Toponimia comparada, española e internacional, interpretable sobre raíces ibéricas

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TOPONIMIA COMPARADA, ESPAÑOLA E INTERNACIONAL, INTERPRETABLE SOBRE RAÍCES IBÉRICAS
Gonzalo Mateo Sanz

TOPONIMIA COMPARADA, ESPAÑOLA E INTERNACIONAL, INTERPRETABLE SOBRE RAÍCES IBÉRICAS

Gonzalo Mateo Sanz

Monografías de Toponimia Ibérica, nº 2
Jaca, 2020 Alaventaen www.jolube.es

Contenido

1.

Toponimia comparada, española e internacional, interpretable
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sobre raíces ibéricas
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 7 1.1. Reflexiones previas .................................................................................................. 7 1.2. La toponimia como vía para conocer a nuestros antepasados .............. 8 1.3. Antecedentes y objetivos de esta obra ............................................................. 9
2. CONSIDERACIONES PREVIAS ................................................................................... 11 2.1. La toponimia actual: herencia milenaria y no capricho reciente ....... 11 2.2. Estabilidad de los topónimos ............................................................................ 12 2.3. Necesidad de defensa de las culturas locales ............................................. 13
............................................................................................................ 18 3.7. El problema de la transcipción de la toponimia en lenguas exóticas ..... 19 3.8. Reducción de los topónimos a sus palabras básicas ............................... 19 3.9. Exhaustividad .......................................................................................................... 20 3.10. Esquematicidad.................................................................................................... 20 3.11. Polisemia ................................................................................................................ 21 3.12. Literalidad .............................................................................................................. 21 3.13. Interpretación posible de los términos en castellano .......................... 22 3.14. El problema de los diminutivos..................................................................... 22 3.15. Origen de las etimologías propuestas......................................................... 22 3.16. Aspectos técnicos complementarios ........................................................... 23 3.17. Aviso final ............................................................................................................... 24 4. LISTADO ALFABÉTICO DE TÉRMINOS.................................................................. 25 5. ESTUDIO SINTÉTICO .................................................................................................. 421 5.1. Preámbulo............................................................................................................... 421 5.2. Tablas sintéticas ................................................................................................... 423 5.3. Reflexiones previas necesarias ...................................................................... 424 5.4. Comentarios a las tablas ................................................................................... 426 6. CONCLUSIONES............................................................................................................. 429 6.1. Leyes que parecen deducirse de estos estudios ..................................... 429 6.2. Reflexiones sobre lo que puede deducirse de esta obra ...................... 429 7. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................... 432 Alaventaen www.jolube.es
3. ASPECTOS PRÁCTICOS ................................................................................................ 14 3.1. Modo de selección de los términos................................................................. 14 3.2. Países y provincias intervinientes .................................................................. 15 3.3. Elementos seleccionados .................................................................................... 16 3.4 Alternancia del diccionario con los términos considerados.................. 16 3.5. Aspectos señalados para cada término......................................................... 16 3.6. Abreviaturas
Gonzalo Mateo Sanz –6–APÉNDICE I. Aspectos a destacar ...............................................................................435 1. Nombres complejos que cuadran muy literalmente .................................435 2. Nombres aparentemente alejados de su etimología .................................438 3. Topónimos duplicados o “Chacachaca” ..........................................................440 4. Topónimos curiosos o de efecto humorístico para el lector hispano 442 5. Otros aspectos a destacar .....................................................................................443 APÉNDICE II. Principales raíces detectadas en los topónimos considerados ...................................................................................................................................................445 1. Elementos geográficos ...........................................................................................445 2. Plantas ..........................................................................................................................446 3. Animales ......................................................................................................................447 4. Aspectos humanísticos ..........................................................................................448 5. Aspectos morfológicos, cuantitativos y cualitativos generales ............450 APÉNDICE III. Elementos antiguos conservados en las lenguas actuales..452 Alaventaen www.jolube.es

1. INTRODUCCIÓN

1.1. Reflexiones previas

La presente obra es una continuación en cuanto a objetivos y metodología de trabajo, de nuestra reciente obra anterior Topónimos y apellidos españoles de origen ibérico o pre-latino (2019), por lo que lo principal que quisiéramos comentar en esta introducción está allí escrito y no vemos necesario repetirlo.

Sí queremos detenernos de nuevo en las fuentes empleadas. El trabajo que aquí presentamos no podría haberse llevado a cabo sin un apoyo esencial: la publicación del ADN del Euskera (GOITIA, 2018) y el Diccionario ibérico-euskera-castellano (ARNÁIZ & ALONSO, 2012), junto con los datos que se presentan en otros trabajos sobre el lenguaje de los iberos (ARNÁIZ, MARTÍNEZ & ALONSO, 2002; MASCARAY, 2002 y 2004; ARNÁIZ, 2013 y 2015; JIMÉNEZ HUERTAS, 2013; etc.) y del euskera (ELEIZALDE, 1922-33; GOIKOETXEA, 1984; M.C. & J.M. ETXEBARRIA, 1986; GARCÍA-BERLANGA, 1988; GOITIA, 2014; etc.).

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Es bastante decepcionante buscar la etimología de los pueblos españoles e internacionales en la bibliografía habitual, la que llega al gran público, pasando a obras generales o a la “Wikipedia”, pues parece cargada de una extraña ceguera que impida interpretar nada como procedente de las lenguas antiguas. Pre-latinas o pre-indoeuropeas las llaman (señalando ya cuándo empieza la civilización para ellos, antes sólo tinieblas), con despecio a quienes hicieron la tarea difícil de crear, transmitir y pulir esas lenguas antiguas, de las que las actuales son meras variantes donde los que las han generado apenas han podido aportar un valor añadido importante respecto a lo pre-existente, antes bien se entrevén muchas veces valores disminuidos. Hay pueblos mimados por esa apreciación de los hechos (egipcios, babilonios, fenicios, griegos, romanos, etc.). Ellos tuvieron la iluminación. Pasaron de la barbarie a la civilización, de la ignorancia a la cultura, y se dedicaron –como buenos misioneros civiles de su avanzado sistema- a difundirlo entre los numerosos pueblos atrasados que no daban para más. Algunos robaron más de lo que enseñaban, otros invadían y asesinaban más de lo que civilizaban, pero todos agachan la cabeza ante el poder y la cultura atribuidos a un Ramsés, Nabucodonosor, Pericles o César.

Los demás no han aportado nada a la civilización, ni tienen nada considerable como autóctono. Ni su arte, ni su industria, ni su cultura o su lengua serían propias. El paradigma de ese bando de perdedores sería el de los iberos, a partir de lo que debería llamarse la protoleyenda negra, según la cual seríamos un país habitado por seres atrasados, cuya vida se concretaba a reproducir todo lo que llegaba de afuera (de oriente: de donde -ya se sabeviene toda la cultura) y a esperar el próximo barco que trajera los valiosos

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y elaborados productos foráneos, a cambio de nuestras toscas materias primas minerales o a lo sumo productos agrícolas.

