El Armadillo Edición No. 3

OCTUBRE 2020

Revista sobre cultura y Ambiente

EL ARMADILLO Chucha Común- Didelphis marsupialis Fotografía: Francisco Javier Florez Oliveros

EDICIÓN DIGITAL NO. 3

CANALES

Maravilla entre la montaña PG 6

ESPECIAL

POEMAS Y

CHEPE

SOBRE SERPIENTES

CUENTOS

EL HIJO DELPUEBLO

PG 17

PG 20

PG 8

REVISTA SOBRE CULTURA Y AMBIENTE

EL ARMADILLO Quebradanegra, Cundinamarca.

EDICIÓN NO. 3 | 2020

Equipo: Paola Jinneth Silva Melo Comunicadora social y periodista paola.jinneth.silva.melo@gmail.com Amparo Camelo Sandoval Líder Campesina

Contacto: Biodiversidad de Quebradanegra Cundinamarca

Colaboradores: Olga Yaneth Trujillo Lara (Comunicadora) Diana Arenas (Poeta peruana) Sathiri Kuychi (Sanador chileno) Equipo del Serpentario Nacional de Colombia: César Quiroga Giraldo (Herpetólogo) Karen Osorio Paula Pinzón Morales Alejandra Forero Nataly García (Biólogas) Agradecimientos:

311 204 3106

paola.jinneth.silva.melo @gmail.com

Familia Gutiérrez Romero Querubin Quimbaya Frank K. Flórez (Biólogo) Carlos Becerra. (Biólogo) Liliana Rodríguez Retavizca

EDITORIAL ¡Que gusto saludarte!

Bienvenid@s a este viaje que realizaremos con el armadillo, animal simbólico para el municipio de Quebradanegra que nos trae información en su caparazón para conocer la diversidad de este territorio que queda ubicado en el departamento de Cundinamarca en Colombia.

En esta edición No. 3 queremos invitarte a reconocer el agua como protagonista, elemento de vida, diversión e identidad que corre por nuestras montañas. Descúbrela a través de la historia de Canales uno de los atractivos turísticos del municipio. Si no la conoces ¡te encantará!

Después pasaremos a visitar a nuestro animal invitado. Cabe recordar que en esta tierra existió una selva de la que sobreviven seres por conocer, descubrir y cuidar. Entre ellos las serpientes.

Te retamos a enfrentar tus miedos con información a través de las experiencias y la información de invitados e invitadas que estudian

y

que

su

trabajo

se

relaciona

con

este

reptil.

(herpetólogos, veterinarios y biólogas).

De igual manera te compartimos material guía sobre este animal con el fin de que te permitas conocerlo, respetar sus espacios y prevenir accidentes. ¡Aún tenemos mucho por aprender de ellas!

Como es costumbre luego podrás disfrutar de cuentos, poemas e historias de nuestros mayores y mayoras como el relato de Querubín Quimbaya, que nos permite imaginar desde su propia vivencia los cambios que le han ocurrido a los habitantes y a la naturaleza del municipio durante estos últimos años.

Muchas gracias al territorio, a la fuerza de nuestros ancestros, ancestras y a la disposición bonita de quienes escribieron y compartieron su conocimiento e hicieron posible esta revista.

Antes de iniciar el recorrido te recomendamos seguir escuchando las historias de sus abuelos y abuelas, escribiendo, investigando, desaprendiendo, compartiendo y enseñando a cuidar esta casa común que llamamos tierra y este paraíso en el que vivimos que se llama Quebradanegra.

Sigue la ruta del armadillo y disfruta el viaje.

Foto: Vereda San Miguel

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RUTA DE EL ARMADILLO Foto: Archivo personal Liliana Rodríguez

HISTORIAS

EL LUGAR

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Canales: maravilla entre la montaña

ESPECIAL SOBRE SERPIENTES 08

Colombia paraíso de serpientes

09

Experiencia de mujeres jóvenes en el estudio y protección de las serpientes

13

"Amo los animales ellos están aquí por algo"

14

Serpiente una mirada desde la cosmovisión inka

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El veterinario de los animales libres

LETRAS

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Indicaciones ante un accidente ofídico

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Corales verdaderas y falsas

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Víboras verdaderas y falsas

17 18

Cuento: Simplemente libre Poemario

EL PROTAGONISTA

PAGE 20

20

Chepe Quimbay el hijo del pueblo

25

Curiosidades

3

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CANALES Maravilla entre la montaña

Canales

FOTOGRAFÍAS Y ESCRITO: Paola Jinneth Silva Melo

Canales, es un tesoro visual entre la montaña, sus hilos de agua resplandecen con los rayos del sol y su cadena de doce cascadas, algunas con pequeños pozos a sus pies, realizan un recorrido que inicia en la vereda Aguafría y se extiende hasta el río Tobía.

Este hermoso lugar se encuentra en la vereda de San Miguel en el municipio de Quebradanegra, Cundinamarca. Para llegar se puede tomar dos rutas, una desde la parte alta de la montaña entre caminos de cañaduzales, o por la ruta del tren de Tobía en sentido a Villeta, donde luego se camina de cara a la loma hasta llegar a la casa de Medardo Gutiérrez, el hombre que toda su vida ha convivido con este lugar.

Memorias de una cascada: Medardo tiene 78 años y recuerda que hace setenta su padre Carlos Gutiérrez falleció. Él le había comprado esa montaña a Alfredo Hernández y a Andrés Gaitán. Era una selva profunda y abundante. “Mis padres empezaron a tumbar partes para sembrar plátano, maíz, frijoles y yuca pero como habían muchos animales no dejaban nada” Cuenta mientras vende en su casa guarapo fresco a los turistas que visitan el lugar.

Sus padres deciden sembrar caña y comprar un trapiche de moler con mula. Cada 15 días hacían cuatro cargas de panela. Cuando su padre Carlos fallece, su madre María Adelaida Ordoñez Triana se ve obligada a dar en compañía el lugar hasta que un día Medardo junto con su esposa Nubia se hicieron cargo de esas tierras y continuaron la tradición por más de 45 años. De esa unión tuvieron dos hijos que fueron criados al son del trapiche y de las prosperas cosechas que la montaña les brindó.

