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MICE. Los incentivos y la nueva normalidad

MICE Incentivos y nueva normalidad: nada se pierde, todo se transforma

Adaptados a los nuevos desafíos, los viajes de incentivo se aprestan a despegar. Ya se percibe una reciente demanda para eventos presenciales para 2021 y 2022.

Si buscamos la definición de incentivo, veremos que es un premio o gratificación económica que se le ofrece o entrega a una persona para que trabaje más o consiga un mejor resultado en determinada acción o actividad. En Argentina venimos trabajando hace muchos años en los viajes de incentivo, pues se han convertido en una herramienta motivacional de gran importancia para las empresas. El viaje, con respecto a otros premios, cuenta con el atractivo especial de abrir las puertas a nuevos destinos y culturas. Reunido recientemente con colegas de distintos países en una actividad que desarrollamos junto a AHT y SITE –e intercambiando experiencias sobre éste y otros temas– pensaba cómo nos estamos adaptando a esta nueva normalidad que nos toca atravesar. Así fue que se me ocurrió volcar sobre la mesa y sin demasiado

preámbulo la siguiente pregunta: ¿los viajes seguirán considerándose un premio? La consulta al principio generó cierto revuelo, pero detrás vino una respuesta contundente y unánime: SÍ, los sistemas de premiación seguirán siendo un diferencial como antes del Covid-19. Seguramente y por un tiempo deberemos adecuarnos a las nuevas tendencias, necesidades y preferencias de los viajeros, pero el concepto de premiación se mantendrá intacto. La actual normalidad va a transformar la dinámica en el presente y en el corto plazo. Principalmente por la implementación de protocolos y normas que van a afectar la manera en la que se llevan a cabo los incentivos. Además, hay que tener en cuenta las diversas instituciones e industrias que participan. LOS NUEVOS DESAFÍOS El desafío no parece ser otro que adaptarse, cambiar los modelos de negociación, flexibilizar cláusulas, redefinir conceptos y trabajar en equipo con las autoridades sanitarias, la industria aeronáutica, la hotelería, la gastronomía y todos los demás actores. A nivel mundial este tipo de viajes se organizan en más de 100 países y los sectores que suelen realizarlos son el financiero, seguros, farmacéutica y automotriz, con una duración aproximada de entre cuatro y cinco días. En general, los grupos están conformados entre 20 y 150 participantes con un gasto promedio a nivel global de US$ 4.000 por delegado. Nada puede sustituir la experiencia de un viaje de incentivo: se trata de una gran herramienta para fidelizar clientes, motivar equipos de trabajo y promover las ventas. Del otro lado, para los Estados y las economías regionales significa un importante ingreso de divisas porque el gasto promedio de estos viajeros es de tres a cuatro veces mayor que el de un turista convencional. Lo primordial es poder mantener el interés a través de diferentes acciones y productos virtuales como clases de cocina regional, samba brasilera, clases de tango y regalos empresariales. Co-

FERNANDO GORBARÁN

CEO de Messe Frankfurt Argentina y director regional para Sudamérica. Presidente de la Asociación Argentina de Organizadores y Proveedores de Exposiciones y Congresos (AOCA)

mo dijo un colega en la reunión “Si las personas no pueden trasladarse, nosotros debemos llevar el destino al cliente”. El objetivo es mantener a la gente incentivada para cuando se puedan retomar los viajes. A pesar de la cantidad de viajes suspendidos y cancelados durante la pandemia, notamos una creciente demanda para incentivos presenciales para 2021 y 2022. Es un momento para pensar, para prepararse y estar listos. Sabemos que esta industria no va a morir, que la reactivación llevará tiempo, pero va a ocurrir. Para eso es primordial considerar el turismo local y regional para la activación a corto plazo. Y trabajar conjuntamente entre los sectores público y privado, teniendo en mente que el nuevo viajero tendrá exigencias y habrá que adaptarse a estas nuevas condiciones, ya sean por normas sanitarias o por necesidades adquiridas. Esto nos da la oportunidad de repensarnos y seguir apostando al turismo como un gran reactivador de las economías de los destinos. Con prudencia, con los protocolos adecuados y adaptándonos a esta nueva normalidad, los viajes seguirán siendo el mejor incentivo.

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