Txano y Óscar 1 - La piedra verde (Cap.1-2)

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Entonces, me miró muy serio y entregándome el primero de ellos me dijo: «Esta es tu arma, soldado. Suerte y ¡que gane el mejor!». Y diciendo esto, se retiró hasta el otro lado de la cocina, abrió el bote y me apuntó con la clara intención de dispararme un buen chorro de aquel mejunje. Lo mires por donde lo mires, era una idea nefasta típica de Óscar y debería haber aprovechado ese momento para salir corriendo. Pero después de una mañana superaburrida, aquella ocurrencia de mi hermano hasta tenía su gracia y, sin pensarlo demasiado, abrí mi bote para defenderme. ¡Flushhh! El chorro de mayonesa pasó rozándome y acabó en la pared. ¡Flushhh! Contrataqué con el kétchup, que falló por poco y acabó en el suelo. Después de unos cuantos ataques y contrataques, la cocina y nosotros mismos no teníamos demasiado buen aspecto. Pero quizá todo hubiera ido bien si a nuestra madre no se le hubiera ocurrido entrar en ese momento. ¡Flushhh! ¡Flushhh! Un segundo después, un churretón rojo y otro amarillo resbalaban a cámara lenta por sus mofletes. Óscar y yo nos quedamos paralizados mirándola con cara de bobos mientras bajábamos lentamente

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