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Invalida la Corte requisito de “modo honesto de vivir” para ser candidato
by La Jornada
te prevista como una pena aplicable en el procedimiento sancionatorio correspondiente”.
Así, por mayoría de siete votos, el pleno de la SCJN dejó sin efectos las sanciones impuestas por el Tribunal Electoral, por lo que los funcionarios a quienes se había desconocido que tuvieran “un modo honesto de vivir”, por haber expresado sus opiniones sobre la revocación de mandato, sí podrán participar como candidatos a cualquier puesto de elección popular en los próximos comicios federales.
“El requisito de tener modo honesto de vivir no puede exigirse para dejar el acceso a cargos públicos por nombramiento o mediante elección popular”, señaló la ministra ponente, Ana Margarita Ríos Farjat, al explicar que la sanción ahora invalidada no tenía base jurídica. El ministro Arturo Zaldívar explicó que el TEPJ invadió las atribuciones del Poder Legislativo. “La política judicial del Tribunal Electoral, y de cualquier otro, debe respetar la Constitución y no invadir la competencia del legislador democrático”, expuso. Los únicos votos en contra de esta propuesta fueron de la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández; Luis María Aguilar Morales; Jorge Mario Pardo Rebolledo y Juan Luis González Alcántara.
Astillero
Salvavidas de EU a la derecha mexicana // Narrativa intervencionista // Narco: forma de control // Sin cerrar los ojos
JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ
LAS “GUERRAS CONTRA el narcotráfico” han sido instrumentos de control del aparato de poder estadunidense sobre determinados países: el comercio internacional de las drogas será inacabable mientras haya un rico país consumidor central (el propio Estados Unidos) al que se pelearán por abastecer los productores o introductores foráneos (Colombia y México, dos ejemplos emblemáticos).
LAS ECONOMÍAS IMPERIAL y de las naciones subalternas se sustentan de manera vigorosa, pero no reconocida, en ingentes cantidades de dinero lavado. En materia política también son instrumento de control imperial los avales, apoyos y planes “conjuntos” o, por el contrario, la descalificación, la desestabilización y el golpeteo a veces políticamente terminal para algunas figuras gobernantes que sean distantes a los intereses de Washington.
EN TAL CONTEXTO puede leerse la evolución narrativa de poderes estadunidenses (mediáticos, empresariales, legislativos y presidenciales) que, en especial a partir de los deplorables sucesos de Matamoros, Tamaulipas, pretenden arrogarse el derecho de intervenir de manera abierta y directa contra cárteles mexicanos en territorio mexicano, incluso mediante las fuerzas armadas del país históricamente invasor y depredador, arguyendo lo que, en estricto sentido, tanto México como Estados Unidos podrían postular mutuamente, pues en esa relación necesariamente simétrica, de espejo, en la operación comercial trasnacional de los estupefacientes, tan peligroso podría ser México para la seguridad nacional de Estados Unidos como esta nación lo ha sido para aquella, y no sólo de ahora o de este siglo, y no sólo en cuestión de drogas, sino de tráfico de armas, y no sólo en cuestión de narcóticos, sino de robo de territorios.
LA ABIERTA PROMOCIÓN de que se entre a México para atacar a cárteles (una invasión) no es una simple pataleta de políticos ignorantes o ansiosos de ganar votos en próximas elecciones estadunidenses) es también un ali-