Nuria y Víctor Revista La Exclusiva de la boda

5 OCTUBRE 2019

La BODA de

NURIA & VÍCTOR TRAS CINCO AÑOS DE NOVIAZO, la pareja dio EL PASO DE FORMALIZAR su RELACIÓN CON SU HIJO MATEO COMO TESTIGO privilegiado Y FRUTO DE SU AMOR.

Cerca de 180 invitados acompañaron a la pareja en la ceremonia celebrada en el Monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo. A continuación, se desplazaron al Cigarral del Ángel Custodio ubicado en la misma localidad donde tuvo lugar el cóctel, banquete y una fiesta posterior inolvidables.

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Sumario

La boda de

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TOLEDO

NURIA & VÍCTOR

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La provincia castellano manchega acogió a la pareja en su puesta de largo, ceremonia y banquete.

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ESPECTACULAR

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LAS ALIANZAS

Nuria se dejó maquillar y peinar por las manos expertas de su gran amiga Carmen.

eran de oro amarillo mate con línea central en brillo. La de la novia llevaba, además, un pequeño diamante.

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ÁNGEL CUSTODIO

En el cigarral más prestigioso de la capital se desarrolló por todo lo alto el cóctel, banquete y fiesta posterior donde todos se lo pasaron en grande.

MIRADAS LLENAS DE FELICIDAD EN COMPAÑÍA DE SU HIJO MATEO, ¡Ya son marido y mujer!

LA EXCLUSIVA DE LA BODA marca registrada por Francisco Antonio Gómez Jiménez. © Copyright Leyenda | Todos los derechos reservados DEPOSITO LEGAL: CO 773-2012. Email: quiero@laexclusivadelaboda.es Edición impresa en Madrid 2019. Prohibida su venta y distribución.

5 OCTUBRE, OLÍAS DEL REY (TOLEDO)

Nuria y Víctor se unieron formalmente en matrimonio el 5 de octubre de 2019. Tenían muy claro que querían para su puesta de largo un lugar familiar donde poder estar todos juntos y disfrutar de su gran día con los suyos cerca de donde se celebraría ceremonia y banquete. Por este motivo, se desplazaron a Olías del Rey, un pequeño municipio de la provincia de Toledo donde vivir de un fin de semana inolvidable. Arropados de 70 personas, entre familiares y amigos, la cena preboda, que se celebró cerca de Zocodover, se alargó más de la cuenta.

Todos se adentraron de lleno en una velada en la que no faltaron las risas. Y es que si algo caracteriza a los novios es su gran sentido del humor, su entusiasmo por la vida y amor incondicional por sus seres queridos.

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TOLEDO EN LA PROVINCIA DE

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LA PUESTA DE LARGO DEL NOVIO La ceremonia empezaría más tarde de lo previsto. Los novios quisieron saborear esta cuenta atrás con sus allegados, exprimiendo al máximo cada momento. Eran las 09:45 horas cuando aparcamos en el número 14 de la calle Gardenias de Olías del Rey, Toledo. A nuestra llegada, el sol brillaba con intensidad siguiendo las predicciones meteorológicas.

El termómetro marcaba a primera hora de la mañana 14 grados. Nuria y Víctor tenían claro que para su boda no querían pasar calor. La primavera tampoco les convencían.

Septiembre era una buena opción, pero, por motivos de agenda, optaron por el mes de octubre para celebrar su enlace.

Los protagonistas nos recibieron en una bonita casa rural en Olías del Rey. Aún en ropa cómoda, ultimaban los detalles junto a sus seres queridos. En la estancia de abajo se prepararía Víctor. En la planta superior, lo haría Nuria.

Aunque compartían casa para la puesta de largo, ambos se vistieron en estancias diferenciadas para cumplir con la tradición. Las escaleras de la casa pronto se convirtieron en un ir y venir de familiares que no se querían perder detalle de este pasaje único.

Mientras Víctor preparaba el desayuno al pequeño Mateo, hijo de la pareja, la novia arrancaba con los preparativos.

Con ayuda de su madre, María del Valle, y la inestimable colaboración de su hermano mellizo, Ricardo, el novio despegó su puesta de largo bajo la atenta mirada de los fotógrafos. Víctor aseguraba sentirse “tranquilo, aunque controlando los tiempos para que todo saliese a la perfección”.

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FELIZ Y

tranquilo

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LA PUESTA DE LARGO DEL NOVIO

chaqué

Víctor tenía preparados en la habitación los complementos y la pieza fundamental de su outfit.

Para su gran día se decantó por un elegante chaqué azul que combinó con una camisa blanca, un chaleco en diferentes tonos azules con rayas, una corbata azul con estampado en tonos oscuros y unos discretos zapatos en azul brillante. “Era la idea que tenía en la cabeza desde un principio y al probármelo tenía la seguridad de que me quedaría perfecto para hoy”. No se equivocó. Estaba imponente con un conjunto que le favorecía y estilizaba a partes iguales.

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La novia no tenía ni idea de su elección así que para ambos, el diseño de vestuario elegido para su boda era una sorpresa a punto de ser desvelada. la exclusiva de la boda

Elegancia J

unto al chaqué, los complementos seleccionados concienzudamente por nuestro protagonista. Remataría el `look` con un precioso reloj, regalo de pedida de Nuria; unos gemelos azules con estampado; y el detalle con más significado: un pin de taekwondo que su padre, Ángel Luis, o “El Zorrita” como era conocido en Cenicientos (Madrid), le pidió que luciese en su boda. Ver este pin sobre la camisa emocionó a la madre de Víctor que no pudo contener las lágrimas. “Mi padre falleció el año pasado. Le hacía ilusión que yo llevase este pin en un día como hoy porque sabía que no iba a poder acompañarnos. Hoy lo llevo en mi corazón. Le echaremos mucho de menos”, nos explicaba Víctor durante su puesta de largo. la exclusiva de la boda

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LA PUESTA DE LARGO DEL NOVIO

U

na vez el novio concluyó con el proceso, tuvimos la oportunidad de inmortalizarlo junto a los suyos, sus imprescindibles: su madre, hermano y cómo no, Mateo que apareció inmaculado con otro elegante chaqué para orgullo de Víctor que no cesaba en carantoñas a su hijo.“Sin ellos no sería quien soy”, nos confesaba.