Nuestra idea es la de sacar una trilogía que relacione nuestro presente con nuestro pasado e intente rescatar todo lo que de éste se pueda aplicar a aquél. Por eso seguimos recordando la apostilla que no vamos a dejar de repetir de que: los iberos seguimos aquí.

1.2. La toponimia como vía para conocer a nuestros antepasados

En la introducción de la obra De Ribagorza a Tartesos (MASCARAY, 2002) se cita a diversas autoridades lingüísticas del ámbito académico que aseguran que los topónimos y antropónimos no tienen ningún significado, carecen de intención, solo podemos fijarnos en los sonidos, no es posible intentar llegar a descubrir lo que se esconde tras ellos; aunque luego señala cómo ellos mismos dedican largas disquisiciones a intentar aclarar el origen de estas palabras, en un claro ejercicio de contradicción. Lo primero que queremos señalar es que nos unimos a la idea que propone este autor, de que los topónimos y antropónimos tienen siempre un significado en su lengua originaria (en todas) y además de que no es muy complicado hallar el hilo conductor para ir encontrándolo.

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Saber el significado nos habla de muchas cosas. Son muchos los aspectos del medio natural, de sus actividades laborales, de su organización social, etc. (ver apéndice 2) que intervienen en estos topónimos. No se dedican a repetir una docena de términos base (ciudad, casa, río, montaña, etc.) sino que en cada país se pueden rastrear más de mil elementos raíz (unos comunes a casi todos los países y otros sólo presentes en grupos de países cercanos), con los que se puede entrever que nuestros remotos antepasados disponían de una gran riqueza de matices en sus lenguas, que ya se rastrea por todo el período Neolítico, siendo inevitable pensar que la cosa ya venía de mucho más atrás.

No podemos por menos que traer de nuevo a colación la contundente cita de J. GOITIA (2014), que en su trabajo Toponimia ibérica defiende varias tesis muy importantes (cuya esencia subrayamos), que suscribimos totalmente y que nos movieron a abordar los arduos trabajos necesarios para preparar esta obra: “Esta comunicación es un resumen de unos cuantos hechos cada vez más evidentes; uno, que la toponimia es muy reacia a los cambios fonológicos; que los nombres de lugares cambian muy poco. Otro, que una gran cantidad de los topónimos de España y Portugal, nombres aparentemente absurdos que se repiten aquí y allá, fueron establecidos por unos habitantes que comprendían su significado, que el idioma en que se bautizaron era parecido al Euskera y que se han hecho muchos avances en la recuperación de raíces de esta lengua, con lo que algunos nombres están siendo descifrados… “las élites decidieron la edificación de la futura ciencia sobre unos principios tan arbitrarios como clasistas y obsesivos (se partía de que todo avance en civilización arrancaba únicamente del mundo helenístico y del imperio romano) y consiguieron condicionar a los estudiosos de los casi dos milenios posteriores,

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Para preparar la obra anterior ya estuvimos estudiando con detalle los textos que señalamos en su bibliografía (muchos recogidos también en la de ésta), para formarnos en la interpretación de la toponimia, algo en lo que no habíamos trabajado previamente. Luego entresacamos todos los topónimos que pudimos pertenecientes a la geografía española y les aplicamos el filtro de su posible origen sobre raíces ibero-euskéricas.

Una vez presentada la síntesis de ese primer estudio somos conscientes de que dista mucho de ser completo en: 1, número de topónimos extraidos (podrían añadirse muchos más); 2, de ellos en el número de los que tienen origen eusko-ibérico (algunos sobrarán del listado anterior pero faltan muchos más de los que sobran); 3, de los presentados hay que corregir muchas etimologías (que se pueden atribuir a raíces cercanas pero que cambian su significado); y 4, su interpretación en castellano (incluso cuando la etimología sea correcta es frecuente que se pueda mejorar esta traducción o interpretación). Somos conscientes de ello y tras un año de haber cerrado la edición de la obra anterior disponemos ya de muchas adiciones y enmiendas a los cuatro factores, que seguiremos ampliando para una futura segunda edición de esa primera obra.

Pero antes de dar ese paso, que naturalmente requiere unos años para madurar, hemos pensado en aplicar el mismo método a la toponimia de otros países, a ver si salía algo. Con bastante escepticismo lo iniciamos con países cercanos, pero al ver que salían muchas similitudes fuimos testeando otros más lejanos. Viendo que seguían saliendo muchos similares o interpretables con las mismas raíces, decidimos abordar este trabajo.

El reto es monumental, pero nos hemos planteado simplemente una aproximación parcial al mismo a dos niveles: la selección de unos cuantos miles de topónimos concretos, los que nos sonaban más cercanos de cada país (eludiendo escudriñar muchos otros dudosos o más problemáticos) y la selección de unos cuantos países que hemos elegido como tipo o representación razonable de los demás.

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Volviendo a la obra citada de MASCARAY (2002), su postura es muy exigente, cuando señala que para asegurar el origen de un topónimo hay que recorrer sus paisajes y obtener un conocimiento exhaustivo del mismo. Es evidente que así se van a poder eliminar bastante errores o desvíos en muchas interpretaciones, pero si ponemos el listón tan alto una persona puede aportar unos cientos de datos en su vida, siendo difícil llegar lejos. Para hacer algo como lo que aquí abordamos -afectando a millones de términossería el ideal poder contar con un equipo de muchos expertos por país, que analicen con minuciosidad cada una de ellas, estudiándola sobre el terreno, preguntando a los autóctonos, etc. Por descontado, no tenemos tal equipo.

Por ello, nuestra opción es por la amplitud en los términos analizados, pero no en los detalles sobre cada uno; al menos como punto de partida, que luego podrá completarse entre muchos otros autores, matizando signi-

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su conocimiento y preservación, aunque sí a investigar cómo se pudo llegar a compartir tanto y cómo después se ha llegado a tanta divergencia.

3. ASPECTOS PRÁCTICOS

3.1. Modo de selección de los términos

Para esta nueva obra hemos dejado de lado el elemento antroponímico, pues con sólo la toponimia ya el reto era enorme, además de que los topónimos son objetivamente atribuibles a un determinado país, cosa que los apellidos no (en todo caso se puede constatar su presencia en un determinado país, pero muchos se comparten entre diversos países y no es fácil señalar al original, amén de que habrá muchos que se hayan originado a la vez en varios). Así, para considerar si un topónimo tiene sentido en esta obra hemos partido de los diccionarios empleados en nuestra obra anterior, hecha para el ámbito ibérico. Primero porque no disponemos de la obra “perfecta” para ello: un compendio de las raíces lingüísticas comparadas de las culturas de los cinco continentes, y segundo porque “sólo” con ese “pequeño” punto de partida (las raíces eusko-ibéricas) vemos que pueden entrar tantos miles de topónimos mundiales, que sobran por todos los lados para presentar una síntesis como la aquí abordada.