Entre tanto canales no eran más que un pequeño paraíso para los vecinos y sus familiares. Su madre María Adelaida le contaba que por la forma que ellos vieron que el agua formaba muchas canales

RESULTADOS Y DEBATE

Cortesía Álbum Familiar ( De izq a dcha) Nubia Elcy Romero, Carlos Gutiérrez, Claudia Gutiérrez y Medardo Gutiérrez.

como cuando baja el agua a la canal de la casa, ellos le pusieron así a la finca y por esa razón el lugar se referencia hasta la actualidad con dicho nombre.

Cuando el deporte tocó a la puerta: “Hace unos 20 años varios jóvenes que venían de Payandé (club de golf de la zona) haciendo caminatas conocen el lugar, les gusta y empiezan a hablar de el y traer gente. Poco a poco el lugar fue ganando fama.

"Las empresas de turismo ingresaron gente pero los caminos eran pequeños” Menciona Medardo.

Por esta razón la familia, aún sin conocimientos o apoyo en temas de turismo o impactos ambientales, empezaron a limitar el ingreso lo que molesto a las empresas y cerraron por un tiempo. "A veces entraban extraños y como eran épocas donde Colombia vivía el conflicto armado poco se preguntaba y poco se intervenía" Dice el residente.

Nubia Elcy Romero Álbum Familiar

Carlos es la tercera generación que ha habitado este lugar, cuenta que le preocupan los cambios. Así como su padre recuerda que en esos tiempos las cascadas eran sitios que se les guardaba respeto por su misterio y abundancia selvática hoy ya no lo es tanto pero tuvo la fortuna de ver parte de esa magia “Yo cuando me bañaba veía bastantes iguanas, les gustaba asolearse en las rocas y cuando nos veían se tiraban al agua” Pero además abundaban los armadillos, las zorras, los jaras o zarigüeyas, el cuerpo espín y hasta carmos. “Era muy común encontrárselos, pero las personas les parecía una carne muy rica y se los comían. Entraron los perros de cacería y ahí los mataban con escopeta de fistol. Llegaban mucho a Canales pues rondaban la quebrada y se alimentaban de los árboles frutales” Recuerda Carlos.

Un tiempo después Carlos, uno de sus hijos, se interesa por averiguar cómo funcionaba el turismo , un tema nuevo para ese entonces en la región. Identifica que las personas pagaban por hacer caminatas y bajar en cuerdas por las cascadas, una actividad que luego supo que era un deporte conocido como Canyoning o Rappel.

Para mediados del 2002 conforma una empresa y contrata a personas expertas en cuerdas para explorar la montaña, ubicar anclajes para asegurar los descensos y facilitar Infraestructura para el ingreso al lugar. “No había camino arreglado entonces se le invirtió a eso, así como a la capacitación de algunos jóvenes de las veredas cercanas para que ejercieran este oficio” Explica Carlos Gutiérrez

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Yo sueño que tres generaciones más adelante mantengan limpia la quebrada, con árboles, pero que sobre todo la gente que habita la parte alta del río no le arrojen basuras y desechos.

Como aún era una montaña espesa y salvaje, era el hogar de búhos, lechuzas, pájaros de muchos colores como cardenales, azulejos y amarillos, de los que refiere Carlos no se tiene información: “Actualmente hay aves pero no están censadas. No hay estudios técnicos y considero importante conocer qué tenemos en el atractivo turístico porque si uno sabe para qué sirven o cómo funcionan podemos cuidarlos. Por ejemplo, si tenemos una planta en peligro de extinción evitamos que se corte, o si hay una hormiga especial, evitamos que se pise. Solo está el autocuidado que podamos tener, de mantener limpio y que los turistas no invadan zonas más allá del camino demarcado o que dejen basura” En este sentido han pedido el apoyo a entidades municipales para que, más allá de solo controles regulatorios e impuestos se invierta en investigación y educación ambiental pues le preocupa que la parte alta de la quebrada baje contaminada, no sólo por lo que significaría para el turismo sino para la vida del agua y el equilibrio del lugar.

“Yo me considero un guardián de este sitio” Dice Medardo, pues a pesar que no cobra la entrada al lugar que se crio, al considerar que es de todos, si cuenta que ha tenido que velar para que los guías se lleven la basura de los turistas, que no tumben los árboles y que se logre manejar en las temporadas altas un número adecuado de visitantes.

“Cuando hay veranos muy fuertes no podemos permitir que venga mucha gente porque imagínate 300 personas entrando, el cuerpo de agua baja el volumen porque la gente la saca en el cuerpo cuando se moja” Entonces dos empresas piden permiso y ellas traen los turistas. Medardo resalta el trabajo de su hijo Carlos y de su equipo. Mientras por hoy él sólo se dedica a calmar la sed del turista y seguir velando por este lugar, que ahora también es responsabilidad de la tercera generación de su familia y de la comunidad cuidar.

La idea es que seamos conscientes de proteger los recursos naturales y mantener el agua para que sea un atractivo turístico sostenible y como está ahora, sin carretera” Menciona Carlos. Quien está proyectando que su empresa Tobia natural Extremo adopté las herramientas tecnológicas y se alié con otras empresas para internacionalizar a Canales como un sitio turístico sostenible.

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ESPECIAL

Colombia Paraiso de

E R P I E N T E S

www.serpientesdecolombia.com Por César Quiroga Giraldo Herpetólogo del serpentario Nacional de Colombia.

Colombia, país tropical, con ricos ecosistemas, 5 regiones naturales y costas sobre 2 océanos. Esta posición geográfica y su relieve, permiten diferentes climas y zonas de vida. Condiciones que lo posicionan en el segundo puesto en el planeta con presencia del 10% de la biodiversidad mundial.

La diversidad de fauna de Colombia incluye una gran cantidad de especies de ofidios. De las aproximadamente tres mil seiscientas especies de serpientes que existen en el planeta, en Colombia se encuentran alrededor de 320. Entre éstas 10 especies de Boidos (Boas), 230 colubridos (culebras), 28 de otras familias y 52 Venenosas Peligrosas (Viperidos 21 y Elapidos 31) y seguramente con muchas más por describir, distribuidas en su mayoría en climas cálidos y templados, aunque también es común hallar algunas hasta los 3000 msnm, todas parte fundamental de la delicada estabilidad, equilibrio y autorregulación de los ecosistemas.