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Era la cuenta atrás. Víctor parecía ser consciente de que el encuentro con su prometida era cuestión de minutos. “Tengo muchas ganas de verla. Seguro que está guapísima. Si ella lo es, imagínate cómo estará vestida de novia”, sentenciaba. Tras la puesta de largo de Víctor nos desplazamos a la planta superior de la casa rural. Allí se estaba preparando la novia.

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el gran paso A PUNTO DE DAR

Una terraza acristalada en la planta superior de la casa fue el lugar elegido por Nuria para su puesta de largo. La luz natural que entraba por los ventanales que rodeaban la estancia hizo de este espacio el escenario perfecto para la sesión de peluquería y maquillaje. La novia lució un ‘look’ natural. Una piel trabajada con un toque rosado en los labios y cuya atención se centraría en los ojos. El resultado final fue fabuloso. El peinado corrió a cargo de su amiga Carmen, que se mostró muy atenta de principio a fin. Le realizó un recogido bajo trenzado que acompañaría de una preciosa tiara. Instantes previos, Nuria nos dedicaba unos segundos para contarnos como estaba llevando las últimas horas. “Ahora me encuentro un poquito nerviosa porque ya se acerca el momento”, declaraba. Mateo no le quitaba ojo a su madre. El pequeño pudo ser partícipe tanto de la puesta de largo de su madre como de su padre. Solo había que bajar las escaleras, algo que no se le daba nada mal. Durante esta cuenta atrás Mariano, el padrino, atendía muy amable a nuestros micrófonos para asegurarnos que estaba pletórico, ante uno de los días más felices de su vida. “Soy muy afortunado de tener a la familia que tengo. Anoche vivimos una velada mágica y hoy nos queda una jornada inolvidable por delante”, confesaba. Definió a los protagonistas como “diferentes pero compatibles, como tiene que ser”, declaraba. Mientras tanto, sus suegros y su nieto Mario, aguardaban pacientes en la cocina de la casa. “¡Tan a gusto!”, confesaban.

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Vestido

Y COMPLEMENTOS

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l secreto mejor guardado colgaba inmaculado en el patio. Para su gran día, la novia se decantó por un vestido blanco con pedrería y una gran falda blanca de tul muy armada. Lo acompañaría con unos pendientes de diamantes prestados por su madre, una pulsera de diamantes de oro blanco regalo de sus padres y el anillo de pedida en oro blanco con diamante que Víctor le regaló el día que le propuso matrimonio. Terminaría con unos zapatos hechos a medida y diseñados a su gusto por Salo Madrid en color verde esmeralda y tacón

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medio. Antes de su puesta de largo, la novia se tomó el tiempo de vestir con mimo a Mateo. El pequeño se convertiría en cuestión de segundos en todo un hombrecito con su esmoquin y su corbata. En la cabeza de Nuria y en su corazón, su abuela paterna Elena y su amigo Rubén García, “El Piedra” que aunque hoy no podrán acompañarla físicamente seguro que sí en su corazón. “Son dos personas importantes en mi vida que hoy echaremos en falta”, nos comentaba.

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Cuando culminó el proceso, tuvimos ocasión de hablar con la estrella de la jornada “Me veo espectacular ya vestida, muy yo y eso me encanta”. Nuria brilló con un precioso vestido de pedrería y una gran falda blanca de tul.

Sus padres, felices con su nieto de la mano, contemplaban a la novia subrayando las palabras de su hija. “¡Está guapísima!”, decían.

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na vez maquillada y peinada, Nuria se dirigió hasta la terraza de la habitación para terminar de vestirse. Los botones del vestido complicaron la labor y los nervios se apoderaron de la estancia. El tiempo se les había echado encima. Su hermana Marta y su madre Elisa ponían todo su empeño en acabar cuanto antes.Carmen, sin embargo, se encargó de poner el toque de humor: “Es tu día. Si en vez de a las 12:30 horas, llegas a las 13:30 horas no pasa nada”, le decía en un tono tranquilizador. Las tres parecían estilistas. Con mucha profesionalidad, dejaron a la novia con un look final impecable. Durante el proceso no pudieron evitar bromear y emocionarse a partes iguales por todo lo que estaban viviendo.

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A

hora sí, la novia aparecía reluciente en la terraza de la casa. Los piropos no cesaban. No era para menos. A Nuria se le veía radiante a tan solo unos minutos de encontrarse con su futuro marido. Cada uno de sus familiares y amigos que le acompañaban en su puesta de largo quisieron tener una imagen para el recuerdo con la que pronto se convertiría en una mujer casada, con la que en breve comenzaría

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una nueva etapa. Junto a ella, sus padres, abuelos, hermana, cuñado y sobrino Mario. Jose se encargó de darle el biberón mientras Marta atendía a su hermana. Elisa salía de la casa en compañía de sus padres Carmen y Marce que atendían cada sugerencia e indicación sin objeciones. Todos se dirigirían hasta la capital donde tendrían lugar el esperado enlace.

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CEREMONIA: MONASTERIO SAN JUAN DE LOS REYES (TOLEDO)

UN LUGAR LLENO

de encanto

En el exterior de la iglesia, como no podía ser menos, una gran alfombra roja que conducía hasta la puerta principal. A los lados, una composición de tres árboles de laurel con cumbre cilíndrica colocados en cubetas blancas, así como cestillos y faroles de mimbre con eucalipto y paniculata. Para dar la bienvenida a los invitados, un carro vintage con botellas de agua a la entrada que fue muy bien acogido. Para la salida, en este mismo carro, se encontrarían con arroz teñido de verde esmeralda y granate en sacos de yute.

