suplemento cultura 76de febrero de 2011

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■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 6 DE FEBRERO DE 2011

IDA Y VUELTA: cultura@lacapitalmdq.com.ar

MARK TWAIN, UN SIGLO DESPUES DE SU MUERTE, SIGUE LUCHANDO CONTRA LA CENSURA

Generador de críticas Dos de sus libros más famosos, ‘Las aventuras de Huckleberry Finn’ y ‘Las aventuras de Tom Sawyer’, están siendo editados nuevamente pero sufrirán modificaciones en la terminología que utilizaba el autor.

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ark Twain era el tipo de persona que podía contar un chiste grosero y luego disculparse sentidamente, que escribía cosas que sabía iban a resultar ofensivas para muchos y se guardaba otras por la misma razón. Un siglo después de su muerte, Mark Twain continúa luchando con los críticos de su lenguaje. Al escritor y humorista le preocupaba tanto el impacto de lo que decía en público que se abstuvo de publicar ensayos contra la religión y dispuso que debían pasar cien años de su muerte antes de que se publicase su autobiografía. El primero de tres volúmenes de la versión íntegra, publicada en el 2010 y con comentarios mordaces sobre los empresarios y los militares, resultó un sorpresivo best-seller que vendió cientos de miles de ejemplares. Twain creía en la búsqueda de la verdad. ‘Las aventuras de Huckleberry Finn’ irritaron a mucha gente cuando fue publicado por primera vez y sigue haciéndolo ciento veintiséis años después.

NUEVA EDICION La novela más famosa de Twain está siendo publicada junto con ‘Las aventuras de Tom Sawyer’ por NewSouth Books en un volumen que saldrá a la venta en febrero. En esa edición se reemplazó la palabra ‘nigger’, que alude a los negros en tono despectivo, de uso común por el 1880, con el término ‘esclavo’. ‘‘Era un caballero victoriano, o trataba de serlo’’, comentó el biógrafo de Twain Ron Powers. ‘‘Le importaba el que su esposa aprobase lo que escribía y quería complacer al público. Pero había ciertos terrenos, como el de la raza, en el que era intrépido. En San Francisco, antes de la Guerra Civil, lo sacaron a patadas de la ciudad porque criticó a la policía por pegarle a los chinos’’. ‘‘Caminaba por una línea muy tenue y podía terminar en cualquier lado, y resultar muy conservador o

ir demasiado lejos y decir cosas en broma que no causaban ninguna gracia’’, manifestó Robert H. Hirst, editor general del Proyecto Mark Twain en la sede de Berkeley de la Universidad de California, donde fue editada la autobiografía, publicada por la editorial de la universidad. ‘‘Decía que la única crítica que le importaba era la del gran público. Quería una audiencia grande’’, dijo Hirst. ‘Huckleberry Finn’ bien podría aspirar a ser considerada la novela más importante de la literatura estadounidense. Pero la franqueza con que aborda temas costumbristas, raciales y la rebelión antes de la Guerra Civil hacen que resulte un clásico un tanto incómodo. Cuando fue publicado por primera vez, se dijo que promovía un comportamiento cuestionable, por ‘‘ser vulgar y no dar un buen ejemplo a la juventud’’, según Justin Kaplan, autor de una biografía de Twain que ganó el premio Pulitzer. Con el correr de los años cambiaron los valores de la gente y disminuyeron las objeciones. A raíz del uso de la palabra ‘nigger’ el libro fue retirado de las listas de obras clásicas. Algunos de los pasajes finales, como cuando Huck y Tom demoran la liberación del esclavo Jim y colocan ratas y víboras en su cabaña, desconciertan a los historiadores, que los consideran crueles e innecesarios. CAMBIOS NEGATIVOS ‘‘Algunos creen que esta es una sátira de Mark Twain sobre la reconstrucción y lo dura que fue la vi-

da después de la Guerra Civil’’, declaró Powers. ‘‘Nadie está muy seguro’’. La práctica de alterar textos por considerar los Mark Twain. originales inapropiados fue bastante común en el pasado, sobre todo en el siglo XIX, cil de entender y aspectos que pueen que los valores victorianos hicie- den resultar demasiado delicados o ron que se modificasen hasta obras confundir a lectores jóvenes’’, exde Shakespeare. Durante años se pu- presó Frances Gilbert, vicepresidenblicaron en los Estados Unidos tex- ta y editora de Sterling Children’s tos griegos y romanos con alteracio- Books. nes, hasta que en la década de 1960 volvieron a usarse las malas palabras ALGO OFENSIVO que emplearon Aristóteles y demás. Los estudiosos objetan los cam‘Huckleberry Finn’ no está prote- bios. Kaplan, el biógrafo de Twain, gido desde hace tiempo por los dere- dice que el volumen de ‘Hucklechos de autor y puede ser modifica- berry-Tom Sawyer’ de New South le do según el editor lo considera apro- resulta ofensivo. Powers sostiene piado. Una versión usada en escue- que los cambios son ‘abominables’ las primarias no incluye la palabra y no ayudan en nada a la educación ‘nigger’. de una persona. ‘‘Los libros son abreviados para ‘‘‘Huckleberry Finn’ y el uso de la hacerlos más apropiados para estu- palabra ‘nigger’ son un instrumendiantes de tercer y cuarto grado. Se to ideal de enseñanza’’, afirmó Pomodifica la extensión, la estructura wers. ‘‘Generan un diálogo entre de las oraciones, el vocabulario difí- maestros y estudiantes. Pide a gritos

contexto’’. El editor del libro, Alan Gribben, un experto en Twain, dice en la introducción que los estudiantes prefieren un lenguaje sin palabras fuertes y que un lenguaje más moderado atraerá más lectores, algo que Twain hubiese apreciado. ‘‘Seguramente hubiese adaptado su lenguaje de haber previsto la reacción que tienen los lectores de hoy a términos racistas en un país que ha sufrido muchos cambios culturales’’, señala Gribben. ‘‘Eso es ridículo’’, dice Powers. ‘‘Es como cuando alguien pregunta qué hubiese pensado Mark Twain de la liberación femenina. Uno no puede dar cosas por sentadas y usar eso como pretexto para destruir obras de arte’’ ■

Las 8 preguntas para Federico Andahazi (*)

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¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? -Los errores que más me molestan son los que encuentro en mis propios libros. Todos los textos contienen erratas, pero a los ojos del autor, las más vi-

sibles son las de su propia obra. La última que encontré fue en “Pecadores y pecadores”, pero me excuso de revelarla. Prefiero dejar el descubrimiento para los lectores. En cuanto a los libros ajenos, suelo tener una mirada benévola: me detengo en las virtudes de mis colegas antes que en sus defectos.

(*) Federico Andahazi nació el 6 de junio de 1963 en Buenos Aires, Argentina, en el céntrico barrio de Congreso. Es uno de los autores argentinos cuyas obras fueron traducidas a mayor número de idiomas en todo el mundo. Sus libros fueron publicados por las editoriales más prestigiosas. Este jueves presentará en Mar del Plata su último libro “Pecadores y pecadoras”, que cierra la trilogía sobre la historia sexual de los argentinos que arrancó con “Pecar como Dios manda” y “Argentina con pecado concebida”. Lo presentará en el hotel de Paso y la costa a las 21 dentro del ciclo “Verano Planeta”.