El conocimiento como estrategia de prevención de accidentes y protección y conservación de fauna y ecosistemas. Hoy investigadores, turistas, campesinos, colonos, indígenas y quienes transitan por áreas rurales del territorio nacional, matan entre cincuenta y cien millones de ejemplares de serpientes al año (50.000.000 a 100.000.000), incluyendo a las inofensivas (UN, 2011), sin saber que este exterminio atenta contra el delicado equilibrio de los ecosistemas.

En Colombia la necesidad de prevención de accidentes ofídicos (mordedura de serpiente) y la protección y conservación de esta fauna y sus ecosistemas es imprescindible. A pesar de la cantidad de especies, de su importancia en los ecosistemas y su incidencia en la salud pública, las serpientes son poco estudiadas y hoy falta mucho conocimiento sobre esta riqueza biológica.

Este desconocimiento y la abundancia de mitos afectan las acciones de prevención y atención de los accidentes, causando secuelas graves y muertes a muchos de los habitantes y visitantes de las áreas rurales. Hoy en día, aún con los avances tecnológicos no se sabe con exactitud la cantidad de accidentes ofídicos, ya sea por la falta de vías, comunicación, o por mitos, creencias y cultura. En el 2016 se reportaron confirmados 4636 casos de accidentes ofídicos en Colombia (INS), cifra que según expertos está muy lejos de reflejar la realidad (son más los casos no reportados).

Según el profesor Dr. Juan Silva Haad M.D., quien es el más importante investigador del accidente ofídico en Colombia, en el 80% de los accidentes con fauna se estuvo jugando, molestando, intentando matar o manipulando el ejemplar. En este sentido, aplicando la regla de oro y programa del SERPENTARIO NACIONAL, NO JODER LA FAUNA estaríamos disminuyendo significativamente los accidentes ofídicos y generando una visión diferente de las Serpientes y sus ecosistemas.

NO TIENES QUE MATAR A TODO LO QUE TEMES O DESCONOCES CONOCIMIENTO ESTRATEGIA DE PROTECCIÓN, CONSERVACIÓN Y PAZ.

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(De izquierda a derecha) Paula Pinzón Morales, César Quiroga, Karen Osorio y Alejandra Forero. Equipo Serpentario Nacional.

EXPERIENCIA

DE: MUJERES

JÓVENES

en el estudio y protección de las serpientes

Todos tenemos temor a algo, generalmente ese sentimiento emerge frente a criaturas que pueden lucir fuera de lo común, y no necesariamente me refiero a que sea algo de mal aspecto. Es el caso de las serpientes, seres incomprendidos vistos solo por su apariencia, que a veces puede ser intimidante, animales sin extremidades, pero con sentidos bien desarrollados que despliegan gran destreza. Estas y otras características hacen que las personas les teman. Pero, ¿qué pasaría si viéramos con lupa esos caracteres que las hacen diferentes, especiales y fascinantes? estoy segura que muchas personas admirarían la agilidad y belleza de estos seres, si entendieran un poco más su naturaleza, hábitos y habilidades, verían completamente diferente la figura de maldad que se les ha dado desde hace mucho tiempo.

Somos profesionales apasionadas por la vida y la fauna silvestre, durante toda mi vida he amado estar cerca de la naturaleza y aprender sobre todo lo que vive de ella y la mantiene, he tenido varias oportunidades de acercarme a diferentes tipos de serpientes unas de potencial peligro y otras totalmente inofensivas. Estando en zonas rurales, en bosques, y en lugares totalmente selváticos, nunca he tenido un accidente con estos animales.

En nuestra opinión, el respeto por y hacia la fauna es un toma y dame, si sabemos respetar, cuidar y andar con precaución, no hay porque preocuparnos. Nadie esta exento de un accidente, por eso, es de vital importancia conocer a cerca de la biología de estos animales, para poder actuar con eficacia y a tiempo, pero la cultura en Colombia implica que, si ocurrió un accidente con X especie, entonces es peligrosa y hay que exterminarla, en mi opinión todo puede evitarse, y lo que falta es cultura ciudadana y educación ambiental, para solventar estas situaciones de riesgo.

Paula, Karen, Nataly y Alejandra. Equipo del Serpentario Nacional.

Sabias que sacamos nuestra lengua bífida para recoger información del aire y llevarla al paladar donde el órgano vomeronasal lee las partículas permitiéndonos identificar si hay presas o peligros a la derecha o a la izquierda.

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Indicaciones ante un accidente ofídico ¿Qué no se debe hacer?

• NO tratar de agarrar el animal • NO correr • NO ingerir alcohol • NO cortar la piel • NO chupar el sitio de la mordida • NO hacer torniquete • NO curandería • NO automedicarse • NO Hielo o compresas • NO comer sólidos

¿Qué hacer?

• Alejarse del animal • Mantener la calma y la quietud • Pedir ayuda • Permitir la salida de sangre del sitio de la mordida (sin hacer cortaduras) • Lavar la herida con jabón y desinfectar •Mantenga a la persona hidratada (agua limpia) •Inmovilice la extremidad mordida: vendar por encima, por debajo y sobre la zona con la misma presión sin realizar torniquetes.

•Retirar todos los objetos que opriman al afectado (relojes, anillos, etc.).

• Tener en cuenta la hora del accidente.

• Identificar el animal (coral, víbora o no venenosa) • Desplazarse lo más rápido a un hospital • Exigir suero antiofídico ante diagnostico de envenenamiento.

ontactos en caso de Emergencia

• Puesto de Salud 313 2606633 • Bomberos 313 315 5686 • Policía Quebradanegra 314 3158180 • Policía la Magdalena 312 365 0091 • Alcaldía 311 5698656 10

Material educativo Cómo diferencias las serpientes venenosas colombianas. Tomado de la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto Nacional de Salud.

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Material educativo Cómo diferencias las serpientes venenosas colombianas. Tomado de la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto Nacional de Salud.

