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■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 26 DE DICIEMBRE DE 2010

IDA Y VUELTA: cultura@lacapitalmdq.com.ar

MARCELO GOBELLO, AUTOR DE TREINTA Y DOS LIBROS SOBRE ROCK

“La literatura y la música están en contacto, en ambas tiene que haber swing” Sus libros fueron editados por editoriales importantes, algunas de Europa. Especializado en el rock, dice que sus textos forman parte de la literatura. "En Argentina existe el prejuicio de que se es escritor cuando se escribe ficción", critica.

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n su planeta, el tiempo se mide con libros. "Hace dos libros atrás", dice sobre la fecha de aparición de "El rock ha muerto", una antología que escribió a su vuelta de Europa, que contiene diferentes artículos sobre música y que, recientemente, supo que había tentado el interés de Javier Malossetti. Claro, Marcelo Gobello se da el lujo de imponer su propio sistema de medición a los años que pasan porque es autor de treinta y dos libros. Algunos de ellos aparecieron con seudónimo, la mayoría con su verdadero nombre. Excepto en el primero ("El alarido de la mariposa"), que fue de poesía, en todos los demás libros unió sus dos pasiones: la música y la literatura. Ahora acaba de aparecer "Medio siglo con los Rolling Stones", donde analiza la vigencia de esta gran banda de rock, cuenta cómo llegó el blues a Gran Bretaña, incorpora datos de la vida de Brian Jones, el primer líder de los Stone que fue encontrado muerto en 1969, evoca el recital maldito de Altamont del mismo año y traduce entrevistas realizadas a algunos de estos músicos. También dedica un apartado a la vida de Muddy Waters, cantante de blues que influenció en Jagger. Y el prólogo es de Black Amaya. -¿Por qué optaste por firmar algunos libros con seudónimo? -Porque la gente te encasilla. A mí a esta altura de mi vida el rock me tiene un poco reventado... Hice un libro sobre el bolero con Gabriel Cabrejas. Firmamos como Emiliano Chávez Cortés, un nombre que me encanta. Después hice otro sobre Depeche Mode que firmé como Marco Gatts, para respetar las le-

"A escribir, para mí, se aprende escribiendo y publicando".

Gobello prepara un libro sobre Piazzolla.

tras de mi nombre. -Editaste treinta y dos libros en treinta años años, más o menos un libro por año. ¿Cómo hiciste? -Son demasiados, yo sospechaba de los tipos que tenían tantos libros... Tuve mucha producción en los primeros años, me contrataron para hacer diez libros de movida. A mí me parece que la producción independiente es muy loable, pero yo siempre escribí sabiendo que se iba a publicar, me editaron distintas editoriales, la más importante fue Planeta, con la que hice "La poesía del rock", que fue un estudio estilístico de las letras de la historia del rock con una antología bilingüe. Y los más importante fueron los libros que hice en Europa, con la editorial Le noire, que está especializada en rock y es de Barcelona. Trabajé sobre Peter Hammil y sobre Los Ramones. En Le noire están los más grandes escritores sobre el tema, estuve en una reunión en Londres con todos ellos, tipos de los que me había comprado libros. Cuando vi mi libro al lado de los de ellos, me dije "vuelvo a la Argentina". Es que había estado siete años afuera y publicar allá fue como un sueño hecho realidad. -¿Considerás que sos un escritor leído sólo por un público específico, el que gus-

ta del rock? -Mis escritores favoritos están dentro de la narrativa, sobre todo de la narrativa norteamericana, los del nuevo periodismo, desde Capote, Norman Mailler a Raymond Chandler, con la novela negra. En Argentina lo seguí a Rodolfo Walsh. Ese estilo me tiró siempre. Yo traté de hacer ficción dentro del periodismo y de meter periodismo dentro de la ficción, una cosa así. Escribí mucha ficción pero no me la publican, tengo cuentos, novelas, la poesía fue lo primero, pero además está todo este nicho de la escritura de rock que es bastante rara. En mi último libro, todo el capítulo central está novelado. En Argentina existe el prejuicio de que se es escritor cuando se escribe ficción, si no escribís novelas no sos escritor. -Es decir, considerás que tus libros están dentro de la literatura. -Para mí son literatura cien por cien, siempre lo defendí, por eso estoy tan contento con el premio Lobo de Mar que me acaban de dar, porque es en el rubro letras. De los escritores, disfruto mucho el cómo escriben. Es que para mí la literatura tiene un contacto muy fuerte con la música, en el sentido de que en las dos la parte técnica es bienvenida. Por supuesto que sirve, pero si no tienen

"A mí a esta altura de mi vida el rock me tiene un poco reventado". swing y sentimiento no sirven. Un swing verdadero, eso que es inclasificable. Cuando alguien tiene afinada la oreja se da cuenta cuando un músico de jazz o de blues tiene swing, que es lo que la música ha perdido hoy. La literatura tiene que tener eso, no tiene que ser mera técnica. Una página tiene que estar cargada de emoción, tiene que tener sentimiento. -¿Y cómo lográs eso? -Yo aspiro a eso. A escribir, para mí. Se aprende escribiendo y publicando, dije alguna vez y los que me escucharon pensaron que era pedante. Porque vos podés escribir y decir que es maravilloso, pero si nunca te das a conocer... Al publicar uno queda muy expuesto. Además, trato de tener un estilo bien despojado, que es lo que me gusta.

Las 8 preguntas para Silvia Loustau (*)

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¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer?

-Las faltas de ortografía; no las he encontrado en libros que estoy leyendo, pero sí en textos para estudiantes secundarios, lamento no poder dar el nombre de la editorial.

(*) Silvia Loustau es escritora y poeta marplatense. Publicó Narraciones Argentinas- Centro Editor de America Latina (1973); Cuentos para Gurises, Edición Artesanal (1992); Mandala poesía- Editorial Martin- Mar del Plata (2004), Espejo de los días –poesía–, editado por Artesanías Literarias -Israel- (2007), De Mar y Madres –poesía-, Editorial Martin. Colección La Pecera- (2010). También la novela Mariposas Rojas, Mariposa negras, de la Editorial Escaparate, Colección Rojo y Negro -Chile- (2010) y participó en varias antologías. Colaboró en Letras de España (revista literaria mensual), Belianís (periódico semanal, España, sección Cultura); y Alpargatas y netbooks, Argentina.

(Continúa en página 4)


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PREMIARON A LA AUTORA AURORA VENTURINI

"El que viene de la poesía puede escribir cualquier cosa" Casi desconocida, la autora fue recientemente galardonada con el premio "Otras voces, otros ámbitos". El premio consiste en darle una segunda oportunidad a un libro que haya pasado inadvertido. Esta vez le tocó a la novela "Las primas".

por Sebastián Chilano sebastianchilano.blogspot.com

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a escritora argentina Aurora Venturini ganó la II edición del premio "Otras voces, otros ámbitos", que pretende dar una segunda oportunidad a un buen libro que haya pasado desapercibido en el mercado. Y recayó en esta singular e irreverente autora, que hoy cumple 88 años, por "Las primas". Aurora Venturini. Así, un galardón que nace para premiar la buena literatura que no ha válida de manual, porque no valgo patriunfado en ventas al tener que com- ra nada. No sé barrer, no sé hacer la copetir con tantas y tantas publicaciones mida, no sé hacer nada, de nada. Sólo y que no ha conseguido vender más de escribir". Y es que el libro ganador, "Las pri3.000 ejemplares, ha premiado una novela "osada" de una autora que asegura mas", que ya obtuvo en Argentina el que el que viene de la poesía "puede es- premio Nueva Novela, es toda una nocribir cualquier cosa. Es lo más puro vela de iniciación, ambientada en los años cuarenta que indaga en el mundo que hay". Aurora Venturini, autora de 46 li- tortuoso de una familia disfuncional bros, comentó con mucho sentido del de clase media baja de la ciudad de La humor que no se creía que le pudieran Plata. Una novela onírica y delirante, dar este premio y ha subrayado la va- entre la autobiografía y "el ejercicio impúdico de la etnografía íntima". lentía del jurado. Venturini, filósofa y profesora de psi"Las primas soy yo -comentó al entrevistador-. Es un libro que tenía tan den- cología, peronista confesa, amiga de tro que me salió en dos meses. Como en Eva Perón, señaló que "en algunas ocala novela, en mi casa también teníamos siones los premios son justos", como el una disfunción, pero de otra manera. reciente premio Nobel de Literatura Yo por ejemplo, soy inútil. Soy minus- concedido a "ese muchacho, como se