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En la páctica, el esqueleto ha sido el listado anterior, con unos 20.000 elementos, al que sólo hemos tenido que retirar los apellidos e ir añadiendo nuevos topónimos como si fueran más elementos ibéricos, con la única diferencia de señalar una abreviatura de país que sustituye a la de provincia empleada para nuestro territorio. Todos los topónimos internacionales, presumiblemente nativos (excluimos los transladados en épocas recientes, como Medellín o Azpeitia en Sudamérica) que son coincidentes con los de este listado se incorporan añadiendo la abreviatura del país, los que suponen una pequeña modificación se añaden en la misma línea del término base (con la raíz común abreviada por un guión) y los que interpretamos sobre una combinación etimológica diferente se añaden en apartado nuevo.

Algunos, partiendo de ideas preconcebidas dirán que es imposible mezclar estos topónimos originados por lenguas que no tienen ni el más lejano parentesco entre sí. Que es imposible que haya ningún parentesco entre topónimos centroasiáticos, centroafricanos, australianos o andinos. Que es ridículo intentar buscar relaciones entre pueblos que no han tenido nunca ningún contacto, etc.

Todo eso a uno no le dice nada. El investigador de campo está acostumbrado a salir a su terreno, a recolectar sus muestras, a estudiarlas y a ofrecer los resultados. No parte de una idea cerrada de lo que se va a encontrar. Si se encuentra plantas del bosque caducifolio en el Sahara o del desierto en Escocia, tendrá primero que constatar los hechos, comunicarlos y -si es capaz de ello- intentar explicarlos. Desgraciadamente estamos más acos-

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4. LISTADO ALFABÉTICO DE TÉRMINOS

A—

Aal, al: poder, fuerza, potencia

Aalbach (ALE): arroyo poderoso (aal-bak)

Aar: macho, carnero

Aarbach (ALE): arroyo del carnero (aar-bak)

Aarmendi (Na): monte de carneros (aar-mendi) Aarsele (BEL): prado de carneros (aar-sela)

Aatalsperre (ALE): puerta del humedal de las peñas (atal-aiz-berr) Aba (C NIG): río, arroyo, boca, entrada, abajo Abadán (IRN): que tiene un río (aba-da-n) Abaigar/-áigar (Na): río seco (aba-igar) Abaina (Bi) Abaini (ETI) Abiña (Bi) Avín (O) Avin (FRA) Aviño (O): el alto del río (aba-ain/a) Abaiz/Abáiz (Na): ramaje Abaka, Abaca (FIL ETI) Aback (FIN) Abaja (MAR) Abajas (Bu): prado Abakan (RUS): sobre el pastizal (abaka-an) Abaketa/-queta (SS): los pastizales (abaka-eta) Abal, Abala (ETI) Abalo (Po ETI) Aballe (O) Abla (Al): (el) valle Abalde (Na): junto al río (aba-alde) Abali, Abalia (O) Abaria (T): (las) quercíneas Aban, Abano (Le ITA) Abaño (S) Afan (GB): fuerza, ímpetu Abana (JAP SIR): la fuerza (aban-a) o sobre el río (aba-ana) Abanaban (FIL) Banban (FIL): sobre el río impetuoso (aban-aba-an) Abánades (Gu): dehesa sobre el río (aba-ana-deza) Abanaka (USA): muertos poderosos (aban-aka) Abanay (BOL): cuesta esforzada (aban-ai) Abancai (PER) Abangay (FIL): puerto esforzado (aban-kai) Abanceña (O): molino sobre el río (aba-an-zenia) Abanco (So B) Abango (O FIL): bajo el prado (aba-angio) Abanda (USA): que tiene fuerza (aban-da) Abania (O): la llanura fluvial (aba-ani-a)

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Abanto (Bi Z) Abantos (M) Abando (Bi) Avantos (POR): alimoche Abantro (O): el río impetruoso (aban-ter)

Abar, Abara (O BOL ETI) Awara (JAP ETI) Apar (FIL) Afra (BAN ITA MAR SIR): ramaje, arboleda espesa o llano del río (aba-ara)

Abarán (Mu) Abaran (ARM) Avaran (AZE): sobre el encinar o matorral (abar/ abara-an)

Abarbidea (Vi): la senda del matorral (abar-bide-a)

Abardena, Barden (USA) Bardenas (Na Z): dehesa, pastos Abariz: carrasca, encina, coscoja (quercíneas)

Abarizketa/queta (SS) Abrisketa/queta (Bi): quercíneas (abariz-eta)

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e internacional, interpretable sobre raíces ibéricas

Abaro (SS Vi) Abaroa (Bi): (el) refugio o arboleda espesa

Abarra (ETI): la llanura del río (aba-arra)

Abartzuza/Abárz- (Na) Abarzo (TF): arboledas espesos (abar/ tzu-tza) Abashiri (JAP): ciudad de los helechos (abats-iri)

Abat (ALB) Afata (ETI) Favata (ITA) Bata (ANG ETI): puerta del río (aba-ata)

Abatan (FIL) Apatan (FIL) Tanawa (NZ) Tanaw (FIL): muchos ríos o en la puerta del río (tan/atan-aba o aba-tan/atan) Abats, abatz: helechos, helechal

Abatsolo (Bi): campo del helechal (abats-solo)

Abauntza/-únza (Vi) Abanza (Bu): grandes ríos (aba-un-tza)

Abaurrea (Na): delante del río (aba-aurre)

Abavides (Or): camino del río (aba-bide)

Abay (Hu SIR ETI FIL) Abayo (O): cuesta del río (aba-ai)

Abe: árbol, viga, columna, panal, hondonada Abeal (C Lu) Feal (Gal): arboleda potente (abe-al)

Abeás (Lu) Feás (Gal): peñas del hondo (abe-aiz)

Abeché (CHAD): las casas del río (aba-etxe-a) Ábedes (Or): dehesa del hondo (abe-deza)

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Abeiar (PM) Abejar (So): río seco o campo de abejas (aba-eiar/abela-ara) Abeixón/-jón (C) Feixó/-jó (Lu): junto al hondo quemado (abe-ixe-on)