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HORACE LANNES, ESTE MARTES EN EL CASTAGNINO

“El diseñador de las estrellas” presenta el libro “La moda en el espectáculo” Autovía al infierno

Vistió a los más importantes actores y actrices del cine nacional, desde Tita Merello y Mecha Ortiz a Graciela Borges y Soledad Silveyra. También trabajó para teatro, televisión y para la alta costura.

por Sebastián Chilano sebastianchilano.blogspot.com

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l indiscutido diseñador de teatro, cine y televisión Horace Lannes, autor del libro “La moda en el espectáculo”, ofrecerá una charla el próximo martes a las 20.30 en el Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino (avenida Colón y Carlos de Alvear). La actividad cuenta con la producción general y presentación de Alejandra Ponce de León, habiendo comprometido su presencia destacadas figuras que se encuentran desarrollando la temporada teatral en Mar del Plata, quienes serán homenajeadas por el disertante. En el marco de la charla se proyectará un importante material audiovisual que muestra creaciones de Horace Lannes para prestigiosos artistas de la escena nacional. El libro contiene parte de la obra de este diseñador para cine, teatro, TV y alta costura que se destaca “por saber vestir la psicología de los personajes”, siendo su especialidad los trajes de época y los vestidos sofisticados y quien, desde sus comienzos, con el auge del cine en blanco y negro hasta hoy, ha demostrado siempre un enorme talento y gran profesionalismo. Sus dibujos y fotos enriquecen un texto que combina arte, moda y espectáculo. A lo largo de su prolífica carrera, Horace Lannes realizó el vestuario de 106 películas argentinas, así como coproducciones con Esta-

Horace Lannes.

dos Unidos, España, Italia y México. Esto le valió ser llamado “El diseñador de las estrellas”. Su carrera ha sido reconocida con más de veinticinco premios nacionales e internacionales, entre ellos por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, que lo premió en 1974 por su trayectoria: una brillante suma de éxitos iniciada en 1952 con el vestuario de Zully Moreno en “La mujer de las camelias”, hasta el vestuario de la película “Ay, Juancito”, sobre la vida de Juan Duarte, que dirigió Héctor Olivera, por el que recibió el Cóndor de Plata al Mejor Vestuario 2004-5. En su carrera profesional, tanto cinematográfica como teatral ha ves-

tido a las más importantes figuras de la escena nacional como Mirtha Legrand, Tita Merello, Mecha Ortiz, Libertad Lamarque, Susana Rinaldi, Susana Giménez, Isabel Sarli, Norma Aleandro, Leticia Brédice, Julia Sandoval, Sabina Olmos, Juanita Martínez, Graciela Borges, Soledad Silveyra, Susana Traverso y Mercedes Carreras. También a importantes intérpretes masculinos como Hugo Del Carril, Osvaldo Miranda, Jairo, Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Ricardo Darín, Vittorio Gassman, Nino Manfredi, Alberto Closas, Juan Carlos Calabró, Luis Sandrini, Jorge Marrale, Duilio Marzio y Juan Carlos Altavista, entre muchos otros ■

Concurso sobre cuentos de carnaval El concurso literario “Cuentos de carnaval” abrió la convocatoria para recibir hasta el 11 de marzo próximo textos inéditos de autores con residencia en el país, mayores de 18 años. El certamen, organizado por el programa cultural de Metrovías, SubteVive, cuenta con nueve mil pesos en premios y está dirigido “a la comunidad en general para que con sus historias, relatos o anécdotas rescaten el espíritu del carna-

val”, informaron desde esa entidad. Los interesados deben entregar sus trabajos en la porteña editorial Cadan, ubicada en el entrepiso de Libertad 94, de lunes a viernes de 14 a 19; o enviarlos por correo certificado en un sobre donde se lea “`Concurso de Cuentos de Carnaval` - Metrovías S.A.”. Los ganadores serán dados a conocer el 4 de mayo próximo, el primer premio estará dotado con

4.000 pesos, el segundo con 3.000 y el tercero con 2.000. Los interesados en obtener más información pueden ingresar al sitio de Internet www.metrovias.com.ar; y consultar vía correo electrónico a info@metrovias.com.ar o personalmente en el Centro de Atención al Pasajero del andén 1 de la estación Federico Lacroze del Ferrocarril Urquiza, de lunes a viernes de 8 a 20 ■

ené Conforti y Márquez descubrieron que la secretaria viajaba fin de semana por medio a Buenos Aires. Descubrieron, también que los sábados bailaba en un cabaret exclusivo. Para adinerados y poderosos. Por eso, cuando el viernes cerró el instituto, la siguieron a su casa y esperaron. Dos horas después la siguieron hasta la cola de autos que pugnaba por cargar gasoil para el viaje en la autovía 2. –Es porque es recambio de quincena –dijo Márquez. –Todo el año es así, todo el año –se quejó René Conforti. Lo peor fue que el auto era naftero. Así que cuando la secretaria salió de la estación de GNC, René Conforti abandonó la fila y la siguió a una distancia prudente. Antes de la salida los paró la caminera. René Conforti tenía todos sus papeles en regla, los dos llevaban sus cinturones de seguridad puesto, pero tuvieron un problema, el carnet de conducir decía que debía hacerlo con anteojos. Y René Conforti no los tenía puestos. –Hágame la multa –dijo René Conforti, preocupado por perder el auto de la secretaria. –Mire, yo le puedo hacer la multa, pero si usted no tiene los anteojos le tengo que secuestrar el auto. No puede conducir así. –Tiene razón, oficial, pero ¿no podemos arreglar esto de otra manera? –sugirió René Conforti guiado por convenciones y estereotipos. –¿Usted me está sobornando? –Tomá, acá tenés los anteojos –intervino Márquez–. Hágale la boleta nomás, para que aprenda. René Conforti se puso los lentes que eran de Márquez. La corrección óptica, no tanto el aumento, lo mareó, pero disimuló. El policía de la caminera entró en la delegación con la cédula verde. Los dos esperaron sin hablar y sin bajar del auto. –Me estoy mareando –dijo René Conforti. –Ni se te ocurra sacarte los anteojos. A los quince minutos volvió el policía con la infracción: –Vaya nomás. René Conforti guardó el papel y la cédula, y subió el vidrio: –No veo un carajo con estos lentes, decime si viene alguien. –Dale, dale ahora. Entró en la autovía y de inmediato René Conforti se sacó los lentes: –¿Por qué no me dejó sobornarlo? –se quejó. –Porque nos iba a complicar más. La coima es un arte. No se puede ser tan directo, tan trillado. Es como saludar a una mujer y decirle que es hermosa y lo debe ser más aún en la cama. Hay que tantear, ser sutil, nunca mencionar el dinero, nunca... si ni con las prostitutas uno habla de negocios directamente, ¿cómo se le ocurre hacerlo con un policía?... por eso hay que llevarlo, despacio. Hablar en abstracto, inferir, nunca ser determinante. No sé si me entiende, Conforti. Yo sé que por nuestra formación científica somos pragmáticos, esto se hace o no, esto es demostrable, reproducible o es empírico. No hay matices. No hay gris: es todo negro o blanco, pero la vida no es así. Le aseguro que no es así. René Conforti no contestó. Ni siquiera habló durante la hora siguiente en que buscaron sin suerte el auto de la secretaria. Para colmo un accidente a la altura de Coronel Vidal retrasó la marcha. Márquez, en un intento por congraciarse cebó mate y puso la radio, la única FM de la autovía. –Hay dos horas de demora en el peaje de Maipú –dijo la locutora–, se aconseja reducir la velocidad para evitar el embotellamiento. Las autoridades informan que no se levantará la barrera. –Y claro, es época de recaudar –dijo Márquez. –Ahora, cuando lleguemos a Maipú –dijo René Conforti–. ¿Por qué no se baja y habla usted con los empleados del peaje? ¿Por qué, ya que maneja también el arte de la oratoria, no los convence de que nos dejen pasar seduciéndolos con sus palabras? Esperaron una hora y media el turno de pasar por la cabina de peaje sin hablar y sin tomar mates. Recién a la altura de Dolores, cuando encontraron que una protesta vecinal, aprovechando el verano y la congestión, había cortado la ruta, los dos volvieron a hablar. Coincidieron en un mismo insulto ■

Las 8 preguntas para Federico Andahazi

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¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una película, una canción o cualquier otra obra de arte? -Suelo verme reflejado con mucha frecuencia en varios

personajes de Woody Allen. En rigor, debo decir que el arquetipo de madre que plasma Woody Allen en sus películas se parece muchísimo a mi propia madre. Más de una vez, mientras miraba una película, la carcajada se me transfiguró

en mueca de espanto al notar el parecido. Espero que mi madre nunca lea esta entrevista porque reaccionaría como una de las típicas madres de Woody Allen.


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SE PRESENTA LA RECOPILACION DE TEXTOS DE HOMERO ALSINA THEVENET

Lectura en pantalla grande Los tomos I y III de las ‘Obras Incompletas’ fueron presentados por sus compiladores, Elvio Gandolfo, Fernando Martín Peña y Alvaro Buela, en el Buenos Aires, donde se desarrolla un ciclo de películas que fueron importantes para el recordado crítico de cine.

