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■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 14 DE NOVIEMBRE DE 2010

IDA Y VUELTA: cultura@lacapitalmdq.com.ar

ROSA MONTERO PASÓ POR MAR DEL PLATA

“Mis novelas son como sueños que sueño con los ojos abiertos”

"Lo que eres de niño va a condicionar lo que eres de adulto y como lo creo al cien por cien creo que las infancias son importantes"

Recomienda a los jóvenes escritores no escribir desde las experiencias personales. "Una de las cosas que me encanta de ser novelista es poder escribir de otras cosas, poder vivir otras realidades", dice la escritora española. El rol de la infancia, las diferentes miradas sobre el mundo y el método de cada escritor.

No tiréis salamandritas al fuego", pide Rosa Montero, la escritora española que pasó recientemente por Mar del Plata y que, entre risas azuzadas por la velocidad de sus palabras, cuenta por qué se tatuó hace diez años una salamandra verde en su brazo derecho. "Son un mito de la regeneración, me encantan, son como dinosaurios domésticos, como dragones de cuento, se supone que a las salamandras las tiras al fuego y no se queman, lo que es mentira, es un mito. ¡Por eso no tiréis salamandritas al fuego...! Son como el Ave Fénix", dice antes de brindar su charla en la Feria del Libro. Finas babuchas, remera violeta calada, siempre con su colgante -esta vez rojo- en el pecho, Rosa Montero parece una princesa de "Las mil y una noches". Una princesa triste por la muerte de su marido, pero, desde siempre, apasionada por las joyas. "Pero de este tipo -aclara sobre el collar que lleva puesto-, éste es de plástico, vale dos duros pero es mono ¿verdad? No sé de dónde viene este interés, me gustan estos objetos, tendré algún ancestro gitano..."

"Cuando una mujer escribe una novela que está protagonizada por una mujer, la gente cree que estás hablando de mujeres y cuando un hombre escribe una novela que está protagonizada por un hombre, la gente cree que él está hablando del género humano. Las mujeres somos el 51% de los seres humanos"

Lúcida, cariñosa -saluda con un beso, al estilo argentino-, la escritora madrileña de 59 años está preocupada por el sentido de la vida en este mundo cada vez más turbulento y cambiante. Por eso habla de la trascendencia sin rebusques intelectuales. "El sentido de escribir es la búsqueda del sentido de la existencia", indica esta mujer-torbellino con la naturalidad de los que han mascado el tema durante bastante tiempo. Como periodista -trabaja en el diario El País- se declara "gran partidaria" de las nuevas tecnologías que modifican el aspecto formal del periodismo: "Estamos en un momento muy interesante y muy complicado, el periodismo no va a desaparecer, en realidad sólo está cambiando el soporte", asevera y dice que, después de tantos años de trabajo en las redacciones, desea "trabajar lo menos posible" y dedicar más tiempo a la novelística. Como autora de ficción, en tanto (escribió las novelas "La historia del rey transparente", "Instrucciones para salvar el mundo" y "El corazón del tártaro", entre muchas otras), rechaza el contenido autorreferencial en estas obras. Y, siempre en la senda de la igualdad entre los sexos, niega que existan cualidades similares entre las historias que escriben las mujeres. "Hoy hay más diferencia en la mirada sobre el mundo en un escritor o escritora que haya crecido en el campo y un escritor o escritora que haya crecido en la gran ciudad", asegura Montero, que tiene una relación cercana con la Argentina: suele ser jurado del Premio Clarín de Novela. "La travesía de una vida"

"Todos nos travestimos, todos nos ponemos armaduras"

sierva y soy libre. He visto en mi vida cosas maravillosas". ¿Estas palabras se aplican a su vida? -Sí y no, porque en mi época y en mi clase, que era la clase baja, pobre, sabíamos leer, o sea no era una cosa como para una plebeya del siglo XII. He visto cosas maravillosas..., no se ven cosas maravillosas en toda vida, quiero decir que la vida es tenebrosa y maravillosa, o sea que realmente la vida siempre es maravillosa. En cuanto a que sea, en esta novela, la protagonista una mujer, pues ya sabes, aunque tengo protagonistas absolutos a hombres, lo normal es que algunos escritores o escritoras tendamos a poner más protagonistas de nuestro propio sexo. Lo fastidioso es que, en general, cuando una mujer escribe una novela que está protagonizada por una mujer, la gente cree que estás hablando de mujeres y cuando un hombre escribe una novela que está protagonizada por un hombre, la gente cree que él está hablando del género humano. Y no, claro, no es eso. Las mujeres somos el 51% de los seres humanos. Así que mi Leoala (la protagonista de "La historia del rey transparente") es una mujer que se trasviste, se pone ropa de guerrero para poder sobrevivir. En realidad se podría entender desde una primera lectura, porque las novelas tienen muchas capas, que estoy hablando de las dificultades de la mujer para pelear en un mundo masculino, por eso se tiene que trasvestir de hombre metafóricamente, pero en realidad no es lo que me interesa, de lo que habla esta novela es de la dificultad de la travesía de una vida, de cómo se va madurando, de la dificultad de encontrar tu lugar en el mundo, y esto les pasa a hombres y a mujeres, todos nos travestimos, todos nos ponemos armaduras, todos intentamos adaptarnos a lo que los demás quieren de nosotros, y a lo mejor madurar consiste para hombres y mujeres en ser capaces de quitarte esa armadura y ese disfraz que te cubre y poder mostrar la carnecita blanda y frágil, sin miedo a mostrar lo que hay debajo.

-En "La historia del rey transparente" usted comienza así: "Soy mujer y escribo. Soy plebeya y sé leer. Nací

Las 8 preguntas para Evangelina Aguilera(*)

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¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de

leer? -Hay tres tipos de “errores” que me causan cierta incomodidad al momento de leer. Los dos primeros, no están en relación con la figura del autor. Me refiero a errores ortográficos o de tipeo que responde, claro está, a un trabajo editorial desprolijo. El segundo “deta-

lle”, que no es error en términos estrictos pero que suelen frenar la lectura, responde a las traducciones españolas. Palabras como “ordenador”, “gilipollas”, “tía”, etc., me resultan molestas. "La máquina de follar", de Bukowski, un excelente libro de cuentos, tiene este detalle. Por último, me irrita la poesía que no dice nada, que junta palabras grandilocuentes con pretensiones excesivas sin ninguna idea interesante que sustente tal despliegue de vocabulario.

(*) Evangelina Aguilera es poeta, docente de Letras del Colegio Nacional Arturo Illia, Colegio Alfred Nobel y Libertador. Ha colaborado en revistas literarias como “Hablar de poesía”, “Prometheus” y “Poética”. Como poeta, ha publicado el libro Fuga.

(Continúa en página 4).




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IN MEMORIAN

José Gallardo, el poeta que resumió el sentir del hombre del norte Nació un 2 de agosto de 1936 y falleció recientemente, el 9 de octubre pasado. La autora de este artículo ofrece un perfil de este premiado autor, recordado por "Coplas de Juan Carnaval" y "Herramientas del Grillo". Por Bertha Bilbao-Richter