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HISTORIAS

“Amo los animales y ellos están aquí por algo” Liliana Andrea Rodríguez Retavizca tiene 37 años, nació en Vergara Cundinamarca y su madre Concepción la trajo a los 10 años a Quebradanegra. Actualmente trabaja en la estación de bomberos del municipio y es una de las figuras femeninas más osadas.

La primera vez que vio una culebra iba camino a la explanación a coger café con su mamá. “nosotros vimos un árbol que se movía y entonces una serpiente verde se le tiro a mi madre y empezamos a gritar y salimos corriendo” esta experiencia sería una de más pues luego de los 12 años empezaría con más fuerza a encontrarlas en su rutina de trabajo.

“Amo los animales, me gusta mucho el campo y sobre todo los caballos.” Cuenta que las serpientes también le han llamado su atención y que las trata con cuidado. “La gente siempre me dice que cómo puedo tenerles fobia a los gusanos, les tengo miedo, en cambio a las serpientes no”.

Talvez esto se deba a su aguerrida infancia “Mi niñez fue al comienzo dura porque no teníamos casa y nos quedábamos en un zarzo donde ponían el maíz y ahí encima dormíamos con mis siete hermanos, mi madre y yo hasta cuando ella consiguió un lote, hicimos un rancho de tapate (guadua) y nos dedicamos a sembramos yuca, frijoles, maíz, ahuyama, entre otras cosas”.

Desde entonces floreció su gusto por la vida del campo y pulió su nombre desde muy pequeña ya que trabajaba arreglando casas y lavando la ropa en lugares como el Deposito (la mata de guadua) y donde Fidelino, (más abajo).

Entre sus labores también estaba limpiar cañas y trabajar en moliendas “Una vez encontramos una serpiente ceniza con dos orejitas en la cabeza, se dice que mato unos chivos, y que su color se debía a que era una coral vieja. Lo que yo he visto es que a ellas les gusta los nidos de los hormigueros que hacen montañas y estar entre las palmichas. No las conocía, pero ya con el tiempo empecé a distinguirlas”.

En el 2012 ingresa a los bomberos. En su trabajo atiende urgencias cómo los incendios forestales especialmente en verano y los deslizamientos de tierra en invierno, en esa labor, que ella dice que es el trabajo que más le ha gustado en su vida, cuenta que se ha recorrido las 16 veredas del municipio y entre esas múltiples labores también apoya el rescate de serpientes que ingresan a las casas. “donde nos llaman vamos” resalta que es importante educar sobre ellas ya que entran en las escuelas y algunos niños les gusta verlas y a veces no son conscientes del peligro, como hay otros que las agreden con piedras y palos. “A mí me corrió una serpiente granadilla una vez que fuimos a retirarla de una escuela” por esto considera que conocer sus comportamientos es importante.

“Cuando son épocas de calor ellas salen a buscar lugares frescos y a veces entran a las casas. Nosotros recomendamos rociar creolina y hacer sahumerios. Yo siempre aconsejo a las personas que cuando las encuentren no las maten, hay que dejarlas ir, si uno no las molesta ellas no atacan. No hay que matarlas porque son de la naturaleza

Foto: Archivo personal Liliana

y por algo están acá”. Y añade que en el municipio aún persisten los prejuicios sobre estos reptiles “las ven como peligro o como una cosa del diablo. Lastimosamente ellas tienen que buscar su comida y eso no lo entienden los humanos”. Esta situación para Liliana es uno de los retos a trabajar para que humanos y serpientes convivan.

Otro de los mitos por los cuales culpan a las serpientes es de haber causado la desaparición de las ardillas, las abuelitas (aves), las taponas, codornices, entre otros animales silvestres “Dicen que en Payande había un reservorio de serpientes y que su dueño las alimentaba con viseras de ganado, entre ellas había un macho reproductor que le había costado 40millones y tenía un chip. Pero más allá de esos decires, las serpientes fueron liberadas y la gente empieza a quejarse porque llegaban a sus casas. Ahora encontramos boas constrictor que tienen anillos rojos con negro en la cola, se piensa, que es posible que se hallan enrazado (cruzado con coral, por ejemplo) Liliana tiene tres hijos, dos mujeres y un hombre. Cuenta que cuando quedo en embarazo, muchos mitos llegaron a su oído sobre el tema, decían que si uno veía una culebra venenosa y se pasaba al lado de ellas no le hacían nada.

“Como las culebras salían al camino a tomar el sol, yo me cogía la barriga y me pasaba por encima para ver si era verdad. Ellas se quedaban quietas y si no se deslizaban.

También decían que si teníamos el periodo era lo mismo y mi curiosidad era a verificar si era verdad o era mentira.

Afortunadamente nunca paso nada, pero eso ahora no se puede hacer.

Los casos de accidentes ofídicos (picadura de serpiente) no suelen suceder en el municipio, “el año pasado se presentó un solo caso y el suero fue administrado en Guaduas” cuenta Liliana, quien cree importante educar y realizar charlas con policía, juntas de acción comunal, bomberos, personas de las veredas y otros sectores porque las creencias son generalizadas. Dicen que la pudridora pudre donde ella pique, que les gusta buscar la leche materna de las embarazadas. Que las vejucas atacan, que la coral mata el ganado picándolo por donde orinan, que si se pone leche materna con crines de caballo la coral sale a tomar y se muere. “Lo que si he constatado es que les gusta vivir en los nidos de las hormigas. Uno lo que conoce lo sabe porque lo ha visto y es lo que se escucha, pero yo a penas con mi bachillerato trato de aprender, ayudar y apoyar a la gente, sobre todo en las veredas. Así que está bien unas charlas para aprender porque las están matando y lamentablemente se están acabando”.

Desde la antigüedad, ancestralmente la serpiente ha sido un animal guardián y protector de la Madre Tierra, ella en su infinita sabiduría se adentra en las oscuridades profundas del suelo para poner y cultivar sus huevos, para hibernar y así poder cambiar de piel.

Serpiente, una mirada desde la cosmovisión inka La serpiente en nuestro presente nos muestra que como humanidad estamos pasando por ese tránsito de "hibernación" dónde debemos mudar de piel, comprender, darse cuenta de todas aquellas situaciones que están en vuestro presente que no están resueltas y que deben de mutar para vuestro mayor bienestar como seres vivos que sienten. Hoy nuestra amada Madre Tierra está pasando por esa oscuridad en la cual la serpiente se cobija, para volver a nacer, para volver a vivir, para volver a sentir la luz del Sol, cubriendo y penetrando su helado cuerpo.

