
11 minute read
J. P. DUCH, CORRESPONSAL
by La Jornada
México se caracteriza por su buena calidad de percusionistas: Diego Rojas
El director de Safa Ensamble presentará mañana el programa Obras de concurso en el Cenart
▲ Las piezas que se tocarán surgieron del certamen nacional de composición que organiza el ensamble (imagen) desde hace cinco años con el apoyo de México en Escena. Foto Cenart
MERRY MACMASTERS
México se caracteriza por tener un muy buen nivel de percusionistas, solistas o en grupo, considera Diego Rojas, director de Safa Ensamble de Percusiones, originaria de Culiacán, Sinaloa, que presentará mañana el programa Obras de concurso en la sala Blas Galindo, del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Es una selección de cuatro obras surgidas del Concurso Nacional de Composición para Cuarteto de Percusión que desde hace un lustro organiza el ensamble gracias a un apoyo de México en Escena-Grupos Artísticos que da el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales. Las piezas son: Fluctuaciones, de Roberto Reyes; Aleación, de Gerardo Meza; Crónica de un viaje chilango, de Éric Estrada, y Minería anubarrada, de Pablo Martínez Teutli. Además de Diego Rojas, Safa está integrado por David Hernández, Alejandro Inda y Edmundo Langner.
Para Rojas, desde hace unos 25 o 30 años, México comenzó “un auge muy fuerte en las percusiones, en todos sus lenguajes: la orquestral, de ensamble, la percusión contemporánea y la afroantillana. Los percusionistas mexicanos y su trabajo gozan de buen prestigio en el mundo”.
La intención del concurso es incentivar entre los compositores “el deseo de componer, específicamente, para cuarteto de percusión”.
En los cinco años de existencia de la competencia se han recibido alrededor de 70 obras. “Nos llama la atención cómo se ha mantenido el interés de los compositores”, apunta Rojas en entrevista.
Después de cada emisión, a Safa le corresponde ejecutar las obras seleccionadas y “mantenerlas presentes en nuestros programas en diferentes lugares; que el público las conozca. A veces las obras se tocan una vez y ahí se quedan. Proponemos tenerlas vigentes en el repertorio y la ejecución”, apunta el músico.
Los intereses de los compositores suelen ser muy variados: “Algunos utilizan las tecnologías, el soporte fijo, el video; otros exploran los instrumentos; incluso, emplean objetos a fin de emitir diferentes sonidos. Hay compositores que utilizan los instrumentos de percusión de forma más tradicional”.
Lenguaje e ideas variadas
La ejecución de instrumentos abarca desde “los más convencionales, como las marimbas, los vibráfonos y los tambores; sin embargo, la pieza que ganó en el concurso del año pasado se toca sobre un tanque de gas. El uso, el lenguaje y las propuestas de los compositores son muy variados”, indica Rojas.
Safa Ensamble de Percusiones celebra en 2022 sus 15 años de existencia. “Nuestro proyecto es muy completo, en la medida que realizamos conciertos formales en festivales de música o de artes escénicas, así como en teatros y auditorios. Cada año, durante el ciclo escolar, realizamos entre 20 y 30 conciertos didácticos en escuelas, desde jardines de niños hasta facultades de las universidades en Sinaloa, también con la idea de formar públicos.
“Además, impartimos conferencias magistrales, cursos y talleres. Casi siempre al lugar donde viajamos para una presentación, si las condiciones lo permiten, realizamos por lo menos una clase magistral. El concurso de composición forma parte de nuestro proyecto.”
En julio es muy probable que salga la convocatoria de la sexta emisión del Concurso Nacional de Composición para Cuarteto de Percusión. Está dirigida a menores de 35 años y las obras deben tener una duración de entre cinco y 10 minutos. Pueden ser con o sin uso de medios electrónicos.
Obras de concurso, con Safa Ensamble de Percusiones, será mañana a las 13:30 horas en la sala Blas Galindo del Cenart (Río Churubusco 79, colonia Country Club).
Mario Lavista, de nuevo
JUAN ARTURO BRENNAN
Los pasados días 24 y 26 de junio se realizaron los dos conciertos correspondientes al último programa de temporada de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN). Ambas sesiones fueron dirigidas por Carlos Miguel Prieto, director artístico de la agrupación, y estuvieron dedicadas a una doble conmemoración: los 75 años del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y, más significativamente, la memoria musical viva del compositor Mario Lavista (1943-2021), y representaron la despedida de Prieto como líder de la orquesta, después de tres lustros de intenso trabajo en su podio.
