La interpretación de los sueños, de la develación de deseos reprimidos a la clarificación de los e

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La interpretación de los sueños: de la develación de deseos reprimidos a la clarificación de los estados mentales

Juan José Ricárdez López.

Septiembre 27, 2014. Oaxaca de Juárez, Oax. 1


“Cuando nos despertamos del más profundo sueño, rompemos la telaraña de algún sueño. Y, no obstante, un segundo más tarde es tan delicado este tejido, que no recordamos haber soñado.”

Edgar Allan Poe. El pozo y el péndulo.

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Resumen El Curso básico de psicoanálisis (2005) de A. Tallaferro es un texto imperdible para cualquier persona que desee iniciarse en la comprensión del psicoanálisis. La sencillez del lenguaje empleado en la explicación de los fundamentos teóricos más importantes, permiten al lector iniciado en estos temas (al igual que al experto, puedo imaginar) no perder de vista el objetivo de la disciplina científica creada por Sigmund Freud: enterar al hombre del funcionamiento de su mente. El gran mérito de Tallaferro es la valentía y lucidez mostradas para fundamentar el argumento de que, definitivamente, el psicoanálisis es parte de la medicina y la psiquiatría (2005), y que el saber psicoanalítico fortalecerá este tipo de prácticas. Centramos nuestra atención, a partir de lo anterior, en la explicación ofrecida en el Curso básico del psicoanálisis (2005) sobre los sueños, y resaltamos el valor de una explicación completa y accesible para un tema tan complejo y que genera tanta suspicacia entre la gente de ciencia, que prefiere tomar al sueño como un fenómeno orgánico más que como uno mental. “Los sueños, sueños son”, y como todo lo que es, el sueño dice algo. Tallaferro nos ha instruido en el método que, desde hace 114 años, ha intentado escuchar lo que se dice; incluso en un sueño.

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Los sueños y la mente Freud comienza su texto La interpretación de los sueños (1981) con unas palabras certeras: En las páginas que siguen aportaré la demostración de la existencia de una técnica psicológica que permite interpretar los sueños, y merced a la cual se revela cada uno de ellos como un producto psíquico pleno de sentido al que puede asignarse un lugar perfectamente determinado en la actividad anímica de la vida despierta. (Freud, 1981, p. 9)

Desde la publicación la primera edición de este texto, a la fecha, los psicoanalistas han sabido aprovechar la visión freudiana de que a través del sueño podría llegarse a los sectores más inaccesibles de la mente. Los sueños han sido tema de intenso abordaje en el psicoanálisis de todas las épocas, y cada escuela psicoanalítica ha sabido encontrar, a partir de los postulados que las fundamentan, adaptaciones a los procesos de comprensión e interpretación de sueños de los analizados. Este interés científico(1) del psicoanálisis por el estudio de los sueños, ha resguardado a la labor interpretativa del psicoanalista de convertirse en una suerte de adivinación caótica a través de símbolos universales que exceden la individualidad del soñante. Freud (1981, p. 136) explica que “el objeto sobre el que hemos de concentrar nuestra atención, no es el sueño en su totalidad, sino, separadamente, cada uno de los 1 Es común escuchar, entre las críticas a Freud, decir que no fue él el primero en interesarse en el estudio de los sueños y su relación con el comportamiento humano. Crítica gastada e improductiva que pierde de vista que el propio Freud dedicó el primer capítulo de su La interpretación a exponer la propuesta de comprensión que varios hombres de ciencia, antes que él, habían ofrecido a propósito del tema de los sueños.