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lejado de los cerros salteños y de su Cerrillos natal, coplero de alma, había traído consigo a Buenos Aires su condición de juglar vallisto. Su temple de poeta fue consustancial a su estar en el mundo, fue su modo de relacionarse con su propia existencia y con sus semejantes. De ahí que la poesía y la canción se mostraron en ese entrelazamiento que nos recuerda la musicalidad de la palabra buscada por Darío y, al mismo tiempo, el arte de las razones de amor que el Renacimiento desplegó y que se advierten, remozadas, en páginas memorables, con el encanto de una serena vivencia o de la contemplación de la belleza de su universo próximo. No le fue ajena la poesía tradicional y popular española de la cual José Gallardo conservó su frescura y diafanidad, especialmente cuando el amor es el tema, en el que la mujer ha sido interiorizada como “Puerta del Cielo”, como mediadora hacia la trascendencia. De ahí que el sentimiento amoroso haya sido la fuente de su inspiración. Sin embargo, no estuvo ausente en su literatura su preocupación por lo social, la fugacidad de lo existente en el tiempo y el deterioro inexorable de la belleza, los valores familiares, la com-

pasión frente a la enfermedad, la imaginación como apertura a todas las posibilidades, la presencia de Dios cuyo pincel pinta días lluviosos o azules, entre otros tópicos sentidos como comprobación cotidiana. Con su primer libro, "Las tardes pensativas", obtuvo en 1971 el Primer Premio de la Dirección de Cultura de su provincia. Ya en Buenos Aires publicó Coplas de Juan Carnaval (1998), prologado por la profesora y poeta Sara San Martín de Dávalos. Allí rescata la espontaneidad del cantor, su sentido de libertad, el amor como sentimiento que requiere ser personificado, el desafío a la muerte no sin un dejo de resignación pero con la esperanza de la resurrección, la rememoración del tiempo; breves piezas tan ligadas a la tradición y en las que es posible apreciar la síntesis conceptual, propia del pensamiento del hombre de nuestro norte. Su tercer libro, "Herramientas del Grillo", fue editado gracias a la obtención del Premio Iberoamericano de Poesía convocado por Georges Zanún Editores y entregado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en el año 2008. No podemos dejar de referirnos a sus creaciones dedicadas a los niños, en las que se percibe el retorno al candor y a la inocencia, el sentido más antiguo y hondo del canto: nanas, rondas, coplitas, canciones portadoras de valores éticos, sentimiento y fantasía, como así también cuentos, algunos de ellos publicados en antologías. Más de tres-

cientas canciones grabadas y difundidas en el país y en el extranjero por destacados músicos e intérpretes lo hizo merecedor en 1999 de la Medalla y Diploma RAS que la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic) otorgó en reconocimiento a la extensa labor de este artista. El pasado 2 de junio había obtenido el Reconocimiento al Mérito Artístico como creador literario, otorgado por el gobierno de la provincia de Salta. Al decir adiós a José Gallardo, pedimos a la memoria de Dios que lo albergue en su eterno hoy y a sus lectores, que indudablemente marcarán generaciones siempre renovadas, como él mismo lo intuyó en sus versos, el recuerdo que es quizás una forma de resurrección: “Traigo una copla redonda / sobre las crines del río / porque yo sé que una copla / me ha de salvar del olvido” ■

Felisberto Hernández, un escritor singular "Cuentos selectos, Letras al Sur del Río Bravo", Corregidor Por Sebastián Jorgi

Con estudio preliminar de Gustavo Lespada, el sello de Manuel Pampín edita en su colección "Cuentos Selectos", piezas inolvidables de Felisberto Hernández, un narrador devenido de la marginalidad, tanto en la vida social como en aquella que hizo como un único narrador. ¿Debemos decir uruguayo? Más allá de esta obviedad, habrá que arriesgar que Felisberto fue un escritor rioplatense, que nos pertenece, que hemos comenzado a conocer con más notoriedad en los años '60. Su cuento El acomodador —en los límites del relato extraño— constituyó un hallazgo de originalidad, entre otras hechuras nobles como "El caballo perdido" y "Nadie encendía las lámparas", que el autor de estudio introductorio analiza con minucioso filo. “No se parece a ninguna, decían tanto Italo Calvino como Onetti… Acierto insoslayable para definir a este escritor, que primero fue pianista en los cines, que transitó comedores de los años '30 y '40 y que configuró un mundo propio contado, una identidad de sí mismo. Léalo. Es para gozar su lectura ■

Efecto adverso Por Sebastián Chilano sebastianchilano.blogspot.com

–La experimentación en humanos es riesgosa –dijo René Conforti. –Depende en qué... –quiso hablar Márquez. –Te lo digo yo que traté de salvar a mi padre y sólo logré que su alcoholismo lo dejara ciego. –La experiencia personal confunde. No se puede comparar tu intento individual con estudios aleatorizados de fase 4 multicéntricos... Al menos vos querías salvar a tu padre, el profesor Ham sólo quería la fama... –Mirá que el profesor Ham siempre se negó a experimentar en humanos –volvió a interrumpir René Conforti–. Si lo hizo, debió ser porque encontró resultados irrefutables. –O su hija lo incentivó –arriesgó Márquez. –¿Qué querés decir? –se inquietó René Conforti. –La belleza de una mujer no se mira, se siente en su perfume –dijo Márquez. –¿Conociste a la señorita Hem? –Jamás la vi. Pero sí conseguí sus fotos. Las fotos (las pocas que hay) son de tamaño natural y de ellas emana su esencia de mujer. La hija del profesor Ham era morena, casi negra, pero no tanto, y tenía los ojos rasgados pero menos que un oriental, con el pelo lacio y perfecto. Al menos tres razas fueron mezcladas para producir esos rasgos perfectos por donde se los mirara. No debió padecer ningún tipo de sufrimiento fetal al momento del parto, por eso creo que era tan perfecta. –Siempre me dan tristeza los partos –confesó René Conforti–. No me gusta pensar que cuando los niños nacen se quema el útero artificial en que crecieron. Sé que es el procedimiento de rutina. Yo mismo lo vi. Los neonatos caen del útero artificial en la incubadora donde queda suspendido en el líquido amniótico recombinado con más de seis mil ochocientos quince virus mortales aislados desde la instauración del Código Sanitario, y luego se quema el útero, mezclándolo con el líquido recombinado, donde los padres agregan las esencias que le darán el olor particular al recién nacido. Ese olor se lleva en la piel toda la vida, hasta la depresión final. –Mi mujer, que fumaba a mi lado cuando nació nuestra primera hija, no se decidía por ningún perfume –confesó Márquez. –¿Tiene hijos? –preguntó René Conforti. –Dos. Los dos tienen un perfume espantoso. Supongo que por culpa del olfato atrofiado de mi mujer... nos separamos hace años, después de mi éxito con los ácido ribonucleicos, se lo digo porque supongo que era su siguiente pregunta... _¿Y usted, Conforti? ¿También tiene hijos? –No. Nunca me casé. Siempre viví para mis padres... –No se deprima. –No. Sólo pensaba que la experimentación con humanos. –Mire, Conforti. En realidad la experimentación no es más peligrosa que un parto natural. Una serie de eventos y circunstancias hacen que alguien pueda morir por tomar un medicamento legal o por una sustancia alucinógena. El mismo riesgo lo comparten la aspirina que la propaganda de televisión te la vende como el elixir entre imágenes de ancianos felices cobijados por su familia y las drogas que nos dan el perfume desde el útero artificial que nos cobija. El efecto adverso puede ser impredecible... –La muerte es lo único impredecible. –La muerte, espero, será siempre la última frontera que la Ciencia no podrá atravesar ■

Las 8 preguntas para Evangelina Aguilera

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¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una película, una canción o cualquier otra obra de arte? -Nunca he hallado exactitudes con la ficción sino similitudes anímicas de ciertos personajes que me han conmocio-

nado y me han hecho pensar mucho. Ahora recuerdo, por ejemplo, el pesimismo y la ambigüedad de Aleksei Ivanovich, el personaje de "El jugador", de Dostoievsky. O la sensación de estar yendo a una fiesta a la que no fue invitado, propia del personaje de "Memorias del subsuelo", de este

mismo autor. También hay un gesto del personaje de "Vencedores y vencidos", de Kordon. El había colgado un cartel en su habitación con una frase en la que creía. Luego dejo de creer en ella pero no quitó el cartel. La frase decía. “Vive la vida como una aventura”.



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LAURA RESTREPO DEFENDIÓ A LOS MIGRANTES DEL MUNDO

"Los hechos fundacionales en la humanidad tienen que ver con un desplazamiento" Aunque es colombiana, vive en México desde que fue amenazada de muerte por la guerrilla de su país. Habla del drama de los desplazados, que conoció de cerca en Yemen. Alfaguara reeditó un libro suyo que aborda este mismo tema: "La multitud errante".

