
4 minute read
La gente entiende que el IESS no está bien
La crisis del Instituto Ecuatoriano de Seguridad
Social no es una de promoción ni de publicidad, sino de diseño fundamental. Diferentes sectores políticos intentan engañar a la opinión pública con excusas acordes a su ideología y agenda. Unos aseguran que la falta de afiliados se revertirá con crecimiento económico —omitiendo que, bajo las reglas actuales, más afiliados generarían más obligaciones—. Otros creen que con reformas cosméticas —como aumentar la edad de jubilación o recortar beneficios— se puede corregir el sistema, cuando bajo la configuración demográfica y socioeconómica actual eso solo postergaría el problema. Si el IESS resulta cada vez menos atractivo para la ciudadanía es porque esta percibe su frágil diseño.
Hoy, la afiliación resulta suma- mente costosa para el empleador y demasiado arriesgada para el empleado —especialmente para los jóvenes que empiezan su vida productiva y que están lejos de cosechar varios beneficios—. Paradójicamente, las áreas que mejor funcionan —la atención médica y los servicios financieros— no pertenecen necesariamente a la seguridad social y atraen a usuarios que cuestan mucho y aportan poco. Se le exige a una juventud cada vez más esquiva y con un futuro incierto que se haga cargo de generaciones anteriores cada vez mayores, con más beneficios y bajos aportes. Al mismo tiempo la clase política intenta devengar su compromiso constitucional con el IESS usándolo, regularmente, como botín. Mientras esas contradicciones persistan, no tiene sentido esperar un aumento en la masa de afiliados.
Fuey es un desastre avisado, que se sabía que ocurriría, que se tenía como inminente. Pero nadie hizo caso, nadie actuó, nadie gestionó: ni el Municipio, ni la Prefectura, ni el Gobierno Nacional. Tampoco la ciudadanía, que ahora, con indignación y rabia reclaman.
¿Qué hizo el Municipio de Alausí? ¿Por qué permitió que se siguiera construyendo en ese sector? ¿Por qué, a pesar de las indicaciones de peligro de inestabilidad del terreno, se siguen otorgando permisos de construcción y se promueve la habitabilidad y el uso del suelo tiene carácter de urbanístico? Todos están a merced de las ansias económicas de los urbanizadores y constructores. Hace falta una Contraloría y veeduría como si fuera Fiscalía, en donde no pase nada con dinero, ni con favores políticos.
¿Qué hizo el Gobierno y la Secretaría de Gestión de Riesgos? Si conocían desde hace varios días, semanas y meses de la inminente situación y posibilidad de deslizamiento, debieron tomar acciones radicales: reubicar a la población para salvaguardar sus vidas.
¿Qué hizo la Prefectura del Chimborazo? Lo mismo que las dos anteriores instancias de Gobierno: contar con datos, pero no actuar ni gestionar nada.
¿Es justo que la población de Alausí haya explotado de esa manera frente a la visita del presidente Lasso? Sí y no. No, porque debió reclamar con acciones urgentes. Sí, porque su gestión de la urgencia fue nefasta: primero anunció que no viajaba, luego que hizo lo imposible por llegar y posteriormente hablar de oportunidades a futuro…
Pero y ¿dónde están el Alcalde de Alausí y el Prefecto de Chimborazo? Ellos también tienen que ver con la inoperan- cia, la indulgencia y la ineptitud de haber contado con información y no haber hecho nada.
Los datos por sí solos no sal- van vidas ni solucionan nada. Si no se toman acciones el dato es un mero informe que se archiva y muestra la negligencia de todas las autoridades, que no reaccionan ni gestionan el futuro.
Solidaridad con los hermanos de Alausí.
JAIME LÓPEZ la vergüenza de lo que allí ocurre hace que reflexionemos con mucha pena.
Lo increible
En muchos parlamentos de este mundo globalizado, suceden con frecuencia sucesos ocasionados en sus sesiones que provocan estupor e hilaridad, que nos permiten convencernos que la vida siglo XXI está llena de aconteceres difíciles de digerir, aquí nos pasa igual, pero no es dable mencionar a la Asamblea Nacional del Ecuador, como nuestra, porque
Por favor, en que país vivimos, no es justo pensar como mandantes a quienes elegimos asambleístas sean ecuatorianos elegidos por votación supuestamente libre y democrática, y hagan lo que se les ocurre a la primera de bastos, cuando el desempeño de su labor no rebasa el mínimo nivel de capacidad administrativa y tampoco revela que tienen dignidad para reconocer que su educación académica ha sido nula, entonces se refugian en los asesores, que elaboran y manipulan a su antojo documentos y proyectos de ley y adicionales, a los que les hacen poner su firma y rúbrica .
Desde hace meses una indignante mayoría pretenden el cambio de Presidente, supuestamente porque ha cometido concusión y peculado, sin que sus patrocinantes hayan ocultado que lo que hacen es obedecer a sus secuaces prófugos radicados en Bélgica, México y otros lares, y se han confabulado también con Virgilio Saquicela, presidente de la Asamblea, cuya robusta con- figuración les permite ocultarlos atrás suyo y manipular el mamotreto confeccionado como justificación para eliminar al Presidente del Ecuador.
Durante tres semanas este documento ha sido modificado, porque los errores que se han cometido desde luego no fueron advertidos por los proponentes y así no se lo podía remitir a la Corte Constitucional para su deliberación y retorno a la Asamblea.
Es increíble que no hayan reparado en el cambio de artículos en el COIP y que el señor Saquicela les haya perdonado los retardos en reparar los errores, indicando según él que La Ley Orgánica de la Funcion Legislativa le permite no hacer caso de los plazos. Este y otros errores tuvieron que eliminar los proponentes, pero el que hay que recalcar y con furia es que el documento en su encabezado está dirigido a GUILLERMO ALBERTO SANTIAGO MENDOZA, PRESIDENTE DEL ECUADOR, ni más ni menos, se tardaron ocho días para a cordarse del nombre del Señor Presidente del Ecuador. En esas estamos, a ellas y sus rabos de paja hay que aguantarles.