salmón ahumado y un toque vegetal, surge la mejor pasta disponible en toda la Quinta Región. En las masas rellenas se puede hablar tranquilamente de un producto destacado a nivel nacional. El que pruebe su plato más popular, la Lasaña de osobuco, de profundo y enjundioso sabor a carne y salsa, metido en un cazo de greda calientito, conocerá, o mejor dicho sentirá, de qué hablamos cuando hablamos de suculencia gourmet. Es un gran espacio a la italiana sin remilgos de gran comedor –como muchos en Viña del Mar, con todo respeto-, de mejor calidad y con un plus expresado en una singular carta de vinos. Son prácticamente todos originarios de Casablanca, muchos elegidos por un dueño criterioso en eso de poner lo que vaya pág · 29

mejor con su comida. Hay tintos costeros de potente expresión frutal, algunos otros de zonas más altas que regalan una curiosa mezcla de calidez y frescura, como también esos sauvignon blanc que son puro filo al paladar y que se han convertido en la bandera de la zona para el mundo. Esa sensibilidad le agrada al pequeño mundo de enólogos y viticultores del valle, que ven en Casa Botha un territorio neutral o bien de todos, cuando se trata de compartir impresiones y sabores de una zona que lo tiene todo para comer y beber con personalidad. Sea a la chilena o a la italiana. Este lugar es la mejor prueba de aquella excelencia. Ficha: Ruta 68, Km 63 Calle Local, Casablanca. Tel. (09) 7431 2040 www.casabotha.cl

*Periodista, editor de revista LA CAV (Club de Amantes del Vino). Autor de libros-guías de restaurantes de Valparaíso y Viña del Mar.


EL ABISMO DE LOS PÁJAROS Escribe Vero Mondini / fotografía Jorge Aguayo Riedl

T E AT R O / C I N E

Hace poco en el Teatro UC, en Santiago, se estrenó Los millonarios, la ácida obra de la Compañía La María, que bajo la pluma y dirección de Alexis Moreno, aborda la hipocresía que rodea el problema mapuche en Chile, a partir del cínico y absurdo punto de vista de un grupo de abogados que debe preparar la defensa de un comunero mapuche acusado de haber quemado a un matrimonio, además de violar y asesinar a su hija en la Araucanía. La temática sobre los pueblos originarios y la identidad chilena en los montajes teatrales de la cartelera nacional se ha hecho recurrente en los últimos años. Y El abismo de los pájaros, de la compañía porteña La Malinche, no deroga la regla ubicando la trama de su historia cerca de Puerto Edén, donde viven los últimos Kaweskar, uno de los nueve pueblos indígenas reconocidos en Chile. Estrenada el viernes 1º de agosto en el Parque Cultural de Valparaíso, la pieza teatral es el fruto de un extenso proceso de investigación por parte de la compañía, sobre este pueblo nativo de la zona austral de Chile, nómades que se desplazan en canoas, recorriendo los canales de la Patagonia occidental en busca de sus alimentos. El proyecto está además vinculado al trabajo del cineasta Alex Moya, quien en su documental Lautaro Edén, última esperanza, registra a los últimos Kawesqár de Puerto Edén. Fue justamente el proceso de investigación del documentalista el que

inspiró hace cinco años a la directora teatral Fabiola Ruiz para indagar y escribir acerca de los Kawesqár que protagonizan esta creación escénica. Escrita y dirigida por Ruiz, con el apoyo del consagrado dramaturgo y Premio Nacional Juan Radrigán, El abismo de los pájaros se alza en una sólida dramaturgia que logra traspasar al espectador características y problemáticas ligadas a los hábitos y condiciones de vida de las etnias hoy en día en Chile, no obstante los primeros minutos de la obra que resultan ser algo abruptos, con un lenguaje que dificulta entrar en la trama. A través de la historia de Sergio, un abogado que viaja desde Valparaíso a la localidad de Yetarke para convencer a Luisa Edén de vender el terreno donde habita y así acceder a una vida supuestamente mejor, el público aprehende, en cierta medida, la realidad de un pueblo originario condenado a desaparecer frente a la indiferencia de un Estado incapaz de rescatar y valorizar las raíces étnicas y ancestrales de Chile. A pesar de cierto desequilibrio en las actuaciones -lamentable que al personaje de Sergio (Gonzalo Dalgalarrando) le cueste sostener las confrontaciones con Luisa Edén (María Angélica Luzzi)- la obra logra instalar este abismo que separa a la mujer indígena del abogado porteño, lo cual ilustra