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l trío conformado por Elvio Gandolfo, Fernando Martín Peña y Alvaro Buela, acompañado por el cineasta José Martínez Suárez, presentó un filme sobre Homero Alsina Thevenet rodado por la TV sueca poco antes de la muerte del crítico uruguayo y enhebró anécdotas del personaje y explicó que, por razones técnicas y de extensión, el demorado tomo II de sus ‘Obras Incompletas’ aparecerá en breve dividido en dos partes. Homero Alsina Thevenet firmaba sus críticas y notas periodísticas como HAT, una marca registrada que paseó por su Montevideo natal y varios medios de Buenos Aires y Barcelona, donde su cultura, su ácido humor y su conflictivo carácter no dejaron indiferente a nadie. VARIADOS MEDIOS No fue fácil recu-

perar muchos periódicos, revistas y recortes que atesoraba, sobre todo tras las pérdidas que implican cada mudanza, más si se realizan de un país a otro o a través del Atlántico, pero el trabajo del trío -que obvió su decena de libros- está a la vista. Gracias al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, el gigantesco trabajo, que en cuatro tomos insumirá más de 4.000 páginas, servirá para conocer de primera mano el parecer de HAT sobre películas fundamentales y aportará momentos de la más deliciosa lectura. Considerado por los compiladores ‘‘el crítico de cine más importante de América del Sur’’, no pasó nunca por universidad alguna, pero su inteligencia y su pasión por el cine hicieron de él un intelectual con el que era difícil confrontar. COMIENZO TEMPRANO Nacido en agosto de 1922, a los quince años ganó un concurso radial sobre temas de cine y entró a trabajar en la revista ‘Cine Radio Actualidad’, que dirigía el severo Arturo Despouey, que más de una vez le hizo pasar vergüenza con sus correcciones. Ese ‘dandy’ riguroso, referente de la intelectualidad oriental de las décadas del ’30 y el ’40 del siglo pasado, fue reconocido por él como su maestro y modelo a imitar: era tradicional la fiebre de HAT por tratar de hallar la perfección en cada frase. ‘‘A mí me ponen mal los errores, quizás como herencia de mi madre maestra. Porque un error hace desconfiar al lector. Dice: ‘Si se equivoca en esto, qué me va a enseñar este tipo’, le comentó hace unos años a una periodista argentina. Como ejercicio diario, HAT solía empapelar las paredes de las redacciones con pequeños carteles en los que indicaba: ‘‘Se escribe Marilyn Monroe, no Marylin Monroe’’ o ‘‘No se escribe lleva ‘aparejado’, sino lleva ‘consigo’’’. Odiaba los gerundios y el galicismo ‘munido’. Con la llegada de la informática tuvo algunos tropezones e incluso solía discutir los informes de Internet. Desconfiado de los recuerdos como base periodística, solía con-

Homero Alsina Thevenet.

sultar costosos libros en inglés que importaba de su bolsillo e incorporaba a las redacciones. EL NUEVO TIEMPO Para ponerse a tono con los nuevos tiempos, en la Editorial Abril decía: ‘‘Vamos al banco de datos’’, y se sentaba en un alto taburete a buscar el dato exacto en la ‘Leonard Maltin’s Movie Guide’ o ‘DVD & Video Guide’, de Mick Martin y Marsha Porter. Hombre que escribía como si ejerciera la novela negra, junto a su coterráneo Emir Rodríguez Mone-

gal, en 1952 descubrió para el mundo la maestría de Ingmar Bergman, un sueco en el cual los europeos aún no habían puesto el ojo. El dúo editó en 1964 ‘Ingmar Bergman, un dramaturgo cinematográfico’, y después, con otros o en soledad, HAT publicó en la Argentina ‘Censura y otras presiones sobre el cine’, ‘Crónicas de cine’ y ‘Violencia y erotismo’, con Simón Feldman y Agustín Mahieu. En 1975 vio la luz un libro fundamental en épocas en que no existía Internet ni Imdb: ‘Cine sonoro americano y los Oscar de Hollywood’, que luego amplió, y en España, ‘Cha-

plin, todo sobre un mito’, ‘El libro de la censura cinematográfica’ y ‘Textos y manifiestos del cine’. Sus últimos libros no tuvieron que ver con el cine, sino con la amplia curiosidad que lo caracterizaba: ‘Una enciclopedia de datos inútiles’ tuvo dos tomos, en 1986 y 1987. Convocado por el diario uruguayo El País, dirigió el Suplemento Cultural de ese matutino, siempre con su autoridad, su mal carácter, sus decenas de cigarrillos diarios y la precisión de la expresión escrita. Murió en Montevideo el 12 de diciembre de 2005, a los ochenta y tres años ■

Las 8 preguntas para Federico Andahazi

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¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como pasaje central de alguna de sus obras?

-Mar del Plata en una ciudad literaria. De hecho, alguna parte de todos mis libros los escribí aquí. Me imagino una novela policial situada en Mar del Plata durante el invierno, en uno de esos caserones de piedra desde los que se ve el bo-

rrascoso mar invernal. Confieso que tengo en mente el argumento, los personajes y hasta el desenlace. Pero como en algún momento pienso escribirla, me abstengo de adelantar la trama.


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EDITAN POR PRIMERA VEZ EN ESPAÑOL LOS CUENTOS DE THOMAS MANN DIAMELA ELTIT, AUTORA DE “IMPUESTO A LA CARNE”

Verdaderas obras maestras El libro recopila todos los cuentos y novelas cortas que el Nobel alemán escribió durante sesenta años de prolífica producción. Fue uno de los talentos literarios europeos más destacados de su generación.

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a producción literaria que acuñó Thomas Mann entre 1893 y 1953 es recuperada en la cuidada edición de Edhasa, partiendo de su brevísima “Visión” a su último cuento corto, “La engañada”; 32 obras revisadas y eventualmente vueltas a traducir que incluyen hitos de su carrera literaria y ‘nouvelles’ como “Las cabezas trocadas” y “El camino al cementerio”. “Thomas Mann escribió novelas cortas a lo largo de toda su vida. Acompañaban la escritura de las grandes novelas que cimentaron su fama (y que con ‘Los Buddenbrook‘ le valieron el Premio Nobel de Literatura 1929) y algunas de ellas son tan famosas como las obras de mayor envergadura o incluso más”, señala en el prólogo la catedrática Marisa Siguán. ICONO ATEMPORAL Tal es el caso de “La muerte en Venecia”, uno de los íconos de su obra que inspiró la emblemática versión cinematográfica de Luchino Visconti, además de la ópera de Benjamín Britten; “Tonio Kroger”, una miniatura de las vivencias burguesas de los Buddeenbrook; o “Mario y el mago”, considera-

do un adelanto a la fascinación diabólica del fascismo en Europa. Cuando el autor murió en Zurich había alcanzado la cima de todos los honores, como Goethe, se había convertido en el representante oficial de lo mejor de la cultura germana, en un clásico moderno cuya literatura “mantiene ambivalencias inquietantes” y “deja abiertos problemas que no hay manera de dar por concluidos sin banalizarlos”, define la académica. Sus textos aparecen ordenados en este libro por fecha de creación, si bien en este libro se aclara la fecha de primera edición de cada una de las narraciones del autor que tuvo como ‘leitmotiv’ al ser humano y su conflicto con lo político, social, artístico e intelectual en una época convulsionada por grandes guerras mundiales, el exilio, la persecución y el genocidio. Esta decisión editorial tiene que ver con evidenciar la evolución artística de Mann y “seguir la evolución de los temas” que va tratando a largo de su carrera literaria, un reflejo de “los problemas que se van planteando en el horizonte intelectual de la primera mitad del siglo XX”, señala Siguán al principio del libro.

Thomas Mann (1875-1955).