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La ceremonia se enmarcaría en uno de los monumentos cristianos más emblemáticos de Toledo, el Monasterio de San Juan de los Reyes, considerado por muchos uno de los templos góticos más bellos de España. Pasear por el interior de sus muros es empaparse de Historia. Con un claustro único y el silencio y la tranquilidad que se respira, lo convierten en un espacio majestuoso. Sus dos plantas, su abundante vegetación y sus impresionantes artesonados hacen de este lugar un paraíso para los sentidos. Para vestir la Iglesia, los novios se decantaron por hortensias, peonias, eucalipto, paniculata, con variedades de verdes predominando siempre sobre el blanco que se intercalaría con algún ramillete en color vino tinto. En el altar, cuatro centros redondos colocados sobre estructuras de forja, dos a cada lado y dos detrás.

Para los bancos, 16 ramilletes de paniculata en tonos blancos y verdes contrapeados y atados en rafia natural.

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El novio, en compaùía de su madre, aguardaba impaciente en el altar. Llegó al monasterio en un Volvo S80 blanco junto a su hermano Ricardo.

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Llegó el momento L

a ceremonia estaba programada a las 12:30 horas, pero los imprevistos de última hora retrasaron la aparición de la novia que, subida a un BMW 430DA de color negro conducido por su cuñado Jose, hacía acto de presencia con casi una hora de retraso. El novio, muy emocionado, esperaba paciente en el altar la llegada de Nuria. Le acompañaba Mari Valle, su madre y madrina, que lució para la ocasión un precioso vestido largo en color verde de encaje al que sumó un tocado color nude que combinó a la perfección con un bolso del mismo tono. La entrada de ambos fue al paso de “Nubole Bianche” del virtuoso pianista Ludovico Einaudi.

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Y se hizo la magia...

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uria desfilaba radiante y feliz bien sujetada del brazo de Mariano, su padre. Parecía una estrella de cine. La precedía el pequeño Mateo que, muy obediente, portaba un cartel con el que avisaba a los invitados de que su madre había llegado: “Papi, aquí viene mami”, rezaba el letrero. Fueron sus pasos los que guiaron a la novia hacia el altar. Estaba guapísima, tenía un brillo especial en sus ojos. Caminaba con solemnidad al ritmo de la banda sonora de “Juego de Tronos”, la marcha nupcial elegida por la novia para vivir este instante único. Víctor, acompañado por Mari Valle a los pies del altar, no podía dejar de mirarla. El padre de la novia estaba ideal con un elegante chaqué clásico con chaleco y corbata en plata. La ocasión lo requería y, además, él era el padrino.

El “Cuarteto de cuerdas Suites” se encargó de poner música en directo a la ceremonia con su dulce melodía, suaves acordes y voz angelical de la soprano.

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La novia llegó acompañada por su padre Mariano y su pequeño Mateo. A su llegada, la esperaban su hermana Marta y su amiga Carmen. Ambas vivieron con Nuria su puesta de largo y los contratiempos que, juntas, supieron solucionar intentando mantener los nervios para que todo saliese según lo previsto. Fueron ellas, también, las encargadas de recibir a la novia a las puertas del Monasterio para colocarle perfectamente el vestido antes de que comenzase a desfilar por la alfombra roja que la guiaría al altar.

La novia avanzaba feliz mientras los invitados la miraban emocionados sin perder detalle. Nuria parecía impaciente por encontrarse con Víctor que contemplaba cada paso con una sonrisa de oreja a oreja. De hecho su encuentro fue el momento más especial para el novio según nos confesó al término de la ceremonia. “Verla aparecer, tan guapa, con la música, mi hijo y toda la gente en pie me ha emocionado”.

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Palabras llenas de emoción

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a ceremonia arrancaba a las 13.30 horas. Nuria llegaba al altar muy sonriente, aunque preocupada por su retraso. “Me temía que Víctor estuviera enfadado”, nos confesaría después. Primero se acercó a su prometido con un caluroso gesto símbolo del cariño y el respeto que se tienen el uno al otro. Tras ello, saludó calurosamente a Mari Valle, madrina del enlace. Elisa, la madre de la novia, acomodó con ahínco el vestido de Nuria para que luciese a la perfección tras acomodarse en su asiento. El primero en leer fue Ricardo, hermano de Víctor. Le precedió Marta, hermana de Nuria, que recitó la carta del Apóstol Santiago a los Corintios. Tras las lecturas, llegó el turno musical.

El cuarteto interpretó el “Aleluya” de Leonard Cohen.

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La temperatura en el interior era muy agradable.

Contrarrestaba con el calor de la calle en un día otoñal, plenamente soleado, que a primera hora de la tarde ya alcanzaba los 30 grados.

Pese al retraso, el sacerdote se mostró muy agradable. La homilía fue muy amena y el párroco incluso añadió tintes de humor que la hicieron muy personal y con los que consiguió arrancar las carcajadas de los presentes.

Todos los invitados estuvieron muy atentos a los novios durante el desarrollo del ritual. Ninguno quiso perderse detalle alguno de todo cuanto estuviera sucediendo. Hubo quienes, incluso, no pudieron contener las lágrimas de emoción por los novios, especialmente el tío Marce, cuya conexión y cariño por la novia saltaba a la vista. .

El sacerdote, Fray Víctor Manuel, llevó a cabo una ceremonia ágil, amena e incluso divertida. Todos los invitados coincidieron en halagar el buen hacer del párroco.

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Las alianzas

Unidos para siempre

Las alianzas eran delicadas, de oro amarillo mate combinadas con una raya de oro amarillo en brillo.

La de Nuria contaba además con un diamante. Las arras eran 13 moneditas que les había prestado Tania, compañera de trabajo de Nuria en el Hospital de Torrejón. Mateo fue el encargado de portar las arras y, también, de acercar las alianzas al altar con la BSO de “Forrest Gump”.

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V

íctor y Nuria se pusieron en pie para recibir y leer los votos matrimoniales, un paso que sellaba el profundo amor que se tienen y que no ha parado de crecer desde que se formalizaron su relación hace cinco años. Un rotundo “Sí, quiero” salió de los labios de Víctor. La novia, tras su discurso, también respondió afirmativamente y sin contemplaciones. Los novios eligieron el “Aria de la Suite nº3”, de Bach como BSO de su Consagración.