perfectamente este desfase. A esto se suma la confrontación generacional y étnica entre Ramiro -carabinero en retiro- y Ester, su hija mestiza de 22 años. Ellos son quienes alojan a Sergio en su casa/residencial durante su estadía en Puerto Edén. El trato existente entre los dos personajes invita a reflexionar sobre la visión reduccionista y algo racista del chileno con los pueblos nativos. El machismo y la reducción del rol de la mujer que además caracteriza esta relación padrehija apuntan a la idiosincrasia chilena. Por su parte, la escenografía de El abismo de los pájaros, a cargo del arquitecto Daniel Fuentes Ardouin sirve particularmente bien a la obra, recreando con fineza un universo singular, ambientando la escena en un oscuro y hostil contexto de vida. Con todo, se agradece que el teatro siga cumpliendo con su rol catalizador, instalando reflexiones para una necesaria concientización acerca de temáticas que conforman la esencia identitaria de Chile. Lamentablemente, las funciones programadas en el Parque Cultural no se han extendido a más de cuatro días. Habrá que desearle mayor vida a este redondo trabajo escénico, a pesar de la problemática ausencia de cartelera permanente en la región.

Ficha artística: El abismo de los pájaros Compañía La Malinche Teatro Duración: 70 minutos Dramaturgia y dirección: Fabiola Ariadna Ruiz Elenco: María Angélica Luzzi, Gonzalo Dalgalarrando, Maricel Muñoz y Cristian Díaz Escenografía: Daniel Fuentes Ardouin Iluminación: Jorge Espinoza Galindo Vestuario: Valentina San Juan Standen Música y sonido: Claudio Pérez Cartagena Maquillaje: Felipe Criado Quiroz Fotografía y registro audiovisual: Jorge Aguayo Riedl Producción general: Claudio Rodríguez E. *Otra Fechas: Villa Alemana: Jueves 21 (Teatro Pompeya) – Casablanca: Miércoles 27 de Agosto (Teatro de Casablanca). pág · 30


El Huaso: libre, porfiado, ¿egoísta?

Escribe Claudio Abarca / imagen gentileza de Miradoc La palabra huaso, como muchas, sugiere más de un sentido. El primero que seguramente se nos viene a la cabeza es el de “hombre de campo” y “jinete chileno”. El documental El Huaso, de hecho, nos lo recuerda en su primera imagen, antes de que veamos a su protagonista, Gustavo Proto, un chileno residente en Canadá, de 58 años. Pero también da cuenta de otras acepciones, relacionadas con la de “hombre libre” y con la de “poco sofisticado”. Para masticar esta película y para quizás tratar de comprender las motivaciones del protagonista y el desenlace, hay que transitar por esos últimos significados. El Huaso, dirigida por el hijo de Proto, Carlo Guillermo, presenta el desmoronamiento anímico de Gustavo una vez que algunos exámenes médicos le llevan a pensar que tiene la enfermedad de Alzheimer, la misma por la que murió su madre. Y junto a ese desmoronamiento, su persistencia en la idea de quitarse la vida. Gustavo no quiere ser una carga para nadie. No solo eso. Gustavo, el Huaso, a diferencia de su padre, quien se quitó la vida hace muchos años, no quiere que su familia quede “sin nada”, es decir, en una precaria condición económica. Su mujer, sus hijos, su nuera no están de acuerdo con la idea que le ronda de quitarse la vida y le hablan de egoísmo, de no comprender que

envejecer implica sufrir un natural deterioro de la salud. Carlo, prácticamente el coprotagonista del documental, le reprocha también que ha hablado desde hace mucho tiempo de suicidio y que eso lo “rompe”. Pero Gustavo es porfiado (“burrito”, le dice su mujer) y llega un momento en que pide que no le toquen el tema. Este huaso, que sabe jinetear y que es aficionado al rodeo, es también un hombre libre y quiere establecer claramente que su idea del suicidio (¿también un plan?) debe ser respetada. El director, como en todo el metraje, no hace melodrama de la desesperanza y la ansiedad de su padre, ni de la impotencia de la familia, que se reconoce incapaz de convencerlo de abandonar dicha pretensión. Las discusiones entre Gustavo y su clan, por ejemplo, son mostradas de una muy convencional manera, con una cámara frontal, sin música, sin planos/contraplanos ni planos detalle o primerísimos primeros planos, es decir, sin recursos que pudieran subrayar lo emocional o el conflicto. El Huaso no ahonda en los vínculos particulares que tiene Gustavo con cada miembro de su familia, incluyendo sus nietos. Hay cariño, respeto, preocupación entre ellos, y la cámara se encarga de hacerlo presente. Pero las demostraciones de afecto y cuidado son