llama..."- ha preguntado a su entrevistador-, "al margen de sus ideas políticas", en referencia a Mario Vargas Llosa. La autora argentina, que ha escrito una novela en la que pone por tierras todas las convenciones del lenguaje, se ha mostrado "muy contenta" porque el libro ahora tendrá una redistribución, a través de las 83 librerías en España de El Corte Inglés, y las otras librerías que deseen tener esta novela en sus anaqueles. Editada por El Caballo de Troya, la novela de Venturini ha sido elegida por un jurado formado por cien personas vinculadas al mundo del libro, editores, críticos o periodistas. El director de Caballo de Troya, Constantino Bértolo, recibió hoy una escultura en bronce de Jaime Martínez ■

La SADE creará una universidad y un museo de la literatura La creación de la Universidad de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) fue anunciada recientemente por el presidente de la institución, Alejandro Vaccaro, durante los festejos por los 82 años de la vida de la entidad. El escritor adelantó, además, que "será una universidad de letras, con un fuerte acento en la literatura argentina y española”. "En el mismo sentido -gregó- crearemos el Museo de la Literatura Argentina, que atesorará los más de 2.000 manuscritos que hemos recuperado de los sótanos de la entidad, y que se hallaban arrumbados y olvida-

El encierro

dos por anteriores gestiones". Vaccaro expresó que, dentro de los proyectos, “desarrollaremos una radio de las letras, que será un canal de comunicación por el que se expresarán todas las voces y géneros literarios argentinos, y en el que estarán representadas las 75 filiales del país”. Asimismo, a través de la Ley SADE, “se defenderán los derechos colectivos de los escritores y se formará una necesaria obra social, que amparará a todos los colegas que no cuentan con una cobertura digna”, remarcó. El presidente de la SADE destacó la

recuperación del edificio Casa Leopoldo Lugones, que se hallaba a punto de ser rematado, producto de un embargo; el departamento de la avenida Córdoba, que aloja a escritores del interior y un valioso patrimonio histórico. Y convocó a todos los escritores argentinos a sumarse a este proyecto de recuperación. "Queremos que la entidad vuelva a estar a la altura de la que fundara Leopoldo Lugones, y que presidieran Borges, Mallea, Martínez Estrada, Enrique Banchs, Arturo Capdevila, entre otras figuras de la literatura nacional” ■

Márquez encendió su celular. La pantalla iluminó parte del archivo donde estaban encerrados. La batería hizo el “bip” característico. Casi no tenía carga. –¿Para qué querés ver si es una habitación con una sola salida? –se quejó René Conforti. –Necesito ver si hay una ventilación. –Allá –dijo René Conforti y señaló sin que Márquez viera. –¿Dónde? ¿Dónde? –Arriba, a tu izquierda. Márquez movió la mano hacia esa dirección y el celular iluminó una pequeña ventana con rejas por donde sólo podía pasar una rata, o un gato pequeño, con suerte. –¿Quién nos querrá asustar? –dijo René Conforti mientras forcejeaba con el picaporte y tiraba sin suerte. –A vos te quieren asustar, a mí me quieren matar. –¿Por qué te quieren matar? A lo sumo estaremos encerrados aquí unas pocas horas, hasta que venga el portero a la mañana –otra vez volvió a señalar en la oscuridad donde Márquez no podía ver–. Acá guarda todas sus cosas de la limpieza. –Insisto, a mí me quieren matar: Sufro de claustrofobia –dijo Márquez. –¿Cómo que sufrís de claustrofobia? –En la nota del doctor Ham leí que había trabajado en una pastilla para los temores, la pastilla “anti-todaslas-fobias”. –Sí, la de color fucsia. –La voy a tomar –dijo Márquez. –Pará un poco... Ya era tarde. Márquez abrió la caja e iluminó con su celular. Una de las pastillas se presentó de inmediato ante él con un color fucsia y la agarró con la misma mano que sostenía el celular. –¡Pará! ¡Esa no es fucsia! ¡Es rosa! –le gritó René Conforti. Tenía razón, la luz del celular engañaba los ojos de Márquez. Agarró otra pastilla (los dos estuvieron de acuerdo que esa sí era fucsia) y la apretó entre los dedos. –¿Por qué no leemos los efectos adversos? –dijo René Conforti. Márquez negó con la cabeza y junto a su negación se apagó su celular. Ya no tenían luz. –Mi celular lo dejé en el comedor –dijo René Conforti. –No importa, ya me la tomé. Los dos, sin ponerse de acuerdo, se sentaron en el suelo. –No importa si la pastilla tiene efecto o no –dijo Márquez–. Ya me siento tranquilo de sólo haberla tomado. Las pastillas reestablecen el orden, vencen el caos. Nos devuelven el dominio sobre las situaciones, sobre el destino. Si nos enfermamos de algo que desconocemos, que no sabemos cómo actúa, el miedo a lo incontrolable nos asusta más que la propia enfermedad. Por eso inventaron las pastillas. Para devolvernos el orden. Tomarlas cada 8 horas, cada 6, cada 12, nos devuelve el control. Yo no sé qué le pasa a mi cuerpo enfermo, pero sé que si cada cierta cantidad de tiempo tengo cierta solución, sea lo que sea, lo desconocido que me afecta se vuelve vulnerable. Puede que no tenga nada la pastilla, que sea un placebo, pero el solo hecho de devolverme el control me hace sentirme bien. El temor a la enfermedad es el temor a lo desconocido. Los médicos, las radiografías, los análisis de sangre, los medicamentos no son más que artificios que hemos inventado para sentir que recuperamos el control de nuestro cuerpo, cuando en realidad nunca lo hemos tenido. Ni siquiera al nacer ■

Las 8 preguntas para Silvia Loustau

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¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una pelí-

cula, una canción o cualquier otra obra de arte? -Situaciones de mi vida como universitaria y militante en

la novela: Las Violetas del paraíso de Sergio Pollastri.


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VALERIA SCHAPIRA HABLA SOBRE “LOS MUERTOS DE MI PLACARD”

“Necesitaba exorcizar a todas mis ex parejas” La escritora rosarina decidió desnudarse emocional y físicamente en su último libro, una obra que bucea en las memorias de esos hombres que fallecieron en su consideración amorosa. "Siempre me atrajeron los amores no convencionales", dijo. Por Gabriel Imparato

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inámica, inquieta, adrenalínica y con una personalidad donde la corrección política brilla por su ausencia, Valeria Schapira es una de las escritoras del cruce de milenios que más sobresalió en la órbita literaria mainstream del país, sustentada en aguerridas investigaciones del mundo femenino como “Quiero estar con alguien-ojalá me enamore”, “Enredados, sexo, humor y amor en la web”, “Monólogo de una mina sola” y “Hombres, manual de la usuaria”. Todas exitosas publicaciones que la encumbraron poco a poco en un presente vigoroso sustentado en la actual “Los muertos de mi placard”, un reciente lanzamiento de Ediciones B. La autora recorre con minuciosa precisión todas las parejas que signaron la existencia de la simpática rosarina, hombres que no figuran con nombre y apellido, dejando dentro del relato así una morgue con historias veraces que la marcaron en el duro camino de hallar quién correspondiese a sus sentimientos. En una charla distendida con LA CAPITAL, Schapira analizó serena y mordazmente este enfoque, luego de presentar su libro en varias librerías acompañada del conductor de TV Rolando Graña: -¿Cómo surgió desarrollar este desnudo emocional de parejas que fenecieron en su consideración emocional? -Lo escribí como un ejercicio personal, casi de sanación, porque necesitaba respuestas, no lo planteé inicialmente como otro libro en mi carrera, esto lo hice para mí. Creo que todo lo que uno hace desde el corazón, por eso esta obra es de las que más ha pegado en los lectores, como