El compromiso de los contrayentes dio paso a un símbolo que se convertirán en el recuerdo más especial de su unión: las alianzas. El encargado de acercar los anillos al altar fue el pequeño Mateo que se comportó como un hombrecito. Siguiendo la tradición, la pareja se entregó mutuamente los anillos, símbolo de su unión matrimonial que se colocarían delicadamente en el dedo anular. Tras las alianzas, llegaron las arras. 13 monedas que en una delicada cesta el hijo de la pareja acercó al altar.

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Para la Comunión y Paz se escuchó el “Canon de Pachelbel” y Lascia Ch´io Pianga, respectivamente.

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PETICIONES Y MÚSICA CELESTIAL DURANTE LA CEREMONIA

No faltaron tampoco las peticiones que fueron adjudicadas a Néstor, Carmen, Guille, Patri, Andrés, amigos de la pareja, así como el tío Marce, figura relevante en la vida de la novia. El “Ave María” de Schubert acompañó este instante único que dio paso a la Comunión y Bendición de los contrayentes, un acto solemne en el que participaron padrinos y gran parte de los asistentes.

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Testigos

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l término de la ceremonia, los novios firmaron los documentos oficiales para dejar constancia y formalizar de esta manera el enlace. Nuria y Víctor posaron sonrientes ante nuestras cámaras mientras procedían a estampar sus rúbricas en los impresos correspondientes.

Junto a ellos, procedieron los padrinos, Mariano y María del Valle. así como los testigos de la ceremonia: Víctor Sánchez, amigo de Víctor, y Carmen Casado, íntima e inseparable amiga de Nuria. Los seis hicieron lo propio dando fe de lo que acababa de ocurrir. Aunque en principio no estaba previsto, Marta y Jose se sumaron encantados a este pasaje. Las dos hermanas se sienten muy unidas y la relación entre los cuñados es muy estrecha por lo que su intervención era indiscutible.

La BSO de “Braveheart” y de “La vida es bella” se escuchaba en este momento.

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Los vítores y una incesante lluvia de arroz y pétalos de rosas que repartieron Carmen, Ricardo y Marta, recibieron a los recién casados que, muy sonrientes y agarrados de la mano, fueron saludando a todos los que no dudaron en desplazarse hasta Toledo para compartir con ellos este día tan especial. Una traca de petardos lanzada por los amigos de los novios puso el broche de oro a la ceremonia. Se trataba de Pablo y Alberto, amigos de Nuria de Alcázar de San Juan, así como José, amigo de la universidad. Una clausurá que culminó con un guiño de humor de Víctor: “Ya nos hemos casado. ¡Vamos a lo que vamos!”, decía sonriente a los presentes. No tardaron en llegar los abrazos de amigos y familiares que se acercaron a felicitar a la pareja.

Arroz y pétalos

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ntes de la salida, despegaban las primeras fotos oficiales en el altar con los protagonistas, en grupo o por separado, sin poder disimular la felicidad que estaban viviendo al ver a Nuria y Víctor sellar su noviazgo con una intensa y bonita historia de amor. Sonaba “Viva la vida”, de Coldplay, cuando desfilaron al exterior. Eran las 14.30 horas. Víctor y Nuria aparecieron por el umbral cubriendo sus ojos para protegerse del arroz y pétalos pero no había escudo posible porque los granos llegaban desde cualquier ángulo.

Después de las felicitaciones de amigos y familiares, se prestaron encantados a posar para nuestro fotógrafo. Sería su primera sesión oficial de fotos como marido y mujer.

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Tras la ceremonia, familiares y amigos tomaron rumbo al Cigarral del Santo Ángel Custodio.

Allí les esperaba un maravilloso cóctel que disfrutarían mientras los novios acudían a la sesión fotográfica. Ambos quisieron plasmar su amor en este maravilloso paraje. Unas románticas y divertidas fotografías en las que se captaba a la perfección la complicidad entre los novios y la pasión que tienen por su hijo Mateo. La sesión finalizó en la piscina, un precioso enclave rodeado de naturaleza con el que los novios cerraron el reportaje gráfico.

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Una familia UNIDA Y FELIZ Nuria y Víctor se conocieron en el Hospital de Torrejón de Ardoz en 2012. Allí se cruzaron un par de veces, pero su historia no comenzaría a escribirse hasta dos años más tarde. Gracias a Facebook y un `me gusta` en una foto compartida por Yanire, una amiga en común, Nuria se armó de valor. Ya le tenía echado el ojo y no se cortó en enviarle una petición de amistad. Él aceptó y respondió con un mensaje. Interpretó el gesto de Nuria como una declaración de intenciones que no quiso desaprovechar. Este fue el punto de partida de una conversación que derivó en llamadas de teléfono. En menos de un mes, Víctor estaba recogiendo a Nuria cerca de su casa para disfrutar de una maravillosa velada en el restaurante “Lateral” de Arturo Soria. La cena derivó en unas copas en la azotea del Hotel Puerta América y, tal fue la complicidad entre ellos, que terminaron la noche bailando en Serrano 41. Ese día se besaron y desde entonces no han vuelto a separarse. “Le hice un truco de magia que consistía en cerrar los ojos y poder robarle un beso. Nuria se quedó sorprendida pero le gustó”, narra entre risas Víctor.

Tras ese día se organizaron para pasar un maravilloso verano juntos en el que viajaron a Santillana del Mar. “Fuimos por el cumple de Nuria. Allí le hice una sorpresa, un video muy bonitó que acabó con dos anillos de oro blanco, uno para cada uno. Le aseguré que quería ser su media naranja. Ella me lo pidió en mi cumple, un mes antes”, explica el novio. Todo fue muy rápido, tanto que antes de su primer aniversario ya estaban viviendo juntos. Su casa pronto se convirtió en un hogar al que bautizaron NURENVIC, la fusión de sus nombres. A los dos años de relación, Nuria se quedó embarazada y el 31 de octubre de 2015 llegó Mateo, el rey de la casa y fruto de su amor.

