Paciencia mineral

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Paciencia

Paciencia mineral

Néstor Mendoza

1ª edición: © Ediciones Estival 2023

Colección El Divino Narciso nº 8

Depósito legal: AR2023000016

ISBN: 978-980-18-3268-3

Editor Juan Martins

Consejo Editorial:

Alberto Hernández

Juan Martins

José Ygnacio Ochoa

Proyecto Codarte A.C.

Correo electrónico: edicionesestival@gmail.com

Levantamiento de textos y artes finales: Ediciones Estival & Asociados. Revista Teatralidad.

Diseño de portada: Ediciones Estival & Asociados

En la portada: Foto de Ricardo Armas. Las Llaves de París. Imagen Digital, 2016. Elaborado en la plataforma de Adobe Express. Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio, sin autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes.

Editor digital: Ediciones Estival & Asociados

Digitized in Venezuela

Néstor Mendoza

Paciencia mineral

Finalista del XL Premio Internacional de Poesía «Juan Alcaide» (Ciudad Real, España, 2021)

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Paciencia

Paciencia mineral, de Néstor MeNdoza

La paciencia y el tiempo hacen más que la fuerza y la violencia.

Jean de La Fontaine

En Paciencia mineral de Néstor Mendoza late un corazón. Su agitado latir lo vamos oyendo en el recorrido feroz de lectura de este poemario, hincado en cada uno de los 31 poemas que bajo este lema agrupa, imantándolos con un epígrafe de Borges para encarnar cómo nos sirven de esclavos las cosas, las limas, los umbrales, los atlas y las copas.

La paciencia alude aquí al viaje interior que realiza el poeta, con trayectos de muchas tensiones en su ardida búsqueda de unir partes desmembradas, ideas que pueden irse, trozos que aún duelen, jirones en desequilibrio, sombras al revés, o como lo afirma: las partes, objetos, pedazos que puedan entrar más fácilmente en la desaparición.

A medida que avanzas en la lectura, percibes que la muerte es uno de los ejes temáticos que en esta travesía sacude al poeta. Existir. Desaparecer. Desenterrar las partes de un cuerpo desmembrado. Suma a este un segundo eje: la violencia ejercida. Lo que fue y ya no es asoma ―obsesivamente― en su decir. Una visión hacia atrás. En este movimiento, entonces, la escritura hace un levantamiento de lo que ya no es pero alguna vez fue, como clara consciencia de un padecimiento terrenal que, sin tregua, se impone en este mundo.

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Ahora no hay más urna /que su rectángulo / y no hay más tapa/que sus puertas abiertas. De igual manera se acciona este mismo sentir en estos versos: El pasaporte señala un nombre/ y un lugar de nacimiento; el país de procedencia/ ahora es un punto borroso.

El poeta-testigo es atravesado por imágenes de la violencia y otras atrocidades. Con ese sentir en lo profundo del abismo se hace eco del zig-zag en las costuras del tejido histórico a través de su narración poética. Sin dramatismo ni aceptación del estado de cosas, interroga, hila, describe con detalles y enfrenta al lector a lo que dolor le causa en el trance de ser migrante, desplumador de aves o de la materia encerrada. Es así que, careado a la crudeza, con los ojos fatigados ante la sucesión de hechos salpicados de sangre, culpa, desapariciones, interrupciones, pesadillas, dolores clavados, zumbidos, miedos, separaciones y ocultamientos, se impone la paciencia mineral como única posibilidad para transmutar el inventario desgarrador girando, mediante la escritura, hacia otra realidad.

Pudiera dar fe de su asco o de su bondad/ pero sólo nos corresponde juzgar el valor visual/ o lo que dejan esas dos tibias y peronés allí, /sin compañía del cuerpo, desenterrados, / desterrados

También hace el ejercicio de escribir a partir de la poesía de otros o de las cosas que forman parte de su inventario desde la infancia, creando un paisaje de tatuajes para la otra piel que le reclama el ahora para sobrevivir. Cruza así anclajes con una estrofa de Hugo Mujica y un poema de Enrique Lihn; asimismo a partir de aquello que se hace impronta dis-

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paradora en su psiquis que aluden a la belleza y otras a cosas nombradas que, siendo astillas de un cuerpo andante, le dan norte al poema: polilla blanca, pan paniscus, aves, máscara, mascarón de proa (citando a Pío Baroja), Venus de Tacarigua, pie omitido, el sol, piedras rectangulares, pañuelos, manos, hojas, escaparates, espejos, entre otras más. Y en este punto cabe preguntarse el porqué del título. ¿A qué alude el poeta con Paciencia mineral?

Y es aquí, al encontrar la respuesta en el poema «El cuerpo como piedra», donde late el enunciado corazón. Con él se devela el sentido pleno de la poética acendrada de este conjunto de poemas, los que, por cierto, siento extensión complementaria de su esencial segundo poemario Pasajero (Dcir ediciones, 2015). La piedra sustancial que el cuerpo es. Lo arman las astillas. El salto es la palabra que las enlaza. El nudo lo logra el poeta en el tejido sin descanso con los ojos fatigados por mirar todo y más allá descarnadamente.

