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La noche de Halloween, por Sofía Jiménez Sánchez
1.º Bachillerato
María se encontraba en su habitación terminando de prepararse para la noche que le esperaba. Efectivamente, era la noche de Halloween. María era una chica de cabello castaño con rizos, lo que hacía llamar la atención cada vez que salía a la calle, tenía dieciséis años, era muy divertida y le encantaba pasar tiempo con su familia y amigos. Hacía una semana en el instituto de María anunciaron una fiesta de disfraces debido al día de Halloween. La chica en ese momento estaba con sus dos amigas Laura y Sara, se conocían desde la niñez, pero estuvieron casi dos años separadas, porque sus familias se mudaron a distintas ciudades, pero este año volvieron a cambiarse de casa haciendo que las tres amigas coincidieran en el mismo centro de estudio.
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Las chicas, al oír aquella noticia, no lo pensaron dos veces y decidieron ir a aquella fiesta, pero en un momento volvieron a ver a María y recordaron que ese día ella ya tenía planeado ir a la casa de su hermana mayor, que la había invitado, ya que no se veían desde hacía meses debido a todo el trabajo que tenía. La sonrisa de Sara desapareció y simplemente dio un suspiro. Por parte de Laura no hubo ningún comentario, así que siguieron su camino hacia la última clase del día que les tocaba.
Dos días después María recibió una llamada de su hermana, la chica le contó la situación, ella quería pasar tiempo con su hermana pero también quería ir a la fiesta con sus amigas, y era lógico, habían estado tiempo sin verse. Su hermana no le dejó decir ni una palabra más y le dijo que lo entendía, que podía ir a
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esa fiesta sin problemas, así que quedaron la siguiente semana para verse.
Volviendo al presente, la protagonista ya estaba lista para salir, su disfraz era de bruja, se despidió de su madre y se dirigió hacia la puerta de su casa, sus amigas ya estaban en la entrada de la fiesta esperando con ansias a María.
Una vez allí empezaron los juegos de terror y se divirtieron mucho. Estaban contando historias de miedo para terminar la noche, pero hubo una historia que llamó la atención de todos los que estaba allí. Un chico llamado David comenzó a narrar: al parecer hay una leyenda según la cual, si vas al bosque que está de atrás del instituto a mitad de la noche, verás una especie de niño fantasma. Todos los de alrededor quedaron asombrados y aterrados, David al ver sus reacciones decidió ponerles un reto: ir todos juntos hacia el bosque y buscar aquella cosa paranormal. El grupo de compañeros para mostrar valentía aceptaron el reto, aunque por dentro sentían miedo. María intentó convencerlos para que no hicieran esa locura, pero fue inútil, ya se estaban adentrando en el bosque.
Unos ruidos extraños hicieron al grupo detenerse haciendo que un escalofrío recorriera todos sus cuerpos, a lo lejos observaban una luz blanca que poco a poco fue tomando forma, y sí, ese niño fantasma apareció enfrente de ellos. Todos salieron corriendo en cuanto lo vieron, todos menos María, Sara, Laura y David, que estaban inmóviles del miedo que sentían. El fantasma se escondió detrás de un árbol, algo que a estos chicos les pareció extraño. El espíritu dijo entre lágrimas que él no pretendía asustar a nadie, solo quería que alguien lo ayudara a volver a su casa. Los amigos se miraron entre ellos y todo el miedo que sentían se fue en un momento al escuchar aquellas palabras. Se acercaron y le pidieron que se explicara mejor. Al parecer, el fantasma estaba atrapado en el mundo de los humanos y la única
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forma de volver al lugar de donde provenía era abriendo un portal, pero no podía hacerlo solo,necesitaba ayuda, habíaintentado varias veces acercarse a las personas,pero,lógicamente,se asustaban y salían corriendo y ahí fue donde empezaron los rumores de que había un fantasma en el bosque de detrás del instituto.
María y sus amigos le ofrecieron su ayuda y este, agradecido, les concedió un deseo para todos. El deseo de los cuatro amigos era poder borrar la memoria de sus compañeros en el momento en que vieron al niño fantasma, así no se expandiría la noticia de que de verdad había un fantasma allí. Una vez que el deseo fue concedido, María, Sara, Laura y David ayudaron a abrir el portal que llevaría de vuelta al espíritu. Para abrir el portal había que colocarse en círculos agarrados de la mano; a continuación, el fantasma diría unas palabras que solo él entendía. Este se despidió de ellos y les dio las gracias por última vez. Los chicos estaban boquiabiertos por lo que acababa de pasar. Salieron del bosque, ya que no había nada que hacer ahí, al salir se encontraron con sus compañeros, que les preguntaron quéhacían a esas horas en el bosque. Definitivamente, no recordaban nada de lo que había pasado, eso dibujó una sonrisa de satisfacción en el rostro de cada uno de los cuatro amigos. Los demás los observaban extrañados y sin decir nada. Todos volvieron a casa después de una noche un poco rara, pero una noche que por lo menos cuatro de ellos no olvidarán.
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