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Edificios inteligentes, nuevo nicho para conectar a las ciudades

En la Ciudad de México se han impulsado programas de reconversión de oficinas a edificios de vivienda, que deben despegar pronto.

Por: Jorge Aranda.

Director de Desarrollo de Negocios para Telecomunicaciones en Grupo Prysmian México. jorgealberto.aranda@prysmiangroup.com https://www.facebook.com/ PrysmianGroupMexico/ https://www.linkedin.com/company/prysmian https://mx.prysmiangroup.com/ El concepto de edificio inteligente lo hemos escuchado durante los últimos años y actualmente, como todo a nuestro alrededor, la coyuntura de la pandemia por Covid-19 ha transformado la perspectiva. Junto al boom de necesidades de conectividad, la consigna de ser amigables con el medioambiente y de ahorrar en costos, nos ha permitido palpar mejor el concepto y el potencial que tenemos no solo de comenzar a dar pasos, sino de sumarnos a una ola de modernización y actualización que es inminente ante una sociedad cada vez más digital.

Los edificios inteligentes son construcciones conectadas que integran diferentes sistemas como domótica, seguridad, control de accesos, ascensores, multimedia y telecomunicaciones, estacionamientos, IoT (internet de las cosas) en una plataforma única de gestión. Su principal objetivo, entregar un valor adicional como mayor eficiencia energética, aumento de la seguridad, mejor conectividad, autoconsumo; así como mayor confort de los usuarios.

Analistas anticipan que hasta 2026, el mayor crecimiento del segmento de edificios inteligentes se dará en los edificios comerciales, debido a la creciente demanda de soluciones de eficiencia energética que pueden reducir la utilización de recursos. Sin embargo, los problemas ambientales y altos costos de energía residencial, están orillando a las personas a buscar nuevas alternativas al respecto.

Actualmente, los edificios consumen el 42% de toda la energía eléctrica a nivel mundial y evidentemente una de las tendencias para el ahorro energético es la automatización. Curiosamente, el creciente incremento del consumo energético y su costo asociado en edificios y hogares se debe a la falta de control y supervisión de los equipos.

Sin ahondar en tanto detalle, considero que para dar paso al crecimiento de este mercado debemos enfocarnos en dos aspectos: eficien-

cia energética y automatización.

Las comodidades que los edificios inteligentes pueden brindar van desde hacer uso de materiales que contribuyan a una mejor regulación de temperatura, reducción de ruido, arquitectura bioclimática, aprovechamiento de recursos, reciclaje y manejo de residuos. La automatización, más bien centrada en mejorar la interacción con y entre los dispositivos tecnológicos que se encuentran típicamente en el interior de una habitación.

Los recientes avances en la captura de datos y análisis de los mismos, el desarrollo, ampliación y modernización de la tecnología inalámbrica y el internet de las cosas están abriendo nuevas posibilidades para la tecnología de Edificio Inteligente.

Los sistemas de gestión de edificios (BMS) tienen la capacidad de aprender e incluso anticiparse o predecir las necesidades de sus ocupantes en aspectos como preferencias para luz, temperatura, funcionamiento de estaciones de carga para autos eléctricos en estacionamiento, activación de filtros purificadores de aire y otros servicios, incluyendo el ahorro de energía a través del suministro dirigido y el uso de energías renovables.

Respecto al consumo energético, las energías renovables como paneles solares, están en boga, sin embargo, una correcta planeación y diseño serán clave para maximizar el suministro de energía adecuado para el edificio, según sus requerimientos puntuales y una operación más sustentable en función a ello. Es importante aclarar que un dispositivo electrónico conectado a un sensor que genere una acción o dato de forma remota a un sistema central del edificio ya lo dota de inteligencia.

Retos inteligentes e inversión

El panorama inmobiliario y de construcciones en México tras la pandemia por Covid, se ve con tintes grises aunque con oportunidades en esos claroscuros. Se han impulsado programas de reconversión de oficinas a edificios de vivienda en CDMX, que deben despegar pronto.