Abel (ANG SIR FIL) Ael (Bu) Abele, Ables (O) Abeldi, Abelti (ETI): ganado Abela (ETI) Abella (L Po Hu B Ge POR) Avella (ITA): abeja, panales Abelaído (Or Po): poza de las abejas (abela-ido) Abelaindo (Po): senda de las abejas (abela-ind) Abelán (Po) Abelá (Lu) Ablano (O) Avejan (FRA): llano del hondo (abe-llan) Abeleda (Lu Or) -ledo (C Lu Or) -leiras (C Lu): los rebaños (abele-eta/edo/era) Abeletxe/-eche (Bi): corral (abele-etxe) Abelida (Or): el charco del ganado (abele-ido-a) Abelón (Za) Ablon (FRA) Avelon (FRA) Peleón (O): buen ganado (abele-on) Abena (Hu ETI): que tiene una hondonada (abe-ena) Abengibre (Ab): ganado lanar en el hondo (abe-n-giberri) Abenójar (CR): llano de la hoz en el hondo (abe-n-otx-ara)

Abenozas (Hu): peñas de la hoz en el hondo (abe-n-otz-aiz)

Abenuj (Ab): peñas en el hondo (abe-n-utx)

Abeque (TF): hondonada brumosa (abe-eke)

Aberasturi (Vi): ciudad del rico (aberats-uri)

Aberats: rico, ganadero

Abercobo (C): cueva de ganado (abere-kobe)

Aberdeen (GB): que tiene rebaños (abere-di-n)

Aberi, Abere (FRA) Afre (SIR) Avera (USA) Abira (JAP): ganados, haberes

Aberín (Na): alto del ganado (abere-ain)

Abertesga (Or): ganado suelto (abere-ezka)

Abertura (Cc) Aberdour (GB): la fuente del ganado (abere-tur-a)

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Astail (GB): ciudad de los burros (asta-ili)

Astain (MAR): manantial de los burros (asta-ain)

Astaiz (Vi) Astás (O) Astanés (Hu): peñas que tienen burros (asta[-n]-aiz)

Astana (PER KAZ): cima de burros (asta-ana)

Astara (AZE) Astar (MAR) Astrar (C Lu Po): llano de los burros (astar-ara)

Astariz (Lu Or): robledal de los burros (asta-haritz)

Astarloa (SS): cantera

Astazu (Hu) -teasu/iazu (SS) -tazá (O): zona de muchos burros (asta-tzu/tza)

Astegieta/-guieta (Vi): laderas de burros (asta-egi-eta)

Astelarra (Bi): pastizal de los burros (asta-larra)

Asterria (Bi): el país de los burros (asto-herri-a)

Asterrika/-ca (Bi): cuesta del país de burros (asta-herri-ika)

Astet (Hu FRA) Astete (Bi): abundantes burros (asta-eta)

Asti: oportunidad, lento

Astiazaran/-sarán (SS): valle con oportunidades (asti-az-aran)

Astich (BOL) Astico (ITA USA): pequeños burros (asto-iko)

Astigar: arce (astoa-iarro: arce de burro)

Astigarraga (SS) -garreta (SS): lugar de arces (astigar-aga/eta)

Astigarribia (SS): el vado de los arces (astigar-ibi-a)

Astil: brezo

Astitz/-iz (Na) -aiz (Vi) -tás (O) -trés (Or): peñas de los burros (asto/astor-aiz)

Aston (FRA USA) -tondo (Na) -tondoa (Bi): (los) buenos burros (asto-ondo/a)

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Astorga (Le) Astorekas/-cas (Bi): barranco rocoso (aiz-torka)

Astra (ART) Astuera (O) Astor (B L USA): el río de las peñas (aiz-ter/tor/a)

Astrai/-ay (C): cuesta de los burros (astar-ai)

Astrain/-aín (Na) Astrana (S): alto de los burros (astar-ain/ana)

Astrakán (RUS): montaña de los burros (astar-kan)

Astulez/-úlez (Vi): no desprovista de burros (asto-ul-ez)

Astún (Hu): lugar de burros (asto-une)

Astura (ITA) Asadur (Or): la fuente de las peñas (atx-tur/a)

Asu, Asua/-úa (Bi) Azua/-úa (Vi): (el) zarzal

Asuaga (Bi) Azuaga (Ba): paraje de zarzas (azu-aga)

Asuba (JAP) Achouba (MAR): vado rocoso (atx-uba)

Asucha (PER): zarzal (asu-tza)

Asun, ausin, Asún (Hu) Asuna (JAP): (la/s) ortiga/s

Asunmaa (FIN): llanura de ortigas (asun-maba)

Asunsa (Vi): muchas ortigas (asun-tza)

Asuntovaara (FIN): huerto de pequeñas ortigas (asun-to-bara)

Ata: puerta, paso, puerto (se incluye aquí siempre en la acepción religiosa)

Ataani (BAN) Teaño (Po C): puerta del llano (ata/ate-ani)

Atabay (AZE FIL): puerta del río (ata-ibai)

Atacama (CHI) Tac- (PER) -cana (ART PER GUA): alto de la puerta (ata-gan-a)

Ataccara (PER): cima de las puertas (ata-ak-kara)

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Atada (JAP): las puertas (ata-ada)

Atadar (BAN) Tatar (AZE BAN) Tatara (JAP NZ ETI) Tattara (FIN): puerta del arroyo (ata-tar)

Atahallani (BOL): sobre la puerta de la cuesta (ata-ai-an)

Atahona (ART): buena puerta (ata-ona)

Atahualpa (ART PER): puerta del arroyo tranquilo (ata-ualo-pa)

Atahuaranga (PER): puerta del barranco estéril (ata-uar-ang-a)

Ataínde (Or): la puerta de arriba (ata-ain-di)

Atais (POR) Atás (Or): puerta de las peñas (ata-aiz)

Atajani (BOL): sobre la puerta de las peñas (ata-aja-an)

Atajate (Ma): puerta del puerto rocoso (ata-atx-ate)

Atajea (Gr): puerta de las peñas (ata-atx-era)

Atak (BAN): las puertas (ata-ak)

Ataka (JAP MAR) Attaka (BAN) Dacca (BAN): puerta de los muertos (ata-aka)

Atakara (BAN): puerta de la cima (ata-kara)

Atakor (ARG): puerta en lo alto (ata-kor/koro)

Atal (C BAN) Adal (S) Attala (USA) Ate: puerto, puerta (ver Ata)

Atalamayoc (BOL): puerta de la montaña del límite (atal-amai-oka)

Atalis (ARG) Atalissa (USA) Atlas (MAR) Talache (USA): puerta de las peñas (atal-aiz)

Atallu (SS Na) Atallo (Lu): atajo, paso sencillo

Ataluma (AUT): la puerta de la colina (atal-uma)

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Atan, Atán (C Lu) At’an (ARM): en la puerta

