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Humanos ganaron más de 2 mil 350 km al mar en las últimas dos décadas
from 11-02-2023
Se analizaron cambios en terreno de 135 ciudades con una población mínima de un millón de habitantes
Europa Press antimioadrian@gmail.com
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Desde el año 2000 el desarrollo urbano ha añadido más de 2 mil 350 kilómetros cuadrados de tierra firme artificial a las costas de las principales ciudades.
Un nuevo estudio presenta la primera evaluación mundial de la recuperación de tierras costeras, que es el proceso de construir nuevos terrenos o rellenar masas de agua costeras, incluidos los humedales, para ampliar el litoral. Los investigadores utilizaron imágenes de satélite para analizar los cambios del terreno en 135 ciudades con una población mínima de un millón de habitantes, 106 de las cuales han ampliado su litoral. El estudio se publicó en la revista Earth›s Future.
«El crecimiento de la población no es el único motor de la recuperación de tierras costeras», afirman los autores del estudio.
«Esperamos que la recuperación de tierras siga siendo popular en lugares que no sólo experimentan un crecimiento urbano, sino que también están deseosos de cambiar de imagen para ganar reputación e ingresos».
CHINA, INDONESIA Y EMIRATOS
La recuperación de tierras costeras es hoy más común en el Sur Global, donde muchas economías crecen rápidamente. En el siglo pasado y en épocas anteriores, el Norte Global dominaba el uso de la construcción de terrenos costeros. Según el estudio, China, Indonesia y los Emiratos Árabes Unidos son los países que más superficie han ganado, siendo la ampliación de puertos la razón más común para ello. Sólo Shangai ha añadido unos 350 kilómetros cuadrados de terreno. En Estados Unidos, en comparación, sólo Los Ángeles ha aumentado notablemente su superficie en los últimos 20 años, con 0,29 kilómetros cuadrados construidos.
«Es muy importante tenerlo en cuenta», afirma en un comu- nicado Robert Nicholls, que investiga la adaptación al clima en la Universidad de East Anglia y no es autor del estudio. «Cada vez hay más gente y nuestra huella aumenta. Inevitablemente, hay consecuencias ecológicas».
El autor principal, Dhritiraj Sengupta, geógrafo físico de la Universidad de Southampton, y sus coautores descubrieron que la industrialización y la necesidad de espacio urbano han impulsado gran parte de la recuperación de tierras costeras, mientras que una proporción menor de proyec- mos afirmar que, al igual que los chimpancés, las cacatúas de Goffin no sólo parecen utilizar juegos de herramientas, sino que saben que las utilizan --afirma el primer autor, Antonio Osuna-Mascaró, biólogo evolutivo de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Austria)--. Su flexibilidad de comportamiento es asombrosa”. Queda mucho por aprender sobre el uso de herramientas por parte de las cacatúas, advierten investigadores. (Europa Press)
Emisiones de los fertilizantes
Una combinación de soluciones tecnológicas y políticas escalables bajaría para 2050 en 80 por ciento las emisiones de carbono de los fertilizantes, responsable del 5% de emisiones de gases invernadero.
Los investigadores calcularon la huella de carbono de todo el ciclo de vida de los fertilizantes, que son responsables de aproximadamente el cinco por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, en el primer estudio que lo ha cuantificado con precisión, y han encontrado que las emisiones de carbono podrían reducirse a una quinta parte de los niveles actuales para el año 2050.
Los investigadores, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), descubrieron que dos tercios de las emisiones de los fertilizantes se producen después de esparcirlos en los campos, y un tercio de las emisiones procede de los procesos de producción, publican en la revista ‘Nature Food’.
tos de expansión son por «prestigio», como las islas con forma de palmera de Dubai.
Alrededor del 70% de la expansión de las tierras costeras se ha llevado a cabo en regiones bajas que probablemente estarán expuestas a una subida extrema del nivel del mar a finales de siglo. Tanto los impactos ambientales como las inundaciones costeras previstas sugieren que estas costas desarrolladas no son sostenibles, pero es probable que las ciudades sigan construyéndolas, señalan los autores.
Según su análisis, el estiércol y los abonos sintéticos emiten el equivalente a 2.6 gigatoneladas de carbono al año, más que la aviación y el transporte marítimo mundiales juntos.
Advierten de que es urgente reducir las emisiones de carbono de los fertilizantes, pero hay que tener en cuenta la seguridad alimentaria mundial. Investigaciones anteriores han calculado que el 48% de la población mundial se alimenta de cultivos realizados con abonos sintéticos, y se prevé que la población mundial crezca 20% hasta 2050. (Europa Press)