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a colombiana Laura Restrepo consideró que "están perdidas" las sociedades "que se atrincheran pretendiendo defender unos privilegios o un sistema de vida" y rechazan a los miles de inmigrantes y desplazados que protagonizan ese gran drama humanitario de nuestro tiempo. "Ellos se cercan para defenderse de los que vienen pero en verdad es que ellos son los propios encerrados. El problema no es del que se mueve, es del que se encierra. Finalmente somos tantos millones que no habrá muro que nos contenga", dijo la escritora en una entrevista con motivo de la presentación de una reedición de su libro "La multitud errante" (Al-

faguara, 2010). Para Restrepo (Bogotá, 1950) es un sinsentido darle la espalda a la humanidad, ver con malos ojos al que tiene un color de piel distinto del propio o despreciar los valores de un migrante o desplazado. "No es solamente el que está pasando indocumentado la frontera entre México y EE.UU. Hay toda clase de desplazamientos y hoy en día es, más que nunca, una humanidad en el camino pese a que quieran mostrarnos el sedentarismo como una conquista de la civilización", explicó. La también periodista recuerda que "todos los hechos fundacionales en la historia de la humanidad tienen que ver con un desplazamiento", sean los de pueblos completos o personajes particulares que marcaron la cultura, lo que la llevó a escribir esta "pequeña parábola" publicada en Laura Restrepo. 2001 por Joaquín Mordos que desde el Cuerno de Africa tiz. El año pasado la ONG Médicos cruzan el golfo de Adén en busca de sin Fronteras (MSF) la invitó a Ye- una vida mejor, una experiencia men para conocer de primera mano que la impresionó. La escritora encontró allí, en esas el drama de miles de indocumenta-

"hordas de hombres, mujeres, niños y animales sometidos, desde luego, a toda clase de tragedias" una fuerza extraordinaria, especialmente entre las mujeres, "unos seres decididos a defender la vida contra lo que sea", obsesionados con "que sus hijos sobrevivan". Restrepo recordó que había "unos portentos de personas", una especie de "raza superior" que ha logrado "sobrevivir a todas las catástrofes" y habla "todos los idiomas", los propios y los de sus vecinos o acompañantes. Sin embargo, lamentó que el mundo desarrollado los ignore anclado en la utopía, prevalente sobre todo en EE.UU., de la "negación de la muerte" que existe para "unos cuantos privilegiados y a expensas de la mortalidad masiva del resto del planeta", señala. Esos inmigrantes "van a triunfar, van a pasar por encima de quienes estén poniendo barreras" y sobre "el propio fracaso de una civilización que no está basada en la solidaridad sino en el desprecio del otro, en cerrarle las puertas al otro", señala. El libro que presenta estos días encierra la historia de amor de un des-

plazado interno colombiano que sirve de pretexto a la autora de historias que pueden suceder en cualquier lugar. Confiesa que trató de que fuera "como un afianzamiento de los valores humanos que hay en cada uno de estos desplazados, que llevan en sí el germen de lo que es la humanidad, el recuerdo de lo que son las viejas culturas y la semilla de lo que serán las venideras". Enemiga del poder, "de todas las jerarquías, de todos los puestos altos", se confiesa sin embargo deslumbrada y fascinada por el ser humano y por su fuerza: "Creo que hay futuro para la humanidad. Ya nos encargaremos de buscarlo". Restrepo perteneció al Partido Socialista de los Trabajadores y a la guerrilla M-19 y fue integrante en 1982 de la comisión negociadora de paz entre esa organización y el Gobierno colombiano. Entre su obra, que tiene como referencia fundamental al escritor estadounidense Truman Capote y su novela "A sangre fría" (1966), destaca el libro "Historia de una traición" (1986), que incluyó un reportaje sobre dicha experiencia que la obligó a exiliarse en México y Madrid tras ser amenazada de muerte. También están la novela "La isla de la pasión" (1989), la novela "Dulce compañía" (1995) y "Delirio" (2004), con la que consiguió el Premio Alfaguara de Novela. La autora recibió en 2007 el Premio Nacional de Literatura de Colombia por el conjunto de su obra novelística ■

UNO DE LOS ESCRITORES MÁS LÚCIDOS

Editaron en español la correspondencia de Italo Calvino El poeta español Antonio Colinas seleccionó las cartas que el escritor italiano envió a amigos como Alberto Moravia, Cesare Pavese, Natalia Ginzburg, Elsa Morante, Pier Paolo Pasolini, Leonardo Sciascia o Umberto Eco. Italo Calvino, además de ser uno de los narradores más singulares por su mirada mágica y fabuladora de la realidad, fue un gran intelectual, periodista, editor y teórico cuyo pensamiento se puede conocer por su correspondencia, en su mayoría inédita en castellano, que se publica ahora en un libro. Se trata de un volumen, editado por Siruela, que bajo el título de "Correspondencia (1940-1985)" reúne 240 cartas del escritor italiano dirigidas a su padre, a amigos como el periodista Eugenio Scalfari o a creadores como Alberto Moravia, Cesare Pavese, Natalia Ginzburg, Elsa Morante, Pier Paolo Pasolini, Leonardo

Sciascia o Umberto Eco, seleccionadas por el poeta español Antonio Colinas. Una correspondencia que es todo un material revelador sobre el panorama social, político y literario de la Italia de la segunda mitad del siglo XX. El compromiso ético y político de Italo Calvino (Cuba, 1923-Italia, 1985) y su inquebrantable defensa de la libertad, mezclados con los acontecimientos y vaivenes que marcaron su vida, quedan patentes en estas cartas, que hacen del autor de "Los amores difíciles" una de las miradas más lúcidas y verdaderas del panorama intelectual. "Esta correspondencia es la historia de la narrativa italiana de los años '50 y '60 y su contenido informativo y anecdótico hace de ellas un material teórico y didáctico de primera magnitud", afirma a Efe Colinas, premio Nacional de Traducción en Italia por

verter al castellano toda la obra poética de Salvatore Quasimodo. Colinas, quien ha trabajado sobre la edición italiana, que es amplísima, explica que ha hecho una selección por bloques, entre ellos el dedicado a poetas, editores, profesores y figuras del cine, y, entre las misivas, destaca una dirigida a Esther Benítez, la primera en traducir al español a Calvino y a quien, entre otras cosas, muestra sus dudas sobre cómo traducir "El barón rampante". Otro de los bloques está dedicado al punto de vista sociológico y político de Calvino, "con una fuerte tensión ideológica", añade Colinas. "Aquí se hallan las primeras cartas en las que se van viendo la disidencias con el Partido Comunista, en 1944, a partir de la invasión de Hungría por parte de la Unión Soviética", precisa el poeta y narrador. Calvino luego explica por qué abandonó su militancia en el Partido

Comunista Italiano en 1956, con cartas a la dirección del partido o a los trabajadores de la FIAT. Unos sucesos que acontecen en paralelo a la escritura de su famosa trilogía, "El barón rampante", "El vizconde demediado" y "El caballero inexistente", libros "todos ellos -precisa Colinas- en los que se ve su sustrato ideológico, su vocación pedagógica y su posición rebelde e independiente contra cualquier abuso de poder". En una de sus misivas, Calvino en 1980 se dirige a Umberto Eco al acabar de leer "El nombre de la rosa". Y dice: "Acabo de terminar de leer... Los motivos de interés en mi lectura han sido, por este orden: 1) la filosofía de la risa, que comparto plenamente en su valor moral, estético y gnoseológico (no comprendo cómo los críticos que he leído hasta ahora descuidan o dejan en un segundo plano este que es 'el tema' del libro, y 2) la erudición medieval: teología,

Italo Calvino.

historia y política de las órdenes religiosas, bibliografía, enciclopedismo...". La publicación de esta correspondencia inédita de Calvino se suma así a la Biblioteca del autor que desde hace años publica Siruela, que lleva más de 15 títulos y que editará otra novedad para los amantes de la literatura del italiano: "La entrada en guerra" ■

Las 8 preguntas para Evangelina Aguilera

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¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como pasaje central de alguna de sus

obras? -Lo he hecho, tal vez sin mucha destreza, en una novelita que escribí que se titula "Gamba rusa". Su personaje, Miguel,

es marplatense y deambula por plazas, cafés, el Bosque Peralta Ramos. Allí está la Mar del Plata que a mí me gusta, que es muy distinta a la ciudad turística.