ESPIRITU Y POLITICA Las contradicciones entre espíritu y política o cultura y civilización son algunas de esas cuestiones; así como el idilio, la melancolía y la intensidad que signan sus historias, muchas veces creadas a partir de anécdotas familiares y que, más allá del transcurrir histórico, dan cuenta de la vida perso-

nal del escritor. Así surgen “Desorden y dolor precoz”, una sutil narración de un enamoramiento infantil que se basa en la experiencia de unos de los seis hijos del escritor, reseña Siguán; o “La engañada”, escrita al final de sus días en Suiza, lejos de su Alemania natal, una suerte de elogio de la vitalidad que pareciera burlar su propia muerte. Mann, quien se definía a sí mismo como “un susurrante evocador del imperfecto”, fagocitaba personajes y elementos de su entorno para tejer las tramas que luego serían literatura y que más de un altercado le trajeron en su época, explica Siguán. Y en ese paneo sobre la totalidad de su obra breve, la académica destaca el “cambio en la función de sus narraciones a lo largo de la vida”. Así sus narraciones más tempranas reproducen el clima decadente y perverso de fin de siglo, como en “Tobías Mindernickel”; luego se convierten en satélites de obras mayores -”Hora difícil”, una reflexión sobre el proceso

“Para narrar se requiere espesor y riesgo”

creativo-; hasta lograr gravitación propia en escritos como “La Ley” o “Señor y perro”, todos recopilados en este volumen. Mann emigró en 1933 a Suiza, advertido sobre el avance del nacional socialismo, y luego se instaló en California, Estados Unidos, por lo que el régimen nazi le retiró la ciudadanía alemana, país al que no regresó ni siquiera cuando se acabó el exilio porque en tiempos de paz y post-guerra eligió Zurich para vivir. En resumen, “lo fascinantemente novedoso de Mann” era que hacía fracasar las formas narrativas tradicionales en su contacto con la realidad”, una fascinación que llega a nuestros días a través de una ironía que al final se convierte en consternación sobre “el transcurrir de la vida y los grandes temas que la mueven”, concluye la prologuista ■

Los secretos de Salinger siguen intactos a un año de su muerte L

os rumores de manuscritos inéditos terminados siguen siendo rumores; nadie está hablando. Todavía no hay libros electrónicos de Salinger ni adaptaciones cinematográficas de su obra a la vista. Un laureado biógrafo fue rechazado en su intento por escribir un libro autorizado sobre el legendario autor de de ‘El cazador oculto’ Quien fue por años agente literario de Salinger, Phyllis Westberg de Harold Ober Associates, Inc., se abstuvo de comentar si sus herederos recibieron algún tipo de oferta, pero dijo que no habían autorizado ninguna biografía y que es ‘‘muy poco probable’’ que lo hagan. (El biógrafo interesado pidió no ser identificado citando un deseo, muy a lo Salinger,

de privacidad). Cuando murió a los noventa y un años, el 27 de enero del 2010, Salinger era una celebridad internacional, aunque pocos lo habrían reconocido físicamente de haberse topado con él. Evitó a los medios de comunicación la mayor parte de los últimos cincuenta años de su vida. Además de ‘El cazador...’, publicó sólo tres libros más: ‘Nine Stories’, ‘Franny and Zooey’ y ‘Raise High the Roofbeam, Carpenters and Seymour, an Introduction’. Su última obra publicada, el cuento corto ‘Hapworth 16, 1924’, apareció en la revista The New Yorker en 1965. MAXIMA PRIVACIDAD La viuda de Salinger, Colleen O’Neill, sigue viviendo

en Cornish, el pequeño pueblo de New Hampshire adonde el escritor se mudó en los años 50 y donde los residentes honraron sus deseos de privacidad y de ser tratado como un ciudadano común. Unas semanas después de su muerte, O’Neill habló durante la asamblea municipal anual en Cornish, agradeciéndole a los vecinos por mantener su distancia e incluso por desviar a los curiosos que han venido en busca de la casa de Salinger.Nada ha cambiado desde entonces, dicen vecinos y amigos. ‘Ella es una amiga. Respetamos la intimidad de la familia, eso es algo muy fuerte’’, dice la residente de Cornish Caroline Storrs.‘‘Si alguien quiere ser una personalidad pública, lo

puede ser. Si no, entonces no. Nadie desafía esa decisión en nuestra comunidad’’, dice el vecino de Salinger Peter Burling, quien describió a la viuda del autor como ‘‘un verdadero placer’’ y ‘‘la mejor de las vecinas’’. ‘‘El señor Salinger dejó claro hace años que quería privacidad. Eso es lo que él quería y eso es lo que tendrá’’. Las remembranzas emergieron tras su deceso, incluyendo una de Lillian Ross de The New Yorker, donde se publicaron muchos relatos de Salinger, pero los editores dicen que no han visto propuesta alguna para revelar detalles íntimos sobre el escritor. La única gran publicación es una biografía de Kenneth Slawenski, no autorizada, aunque incluye elogios

Las 8 preguntas para Federico Andahazi

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¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción?

-El que se establece entre los protagonistas de “El último encuentro”, de Sandor Márai.

de Peter Ackroyd y James Atlas. El libro salió el año pasado en Gran Bretaña y Australia y acaba de ser publicado en Estados Unidos por la editorial Random House. SITIO EN LA WEB Slawenski es un admirador de Salinger que creó el sitio de Internet http://www.deadcaulfields.com en el 2004 y eventualmente convirtió su información en narrativa. ‘‘J.D. Salinger: A Life’’ de Slawenski ofrece antecedentes detallados sobre los primeros años del escritor y las influencias en su trabajo. Pero no incluye revelaciones sobre el más grande misterio editorial: ¿qué escribió Salinger durante su retiro autoimpuesto? si alguno de esos libros existe, ¿se publicará?

Slawenski, quien cita su respeto a la privacidad de Salinger y dice que nunca conoció al autor o siquiera visitó Cornish, tiene una ‘‘corazonada’’, sólo una corazonada de que algo se publicará el próximo año. Esto lo basa en conjeturas de que la viuda de Salinger y su hijo Matthew (a quienes no ha conocido) son más ‘razonables’ que el autor. Como evidencia, cita un acuerdo alcanzado recientemente fuera de la corte en Nueva York que prohibió la publicación en Estados Unidos (pero no en el exterior) de una segunda parte de ‘‘Catcher’’ escrita por Fredrik Colting, bajo el seudónimo de John David California. La demanda se inició en 2009, unos meses antes de morir Salinger ■

La escritora chilena habla de las metáforas a las que alude su última novela, centrada en dos mujeres feas, bajas y anarquistas, una de las cuales lleva a su madre literalmente- en su interior. “Me parece interesante la idea del anarquismo en sociedades crecientemente racionalizadas hacia el consumo”, indicó.

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n el libro “Impuesto a la carne”, la escritora chilena Diamela Eltit repasa 200 años de historia republicana en Latinoamérica, con una singular metáfora construida sobre el cuerpo de dos mujeres feas, bajas y anarquistas, confinadas a un hospital-nación que no cura. El volumen editado por Eterna Cadencia “puede funcionar como una expresión de la propia historia”, afirma Eltit a Télam en un intercambio de correos electrónicos desde su Chile natal, donde formó parte del grupo de intelectuales cuyo trabajo fue atravesado directamente y puesto en vilo por el golpe de Estado de 1973. Nacida en Santiago en 1949, esta escritora fue confundadora del Colectivo Acciones de Arte (CADA), parte de la llamada “escena de avanzada” que buscaba reformular los circuitos artísticos bajo la dictadura pinochetista. “Más allá de (Salvador) Allende y la dictadura posterior (no nombra a Augusto Pinochet), con este libro estaba pensando en la vida republicana: doscientos años y sus avatares”, remarca en uno de los envíos. “Inicié este trabajo literario con el eco de los doscientos años. Pasa por la dictadura pero la excede y ese no fue tal vez el resultado de la novela -eso no se puede garantizar- pero sí estaba en su trazado”, repasa esta novelista que vive entre Santiago y Nueva York, donde dicta clases universitarias. “Yo pienso -claro que lo que yo pienso puede estar muy lejos de

la realidad de la novela de la cual estamos hablando- que puede aludir a las exclusiones, pasiones y relegaciones presentes, pasadas y acaso futuras de los mundos que conocemos y de los que tenemos noticias”, asegura Eltit, reconocida en Latinoamérica pero casi ignota en Argentina. Más vinculada a los mecanismos de la poesía que de la narrativa, con su prosa poética Eltit explora desde una mirada mayormente de género los significados del poder, las instituciones y la fagocitación entre individuo y discurso social. “Lumpérica”, la galardonada “Los Vigilantes” (Premio José Martín Nuez 1995), “El infarto del alma”, en coautoría con Paz Errázuriz; y “Jamás el fuego nunca”, son algunas de sus novelas más destacadas, que le valieron en 2010 el Premio Iberoamericano José Donoso. ¿Cómo definiría su proceso creativo? “Es difícil evaluarse a sí misma -escribe-, porque en verdad los procesos están demasiado encima y no hay distancia, pero yo pienso que he mantenido una línea de trabajo y allí hay instancias más radicales que otras”. “Procesos de escrituras más logrados o más bien yo hablaría de ciertas páginas más importantes para mí, o bien exploraciones de signos que he podido relacionar con síntomas sociales. Pero cada una de las novelas que he escrito ha implicado mucha concentración y desvelo intelectual y estético”, responde con una escritura que parece automática. Y sigue unas líneas más abajo: “También pienso ahora mismo (típico pensamiento de principio de año) que tengo que escribir lo que mis pulsiones me indiquen, más allá o más acá de las conven-