"Los muertos de mi placard" nació como un ejercicio de sanación, dijo la autora, de 40 años.

lo hice con todo el amor y ganas de reciclar energías, por ahí todos lo notaron y el libro hoy es un éxito de ventas. No puedo ver la mirada ajena, obvio que sí, me desnudé en la tapa y contratapa del libro, pero adentro es otra clase de desnudo, es un desnudo del alma con todo lo que se halla ahí, todo muy tranquilo. Igual sabía que ese desnudo físico externo iba a llamar la atención, pero como dicen los gatos y vedettes en esas situaciones es un desnudo “bien cuidado” (risas). -¿Le preocupaba qué podía opinar o criticar la gente al conocer tanto su intimidad? -La verdad es que no me importa, no porque esté superada y no me hagan mella los comentarios ajenos, pero hace tiempo que vengo esquivando la maldad, hay cosas que no quiero para mi vida. Por ejemplo, los comentarios surgidos en internet de un tiempo a esta parte tomé la decisión de no leerlos, no entro a mirar qué dice la gente de mí en las webs, porque está lleno de personas que no están bien de la cabeza o están resentidas con la vida y toda la sociedad, entonces vuelcan cualquier cosa ahí. Sí soy una persona que le encantan todas las críticas, las acepto, contesto pero siempre que sean bienintencionadas y de personas que son respetuosas. Uno se encuentra con todo, me pasó de colegas o gente calificada que me dijeron “¿por qué exponés tu vida?” y los respeto, pero ojo, la expongo hasta un punto, en definitiva no están los nombres de quienes sa-

lieron conmigo. -Lo cierto es que en este relato la mujer que buscaba un socio emocional y alguien que la comprendiese finalizó cuando se produjo cierto maltrato. -La culpa no es del chancho sino de quien le da de comer, dice el refrán y otro sostiene que “nunca trates de enseñarle a un cerdo a cantar, perderás el tiempo y fastidiarás al cerdo”, evidentemente si la respuesta a algunas de mis requisitorias era nula, sería porque no estaba buscando en los lugares indicados. Por eso también me sirvió este libro, para mostrar partes mías que tenía que trabajar, como cualquier ser humano, por eso digo que fue un ejercicio sanador, catártico y al mismo tiempo un desnudo, literalmente. Todo eso fue como psicoanalizar a mis ex parejas, hago terapia hace más de veinte años y esto lo hablé con mi psicóloga, no lo planteé onda “¿qué le parece?” sino como algo concreto, ella lo avaló pero dijo que podía ser algo doloroso, en cierto sentido lo fue en algunas de esas instancias, pero francamente me ha sido muy útil, fue revisitar cuestiones de mi vida para no repetirlas a futuro. -¿Desarrollar esta idea en el libro fue como exorcizar a todas sus parejas? -Sí, en parte fue esa la idea, obtener respuestas para terminar de enterrarlos a todos estos muertos, porque muchas fantasías de ellas me seguían sobrevolando, no por una presencia física, sino que habitaban en mi cabe-

za. Cuando uno tiene fantasías no puede dedicarse al mundo de los vivos, necesitaba abrir el placard y dejar volar a esos muertos, que ellos sean felices y que la vida les sonría, porque aunque francamente algunos no se han portado bien conmigo, lo único que deseo es que lo que me daña se aleje, pero no le deseo daño al que me dañó, nunca. -¿Publicarlo surgió de manera espontánea o la convencieron de hacerlo? -Nunca me planteo para qué hago las cosas ni cómo las hago, es un poco irresponsable lo que digo, esta es la contracara de mi obsesión y responsabilidad a la hora de laburar, no me puse a pensar en un contexto previo de la situación, sino que salió y punto. Un día comenté en la editorial la idea de escribir esto y me dijeron “¡hacelo!”, después otro día les caí con la novedad de salir en pelotas en la tapa del libro por idea del fotógrafo y todos me dijeron “¡bueno!”, pero los resultados están a la vista ¿no? -¿Considera que su vitalidad y adrenalina le jugó adversamente a la hora de hallar pareja? -Siempre me ha jugado en contra mi vehemencia, más de una vez me jugó en contra, como decía mí abuela, eso de hacerme más la boluda y que nunca lo hice, porque no ejerzo de eso. Creo que básicamente me jugaron en contra como a la mayoría de las personas todas las malas elecciones. Ya a esta altura del campeonato y habiendo cumplido mis 40 años

muy bien llevados -no tengo abuelita (risas)- empezar a echar culpas o intentar cambiarme no lo veo potable, ya no voy a cambiar. He cambiado un montón de cosas de persona que no me gustaban, trato de mejorarlas pero no voy a cambiar mi esencia, vehemencia o entusiasmo, lo que me gusta hacer en la vida. La persona que está a mi lado tiene que ser alguien que me acompañe y preferentemente que se destaque más que yo, ahí vamos por un muy buen camino. -¿Qué la molestó a la hora de rememorar algunas de esas vivencias para el libro? -La indiferencia, el ninguneo de algunas personas que sentía que habían sido importantes para mí, pero a la hora de confrontar mi ficción con esa realidad, al parecer no había sido tan importante para ellos y bueno, eso duele, pero al mismo tiempo sana. Entonces una deja de imaginar y se encuentra con la realidad, esta es buena porque uno ve o pisa un terreno bastante concreto. He tenido errores como todo el mundo, quizás el error fue pedirle peras a algunos olmos, ellos no daban peras, el error, según uno de estos olmos, fue de “expectativas”, como eso de poner en algunas personas que no lo eran la posibilidad de ser candidatos a parejas, ese tipo de cuestiones. -¿Cuánto jugó durante estas décadas lo estético en la atracción?¿Fue decisivo a la hora de formar una pareja o existieron otros factores? -No, naturalmente me gustan los hombres atractivos, pero en realidad los hombres que más emocionalmente me impactaron no han sido los tipos más lindos, no daré nombres, pero me he enamorado profundamente de algún que otro gordito, de algún pelado y estos no eran Adonis, eran tipos normales. -Suele decir que busca amores que no recorran el camino cotidiano, ¿podría explayarse más detenidamente en esta apreciación que suele manifestar en sus entrevistas? -Siempre me atrajeron los amores no convencionales. Para definirlo, básicamente que no sean oficinistas de la vida ni de una oficina, porque me aburren, que sepan volar, que sean muy destacados en lo que hacen, sé que esto puede sonar antipático, no sé si saldría con un tipo que va a la oficina de 9 a 5 y vuelve a casa, me aburre. Necesito un hombre que me desafíe, que tenga mundo, que haya vivido cosas, no me gusta un hombre común, me gusta un profesional exitoso a mí, que sea o no artista, pero alguien que en lo suyo sea diferente, genial y le ponga todo, le dé para adelante y le vaya bien, para qué voy a mentir ■

Las 8 preguntas para Silvia Loustau

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¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como pasaje central de alguna de sus

obras? -Del mar, de las playas solitarias, de algunas escolleras casi destruidas. Y lo he hecho y creo que continuarán aparecien-

do en otros libros, tanto en narrativa, como en poesía.


