Transparencia de la materia [Pessoa: el desvanecimiento poético y otras incidencias]

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Transparencia de la materia

Pessoa: el desvanecimiento poético y otras incidencias]

Transparencia de la materia:

[Pessoa: el desvanecimiento poético y otras incidencias]

Juan Martins

1ª edición: © Ediciones Estival 2022

Colección El vitral de Duchamp. Nº 8

Depósito legal: AR2021000142

ISBN: 978-980-18-2419-0

correo electrónico: edicionesestival@hotmail.com

Levantamiento de textos y artes finales: Ediciones Estival & Asociados

Diseño de portada: Karwin Poleo

En la portada: foto de Alexander Zvir en Pexels

Digitalización: Talleres de Codarte A.C.

Agradecimientos: a la Fundación Instituto Portugués de Cultura y al Instituto Camões Portugal. Ministério Dos Negócios Estrangeiros por el generoso apoyo durante la producción de este libro en su formato digital y sin fines de lucro.

Editor digital: Ediciones de autor & Asociados

Digitized in Venezuela

Juan Martins

Transparencia de la materia

[Pessoa: el desvanecimiento poético y otras incidencias]

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Pessoa: el desvanecimiento poético y otras incidencias]

No existe nada, ninguna realidad, excepto las sensaciones. Las ideas son sensaciones, pero de cosas no situadas en el espacio, y a veces ni siquiera en el tiempo.

Fernando Pessoa (Plural de nadie, 2012: 8)

···················

Nota [imprecisa] del autor

El ensayo es la pieza literaria que se escribe antes de escribirla, cuando se encuentra el tema. [..] César aira (...proyecto interminable, 2014)

este libro no quiere sólo ser un libro de crítica

El hallazgo poético me compromete con la derrota porque puede ser mayor ante la insolvencia de desdoblarme en mi propio yo. Y en ello debo reconocer el ajustado riesgo de equivocarme. Lo inexacto me regresa a la búsqueda porque Fernando Pessoa será el cuerpo de ideas vertidas en sus heterónimos hacia lo plural e indefinible de la realidad. Lo que apenas diré en estas páginas es la expresión de ese ritmo de la búsqueda. Por ejemplo, algunas de esas ideas están ya presentes en mis libros de ensayos: Él es Vila-Matas, no soy Bartebly, (2012), De qué hablo cuando hablo de Murakami (2014) y Novelas son nombres (2014). Sin que por ello me repita en el aburrimiento. Lo intento.

Tenga lector presente que se trata de un encuentro personal y algo caprichoso. Acá, por sumar en esa búsqueda, intento interpretar el sentido de esa representación en lo ficcional como mecanismo de renuncia a lo «real», mediante el cual también se instaura el predecible viaje a través de ese delirio del escritor que obtiene de la soledad el artificio de su escritura y nos mantiene en vilo por descubrir la pasión y la personalidad del poeta ―más adelante sabremos el por qué se trata de varios poetas en vida

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y obra cuando anunciamos el nombre de éste, Fernando Pessoa―. Así pues, el desvanecimiento del yo con el que se representa quedará al descubierto. De este modo sólo explayo una parte de esa relación entre obra y vida, quizás, la descripción de mi estilo que surge del riesgo temperamental de leer a Pessoa. Esta será la aprehensión de esa revisión porque me supera, en la intención del hallazgo, su obra plural, vasta y heterogénea, por lo que nos cuesta deconstruir aquellos yoes en Pessoa y permitir la transparencia ante el lector. ¿Y qué descubrimos a cambio? El descenso del yo y sus vértices como variable de tantos heterónimos que adquieren, a la luz de los años, propiedad en el registro de aquel viaje en el que sólo hace falta existir.