ciones y las modas”. -¿Por qué el título? - Yo tomé ese título de una gran huelga que hubo a principios del siglo XX por el tema de la carne. Fue una revuelta social de envergadura, justo en los momentos de despliegue del anarquismo. Pero ese título lo pensé también en el sentido más corporal, del cuerpo individual especialmente el de las mujeres. Lo pensé como el tributo que pagan sus cuerpos al poder y dejé como trasfondo el pasado de esa huelga específica que es pasado, pero advierte el porvenir del cuerpo social. Yo pensaría en sostenidas estructuras sociales que han atravesado “los siglos de los siglos”. - La protagonista de la novela lleva a su madre dentro suyo, literalmente dentro del cuerpo, sin metáforas, y aunque parece una voz interna es ella la que le habla directamente para controlar sus anhelos, mediante argumentaciones retóricas que remata con conjuros desmoralizantes y amenazas... - Lo que más me sorprendió a mí mientras escribía fue pensar a la madre como un órgano vital, que se aloja en la hija, que está allí en su cuerpo hasta la muerte, que si bien es una voz angustiosamente posesiva también está allí para acompañar la subordinación y las penurias. - ¿Qué significa la palabra para usted? - Ya no sé qué significa, pero ha sido mi trabajo por casi cuarenta o más años. Sigo atada a la escritura y al ruido interno de esas palabras moduladas en mi cabeza. Parte importante de mi vida transcurre en alcanzar ciertas palabras y en borrar la escritura de otras. Escribo y borro palabras. Eso hago. - ¿Qué fuerza simbólica tiene el término anarquista en esta historia? - Me parece interesante la idea del anarquismo en sociedades crecientemente racionalizadas hacia el consumo, en literaturas normadas por el mercado y por la entrega acrítica a “los lectores”, en cuerpos que han perdido su espesor de rebeldía. - ¿Existe en usted una diferencia entre narradora y escritora? - Pienso con cierta seguridad, la mía por supuesto, que para narrar en el sentido más interesante del término es necesario escribir en el sentido también más literario del término, se requiere espesor y riesgo ■

(fotografía de autor)

c~åí~ëã~ë éÉêÉååÉë

Por Angela Mantilla Rasmussen

I Cerca del mar en una noche de invierno el autobús se hacía esperar, la lluvia era suave y de los árboles pendían gotas como diamantes. Yo esquivaba el vapor de su bostezo traído por la brisa; la punta del bastón descansaba en su zapato y en su nariz se agrupaban pequeñas gotas hasta formar una. En el silencio de la noche se escuchaba el estrépito de las gemas en mi paraguas lila; él giraba un poco su cabeza sabiendo que había alguien más, se rascaba la nariz, bostezaba y regalaba sus manos al mango del bastón. El autobús no venía y no me importaba. Una gran gota resuena una vez

más y pensé ..., quizás mire..., pero no lo hizo, él sentía que yo estaba ahí, que había alguien más, pero nunca fue capaz de ver todo lo que yo vi, sus ojos eran blancos. II Fantasmas perennes y estoicos que plasman en mi piel la impotencia. Testigos inservibles que murmuran agazapados en los intersticios de mi dolor. Fermentos de tristezas que brotan cuando el alma bosteza pesares. Mi cuerpo en huida precipitada: esfúmense hacia el tormento y déjenme en la calma de mi alma tibia ■

Las 8 preguntas para Federico Andahazi

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Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál sería y qué haría? -Aunque suene paradójico, ingresaría a uno de mis propios libros. Por lo general, suelo deparar a mis personajes finales

trágicos a pesar de mi voluntad. Sucede que muchas veces el destino del protagonista está en las manos de los demás personajes, de la estructura narrativa y de la lógica interna de la obra. De manera que los autores, por curioso que suene, en va-

rias ocasiones no podemos interceder ante la fatalidad que plantea la trama. Muchos lectores me increpan por la suerte de los personajes de mis libros, sobre todo por la de Mateo Colón, el protagonista de “El anatomista”.


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C U LT U R A

(literatura juvenil, blogs y rarezas)

“Oscuros” y “Hush Hush”: de la mano en la nueva moda literaria Por Ana Yohai llavedetinta.blogspot.com

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na nueva raza amenaza el reinado literario de los vampiros. En estas dos sagas de literatura juvenil se nos presenta a los ángeles caídos, seres celestiales pero oscuros que habitan entre los humanos. En la mitología cristiana, un ángel caído es un ángel que ha sido exiliado o desterrado del cielo luego de desobedecer o rebelarse en contra de los mandatos de Dios. Luego de la Primera Guerra en el Cielo, muchos ángeles fueron expulsados, convirtiéndose así en ángeles caídos. No es la primera vez, ni tampoco será la última, en la que la Biblia constituirá una fuente de inspiración para los escritores de literatura juvenil. Oscuros, de la autora estadounidense Lauren Kate comienza cuando, luego de un extraño e inexplicable suceso, Lucinda es llevada por sus padres a Espada y Cruz, un espantoso lugar para adolescentes problemáticos que solía ser una academia militar y hasta posee un cementerio propio. Pero el origen de esta historia se remonta, en realidad, a miles de años atrás. Cuenta la leyenda que cuando Lucifer se rebeló contra Dios, dando paso a una cruenta guerra en el cielo, dos ángeles rechazaron posicionarse. Se llaman Daniel y Lucinda, y en lugar de escoger entre el bien y el mal, eligieron el amor, o lo que es lo mismo: se escogieron el uno al otro. Por ello, fueron doblemente castigados: Daniel tendrá que pasar el resto de la eternidad vagando por la Tierra como ser inmortal, y Lucinda se reencarnará una y otra vez sin recordar jamás su identi-

dad. Con esta saga, Lauren Kate consigue que la fórmula “romance imposible, seres de otro mundo y predecible triángulo amoroso” se repita con éxito una vez más. Amor, intriga, vértigo y fantasía se ven entrelazados en el libro. Su segunda parte, titulada Oscuros: El Poder de las Sombras, llegará pronto a la Argentina y los derechos de la saga para realizar su adaptación cinematográfica ya han sido comprados por Disney, aunque aún se desconoce cuando comenzarán los rodajes. Por otro lado, en el libro Hush Hush de la autora, también estadounidense, Becca Fitzpatrick, nos encontramos con Nora, quien se ve enredada en medio de una ancestral batalla entre los inmortales y los que han caído. Acorralada y confundida Nora se verá irremediablemente atraída hacia el misterioso Patch, el chico nuevo del instituto. Tras una serie de encuentros aterradores, la muchacha no sabe si debe darse por vencida y sucumbir a sus encantos, o salir hu-

yendo y esconderse. “Atrapante desde el principio, lleno de misterios y situaciones en donde no sabremos en quién creer. […] Muy recomendado para todos los que quieran vivir una aventura diferente sobre ángeles.” Cuenta Gustavo (29), autor del blog chileno Hojas Mágicas. La segunda parte de Hush Hush, Crescendo, se publicó en España en el pasado mes de enero y estiman que llegará a nuestras librerías para el mes de abril. En ambas novelas podemos destacar elementos similares a ciertos rasgos de la famosa saga Crepúsculo. Pero hemos de notar que, después de todo, podríamos decir que gracias a dicha saga es que el género juvenil paranormal está hoy en día en pleno auge, las editoriales están a la caza de nuevos autores de best sellers internacionales, y las productoras de Hollywood no se quedan atrás a la hora de rodar nuevas historias para adolescentes ■

Literatura en la red Por Ana Yohai

Infinidad de blogs literarios abundan en la red cuyos propietarios son chicos y chicas de países tales como España, México, Venezuela, Chile y Colombia. Todos al día con las últimas publicaciones, repletos de otros jóvenes lectores y seguidores a más no poder. Los jóvenes también leen y las nuevas tecnologías han permitido la creación de un medio que favorece a múltiples partes. Un “blog” es un sitio web periódicamente actualizado que recopila cronológicamente textos o artículos de uno o varios autores, apareciendo primero el más reciente, donde el autor conserva siempre la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente. Es una herramienta gratuita y muy fácil de usar, que le ha dado a los adolescentes la posibilidad de compartir con otros infinidad de

gustos y creaciones propias, sin fronteras geográficas. Existe hoy por hoy una inmensa cantidad de “blogs” dedicados a la literatura juvenil, muchos de los cuales son apoyados por autores y editoriales que ceden ejemplares de sus publicaciones para que los chicos reseñen en sus sitios, cosa que no sólo alegra a dichos jóvenes por el hecho de conseguir libros gratis, sino que es una herramienta importantísima para autores y editoriales a la hora de dar a conocer sus publicaciones y aumentar las ventas. Algunos de estos blogs que recomiendo son: Hojas Mágicas (Chile), The Itzel Library (México), Hojas en Blanco (Colombia), Soy Cazadora de Sombras y Libros, Juvenil Romántica (ambos de España) y Llave de Tinta (Argentina) ■

