El amor más grande del planeta Una persona ve en el mundo aquello que lleva en el corazón. Johann Wolfgang von Goethe, (1811) Hoy estamos reunidos para honrar la memoria de nuestra querida y tierna madre: Julia María Guevara Veintimilla, al cumplir un año de la sensible partida a la casa del Padre un 21 de mayo del 2020. Queremos honrar su memoria junto a sus hijos e hijas y en compañía de todos quienes la conocieron. Su itinerancia representa una genuina forma de interpretar la vida, pues fue capaz de orientarla hacia una sensibilidad profunda. Que solo se puede entender en la experiencia de lo infinito. Es decir, de la experiencia amorosa de Dios- Padre como fuente de vida. Mujer, madre, compañera y amiga de profunda devoción católica, orientó su fervor junto a su esposo Justo Eladio al cuidado de sus nueve hijos. El realismo místico fue la dimensión que supo vivir día a día, atendiendo desde el corazón no solo a sus seres queridos, también atendiendo a las personas que lo necesitaban. Siempre conservó un corazón solidario con el prójimo. Su espiritualidad se define en una sencilla y potente frase: “La bendición de los padres es como la bendición de Dios”. La decía cuando salíamos de viaje. Aquel impulso que la motivó en sus días de lucha fue contemplar la
naturaleza, gustaba y sentía de ella. De ahí que su forma de ver la vida se constituye en el amor, la unidad y el cuidado de los suyos. Su ejemplo de vida nos fortalece y nos honra con pleitesía llamarla: Mamita Julia. El espíritu de Julia María Guevara Veintimilla, continúa latiendo en nuestros corazones; en los corazones de sus familiares y en el corazón de este pequeño pueblo de Gonzanamá. Su historia nos convoca en este día para asumir un compromiso profundo con la vida, la verdad y la solidaridad. Valores que nos humanizan y que fue una de las dimensiones vitales de Julia María Guevara. Tu forma de amar Solícita disposición silenciosa. Divina sensibilidad humana. Relato invisible con tu palabra. Que fuerza la de tu vida. La aurora marca tu tiempo. Siempre atenta, alegre y mística. Que bella forma de amar abuelita. En medio de un paisaje, una flor, una cerrilla. Ahí desiste tu vida. Eterna memoria agradecida.
Gonzanamá, 21 de mayo del 2021 Familia Valle Paguay