EL ENDURECIMIENTO DEL CORAZÓN EN SEIS TEXTOS BÍBLICOS INTRODUCCIÓN Como tema teológico, el endurecimiento del corazón ha tenido diversas opiniones entre los eruditos. Algunos de ellos, como el católico Agustín de Hipona [citado por Tomás de Aquino1], sostienen que «Dios no es causa de lo que hace al hombre peor».2 Otro católico, Tomás de Aquino, concurre con Agustín y añade que «el hombre deviene peor por la obcecación y el endurecimiento. Luego Dios no es la causa de la obcecación y del endurecimiento»3, sino la maldad en el ser humano, aunque sí Dios es causa de tal obcecación y endurecimiento en cuanto «es la sustracción de la gracia, de lo cual se sigue que la mente no sea iluminada para ver rectamente y el corazón del hombre no se ablande para vivir rectamente».4 Semejante postura la toman reformados, p. ej., Juan Calvino5, Patrick Fair-
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Véase Santo Tomás de Aquino, «Cuestión 79: Causas externas del pecado», en Parte III, vol. 2 de Suma de Teología, col. Ángel Martínez et al, ed. dir. por los Regentes de Estudios de las Provincias Dominicanas en España (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos [BAC], 1989), pp. 622-27 [trad. Luis López de las Heras], esp. p. 625, artículo 3, párrafo 1. 2 Ibid. [Cursivas en el original] 3 Ibid. 4 Ibid, artículo 3, párrafo 3. 5 Véase John Calvin, Institutes of the Christian Religion, 2 vols., vols. 21 y 22 de The Library of Christian Classics, ed. John T. McNeill, trad. Ford Lewis Battles (Philadelphia: The Westminster Press, 1967), 2: 981, III. 24. 14.