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“Nuria es buena persona, dulce y se preocupa mucho por los demĂĄs.

Es cabezona y tiene mucho nervio. Salta a la primera y, a veces, me provoca dolor de cabeza pero no podrĂ­a vivir sin ella.

Es una madraza.

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PEDIDA DE MANO

Nuria y Víctor son una pareja de aventureros y almas viajeras. En una de sus escapadas aconteció un capítulo imborrable en sus vidas. La ciudad de Praga fue testigo de la pedida de mano hace algo más de un año, en abril 2018.

Sucedió en una preciosa noche en la que fueron a cenar al restaurante de “U Fleku”. Tras la velada, comenzaron a pasear hasta llegar al puente de Carlos IV. Allí Víctor sacó una carta del bolsillo e inclinó rodilla. Al final del recital, le mostró el anillo de oro blanco y diamante para formularle formalmente la petición a Nuria que no pudo contener las lágrimas durante la lectura. Víctor tenía claro que era el momento perfecto. Nuria quería casarse antes de ser madre pero con el fallecimiento de Ángel Luis lo pospusieron. Desde ese día de Praga, aseguran, todo han sido preparativos. Ahora que ya están casados planean aumentar la familia. “¡A por la niña!”, nos decían.

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Él es más cabezón que yo, súper trabajador, súper buena persona, muy familiar, pendiente de sus amigos, cariñoso y atento para que no le falte nada a nadie. Hace mucho el tonto, estamos siempre de risas pero es un padrazo. Rapea bien, es un poco despistado y tiene mucho genio pero a pesar de todo le quiero mucho.

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Nuria & Víctor Ellos son Nuria Avilés García (31) y Víctor Concejal Pato (31). Ella es de Madrid. Él, natural de Colmenar Viejo. Ambos residen en Alcobendas y lo seguirán haciendo tras la boda en la bonita casa que comparten desde hace cuatro años. Nuria es técnico en radiodiagnóstico en el Hospital Ramón y Cajal. Víctor, enfermero en SUMMA 112 y profesor de enfermería en la Universidad Rey Juan Carlos. La pasión por la sanidad está presente, día a día, en sus vidas.

Todos quienes los conocen dicen que se complementan a la perfección. Ellos están de acuerdo. Su unión sigue intacta y con la misma fuerza con respecto al día que inciaron su vida juntos.

Ambos, dicen, se aportan “estabilidad, familia, dolores de cabeza y tranquilidad”.

Son amigos, amantes pero sobre todo, compañeros de vida que se entienden a la perfección sin apenas mediar palabra. Sus miradas lo dicen todo. Están hechos el uno para el otro. Ahora miran al futuro con optimismo. Es infinito, como lo que sienten el uno por el otro y por su hijo Mateo, un niño que crece feliz rodeado del cariño de sus padres, abuelos y de todos los familiares. “¡Es el primer nieto, así que podéis imaginaos!”, nos comentaban. la exclusiva de la boda

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El cóctel

A tan solo unos minutos del Monasterio de San Juan de los Reyes se encuentra el Cigarral del Ángel Custodio, una finca toledana de cinco hectáreas repletas de jardines, paseos arbolados, fuentes, plazas, terrazas, ermita propia y unas impresionantes vistas de Toledo a orillas del río Tajo. Complacer los gustos y necesidades de cada pareja con una atención única y personalizada es la filosofía de su restaurante. Al mando de sus fogones, Iván Cerdeño, único cocinero de la tierra en lograr una estrella Michelín. El reputado chef lidera el proyecto gastronómico en este idílico paraje. Su técnica, sabor y estética hacen de la suya una cocina sólida, de raíz, refinada y con mucho gusto.

El cóctel, amplio y variado, contó con hasta dos cortadores de jamón.

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A las 15:30 horas, junto al pequeño Mateo, los novios accedían al complejo al ritmo de “Madre Tierra”, de Chayanne. Juntos, la familia hizo gala de la entrañable relación que les une con una divertida coreografía. Una sorpresa que dejó estupefactos a los presentes, que muy cómplices y emocionados, decidieron seguir los pasos del baile. La suya fue una entrada triunfal que acabó con un romántico beso con Mateo a hombros de su padre.

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os asistentes ya tenían ganas de degustar los deliciosos aperitivos y tomarse algo refrescante que les aliviara el calor y los nervios de la celebración.Tras la sesión de fotos, Nuria y Víctor se unieron a los invitados, que los esperaban con los brazos abiertos. Estaban felices y eufóricos por cómo había transcurrido la ceremonia. Ahora, tan sólo quedaba disfrutar por todo lo alto en compañía de los suyos.

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ran cerca de 180 invitados llegados desde Madrid, Plasencia-Valdeobispo (Extremadura), Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y Murcia. Mientras los asistentes degustaban unos exquisitos aperitivos. Mari Valle nos contaba estar encantada ante tantos momentos bonitos vividos durante la jornada. “Ver a mi hijo casado no tiene precio.

Hacen una pareja maravillosa y tienen un hijo que es para comérselo”. Ricardo hablaba de emociones encontradas. “La ausencia de mi padre nos ha unido más que nunca. Nuria es la mejor cuñada que podía tener”.

Los amigos del novio de Colmenar Viejo como César, Guille y Néstor se quejaban en tono jocoso por la escasa comida y se mostraban impaciencientes por que diese comienzo la barra libre. Fuera de la “queja”, recordaban algunas anécdotas como cuando regresaban juntos del instituto. “Víctor hace mucho el tonto y Nuria lo aguanta. No puede pedir más”.

“Queríamos agradecer a Víctor la diversión continua en nuestros viajes por Alameda, Bruselas, Madrid, Benidorm, Conil, Lisboa y otras muchas ciudades que no se pueden enumerar. Pese, y por esos momentos, los queremos mucho. Es el mejor”.