Ante la urgente necesidad de reactivar estos proyectos y atender la demanda de vivienda en las ciudades, es imperante actualizar la infraestructura existente. Cualquiera que sea el uso del inmueble, contar con una conexión a Internet robusta que permita tener a todas las personas y equipos productividad como de entretenimiento conectados desde casa, ya sea para teletrabajo, clases en línea, acceso a servicios médicos, incluso para monitoreo de industria conectada, es una necesidad fundamental. En este concepto de edificio inteligente, la Fibra Óptica (FO) es el nuevo protagonista por su capacidad de cuadruplicar la velocidad de Internet.

En México hay 80.6 millones de usuarios de internet y 86.5 millones de usuarios de teléfonos celulares lo cual ha generado un incremento sostenido en el consumo de datos e información y una alta demanda en el ancho ancho de banda.

En paralelo, la empresa que represento, fabricante mundial de cableado para proyectos de energía y telecomunicaciones estima que la demanda de servicios de conectividad crecerá a tal grado en México, Estados Unidos y Latinoamérica, y para asegurar el abasto de fibra óptica que se requerirá en los proyectos venideros, ha confirmado una inversión de 27 millones de dólares para duplicar la capacidad instalada de su producción actual de cable de fibra óptica en su planta ubicada en el estado de Durango.

Siguiente paso: Optimización

El país espera con ansias para hacer el gran salto en materia de telecom, pasando a una mayor cobertura de redes 4G y realmente comenzar a vivir una 5G que facilite las inversiones e iniciativas más fácilmente.

Además, para tecnologías de IoT en múltiples aspectos desde autos eléctricos y autónomos, servicios médicos, industria 4.0, se requerirá asegurar latencia inmediata (menor tiempo de respuesta entre dispositivos conectados), lo cual se logrará solo con una red de telecomunicaciones vía fibra para conectar a las ciudades.

Por todo esto, la optimización de infraestructura existente es medular. Países como Japón y Corea ya pasaron hace algunos años por esto, desarrollando proyectos con cableado híbrido, que combina fibra óptica y cableado eléctrico en un diseño innovador de cable que permite trabajar en diámetros reducidos sin sacrificar la densidad de fibras para entregar un transporte listo para la mejor conectividad de internet en hogares, oficinas, etc.

Adicionalmente, la prevención de accidentes es un aspecto muy relevante y las regulaciones en Europa cada vez son referencia. Globalmente, el 70% de las muertes durante un incendio no son por quemaduras graves, sino por la intoxicación que provoca la combustión de cables dentro de un edificio. Debido a ello, más edificios están adoptando el uso de cables LSZH (Low Smoke Zero Hallogen, por sus siglas en inglés) refiriéndose a su capacidad de no propagar llama alguna ni gases tóxicos si este llega a quemarse.

Buscando el segmento premium

Aunque el segmento de edificios inteligentes en México está en crecimiento, los proyectos se perfilan hacia un segmento de alto valor o premium sujeto a inversiones futuras. La cercanía con Estados Unidos y enlace con Latinoamérica en múltiples actividades comerciales, así como el interés de inversión extranjera, son un excelente indicador de que esto no detendrá su desarrollo.

Otro indicador es el segundo lugar que México ocupa en Latinoamérica en Centros de Datos debido a su ubicación estratégica. Tendencia de crecimiento se mantendrá a la alza, pues del 2020 a la fecha se ha anunciado la construcción de más de cinco Centros de Datos, con una inversión total de más de $1,500 millones de dólares.

Un ecosistema hacia adelante

Ante este desafío de conectividad, actualización y eficiencia energética para contar con edificaciones más modernas y con inteligencia, nos adentramos en un campo de múltiples actores que deben hacer su parte para lograr el éxito: fabricantes de insumos, empresas, arquitectos, consultores, constructores, técnicos de mantenimiento, gobiernos y los propios usuarios para lograr viviendas, centros comerciales, hospitales, restaurantes, aeropuertos, hoteles, industria, torres corporativas o instalaciones deportivas que realmente cumplan su propósito y brinden impacto positivo.