En la trilogía Inka, la serpiente representa al Uku Pacha, el mundo interior, el mundo en el que se mueven nuestras emociones más profundas y que muchas veces no queremos ver, aquellas emociones que dejamos enterradas en olvidó y pasan inmediatamente al subconsciente cuando no nos queremos hacer responsables de ellas, estás emociones ya sea tristeza o ira, nos llevan a crear laberintos mentales imaginarios que damos por supuesto en nuestra vida, y que damos por hecho que son reales, cuando en realidad no existen, a estos "hechos" le llamamos miedos, y estos miedos también son representados a través de los juicios, cuando enjuicio a "otro" por algún motivo o causa, independiente de cuál está sea, esto no hace más que simplemente aumentar nuestro temor y así nuestra tensión interior, debilitando nuestra vitalidad y dándole espacio a qué se puedan generar todo tipo de enfermedades físicas y/o mentales en nuestra vida.

En estos tiempos la serpiente viene a sacar todas aquellas oscuridades que habitan en nosotros mismos para llevarlas a la luz, viene a mostrarla tanto en lo individual como en lo colectivo, para que podamos observar nuestro mundo interior y así a su vez también nuestro mundo exterior para comprender los cambios que debo de realizar en mí mismo para cambiar el mundo que nos rodea y renacer en un nuevo tiempo dónde el Orden, la Paz y la Felicidad Verdadera de todos y cada uno de los seres sintientes que albergan nuestra amada Madre Tierra, Gaia o Pachamama, se vean materializadas en vuestro presente, un nuevo tiempo dónde florece la Tierra junto a un nuevo Sol, nuestro amado Padre que día a día con todo su amor nos entrega la bendición de su Eterna y Redentora Luz. ¡Ya es el nuevo tiempo dónde la profecía de nuestros ancestros se materializa, la nueva Era de un nuevo Pachacutec se manifiesta en el aquí y ahora!!! Haylli!!! Jallallaa, ahooo, Urpillay Sonqollay!!! Marichiweu!!!

Sathiri Kuychi Sanador y caminante de las Medicinas Ancestrales de poder de la Madre Tierra.

Chileno radicado en Cuzco-Perú.

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HISTORIAS

El

Veterinario

de los

Animales

LIBRES

Conocemos a los veterinarios como aquellos que velan por la salud de los animales que los seres humanos han domesticado en el campo como en la ciudad, pero Franz es diferente, su pasión es con los animales libres, los de la selva.

Franz K. Flórez estuvo viajando de pueblo en pueblo manejando un bus con 40 serpientes a bordo. Su misión era enseñarle a las personas a cómo relacionarnos con estos reptiles, a identificar las serpientes venenosas de las no venenosas y cómo prevenir o qué hacer ante accidentes ofídicos, es decir cuando sucede una picadura de serpiente.

Actualmente trabaja en la Fundación Nativa con la preservación de las dantas (tapires) de la Sierra Nevada de Santa Marta en Colombia. Su hogar es en Palomino, departamento de la Guajira. Tierra que resguarda la visión histórica de dos mundos y que a él le a permitido entender mejor por qué somos lo que somos y a partir de lo que somos, de dónde venimos, dónde estamos y cuál ha sido el problema sobre nuestra relación con la naturaleza. Por ello el Armadillo lo invitó a compartir sus reflexiones y aprendizajes: Yo he comprendido que en nuestra sociedad se piensa de dos maneras, una que sigue lo que sembraron los conquistadores y otra que resiste y que corresponde a los pueblos no culturalizados como los kogi, una comunidad indígena que habita en el norte de Colombia. Los colonizados buscan acumular dinero, por tanto consideran que la tierra les pertenece y la pueden dominar, por el contrario los pueblos originarios (los que no fueron colonizados) resguardan otra forma de ver la vida. Ellos se resisten a tener cosas materiales y consideran que cuando nosotros llegamos al mundo ya estaba todo, entonces no hicimos nada, la naturaleza es ajena, en este sentido ellos solo consumen, pagan y agradecen y esa lógica funciona hasta el presente.

Entonces como nosotros nos creemos dueños hemos acumulado hasta la avaricia agotando todos los recursos naturales, por eso ellos nos llaman los hermanos menores. Esto se resume en la frase de la antropóloga PhD. Alicia Dussan de Reichel "La última fase de la conquista de América es la conquista de las áreas selváticas" como aún existen, la conquista de América aún no termina. Los criollos mantuvieron la tarea de defender esto, aquí hay personas que piensan diferente por tanto la culpa de que el planeta este como esta no es por los humanos porque unos responden a su armonía, los otros solo la quieren volver plata.

Otra de las experiencias que me ha permitió comprender lo que somos, fue la guerra. Realicé talleres de accidentes ofídicos en la selva en pleno conflicto armado. En ese tiempo yo era conservacionista pero cuando vino la paz, quienes daban la plata para la conservación son los mineros y los energéticos. Aquí hay una contradicción profunda porque la conservación existe si hay destrucción, entonces te hacen creer que cuando uno quiere hacer algo por la naturaleza es conservar, y es como un verbo de guardar algo para que no se dañe, pero resulta que conservar es como la compensación que se produce por transformar la naturaleza, es decir la conservación nace cuando nació el consumismo. Entonces revisar lo que significa cada cosa se da cuando ves otra idea de la vida y de la muerte y esa es una gran oportunidad que mantenemos porque existe gente no occidental.

Esta situación de lo que somos y pensamos se ve reflejado en nuestra relación, como por ejemplo con las serpientes. Hay un miedo natural de que la serpiente amenace nuestra vida, pero uno es el problema que llega donde ellas ya estaban. Aquí (para los Kogi) todas las formas de vida tienen el mismo valor que un humano y las serpientes son valiosas porque tienen una función antigua y eso es de respeto. Si tú llegas a un lugar lo que está ahí tiene arraigo, esta antes que tú. Entonces la serpiente se vuelve una forma de justicia. Y allí hay problemas por picaduras, pero para ellos es una forma de equilibrar nuestro uso con la naturaleza, entonces debemos establecer una relación con la deidad que maneja la serpiente porque tienen un derecho de propiedad sobre el territorio.