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MUESTRA COLECTIVA EN EL AUDITORIUM

La literatura y la música están... (Viene de página 1) -¿Qué es un estilo despojado, cómo lo definís? -Es lo más difícil, el estilo despojado es escribir lo menos artificial posible, lo más directo posible. Cuando hago poesía hago poesía y pongo metáforas y cuando hago una crónica o cuando escribo narrativa trato de que sea algo directo y contundente. Un estilo despojado en el sentido de los artificios. -¿Tu artificio es el despojo? Porque la literatura siempre es artificio. -Sí, exacto, por supuesto. Esas modas que se imponen de esos tipos que escriben como los tipos de la calle, ¿viste que ahora se puso de moda el villero, el tipo que escribe como habla el villero? Para mí eso no es literatura. O sea, admiro al tipo que no escribe como un villero sino que te hace creer que así hablaría un tipo de cierta condición social. Eso para mí es literatura. -¿Cómo arranca tu interés por el rock? -La literatura y el rock me gustaron desde siempre. En mi casa se escuchaba mucha música, mucho tango, tengo a mi tío abuelo que es de la Academia Porteña del Lunfardo. De parte de mis abuelos, que eran todos italianos, escuchaba ópera y por mi vieja llegué al rock. Ella escuchaba el rock de la primera camada, la de los años '50. Era rocanrolera en el '56. Yo viví la década del '70 del rock sinfónico y los primeros shows a los que asistí fueron no los de los pioneros, sino que agarré la segunda camada, a Sui Generis, Invisible, Aquelarre, Pappo. Y en Mar del Plata fui cantante y bajista de varias bandas: de Los moscardones, canté con Némesis, con Los hijos de Adriano, con Garrote Vil. Ahora estamos tratando de reformar a Los moscardones, una banda en la que estaban Da-

niel Bramajo, Marcos Maldonado y Rodolfo Petersen, que está en Brasil. -¿Qué estilo hacían? -Un rock and roll duro, yo me ponía una cadena de perro, lentes negro y lo nuestro era no al pop. No éramos heavy. Los moscardones fuimos el antecedente del grunge antes de que existiera Nirvana, nosotros hacíamos una mezcla de cosas de Los Ramones, alguna cosa de los Clash y rock duro de los '70, del estilo de Led Zepellin. Eramos medio incomprendidos,

pero teníamos nuestro público. -¿Verdaderamente salías a tocar con una cadena de perro? -Sí, me ponía una cadena de perro, una musculosa negra y unos lentes. Fue mi etapa de poeta maldito, cuando había descubierto a Jim Morrison. Después terminé haciendo un libro sobre él. Fueron las obras completas de Jim Morrison, que incluyeron traducciones, antologías y anotaciones de todo lo que dejó Morrison y que había adquirido la editorial que me contrató ■

Piazzolla, una introducción al rock y el orgullo de los hijos artistas Con varios proyectos en danza, Gobello anuncia que trabaja desde hace varios años en dos libros sobre Astor Piazzolla. El primero sobre la relación del tanguero con la ciudad, el segundo sobre su vínculo con el cine. Con el material que obtuvo en esa investigación, elaboró una serie de charlas que organizó la Secretaría de Cultura local y que se ofrecieron en varias ediciones del Festival Internacional de Cine. Además, presentó un proyecto en el Fondo Nacional de las Artes para obtener una beca con la cual elaborar una Introducción a la Historia del Rock Argentino, que está pensado para los alumnos de las escue- 1987. Los moscardones en vivo, con Gobello y su cadena de perro usada las. como collar. Lo acompañan Marco Maldonado, Daniel Bramajo y Rodolfo Con 51 años, Gobello se enorgu- Petersen. llece de sus cuatro hijos, quienes conservan también su pasión por Laura toca el bajo, Marco escribe y mitad de la discografía de los Beala música. "Mi hija Lucía canta, Regina, la más chiquita, canta la tles en inglés" ■

(fotografía de autor)

Miradas frescas y jóvenes nutren "En syncro" Estos jóvenes artistas que viven o vivieron en Mar del Plata retratan el mundo de hoy. Imágenes internas, poéticas, mentales y siempre diversas aparecen reflejadas en esta muestra que podrá recorrerse hasta el 16 de enero.

"Escribí mucha ficción, pero no me la publican".

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páäÉåÅáç ó êÉëéÉíç

Darío Rosalini.

Ornella Gaudini.

ás de veinte jóvenes fotógrafos exponen sus imágenes en una muestra colectiva que se desarrolla en el teatro Auditorium (en el espacio llamado Paseo de la Imagen) y que llamaron "En syncro". Se trata de un grupo de fotógrafos y jóvenes realizadores visuales que viven o vivieron en Mar del Plata y muestran sus obras caracterizadas por la diversidad de miradas, pero siempre miradas contemporáneas. La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 16 de enero. Miradas frescas, otras críticas, a veces poéticas, documentales, mentales… Son instantes congelados que revelan ante los ojos del espectador las distintas realidades que conviven en este nuevo modelo de mundo que está gestándose. "¿Alguna vez consideraste al tiem-

po no como una línea recta sino como una interconexión más allá de las distancias? ¿Es posible un modelo diferente del mundo? ¿Se enseña ya en algún lugar? ¿Cuáles son sus principios básicos? Las fotografías que se presentan hoy aquí nos muestran tantos mundos diferentes como miradas que los observan", señalaron los organizadores. Por eso los autores invitan a encontrar sincronicidades entre las imágenes, a generar sus propias asociaciones "y a vivir el mayor tiempo posible en ese 'fluir' que hace que la vida parezca una aventura permanente, un viaje de descubrimiento constante sobre uno mismo, sobre los demás y el universo", tal como indicó Marita Sampedro, curadora invitada de la muestra. "Sincronicidad es un término originariamente acuñado por Jung que

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esde la Antigüedad, el arte como manera de comprender la realidad o detener el tiempo, fueron temas de discusión entre practicantes y teóricos. La fotografía, una de las últimas manifestaciones del arte-artesanía, hizo que Julio Cortázar reflexionara sobre ella como ‘‘una manera de combatir la nada’’ (Las Babas del Diablo), mientras Roland Barthes hablaba de la aprehensión del infinito a través de la imagen y de la persecución y captura de la realidad. El mundo, luego de la Segunda Guerra Mundial, da un giro total hacia la virtualidad y lo que hasta ese momento fuera el medio ideal para documentar los objetos se convierte en campo experimental de intervenciones y cruces, donde la realidad y la ficción intentan pasos hacia otros mundos y la objetividad entra en crisis.

OTROS CAMPOS Nos acercamos a Xavier Verstraeten para reflexionar sobre el tema en la actualidad, cuando la fotografía, se adentra en otros mundos. Su oficio de fotógrafo y editor, muestra una mirada distinta de este universo fascinante.

Por Osvaldo Braillard Emiliano Arano.

se refiere a la unión de los acontecimientos interiores y exteriores de un modo que no se puede explicar pero que tiene sentido para el observador, es decir, ese tipo de eventos en nuestra vida que solemos explicar por la casualidad, la suerte, o la magia", agregó. La muestra está formada por los artistas Alvaro Mendez, Ana Gitlein Ceminari, Emiliano César Arano, Andy Romero, Rocío

Englender, Fernanda Guido, Fiorella Mattera, Dámaris Orellana, Ornella Gaudini, Melisa Casella, Yamil Casquero, Francisco Zárate, Laura Hecht, Federico Obregón, Micaela Oillataguerre, Lola Inlovee, Bruno Vallejos, Juan Verdes, Darío Rosalini, Nicolás López, Stefanía Polígronos, Eliana Arreche, Macarena Espinosa, Melisa Teruel, Gina Barboza y Marianela Ihlenfeld ■

Trabajaba como reportero gráfico del diario El Río Negro cuando fui a cubrir las muertes de veinticinco bomberos voluntarios de Puerto Madryn. Era enero de 1994. Había un incendio en un campo y el fuego cruzaba la ruta 3, a la altura de Madryn. Como era algo sencillo de solucionar, los bomberos habían llevado a un grupo de chicos voluntarios, pibes de entre 14 y 15 años a 18. Pero sucedió que el fuego rotó y los encerró. Y murieron todos carbonizados.

