Desde Doña Mencía

¡Oh! divino Redentor, tu Padre eterno me envía a confortar tu dolor y aliviarte en la Agonía .../...

De esta manera comenzaba Pablo, nuestro “hermano pregonero”, todos los Viernes Santo, desde hacía muchos años, el Pregón de la Embajada del Ángel, en la plaza del pueblo de Doña Mencía, con toda la gente callada, con la cabeza baja y de seguro, preguntándose qué había hecho Jesús Nazareno.

Digo que comenzaba, porque desde el mismo momento en que se inició este 2002, Pablo falta entre nosotros. Sin embargo, no faltó el día de hermanamiento entre la Corporación La Historia de Tobías y los hermanos Pregoneros mencianos.

Desde hacía mucho tiempo se fraguaba la visita y no faltaba un fin de semana en el que mis compañeros me preguntaran qué día era el de hermanamiento, hasta que el 24 de marzo de 2001, llegamos a Puente Genil dispuestos a conocer, en la medida de lo posible, como se vive en un “cuartel” la cuaresma, la Semana Santa, y lo que es más importante, el hermanamiento entre los componentes de una corporación. Uno habla, todos escuchan; uno canta una cuartelera, otro la sigue. Lo primero, lectura de la Biblia y bendición de la mesa, después a comenzar a abrir la Semana Santa pontanense y la menciana (cuarteles, tronos, saetas, pregones, trompetas...)

Tuvimos el honor de recibir una “pata” ¡con lo que eso significa para vosotros! Y de ser atendidos por verdaderos mananteros. En definitiva, nos volvimos para Doña Mencía conociendo un poco la forma de vivir la Semana Santa pontanense y si os digo la verdad, con la “boca abierta” y con una poquita de envidia (sana) Es por lo que los pregoneros de Doña Mencía, se ponen de pie y brindan con la Historia de Tobías: “Que viva la hermandad, la corporación, vamos a brindar” ¡¡Pum, El Pez!! A vosotros también os falta el hermano Rafael Fresno.

Vaya por Pablo y Rafa

.../... quédate con Dios, mi Dios, quédate con Dios Nazareno, que humilde licencia os pido, para subir a los cielos.

Juan Luque Recio Pregonero de Ntro. Padre Jesús Nazareno Doña Mencía