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El impacto del duelo en las organizaciones

“El duelo es la oportunidad para ver a los demás, empoderar a otros y ser mejores”.

El duelo es un camino con corazón

Por: Verónica Alcocer Lugo,

Tanatóloga y Coach de Vida. Comunidad Aleteos Instagram: alcocerve LinkedIn: Verónica Alcocer Lugo Fb: Verónica Alcocer En las organizaciones ha habido muchos cambios, se han empezado a implementar las estrategias ante la emergencia por el virus de Covid-19. Se asesoraron en diferentes áreas. Dejaron de existir como eran y tuvieron que adaptarse a muchas cosas en muy poco tiempo, enfrentando dificultades, tomando decisiones importantes, arriesgando y tomando nuevas rutas de acción.

Algunas organizaciones siguen recalculando nuevas rutas. Existen muchos logros en este tiempo, sin embargo, a veces es difícil atender el trauma y el estrés de una forma adecuada. Las personas se enfrentan a ciertos fenómenos como:

1) Fatiga digital, mucho tiempo frente a los monitores, muchas horas de trabajo, sedentarismo y malos hábitos en general.

2) Síndrome de la cabaña el cual consiste en el miedo a salir y también la costumbre adquirida del encierro, evadiendo el desconfinamiento físico, mental y emocional.

3) Amalgamiento de la vida personal y profesional, se dificulta integrar un nuevo estilo de vida y encontrar balance en el bienestar y recuperar espacio íntimo o privado.

4) Desconexión de la persona con su interior y con el mundo externo, la falta de contacto físico y de comunicación asertiva. Algunos síntomas psico-emocionales que es necesario atender actualmente en las personas son: trastorno de ansiedad y depresión, tristeza, miedo y frustración, la falta de

concentración, confusión y pensamientos recurrentes estresantes, poca confianza en el futuro y pérdida de sentido de vida.

Otros síntomas físicos: dolores de cabeza, musculares, problemas gastrointestinales, insomnio y cansancio o poca energía. Los líderes han tenido un papel importante para recuperar la confianza y el trabajo en equipo para seguir capitalizando las fortalezas y creciendo juntos, atendiendo los puntos de dolor como áreas de oportunidad. Actualmente ya existe una conciencia ante el duelo pandémico.

Las organizaciones han vivido un proceso complicado, integrando el tema de la Salud Mental y el Bienestar. Un

duelo es la respuesta natural que tienen las personas ante una pérdida. Se expresa a través del dolor.

Algunos han perdido personas queridas por muerte o separación, otros han perdido trabajo, casa, salud, estabilidad económica o el proyecto de vida. Es favorable que el duelo se ventile y humanice. Las seis fases más comunes que se viven dentro de un duelo son: Negación. Enojo.

Negociación. Depresión. Aceptación. Sentido de vida.

Las fases no se viven lineales sino circulares, con dinamismo y cíclicamente. La sexta etapa que propone David Kessler en su libro "Finding Meaning the sixth satge of grief es la meta a alcanzar". Retomas la vida resignificando la pérdida en una lección de vida. Aumentas tus capacidades, recursos y habilidades. Al vivir un duelo pandémico, a todos nos globaliza y nos pone en un contexto de elegir una actitud ante lo que nos sucede desde la premisa que no podemos cambiar

la realidad pero sí podemos revaluarla, esto nos permite autoevaluarnos, es la metacognición.

¿Cómo manejar el duelo para que tenga un impacto positivo en los equipos de trabajo? 1. Resignificando las pérdidas y aprendiendo a integrar los aprendizajes colectivamente con compasión y empatía. Tener paciencia y una visión amplia en donde las personas no nada más están resolviendo en el plano laboral sino también en el plano familiar y personal, incluyendo la salud y responsabilidades ante lo que se generó en la crisis.

La empatía es un proceso emocional y cognitivo que permite conocer lo que estamos pensando y sintiendo e imaginar lo que están pensando y sintiendo otras personas. Aquello que nos mueve a conectarnos con los demás, entender y sentirnos entendidos.

2. Creando espacios para que se puedan tener conversaciones de valor en cuanto a las nuevas ideas, implementar las capacidades emocionales y compartir estrategias de afrontamiento. Incluir el cómo se sienten generando un foro adecuado en donde cabe la vulnerabilidad y no el juicio, con el objetivo de aprender de los errores y no estigmatizarlos, liberar estrés y ansiedad, validar los procesos de cada persona y no minimizar dolores, estructurar nuevos planes de acción como potencializadores para que las personas puedan ser productivas y felices encontrando nuevo sentido de vida, inspiración, motivación y fuerza interna para integrar y balancear las diferentes esferas de vida, incluyendo la salud.

3. Es conveniente que además de las voces de los líderes, existan otras voces confiables y resilientes. Generar una incubadora que forje una plataforma de lanzamiento, que brinde el coraje para saltar al vacío en la colectividad de un bien común, con una tabla de valores recalibrada y las prioridades claras tomándose en cuenta unos a otros.

Dolores compartidos son dolores disminuidos, la unión hace la fuerza cuando nos sentimos conectados.