Cuando llegamos con el periodista, Madryn era una ciudad de duelo. No había nada abierto. A los turistas los habían mandado a Trelew. Esta imagen corresponde al momento en que trasladaban los féretros al cementerio. La tomé desde la terraza de un quiosco, no desde la calle, porque era una hora de la tarde en la que el sol caía sobre la calle, generando una contraluz enorme. Esa foto abrió la tapa del diario del día siguiente y fue comprada por la agencia Reuters. Recuerdo el silencio de la gente ca-

LA TESTIMONIA XAVIER VERSTRAETEN EN SU LIBRO ‘ARGENTINA, RETRATO DE UN PAIS’

La vigencia de la fotografía ‘‘Uno se encontraba con esa vertiente documental de la fotografía en sus orígenes, cuando su invención era compartida por Daguerre en Francia y Talbot en la Inglaterra del siglo XIX. El tiempo iba a diversificar sus objetivos’’. El mismo Verstraeten, cuando llega al Brooks Institute de Santa Bárbara para estudiar fotografía encuentra diferentes especializaciones, desde Naturaleza Muerta al Fotoperiodismo o la Fotografía Científica Industrial en la que se especializa. ‘‘Cada rubro tiene un lenguaje propio, su idioma y su tiempo. El fotógrafo se adapta a la tendencia del momento’’. Actualmente si miramos los cuerpos fotografiados por diferentes personalidades de la fotografía, se manifiestan como trabajados, musculosos, con una mirada que remite a

cierta androginia, tanto en hombres como en mujeres (pensemos en fotos de moda, en productos suntuarios), la tendencia es amalgamar, unir los límites. Se mira a Milán y París en la moda por ejemplo, pero la tendencia la da Londres. Forma y contenido importan al fotógrafo, pero es imprescindible dominar la técnica para lograr lo que se desea crear. VIDA DE MODA De Brooks donde estudié, se salía con una base que permitía una gama amplia, desde el que iba a documentar la vida de las abejas en el National Geographic, al que cubriría sesiones de moda para Vanity Fair o como quien te habla, que salió para hacer la gráfica de autos de una importante em-

presa automotriz. Del mundo de la publicidad Verstraeten pasó al de la producción creativa en publicaciones como Vogue, el New York Times o Architectural Digest, una publicación internacional de diseño que le permitió ampliar los horizontes y no remitirse solamente a la noción de venta de la producción publicitaria, en la que se ofrece la sublimación de la imagen del objeto para que sea comprado. La fotografía ha pasado épocas de Cenicienta, cuando era la hermanita pobre de las artes visuales y recorrió un itinerario brillante desde el período del daguerrotipo (evoquemos el de Mariquita Sánchez de Thompson o el de Camila O Gorman, del que se duda). Verstraeten menciona un pionero de la

fotografía, Paul Outerbridge (pariente suyo), que ya publicaba en Vogue en 1922 y que con Man Ray, Picasso y Duchamp integró una vanguardia floreciente, pero que por la incomprensión de algunos no pudo exhibir sus desnudos en color por inmorales. Paradójicamente, en 1959, luego de su muerte se pudieron presentar en el Instituto Smithsoniano. MANO DE AUTOR Mucha agua pasó bajo el puente desde los retoques manuales de fotografía hasta la digitalización, la macrofotografía o la subacuática, comenta el autor de Estancias Argentinas. La fotografía digital data de los ’80 aproximadamente. Su instantaneidad y una serie

minando: no ladraba ningún perro, no se movían las hojas de los árboles, no había viento, algo raro en una ciudad de la Patagonia. Sólo se escuchaba la suela de los zapatos de la gente deslizándose por el asfalto. Era el respeto de una comunidad que despedía a los chicos. Como reportero uno trata de que la noticia nunca te afecte, pero entonces no pude. Me quebré. Y todavía hoy me emociono cuando recuerdo aquella cobertura ■

de ventajas favorecieron su inserción en el medio. La tecnología Ink Jet es una de las más reconocidas para difundir ediciones limitadas de obras de arte en color o blanco y negro, asegura Xavier Verstraeten. Y precisamente este tipo de copias fueron utilizadas en la mayor retrospectiva de Gordon Parks o en el Museo Nacional de Bradford, en Inglaterra, para la muestra fotográfica de Lewis Carroll (Alicia en el País de las Maravillas), uno de los mejores fotógrafos victorianos. Esa muestra, con motivo de su centenario fue posteriormente traída y exhibida en el British Council de Buenos Aires. Como antes se litografiaba o se tiraban serigrafías, lo nuevo en impresiones gana el mercado. -Ahora es el tiempo de lo descartableasiente Verstraeten, abocado ya a la realización de su próximo libro, ‘Argentina. Retrato de un país’ y todo es rápido y afuera. Hay una estandarización de la materia, la impronta tiempo-dinero, la calidad aceptable. La tecnología desplazó lo artesanal. La electrónica reemplaza el papel. El software es el pincel del fotógrafo ■ Isabel Croce

Las 8 preguntas para Silvia Loustau Las 8 preguntas para Silvia Loustau

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¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción?

-Varios de los que sostiene Galileo con Ludovico, en la obra de Bertold Brecht; es una lectura a la que recurro mu-

chas veces, me atraen las contradicciones del personaje, con sus circunstancias y consigo mismo.

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Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál sería y qué haría? -Ayudaría a Efraín, el único sobreviviente de Moby Dick,

la novela de Herman Melville. Llegaría con él a una playa y lo ayudaría a hacer realidad su respuesta: “He sobrevivido para contarlo”; sería mi tarea, porque Efraín simboliza la

memoria, yo trabajo para ella.


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C U LT U R A Grandes libros, pequeños lectores

EL SECRETO DE LAS ESTRELLAS, de Gustavo Roldán (2008). Buenos Aires: Sudamericana. Colección: Los caminadores. Ilustrador: Lima, Juan. Por Romina Sonzini Integrante de la ong Jitanjáfora

"¿Usted me podría decir quién apaga las estrellas?”, una pregunta formulada por el yacaré al sapo, pero que se multiplica en boca de varios animales a los que Roldán nos tiene acostumbrados en sus cuentos: el piojo, el mono, el oso hormiguero, el quirquincho, y otros mil animales más… Un interrogante que todos tenían en su corazón; un enigma que, durante mucho tiempo, algunos quisieron resolver de manera individual: el secreto que guardan las estrellas. Pero los personajes de este cuento entienden que únicamente unidos podrán encontrar la r e s p u e s t a y, entonces, se organizan. Deciden hacer guardia y mientras tanto se dedican a ser felices: juegan, caminan, cantan y se enamoran… y siempre miran para arriba. Pero la noche

avanza, y con ella el cansancio… Gustavo Roldán logra atraparnos con una historia en apariencia sencilla, pero que, bajo la mirada de un lector atento, transmite el valor de la solidaridad, la organización, la lucha. Pensar que un objetivo puede ser común a una sociedad y que es necesario confiar en el otro para lograr un cambio en beneficio de todos. El texto se complementa y enriquece con las ilustraciones de Juan Lima, que nos muestran en su esplendor los colores, matices y texturas de los animales del monte. Un libro que nos convoca, nos hace una gran invitación a todos –niños y grandes- a seguir intentando resolver secretos, buscar tesoros, lograr cambios…■

Domingo 26•12•2010

Crearon la Asociación de Guionistas del Atlántico Sur Un grupo de escritores, guionistas y autores vinculados con la producción audiovisual para cine y televisión que viven en Mar del Plata y la zona de mar y sierras constituyeron la Asociación de Guionistas del Atlántico Sur (Aguiasur). La entidad busca participar activamente en la producción de contenidos audiovisuales regionales para cine, televisión e internet. Además, sus miembros quieren aportar su variada experiencia y creatividad al trabajo de las productoras de la zona que realizan material televisivo, cinematográfico, documentales, videoclips y de animación. “Los últimos años han mostrado que Mar del Plata y la región tienen una capacidad extraordinaria para generar proyectos de nivel nacional e internacional en el campo audiovisual. Buscamos reforzar esa ten-

dencia con el aporte de nuestra creatividad para escribir historias que puedan contarse en diferentes formatos y soportes”, explicaron Carlos Balmaceda y Javier Chiabrando, fundadores y coordinadores de la asociación. “Hasta ahora veníamos trabajando de manera individual y aislada en la producción de guiones y en el desarrollo de historias, pero el horizonte de la industria audiovisual es tan grande y versátil que decidimos unirnos para generar un polo creativo que refleje nuestra identidad con toda la fuerza que se merece”, agregaron. Carlos Balmaceda es escritor y guionista, autor de novelas traducidas a media docena de idiomas que obtuvieron premios en el país y el exterior. En breve se estrenará la película “La plegaria del vidente”, con guión suyo y la actuación de Gustavo Garzón,