Atana (UGA) Dana (SIR USA): puerta de la cima (ata-ana) Atanes (Or) Atance (Gu) Tanes (O) Tanachi (AZE) Tanis (FRA): en la puerta de las peñas (atan-aiz/atx)

Atanik (USA): en la puerta del entendimiento (atan-nika)

Atanter (MAR): en la puerta del arroyo (atan-ter)

Atanzón (Gu): junto a las peñas de la puerta (atan-aiz-on)

Atapo (NZ): puerta de los sapos (ata-apo)

Atapuerca (Bu): apertura o surco de la puerta de los sueños (ata-bu-erka)

Atapur (BAN): puerta de la cima (ata-buru)

Ataraque (BOL) Atarque (USA): puerta de los llanos (ata-ara-ak)

Atarau (NZ): puerta en la boca del llano (ata-ara-au)

Atarés (Hu): puerta de las peñas del campo (ata-ara-aiz)

Atarfe (Gr): puerta de la cueva (ata-arbe)

Atari (BAN): puerta de los carneros (ata-ari)

Atascosa (USA): casa de las puertas (ata-asko-sa)

Atasia (BAN): puerta de los juncos (ata-zia)

Ataspaya (PER): el río de la puerta de las peñas (ata-aiz-bai-a)

Ataúde (Po) Tuda (Za) -des (S) Tude (FRA): puerta de las aguas (ata-uda/ude)

Ataun/-ún (SS Vi) Tuña (O) -ñas (C) -ño (Or): el lugar de la puerta (ata-une/a)

Ataura (PER) Atahura (PER) Atur (FRA): el arroyo de la puerta (ata-ur/a)

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Torga/-gues (O): sin fuentes (tor-ga)

Torgán (Po) Torgar (AFG) Dorgan (ITA): cabecera del arroyo (tor-gan/gar)

Torgueda (POR): arroyo ruidoso (tor-gedar)

Torguedo (Or Po): pequeño arroyo (tor-keto)

Toribia (Va) Toribio (P): el vado del arroyo (tor-ibi/a)

Toribión (O): junto al vado del arroyo (tor-ibi-on)

Torika (JAP): cuesta del arroyo (tor-ika)

Torín (O Ge) Torina (S) Torino/Turín (ITA): cabecera del arroyo (tor-ain)

Toriñana (C): sobre la cabecera del arroyo (tor-ain-ana)

Torío (Le): pozo del arroyo (tor-ido)

Torión/-rió (O): junto al pozo del arroyo (tor-ido-on)

Torjonas (FRA): peñas del señor del arroyo (tor-jon-aiz)

Torka, torke, Torca (ITA) Torcas (Cu Cs): barranco, trampa

Torlano (ITA): llano del arroyo (tor-lan)

Tormala (FIN): la montaña del arroyo (tor-mal-a)

Tormaleo (O): molino de la montaña del arroyo (tor-mal-eo)

Tormás (PM): barranco de la fuente (tor-masa)

Torme (Bu) Torm (PM) Tormo (Cs) Tormes (Av Sa) Torms (L): mineral de la fuente (tor-me)

Tormil (C): molino del arroyo (tor-mil)

Tormón (Te) Dormón (O): junto al arroyo o monte del arroyo (tor-m-on/mon)

Tornallás (O): arroyo sobre el río (tor-ana-lats)

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Tornamira (B): el cerro que tiene un río (tor-na-mir-a)

Tornessa/-esa (Cs): barranco del arroyo (tor-nesa)

Tornín (O): alto del arroyo (tor-n-ain)

Torno (O C Or Ca Lu ITA) Torn (Ge): que tiene un arroyo (tor-n)

Tornón (O) Tornoño (C): colina que tiene un río o fuente (tor-n-oin/oñ)

Toro (Za Or PM Cs ITA) Tuero (O) Touro (C) Toroa (NZ): (la) punta, extremo Torocancha (PER): montañas del extremo (toro-kan-tza)

Torogó (L): extremo de la cumbre (toro-goi)

Torola (FIN GUA): cabaña del río (tor-ola)

Torón (C) Toronto (CAN USA) Tronto (ITA) Torrón (Gal) Touron (Lu Or Po): cerca del río (tor-on/ondo)

Toroño (C) Doroña (C) Doroño (Bu): la colina del río (tor-oñ/a)

Torotoro (BOL): pequeño arroyo (toro-tor)

Torpe (ITA): bajo el arroyo (tor-pe)

Torquemada (P): los perales en el barranco (torke-mad-a)

Torralitx (PM): torre fuerte quemada (torre-al-ixe)

Torran (GB) Torrá (PM L): sobre la torre (torre-an)

Torraño (So): llano de la torre (torre-ani)

Torrate (ITA): puerta de la torre (torre-ate)

Torre, Torra (BAN): (la) torre

Torreauzo (SS): barrio de la torre (torre-auzo)

Gonzalo Mateo Sanz –382–
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Torrebarrio (Le): corral de la torre (torre-barrio)

Torrebeses (L): bosque de la torre (torre-besa)

Tòrrec (L): torre del sur (torre-ego)

Torrecera (Ca): molino de la torre (torre-zera)

Torrechá (C): llano de la tore (torre-llan)

Torrefeta (L): torre de la cuesta (torre-petar)

Torrehoria (Co): la torre de las aceitunas (torre-ori-a)

Torrejón (M Ab Gu Cc): torre del señor (torre-jaun)

Torrelara (Sg Bu): prado de la torre (torre-lara)

Torrella (PM V) Torrellas (Z): el ganado de la torre (torre-ele-a)

Torreorgaz (Cc): torre de los chivos o ciervos (torre-orkatz)

Torrepadierne (Bu): torre en la cuesta (torre-patar-na)

Torretxe/-che (Bi): casa de la torre (torre -etxe)

Torretxí (PM): torre abandonada (torre-etxi)

Torrontegi/-óntegui (SS): lugar junto a la torre (torre-on-tegi)

Torroña (Po): la colina de la torre (torre-oñ-a)

Torrox (Ma): desfiladero de la torre (torre-otx)

Torrubia (So Gu Cu J): el vado del río (tor-ubi-a)

Torsa (ITA GB): casa del arroyo (tor-sa)

Torson (FIN): río famoso (tor-sona)

Tortal (ITA): valle del arroyo (tor-tal)

Tortellá (Ge): sobre los rebaños del río (tor-teli-an)

Tortiellas (Hu): peñas de los rebaños del río (tor-teli-aiz)

Tórtola (Cu Gu): el monte del río o fuente (tor-tol-a)

Tórtoles (Bu Z Av Cu): casas del monte del río o la fuente (tor-tol-etx)

Tortonda (Gu): la cima de la fuente (tor-tont-a)