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pinceladas, más bien dispuestas para aportar al retrato del mundo de Gustavo. Es que el documental instala el tema de la libertad sutilmente, sin aspavientos, en el marco de la cotidianidad de la vida de Gustavo y los suyos: las reuniones familiares, las conversaciones, las visitas a médicos, los traslados en Toronto (la ciudad canadiense en la que viven). Donde se hace más evidente es en el rodeo, que Gustavo vuelve a practicar en Puchuncaví, en su viaje a Chile. El hombre desanimado da lugar a un sonriente jinete que disfruta montar por un campo vacío y que se toma muy en serio una tarde de rodeo. El contrapunto con la vida y las preocupaciones por su salud en Toronto está, asimismo, en el cromatismo de los planos que nos muestran al protagonista oficiando de jinete. El amarillo del cielo al atardecer y los colores tierra que complementan la imagen, realzan la vida y el goce, a diferencia del gris del cielo y del blanco de la nieve que constantemente vemos en la urbe norteamericana. Pero el tono de la acción es el mismo en Canadá que en Chile. Este es un documental pausado, que no se apresura. Reside aquí una virtud: aunque el intento de la familia de Gustavo por hacer que este desista de suicidarse, bien parece una lucha contra el tiempo, El Huaso no cede a ninguna tentación por la prisa, menos a algún efecto del montaje; avanza lentamente pero sin decaer en interés. Carlo Proto administra muy bien la información y mantiene la incógnita hasta los últimos minutos: ¿padece o no de Alzheimer su padre?, ¿se suicidará? El Huaso es lento, sí, pero este no es un rasgo negativo. Es lento porque el director graba con respeto, incluso a veces y sorprendentemente con distancia emocional, y no quiere sobredimensionar la desazón de su padre, un protagonista, por lo demás, meditabundo y de habla pausada cuando lo escuchamos en off. Ese ritmo es el que permite, precisamente, que aflore la pregunta que está en medio del motivo del personaje central: ¿libertad o egoísmo? FICHA Director: Carlo Guillermo Proto – Duración: 78 minutos – Formato: HD/Color - Idioma: Español- Inglés - País: Canadá/Chile – Calificación: TE.


SOCIEDAD

Ilustración gentileza de Ediciones del Caxicondor

Matriarcado y anarquismo

EL PARAÍSO DE EVA SEGÚN OTTO GROSS Ediciones del Caxicondor acaba de editar el libro El origen comunista en la simbólica del paraíso –originalmente publicado en alemán el año 1919- del discípulo rebelde de Sigmund Freud, el “antipsiquiatra” Otto Gross (18771920). El texto, editado por Cristian Olivos y traducido por Jorge Muñoz Sougarret, incluye una útil introducción a la vida y obra del autor, para quien el matriarcado era “la forma más perfecta de vida en sociedad”, un orden sin autoritarismo, dulce y tierno. Al respecto se lee en el prólogo: “Su pensamiento nace de una insatisfacción radical con el orden social existente, y su crítica apunta a la necesidad de una liberación creativa de los instintos sexuales que rompa las restricciones castradoras de la civilización patriarcal”. Según Freud, Gross era brillante, sin embargo, su anarquismo, sus relaciones amorosas fuera de la norma, además de su adicción a la morfina y cocaína, le valieron su exclusión del círculo de psicoanalistas. Sin embargo, sí contaba con el apoyo de los intelectuales de Munich, Viena, Berlín, Zurich y París, como Franz Jung y Guillaume Apollinaire, por ejemplo para llevar a cabo

una campaña de solidaridad que lograra su liberación de la clínica psiquiátrica donde su padre –fundador de la criminología científicalo había internado.

ésta, del cual el Génesis nos muestra sus consecuencias inmediatas: el trastorno de los sentimientos hasta el punto de concebir la sexualidad como un objeto de vergüenza.