Rodolfo Ranni, Vando Villamil, Valentina Bassi y Victoria Carreras. Además, el año próximo se filmará otro de sus guiones, “El puñal de Dido”. Mientras, trabaja en el documental “Sueños de gloria de Uby Sacco” que escribió y dirige él mismo. Por su lado, el escritor y ensayista Javier Chiabrando fue el creador y coordinador de la “Film Commission de la Ciudad de Mar del Plata”, organismo público que funcionó en el área de Cultura de la municipalidad marplatense. Colaboró con películas como “La Cruz del Sur”, “Rodrigo, la película”, “Pálido Fuego”, y el telefilme “Anillos de Humo”. Sus obras se publican tanto en Argentina como en varios países de América y España. Recibió importantes premios y es habitualmente invitado a dar charlas y talleres de escritura en ferias internacionales de libros ■

En enero, aparecerá un libro con poemas inéditos de Juan Ramón Jiménez El poeta y premio Nobel Juan Ramón Jiménez fue uno de los escritores más ricos y prolíficos del siglo XX, como se puede demostrar. Ahora su familia prepara, para enero de 2011, un nuevo libro, "Arte menor", con otros 43 inéditos. Se trata de un nuevo volumen de poemas del poeta de Moguer, que ha rescatado el profesor y especialista juanramoniano José Antonio Expósito, hallados en el archivo de Puerto Rico, un tesoro con casi 200.000 manuscritos y cuya digitalización todavía se está llevando a cabo. "Arte menor", que publicará Linteo en las primeras semanas de

enero, encierra un total 142 poemas, de los cuales 43 son inéditos y otros completamente desconocidos y que este profesor de Literatura ha rescatado de diversas revistas de principios del siglo XX, de las que no se sabía que guardasen este importante material. "Cuando estuve buceando en el archivo para editar 'La fuente pensativa' -explica a Efe Expósito- descubrí 'Arte menor'. Me llamó mucho la atención encontrar un libro hecho y que estos poemas fueran inéditos. Indagué en su historia y comprobé que este libro lo había querido publicar Juan Ramón en

1909 y que llevaba por tanto cien años inédito". Se trata de unos textos de muchísimo interés, porque, en opinión de este experto, se demuestra "lo decisivo" que fue Juan Ramón Jiménez para la generación el 27. "Es una poesía neopopular apunta- que tuvo mucha ascendencia en muchos de los miembros de la generación del 27, como Lorca, Alberti y luego Miguel Hernández. Y en el estudio que hago en el libro demuestro cómo hay un eco casi calcado entre poemas que Alberti o Lorca hicieron muy populares y los de Juan Ramón" ■

Editaron los cuentos completos de Marguerite Yourcenar Por Sebastián Jorgi

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sta edición de Alfaguara, impresa en los talleres de la calle Viel 1444, barrio de Parque Chacabuco de Buenos Aires, lleva un prólogo de Miguel Martínez Lage. Una introducción que ordena sobre la obra de la autora de Opus Nigrum y El tiro de gracia y que indaga en la producción de cuentos, género que nuestras generaciones han transitado menos que la serie novelística. “Entre los cuentos de juventud publicados póstumamente con el título de Cuento azul (1993) y los tres relatos magistrales de Cómo el agua fluye —aclara Martínez Lage— reescritos en 1979-81, aunque sus gérmenes datan de los años treinta, se

intercalan dos libros más unitarios: Fuegos (1936) y Cuentos orientales (1938) con edición ampliada de 1978”. Así, podemos conformar una estructura cronológica y temática de Marguerite Yourcenar (1903-1987), que a mediados de la Segunda Guerra Mundial viajó a Estados Unidos, donde decidió ejercer como docente en Literatura. Confieso que había leído sólo los Cuentos orientales hasta el momento —aparte de sus novelas— y ahora al darle una primera lectura a Cuento azul y Fuegos, uno puede sopesar la creación en torno de la pieza corta, en esos personajes como los mercaderes griegos. “Todo libro lleva el sello de su época y es bueno que así sea. Este condicionamiento de una obra por su tiempo se realiza de dos maneras:

por una parte, por el color y el olor de la época misma, que impregna más o menos la obra de un autor; por la otra, sobre todo cuando se trata de un escritor joven, por el complicado juego de influencias literarias y de reacciones contra esas mismas influencias…”, señala Marguerite Yourcenar en el Prólogo a Fuegos en la edición de 1967. Reconoce influencias de Paul Valery y confiesa su adhesión a Jean Cocteau. Un libro que se deja leer lentamente, en el recorrido de 523 páginas, traducidas por Emma Calatayud y María Fortunata Prieto-Barral, sin duda, en esforzado trabajo. La reunión de la narrativa breve de Marguerite Yourcenar en un volumen es dable festejarlo. Claro, con su lectura ■

Las 8 preguntas para Silvia Loustou

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¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles?

-Sí, cuando estaba en la facultad, en las librerías de la calle Corrientes en Buenos Aires. No recuerdo bien, pero creo que

uno fue una novela de Puig.


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C U LT U R A

Domingo 26•12•2010

RECUPERAN LA OBRA ENSAYISTICA Y PERIODISTICA DE JORGE BARON BIZA

La melancolía aristocrática Su vida estuvo marcada por una seguidilla de suicidios familiares, que hasta a él mismo lo llevaron por ese camino. En el libro ‘Por dentro todo está permitido’, se rescatan algunos de sus textos más destacados desde 1980.

E

l libro ‘Por dentro todo está permitido’ recupera la labor ensayística y periodística de Jorge Barón Biza (1942-2001) o la faceta más luminosa del autor de ‘El desierto y su semilla’, un texto lírico que recurre a la belleza como posibilidad de exorcizar el dolor. Contra la fascinación morbosa que generaron los hechos allí narrados -el tempestuoso vínculo de sus padres y una serie de suicidios familiares- este libro rescata textos invariablemente poéticos que Barón Biza escribió a partir de 1980. HISTORIA TRAGICA Con la mirada de un crítico de arte, ‘El desierto...’ repasa las sucesivas reconstrucciones de rostro a las que se sometió su madre Clotilde Sabattini, hija del gobernador cordobés, luego de que su padre, el político multimillonario Raúl Barón Biza, le arrojara ácido tras firmar el divorcio, delante de sus abogados y simulando ofrecer un whisky, una tarde de agosto de 1966. Al día siguiente su padre se suicida y en esa carrera lo siguieron años más tarde su hermana adolescente María Cristina, Clotilde (1978) y finalmente él. Una carta que le responde al periodista Enrique Sdrech luego de publicar esta historia en la sección Crímenes de Famosos del diario Clarín se reproduce en este libro. Enterado de la existencia de los otros textos de Barón Biza, el historiador Martín Albornoz comenzó a buscar obra periodística, crítica y ensayística; sabía que existía porque la revista Artefacto -que dirige un antiguo amigo del escritor, Christian Ferrer- había publicado un pequeño dossier que se llamó ‘Acerca de la belleza’. El objetivo era hacer un libro que alumbrara una zona de su producción que no estuviese tan atrapada por elementos trágicos: ‘‘En su novela (la única publicada) daba cuenta de los mecanismos del arte y la literatura para narrar la tragedia, estos escritos dan cuenta de los mismos mecanismos pero independizados del drama autobio-

obra, ‘‘un libro manso, con textos suaves y escritura amable’’, sentencia Albornoz. El mito incluye algo más: Barón Biza habría escrito otra novela cuya suerte final se desconoce, el hermano que lo sobrevivió, Carlos, la habría destruido después de que su primo Marcelo Scelso -que también colaboró con esta recopilación- la leyera. ‘‘Dicen que la novela era sobre unos pibes de la aristocracia cordobesa que se iban a debutar a Salta, llamativa o buscadamente ligera, como si hubiera intentado clausurar algo’’, dice Albornoz, que realizó varios viajes a Córdoba para reunir el material aquí expuesto.

