El avioncito de papel aterrizaba el pasado 22 de junio en la nave de la Azucarera cargado de ilusiones, actividades, risas, talleres, gincanas, juegos y un equipo de monitoras y monitores preparados con energía para pasar un verano de lo más movido. Con el mismo entusiasmo se mostraba el grupo de 1999, aquellos jóvenes que dedicaron de forma voluntaria su tiempo en las vacaciones de verano.