
2 minute read
Ladrones, Fantasmas y Apocalipsis…
from 06-02-2023JAL
Uno de los más grandes anhelos del escritor Carlos Bustos (1968-2016) fue poder ver un fantasma y terminó, de forma prematura, por convertirse en uno. Conocí a Carlos, la persona, antes que a su obra; un tipo grande, amable, lleno de imaginación y talento que jamás dudó en compartir su tiempo y sabiduría con las personas que lo admiraban. Aquella tarde, durante la Feria Internacional del Libro en Guadalajara del 2015, coincidimos por casualidad en las escaleras de nuestra casa editorial y nos asombramos al saber que ambos teníamos una novela de terror juvenil publicada bajo el mismo sello y con el mismo editor. Maravillados, y llenos de inocencia como dos niños que acababan de convertirse en mejores amigos, buscamos a Diego Mejía, nuestro editor, para contarle de nuestro gran descubrimiento. “Par de babosos”, dijo Diego riendo. “Los presenté la FIL del año pasado y ninguno se peló aquella vez”. Carlos y yo soltamos la carcajada, nos miramos y decidimos que íbamos a recuperar el tiempo perdido tanto como nos fuera posible.
A partir de aquel momento, Carlos se convirtió en mi maestro de escritura, mentor de proyectos y gurú de vida -antes de que éstos últimos se pusieran de moda-. Y es que Carlos no sólo estaba dotado de una vitalidad e imaginación envidiables - sin mencionar el manejo impecable que poseía del lenguaje escrito-, sino que también era una persona excepcional, un psicólogo no certificado, un gran amigo, buen esposo y padre amoroso y dedicado. También fue un gran maestro, uno de los buenos, construido a la vieja usanza y humilde hasta el último día en que compartió este plano terrenal con nosotros.
Advertisement
Carlos creía de forma incondicional en sus amigos y sus ideas, e impulsaba de manera vehemente las escaletas e historias que compartíamos con él en todo momento, a cualquier hora del día, sin importar si las presentáramos de forma oral o escrita. En una ocasión, durante un desayuno en la Ciudad de México, y antes de participar en una “Que- dada Bloguera”, Carlos me comentó que le hubiera gustado conocer más sobre el comandante Esteban Rey -personaje secundario de mi novela “Lobos” (Montena, 2014)-. Y gracias a su insaciable curiosidad, y en mi afán de complacerlo con tal de saciar su imaginación voraz, la cual no descansaba ni cuando dormía, fue que escribí “La última casa en la montaña” (Montena, 2018).
Sé que muchos de ustedes no tuvieron la fortuna de conocerlo en persona, pero aún están a tiempo de descubrirlo como autor; todavía tienen la oportunidad de sumergirse en sus historias, vivir dentro de sus mundos y maravillarse con su lenguaje narrativo como muchos de nosotros lo hemos hecho. Carlos un importante legado dentro de la literatura mexicana y hay que destacar sus obras: “El ilusionista y el ojo del unicornio” (2009), “Fantásmica” (2011), “Ladrones de crepúsculo” (2011), “Final de sirenas” (2013), “El libro que resucitaba los muertos” (2014) y “Los tigres vienen de noche” (2016).
Cuando solíamos platicar de todo y nada, anotando ideas en nuestras libretas mientras planeábamos alguna colaboración escrita, Carlos solía decir que yo era una anomalía del sistema como escritor por cómo se concretó la publicación de mi primera novela en una editorial establecida. En más de una ocasión llegó a comentar que era un escritor afortunado en mi carrera, pero nunca imaginé que en realidad yo era el afortunado por el tiempo que pude compartir con él y conocerlo, convivir y considerarlo un amigo.
Carlos, donde sea que estés, quiero decirte que fantasma no es quien regresa en un cuerpo incorpóreo, sino aquél que deja un legado como el tuyo por el cual será siempre recordado y jamás olvidado.
Xavier M. Sotelo es el autor de “Lobos”, “La última casa en la montaña” y “Rey Lobo”
DATO:
Sociedad Fantásmica: es un homenaje al escritor Carlos Bustos (1968-2016).