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El claustro se convirtió en el eje central fotográfico durante el cóctel. Por él desfilaron la mayoría de los invitado que se encontraban muy felices por la pareja que se acababa de dar el “sí quiero”. Con ellos quisieron inmortalizar el momento. Sobre estas líneas, la novia con su amiga Rosi.

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UNOS NOVIOS MUY QUERIDOS

Samu amigo de toda la vida de Víctor, quiso desearles toda la felicidad en esta nueva etapa. “Que sigan con la misma fuerza y energía que les caracteriza”.

Carmen, madre de Omar, amigo íntimo de Víctor, alababa la figura del novio. “Siempre ha sido un crack. En la guardería, cuando todos aprendían una frase, él recitaba todo el libro. Tienen una memoria prodigiosa”.

Marta, hermana de Nuria, decía haber pasado por todos los estados de ánimo.

“Contenta, nerviosa, cansada pero ya disfrutando”. Jose definió a Víctor como trabajador, responsable y divertido.

“Se quieren mucho y hacen una pareja maravillosa”, confesaban al unísono.

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Durante el cóctel, continuamos hablando con algunos de los familiares de los protagonistas. Fue el turno de Elisa, madre de Nuria que, a pesar de su afonía, quiso poner en valor la bonita relación que tienen los novios y la preciosa familia que habían formado. “Estoy muy emocionada porque es mi segunda y última hija en casarse. Hacen muy buena pareja. Son felices, se quieren mucho y tienen un niño precioso. La ceremonia ha sido fantástica y el párroco ha estado genial.

La ha hecho muy amena”, aseguraba.

Los amigos de la pareja de Alcobendas y San Sebastián recordaban cómo Víctor les comunicó que iba a ser padre. “Él nos entrenaba y en el descanso del partido nos enseñó la ecografía. Nos alegramos muchos por él pero eso no consiguió que remontáremos. Perdimos igualmente”, nos decía entre risas Chema junto a Jaime, Diego, Cristian, Cristina y María.

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José y Pilar, padres de Carmen, nos contaban que estaban viviendo el día con mucha ilusión. “La conocemos desde pequeña, es como una hija más. Las dos han sido muy rebeldes, muy cabras locas. Han hecho muchas trastadas pero se las perdonamos todas. Es muy especial para nosotros verla tan feliz”. Por su parte, Rosi, amiga de Nuria afirmaba estar pasándoselo en grande, “como en los viejos tiempos en el pueblo”. Así mismo manifestaba no haber visto nunca a una pareja tan auténtica como la de los protagonistas.

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Banquete

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A las 16:30 horas, y tras las fotos de rigor de los novios con todos los invitados, los asistentes empezaron a entrar en el salón para buscar su ubicación, que quedaba explícita en un enorme “seating plan” compuesto por un precioso mural con una ilustración divertida simulando a la familia. A los pies, una pizarra: “Gracias por estar aquí”, rezaba el mensaje.

Los familiares y amigos fueron accediendo de manera ordenada al salón. Todo estaba pensado.

El espacio con vistas panorámicas a la ciudad de Toledo quedaba dividido en 16 mesas redondas donde, según lo previsto, se sentarían los comensales.

Las mesas estaban vestidas con una mantelería fina.

Se alternaban manteles trapeados y lisos guiados por colores otoñales. Los centros florales continuaban con las tonalidades del ramo de la novia: uno alto para el mantel estampado y un centro bajo para los manteles lisos.

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ENTRADA TRIUNFAL A las 16:45 horas, los novios entraron al salón con vistas panorámicas y acondicionado para la ocasión. Lo hicieron sonrientes, con mucho ritmo y acompañados de su inseparable Mateo.

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Su aparición se retrasó un poco porque los novios quisieron esperar a que todos los invitados estuvieran perfectamente ubicados para acceder al restaurante. Muy divertidos, y al ritmo del mítico “Mambo nº5” de Lou Bega, volvieron a sorprender a los presentes con su entrada. El primero en aparecer, Víctor, silbato en mano, llamando la atención de los presentes que le siguieron con palmadas que sirvieron para la presentación de su mujer e hijo. Juntos, bailando, con unas chaquetas vaqueras personalizadas para la ocasión, los novios se pasearon mesa por mesa para saludar a todos los invitados y agradecerles su compañía en un día tan especial. la exclusiva de la boda

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D

urante el banquete no hubo tiempo para el aburrimiento ni para dejar de degustar las recetas de altura que los novios habían elegido. En primer lugar, a las cinco menos cuarto y con la emoción a flor de piel, todos se acomodaron en sus puestos para saborear el entrante que consistió en una sopa fría de almendras, coco, atún, sandía 58

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y sésamo negro. De primero, balacao asado sobre una cama de espinacas y pasas con ali oli de miel. Y, de segundo, un tierno timbal de cordero acompañado de cebolletas asadas con romesco.

El menú se cerró con un fino postre de yogur, pasión y frutos rojos. Los novios cuidaron a la perfección todos los detalles.

Sobre cada plato, un “marcasitio” personalizado en madera con el nombre de cada invitado. Además, sobre el plato donde se ubicarían cada una de las amigas de Nuria, una rosa blanca y chupetes para las embarazadas. A esta pareja, en detalles, no les gana nadie.

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Los invitados, llegados desde distintos puntos de la geografía española, estaban tan entregados como la pareja. No solo era un día importante para nuestros protagonistas, también para los 180 asistentes congregados que ya se preparaban para disfrutar de un menú a la altura de los paladares más exigentes. Mariano, con sonrisa omnipresente, no dudó en levantarse de la mesa presidencial para saludar a los más próximos. Ni los novios ni sus invitados aguantaron mucho tiempo sentados en sus mesas y, casi desde el comienzo, el salón fue un ir y venir de personas. Las ganas de fiesta eran casi mayores que las de comer. la exclusiva de la boda 61

Los más pequeños también recibieron su detalle aunque Mario, el hijo de Jose y Marta, cayó rendido durante el banquete por lo que los novios hicieron entrega de la foto con un marco muy especial a sus padres.