Tortosa (T) Tortos (C) Toutosa (POR): balsa del río (tor-toxa)

Tortura (Vi) Tortuera (Gu) Tortuero (Gu): la fuente del arroyo (tor-tur-a)

Torun (POL): paraje fluvial (tor-une)

Torvela (FIN): el río oscuro (tor-bel-a)

Torver (GB): ribera del arroyo (tor-bera)

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Torviso (Lu): dos ríos (tor-bis)

Tórzano (O): manantial del río (tor-zan)

Tosan (JAP): sobre la balsa (toxa-an)

Tosar (Po) Tózar (Gr) Tuéjar (V): llano de la balsa (toxa-ara)

Toscaña (Or): el alto de la balsa (toxa-gain-a)

Tosende (Or Lu): junto a la balsa (toxa-ande)

Tospe (O): bajo la balsa (toxa-be)

Tot, Toto (GC): gordo, rechoncho

Totalán (Ma): sobre el pequeño valle (to-tal-an)

Totana (Mu ITA) Totano (Lo) Tottan (FIN): cima rechoncha (tot-ana)

Totanés (To): casas de la cima rechoncha (ato-tan-etx)

Totero (S): río de los rebaños o muchos ríos (ato-ter)

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5. ESTUDIO SINTÉTICO

5.1. Preámbulo

El anterior listado de topónimos se pasó en su momento a base de datos informática, para poder hacer un registro cuantitativo de los datos, así como para depurar el máximo de errores o duplicaciones (imposible al cien por cien en una obra así), aprovechando la capacidad de estas aplicaciones para listados por campos parciales. Ello es un trabajo de gran envergadura para el elevado número de registros de que disponemos, pero pensábamos que era imprescindible para las depuraciones indicadas, así como para poder pasar a ofrecer resultados cuantitativos.

Nuestra base de datos se encuentra en contínuo cambio, ya que entran nuevos términos, otros se eliminan y otros se modifican, pero en el momento de cerrar la edición el número de registros que había era de 34.052.

Tales topónimos no se corresponden con los elementos de síntesis que presentamos en el listado principal, seguidos de una etimología común. En realidad son bastantes más, ya que a menudo aparecen en este listado varios elementos juntos bajo una misma etimología y otros casos diversos, de modo que podemos hablar de cuatro tipos de situaciones:

A) Nombre unívocos que sólo conocemos aplicados como topónimos en un país (y en el caso español de una provincia), aunque a veces puedan aparecer en varias localidades de unos y otras.

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B) Nombres que se repiten como topónimos en más de un país o -en el caso español- de una provincia, o afectado a zonas de España y del exterior.

C) Nombres diferentes pero que representan variaciones mínimas (masculino, femenino, plural, letras sueltas que se pierde, etc.) sobre un determinado término.

D) Nombres diferentes con variaciones más apreciables, que no resultan obvias, pero que al aplicar la etimología, nos sale la misma.

La suma de los términos presentados como A, B, C y D da los 34.052 términos señalados, pero su presentación en el listado base se concreta en muchas menos entradas por efecto de las ubicaciones en el mismo párrafo a los de los casos C y D, al aplicárseles la misma etimología.

Dicho número de términos no es igual al de topónimos, sino un mero esquema de la suma real de ellos, ya que muchos (añádanse los B a lo comentado en el apartado anterior) se presentan en varios países o provincias (aunque para este número cuentan como una unidad) y muchos de los señalados como presentes en un país o provincia están a menudo repetidos en ellos mismos (como apelativo de una población, de un río, de una sierra o montaña, de una ermita, de una fuente, etc.) y probablemente en otras que no han sido detectadas. Insistimos que el trabajo presente no se propone el objetivo de enumerar esos infinitos topónimos concretos (que partiendo de tantos miles de origen serían ya cientos de miles o millones) sino

Toponimia
e
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5.2. Tablas sintéticas

Tabla 1: Países en orden alfabético, con número de registros atribuidos, superficie del territorio y cociente entre ambos datos

País

Nº de registros Superficie(miles de km²) R/S

Alemania 165 357,4 0,4 Angola 28 1.246,70,02 Arabia 78 2.149,70,04 Argelia 83 2.381,70,03 Argentina 104 2.780,40,04 Armenia 99 29,7 3,3 Australia 180 7.686,80,02 Austria 60 83,9 0,7 Azerbayán 166 86,6 1,9 Bangladesh 632 147,6 4,3 Bélgica 155 30,7 5,0 Bolivia 441 1.098,6 0,4 Camboya 28 181,0 0,1 Costa Rica 60 51,1 1,2

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Estados Unidos 1021 9.826,6 0,1 Etiopía 700 1.104,3 0,6 Filipinas 835 298,2 2,8 Finlandia 502 338,4 1,5 Francia 1155 643,8 1,8 Guatemala 243 108,9 2,2 Italia 691 301,3 2,3 Japón 507 378,0 1,3 Marruecos 400 446,5 0,9

Nueva Zelanda 165 268,0 0,6 Perú 504 1.285,2 0,4 Portugal 378 92,2 4,1 Reino Unido 206 231,0 0,9 Siria 325 185,2 1,8 Tanzania 395 945,0 0,4 Vietnam 123 331,2 0,4

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ibéricas –423–
sobre raíces

6. CONCLUSIONES

6.1. Leyes que parecen deducirse de estos estudios

Simplicidad: de entre las muchas explicaciones para un término, la más verosímil suele ser la más sencilla, mientras que las retorcidas o barrocas resultan mucho más cuestionables. En el transcurso de la preparación de la obra hemos ido anotando etimologías cambiantes para muchos términos, pero en casi todos los casos, las propuestas finales se acercaban más al sonido de las voces en cuestión, basándose en la etimología más literal posible. El observador avezado podrá encontrar muchos ejemplos comparando las etimologías de nuestra obra previa con las de ésta.

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Permanencia: el paso de los años no suele incidir en cambios importantes en el sonido (voces), aunque los cambios en las lenguas de los pueblos dominantes hayan impuesto grafías con diferencias apreciables. Esto no es una opinión caprichosa sino consecuencia obligada del hecho de que existan tantos términos explicables por lenguas que se dejaron de hablar en muchos territorios hace entre mil y dos mil años. Si los topónimos hubieran cambiado con rapidez habría sido imposible reconocerlos sin un estudio minucioso de numerosos manuscritos que se fueron escribiendo a lo largo de esos siglos.