A continuación un extracto de El origen comunista en la simbólica del paraíso, donde Gross afirma que el mito del paraíso perdido de Adán y Eva acusa el error de haber formado una sociedad patriarcal basada en el poder autoritario. Por esto, hacia el final del texto, Gross dirá que el autor del Génesis era “de los nuestros”: un incomprendido y malinterpretado partidario de la vuelta al matriarcado de las sociedades primitivas, en el que la mujer no era propiedad del hombre.

La nueva relación legal implica entonces que la mujer se vende por medio de la prostitución o del matrimonio, y su primer resultado directo es el pudor sexual y la vergüenza.

Extracto de la obra “Todo el error del nuevo sistema, el irreductible conflicto moral de los nuevos valores, reside en esta contrapartida: la contrapartida de la mujer para el apoyo económico que le entrega un individuo es fundamentalmente la sexualidad, y esta explotación de la sexualidad es precisamente el pecado contra pág · 32

La siguiente consecuencia es la familia autoritaria, elemento constitutivo de la autoridad como institución en general. Hay sobre todo un elemento accesorio inevitable, que hace de la venta de la sexualidad esta desgracia terrible, y que tiene como consecuencia la desviación hacia la vergüenza sexual. Esta reflexión casi parece demasiado obvia: para que un acto cualquiera pueda ser objeto de compra, para poder reclamar una indemnización por un acto de interés común, en primer lugar se debe negar que la acción conjunta ha servido a un interés común, que pudo haber surgido de un deseo común.


En otras palabras, del lado de la mujer, que debe ser compensada por el acto sexual, es necesario que la sexualidad sea presentada como un mal, como algo que ella misma no desea y que sólo soporta, en contraste con el carácter activo de la sexualidad masculina, que constituye un fin en sí. Así comienza a instaurarse de manera omnipresente una ficción que se inscribe cada vez más profundo en el inconsciente de las generaciones y que se considera cada vez más como algo dado por la naturaleza, como diferencias innatas entre los sexos —la ficción de la oposición e incomprensión mutua del hombre y la mujer; así comienza la costumbre coercitiva de un comportamiento respectivamente activo y pasivo en la sexualidad, obligando a la mujer a un recato hipócrita y otorgando al hombre el derecho a una brutalidad posesiva—.De esta manera se instaura sobre todo el horroroso principio según el cual la sexualidad es un mal en sí misma y un factor alienante, soportada por una parte y comprada o impuesta porla otra, un choque de dos egoísmos, en lugar de ser el símbolo natural de la abolición de los límites entre el tú y el yo. La vergüenza sexual, expresión abrumadora del conflicto del ser humano con todo lo verdadero y vivo que hay en él, es la señal impactante de una sexualidad que ha dejado de ser de interés común. En su lugar se ha instituido la lucha de intereses opuestos, es decir una lucha por el poder, a través de la cual la voluntad de poder se desarrolla cada vez más como un fin en sí, transformándose en un automatismo y haciendo que la lucha de los sexos se dé por sentada. Esta interminable lucha por el poder crea entonces sus propios límites exteriores y sus propias cadenas en una relación de autoridad claramente definida. Al mismo tiempo, la comunidad ha dejado de ser una garantía para el individuo y sólo le entrega beneficios materiales. Con el desarrollo del individuo en tanto entidad económica, se perdió la posibilidad de desarrollar la individualidad y las relaciones verdaderas, cuyo requisito es la interacción recíproca y enriquecedora de individualidades intactas. La lucha individual por el poder, sobre todo en la forma de la propiedad, adquiere su forma permanente en la sociedad gracias a un estado de equilibrio más o menos estable, la ley, que como sabemos desde Nietzsche es