En 1989, Mario Lavista creó su ópera Aura, basada en el notable texto homónimo de Carlos Fuentes, y logró uno de los hitos más importantes del repertorio operístico mexicano. Ese mismo año, realizó la Paráfrasis de Aura, una compacta reducción orquestal de los materiales centrales de la ópera, logrando también una de las más sólidas partituras sinfónicas mexicanas. La Paráfrasis de Aura, primera obra del programa de la OSN, es una apretada condensación que, como la ópera, empieza y termina con las mismas ideas y sonoridades. A lo largo de la obra, Lavista ofrece al oyente un discurso lento, parsimonioso, contemplativo, uno de cuyos mayores méritos está en su capacidad de combinar una orquestación que en muchos momentos es luminosa e iridiscente, con una expresión que es mayormente oscura e inquietante, como el texto de Fuentes y la ópera misma. Estas cualidades notables de la Paráfrasis de Aura están cimentadas en los magistrales entornos armónicos creados por el compositor, que, si bien son en su mayoría de un perfil inconfundiblemente moderno, por momentos mutan a sutiles referencias más antiguas, enfatizando los perfiles fantasmales e intemporales de la historia narrada. Y, sobre todo, el desarrollo de la música de la Paráfrasis... ocurre en un perpetuo estado de tensión que es, sin duda, uno de sus mayores atractivos.
Después de esta obra de Lavista, Carlos Miguel Prieto y la OSN realizaron el estreno en México de una muy reciente partitura de Gabriela Ortiz, titulada Tzam, dedicada explícitamente a Mario Lavista, maestro y mentor de la compositora, y cuyo estreno absoluto ocurrió apenas el 14 de mayo en Cincinati. Para el inicio de Tzam, la compositora propone un breve episodio en el espíritu de una fanfarria orquestal, de cualidades telúricas (como mucha de su música), para dar paso luego a un desarrollo basado más en líneas fluidas y expresivas que en la volcánica energía rítmica a la que nos tiene acostumbrados. (Ojo: no caer en la trampa de suponer a priori que toda la música de Gabriela Ortiz es baile, ritmo y batucada. Una cuidadosa exploración de su catálogo demostrará cabalmente que no es así.) En este contexto de impulsos motores contrastantes, Tzam es una obra de avance continuo en el que la música nunca es estática y en la que, acaso, es posible percibir ciertas referencias fugaces a gestos, colores y armonías de la música de Lavista. Más allá de que la obra se sustente en buena medida en el discurso fluido ya mencionado, hay en ella algunos episodios turbulentos en los que se perciben variados estados de ánimo; cabe destacar en el desarrollo de Tzam dos expresivos episodios en las cuerdas graves y uno, de aliento más amplio, que se antojaría etiquetar como pos-romántico-moderno. La síntesis de todas estas ideas y expresiones conduce a una coda compacta y energética que guarda una estrecha relación con el material inicial de Tzam. En suma, una obra de gran solidez, realizada con un oficio eficaz y flexible. Ojalá que, en la medida de lo posible, otras orquestas mexicanas puedan incorporar Tzam a su repertorio, por Gabriela Ortiz, por Mario Lavista, y para beneficio del público. Como conclusión de este programa postrero (en muchos sentidos) fue interpretada la Primera sinfonía de Johannes Brahms. (Pregunta técnica: ¿por qué se realizó este concierto sin la concha acústica del Teatro de Bellas Artes?) Para seguir recordando a Mario Lavista de la mejor manera posible, recomiendo enfáticamente la audición de su obra Músicas de cristal, para armónica de cristal y percusiones, cuya espléndida grabación a cargo de Tambuco se puede encontrar en la red.
Confi rman expertos del INAH que la cubierta del Palacio de Palenque estuvo pintada de rojo
DE LA REDACCIÓN
Tras cuatro años de trabajo de campo, un grupo de restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó que la cubierta del centro ceremonial y administrativo de la ciudad de Palenque, en Chiapas, que se conoce como el Palacio, estuvo pintada en color rojo.
De acuerdo con el comunicado emitido por el INAH, al intervenir de manera integral dicha edificación prehispánica, “desde sus cubiertas hasta sus cimientos, los especialistas registraron importantes hallazgos; entre los más recientes, la detección de restos de policromía roja original”.
En 2018, un proyecto conducido por la Secretaría de Cultura federal, por conducto del INAH, con apoyo de la embajada de Estados Unidos, emprendió diversas acciones de conservación en el Palacio, la edificación maya más emblemática de la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, lo que implicó “atender cuatro construcciones que integran el edificio: las denominadas casas B, C, D y E”.
Estos trabajos también permitieron “detectar un antiguo acceso en la cubierta de la Casa D, donde se detectaron los restos de policromía roja original”.