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“Mis novelas son como sueños... (Viene de página 1) -¿Cuál es su postura en torno al contenido autorreferencial en la literatura? ¿Es un camino inevitable empezar a crear desde la propia historia personal? -No, para nada, yo no escribo novelas que tengan que ver conmigo y sin embargo también hay autores que han escrito novelas maravillosas, por ejemplo, "El corazón de las tinieblas", de Conrad, es la historia de su estancia en El Congo. Pero en ese caso un autor es tan impresionantemente bueno que es capaz de hacer de eso algo universal... Las novelas que parten a lo mejor de una vida no tienen por qué ser autorreferenciales en el sentido reductor de la palabra, pero para eso hay que ser muy buen escritor. Como Proust, Proust parte de su vida para hacer una obra absolutamente asombrosa y universal también. A mí personalmente no me gusta. Una de las cosas que me encanta de ser novelista es poder escribir de otras cosas, poder vivir otras cosas, poder vivir otras realidades, así que en general mis novelas no tienen nada que ver conmigo y son como sueños que sueño con los ojos abiertos. Y en el fondo supongo que simbolizarán algo muy mío, eso es inevitable, pero ni yo misma sé traducirte qué simbolizan, porque es como los sueños. Lo de autorreferencial, yo creo incluso, salvo que seas un autor más maduro, no lo recomendaría a los novelistas, sobre todo si son jóvenes, que huyan de lo referencial, porque suelen dar peores novelas. -¿Por qué? -Porque la novela es un género de madurez y tienes que desprenderte de eso. La mirada del narrador tiene que estar lejos, el autor no puede estar adentro de sus novelas. Cuando eres muy joven te es muy difícil separar si hay cosas que son de tu vida, de tu propio yo. Y eso no puede ser. Tú tienes que ser capaz de tomar eso como el entomólogo, que ana-

liza un insecto pero con distancia. Y si eres muy joven y hablas de algo que en realidad está en torno de tu vida tiendes a confundir los lugares y a hacer una obra mucho más pequeña. -¿El cuento es la puerta de entrada a la escritura de ficción? -No, la verdad es que no necesariamente. A mí me encanta el cuento como lectora pero no como escritora. He escrito muy pocos cuentos en mi vida, he publicado un solo libro de cuentos en mi vida y tengo 31 años publicando y toda la vida escribiendo, y he escrito pocos cuentos aunque como lectora me encantan. Así que depende de lo que cada cual haga: el camino de cada cual es el camino de cada cual, y el método con que te organices para llegar a la escritura es propio, tienes que buscar tu propio método. Vargas Llosa es un metódico de estos terribles que se levanta a las 10 menos cinco y está sentado hasta las 12 y 10. Yo soy incapaz de hacer eso, soy más caótica pero a la vez disciplinada, porque para hacer

una novela tienes que ser más disciplinada. Es una carga a larga distancia, es un trabajo enorme pero no quiere decir que tengas una rutina de horas fijas, yo escribo y escribo todo lo que puedo pero no de tal hora a tal hora. -Sin caer en estereotipos tales como "literatura femenina", ¿observa rasgos comunes en las historias que parten de mujeres? -Nada, absolutamente nada, cero. El hecho de ser hombre o mujer no establece una categoría objetiva, cada novela es todo lo que el escritor es y el hecho de ser hombre o ser mujer es un ingrediente más entre miles, entre miles. Hoy hay más diferencia en la mirada sobre el mundo en un escritor o escritora que haya crecido en el campo y un escritor o escritora que haya crecido en la gran ciudad, hay más diferencia de visión del mundo y se puede percibir más el ambiente rural o urbano que el hecho de que seas hombre o mujer. Salvo que seas mujer en Afganistán, las tías que están escribiendo, si hay alguna que se atreve a escribir algo en Afganistán, seguro que ésa escribe otra realidad que un hombre porque está tajantemente dividida la vida de una que de otro, pero en una vida democrática normal, de las grandes urbes es imposible distinguir. -¿A qué se debe la recurrencia a la infancia que se ve en sus novelas? -Las infancias que pongo en mis novelas son horrorosas, son terribles, siempre. En "El corazón del Tártaro" yo pongo una cita, que dice que el niño es el padre del hombre. Es decir que lo que eres de niño va a condicionar lo que eres de adulto y como lo creo al cien por cien creo que las infancias son importantes, importantes como construcción, pero vamos que mis infancias son lugares espeluznantes. Y de mi infancia me acuerdo muy poco, no fue una infancia estupenda, y me acuerdo muy poco de ella precisamente por eso ■

"Buscando a Papá Noel", una historia ambientada en Navidad "Buscando a Papá Noel" es la nueva historia de Richard Paul Evans que publica la editorial Umbriel. Ambientada en el día de Navidad, el libro cuenta la vida de Mark Smart, quien tuvo que dejar de estudiar, su madre murió en un accidente, su novia lo abandonó, y ahora, en plena nevada, su coche dejó de funcionar imprevistamente. A duras penas consigue llegar a una cafetería en busca de un teléfono. Pero lo que encuentra, en cambio, es a una hermosa joven que, a través de un simple acto de amabilidad, cambia su vida para siempre. Macy Wood no recuerda casi nada de sus verdaderos padres y del hogar donde nació. Un adorno navideño con la palabra "Noel" es la única pista que tiene para localizar a su hermanita perdida, y ahora Mark, este extraño que aparece en medio de una tormenta de nieve, parece estar dispuesto a ayudarla. Cabe señalar que todas las novelas de Richard Paul Evans aparecen en la lista de libros más vendidos del New York Times. Se publicaron más de trece millones de ejemplares de su obra, y muchos de sus títulos se tradujeron a varios idiomas y fueron bestsellers internacionales. Ganó el American Mothers Book Award en 1998, consiguió dos primeros puestos en los Storytelling World Awards por sus libros para niños y el Best Women's Novel of the Year Award de la revista Romantic Times en 2005. Evans es el fundador de The Christmas Box House International, una organización dedicada a ayudar a niños abandonados o maltratados. Por su

Carlos Morales, autor de "Fútbol argentino, 80 años de profesionalismo", director de DeporTEA Mar del Plata; y está invitado el intendente municipal, el contador Gustavo Pulti, más otras autoridades locales y provinciales. En mayo pasado "Pelota Cibernética..." ya fue presentado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en La Rural, donde estuvieron, como panelistas, nada menos que Angel Cappa, Fernando Signorini, Horacio Pagani, Carlos Tapia y Jorge Olguín, más el Secretario de Deportes de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Rodríguez, y el jefe de prensa de la Secretaría de Deportes

(fotografía de autor)

Movimiento Por Raúl González

El hecho de ser atleta desde hace 21 años me ayudó a conocer el terreno para registrar esta clase de imágenes. Trato de buscar siempre el movimiento: sea en la pista o en el movimiento de los brazos. Es algo que se aprende con la práctica. E intento obtener algo distinto a lo normal. A veces cuando corro no sé si ponerme a sacar fotos o seguir corriendo. Es que son mis dos pasiones: correr y fotografiar.

obra caritativa recibió el Humanitarian of the Century Award del Washington Times y el Volunteers of America National Empathy Award. Vive en Salt Lake City, Utah, con su esposa Keri y sus cinco hijos ■