Solo con el autor deseo «atisbar» lo que miraba, sentir lo que sentía y recuperar lo que abandona en esa verticalidad de la emoción tal como la entendía sobre el sentimiento de aquella soledad y la quietud hasta la plenitud de su poética. Por momentos esta «casa quieta» que significa ese estado del ser pessoano: visar al silencio mediante aquel andar entre la poesía y la existencia o entre la poesía y el desdoblamiento. Entonces diferenciamos investigación de ensayo y éste de una posible hermenéutica la cual vertebra en lo posible a este libro. Hallar lo que está presente en esa relación con el propósito de encarar una idea sublime: qué está sucediendo con su teatro o saber de buena tinta hasta dónde debemos estudiar dicha analogía. Esto nos permite comprender sólo una cosa: toda su obra es indivisible al tiempo que es una unidad abstracta por ser

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imposible de cimentar después de ser escrita por múltiples personas verbales: sus heterónimos, en tanto son creados desde ese furor interno del poeta y se reserva en el interior de su persona con la cual induce la escritura y produce, ahora sobre el éxtasis, poesía, pensamiento y drama en la forma de aquel desdoblamiento en otros, cuya experiencia lo hará condición de su vida. Vida y arte en un secreto reservado en el celo de Pessoa por dar a conocer estos textos, buscando desaparecer en ese olvido del baúl donde dejó a la suerte miles de manuscritos en un trato más adelante con Kafka para, como él, abandonarse al entregarnos su legado. Fernando Pessoa, Franz Kafka, y Robert Walser por nombrarlos se me personifican en un solo nombre desde el mismo lugar del laberinto. Autores que quieren desparecer en un intento fallido por deslastrarnos de su arte. En tal sentido siempre quedaremos anulados en el acto personal de asir su obra. El sujeto lector se difumina. Empecemos entonces con poco. Lo intentamos. Nos desvanecemos en el goce poético de su obra y en el carácter demiurgo de Pessoa.

Este ensayo evita redundar en lo ya ha sido tratado por otros con mayor atributo. Es éste más bien, lo intento, un diálogo abierto para acercarme al tejido poético de Fernando Pessoa. Sobre todo, en la medida de mi interpretación, lo que enuncia para la literatura portuguesa: …Mi patria es la lengua portuguesa, ... (Pessoa, 2018: 225) nos recuerda uno de sus tantos heterónimos Bernardo Soares en el Libro del desasosiego. En este momento entonces distinguimos qué tanto irrumpe con lo histórico a modo de con-

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gregarnos a su otredad hasta alcanzar esta relación con aquel contexto de la literatura portuguesa. Se establece, digámoslo así, por esa misma eventualidad, mi cercanía con la que a su vez descubro, todavía me interrogo y, por qué no, me encanto desde esta modalidad de la creación en firme ejercicio con la duda que ahora añade a tantos poetas-heterónimos como sistemas poéticos creados por una sola persona: Fernando Pessoa. Vayamos con calma y continuemos porque es más adelante que lo descubro. No sé quién me llevará de la mano, aquí lo importante es el viaje, el recorrido propio de esa aventura. El riesgo estará presente. No quiero aburrirlos con apenas algo tan personal porque en realidad se trata más de mi propio ensayo o de la posibilidad de extraviarme, pero el riesgo es alentador si prefieren leerme.

Leer a nuestro poeta es un estado de racionalización y, por paradójico que parezca, de ilusión y enamoramiento con el designio de promover este ejercicio hermenéutico entre ustedes. Su impronta en analogía con las ideas, esta incidencia con la poesía, las artes y el teatro. Por medio de la cual se alcanza a reunir razón con emoción, poesía con filosofía y narración en el poema de acuerdo con la poética que se descubre y, como se descubre, no deja de ser así mismo una concordancia lúdica e incluida en el proceso de creación, tanto para mí como ensayista, como para el lector que me corteje. Intentaré, eso sí, de servir como transductor, en cuanto se es un lector riguroso y metódico con el autor, pero también será la interpretación de lo que para mí significa desarraigar cualquier tensión entre escritura y libertad,

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pensamiento y sensación o, al final, entre intelecto y emoción. Diría el amigo y escritor de mi país Alberto Hernández: «ensayar para ensayar», agrego yo: ensayo para interpretar tal acercamiento.