un sistema de compensación entre potencias similares. De esta forma la organización de la familia y la sociedad basada en la autoridad y las leyes se ha consolidado —el reconocimiento del principio de la lucha de intereses de todos contra todos, unas veces latente y otras de manera abierta— ‘hasta que te vuelvas a convertir en polvo’. El pensador que descubrió el error en la evolución general de la civilización debía tener una conciencia sobrehumana para poder prever la catástrofe irremediable y el posterior reencuentro del ser humano consigo mismo y su renovación. De hecho, propagó por el mundo un pensamiento que con las más extrañas deformaciones y las interpretaciones más absurdas y grotescas, pero imborrables, ha pasado irreprimiblemente de generación en generación: la idea de la redención. La redención, tanto para el Génesis como para nosotros, sólo puede tener un significado: la abolición de todos los efectos del desarrollo de la humanidad en la dirección equivocada del abandono del orden social matriarcalcomunista de los tiempos primitivos, y de la constitución de la familia y la sociedad sobre la base de la autoridad y la jerarquía. El Génesis anuncia el advenimiento de la redención por la elevación interior de la mujer. La mujer aplastará la cabeza del principio maligno por el cual vino al mundo el monstruoso error: el principio de poder, en todas las relaciones humanas, como el equilibrio de una eterna lucha por el poder, que se solidifica en la fría calma de la ley y el deber, el principio estéril de la autoridad. El Génesis tendrá razón: la renovación verdadera e indestructible vendrá de la revolución, que destruirá el principio original de autoridad y aportará una solución comunista al problema fundamental de toda economía. La revolución iniciará la subversión desde el interior de la colectividad al reasignar el cuidado de la madre y el hijo a la comunidad. Esta transformación, que encausará la economía a su razón principal y la sociedad a los grupos que constituyen sus unidades naturales, deberá guiarse por un espíritu que, superando las necesidades de subsistencia y la voluntad de poder, reconozca la libertad como la única posibilidad de relaciones humanas verdaderas, y que otorgue a cada

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individuo el bien supremo, no tanto bajo la forma de su propia libertad, sino de la de todos los demás. La verdadera liberación de la mujer, la abolición de la familia patriarcal existente a través de la socialización comunitaria de los cuidados de la maternidad, restaurará el interés vital del individuo en la sociedad, garantizándole, de ahora en adelante, la posibilidad de la más alta libertad, la libertad ilimitada, y cada uno tendrá el mismo interés, sin importar de donde venga, en luchar contra las instituciones que existen en la actualidad. Para preparar una revolución de este tipo cada uno debe liberarse del principio de autoridad que lleva dentro, y de todas las adaptaciones al espíritu de las instituciones autoritarias que le inculcaron en el seno de la familia autoritaria; la liberación de todas las instituciones que el niño adoptó de personas de su entorno que siempre estuvieron en lucha con él y entre ellas por el poder. Cada uno debe liberarse de todos aquellos rasgos serviles que nos dejó a todos una infancia de este tipo: la liberación de la herencia del pecado original, la voluntad de poder. El gran impacto de este pensamiento inmenso que abarca al mundo y su historia con la idea de la caída en pecado y la redención, es la conciencia de que todo lo que podemos imaginar como logro supremo, lo que podemos imaginar como la mayor transformación, la meta que situamos en el futuro más lejano, no es más que la reparación de un viejo error humano, la recuperación de un nivel y un bien perdidos en tiempos inmemoriales, la liberación de una culpa heredada y de la maldición de sus efectos. No es realmente una creación nueva, más bien, como objetivo supremo, un reconocimiento completo de la aberración absoluta de todo desde los tiempos primitivos, una nueva transvaloración de todos los valores, la voluntad de reconstruir la antigua base de las relaciones, de la sociedad y del desarrollo cultural, que podrá comenzar desde ahí.“ * El libro se encuentra en Valparaíso en Lagar Libros, Crisis, Ivens, puesto de libreros de Bellavista, en el puesto de Cristian Astete en la plaza O’higgins; en Viña en librería Altazor.


a ñ e t r o p a m l a l e r i v i v a Ven

Pionera, versátil, pintoresca y vanguardista. Sitio Patrimonial Mundial y Capital Cultural del país, Valparaíso es una ciudad para no olvidar.

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Desde lo alto, en alguno de sus 42 cerros, o desde la bahía, de cara a las frías aguas del Océano Pacífico, es posible apreciar -de una sola vez- ese mágico encanto cultural, por tuario, comercial, turístico y patrimonial. Porque en Valparaíso: pasado, presente y futuro hablan un mismo idioma; y si de reinventarse se trata, la ciudad es una sala de ensayo constante, siempre abier ta al arribo de nuevas tendencias, formas, obras arquitectónicas y colores. Y es que la ciudad fue concebida entre el ingenio innato del habitante y el talento sagaz del inmigrante, llamando la atención desde tiempos inmemoriales por sus patrones estéticos, trazados urbanos, transpor te, bohemia y religiosidad, convir tiendo a este Valparaíso, el del fin del mundo y de los anchos mares, en una urbe altamente cosmopolita que cier tamente no se puede vivir sin conocerlo.