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La poesía como tema en el ciclo de charlas de autores locales D

os de los mejores exponentes de la nueva poética marplatense, Evangelina Aguilera y Gastón Franchini, darán el próximo miércoles una charla gratuita en el ciclo de autores locales que se desarrolla en el centro cultural Osvaldo Soriano. Con el apoyo de la secretaría de cultura de la Municipalidad de General Pueyrredon y teniendo como escenario la sala B del complejo de 25 de Mayo y Catamarca, el miércoles a las 19.30 proseguirán los encuentros de los escritores marplatenses con el público. Evangelina Aguilera es poeta, docente de Literatura del Colegio Nacional Dr. Arturo U. Illia, Colegio Alfred Nobel y Libertador. Ha colaborado en revistas literarias como “Hablar de poesía”, “Prometheus” y “Poética” y en la sección cultura del Diario La Capital. Como poeta ha publicado Fu-

ga (2009). En marzo el Ministerio de Educación editará su poemario Ejercicios de Taquigrafía (2010), en una antología que reúne los trabajos premiados en el Concurso Ginés García. Permanecen inéditos los poemarios Metamorphosis y Días de vedas. Dicta un Taller de Escritura para adolescentes y forma parte del grupo de jóvenes escritores de la ciudad, Cofradía de la pluma. Gastón Franchini nació en 1977 en Villa Adelina, creció en Maipú y en la actualidad reside en Mar del Plata. Sus libros son numerosos: Etc.(1999); Bonus Tr a c k s ( 2 0 0 0 ) ; G a m e O v e r (2003) y Siete Ciervos (2005). Permanecen inéditos: Plástica; Portland; Bueyes Perdidos y La Cola del León. El ciclo se cerrará el miércoles 16 del corriente con la presencia de Javier Chiabrando, Fabián Iriarte y Mauricio Espil ■

Apareció “Los doce apóstoles”, una historia de canibalismo y venganza “La historia del motín me atrapó. No por lo que conocí en ese momento por los medios de comunicación, sino por lo que no sabía ¿Por qué algunos hombres pueden llegar a esos extremos? Matar, descuartizar, violar o cocinarle carne humana a los rehenes. Me interesaba más la vida de los Doce Apóstoles que la masacre. De a poco se fue armando una historia que es imposible que la imaginación más descontrolada pueda superar...”, señaló Luis Beldi, autor de “Los doce apóstoles”. En la Semana Santa de 1996, en el penal de Sierra Chica, ocurrió el motín que más se recuerda en la historia carcelaria argentina. Los rebeldes tomaron diecisiete rehenes, incluida una jueza, mataron a ocho presos (a siete los incineraron) y mantuvieron en tensión al país durante ocho días. Cuando se nombra a Sierra Chica, la memoria remite a los Doce Apóstoles y a las empanadas de carne humana que le hicieron comer a los rehenes. Como si fuera una macabra comunión, ofrendaron el cuerpo y la sangre de uno de los presos a cuatro carceleros. Los protagonistas hicieron voto de silencio, por eso no se defendieron en el juicio. Once años después, el autor viajó a la prisión de Sierra Chica con uno de los Apóstoles que está en libertad a revivir la historia. Beldi descubre el velo que ocultó la masacre de Sierra Chica y, al mismo tiempo, plantea que no se trató

de un hecho espontáneo e irracional, sino de una historia de odios guardados durante años. El silencio de los involucrados que mintieron en el juicio para conseguir privilegios, por miedo o por devoción a los Apóstoles, mantuvo escondida una verdad que el autor descubre luego de una exhaustiva investigación. En su relato, Beldi incorpora la jerga y los códigos carcelarios y llega a otro hallazgo sorprendente: la intimidad de las tumbas. Historias de sexo entre los presos, los cuchillo largo con sus cejas depiladas, los boxindanga, los dinosaurios, y hasta un sacerdote de misas negras, son ingredientes reales de este mundo ahora develado de Los Doce Apóstoles. Beldi, nació en Buenos Aires en 1947. Comenzó como periodista en el Economic Survey, un prestigioso semanario que se vendía por suscripción. En 1979 ingresó a Ambito Financiero donde escribió sobre finanzas y economía. A medida que el periódico fue creciendo comenzó a redactar toda clase de artículos. En 1991 comenzó a escribir en El Cronista, al tiempo que trabajó en radio y televisión. Volvió a Ambito Financiero en 1996. En 2005, Julio Ramos publicó un libro con sus artículos sobre viajes y viajeros. Fue un debut a medias como escritor. Los 12 Apóstoles es su primera novela en la que pudo mezclar sus dos pasiones: periodismo y literatura ■

Las 8 preguntas para Federico Andahazi

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¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles? -Jamás robé un libro, al menos no voluntariamente. Aunque debo admitir que en mi biblioteca descansan varios

ejemplares que nunca compré ni me regalaron. Misterios típicos de biblioteca. Pero hay un caso que me desvela: soy un lector reincidente de “No soy Stiller”, novela de Max Frisch. Es un libro difícil de encontrar. Cada vez que descubro un

ejemplar en mi biblioteca lo regalo a algún amigo. Y siempre vuelve a aparecer de manera misteriosa en alguno de los estantes sin que yo lo haya repuesto.


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C U LT U R A

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APARECE UN HOMBRE “GENIAL, BOBALICÓN, IMPRESCINDIBLE”

Libro sobre anécdotas de Borges da otro perfil del escritor Un libro que contiene una recopilación de 333 anécdotas atribuidas al escritor argentino Jorge Luis Borges lo retrata como un hombre “genial, bobalicón, imprescindible”, según afirma su autor, Mario Paoletti. Paoletti (Buenos Aires, 1940) trabajó con su mujer, Pilar Bravo, en una biografía de Borges durante más de diez años y “cada vez se fue haciendo más evidente que había un subgénero, el de las anécdotas, que pedía más espacio”, explica. Ese espacio es el que ocupa ahora “El otro Borges. Anecdotario completo”, publicado en Argentina en diciembre por Ediciones Emecé y que se lanzará en España próximamente. “Ningún escritor en lengua española ha protagonizado tantas anécdotas como Jorge Luis Borges. Es tal la abundancia y variedad que a menudo se cree que pertenecen a otros escritores o son simplemente invenciones”, se lee en la contraportada del libro. Paoletti, periodista y docente, diri-

ge desde hace 25 años en Toledo (centro de España) el Centro de Estudios Internacionales de la Fundación Ortega y Gasset-Marañón e investiga sobre Borges “desde siempre”. Autor de novela, relato, poesía y ensayo, Paoletti publicó en 1999 una biografía y un diccionario (“Borges verbal”) en colaboración con su mu-

jer, que es, además, su documentalista. Paoletti afirma que, mientras trabajaba en la biografía de Borges, recordó que el reciente premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa sugirió hace casi diez años en un congreso en Murcia “que alguien debía sistematizar” y “darle forma de libro” al amplio anecdotario sobre el autor argentino. “Ese alguien fui yo”, recalca Paoletti. “La dificultad principal, como ocurre siempre con investigaciones de este tipo, fue separar el polvo de la paja. Hay muchas supuestas anécdotas sobre Borges que son, en realidad, invención de entrevistadores o reedición de anécdotas que ya se habían colgado a otros personajes”, explica. En el libro hay anécdotas de todo tipo, como cuando se publicó la noticia falsa de la muerte de Borges y su amigo Ulises Petit de Murat lo llamó para expresarle su disgusto por esa noticia “apócrifa”. Borges le respon-

dió: “Apócrifa no; sólo prematura”. Cuando un periodista le preguntó si conocía a Ernesto Sábato, con quien no mantenía buenas relaciones, Borges le respondió que “por supuesto” lo conocía: “Es un autor que escribe sobre túneles, tumbas y cosas así. Cómo no voy a conocer a Ernesto Sótano”. Las 333 anécdotas recogidas en las 188 páginas del libro, cuya lectura se hace muy amena, reflejan a un Borges “distinto”, de ahí que el libro se titule: “El otro Borges”, dice Paoletti. “Básicamente”, agrega, “refleja a un Borges bienhumorado, divertido, gracioso, con una lengua muy filosa”. Bastante distinto del Borges cerebral de sus cuentos “y también al desdichado y melancólico de sus poemas. Creo que ese es el principal aporte de este libro”, afirma su autor. Paoletti dice que hay anécdotas basadas en la “ridiculización de alguna persona”, como la referida a Sábato o al músico Astor Piazzolla, al que re-