Marplatenses rescataron la vida y la obra del escritor Luis Franco “Volví, soy Luis Franco” es el libro de Carlos Mertens y Jorge Federico que aborda la vida y obra del escritor catamarqueño Luis Franco, quien vivió durante varios años en Mar del Plata. Para los autores, Franco está a la altura de Borges, Cortázar, Lugones, Arlt, Alfonsina Storni y su obra abarca casi todos los géneros literarios: poesía, cuento, ensayo histórico, literatura infantil. En “Volví…” aparecen expresiones de impensados personajes de la cultura y de la política que estuvieron relacionados con Franco: Lugones fue el que le dio el primer espaldarazo al joven Franco desde las páginas de La Nación; Arlt, Horacio Quiroga, Tejada Gómez, Eduardo Falú, Mercedes Sosa, Joan Manuel Serrat, Umberto Illia, el dirigente peruano Hugo Blanco también tuvieron relación con él. El dramaturgo Marcelo Marán, encargado de realizar el prólogo de este libro, indica: “Este rescate de Luis Franco nos devuelve algo perdido. Nos introduce en una aventura intelectual corriendo los velos oprobiosos del ocultamiento y del escamoteo. Nos encontramos con ese joven poeta lleno de sueños o con ese viejo sabio de mirada penetrante que nos dice: 'Buenas noches, soy Luis Franco'” ■

“Pelota cibernética”, el viernes en la Feria El libro "Pelota Cibernética, la novela de los mundiales, edición ampliada y corregida", de Vito Amalfitano, que publica Ediciones Corregidor, será presentado en la Feria del Libro Mar del Plata Puerto de Lectura, en la sala Rodolfo Walsh, el próximo viernes a las 21. El autor Vito Amalfitano, jefe de deportes y prosecretario de redacción del diario LA CAPITAL, presentará su novela de los mundiales de fútbol junto a un invitado especial, el periodista Horacio Pagani, de Clarín, TyC Sports y Radio Mitre, autor de "El verdadero fútbol que le gusta a la gente"; y estará acompañado, además, como siempre, por Juan

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de la Nación y director de DeporTEA Buenos Aires, Guillermo Blanco. Ahora, como la obra ya fue presentada también en Sudáfrica, durante el Mundial, la charla en la Feria del Libro de Mar del Plata, en la carpa de plaza Mitre, se abrirá al debate sobre el Mundial que pasó y lo que viene para la Selección Argentina. Además, por supuesto, se abordarán los vínculos cada vez más estrechos entre el fútbol, como parte de la cultura popular, y la literatura. Y los caminos trazados por esta novela que transita por todos los mundiales, los que ya pasaron, los que vendrán, y los que ya ni siquiera podemos imaginar ■

"Apofántica", el recorrido de una revista cultural Los trece números de la revista cultural "Apofántica" serán presentados este miércoles a las 18 en la exposición que se desarrolla en la plaza Mitre. Reconocida internacional-

mente, la publicación testimonia una travesía que restituye y resguarda del olvido a los hacedores fundamentales de la historia de la literatura. "Toda revista cultural constituye

un documento de valioso interés para una historia de la cultura, especialmente porque sus textos colectivos han constituido y constituyen un vehículo importante para la for-

mación de instancias culturales que favorecen la profesionalización de la literatura, en particular, y de las artes, en general", señaló su directora, Stella Alvarado ■

Las 8 preguntas para Evangelina Aguilera Las 8 preguntas para Evangelina Aguilera

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¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción? -El diálogo entre el alcalde y el dentista en el cuento “Un

día de estos”, de Gabriel García Márquez, es notable. Y, hablando de dentistas, el diálogo entre Antonio José Bolívar y el doctor Rubicundo Loachamín en "Un viejo que leía no-

velas de amor", de Luis Sepúlveda también merece recordarse y releerse.

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Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál sería y qué haría?

-Temo que ayudar signifique cambiar el rumbo de los hechos y esto no sería un acierto ya que, si aprecio la obra, de al-

guna manera la acepto aun en su tragedia... Pero, de poder ingresar en una ficción, me gustaría acompañar a Don Quijote.


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C U LT U R A

LA RELACIÓN DE LOS NIÑOS CON LAS ILUSTRACIONES

Grandes libros, pequeños lectores "UN LARGO ROCE DE ALAS", de Gustavo Roldán, (2003), Buenos Aires, Editorial Primera Sudamericana. Ilustraciones de Luis Scafati Colección “Pan flauta”, 59 pp. Por Rocío Malacarne Integrante de la ONG Jitanjáfora

“Primero fue un canto pequeño, perdido entre las ramas de los árboles. Después, a la distancia…” comienza a sonar una nueva historia en el monte. Un largo roce de alas, de Gustavo Roldán, presenta nuevos protagonistas, no ya don sapo, sino el sonido y el tacto, todos los sentidos contemplando expectantes otro nuevo relato. El lector puede percibir un roce (lentamente), de palabras-alas que suenan al compás de las chicharras, representantes de la música en la inmensidad de la naturaleza, en otra inmensidad, la del libro. Las chicharras no son cantantes inertes sino que se encargan de tejer notas musicales, “entre hoja y hoja, entre rama y rama, entre tronco y tronco, fueron llenando los huecos con música hasta no dejar ningún rincón vacío, ningún espacio sin sonido”. A medida que ellas cantan, el libro avanza, se va escribiendo y se va leyendo, los frutos del monte nacen, maduran dulcemente y van esperando al mejor de los veranos. Pero, casi sin previo aviso vemos un puma, delineado también por el ilustrador Luis Scafati, que ruge de rabia manchando la hoja… Semejante sonido suena, pero no como el canto, sino contra él… “¡Basta de cantar!”, ordena. Y las órdenes son órde-

Aprender a leer las imágenes

nes, y el puma es el puma. ¿Se habrá acabado el libro música? Puede que alguna vizcacha metiche intente congraciarse con LA ley y defienda las prohibiciones del felino… Por fin, el silencio: “lo único que se prohíbe es cantar”. Pero ante este escenario, si el libro de Roldán es un canto, es probable que en dos líneas más acabe. Si no hay canto no llega el verano, las letras y las líneas no tienen razón de ser. Las chicharras se reconocen voladoras y deciden retomar su esencia… Por aquí, por allí, se oye una canción. Por acá, por allá, se ve una letra, una línea. Por acá, por allí, se siente una brisa que roza. El monte vuelve a ser una fiesta, el tigre lo acepta y las vizcachas ya no tienen nada que defender. Así es este libro de Gustavo Roldán, un libro sonoro, o mejor dicho, un libro que está sonando, como la colección de la editorial Primera Sudamericana, un pan, una flauta…

Concurso literario sobre los efectos del terrorismo de Estado El certamen "Azucena Villaflor" de cuento corto y ensayo, organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, convocó a jóvenes de 14 a 25 años de todo el país a presentar sus trabajos hasta el 15 de noviembre próximo. Los textos deberán tratar sobre las consecuencias del terrorismo de Estado, en lo posible en torno a historias y experiencias locales que den cuenta de cómo impactó la última dictadura militar en Argentina y cuáles son sus huellas presentes, informaron desde ese organismo. Los ganadores recibirán un

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computadora para ellos y otra para su escuela -en el caso de haber terminado la cursada se considerarán otras instituciones educativas- de la mano de un jurado estará compuesto por Juan Sasturain, Eduardo Anguita y Graciela Repún. El material deberá enviarse por correo postal o entregarse personalmente, de 10 a 17, en la Secretaría de Cultura de la Nación, en el primer piso de avenida Alvear 1690. Las bases y condiciones del concurso se podrán consultar en www.cultura.gov.ar o por mail a falmeida@cultura.gov.ar ■

La autora del artículo se detiene en las ilustraciones de los libros infantiles, una suerte de nexo con el rico mundo de los chicos. "A través de las imágenes, concebidas a veces a contrapelo del texto, el libro respira”, señala.