Globalidad: En nuestro tiempo se habla mucho de globalización. La fluidez de las comunicaciones y los medios técnicos disponibles para facilitarlas permiten la existencia de unos elementos (nuevas palabras, modas, formas de vestir, gustos musicales, etc.) comunes a casi todos los países. La existencia, mostrada en esta obra, de tantos elementos toponímicos comunes en los cinco continentes e islas principales no puede ser consecuencia de este moderno globalismo, que no tiene ni un siglo de recorrido, mientras que éstos están fijados desde muchos siglos o milenios; pero nos habla de un antiguo globalismo, afectando al menos al lenguaje, a sus raíces y a la tendencia a generar topónimos con estilos similares.

6.2. Reflexiones sobre lo que puede deducirse de esta obra

El principal problema que plantea esta obra es dar una explicación racional y científica a lo que es un hecho, consistente en el alto grado de parentesco que se puede detectar entre topónimos de los cinco continentes e infinitas islas y archipiélagos. Un hecho que no se desvela como nuevo en esta obra, ya que hay miles anteriores que lo muestran, aunque suela ser a nivel monográfico sobre toponimia de determiandos países o regiones más que una visión general. Bien es verdad que de ello no se hacen eco los medios de comunicación, los manuales para la enseñanza o los expertos del

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–429–
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APÉNDICE I. Aspectos a destacar

1. Nombres complejos que cuadran muy literalmente

El principal filtro que debe tener una obra como ésta es que miles de elementos aportados se vea que en la forma en que se llaman en la actualidad vienen a coincidir con total o casi total literalidad con los elementos etimológicos propuestos, que la traducción de éstos tiene sentido y que es aplicable razonablemente a la zona implicada. Señalamos una lista larga para subrayar este aspecto esencial, mostrando su plurirregionalidad y centrándonos en palabras de cierta complejidad (intervención de diversas raíces), difícilmente debidas a casualidad, evitando los elementos cortos que sí podrían generarse aleatoriamente en lenguas diversas.

Ajikawaguchi (JAP): riachuelo de la parte trasera de la cuesta (aj-ika-aba-gutxi)

Alapaakkola (FIN): cabaña del arroyo del prado (ala-bak-ola)

Altamuskin (GB): alto de la cima oscura (alt-amuska-ain)

Ancallamaya (BOL): el límite sobre el puerto (an-kai-amai-a)

Aquilambaya (BOL): el río del llano agotado (aki-lan-bai-a)

Arakajapara (BAN): hierbas de las peñas de los llanos (ara-ak-aja-bara)

Atalamayoc (BOL): montaña de la puerta del límite (atal-amai-oka)

Auahitotara (NZ): el arroyo de agua escasa (aguai-to-tar-a)

Ayatacsana (PER): el manantial de la puerta de la ladera (ai-ata-ak-zan-a)

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Balmacaan (GB): sobre el sedimento pedregoso del valle (bal-maka-an)

Balthayock (GB): montaña de vigilancia del valle (bal-zai-oka)

Bekawaka (ETI): el arroyo de los corderos (beke-bak-a)

Belaichandi (BAN): grandes cercados (belai-tza-andi)

Birricannia (AUT): la cima pequeña (birri-gain-a)

Borreraig (GB): alto de los corderos (borro-era-iga)

Bougainville (FRA): ciudad del alto de los sueños (bu-gain-bil)

Bu Bal Khan (VIE): montaña del valle de los sueños (bu-bal-kan)

Bunnawarra (AUT): la colina policromada (bun-nabar-a)

Cabacancha (BOL): montañas de los muertos (akaba-kan-tza)

Cajaguayan (FIL): sobre el abrevadero del puerto (kai-aguai-an)

Canterbury (GB): cima del río de arriba (gain-ter-buri)

Cataycancha (PER): montañas de la cuesta rápida (kat-ai-kan-tza)

Chaccllancani (PER): montaña del llano de los muertos (tza-aka-llan-kan)

Chacocancha (PER): montañas de muchas puntas (txa-ako-kan-tza)

Chagarragra (PER): parajes del valle seco (tza-aga-arra-agora)

Chalangala (TAN): el alto sobre las terneras (xal-an-gal-a)

Chamkoroma (TAN): collado en lo alto de la colina (xama-koro-oma)

Chapachupa (BAN): vados de los ríos (tza-aba-tzu-uba)

Chitanatala (USA): el valle de grandes cimas (xit-ana-tal-a)

Chocochuco (BOL): rincón seco (txoko-xuk)

Chuacacay (GUA): puerto de los muertos (tzu-aka-kai)

Chuc Bai San (VIE): manantial del río seco (xuk-bai-zan)

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internacional, interpretable sobre raíces ibéricas
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APÉNDICE II. Principales raíces detectadas en los topónimos considerados

La gran cantidad de topónimos y apellidos seleccionados muestra que nuestros antepasados recurrieron a todos los aspectos básicos que les ofrecía su lenguaje para generar estos términos. Ello nos sirve –de paso- para señalar la gran riqueza terminológica, con infinidad de matices para los elementos de la naturaleza, los artificos propios, las formas, las cualidades, las acciones, etc. Para mejor comprender tales aspectos presentamos la siguiente síntesis, donde se listan por grupos los principales términos aparecidos en la obra.

1. Elementos geográficos

1.1. Agua: agua (u, ur) arroyos (ama, bach, bak, bidaso, erreka, estera, lats, panin, tar) lagos o lagunas (anna, Ibon) ríos (ibai, ter, aba, abi, alb, alp, deba, labia, pala, tor) mar (itsaso) fuente o manantial (itur, iturri, narb, sor, sortu, turr, ubago, utorki, zan) aguas o cauces genéricos (aguai, aigua, iz, tira, uadi, ualo, ueiz, uga) aguas someras o vados (bau, bao, ibi, ube, ubi) agua salada (gazi) lluvia (auri, ebi, ebri, euri) lluvia menuda (adur, atun) nieve (edur, eler) remanso de río (osin) rocío (basur) zona fluvial encharcada (gall) poza o laguna (gorga, ido, idoi) hielo (izotz, jela, karroin, koel, lei) niebla (kando) surtidor o chorro (txur) torrente (uar, uera, ugaitz) remolino (uro) cascada o salto de agua (bultzu, urru).

1.2. Montañas y elevaciones del terreno: atalaya (talai) cerro o loma (amuno, mir) cima o cumbre (ain, ana, ber, buru, gain, galdor, gallur, gan, gandi, garai, goien, goiti, kara, puj, tin, tontor) colina (bun, dun, horra, mallo, oin, oma, uma) collado (agor, akor, lepo, sama) cortada (eba, tai) cuesta o ladera (ai, aiar, aier, alda, aldats, berga, egi, ika, ike, magal, malda, narda, patar, pike) loma o cresta (bizkai, bizkar, erl, gibel) montaña (kan, mal, oka) muela (agin) otero (mendo) puerto de montaña (ate, urets) punta (ako).