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elementos de su contenido”. En este marco, queda anulada la posibilidad de interpretar un sueño a partir, exclusivamente, del simbolismo; y puede ubicarse a la interpretación psicoanalítica como un ejercicio organizado y científico que nunca pierde de vista la individualidad del sujeto. Para entender a qué se refiere Freud cuando habla de “elementos”, recurriremos a la exposición de Tallaferro (2005). Los elementos del sueño Entre los elementos del sueño que Tallaferro (2005, p. 132-134) propone y explica, encontramos al 1) Contenido manifiesto, 2) Contenido latente, 3) Censura, y 4) Trabajo del sueño(2). La diferencia entre los contenidos, manifiesto( 3) y latente, radica en que el primero se refiere a “todo lo que el sujeto puede recordar de su sueño; es consciente” (Wiener, 2000, p. 19); mientras que el segundo, también llamado “ideas latentes”, se refiere a los “deseos realizados” (Freud, 1981, p. 159) en el sueño, pero reprimidos en la vigilia, y que sólo pueden ser presentados, ante el soñante, deformados por influencia de la censura (Freud, 1996). La censura puede ser entendida como la “expresión represora del yo al servicio del superyó” (Tallaferro, 2005, p. 132), o el ejercicio resistencial de un poder del yo (Freud, 1996). El trabajo del sueño, o 2 Es importante mencionar que en ocasiones, los conceptos psicoanalíticos son nombrados en base a la predilección del psicoanalista por una u otra traducción. En el caso del elemento 4, nos parece oportuno indicar que “Trabajo del sueño” es el término que se encuentra en las traducciones al español de la obra freudiana que la editorial Amorrortu llevó a cabo, y que son las que muchos analistas consideran más precisas. Por su parte, Luis López-Ballesteros ha preferido el término “Elaboración onírica” para nombrar al mismo fenómeno. Por estar basado el presente trabajo en la traducción de Ballesteros, nos referiremos, en lo que sigue, a lo que Tallaferro explica como “Trabajo onírico” (basado en la traducción de Amorrortu) con el término “Elaboración onírica”. Lo mismo sucederá con los demás términos que presenten diferencia entre las traducciones existentes. 3 Discrepamos en la explicación de “contenido manifiesto” ofrecida por Tallaferro: “son las imágenes del sueño tal como se las recuerda al despertar” (2005, p. 132), por considerar que la transformación de palabras en imágenes (“Figuración plástica de palabras”, como la llamó Freud) es sólo una de las modalidades de presentación de las ideas latentes del sueño en el contenido manifiesto. Además, con la acotación de que es lo que se recuerda al despertar, resulta devaluada, en opinión de quien ahora escribe, la importancia de las asociaciones y el relato que el soñante hace de su sueño, ya que, para todo aquel que haya soñado alguna vez, resulta claro que un sueño no se relata de idéntica manera dos veces: al inicio y al final del día, por ejemplo.

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elaboración onírica, es “el proceso que transforma con la colaboración de la censura las ideas latentes en el contenido manifiesto” (Freud, 1996, pp. 62-63). Sobre cómo se da la transformación de las ideas latentes en el contenido manifiesto, Tallaferro explica lúcidamente la dramatización o concretización, la condensación, el desdoblamiento o multiplicación, el desplazamiento, la inversión de la cronología, la representación por lo opuesto, la representación de lo nimio, y la representación simbólica (2005). Algo que habrá que hacer notar, es que las explicaciones de estos mecanismos (Tallaferro, 2005) están fuertemente influidass, o al menos eso opina quien ahora escribe, por la certeza inicial de Freud acerca de que “una vez llevada a cabo la interpretación completa de un sueño se nos revela éste como una realización de deseos” (1981, p. 159). No obstante, más recientemente, son varios los psicoanalistas que coinciden en que el sueño no se reduce simplemente al descubrimiento de deseos reprimidos; sino que es “función estructurante de la mente y resultado de su organización estructural” (Grassano, Barenstein, Dvoskin, Kosack, Mascheroni, Nudelman, Soler y Tula, 1995, p. 111). La función interpretativa de un sueño más allá de la develación de deseos reprimidos En su Psicoanálisis de los cuentos de hadas (1988), Bruno Bettelheim explica que: Debido a la influencia de Freud, nuestros sueños se han convertido en algo problemático para nosotros, algo que nos comunica y a lo que nos resulta difícil enfrentarnos. Pero son, asimismo, el camino principal y más directo hacia el