“Valparaíso-Chile” el inconfundible Musa de poetas, músicos, dibujantes y cineastas, la ciudad es un híbrido de todo eso y muchos más. Inspiradora de múltiples adelantos, en ella converge la cultura turística, hotelera, gastronómica y del diseño de autor; fieles representantes de la impronta que se vive en el Valparaíso del siglo XXI. Entre edificios patrimoniales y antiguas casonas por el centro de la ciudad o desde sus miradores por los cerros, en un comienzo Concepción y Alegre, hoy se suman a este listado Polanco, Bellavista y Artillería, los nuevos aires se sienten

y se respiran en sus distintos restaurantes, cafeterías, bares y sus ya típicas picadas. Lugares simplemente únicos e irrepetibles que guardan en ellos parte del imaginario culinario porteño. Un paisaje colmado de preparaciones y sabores caseros, reminiscencias de las originarias recetas de las familias inmigrantes, hasta las corrientes más gourmet; todas ellas alternativas para disfrutar a cualquier hora del día, en toda época del año.

Originalidad al 100% Más allá de su espíritu libre, espontáneo y alborotado, la ciudad en los últimos años ha generado un fuerte arraigo e interés por la producción de origen local. Mercado emergente que ha permitido revalorizar el segmento de la originalidad, la creatividad y la actividad artesanal, expresándose en un sinnúmero de galerías de souvenirs y tiendas de moda independiente que entregan una clara identidad y distinción en la manufactura. Pero no solo la originalidad está en la obra hecha a mano, también es posible observar esta tendencia en los distintos refugios y lugares de descanso. Sea cual sea la elección, clásico o contemporáneo, cada uno conserva esa alma tan porteña entre sus estancias y ambientes. Calor de hogar en hosterías, Bed&Breakfast, casas patrimoniales y hoteles boutique que evocan la atmósfera de las familias que habitaban a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Lugares tan únicos y tan propios que reviven a ese Valparaíso nostálgico, pionero y abierto al mundo. Rubro que en la última década ha sido uno de los sectores económicos más promisorios, experimentando un continuo crecimiento dado a su profunda diversificación, alcanzando durante esta temporada un incremento del 20%, con una disponibilidad de más de 3.000 camas solo en la ciudad de Valparaíso. A esto se suma, además, la industria turística de cruceros, área que desde el año 2010 a la fecha ha tenido un importante ascenso, con cerca de 90 mil visitantes durante la temporada 2013-2014

Entre el ir y venir del tradicional trolley, por Avenida Argentina hasta la Aduana; en uno de sus míticos ascensores, o en alguna de las lanchas que zarpan del Muelle Prat, la ciudad muestra así su lado más amable. Una de las capitales regionales más antigua de Chile jamás fundada, que aprende del pasado, mira con esperanzas el presente y crea un mejor futuro.

Valparaíso-Casablanca Valley Una apuesta única en el país que reúne por primera vez a dos comunas vinculadas al turismo internacional. Que surge precisamente tras el nombramiento de Valparaíso y el Valle de Casablanca como parte del selecto grupo de los países de vinos premium del mundo, convirtiéndola en la X Capital Mundial del Vino y, por ende, en uno de los polos más selectos para degustar variedades típicas, orgánicas y boutiques de sus tradicionales versiones sauvignon blanc, chardonnay, pinot noir y syrah. Alianza ValparaísoCasablanca que en pocos meses ya es marca registrada para los amantes de este milenario brebaje y que forma parte del circuito mundial de capitales junto con Melbourne (Australia), Bordeaux (Francia), San Francisco y Napa Valley (Estados Unidos), Porte (Portugal), Bilbao y Rioja (España), Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Mendoza (Argentina), Christchurch (Nueva Zelanda) y Florencia (Italia).

Ciudad donde se abraza Chile Simplemente un evento sobrecogedor que año a año concita a miles de cientos de turistas y visitantes maravillados con el artificio, el sonido y las luces de uno de los shows pirotécnicos más grandes del país. Así es el “Año Nuevo en el Mar” en Valparaíso, donde el festejo, la música y la algarabía se dejan sentir en cada punto recóndito de la ciudad, celebrando todos al unísono el fin de una etapa y la llegada del nuevo año. Una experiencia inolvidable, como lo es esta gran ciudad, que de seguro querrás volver.

Ven a vivir el alma porteña.

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