Un inciso: es importante destacar que el nombre de Fernando Pessoa es aquí una categoría, un sustantivo que aprecio en el trascurso de este libro, lo asocio con premura, pero no por eso dejo de diferenciarlo con el resto de sus heterónimos. Y la diferencia entre aquél y éstos signan además la condición, por separado, de sus obras. Estas diferencias son en sí la sucesión de este ensayo. O pretendo que lo sea. Fernando Pessoa, todos los nombres sobre un nombre.

Sabemos de los estudios, traducciones, ediciones, ensayos y monografías hasta lo inabarcable: citar, comparar y describir no es el propósito único de este ensayo. Es, desde otro lugar, una condición para ajustarme a la transparencia de la duda, si bien hallamos incertidumbre antes que decisión, resonancia que lógica e imaginación que razón, sin embargo, no por eso será menos transparente, si tomamos por afecto el encuentro con este nombre de Fernando Pessoa. Una paradoja que se repite: en la duda es cuando se nos clarifica porque, más allá de la gruta, está el hilo de Ariadna esperando con mediana luz nuestra ansiedad. La respuesta, otra Ariadna que nos aguarda todavía para revelar la realidad y hasta entonces desengañarnos de una vez por todas. Al intentarlo, aparece otro túnel, forjándose ese reflejo femenino hacia aquel encanto. Siempre que la luz sea el espejo en cuyo reflejo miramos la sombra

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de esa interrogante, es pues, caída más que ascenso y esta «duda» sale a la palestra como mecanismo de extravío hacia la intimidad de un yo que se nos desvanece: poética de la insolvencia, del desdoblamiento, de lo irresoluto y, lo han dicho, del abismo1 . Por último, quiero reincidir en una poética del desvanecimiento. Si puedo decir algo en mi defensa será la de lector, como lo soy, de Fernando Pessoa que, a fin de cuentas, deseo traducir, en parte, su visión sobre el arte y la poesía en igualdad con el teatro al que

1 Véase Fernando Pessoa o la belleza de la geometría del abismo por Julia Alonso Diéguez (2013). Extraordinario estudio en el que se extiende para el uso categorial de este concepto. En mi caso me limito hacia la idea del desvanecimiento y la caída del yo como incidente de la otredad. Hacia una hermenéutica del ascenso, su poética y en consecuencia la inclinación de este yo en tanto representa, al mismo tiempo para Pessoa, el desdoblamiento. Siendo éste la razón que me mueve por su teatro y la despersonalización del sujeto como recurso que explica su relación con el mundo de los heterónimos. Ello, en la búsqueda de una definición, lo digo más adelante: «porque está [su voz poética] en constante caída y pérdida de su yo por no ser nada, por no ser nadie. Ni siquiera en su propio vacío. Su yo es la alteridad del sujeto quien se desengaña ante ese 'abismo'. Resultado: la duda…», el doble. Y una vez hallado se desvanece y volvemos a descubrir otro y éste en el devenir de otra persona, de otra obra. Siendo Pessoa, su ortónimo, el mediador de esa corporeidad que significa desdoblarse. No obstante, éste se figura en la creación de nuevas formas discursivas: el poema, su prosa (narrativa o ensayística) y de aquí a su teatralidad. Su tejido plural me exige la disci-

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éste pertenece. La frontera del género, eso sí, abre un lugar disconforme para la crítica y la lectura. Por lo dicho, deseo aproximarme a la superficie poética que nos ofrece su Teatro estático (Pessoa, 2018a).