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inconsciente, permitiéndonos obtener una visión nueva y más rica de nosotros mismos y de la naturaleza de nuestras cualidades humanas.” (p. 381)

Sin pretender decir que el trabajo psicoanalítico con los sueños, tal como Freud lo desarrolló, hoy ha sido rebasado, queremos compartir nuestra consideración de que gracias a las bases que el vienés sentó hoy es posible valerse de lo sueños no sólo para enterar al hombre de lo que en él se ha reprimido, y de los mecanismos de esa represión; sino de hacer más completo en autoconocimiento detectando en los sueños, además de lo oculto, lo evidente: el funcionamiento mental: Otro sueño referido por un paciente distinto, él va en una motocicleta y al llegar a una intersección se encuentra con tres chicas a quienes les quiere preguntar qué camino seguir, pero cada vez que quiere abrir la boca, la motocicleta se levanta y se eleva, de tal manera que nunca puede averiguar por dónde tiene que seguir. Si este sueño lo tuviera un paciente neurótico se podría pensar que la moto que se eleva representa una erección y se le interpretarían sus ansiedades de castración o sus ansiedades masturbatorias incestuosas, pero si es un paciente fronterizo o esquizofrénico, se le interpretarían, desde el punto de vista de Oremland, sus ansiedades de desintegración, es decir, su sensación de que partes de sí mismo están fuera de su control y no logra que se dirijan hacia la misma meta, sino que cada una funciona por sí misma para su propio fin. (Wiener, 2004, p. 155)

Hoy por hoy el trabajo con los sueños pretenden favorecer, además de la elucidación del sentido de los pensamientos conscientes e inconscientes del soñante, el trabajo del 7


propio terapeuta; brindándole un cuadro más completo del sujeto que tiene frente a él, y al que intentará brindar un servicio más completo. Habrá que puntualizar, por último, que la interpretación de los sueños, en la clínica psicoanalítica, es una técnica que sólo será efectiva cuando esté acompañada por las demás técnicas propias de este modelo de intervención: asociación libre, y análisis de la resistencia y la transferencia.

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Conclusiones Desde que Freud se aventuró al estudio de los sueños, sus concepciones fueron transformándose a partir de los descubrimientos que la clínica le ofrecía. Después de él, los estudiosos del psicoanálisis han pretendido aprovechar al máximo la obra freudiana, llegando a implementar variaciones teóricas y técnicas. Los sueños son un elemento importante de la labor clínica; los modelos de interpretación obedecen a la enseñanza freudiana, pero no siempre le siguen al pie de la letra. En años recientes se ha puesto mayor énfasis en el empleo de la interpretación de sueños para la clarificación de la dinámica psíquica, más que a la idea de que el sueño ha de llevarnos a develar contenidos ocultos. Los sueños se piensan más como clarificadores de mecanismos y dinámicas. El hombre sueña; el sueño siempre habla del soñante y nunca de alguien más; el soñante habla de su sueño para descubrir lo que éste está diciéndole; pero este conocimiento, como todos los que tienen que ver con las verdades más profundas, nunca es fácil; siempre requiere compromiso, disciplina, ética y confianza.

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Referencias Bettelheim, B. (1988) Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Distrito Federal: Grijalbo. Freud, S. (1981) La interpretación de los sueños I. Distrito Federal: Iztaccíhuatl. (1996) Autobiografía. Madrid: Alianza. Grassano, E., Barenstein, N., Dvoskin, S., Kosack, A., Mascheroni, S., Nudelman, M., Soler, S., y Tula, R. (1995) El escenario del sueño. Buenos Aires: Paidós. Tallaferro, A. (2005) Curso básico de psicoanálisis. Distrito Federal: Paidós. Wiener, A. M. (2000) Trabajando con sueños en psicoanálisis contemporáneo (Tesis doctoral). Centro Eleia: Distrito Federal.

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