materialidad, su forma, su tamaño, su textura, su olor, su ruido, sus ilustraciones, que no necesariamente han de ser exploradas de adelante hacia atrás, de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, como nos dicen los condicionamientos que adquirimos al volvernos lectores. A propósito de este tema, dice Istvan Schritter: "Tómese un libro para chicos. Los hay pequeñísimos y gigantes. De muchas hojas y de muy poquitas. En colores y en blanco y negro. Duros y blandos. Cualquiera sea, el que más le guste (¡o tome todos si su corazón de niño se lo manda!) y déjese guiar por su instinto infantil. Hojéelo. Véalo. Léalo. Delo vuelPor Elena Stapich ta. Manoséelo. Integrantes de la ONG Jitanjáfora. Escóndase de la mirada del librero, bibliotecario, repositor de shopn la relación entre los niños y ping o desconcertado/a malos libros, los adultos rido/esposa, según donde somos mediadores. En esté... y huélalo y lámalo, este rol, los grandes suelen que los libros para chicos privilegiar, a la hora de elegir, también tienen gustito... y aquellos textos que, desde su permítase acariciar con los punto de vista, revisten algudedos esa princesa rubia na utilidad: textos que inforque lo espía por el balcón de men, que enseñen, que edupalacio o ese príncipe azul quen, que moralicen. que la enamora desde su El filósofo alemán Walter corcel. Benjamin denuncia esta maDespués de haber desemnipulación de los adultos, espolvado su niñez, refrescar pecialmente odiosa porque y alertar su mirada, y transse dirige a imponer a los niparentar su corazón. ños el sentido de la utilidad, Después, recién después. absolutamente opuesto a su Acuérdese de que es docenconcepción sobre la infancia. te y que puede educar a parNo obstante, los niños no tir de él." aparecen en su análisis como De eso se trata, entonces. receptores pasivos de la liteUna vez recuperada la experatura intermediada por el adulto: hay en ellos una for- Ilustración del libro infantil "Del Topito Birolo y de todo riencia infantil, es posible ponerse en el rol de mediama subjetiva de entendi- lo que pudo haberle caído en la cabeza", de los dor. Cuando se trata de edumiento, una libertad para alemanes Werner Holzwarth y Wolf Erlbruch. car a partir de la lectura de reordenar los materiales, paPara que esta comunicación sea imágenes, el adulto sabe, a veces, ra darles otros sentidos y establecer nuevas relaciones, una apertura fa- posible, el ilustrador debe tener menos que el niño, que suele ser un cilitada por su particular relación muy viva la experiencia infantil del experto. Es por eso que a los mediadores vínculo con el libro. En los primecon lo fantástico. Además, Benjamin señala ciertas ros años, cuando todavía no sabe- nos toca aprender a leer imágenes, “ventanas” por las que el libro in- mos leer –en el sentido convencio- especialmente si tenemos en cuenfantil se escapa a veces de la finali- nal del término- el libro es un obje- ta que en la actualidad alfabetizar es dad utilitaria con la que fue diseña- to con el que nos relacionamos de algo mucho más complejo que endo por el autor: una de ellas es la re- otro modo: el libro como objeto, su señar “las primeras letras” ■

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lación del niño con las ilustraciones. A través de las imágenes, concebidas a veces a contrapelo del texto, el libro “respira”. El trabajo de algunos ilustradores parecería establecer con los niños una cierta comunicación, una sintonía, instalada a espaldas de las intenciones pedagógicas de los escritores. Tal vez porque aquellos, al realizar una tarea considerada en ocasiones subalterna, a veces anónima, se desentienden de los propósitos edificantes y proponen su propio juego, en consonancia con el receptor infantil. Dice Benjamín: “Aún en las obras más anticuadas y tendenciosas (...), un elemento suscita el interés: la ilustración. (...) los artistas y los niños se comunicaron por encima de las cabezas de los pedagogos.” 1 (p. 68)

"La otra playa", de Gustavo Nielsen, ganó el Premio Clarín de Novela 2010 "La otra playa", del escritor argentino Gustavo Nielsen, ganó en Buenos Aires la XIII edición del Premio Clarín de Novela que otorga ese grupo periodístico. La obra fue seleccionada por un jurado integrado por el escritor argentino Edgardo Cozarinsky y los españoles Rosa Montero y Juan Cruz. El galardón se entregó durante un acto llevado a cabo en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, en el que el ganador se hizo acreedor de los 100.000 pesos (unos 25.000 dólares) de dotación del premio y la edición de la novela a través del sello Clarín Alfaguara. La gala estuvo marcada por la au-

sencia del presidente del jurado, el portugués José Saramago, quien murió en junio último. Un video mostró la trayectoria del Nobel portugués y Juan Cruz recordó algunas anécdotas, así como su insistencia en mantenerse al frente del jurado pese a su enfermedad. Gustavo Nielsen nació en 1962 en Buenos Aires. Arquitecto de profesión, el autor de la obra ganadora acredita varias distinciones en el plano literario y es el ilustrador de las portadas de sus libros. Su primer libro, "Playa quemada" (Alfaguara, 1994), fue reconocido por la crítica como la gran revelación

de la joven literatura argentina. La misma obtuvo el Primer Premio en la Bienal de Arte Joven en 1989 y el Primer Premio del certamen "La ciudad convoca a sus creadores", organizado por el Concejo Deliberante de la Municipalidad de Buenos Aires en 1993. Por la originalidad de sus relatos fue invitado al encuentro "Literatura y Compromiso", realizado por la Organización Iberoamericana de la Juventud en Málaga en 1993. Las diez obras finalistas, firmadas con seudónimo, fueron seleccionadas entre 457 originales de distintos países presentados en el certamen ■

Las 8 preguntas para Evangelina Aguilera

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¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles? -No he robado nunca un libro pero reconozco que

cuando estoy en una librería fantaseo con la idea de que por arte de magia el tiempo se detiene y puedo llevarme muchos más libros de los que puedo comprar. Supongo

que ese deseo equivale a un robo.


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C U LT U R A

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LOS AUTORES SON LOS MEXICANOS BEATRIZ RIVAS Y FEDERICO TRAEGER

"Amores adúlteros", novela intuitiva escrita a dos manos "Es un tema tabú, nadie dice que le encantaría tener una relación adúltera", dicen los autores de esta historia, que está protagonizada por una pareja anónima. Las nuevas formas de adulterio que propone internet.

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as relaciones adúlteras existen desde siempre pero actualmente atraviesan un momento de profunda transformación debido, sobre todo, al auge de redes sociales y nuevos medios de comunicación, declararon los escritores mexicanos Beatriz Rivas y Federico Traeger. Ambos escribieron "Amores adúlteros" (Alfaguara, 2009), un libro surgido a partir de un taller literario realizado a distancia que presentaron recientemente en un hotel de la capital mexicana. La obra es un relato corto, compuesto por 127 fragmentos entre los que se intercalan cien textos y veintisiete fotografías de una pareja anónima que vive un romance apasionante. "Es un tema tabú (...) del que nadie habla en serio, nadie lo admite, nadie reconoce que tiene una relación adúltera, nadie dice que le encantaría te-

nerla", explica Rivas. Los personajes principales de la obra, Ella y Él, son una mujer y un hombre anónimos protagonistas de una relación adúltera intensa, apasionada, en la que lo más importante es el amor, ese que es en cierto modo "inconveniente". "Hay una visión femenina y masculina (...) hay muchas partes de Él que yo escribí, y muchas de Ella que Federico escribió (...) Nunca nos pusimos de acuerdo", explica Rivas. La escritora duda si considerar el libro una novela convencional, más bien, explica, lo considera un texto muy intuitivo, surgido en colaboración con un amigo, Traeger, a quien conoce desde que tenían catorce años. No son pareja pero ambos están casados y se unieron en un proyecto literario que les permitió mezclar sus sensibilidades para reflexionar sobre el amor y las relaciones adúlteras. "(La obra) se puede leer de varias maneras, independientemente cada instantánea o de principio a final también. Idealmente es un libro como de consulta en el que se puede abrir una página y leer una frase amorosa que le inspire a uno, o que le haga sentir bien", explica Traeger. Él se apuntó a distancia a un taller que dirigía Rivas y de ahí surgió un relato que no moraliza ni se acerca al mundo de la autoayuda pero que explora la sensibilidad de las parejas ante el adulterio. "En este tipo de relaciones hay dos finales posibles: o dejas a tu pareja y te

medios de comunicación y tecnologías "facilitan" los contactos, sobre todo con la computadora, a solas en ocasiones, pero las consecuencias de una relación de este tipo siguen siendo las de siempre: la ruptura o el olvido. "¿Cuántos adulterios virtuales existen? ¿Cuánta gente tiene relaciones íntimas por Internet, muy intensas, donde se encuentran casi como si estuvieran viviendo con otra persona y a lo mejor están en un país totalmente lejano y nunca se verán? Físicamente jamás se conocerán", agrega. Ambos coinciden en que el libro generó un aluvión de reacciones de todo tipo entre sus amigos más cercanos, unos imaginando una relación así, otros comentando anécdotas o situaciones personales más o menos inconfesables.

