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Adiós a Carlos Saura, un cineasta de la memoria, el neorrealismo y la poética trágica
from 11-02-2023
El cineasta español falleció este viernes a los 91 años dejando uno de los legados más importantes del cine de habla hispana
Luto
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Ulises Castañeda
Twitter: @UlisesCasal
“Yo no he hecho cine para agradar a nadie o para recibir reconocimiento, lo he hecho porque me gustaba”, expresó el cineasta Carlos Saura hace unos días en una entrevista a propósito del Goya de Honor que lo homenajearía este sábado en los Premios Goya. El icónico realizador no alcanzó a recibir los aplausos de la Academia de su país pues falleció este viernes en su casa en la sierra madrileña por una insuficiencia respiratoria. Saura está considerado como el último gran realizador del cine clásico español. Recién cumplidos el pasado 4 de enero sus 91 años, ha dejado un legado importante en el séptimo arte aún y cuando en un inicio no lo tenía claro: “Cuando en 1959 rodé Los golfos, pensé que iba a ser mi primera y última película a causa de las dificultades sensoriales y económicas con las que me encontré”, dijo en otra entrevista.
NACIDO EN EL ARTE, EL MUCHACHO DE LA CÁMARA
Nacido en 1932 en Huesca (norte de España), Saura es autor de cintas míticas del cine español como La caza (1966), La prima Angélica (1974), Cría cuervos (1976) y Ay, Carmela (1990). Trayectoria por la cual iba a ser distinguido este sábado con el Goya de Honor en la gala de entrega de estos galardones, por “haber dado forma a la historia del cine español moderno” y por “su extensa y personalísima aportación a la historia del cine español desde finales de los 50 hasta hoy.
Su madre, quien era pianista, le inculcó el gusto por la música, mientras que su hermano mayor, Antonio, se dedicó a la pintura. Fue en su infancia en la que se desarrolló su afición al cine.
Cuando era adolescente practicó la fotografía y a partir de 1950 realizó sus primeros reportajes con una cámara de 16 milímetros. Se trasladó a Madrid con la intención de seguir con la carrera de Ingeniería Industrial. A pesar de ello, su vocación por la fotografía, el cine y el periodismo lo hicieron abandonar más tarde los estudios industriales y matricularse en el Instituto de Investigaciones y Estudios Cinematográficos.
UN CINEASTA QUE VALORÓ “LAS PEQUEÑAS SUPERFICIES”
Con Los golfos, en la que intentó crear una especie de neorrealismo español, el cineasta consolidó sus méritos de director que iniciaron con sus cortometrajes Flamenco (1955), El pequeño río Manzanares (1956), La tarde del domingo (1957) y el documental Cuenca (1958): A partir de la década de los 60, en su primera etapa como director intentó posicionarse en favor de los marginados y llegó a crear un cine lírico y de estilo documental al mismo tiempo con filmes como Llanto por un bandido (1963), Stress-es tres-tres (1968), La madriguera (1969), El jardín de las delicias (1970), Ana y los lobos (1973), Cría cuervos (1976), Elisa, vida mía (1976), Los ojos vendados (1978) y Mamá cumple cien años (1979).
Fue en esa década cuando llegaron distinciones importantes como el par de Osos de Plata del Festival Internacional de Cine de Berlín a Mejor Director por sus cintas La caza (1965) y Peppermint frappé (1967).
LA SEGUNDA ÉPOCA DORADA
A partir de 1980, cuando Carlos Saura recibe una mención más a Mejor Direc- tor en la Berlinale por su filme Deprisa, deprisa, el realizador le da un giro a su cinematografía para enfocarla a la temporalidad y la memoria e incursiona en otros géneros musicales en filmes como Bodas de sangre (1981), en la que colabora con el bailarín Antonio Gades, y adapta la ópera de Bizet, Carmen, que lo llevó a ser premiado en Cannes y a ser seleccionada para el Oscar.
Después dirigió un filme sobre la búsqueda de El Dorado, filmado en Costa Rica durante 1987, que se convirtió en el más caro de la historia del cine español hasta ese momento y años más tarde le rinde un homenaje a Luis Buñuel, uno de sus mentores, en el filme Buñuel y la Mesa del Rey Salomón (2001) invita al espectador a una aventura con personajes históricos entre los que también se incluyen Federico García Lorca y Salvador Dalí.
En el nuevo milenio, Saura también estrenó las películas Salomé (2002), El séptimo día (2004), Iberia (2005) y Flamenco, Flamenco (2010). Entre otros galardones, Saura ha obtenido el Fotograma de Plata 2010 Especial Homenaje, el Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid. En total tiene 37 largometrajes, incluyendo su próxima entrega 33 días.
“Tengo la suerte y la fortuna de haber hecho todas mis películas como las quería hacer. Algunas mejores, otras peores, algunas han tenido éxito en el mundo entero, otras no. Es como la vida misma. Pero soy consciente de que he hecho lo que quería hacer. He tenido la suerte de hacer lo que quería hacer. Se han quedado algunos proyectos fuera, es verdad, y como siempre pasa. Espero un día poder retomar algunos de ellos”, concluyó de forma afable.
“Tengo la suerte y la fortuna de haber hecho todas mis películas como las quería hacer. Algunas mejores, otras peores, algunas han tenido éxito en el mundo entero, otras no. Es como la vida misma”
Corte y Queda
Una de las propuestas de terror para ver este fin de semana en una sala de cine, es Comunión con el diablo o La niña de la comunión; una cinta española dirigida por Víctor García y que nos sitúa en la España de los ochentas, donde seguiremos la historia de Sara, una joven que se ve envuelta en una maldición al haber encontrado una muñeca que pertenecía a una niña desaparecida. Es bien sabido que el género del terror vive tiempos complicados. Si bien desde siempre ha sido uno de los géneros más explotados por las grandes empresas -pues vende muchísimo más que un drama-, en el nuevo milenio ha sido demasiado. Cada siete o quince días pode -