LA JORNADA DE ENMEDIO Sábado 28 de mayo de 2022
CULTURA
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Liberan bajo custodia al ex titular del Louvre acusado de tráfico de antigüedades DE LA REDACCIÓN
El ex presidente del Museo del Louvre Jean-Luc Martinez, a quien se le sigue un proceso legal por su presunta participación en un caso de tráfico de antigüedades, permanece en silencio tras haber sido puesto en libertad bajo control judicial. Según los portales News EsEuro y 20 minutes, sus familiares señalaron el jueves que estaba “combativo y decidido” a sacar a la luz la verdad, con el convencimiento de que podrá hacer escuchar su voz. Mientras los vaivenes de un caso que lleva años tomando nuevas dimensiones, sus abogados optaron por publicar, también el jueves, una breve nota de prensa, reportaron los medios franceses: “Jean-Luc Martinez
rechaza firmemente su imputación en este caso”, citaron lo dicho por Jacqueline Laffont y François Artuphel, del bufete Haïk y Asociados, a la AFP. “Se reserva por el momento sus declaraciones a los tribunales y no tiene ninguna duda de que se acreditará su buena fe”. Ayer, en estas páginas, se informó que Martinez fue acusado el miércoles por la policía francesa y deberá responder por los cargos de blanqueo y complicidad en fraude organizado, relacionados con el tráfico de antigüedades de Oriente Próximo, según fuentes judiciales. Martinez, actual embajador de la cooperación internacional en el ámbito del patrimonio, estuvo al frente del Louvre entre 2013 y 2021. Durante su mandato se hicieron adquisiciones de obras arqueológicas “por varias decenas de millones de euros”, cuyos certificados de origen podrían haber sido falsificados.
Cauduro, otro ejemplo de injusticia de la historia del arte nacional: Comisarenco La experta presentó un libro publicado por Trilce que acerca a la impactante obra del muralista ÁNGEL VARGAS
Entre los muralistas contemporáneos, Rafael Cauduro “es un ejemplo significativo de algunas de las grandes injusticias cometidas por la historia del arte nacional y de las enormes deudas historiográficas que se tiene la obligación de comenzar a saldar”. Así lo afirmó la historiadora del arte Dina Comisarenco en la presentación del libro Aquí estubo Cauduro (Trilce), en el anfiteatro Simón Bolívar del Colegio de San Ildefonso, en el contexto de la exposición Un Cauduro es un Cauduro. La especialista criticó que así como la historia del arte occidental ignora no sólo el valor, sino la existencia de otras civilizaciones milenarias que son la base de la cultura de la humanidad, la historia del muralismo mexicano “ha sido escrita de forma decididamente parcial y, consiguientemente, incompleta”. Esto se debe, explicó, a que desde muy temprano se estableció un canon muy reducido y excluyente formado sólo por los llamados tres grandes: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, que a veces se amplía a cuarteto, para incluir a Rufino Tamayo. “Deja fuera al resto de los miembros de la orquesta. Es decir, a muchos artistas que también con-
tribuyeron a la enorme riqueza del movimiento fundador, que, sin embargo, fueron prácticamente invisibilizados por la historia del arte nacional desde el inicio.” Tal situación, sostuvo, ha heredado prejuicios más o menos explícitos en contra de todos los demás artistas que no son esos tres o cuatro ya mencionados, injustamente relegados a una categoría menor. Dina Comisarenco censuró que esos injustos prejuicios historiográficos han obstaculizado la apreciación y reconocimiento del trabajo de Cauduro como muralista, en particular de su obra Un clamor por la justicia: Siete crímenes mayores, que el pintor realizó en la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) entre 2006 y 2009. Dichos prejuicios, precisó, tienen que ver con el estilo realista de dicha obra y la fama del creador, así como la institución comitente y la ubicación de la pieza. Entre otros aspectos, ese recelo se revela en los escasos estudios académicos dedicados a profundidad a dicho ciclo mural, no obstante de que en el ámbito internacional, es reconocido como “una de las obras más significativas del muralismo mexicano contemporáneo”, indicó la experta. A su decir, en los murales de Cauduro no es la belleza la que se imita o copia, y la intención del artista no
▲ Rafael Cauduro durante el proceso de creación de Un clamor por la justicia: Siete crímenes mayores. Foto tomada del libro Aquí estubo Cauduro
es la de romper con la tradición para expresar sus sentimientos más personales: “Su extraordinario virtuosismo técnico está al servicio de la intención de poner el dedo en la llaga, de comunicar y de denunciar injustas y muy dolorosas realidades, para que incluso los más incrédulos y aquellos que prefieren no enterarse de lo que pasa no puedan ya volver la vista hacia otro lado”. Editora de Aquí estubo Cauduro, Deborah Holtz resaltó que a través de este libro es posible acercarse a ese artista mexicano de forma distinta, al mostrar cómo desarrolló la idea de su obra y, al mismo tiempo, permitir entender la intención de sus creaciones, conceptualmente complejas e impactantes. Describió que la publicación está conformada por cinco capítulos, con textos del ensayista y crítico Rafael Coronel Rivera, el poeta Gonzalo Velez, Dina Comisarenco, el historiador del arte Luis Martín Lozano y el crítico y promotor musical Gerardo Kleinburg. Sobre el título del libro, en el que aparentemente se comete un error ortográfico, aclaró que es una frase que en ocasiones agrega Rafael Cauduro al firmar sus obras, como si fuera un grafiti callejero, en un guiño a lo que hizo Jan van Eyck en su cuadro El matrimonio Arnolfini, al firmarlo con la inscripción: “Van Eyck estaba aquí”.
▲ Detalle del mural Un clamor por la justicia: Siete crímenes mayores, que pintó Cauduro en la SCJN entre 2006 y 2009. Foto archivo