Nudo y soga. Silencio penetrado. Manos urgidas. Cuerpo sólido de las ondas sucesivas. La voz del poeta Mendoza alcanza un tenor alto y mayor que celebramos íntimamente. Sea leída y compartida, convertidos en cómplices, en la peripecia del cuerpo como piedra.

el cuerpo coMo piedra

Él quiere la luz y que no haya contornos pero otras manos buscan carne bajo esas condiciones. No podría hacer nada más, salvo quedarse quieto y disimular el estado con la paciencia mineral de la piedra,

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que se endurece, para estar en el mundo, su mundo acá abajo, y esperar el azar de unas manos. Quizás en ese momento tenga la fortuna de ser lanzado en algún lecho de agua para generar una acción predecible: producir ondas sucesivas en la superficie marina. Nada más podría esperarse teniendo cuerpo.

Los Campitos, 11 de febrero de 2023

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a la paciencia amorosa de Geraudí a la reescritura de Víctor Manuel Pinto

¿Cuántas cosas, limas, umbrales, atlas, copas, clavos, nos sirven como tácitos esclavos…
Jorge Luis Borges

ejerciciO de escritura

(a partir de un pOema de enrique lihn)

Obsérvense sus cuadros; he aquí los espejos que retienen el aire del ausente, su imagen en imágenes,

no es gran cosa, sabemos, es sólo expresión pictórica, pero vale la pena el esfuerzo para recordarlo en sus trámites [cotidianos

lo que de él permanece despierto en su vigilia absoluta de objeto, en su fácil vigilia;

lo que de él permanece dormido en su sueño perfecto de quietud, en su hábito de ojos cerrados;

allí todo está en orden, en un orden secreto que no irrita, en un orden que asombra: caprichoso y exacto, hostil y vivo vivo, delicado, luminoso como una sola estrella.

allí en su vocación de objeto, que puede o no puede ser [inmovilidad, en ese orden que debe verse con más calma para que nos asombre: sí, exacto, delicado, en obstinado brillo. Con o sin estrellas.

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adeNda

Nota del autor

Paciencia mineral es un libro escrito en Bogotá, Colombia. 31 poemas conforman este volumen. Inicié su escritura durante el mes de mayo de 2018, en el sur de la ciudad, en la localidad de Kennedy. Los poemas se sucedieron en un espacio de dos años, hasta mediados de 2020, inicio de la pandemia: hasta junio, para ser más precisos, fecha en la cual ocurre la mudanza de Bogotá hacia Valle del Cauca (al municipio Jamundí). En 2021 Paciencia mineral resultó uno de los tres libros finalistas en la décimo cuarta edición del Premio Internacional de Poesía «Juan Alcaide» (Ciudad Real, España). Algunos de estos poemas se publicaron con anterioridad en la antología personal Simulacro (Seshat Editorial, Colombia, 2021), en revistas digitales e impresas, y en muestras de poesía venezolana e hispanoamericana. Cabe destacar que sólo uno de los textos de este libro fue escrito en Venezuela, «Pañuelo en alto», y forma parte de Nubes. Poesía hispanoamericana (Pre-Textos, España, 2019), antología preparada y curada por la poeta Edda Armas.

Agradezco la lectura que, mientras estuvo inédito Paciencia mineral, hicieron Geraudí González Olivares, Víctor Manuel Pinto y Edda Armas. También mi gratitud a Juan Martins y José Ygnacio Ochoa, editores y curadores que nuevamente me abren las puertas de Ediciones Estival.

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N.M.

Índice

Paciencia mineral, de Néstor MeNdoza por Edda Armas, 9.

paciencia mineral: Objetos que no se pueden reagrupar, 17

· Digresiones para Vitruvio / (O el ad quadratum), 19 · Una foto de Jesús Abab Colorado/ (Tributo a una imagen), 20 · Una estampa de neón, 22 · Escaparate, 23 · Identidad, 24 · Una esquina, 25 · Cosas dispersas, 26 · Una hoja, 28 · Una opinión sobre la belleza, 29 · Una mano durante la pesadilla, 30 · La distancia también es cuerpo/(Una imitación de Juarroz), 32 · Ejercicio con imágenes, 34 · Pañuelo en alto, 35 · Rectángulo de madera, 36 · El cuerpo como piedra, 37 · El sol también es objeto, 38 · Pie omitido, 39 · Cuerpo de mujer encima de la danta, 40 · Una estatuilla, la Venus de Tacarigua, 42 · Mascarón de proa, 43 · Máscara, 44 · Una pupa, 45 · Ave frente al espejo, 46 · Polilla blanca de la infancia, 47 · Pan paniscus, 49

· Por una estrofa de Hugo Mujica, 50 · Paisaje de tatuajes, 51

· Cata 2011, 52 · T40 (del sur al norte de Bogotá), 54 · Ejercicio de escritura (A partir de un poema de Enrique Lihn), 54.

adeNda. Nota del autor, 55.

Paciencia mineral, cuyo autor es Néstor Mendoza, se terminó de digitalizar durante el mes de marzo de 2023. Labrado con la ayuda de Dios, en su alzadura se emplearon Tipos Garamond de 11 a 36 puntos y Sabon LT Pro de 9 a 11 puntos.

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