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Así que si una entidad o ser vivo se logró sostener en el tiempo merece todo el valor para ser defendida, y la salud tienen que ver con eso, en la selva primaria no existe la enfermedad porque donde metemos la mano mal los seres humanos llega la enfermedad y eso tiene que ver con lo invisible, por ejemplo el virus, que aunque no sé ve nos tiene encerrados. Entonces es el momento de reconocer que hay un mundo invisible cómo ese y otro que han llamado el cuántico.

Esa defensa tiene que ver con el valor de la entidad, quiere decir que Quebradanegra tienen los vestigios de todas las fuerzas que mantuvieron la vida allí, hay que empezar a evocar lo que había ahí, y a partir de evocar lo que existia es entender que ahora la vocación de ustedes es intentar regresar eso, y ahí ya hay una restauración psíquica. No es para verme bonito sembrando un árbol o ganando plata, hay que ir más allá de la plata.

La biodiversidad es muy importante porque conociendo y estudiándola se han logrado beneficios para la humanidad, por ejemplo, los sueros antiofídicos. Nosotros logramos con el Serpentario de Armero entregar por primera vez a Colombia unos 24 litros de antiofídico de coral que antes debía solicitarse a otros países. También apoye un estudio sobre sustancias microbianas en la piel de anfibios que tiene actividad antiviral y esto, en estos tiempos de pandemia es información importante que nos permite entender para qué sirve la biodiversidad. Imagínate si se encuentra antibióticos y antivirales con la biodiversidad, pero aquí no vemos eso. Porque los códigos de riqueza de la ruralidad, lo urbano y la selva son diferentes.

Los Kogis tienen claro qué es lo más importante de la vida, para algunos es un televisor, pero para aprender de lo esencial están los mayores, y como veterinario de animales libres estoy empeñado en esa postura de provocar reflexión para corregir esa culpa inconsciente que no tenemos presente, porque vivir en la ciudad tienen un costo para la naturaleza y tener la posibilidad de ver diferentes formas de vida te permite conocer, por ejemplo, que el mejor negocio para un Kogi es llegar a pelo blanco sin deudas, es decir llegar a viejo sin acumular objetos porque si llegas rico en lo material significa que transformaste mucha naturaleza y eso en términos profundos es una deuda que tienes.

Entonces los occidentales que pensamos como Europa nos creemos dueños y ellos dicen que esto es una etapa material de la energía y cuando mueres no sigues tu camino porque quedas pagando eso por eso se resisten a estar en la modernidad con muebles. Conocer eso es un privilegio, dicen también que el futuro está detrás de nosotros porque no lo vemos y en cambio el pasado esta frente a nosotros porque lo podemos ver. A mí me enseñaron que debía estudiar para hacer y buscar plata, pero veo gente contenta sin tenerla y me pregunto cómo hacen y desde ahí las dantas han sido mi hilo conductor, donde educamos desde la historia, los hechos, las evidencias. Ahora hago lo que me gusta porque sé qué vale la pena. Ya no es tener plata y estar en un peladal, eso ya no se debe enseñar, está saliendo de los nuevos valores por donde se encamina la humanidad.

El conocimiento básico es un privilegio para quien lo sabe y eso no debe ser así, debe ser un conocimiento para todos, por ejemplo, el comportamiento de las serpientes es muy importante en el 3er país con mayor cantidad de serpientes y el 1er país con mayor número de corales, tenemos que aprender a vivir juntos, así como debemos aprender a lavarnos los dientes debemos saber cuáles son venenosas y cuáles no, qué hacer y qué no hacer, cómo vivir tranquilos en donde ellas viven.

Todo colombiano debe saberlo porque no están exentos de un accidente porque hasta los médicos no tienen la suficiente seguridad para tratar un accidente ofídico. Aquí también vienen otras miradas como por ejemplo sobre la muerte, mientras para los Kogi es aceptada (tanto que el luto es de sólo dos días) estas otras formas de entender la vida nos inspiran porque resuelven problemas iguales a los nuestros de forma básica.

El mundo anticuado está herido y un mundo nuevo se deja ver y hay que escucharlo y aprovechar esas ideas distintas para que la sociedad pueda inspirarse en modelos que nos permitan confrontar lo que nos viene. Darnos ese derecho de compartir con la gente y entender que uno solo es dueño de los errores, todo lo demás es ajeno.

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EL CUENTO

Simplemente Libre ESCRITO POR: Olga Yaneth Trujillo Lara

Un día soleado en un caluroso pueblo, la señorita Lidia salió a su pequeño patio para regar las matas que le alegraban sus días solitarios, saludaba amorosamente su anturio rojo, el pequeño árbol de limón que durante todo el año tenía disponibles sus frutos para refrescar con limonadas frías las acaloradas tardes del constante verano que azotaba el lugar, también tenía helechos, pinos pequeños y los mirtos a la entrada de su casa.

Esa mañana mientras contemplaba el intenso azul del cielo llegó al limón una bella paloma gris con el cuello azuloso combinado con violetas y un pequeño collar blanco que adornaba su bonito cuerpo, paseó afanada por el techo de la casa y recogió laboriosamente cada uno de los pequeños trozos de ramas que encontró en su recorrido, los organizó uno a uno formando un nido redondo y amplio donde cabía ella también.

Rato después Lidia empezó a escuchar arrullos de palomo y se asomó al patio, buscó rápidamente el lugar de donde provenían los sonidos y observó a dos palomas danzando en pequeños círculos y cortos senderos acompañados de una coreografía armoniosa de seducción, Lidia aguardó pacientemente hasta cuando la paloma se fue al nido, una extraña sensación de satisfacción recorrió su cuerpo al sentirse acompañada por las aves.

Transcurrieron varios días y la pareja de palomos seguían anidando en el limón, Lidia era una mujer entrada en años, su cuerpo adolecía de la audacia para subir hasta el lugar donde estaba el nido, por ello se conformaba con verlo desde lejos y esperar pacientemente el nacimiento de los nuevos integrantes de la familia Palomo, nombre cariñoso que les había puesto para identificarlos.