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1.3. Elementos geológicos y minerales: arcilla (buro, buztan) arena (area, hare) bronce (leto) cal o caliza (gisu, kalo, kare) carbón (inkaz) cobre (okain, urraida) desprendimiento (lita) grava (lakar) hierro (burdin) guijarro (legaz) losa (arlauza, lauza) mineral (orra) oro (erre, urre) peñas o rocas (aitz, aiz, aja, arkatx, atx, azko, gar, ger, utx) piedras (harri, arri, bolo, ugarri) piedra caliza (kar, ker) pizarra (arbel) plata (solair, xil, zidar) plomo (berun) sal (gatz, lona) sedimento pedregoso (maka, mala) sílice o pedernal (muber, mugar) terreno pedregoso (argan, arsa) toba (dob, toba) yeso (igeltsu).

1.4. Unidades paisajísticas y de vegetación: acantilado (ertxin) arboleda (abaro, abete) bahía o ensenada (angara) barranco o precipicio (amil, arrun, baxa, gaba, kabi, masa, nasa, sak, torka) boca o abertura (abao,

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–445–
sobre raíces ibéricas

APÉNDICE III. Elementos antiguos conservados en las lenguas actuales

Dado que las palabras y raíces que nos han llegado a las lenguas modernas (en nuestro caso destacamos sobre todo el castellano, pero con numerosas referencias al catalán, francés, inglés, etc.) son muy abundantes, queremos señalarlos aquí aparte, aunque se podrían deducir del contexto de la obra. Concretamente se señalan aquellos términos que entendemos se mantienen en las lenguas modernas (de España y Europa occidental).

Con frecuencia los términos a traducir son varios, separados por una barra, el primero siempre en negrita. Se acompañan de una traducción castellana con una o varias acepciones (a continuación y siempre entre paréntesis). Si son varias acepciones y una es la que se aproxima más a la raíz antigua, lo destacamos en cursiva.

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A veces la traducción no incluye un término claramente relacionado con la voz, pero existen otros cercanos o de significado próximo, caso en el que esto se señala fuera de paréntesis, habitualmente precedido de una abreviatura “d.d.” (= de donde…) y un término actual con alusión a la lengua (catalán, francés, etc.) en que se emplea este término (la alusión a esta lengua de nuevo entre paréntesis).

Hay que destacar que los aspectos más curiosos y complejos que se señalan ya los indica Jabier Goitia en el “ADN del Euskera” y los que se aportan como originales siguen las huellas de su modo de trabajo.

Los términos llevan inicial minúscula, excepto el que inicia letra, para destacar mejor este cambio. Nadie se extrañe de la ausencia de letras como la C, H, Q, R, V, W e Y, con escaso o nulo valor en las lenguas de base (la R sólo como inicial), también de la escasa representación de las que comienzan por F, J, N, Ñ, U y X, quedando con representación discreta (menos de una página) los términos que comienzan por D, E, G, I y O; mientras que las ocho letras iniciales A, B, K, L, M, P, S y T son las que más elementos van a aportar al listado.

Ababol (amapola, ababol) abal (valle) (ver bal) aban (fuerza/ímpetu) d.d. avant (catal.) abarka (abarca/sandalia) abela (abeja, peligro) aber/abere/-eri (ganado, riquezas) d.d. haberes abijo (vencejo, avión) abokada (bocado, comida)

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aboz/afox (de palabra, de voz, verbalmente) abra/abre (puerto de mar, estuario, intemperie, abra) adi (adiós, atender, entender) aditu (oir/entender) d.d. auditorio, inaudito adoba (conservar, componer, condimentar, adobar)

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agar/agarra/-ara (espina, zarza, garra) d.d. agarrar agaratz (grosella) d.d. agraz: uva inmadura, agrio agi (actuar, apariencia, suceso, accidente) d.d. hago agor/agora/agos (seco, secar, agotar) d.d. agostar aguai/aigua/aguia (agua, río, corriente de agua) d.d. aigua (catal.) ahi/ahitu/aitu (agotar/se, acabar/se) d.d. ahito ai (cuesta, lamento, corrien. de agua turbia) d.d. interjección ¡ay! aire/-ri (viento/aire, próximo/cerca, vértigo) akaba/akabatu/akabau (morir, acabado, acabar) akom/-matu (arreglar, acomodar) akula/-ule/-ulatu (aguijón, aguijonear) d.d. acúleo ala (hallar, recoger, semejante/parecido, pasto) ala (interj.: ¡viva!, ¡hala!) alam/-men (tormento, pesadumbre) d.d. lamentar alama/halama (llama, incendio) albarot (ruido, alboroto) albora/alpora (al lado) d.d. a la vora/vera alde/alda/ald (junto a, costado, lado, aldea) algara (carcajada) d.d. algarada, algarabía algo/-gu (mucho, algo, todo lo posible) ali/alimenta (alimento, venta, hospedaje) almen (potencia) d.d. almenas alt/altx (altura, elevación, levantar) altu (alto) altz/altx/haltz (aliso) ama/ame/ami (madre, ama, meseta, arroyo) amor/amoratu (entregarse, someterse, apaciguar) d.d. amar, amor

andana (cosecha) d.d. llamarse a andana anima (alma, espíritu, ánima) anisa (anís) ank/anka (anca, cadera, pata, pieza larga o mayor) ant (antiguo, pasado) anto (como, comparación) d.d. tanto ara (helecho, llano, tierra de labor, rastro, estela, señal) d.d. arar ardo/ardu (vino) d.d. ardores are (tierra, campo, área, clase, casta) area/are/arei/harea (arena) ari (carnero, cordero) d.d. aries, ariete arkan (tumba de antepasados) d.d. arcano arko/arki/arku (arco, construcción) aro/ora (temporada, ocasión, momento) d.d. hora aro (naturaleza, círculo, hondonada, sazón) arra-anko (zona estéril con arrastre de piedras) d.d. barranco arradiz (rábano): d.d. raíz arrai/arraio (pez, rayos) arrapiskolatu (reanimar) d.d. reviscolar (catal.) arras (totalmente, lleno, liso) d.d. “a ras” arratoin (ratón) arre (arre!, pardo, marrón-gris, turbio) arreski/-ku/arrisku (riesgo, peligro, arriesgar) arrok/arroka (rueca) arroda/errota/roda (rueda, molino) arte (entre, en medio, trab. de la piedra) d.d. arte arto (espino negro, arto) arze (roble, encina, arce) asta (rama o tronco liger. tallado) d.d. asta (cuerno) atallu (atajo, paso más sencillo)

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7. BIBLIOGRAFÍA

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Vascoiberismo por Bernat Mira Tormo. https://vascoiberismo.wordpress.com/ Vascos ibéricos: https://basques-iberians.blogspot.com/

Gonzalo
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Mateo Sanz
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