gráfico’’, dice Albornoz. LO QUE SE RESCATO Hay un registro mítico de la cantidad de textos escritos por Barón Biza -‘‘que yo nunca vi’’, aclara el compilador-, de cuando daba clases en la carrera de Ciencias de la Información de la Universidad de Córdoba. La anécdota es que para demostrar su pertinencia al ámbito de la enseñanza juntó una pila de textos que los que dicen haberla visto describen como de un metro; Albornoz pone la mano a la altura de la mesa donde ofrece la entrevista para dar una idea. Para el volumen editado por Caja Negra y el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) ‘‘hemos reunido unos cinco centímetros de papel’’, ironiza, sólo textos firmados, ‘‘él debe haber juntado todos, incluso los que decía que escribió para revistas porno’’, especula volviendo a la mítica pila de papel. Los que aparecen aquí son artículos escritos para el periódico La Voz del Interior; reflexiones de la vida cotidiana reunidas en ‘Los cordobeses en el fin del milenio’, apuntes de cátedra y crónicas de ricos con alguna voluntad filantrópica publicadas en una revista de Atlántida. ‘‘Barón Biza escribía para vivir así que tenía que producir necesariamente, y lo hacía desde un lugar totalmente enciclopédico, en el sentido de registro universal del conocimiento’’, indica Albornoz. ENTRE DOS MUNDOS Ocurre que, educado y criado por una hiperaristocracia ‘‘es a su vez un alcohólico que tiene una sensibilidad lumpen muy marcada y su prosa naturaliza esos vínculos, muestra su pertenencia a ambos mundos’’, señala el joven catedrático de la UBA. Los irónicos sobreviven, los melancólicos se suicidan decía Barón Biza y en estas páginas se juega la vitalidad de esa ironía: ‘‘El sabe mirar una obra de arte notable en las reseñas Frida Kahlo y Unos tragos con Manet-; a la vez que analiza el set jet ochentoso El rancho en el parque- o el mundo de los ‘trapitos’, los pibes que

Jorge Barón Biza.

limpian parabrisas -Toreros de radiadores-’’. ‘Por dentro...’ puede leerse como un díptico que compone la percepción de cierta totalidad de

EXTRAÑO HABITO En esos viajes se contactó con familiares de Barón Biza, que ‘‘daban cuentan de un tipo muy ale-

■ Lecturas

gre de ver, increíblemente buen humorado, que leía y en vez de subrayar arrancaba las hojas de los libros que le gustaban’’. ‘‘Armaba ataditos de hojas y regalaba los libros, no tenía biblioteca, tenía montañitas de libros: por eso llegué a la edición de ‘Viaje al fin de la noche’, de Celine, que tenía él. De ahí sale el título, un subrayado que había hecho en esas hojas -señala-, ‘por dentro todo está permitido’’’. ‘‘No disimular nada ni ocultar nada, escribir sobre las cosas más cercanas a nuestro dolor y a nuestra felicidad’’, con esa frase de Cheever comienza el libro, esa cosa de ‘beautiful loser’ podría definir su obra: ‘‘textos de una pulsión extrema e increíblemente suaves, nunca resentidos, de un hombre que intenta dotar de sentido una vida y que para eso necesita escribir’’ ■

Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.

Los libros más vendidos de la semana FICCION 1 "EL CEMENTERIO DE PRAGA", 2 "COMER, REZAR, AMAR" 3 "EL ÚLTIMO CASO DE RODOLFO WALSH"

de Umberto Eco. Elizabeth Gilbert. Elsa Drucaroff.

Lumen. $85. Aguilar. $69. Norma. $58.

NO FICCION 1 "RODOLFO PUIGGRÓS", 2 "LA CIUDAD DE LAS PALABRAS", 3 "PECADORES Y PECADORAS",

de Adriana Puiggrós de Alberto Manguel de Federico Andahazi.

(Taurus); $ 59. (Del Nuevo Extremo); $88. Planeta. $79

RECOMENDADOS 1 “LA HISTORIA DEL AMOR” 2 "NUEVAS HISTORIAS NEGRAS DEL FÚTBOL ARGENTINO" 3 "VIDAS".

Fragmento de

Nicole Krauss. Salamandra. $45. Alejandro Fabbri. Capital Intelectual. $48. 24 biografías de grandes personalidades. Daniel Mañas. Planeta. $69.

"Consejos sobre el arte de escribir cuentos",

(incluido en “Cuentos”, de Roberto Bolaño, publicado por editorial Anagrama) Como ya tengo 44 años, voy a dar algunos consejos sobre el arte de escribir cuentos. 1) Nunca aborde los cuentos de a uno en uno. Si uno aborda los cuentos de uno en uno, honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte. 2) Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si se ve con energía suficiente, escríbalos de nueve en nueve o de quince en quince. 3) Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, y además lleva en su interior el juego más bien pegajoso de los espejos amantes: una doble imagen que produce melancolía. 4) Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo y a Monterroso. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. 5) Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y Umbral, ni en pintura. 6) Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así. 7) Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho,

es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel. Gran error: ¡deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval! 8) Lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de este pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges. 9) La verdad de la verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra. 10) Piensen en el punto número nueve. Piensen y reflexionen. Aún están a tiempo. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas. 11) Libros y autores altamente recomendables: de lo sublime, el Seudo Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sydney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antología de Spoon River, de Edgar Alan Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila Matas, y Mientras ellas duermen, de Javier Marías. 12) Lean estos libros y lean también a Chejov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo ■

Las 8 preguntas para Silvia Loustau

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Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Sólo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la

voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los sacrificados y cuáles los salvados? -Salvaría La odisea, 100 años de Soledad y la poesía completa de Miguel Angel Bustos. Sacrificaría:, Composición de

Norma Huidobro y Pecar como Dios manda de Federico Andahazi, Perder de R. Robles.


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C U LT U R A

Domingo 26•12•2010

Hacer foco (fragmento) Por Emilce Strucchi (*)

F

oco, hacer foco. Más. Enfocar con los lentes y con gran lentitud visual. Mirar con tanto esfuerzo hasta que se te achinen los ojos. Es peor en medio de una tormenta porque entonces hace falta concentrarse mucho más. Ahora adelantar un pie, inclinarse como un junco para estirar el cuello. Dejar que el cuerpo se entregue a la búsqueda y le preste seguridad a estos ojos endebles. Hacer un último intento por reconocer el número. El colectivo se acerca: ¿será el que debo tomar? Esta pregunta escasamente filosófica se ha vuelto fundamental en mi vida. Es por el miedo a llegar tarde, con poco aire, de por sí agotada. Sudada, además, a causa de caminar a los apurones. Es que uno sabe que lo aguardan y también que las horas son siempre inapelables. En esta ciudad de primavera suele diluviar en noviembre. Nada de qué asombrarse. Las calles están abarrotadas de gente con paraguas. Los detesto. Hay que protegerse o te arrancan un ojo ante la mínima distracción. Ese barrio es como un gran laberinto. Cuando creés que falta poco para llegar a la avenida, regresás al mismo punto. Inexplicable. Tanto como esa condición absurda de levantar la mano cuando el transporte ya no puede detenerse. Yo no podía detenerme. Andaba siempre a destiempo. A destiempo en la vida, en los desencuentros y las excusas, o con los regalos de cumpleaños. Hasta en los encuentros era así. Todo rebelde, penoso. Por alguna razón que se me escapa, hay muchas líneas de colectivo que tienen el mismo color pero distinto número. Me preocupa. Aunque en verdad no es culpa de nadie. Nada de qué quejarse, no exageres. Si tan poca cosa te confunde, será porque este es un país de amargados pasivos que tienen el gobierno que se merecen. Pero, no. Eso no importa ahora. Saliste con demasiada anticipación y esta vez llegarás puntualmente. Tenés tu turno reservado hace mil años y no hay quién pueda quitártelo. Cuando ya estás cerca de Palermo, considerás la posibilidad de bajarte y seguir a nado. Tal vez sea más rápido. Contenés la furia en el preciso momento en que comenzás a reflexionar sobre el presidente de turno, los desagües y otras cosas banales que irrumpen en tu pensamiento sobre todo cuando te afectan muy directamente. Una viejita cruza la calle con el agua hasta las rodillas. Se tropieza. Se cae de rodillas. Entonces sangran. Cuando el colectivero frena, empezás a insultar y la muchedumbre apretujada te mira con mala cara. Cerrás el puño y llega ese gesto de tu dedo mayor en alto. Luego, se dibuja una sonrisa desafiante en tus labios.