El turno llegó entonces para Mateo. El hombrecito de la pareja había decidido ausentarse, pero gracias a la colaboración de todos los invitados, que movidos por sus padres se pusieron a corear su nombre, el pequeño hizo acto de presencia. Tímido, fue en busca de sus padres, que le recibieron regalo en mano.

Un precioso momento que se selló al grito de todos los presentes: “¡Viva Mateo!”, decían.

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os novios no dudaron en sorprender a sus más allegados. Un acto de agradecimiento con el que Nuria y Víctor quisieron recordarles lo mucho que significaban para ellos. Los padres, hermanos y tíos recibieron un marco con mensaje (“Gracias por tanto”) que portaba una foto entrañable junto a ellos.

Empezaron por las madres de la novia.

Con Mari Valle, la madrina, vivimos un momento muy emotivo y especial que hizo brotar las primeras lágrimas del banquete. La entrega siguió con los tíos para terminar con los hermanos.

Primero, con Marta. Después, le llegaría el turno a Ricardo y cómo no, a los abuelos, Carmen, Marce y Manolo, en este caso con dos frondosos y coloridos “bouquets”. Todos se mostraron muy agradecidos con el gesto.

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P

asadas las 18:30 horas, la novia hizo entrega del ramo.

Muy bailarines, Nuria y Víctor fueron a la búsqueda de Carmen. Rodearon mesa por mesa hasta su encuentro y, entonces, se hizo la magia. Carmen es la mejor amiga de Nuria, son inseparables. 26 años de amistad así lo demuestran. Han compartido momentos especiales, buenos y malos y también han sido infinitas las veces que se habían imaginado este instante. Por fin el día había llegado. Nuria le hizo entrega del ramo de novia y Carmen lo recibió muy emocionada. Juntas, se fundieron en un abrazo al son de los aplausos de todos los presentes.

sorpresas UNA VELADA LLENA DE

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Oda, oda, oda...

Mariano, padre de la novia, nos había explicado que él solía preparar una oda para los momentos especiales. Una oda, bromeaba, que siempre terminaba de la misma forma: “Oda, oda, oda. Quien pudiendo oírla no la haya oído, que se oda”. Este fue, precisamente, el inicio de un discurso que se transformó en prosa para hacer una semblanza a su hija. Un precioso texto en el que no faltaron guiños a la familia y, por supuesto, al novio. “Quiero agradecer a todos los amigos y familiares que estáis aquí para acompañarnos en este feliz día que estoy seguro disfrutaremos”, arrancaba. “Disfrutemos este momento entre amigos para incorporarlo en nuestros discos duros y en la carpeta del recuerdo, por si algún día tuviéramos que hacer una semblanza. Felicidades y muchas gracias. Vuestros padres, con cariño”, cerraba.

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“Un poquito más mayor se ha hecho Nuria, la pequeña de mis tres cariños. Elisa, Marta y Nuria, aunque van aumentando afortunadamente; El último es Mario (cuatro meses). Gracias a ti también Jose por la importante parte que te corresponde.

Nuria: Risas y exquisitas formas en tu comportamiento; indisciplina positiva, puro nervio, defensora de la legalidad a ultranza, genio y figura….impuntual por convicción aunque hoy te hayas superado en la llegada a la ceremonia. Amiga de tus amigos, de rotundas maneras y meditada templanza, planificadora y estratega; una líder que persigue sus ideas con constancia inmisericorde.

A grandes rasgos, esta es tu semblanza Nuria. Las semblanzas tropiezan con la identidad. La semblanza es ajena, es de otro, y la identidad es propia. La semblanza tiene el espejo de quien la hace, y provoca que nos miremos en el para ver si reconocemos las arrugas del alma. ¡Qué importante es que nos hagan una semblanza cuando estamos vivos!, que diga realidades, cosas positivas y negativas; alguna alabanza también porque rejuvenece el espíritu, y cuando esto sucede siempre hay que decir (según el manual de las buenas costumbres) ¡Es exagerado e inmerecido!. ¿A quién no le agrada una alabanza? La vida enseña que de una agresión es posible defenderse, pero de una alabanza, es imposible.

Las semblanzas no se compran en Amazón, ni están en afamados escaparates; son patrimonio del recuerdo de cada uno de nosotros, están en nuestro disco duro. Cuando terminemos esta celebración, a más de uno nos gustaría tener nuestra propia semblanza, ¡no vamos a ser menos!.

Los sanitarios, como vosotros dos y como otros tantos aquí presentes, sabéis que las radiografías no ocultan la verdad y Nuria y Víctor han acertado como pareja. No son almas gemelas pero son perfectamente complementarias.

Víctor, incansable trabajador (edad tiene para ello); disciplinado en sus cometidos, sabedor de lo que interesa a el y a su familia, aprendiz constante de todo, con alguna deriva causada por un mal viento que pasa y con profundas convicciones aunque con el tiempo ha ido aprendiendo que un buen vino tinto es para disfrutarlo; atento y servicial por vocación. Que voy a decir de quien nos ha convocado hoy aquí, Mateo, un amor lleno de alegría para todos y vitalidad en su pura esencia; tiene a quien parecerse, y para Mateo, mi cuarto cariño en la línea de sucesión directa, pido que Dios le proteja y cuide en su vida.Hoy la radiografía del sanitario se ha transformado en semblanza de los tres protagonistas”, leyó el padrino. Un fuerte aplauso inundó la sala. No era para menos. El discurso había sido más que emocionante.

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Antes del postre, Margarita, Angélica y Mayte se dispusieron a repartir los recordatorios. Este momento fue aprovechado por el matrimonio para conocer la opinión de los asistentes sobre los platos que estaban degustando. “¡Todo está delicioso!”, exclamaban algunos.