■ Lecturas

medios de comunicación, incluido su blog El conejo de la suerte (elconejodelasuerte.blogspot.co m), Terranova analizará “Que así sea”, la segunda novela del autor marplatense publicada por Ediciones B. Del Rio nació en Mar del Plata en 1972 y desde su adolescencia trabaja en el diario LA CAPITAL. En la actualidad escribe crónicas policiales pero ha sabido desempeñarse en distintas secciones de dicho matutino. Es autor del libro de cuentos Botellones de Aire, premiado en 2008 en el Concurso Literario Osvaldo Soriano, y junto a Sebastián Chilano publicó “Furca, La Cola del Lagarto”, una novela experimental que forma parte de una trilogía, cuyo segundo episodio, “El Geriátrico”, se presentará en 2011 ■

La escritora Beatriz Rivas, una de las autoras de "Amores adúlteros".

"Finalmente creo que lo importante de esto es la pasión y el amor, no tanto si es adúltero o no el amor sino esta pasión o esta fuerza con la que lo vives", concluye Rivas. Antes de "Amores adúlteros" Rivas, quien también ha ejercido el periodismo, escribió las novelas "La hora sin diosas", "Viento amargo" y "Todas mis vidas posibles". Para Federico Traeger, publicista afincado en Houston (Texas, EE.UU.), esta es su primera obra ■

Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.

Los libros más vendidos de la semana FICCION 1 “LOS PADECIENTES” 2 "EL FANTASISTA” 3 "SI ME QUERÉS, QUEREME TRANSA”

Gabriel Rolón. Hernán Rivera Letelier. Cristian Alarcón.

Emecé. $72. Alfaguara. $59. Norma. $59.

NO FICCION 1 "LIBERTADORES DE AMERICA” Felipe Pigna. 2 "YO NO VENGO A DECIR UN DISCURSO” Gabriel García Márquez. 3 "FIRMENICH. LA HISTORIA JAMÁS CONTADA DEL JEFE MONTONERO” Felipe Celesia y Pablo Waisberg.

Planeta. $72. Sudamericana. $69 Aguilar. $69.

RECOMENDADOS 1 "MONOAMBIENTES. MICRORELATOS DEL NOROESTE ARGENTINO”. 2 "CONTRA EL REVÉS DEL CIELO” Jimena Busefi. 3 “MALVINAS” Mario Sampaolesi.

El escritor Juan Terranova diserta sobre la novela de Fernando del Rio El escritor y crítico porteño Juan Terranova, autor entre otras obras de "Mi nombre es Rufus", "El pornógrafo e Hiroshima", volverá a presentarse hoy en la Feria del Libro, esta vez para disertar sobre la novela “Que así sea”, de Fernando del Rio. Terranova llevó a cabo ayer una brillante conferencia sobre “Narradores Jóvenes y la Crítica Federal”, que contó con una gran platea interesada en las nuevas tendencias de la literatura argentina. Invitado especialmente para esta nueva edición de la Feria del Libro de Mar del Plata, Terranova estará junto a Del Rio esta noche, desde las 20.30, en la sala José Hernández, ubicada dentro de las carpas de la Plaza Mitre (Colón y Mitre). Crítico literario en distintos

lanzas a esta aventura que probablemente acabe fatal, porque probablemente acaba en la vida cotidiana, o dejas tus sueños y tu fantasía con este nuevo amor y regresas a lo seguro y a tu vida cotidiana. Cualquiera de los dos finales puede ser fatal o triste", asegura. El que ellos eligieron es abierto. Los personajes tienen claro que la relación ha evolucionado y es más fuerte de lo que imaginaron. Rivas evita pronunciarse sobre si actualmente las relaciones adúlteras y traiciones de pareja han proliferado pero tiene claro que acompañan al ser humano desde siempre. Recuerda que incluso en sociedades donde la traición a la pareja se castiga con la muerte, estos vínculos siguen existiendo. Para Traeger es claro que los nuevos

Ed. Desde la gente. $18. Ediciones del árbol. $38. Ediciones del Dock. $30.

Recomendados: Fragmento de “Yo no vengo a decir un discurso”, de Gabriel García Márquez (Sudamericana) Por ustedes Caracas, Venezuela, 2 de agosto de 1972 Ahora, que estamos solos, entre amigos, quisiera solicitar la complicidad de ustedes para que me ayuden a sobrellevar el recuerdo de esta tarde, la primera de mi vida en que he venido de cuerpo presente y en pleno uso de mis facultades a hacer al mismo tiempo dos de las cosas que me había prometido no hacer jamás: recibir un premio y decir un discurso. Siempre he creído, en contra de otros criterios muy respetables, que los escritores no estamos en el mundo para ser coronados, y muchos de ustedes saben que todo homenaje público es un principio de embalsamamiento. Siempre he creído, en fin, que los escritores no lo somos por nuestros propios méritos, sino por la des-

gracia de que no podemos ser otra cosa y que nuestro trabajo solitario no debe merecernos más recompensas ni más privilegios que los que merece el zapatero por hacer sus zapatos. Sin embargo, no crean que vengo a disculparme por haber venido, ni que trato de menospreciar la distinción que hoy se me hace bajo el nombre propicio de un hombre grande e inolvidable de las letras de América. Al contrario, he venido a regocijarme en el espectáculo público, por haber conocido un motivo que agrieta mis principios y amordaza mis escrúpulos: estoy aquí, amigos, sencillamente por mi antiguo y empecinado afecto hacia esta tierra en que una vez fui joven, indocumentado y feliz, como un acto de cariño y solidaridad con mis amigos de Venezuela, amigos generosos, cojonudos y mamadores de gallo hasta la muerte. Por ellos he venido, es decir, por ustedes ■

Las 8 preguntas para Evangelina Aguilera

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Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Sólo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los

sacrificados y cuáles los salvados? -De sólo imaginar la situación, me angustio. Creo que al darme cuenta de la tragedia quedaría inmóvil. Pero, suponiendo que pudiera reaccionar, salvaría "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha", "La Divina Comedia" y una

novela que quiero mucho por motivos no sólo estéticos, "Caos calmo", de Veronesi. Y a los hongos les daría con gusto los manuales de Lengua de los últimos años, "Nocilla Lab", novela de Agustín Fernández Mallo y algún que otro diccionario o enciclopedia.