Ilustración de Laura Vásquez, alumna de la carrera de Ilustración de la Escuela de Artes Visuales "Martín Malharro".

No te los pintaste y de inmediato estás arrepentida porque uno de los que te miraron era un señor alto y bronceado, aparentemente listo para abordarte. Nunca hay lugar para semejantes estupideces. Esta mañana decidiste ir vestida de blanco vaya uno a saber por qué, si es el tono que menos te favorece y el que a la vez más te ensancha. Pero también te muestra luminosa, límpida y brillante, a pesar de todo. A mí me gusta. Sólo en una oportunidad le puse ropa blanca a uno de mis hijos. Es un color que no admiten los varones. Es así. Me dirán machista algunos. Otros me dirán feminista, aunque consideren que es un término casi pasado de moda. Yo digo en cambio, que siempre fui madre soltera y práctica. La única, primera y última vez que vestí de blanco a Nazareno, mi hijo mayor, fue para un cumpleaños. No recuerdo de qué amigo. Cumplía nueve, de eso sí me acuerdo. Le compré un par de medias como regalo y le dije a Nazareno alguna mentira para que se imaginara que eran como las de Luis XIV, a quien por suerte él aún no conocía. Hasta cuarto grado sólo conocen a San Martín y a algún que otro prócer argentino que justifica modificaciones calendarias capaces de torcer la historia, con tal de promover el turismo en

los feriados largos. Después vendrán el revisionismo de la edad, el descubrimiento de la farsa y una buena dosis de frustración. Por un momento todos una maravilla y por otros, así, todos una mierda. Pero eran nueve los años que cumplía el nene, como los círculos del infierno. Habrá sido por esa razón que antes de salir: -Mamá, tengo sed. -¿Qué te pasa, querés tomar agua? Ay, Nazareno, ¿justo ahora te da sed? -Quiero chocolatada. -¿Chocolatada? Te vas a ensuciar y... -Quiero chocolatada. No ves que tengo sed, que me muero de sed. No te quiero más. -Traigo la leche pero te la tomás volando. Me parece que ya estás bastante crecidito para tener estos caprichos. Y apurate que se nos hace tarde. Era tarde sí. Y le hubiera pegado. Caprichoso de porquería. Eso. Todo blanco purísimo. Y tiró el vaso entero, con su bendita leche chocolatada, sobre la ropa blanca y avemaríapurísima también. Ensució el piso y se manchó las zapatillas nuevas. Quería pegarle y con ganas. Sin embargo, simulé ser una madre casi normal: le grité hasta el hartazgo, le arranqué la ropa, lo lavé y le di varios empujones y después lo vestí de nuevo. Todo en menos de cinco minutos. Yo estaba

roja, hinchada. El, pálido y quieto. Un buen cachetazo dado a tiempo pone las cosas en su lugar y corrige las malas costumbres, repetía mi abuela. A Ezequiel, el menor, nunca intenté vestirlo así. Y jamás pude cachetearlos, aunque dudo de que esa conducta esté respaldada por alguna otra virtud. Qué ridícula yo, vestida de blanco y tan poco preparada para esta agresión de las baldosas flojas que te escupen su barro. Ahora la lluvia se completa con relámpagos y truenos, en ese orden para mis sentidos. Estoy intranquila. Aunque pasó el tiempo y aumenté el control, estoy intranquila. Hace tantos años que soy o parezco una persona adulta... Y dicen que no hay motivos para preocuparse. Cuando Etelvina -mi madre- andaba por el mundo rebosante de salud, decían lo mismo. Las madres muchas veces nos engañan. Y es difícil descubrirlas. Lo hacen por el bien de los hijos. Me gustaría hacer otro viaje, pero de placer. Uno que compense tantos desplazamientos laborales y congresos que me dejaron el corazón como estaba, pero los bolsillos con menos dinero. Menos que menos, menísimo, que es o parece opuesto a muchísimo. ¡Existirá el menísimo? Habrá que consultar antes de usarlo. Y al

muchísimo también. De cualquier modo, no se le hace mal a nadie. Estar solo es agradable, salvo cuando cae un temporal en Buenos Aires y uno baja del colectivo y tiene que ir a buscar los resultados de un chequeo de enfermedad extirpada para llevárselo al médico, como me ocurre ahora, mientras la secretaria (la imagino cómodamente sentada en su sillón, en ese lujoso tercer piso). - ¿Si? (Yo afuera, mojándome) - Soy Patricia Leritti. Vengo a buscar unos estudios. Sin pronunciar otra palabra, pulsa el timbre y la puerta cede. En silencio subo al tercer piso, ingreso y me paro frente a una ventanilla que dice: "Entrega de informes". Ante la presentación de un papelito que tardo en encontrar, me dan un sobre enigmático y amablemente me dedican un buenas tardes señorita. Algo me sugiere que ya debo partir. Molesto o acaso vengan otros pacientes a buscar sus respectivos sobres. Tengo el impulso de abrir el mío pero no, me digo, acordate hace un par de meses el desastre que fue cuando lo abriste. Es sólo un control, no es para preocuparse (...). Ahora sigo caminando sola, bajo la lluvia. Voy rumbo a la parada de otro colectivo y en este momento, recuerdo un cuento de Poe que leí hace muchos años. Entonces, vuelvo a sentir miedo. (El miedo se parece siempre a la derrota). El gran sobre está a salvo dentro de mi maletín, pero en cambio yo chorreo agua. El pelo largo y lacio me pesa. Siento la cara tensa. Mi boca, apretada y seca. Es miedo. Es solamente eso. Y aquellas noches de infancia eran de soledad, puedo comprenderlo. De todos modos la casa estaba tibia y muchas veces persistía el olor a bizcochuelo esponjoso de coco. El chocolate caliente era otro consuelo también aunque quemara, porque había que tomárselo así. Sentir cómo bajaba por la tráquea y el esófago. Sentir que caía en el estómago como un carbón encendido. Alimento. ¿Alimento para el alma? Alguna vez iba a terminar aquel dolor. Y decían: comé, comé, no dejes de comer y de crecer fuerte, robusta como un tronco de ombú, no como un roble. La cena temprana, pobre pero opípara. Después, una vez más la oscuridad. El cuarto a solas. El cuarto cuartel, las rejas. Una pieza para una, una pieza de hija única y de ellos (que se escondían detrás de las cortinas). Algunos estaban dentro del placard, justo frente a mi cama, justo frente a mí. Yo sabía que muchas veces me espiaban en silencio y casi sin moverse. Existieron demasiadas noches como esas, largas, muy largas, tantas, como esos caminos sinuosos que nos llevaban a Mendoza y preguntar cien veces, cuándo llegamos ■ (*) Es la autora de la novela "Andar ligero", de donde se extrajo este fragmento.

Las 8 preguntas para Silvia Loustau

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Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una única pregunta a uno de sus tantos escritores

predilectos. ¿Qué le preguntaría? -Le preguntaría a Gabriel García Márquez que me expli-

que cómo armó la trama de 100 Años de Soledad.


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