A la tercera semana después del apareamiento mientras disfrutaba del primer café del día, Lidia logró identificar aleteos rápidos que provenían del nido de palomos, al asomarse vio a los palomos dando de comer a sus dos hijos, sus pequeñas cabezas se estiraban para recibir del pico de sus padres el alimento, los recién nacidos eran calvos, ojones y picudos, pero despertaron mucha ternura en la mujer.

Lidia se dirigió tan rápido como pudo a la casa de enseguida para pedirle el favor a un joven vecino de que se subiera al árbol de limón para instalar un

pequeño techo que cubriera el nido, Carlos siguió cada una de las instrucciones dadas para no perturbar la tranquilidad de la familia Palomo, según los cálculos de Lidia el techo resguardaría a los pájaros de la temporada de lluvias que se avecinaba por esos días y le permitiría seguir disfrutando de la compañía de los palomos y sus crías.

Sin embargo cuando arreciaron las lluvias el techo no fue suficiente para cubrir el nido, por ello Lidia consiguió una jaula grande que instaló en una de las ramas del limón y dispuso con nido artificial, comida y agua para pájaros, dejó la puerta abierta y asegurada para que la familia Palomo se instalara cómodamente allí. Pasaron varios días para que papá Palomo comenzara a entrar para tomar el alimento y compartirlo con la familia, al ver que la jaula no se cerraba decidió convencer a su pareja para que se instalaran en ese cómodo espacio, hicieron un nuevo nido dentro de la jaula con pajillas pequeñas y se trasladaron a su nuevo hogar.

Lidia los observaba de lejos y solo se acercaba para darles comida, compraba maíz amarillo en la tienda y lo molía en trozos pequeños para que se lo pudieran comer, poco a poco se fue ganando la confianza de la familia y vio como los pichones se fueron convirtiendo en hermosos palomos que aprendieron a comer solos, a bañarse en la ponchera que ella disponía diariamente con agua fresca y a realizar vuelos cortos cerca de la jaula.

En una de sus salidas al patio Lidia vio a la familia reunida, papá y mamá veían con amor a sus hijos, bajaron la cabeza y les dieron espacio para que salieran de la jaula, esa fue la última vez que estuvieron allí, volaron libres sin mirar atrás. Ella se dirigió al fondo de la jaula, miró con nostalgia el nido, comió, bebió y salió de allí para continuar el viaje, papá hizo lo mismo. La mujer tuvo una leve sensación de nostalgia combinada con euforia por la decisión de la familia Palomo que se dejó seducir ante los encantos de la libertad.

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Poemas ME GUSTA DE MI PUEBLO A mí me gusta ver el árbol más grande del parque Sí, sabe cuál es...

Ese donde se posan no solo los pájaros sino un conjunto de hermosas orquídeas moradas.

Es un árbol de brazos amplios y hojas abundantes y acogedoras.

Tal vez si le abrazara, yo tendría que duplicarme para poder agarrar al otro lado mi propia mano.

Ahí está, quien sabe hace cuántos años viendo a este pueblo en sus miserias y alegrías.

TIERRA MADRE

Qué pensará ese viejo árbol Tan buena sombra Tan buena compañía que da Pero ahí está sin estar para muchos y de qué es ese árbol Ni el nombre le sabrán ni yo lo sé Pero le llamare Abuela

Cuando la montaña rompe fuente nace la vida Pare a los pájaros alegres que atraviesan las montañas Sus laderas despliegan ardientes olores al dulce de la caña Mientras gritan de gozo las mujeres llamando a los obreros empapados de olor a trabajo Las casas humean y las chicharras tocan sus timbales llamando pareja Mientras un carmo se juega la vida escapando del rifle Los árboles se espantan El agua se esconde La tierra se seca Y la madre se levanta Para decirle a su hijo parido que pare de cazar.

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OLVIDO Amparo Camelo Sandoval.

Día lluvioso Silencioso y frío pero claro y esplendoroso.

Las densas nubes blancas se asoman tímidas y blandas al mirarlas parece que mágicamente se muevan dando espacio a la luz del sol poniente

SINERGIA

De lo que fue un amor

Diana Arenas.

ya nada queda

¿De otra será de otra?

Borbotones de agua clara Surgen desde el vientre del planeta Se llevan, mientras ruedan

¿Cómo antes de que mis ojos lo vieran? sin hallar respuesta olvidarlo nunca quisiera

Los rayos que el sol les entrega Creces a tus anchas, manantial

La nostalgia y el recuerdo traidor:

Enciendes el poder de la tierra

ya no te nombra:

Afloran con tu magia los colores

Noche oscura, relámpagos y viento

En el suelo, en las ramas, en las hojas En tu riego das luz Multiplicase la vida.

y un manto de flores que llegan a recordar tu sombra que te ame como a nadie tu lo supiste, y lo sabe Dios que siempre existe.

Que el amor como la vida van desapareciendo día a día Del futuro nada se sabe de la muerte silenciosa solo resignarnos sería pero del olvido mi corazón no podría.

EL PROTAGONISTA

Chepe Quimbay El Hijo del Pueblo

Si se pregunta por Querubin Quimbay Gutierréz tal vez, a primeras, nadie le distinga porque como él dice, “aquí no me conocen por el nombre, sino como Chepe”.

FOTOGRAFÍAS Y ESCRITO: Paola Jinneth Silva Melo

Entre paredes de ladrillos antiguos, Chepe pasa la vida aparentemente sólo, pero le acompañan 82 años de exquisitas anécdotas. Muchas historias que iniciaron un 3 de abril de 1938 cuando su madre le permitió llegar al mundo, y que continúan, ahora a sus 81 años, con las dolencias de la soledad y la vejez en un pueblo que ha crecido a su lado.

Chepe se sienta en un viejo sillón de su casa y recuerda a su madre, “Griselda Gutiérrez había nacido en una familia drástica donde no la quisieron. Ella se busco la vida sola y el destino la saco de Jerusalem, Cundinamarca a Tobia donde trabajó en una casa de un general conocido como Anastasio Martínez, y por ahí, sin saber cómo, se enamoró de José Quimbay y se casaron.