■ Lecturas

bautiza como “Astor Pianola”. También las que tratan de burlarse de algunas convenciones sobre la literatura. Por ejemplo: “¿Cuál es el mensaje de su obra?”, le pregunta un periodista, y Borges responde: “Es que yo no soy mensajero”. O cuando en Escocia, nevando y con un frío de muerte, insistió en entrar en una capillita de no más de cinco metros cuadrados y allí, en medio del helado silencio, recitó en voz alta el Padrenuestro en anglosajón. Y al regresar al coche, explicó: “Lo hice para darle una sorpresa a Dios”. En el libro aparece también un Borges “procaz”, dice Paoletti. Entre amigos íntimos, Borges era “bastante mal hablado” y el libro recoge varias anécdotas de tono subido. “En todos los hombres hay muchos hombres. Y en Borges también. Además, el Borges del humor no estaba aislado del Borges ensimismado: vivían en un mismo cuerpo de tiempo compartido”, afirma ■

Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.

Los libros más vendidos de la semana FICCION 1 LOS PADECIENTES 2 EL SUEÑO DEL CELTA 3 EL CEMENTERIO DE PRAGA

Gabriel Rolón. Mario Vargas Llosa. Umberto Eco.

Emecé. $72. Alfaguara. $85. Lumen. $85.

NO FICCION

Ediciones en blanco y negro ¿son atractivas? Por Estela Vega juegodepalabralee@yahoo.com.ar

A veces nos preguntan si los libros en blanco y negro son atractivos para los chicos. En ese sentido lo primero que viene a mi memoria es Mafalda, tan querida y abrazable como los personajes que la acompañan. La historieta (considerada hasta hace algún tiempo como un género menor) también es literatura. Si bien hay libros en blanco y negro donde los chicos colorean y despliegan toda la paleta de colores, también podemos pensar en otros donde la poesía, la musicalidad y las ilustraciones nos provoquen sentimientos puros para compartir con nuestros hijos. Un ejemplo de ellos son los de la colección Los Morochitos de Editorial Colihue, donde encontrarán títulos como “Las preguntas” de Pablo Neruda – Gustavo Roldán (H), y desde sus páginas nos preguntan: “¿Cuántas abejas tiene el día?”, mientras en “Greguerías” de Ramón Gómez de la Serna – Raúl Ponce, nos enteramos de que “la jirafa es el periscopio para ver los horizontes del desierto” y en el libro “El problema del Sauce Llorón” de Laura Devetach – Juan Manuel Lima, nos enteramos que “suele suceder que cuando el sauce se pone a llorar hace un charquito”, más “El hombre que pisó su sombra” de Gustavo Roldán – Gusta-

1 QUIERO UN CAMBIO 2 VIVA LA DIFERENCIA 3 EL PODER

Bernardo Stamateas. Pilar Sordo. Rhonda Byrne.

Vergara. $59. Norma. $62. Urano. $125.

RECOMENDADOS

vo Roldán (H) entre otros… Y de éste último escritor, no podemos dejar de recomendar el libro “Dragón” con ilustraciones de Luis Scafatti desde donde nos llega la “Bendición de dragón” y comienza diciéndonos: “Que las lluvias que te mojen sean suaves y cálidas” y en la Maldición de Dragón: “Qué tengas comida hasta estar harto todos los días de tu vida”… Por otro lado, cabe mencionar un libro que estuvo prohibido durante la dictadura militar y Ediciones del Eclipse reeditó en 2004. Es “La línea” de Beatriz Doumerc – Ayax Barnes. Sí, este libro (como otros) lo que propone es pensar, quizás por eso su peligrosidad. “Un hombre con una línea para marchar para sostener unir construir compartir.” Sugerencia: aproveche este tiempo tan importante como es la infancia para fortalecer el vínculo, anímese a escribirle algo a su hijo, una poesía, una carta, dígale cuánto lo quiere y cuánto significa para usted. No importa la edad que tenga, siempre es importante decirles a los hijos nuestros sentimientos y ellos también lo harán. Abrácelo con sus palabras. Escríbaselo con todos los colores, inclusive el negro ■

1 CUENTOS 2 LA CUESTIÓN CRIMINAL 3 EL CIENTÍFICO TAMBIÉN ES UN SER HUMANO

Roberto Bolaño. Gabriel Bombini. Pablo Kreimer.

Anagrama. $95. Eudem. $60. Siglo XXI. $28.

Fragmento de La vida por el fútbol. Marcelo Bielsa, el último romántico, de Román Iucht (Editorial Sudamericana) Para el chico era un córner decisivo. Acomodó el balón sobre ese empedrado abrasador que recordaba la altísima temperatura de la tarde de verano. Los gritos pidiendo la pelota en el lugar preciso de los que atacaban, se fundían con los sonidos del arquero reclamando concentración en la marca. No parecía un partido de niños. Se jugaba con pasión y orgullo. Los transeúntes no alcanzaban a alterar el ritmo de esas inolvidables contiendas; en todo caso, se transformaban en observadores de lujo de aquellos grandes encuentros. La quietud de la tarde, con su siesta, sólo se veía vulnerada por el fútbol. Rosario siempre fue una ciudad importante, pero jamás logró abandonar algunas costumbres de pueblo. Cada tanto pasaba algún auto que se ganaba el odio de los jugadores, pero en el fondo era la excusa ideal para mojarse la cabeza y seguir. El ejecutante puso la pelota gastada justo sobre un adoquín elegido con precisión, para darle todavía más altura al envío. En la esquina de Mitre y Viamonte estaban depositadas las esperanzas del triunfo. Tomó carrera y pensó si mandar un tiro al montón o ubicar la pelota en el primer palo. La referencia de la lata que hacía las veces de poste lo ayudaba en el cálculo. No había

tiempo. Todos esperaban ansiosos. De repente y como si un pasadizo secreto se hubiese abierto desde debajo de la tierra, el móvil del Comando Radioeléctrico apareció por la esquina, sin ser invitado a la fiesta. La señal fue automática y la reacción inmediata. Ninguna vecina quisquillosa generaba semejante estampida: con ellas siempre se podía negociar cuando la pelota se iba a un patio ajeno. Y si de última algún vidrio era víctima de un pelotazo, el carnicero Chanín, de la esquina de Mitre y La Paz, se hacía cargo de los reclamos y transformaba el mostrador en un improvisado libro de quejas. La reacción del pibe que había permanecido impávido, con un pie sobre la pelota, fue insólita. Nadie podía creer esa imagen: Marcelo frente a los policías que bajaron del patrullero. -Córrase, que tengo que patear el córner- gritó el pibe. -Qué córrase, ni qué córner...-replicó el policía-. Vamos... -¿Adónde vamos?- se molestó el pibe. -A la comisaría, pibe ■

Las 8 preguntas para Federico Andahazi

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Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Sólo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los

sacrificados y cuáles los salvados? -No me gusta hablar de bibliotecas ni de libros sacrificados; mi abuelo debió quemar su propia biblioteca el trágico 24 de marzo de 1976, día del último golpe de estado, para no ponernos en peligro y, de hecho, él sobrevivió poco tiempo

a esa tragedia. Cada vez que pongo punto final a un libro tengo la ilusoria sensación de devolver un ejemplar a esa biblioteca sacrificada.


