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Curiosity halla la mejor evidencia de olas y agua en Marte desde 2012
by La Jornada
Un primer plano de las texturas que se crearon hace miles de millones de años, cuando las olas fluían sobre un lago poco profundo. Abajo, el robot. Fotos NASA sionantes de pautas onduladas en la superficie de las rocas causadas por las olas de un lago poco profundo hace miles de millones de años.
EUROPA PRESS MADRID momento en que Marte se estaba volviendo más seco”, agregó.
Investigadores de la Universidad de California de Riverside (UCR) identificaron organismos diminutos que no sólo sobreviven, sino que prosperan durante el primer año tras un incendio forestal. Los hallazgos, publicados en Molecular Ecology, podrían ayudar a devolver la vida a la Tierra tras incendios cada vez más grandes y graves.
Investigadores dirigidos por el micólogo Sydney Glassman visitaron la zona afectada por un gran incendio en California en 2018 y nueve veces a lo largo del año siguiente y compararon la tierra carbonizada con muestras del suelo cercano no quemado. Sus conclusiones muestran que la masa total de microbios descendió entre 50 y 80 por ciento tras el incendio, y no se recuperó durante ese primer año.
Al principio, encontraron microbios muy tolerantes al fuego y al calor. Más tarde, parecían dominar los organismos de crecimiento rápido con muchas esporas, capaces de aprovechar el espacio con poca competencia microbiana. Hacia el final del año, dominaban los organismos capaces de consumir carbón vegetal y otros restos del incendio ricos en nitrógeno.
Microbios metranótrofos
Ciertos microbios, llamados metanótrofos, regulan la descomposición del metano, gas de efecto invernadero. Fabiola Pulido-Chávez, candidata a doctora en fitopatología por la UCR y primera autora del estudio, observó que los genes involucrados en el metabolismo del metano se duplicaban en los microorganismos posincendio.
“Este emocionante hallazgo sugiere que los microbios posincendio pueden ‘comer’ metano para obtener carbono y energía, y potencialmente pueden ayudarnos a reducir los gases de efecto invernadero”, explicó.
El explorador Curiosity, de la NASA, encontró rocas onduladas en una zona de Marte, evidencia de un antiguo lago en el planeta rojo, informó ayer la agencia espacial estadunidense.
“Es la mejor evidencia de agua y olas que hemos visto en toda la misión”, destacó Ashwin Vasavada, científico de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en California.
El robot, que desde 2012 recorre Marte, transmitió imágenes impre-
Sin embargo, los científicos de la NASA se sorprendieron al encontrar pruebas tan claras de la existencia de agua en el cráter Gale, donde el explorador está ahora.
“Hemos escalado a través de muchos depósitos lacustres durante nuestra misión, pero nunca habíamos visto ondulaciones de olas tan claramente”, señaló Vasavada en un comunicado.
“Esto fue en especial sorprendente, porque la zona en la que estamos probablemente se formó en un
Curiosity explora las laderas de una montaña de 5 mil metros de altura conocida como monte Sharp.

El robot también detectó residuos en un valle, los cuales fueron arrastrados por deslizamientos de tierra húmeda en ese monte, informó la agencia estadunidense.
“Estos restos de tierra son probablemente la prueba más reciente de la presencia de agua que veremos alguna vez. Nos permitirán estudiar capas más altas en el monte Sharp que no podemos alcanzar”, añadió Vasavada.
La NASA indicó que el monte Sharp proporciona una especie de “línea de tiempo marciana” a los científicos, con las capas más antiguas en la parte inferior y las más jóvenes en la parte superior.
Esto les permite “estudiar cómo Marte evolucionó de un planeta que era más parecido a la Tierra en su pasado antiguo, con un clima más cálido y abundante agua, al desierto helado que es hoy día”, sostuvo.
Otro explorador de Marte, Perseverance, arribó al planeta rojo en febrero de 2021 para buscar indicios de vida microbiana en el pasado.
Este vehículo multitarea recogerá 30 muestras de rocas y suelo en tubos sellados que se enviarán a la Tierra en la década de 2030 para su análisis en laboratorio.
Sin embargo, algunos sobrevivieron. “Ciertas especies aumentaron su abundancia y, de hecho, se produjeron cambios realmente rápidos en ella a lo largo del tiempo en los suelos quemados”, afirmó Glassman en un comunicado. “No hubo cambio en los suelos no quemados”.
No fue sólo un tipo de bacteria u hongo el que sobrevivió. Más bien fue un desfile de microbios el que se turnó para dominar el suelo quemado en ese primer año tras el incendio.
“Se produjeron cambios interesantes en esos microorganismos a lo largo del tiempo. Cuando una especie disminuía, otra aumentaba”, agregó.
Los investigadores siguen estudiando si los hongos y bacterias que encontraron pudieron prosperar en distintos momentos como resultado de sus rasgos únicos y variados, o si hay otra razón para los cambios que observaron en el suelo.
“Creemos que un organismo no puede ser bueno en todas las habilidades necesarias para prosperar en suelo quemado”, señaló Glassman. “Si es bueno tolerando el calor, probablemente no sea tan bueno creciendo rápido”.
Lo que los investigadores observaron en el suelo guarda cierto parecido con la respuesta del cuerpo humano a un estrés importante.
La gente sufre una enfermedad y toma antibióticos. El medicamento destruye las bacterias del intestino de la persona, y empiezan a aparecer nuevos organismos que antes no estaban o no tenían una gran presencia.