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EMOCIÓN

El discurso de Mariano abrió la veda. Tras él, llegó el turno de Carmen y Patri, amigas inseparables de Nuria desde la infancia. Juntas, pronunciaron unas bonitas palabras en las que hicieron gala de una indestructible amistad y en las que tampoco faltó alguna que otra anécdota. La ronda de discursos se cerró con unas emotivas palabras de Víctor. El novio, quiso dedicarle unos versos a su familia, esa que junto a Nuria habían formado. Y recordó con cariño a su padre, que no pudo estar presente en su gran día. Estaba muy emocionado y aún con la voz rota, le brindó un homenaje. La vida decidió llevárselo antes de tiempo, pero estuvo muy presente en sus corazones durante toda la celebración.

El pequeño Mateo, también tuvo su momento con el micro. Su abuelo, el maestro, le condujo a ello.

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Nurenvic

El recuerdo de este día para los invitados estaba expuesto junto a los cubiertos de cada comensal. Se trataba de una cerveza artesanal de la firma “LYBSpain” y con una marca en su etiqueta que resultaba bastante familiar a todos, “Nurenvic”. El sello de la invitación de boda llevaba esta misma marca, el de la fusión de los nombres de la pareja que representa a la perfección el espíritu de la misma. “No nos pueden hacer mejor regalo que este”, decían. Muchos no se atrevían a abrirla, otros no lo dudaron, como tampoco dudó Víctor en acercarse a la mesa de amigos para compartir su felicidad con cánticos que forman parte de todos ellos. El banquete se cerró al igual que comenzó: entre vítores.

Y, entonces, llegó la esperada fiesta.

Los invitados fueron abandonando el salón de manera ordenada.

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ABRIENDO EL

Baile Con todos los invitados observándolos y fotografiándolos en la zona de baile habilitada, Nuria y Víctor demostraron, en compañía de los suyos, su amor y su gran sentido del humor.

Al término del baile nupcial se sumaron los padres del matrimonio, sin duda, el broche de oro. Fue entonces cuando les rodearon familiares y amigos con el que les demostraron todo su cariño.

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T

ras tanto comer, beber y reír ahora tocaba ¡¡bailar!!

Pero primero les tocó a ellos, evidentemente, a nuestros protagonistas, que dejaron a todos los presentes boquiabiertos con el baile de apertura que habían preparado.

El baile no comenzó hasta las 20:20 horas. Víctor esperaba ansioso a Nuria en el centro de la pista. La novia hacía acto de presencia agarrada del brazo de su primo David, que con su saxofón puso la nota musical con una brillante interpretación del clásico “Careless Whisper”, de George Michael. Para el baile, Nuria se había despojado de la falda de tul para lucir al completo un precioso vestido lencero ajustado. Cambió los pendientes a unos largos y finos, y se deshizo del recogido para soltar una larga melena ondulada sujeta por dos delicadas horquillas de perlas a los lados. Víctor estaba impresionado, no sabía nada y no le quitaba el ojo. No era para menos, estaba preciosa. Ambos despuntaron durante el baile nupcial.

Hicieron un mix, ya que tras el primer tema sonó “Mi persona favorita”, de Alejandro Sanz. Fue una romántica coreografía que terminaron con un apasionado beso bajo el aplauso de todos. “Lo hemos preparando con esmero. Nada podía salir mal”, nos contaba Víctor. la exclusiva de la boda

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Diversiรณn

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U

nas escaleras guiaban a los invitados a la parte superior del restaurante donde todo estaba listo para la fiesta. Allí, el DJ amenizó con su música el momento más esperado de la noche. La barra libre estaba en marcha con un tráfico incesante de invitados con ganas de refrescarse. En tan sólo una hora comenzaría la recena para aquellos que, con el baile, les apretara el hambre de nuevo.

También silbatos y caretas para hacer la fiesta aún más divertida.

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M

arta y Ricardo no quisieron dejar pasar la oportunidad de recordar a sus hermanos lo mucho que significan en sus vidas. Para ello prepararon un vídeo repleto de momentos especiales con el que consiguieron sorprenderles.

De una enorme pantalla, y narrado con voz en off, el montaje empezó con unas palabras de Marta: “Nuria es un terremoto, buena persona, dicharachera, simpática. Nuria es divertida, amiga de sus amigas y, sobre todo, una charlatana, muy charlatana. Nuria es mi hermana pequeña, y aunque nunca se lo digo, la quiero mucho”. Tampoco faltó el mensaje de Ricardo: “Víctor es único: currante, padre, amigo, divertido, espontáneo, guerrero, y, también, algo cabezón. Pero sin duda, en lo que más destaca, es en ser el mejor hermano del mundo”.

El mensaje final era compartido: “Que seáis muy felices. ¡Viva los novios!” y ¡Que comience la fiesta!”.

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A

hora sí, tras tantas emociones y sentimientos compartidos, los novios dieron rienda suelta a la diversión hasta bien avanzada la noche. Conseguimos alejar de la música a Fernando, Isabel y Álvaro, tíos y primos del novio, para que nos hablasen sobre cómo habían vivido la jornada. “Es un día muy deseado. Hacen una pareja maravillosa y les deseamos todo lo mejor del mundo. Víctor es muy dicharachero y alegre y Nuria es una maravilla de mujer. La ausencia de Ángel nos ha dado momentos cargados de emoción. El lugar que han elegido para casarse y la celebración han superado todas las expectativas.

Las vistas que tenemos hoy aquí, de noche y de día no se pueden superar”, nos contaban.

La noche estaba muy animada con canciones que llenaban la pista de baile de alegría y júbilo. Los recién casado disfrutaron enormemente de una jornada cargada de sorpresas y de momentos emocionantes e inolvidables sabedores que en breve les aguardaba su viaje de amor más que merecido por Japón y Maldivas, escenarios de ensueño donde vivir con pasión su luna de miel. Antes de marcharnos, pudimos conversar con los novios. Ambos hicieron un balance más que positivo de lo vivido hasta el momento. “No podemos ser más felices al ver a toda nuestra gente pasarlo bien y con una sonrisa plena”, decían.

Os lo merecéis. Desde el equipo de Exclusiva os deseamos todo lo mejor.

¡Sed muy felices! la exclusiva de la boda

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HE END.

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Te lo contamos todo.

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