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C U LT U R A

Domingo 6•2•2011

No permitido Por Vicente Armendáriz

E

n la mañana, el grito del despertador raja el cielo onírico. ¿Quién sabrá despertar del agobio real? Si alguien lo hubiera hecho, no estaría parpadeando confusión a las 7:44 p.m. Un largo y quejumbroso “ah” socorre la habitación, como un subterfugio a la luz del día, que entra despiadado por aquella ventana, donde suele ver hormigas. – ¡Hormigas! – susurra espantado, mientras reconoce el mundo con sus antenas. Se pega a la pared, oliendo un tentador manjar, envuelto en pantalón blanco. Sale de la puerta, lentamente, expectante. ¿A qué? ¡A la plancha! Esta viaja velozmente cruzando tiempo y espacio, para incrustarse en la realidad, frenada por la pared. -Proyectil bastardo, machista y susceptible. ¿Acaso, te falta un paraguas? Oh, no, esa era la máquina de coser- dice él, con una sonrisa del tamaño de mil trenes, bajo el pulcro yugo de los dientes pulcros. Detrás de la mesa, su mujer se ríe tímidamente, cubriéndose la boca con la mano. Saluda con la otra, y se dirige a su amante, calumniando a aquél que nada ve. ¿Cuántos ojos tiene? Son tantos que se confunden de verse entre sí. Bajo el techo blanco, marcado de golpes de muñecos que delatan la presencia de un infante, o que delataron en algún tiempo nebuloso, colmado de incertidumbres y de felicidad. ¡Inexistente, por supuesto! ¡Mera exaltación de la ilusión! Caballos blancos, sí, caballos blancos medran el dichoso pasto de la vida eterna. La vida es efímera, pero hay instantes eternos, injuriando el capricho del tiempo. Volviendo al techo nostálgico, el hombre (¿hombre?) toma por la cintura a su amada (como si esta existiese) y la besa fervorosamente. El sol entra déspota, con calor semejante a aquél infierno tan dulce que supieron describir. El la sostiene en sus brazos, mientras sus manos revolotean sobre el cuerpo frágil, sacándole una risa, o una mirada que delata placer. La suelta, despaciosamente, para volver a tomarla. Y así juega, como un

“La persistencia de la memoria”, famoso cuadro del pintor español Salvador Dalí.

gato con un ratón, como un perro con un gato, como el hombre con los perros, como los hombres con los hombres, como las mujeres con los hombres, como aquellos ojos que todo lo ven, (hasta la realidad), y, sin embargo, nunca salen de su vista en sí misma. Así juega, el hombre, travieso, con su amante, presa, de su desidia, ¿acaso no?; ella lo quiere, pero él la quiere más, la quiere como objeto, más el objeto no desea ser querido como tal y escupe el regazo, pero nada sucede. El objeto es poseído y ahora se transforma en un solo ser, en un solo objeto que explora todo más allá de la ironía de estar vivo. En un momento telúrico, desprende su boca y dice: “La muerte justifica la existencia”. Ella se detiene, estrepitosamente, y rompe en llanto. Se quiebra y alrededor todo se derrite. La realidad se come a sí misma, su realidad. La realidad es anímica. -¡Qué suerte puta eh!- dice él, mientras se abrocha el cinturón. Siempre te pasa lo mismo. Ella se quiebra aún más, frágil, y se tira en la alfombra. Verde.

Ella no, la alfombra; ella está violeta. Violeta, abriéndose cómo las flores tímidas de una primavera prístina. Se duerme. El aprovecha y acaricia su cuerpo desnudo, pálido como un pétalo de algún jazmín, por supuesto, endemoniado, pero qué se le va a hacer, dice él, angustiado, pero con ansias. Entonces nota el olor a café. El desayuno está listo. ¿Quién estará haciendo el desayuno? Se pregunta a sí mismo. No puede ser… no, no, no puede ser. Se dirige a la cocina rápidamente, alterado, sabiendo que lo que hay allí ya se lo tragó la rutina. Ya está muerto. Finito. Cadáver. La rutina al servicio de lo real. Carajo, dice él, en el umbral de la puerta, mientras el tiburón, con la sonrisa de doble fila, termina de servir el café. Las ventanas colapsan por el “no” gutural, dejado en grito, ominoso, que irrumpe terrible por todo el departamento. Se arrodilla, angustiado, quebrando sobre los zócalos manchados con manteca. Todo se expande, todo es rojo. Huele la música que

entra por los vidrios rotos, y no puede hacer más que olerla tristemente. Es una nota realmente dulce. Más bien, melancólica. Dulcemente melancólica, o melancólicamente dulce. El tiburón lo saluda feliz, con una palmada de su aleta, diciendo que en cinco minutos tendrá el desayuno listo. El sigue tirado en el piso, llorando desconsoladamente. Comienza a arrastrarse por su vientre, de la cocina al comedor, en busca de su Helena. El tiburón seguirá el rastro de lágrimas, dice él, en medio del sopor y del gemido involuntario. Llega, por fin, al lado de su mujer. Puede arrodillarse. Ahora, su triste melancolía se traduce en un enojo supremo, como el rayo fulminante que solía ser azaroso hasta que se personificó como objeto de alguien, haciéndose vengativo, haciéndose propiedad. ¿Quién se atrevió a adueñarse del rayo y su furia? Pero eso, ahora, no importa. Nada importa, pero los instantes valen: valen ilusiones. Entonces el timbre del microondas resuena por la casa y él la toma por los brazos sacudiéndola a medida que

llora sobre su pecho gritando, tratando de despertarla. Ella, estremecida, se despierta aturdida, no sabe qué pasa. Pero cuando ve al tiburón entrando con la bandeja, sabe que ha ocurrido. Su semblante se transforma gris, su ceño se frunce, y sabe que el castigo no tardará en llegar. -¡Ves! ¡Vos no te das cuenta de lo que acabás de hacer! ¡Asesina! Hija de puta…- comienza a gritar el hombre, a medida que la golpea con toda su furia. Pero no en la cara, no. La cara es una tela de araña, que atrae con parnasianos relieves y hermosura divina. Sin embargo, cuando estamos en esa fina red de ilusiones, podemos ver acercarse las patas negras por detrás del bello rostro, peludas, debajo del cielo negro ahora, con el viento frío arreciando, sentimos el veneno entrando por nuestro vientre, por el aguijón que sella confianza. Frena, frente a la mirada paralizada del tiburón, frena. La mujer estaba toda magullada, pero conservaba lo que ella creía que era su dignidad. Se envuelve en una manta, y, frente al hombre que observaba atónito, se sienta en la mesa, dispuesta a engullir el desayuno. -¿No comés?, interrogó inocentemente la mujer. En ese instante, el tiburón pierde su sonrisa de doble fila y sus branquias comienzan a batirse espasmódicamente. Acto seguido, bajo el techo debajo del cielo sobre sí mismo, el tiburón cae de fauces al suelo, perdiendo su afabilidad. Contorsionándose, nockeado por la realidad, el tiburón se desparrama por el piso, que cruje de dolor, al igual que él, al igual que aquellos ojos que lloran todos a la vez viendo morir al tiburón. Cuando este finitó, el hombre, con una infinita tristeza, expandiéndose en ese instante ambiguo pero eterno, dijo: -Eso es lo que pasa, querida, cuando se pone a la fantasía en servicio de la rutina. La realidad lo devora, se devora. Ya no hay nada. La mujer, atónita, mira sollozando cómo el hombre desaparece por la puerta y se suma a la urbe de hormigas, perdiendo su individualidad, volviéndose tan hormiga como las otras. Así, las lágrimas ahora dulces caen sobre el desayuno no existente, que reflejaban su propia desidia, como un gran espejo ■

Querido Paul Por Osvaldo Picardo (*)

rey del país de la intangibilidad equívoco como la dentadura de los muertos que sobrevivió a la descomposición del polvo y que está puesta sólo para masticar... Nelly Sachs

“Le escribo desde la Argentina -dirá mi carta. De una carta se trata: no tengo imagen tan absurda como la de un lugar en el fin del mundo para todas las cartas que van a perderse. (Argentina, dije, explico: un país al sur en una mala película de espías.

Muy al sur, con ballenas y cóndores, vacas y petroglifos, caudillos y traidores). Le cuento que, aquí, hace unos días, la inequívoca dentadura de los desaparecidos, ha sido exhumada tras largas horas de delicadezas y fotografías.

No crea que no hubo tortura y miedo también en las plazas donde juegan los niños. En cada rincón, los dientes subsistieron a la descomposición y si sólo masticar fue, es y será su sentido, vivió entre ellos, ese idioma que aprendimos a

hablarnos. Con él, al borde de todos los caminos, seco y lleno de panaderos dorados, continúa el fuego abriendo la cerradura del humo...” (*) Autor del libro “Pasiones en línea”, de donde se extrajo esta poesia.

Las 8 preguntas para Federico Andahazi

8

Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una única pregunta a uno de sus tantos escritores predilectos. ¿Qué le preguntaría?

-Tuve ese inmenso privilegio. Hace algunos años conocí a Gabriel García Márquez en París y pude hacerle mi gran pregunta. De su respuesta surgió un libro: “El príncipe”, un mo-

desto homenaje a “El otoño del patriarca”.


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