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C U LT U R A

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Una esquina Por Ricardo Calcabrini ricardocalcabrini@hotmail.com

Por más que me empeñe no logro recordar. Mi descuido ha sido grande. Ni siquiera percibí cuando comenzó el proceso. Ahora pienso que en algún momento se fue corriendo de forma más o menos perceptible y que, inexorablemente, en algún punto debió quedar vertical a mí. Es decir, duplicó mi estatura, sólo que hendida en la tierra. ¿Debí, en todo caso, sentir que mis pasos eran más fatigosos? ¿Qué arrastraba un peso -aunque superfluo- extra? ¡Sí tan siquiera lo hubiese percibido! Tal vez me podría haber preparado o, inclusive,

evitado. Después, poco a poco, empecé a notar que algo extraño pasaba. Primero, se puso tibiamente frente a mí y luego adquirió la forma que hoy tiene: apenas se mantiene conectada por la punta de los pies. Hace tiempo que persigo a mi sombra. Esta situación me obliga a mirar hacia abajo permanentemente. Busco que no se escape y me pregunto qué pasaría si eso ocurre. Es inaudito: camino -a propósitocon el sol de frente y mi sombra marcha adelante. Lo penoso es

que ya me acostumbré. Pero, todavía, no logro despegar la vista de ella, lo que me convierte en un permanente cabizbajo. Anoche me quedé instalado en la esquina donde ronronean conversaciones el sueño y la vigilia. Uno de los dos ( no puedo precisar quién) le preguntaba al otro si había hipotecado mi alma. Olía a jazmines sembrados en lata (quizá el verdadero aroma del jazmín). Creo recordar que la conversación cambió de tomo cuando, en voz alta, alguien sentenció: “…el hombre solo no va más lejos que

su propia sombra y, a veces, hasta su sombra lo abandona…” Sobresaltado busqué, entonces, la mía. La tísica luz que ilumina esa esquina, debía bastar para que pudiese encontrarla. Acostumbrado miré hacia abajo y adelante…no estaba. Di vuelta la cabeza procurándola a mi espalda, pero tampoco la encontré. Pensé que una cosa era ser un hombre que persigue a su sombra y otra -bien distinta-, serlo ayuno de toda presencia. Comencé a recorrer agitadamente las inmediaciones y nada. Las chicharras se hacían oír estruendosamente. Sú-

bitamente imaginé hacia dónde se pudo haber dirigido. En medio de la bruma que teje la noche con hilos de sueño, me encaminé hacia tu casa. Allí estaba. Apoyada en el vano de la ventana de tu dormitorio, atisbaba procurando velar tu descanso. Sentí pena por ella. Por pudor, con sigilo me volví sobre mis pasos hasta la melancólica esquina. El sueño y la vigilia silbaban un valsecito dulzón y sentimental. Me desperté en una dirección que frecuento sin morar. La inhóspita casa de la nostalgia ■

Día de pesca Por Paula Fernández

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o solté sin pensarlo porque en verdad me dio pena. No era un pez normal, inexpresivo, casi muerto. Estaba vivo, la sangre le brotaba de la boca como si intentara vomitarla para volver a la vida, para librarse de su dolor y poder nadar otra vez, con su mismo cardumen y sus mismos días de antes. Tenía un gesto reluciente, la esperanza le brotaba como pequeñas raíces débiles, asomaba su mirada para mirarme y decirme, silencioso, que todo ese hombre que yo era, que ahora intentaría llevarlo a su casa como si fuera un trofeo, y cortarle la cabeza como un ganador, y asarlo luego para alimentar a su familia que bien podría cocinar otra cosa, era en verdad un asesino, un engreído idiota que no necesitaba, realmente no necesitaba llevárselo, privarlo de su existencia como si nunca la hubiera tenido, como si fuera menos que la suya. Era muy temprano, como las seis de la mañana, y eso que a esa hora uno sabe que le espera todo el día hasta que algo aparezca, y mientras tanto mira y mira ese mar helado del invierno, y no se da cuenta pero realmente hace mucho frío, a pesar de los mates, de las camperas, de los sueters, realmente es terrible. Demasiado sacrificio, sólo para huir un poco, pensaba, porque a mi mujer realmente no la soportaba, y a mi hijo menos, yo era demasiado viejo y él demasiado joven, no correspondíamos, pero no era una diferencia normal, sino abismal, me resigné a no poder nunca comprenderlo, nunca enseñarle, porque al final no lo habíamos esperado y aunque la gente lo niegue qué tanto, si uno no lo espera realmente no lo quiere, y si no lo quiere qué hacer, más que dejárselo a la mujer. Por eso estaba ahí, aunque el agua del mate se fuera enfriando y nunca terminara realmente de amanecer, y el frío aunque no lo supiera realmente era mucho, y menos mal que tardé en notar que no había nada, absolutamente nadie en esa costa sucia, y nadie me saludaba, y nadie me garantizaba hasta cuándo estaría allí, sentado al lado de mi caña, buscando el movimiento brusco de una ola que me descolocara del sueño en el que a veces me mecía dejando caer la cabeza al compás del susurro de la marea. La casa estaba lejos, la vida estaba lejos. Yo y esa muerte, yo y el pez. Mordió el anzuelo muy temprano, muy rápido,

La autora de la ilustración es Lucía Febbrari, alumna de cuarto año de la carrera de Ilustración de la Escuela de Artes Visuales "Martín Malharro".

y no se sacudió, tuve que estar bien atento para notar su intento de escape porque no tardó mucho en resignarse a la trampa tendida, lo traje a mis brazos desesperado, como si hubiera encontrado a una persona ahogada, como si me fuera a reencontrar con un viejo familiar, y de-

spués de todo supe que su tristeza, que su pena honda reflejada en sus ojitos de bebé, tenía mucho que ver con mi tristeza, y toda mi vida pasó por delante de mis ojos como en un flash extraño, pero no era mi pasado, era mi mujer fea, mi hijo llorón, era mi casa con humedad en las

paredes, mi gordura, mi vejez, mis eternos y cansadores días de pesca, todo pasó y apenas lo vi, pero no hizo falta demasiado. El pez sabía lo que estaba haciendo, no estaba muerto, realmente no se iba a morir nunca. Tantas veces había matado a tantos, los había llevado a mi casa como si fueran un trofeo, los había asado para alimentar a mi familia, como si mi mujer no fuera realmente suficiente fuente de ingreso para no necesitar semejante hazaña, como si no bastara salir a comprar, bastarse con lo que había, no hacer tal sacrificio. Y ella nunca sonreía, y el niño sólo lloraba (cuando estaba, y no éramos sólo nosotros dos, mi cansancio y su disgusto), no me agradecía, lo cortaba una vez cocinado, lo comía desganada y se dormía, y el niño ni siquiera comía porque era muy chiquito y ya tenía otra cosa preparada. Después de la comida siempre lo peor, el vacío de tener que volver porque ya estaba, porque ya nos habíamos comido mis horas de esfuerzo, porque habíamos masticado la espera, y ahora estábamos digiriendo el tedio, hasta expulsarlo en un vulgar proceso metabólico, como si nunca hubiera hecho falta, y había que volver al ruedo, cinco de la mañana, plena noche, el invierno, el agua del mate, la tristeza del abrigo excesivo, gordo. Todo estaba ahí, en mis ojos también, y ahora el pez, que lloraba y sangraba como nunca había visto en mi vida, le brotaba sangre por todos lados, el anzuelo clavado, su miseria de vida marina e insignificante, pero no más miserable que la mía, lo supe en ese instante. Lo solté al mar como había lanzado mi caña, como lo hacía todos los días, la desenrollé, la guardé, sorbí el último mate lavado y frío, no eran más de las seis de la mañana, ni un pájaro respiraba en el frío terrible del mar invernal, y abrí la puerta de mi casa. Todos dormían como ángeles, pero todos eran infelices como demonios, y tenían un gesto de desgracia general, hasta el niño, cuya forma de dormir no se asemejaba a la de un bebé, era un pequeño monstruo en potencia, era un bebé feo y gordo, sucio, no lo quería, realmente no lo quise, y tuve que clavarle el anzuelo, y tuve que cocinarlo, porque no era menos miserable que mi adorado pez, y a ella luego, porque al niño lo digeriría demasiado rápido y si no lo hacía debía volver a pescar en la próxima mañana ■

Las 8 preguntas para Evangelina Aguilera

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Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una única pregunta a uno de sus tantos escritores predilectos. ¿Qué le preguntaría?

-Me sentiría muy incómoda preguntándole algo a Julio Cortázar; de modo que me abstendría de esa posibilidad. No obstante, me gustaría que me hablara sobre el proceso de es-

critura. Esto es, cómo escribía, cómo se organizaba, sus formas de corregirse.


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