Espero, por lo heterodoxo, apenas abordar algunos aspectos que son vinculantes con la historia del teatro contemporáneo y, en efecto, con la comprensión de un teatro de vanguardia en cuanto al trato entre drama y poema, escena y escritura o, en conjunto, registrar el carácter histórico al que pertenece la obra por medio de sus heterónimos con el fin de descubrir el motivo por el cual el poeta es un fingidor [...] [Pessoa, 2021: 16] de su verdad poética. Hasta deshilar el nudo del cual se sostiene y a partir de allí ensayar aquella transparencia. Porque tomarla por los hilos no será posible del todo. El lector, si quiere, se entrega a esa búsqueda ilimitada dentro del discurso pessoano. No hay que agotarse y, en su lugar, seguir con la continuidad de su obra: nuevas ediciones, otras investigaciones o traducciones como tantas otras prospectivas críticas que amanecen en procura de su lector. Amanece, lejos de toda voluntad, plina de lo diverso. Esto quiere decir que no expreso nada nuevo. Es éste mi ensayo apenas una interpretación de aquel alcance. Motivado por aquellos hallazgos el lector atisbará el uso, por mi parte, de la palabra espólio escrita en portugués en lugar de baúl como correspondería en español, pero por razones conceptuales (explicadas en el transcurso de este ensayo) prefiero utilizar aquélla tal como Diéguez la menciona. Me apego al acercamiento afectuoso del término por la lengua portuguesa.

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sobre el recinto de nuestra ventana. Y lo mejor, leer a Pessoa. Una y otra vez.

De este libro se podrá leer el capítulo en el orden que se prefiera. Estaré contento con cualquier elección, incluso sea esta abandonar la lectura. Tal atisbo hacia la obra pessoana no es más que una alternativa entre terceras. Dicho esto, queda claro que estoy tratando de usar el ensayo como artilugio de interpretación, dado en dos principios: entender la diversidad de su obra y, disculpen lo osado de mi parte, otorgarle al ensayo un modo de representación crítica para tal fin. Por lo expuesto puedo decir que esta impronta de la crítica puede estar del lado de los traductores, investigadores y periodistas especializados. Mi trabajo en cambio será menos ambicioso, apenas dará cara ante aquel lector-crítico que traduce los signos y en cuya fidelidad se organizan en mi propia transversalidad de la escritura, esta es, encontrarme ya sea por azar con el lector al tiempo que escribo hasta procurar este dialogo. Razón por la cual algo se abruma entre nosotros: el deseo sano de descubrir: volver a leer para divisar al mundo. Por lo que la belleza aparece en la sombra de los espejos y no en su claridad. Ya que ese espejo se ha roto para mostrar su geometría. Los restos no son sino la grieta donde me asomo, el dolor de un yo transgredido, un yo que se convierte cuerpo en el otro, un yo que me extraña y la cadencia de una voz que me exige la ausencia, pero me acerca a la vez con su resonancia. Este será mi riesgo. Incidir, incidir sobre la incertidumbre.

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índice poéTica de la Transparencia [Pessoa: el desvanecimiento poético y otras incidencias] Nota [imprecisa] del autor...........................................9 Transparencia de la materia,.......................................17 Transparencia de la materia. Notas. ...........................39 Sombra de lo plural......................................................41 [Plural de nadie].........................................................58 [Tabaquería]............................................................... 64 [Desasosiego]...............................................................80 [Despersonalización]...................................................89 [Otrarse]......................................................................95 [Cuerpo, signo verbal]..................................................96 [Espólio].....................................................................109 [Orpheu]....................................................................112 [Poema-idea]..............................................................116 Sombra de lo plural. Notas. .....................................119 El desvanecimiento de lo poético.............................123 [Ficción del yo]..........................................................127 [Sensacionismo].........................................................134 Poética del desasosiego..............................................139 Oda marítima...............................................................155 [La corporeidad del mar]...........................................158 [Paganismo]...............................................................162 [Duchamp, el otro].....................................................163 El muro de su contingencia.......................................179 Bibliografía..................................................................199
· ···················· Mi cuerpo es un abismo entre yo y yo.(Pessoa: 2021: 23)

Transparencia de la materia

[Pessoa: el desvanecimiento poético y otras incidencias], cuyo autor es Juan Martins se terminó de digitalizar durante el mes de mayo de 2022. Labrado con la ayuda de Dios, en su alzadura se emplearon Book Antiqua de 9 a 11 y Sabon LT Std de 10, a 13,5 puntos.

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