La codirectora del proyecto de Conservación Arquitectónica y de los Acabados Decorativos del Palacio, Haydeé Orea Magaña, junto con el arqueólogo Arnoldo González Cruz, explicaron que la ubicación del fragmento de policromía –el cual mide un metro por 85 centímetros–, fue en el extremo norte de la Casa D, “mientras se retiraba el cemento que le fue colocado en una restauración previa, realizada por el arqueólogo Jorge Acosta, entre los años 60 y 70, cuando se colocó el cemento que lo protegía”.
Según los especialistas, “el rastro de pigmento rojo –producido a partir de óxidos de hierro y de otros minerales–, ha sido nuevamente cubierto con capas de protección y enlucidos de cal y arena, a fin de garantizar su permanencia a futuro.
“De haberlo dejado sin cubrir, el color se habría degradado pronto. Por ello, tomamos la decisión de taparlo y crear una marca que indica la existencia del original, pero que no lo expone ni lo afecta.”

▲ En cuatro años de trabajo de campo, los restauradores registraron importantes hallazgos. En la imagen, el Palacio de Palenque visto desde el Templo de las Inscripciones. Foto Mauricio Marat/cortesía INAH
Italia devuelve a México 30 piezas arqueológicas
AFP ROMA
Las autoridades de Italia devolvieron a México 30 piezas arqueológicas decomisadas por el cuerpo especializado en la protección del patrimonio cultural, entre ellas estatuillas, jarrones y collares de las culturas totonaca, michoacana, coyotlatelco, zapoteca, mixteca y maya.
“Se trata de un gesto concreto de diplomacia cultural”, declaró ayer el ministro de Cultura, Darío Franceschini, tras confirmar el compromiso de Italia para combatir el tráfico ilícito de bienes culturales y “devolver su patrimonio cultural a los países de origen”.
Las piezas, que habían sido incautadas por agentes del Comando de Protección del Patrimonio Cultural del cuerpo de Carabineros en varias regiones de Italia, fueron autenticadas por funcionarios del Museo de las Civilizaciones de Roma y del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
Al acto asistieron el general Teo Luzi, comandante general de los carabineros; el general Roberto Riccardi, del comando para la Protección del Patrimonio Cultural, así como el embajador de México Carlos García de Alba.
Entre las piezas figuran tres estatuillas de terracota pertenecientes a la cultura maya de Campeche (siglos VI-X dC) y a la de Remojadas de Veracruz (siglos III-VII dC).
También piezas de la cultura teotihuacana del altiplano central de México, de los siglos III-VII dC, y de los valles centrales de Oaxaca, de los siglos XI-XVI dC.
Además de figurillas antropomórficas de terracota, arcilla y piedra, fueron devueltos un collar de roca y un jarrón de arcilla con adornos.
Por su parte, las autoridades mexicanas anunciaron la devolución oficial a Italia de los mil 271 documentos que integran el archivo personal del escultor italiano Ettore Ferrari (1845-1929), autor, entre otras cosas, de la estatua de Giordano Bruno que adorna la célebre plaza de Campo dei Fiori en el corazón de Roma.
Respecto del acceso descubierto en la cubierta de la Casa D, el cual mide 75 por 45 centímetros y preserva tres escalones, los arqueólogos piensan que su función fue controlar el ingreso mediante un puesto de vigilancia o, incluso, se plantea que era usada para dar mantenimiento a la cubierta en tiempos prehispánicos.
“La misma medida se tomó para dicho acceso. Se recubrió para evitar que la humedad se filtre hacia el núcleo de la bóveda, y también se dejaron marcas pintadas al fresco que advierten su localización.”
La importancia de esos descubrimientos, apuntaron, “es en primera instancia la confirmación de que las cubiertas del Palacio estuvieron pintadas de rojo, en tanto que el citado acceso lleva a los expertos a replantear los usos dados antiguamente a las techumbres del mismo”.
Como parte de los futuros trabajos, explicó Haydeé Orea, se espera que, “mediante el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), iniciativa creada por el Gobierno de México en el contexto de las obras del Tren Maya, se continúe la intervención o restauración total de la Casa A”.
Por medio de dicho programa, agregó la restauradora, “se renovaron los equipos que monitorean la humedad, la temperatura y las emisiones de dióxido de carbono de cada muro de la tumba de Pakal El Grande, en Palenque”.
También se plantea, concluyó la especialista, “que este año puedan iniciarse acciones de resane y consolidación en los relieves estucados de los ‘nueve señores de la noche’ que rodean la cámara funeraria del gobernante K’inich Janaab’ Pakal, albergada en el Templo de las Inscripciones”.