Después se fueron a vivir a Quebradanegra en una casita de bareque y guadua con estantillos rellenos de tierra, vía al asomadero. Ya tenían 8 hijos y Querubin era el 4to en la fila. “Yo recuerdo que un día un Señor de nombre Sarmiento, que trabajaba en la alcaldía supo que mi madre era hija de su amigo Delfín, y lo trajo. Yo tenía 13 años y ella nos fue sacando uno por uno presentándonos al abuelo”.

“Después nos cambiamos de rancho y como mi papá era un hombre drástico, la bebida (el alcohol) le hacía

daño. Se portaba mal y por eso yo casi no viví al lado de ellos. Como peleaban se separaron varias veces y mi madre se fue para San Javier y no me llevó.

Entonces yo viví arrimado por un lado y otro, acompañando matrimonios” Primero estuvo con don Pantaleon Álvarez y Ana Rita Garzón en Santa Barbara, “yo le ayudaba a recoger chamicitas para el fogón, pero como yo era niño, eso eran unas manotaditas pequeñas. Después Me llevaron donde José Agudelo y Doña Ester Rodríguez, padres de Nely y Gerardo, por el lado de la laguna Chicuazá, en Aguafria. Esa pareja me puso en la escuela, y después estuve donde José Zapata y Betulia Rico en la Violeta en Santa Barbara”

“Mi vida fue arto sufrida” explica, Seguro por la ausencia de un hogar estable, las precariedades y la violencia de su padre. Con los matrimonios, explica, ninguna fue atrevida con él. Su mayor crisis de niño era que le tenía miedo al agua, le daba pena, sacaba excusas para ir al passito “me provocaba esconderme” En cambio en el trabajo ayudaba a una y otra cosa, a desojar maíz y de forma voluntaria, a limpiar matas de caña “Pero yo no podía, estaba muy pequeño y las cortaderas eran bien altas. cortaba aquí y allá y eso quedaba como un caminito de hormigas, pero algo escarbaba” Recuerda Querubin mientras ve desde el interior de la casa hacía la calle.

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ESPECIAL

Cuando entré a la escuela vivía en aguafría e iba sólo al Passito a bañarme, batía el guarapo y corría muy rápido para que el tiempo me alcanzara porque me tocaba traer las mulas al potrero.

Después de eso, ahí sí me mandaban a la escuela.

Me empacaban fiambre y cuando era la hora de comer, la señora conocida como Ubaldina Blanco nos daba aguapanela. A medio día volvía a casa a almorzar y a darle de beber a las mulas para retornar nuevamente en la tarde a la escuela que quedaba en donde hoy queda el comando de policía.

Estos trajines de ir y venir por caminos enmontados se hacían más divertidos con las camarerias. El grupito de amigos, de los que recuerda a Leonardo Nieto, Jesús Poveda, Leonardo Triana, Diogenes Melo, Jesús Beltran, Marco Antonio Jiménez, Jorge Melo, Jorge Gaitán, Adonaí, Pastor Poveda, Olinda Martínez, entre otros que se congregaban para acompañarse en el camino. Su medio año en la escuela le permitió aprender a leer y escribir lo que sabe porque después de que le salió un "potro" un huevo en la ingle, los días se le fueron en remedios, en ponerse manteca caliente hasta que con el tiempo ya no le mandaron.

Las Suertes Perdidas

“Lo que recuerda con emoción de su niñez son esos momentos tan particulares que él llama como las suertes perdidas. Cuenta que cuando entró en a la escuela, estando donde Ubaldina Blanco esperando que la olla de la aguapanela hirviera “Chepe” vio en el suelo un envuelto en papel periódico amarrado con una fibra de costal. “Yo le dije a Leonardo,Leonel Mire! ¡Mire eso allá! Vaya escarbe a ver qué tiene. Él me dijo -Que tal sea una porquería, una

mierda y me unte las uñas. –Pues vea con cuidado. Le conteste.”

Fue rompiendo con cuidado el papel cuando dijo ¡Es plata! Es Plata. Y la metió debajo del sobaco y nos fuimos a tomar aguapanela.

Al rato tocaron la campana en la escuela y nos hicieron formar. Llegó el alcalde, la Policía y el tesorero que se llamaba Leonardo Mahecha. Nos dijeron que al tesorero se le había perdido una plata y que iban a llamar a la lista a ver quién la había encontrado y si lo negaba se iba pá la cárcel. Empezaron a llamar la lista hasta que le tocó a mi amigo. -Nieto Leonardo,

Y él dijo -presente. –¿Usted encontró la plata? -Sí señor, aquí está. Nos dieron como un centavo. Pero eso es a lo que yo llamo la suerte perdida.

En otra ocasión íbamos con Ignacio Moya llegando a San Antonio, por el lado de la enramada de Ignacio Melo. Yo le dije a Ignacio –miré ese revolver recójalo. Y como detrás iba Gonzalo Gaitan, él se dio cuenta y regó el cuento. Otra suerte perdida. Esa noticia le llegó al dueño que era don Abel Rodríguez.

-Que usted se lo encontró, preguntó Abel -Si señor,- dijo Ignacio y añadió: -¿Cuánto me da de propina?

Seguro la había dejado caer cuando venía de ver a la novia y como era michicato le dijo-“No le doy nada”.

A Ignacio le dio mal genio. –¡Ahhh, que no me da nada! entonces se dirigió al patio y pun, pun, pun. Le boto los tres tiros que tenía.

- “Tome su socote. Lléveselo”. Le dijo. Pues ahí se quedó la propina en lo que valía la carga. Rememora Querubin.

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Cambiando junto al Pueblo -“Chepito” fue creciendo a la medida que el pueblo lo hacía. Recuerda cuando hicieron la carretera para Quebradanegra. “Los que hicieron eso fueron unos esclavos que los hacían trabajar tremendamente. Yo salía a la loma a asomarme y a las siete de la mañana venían entre dos cargando un costal de carne y otro con un sipote de olla para el almuerzo. La casa de la colonia de presos estaba ubicada por los lados de la virgen en la Magdalena, vía a Villeta. Ahí todavía se ven unas bases sobre el piso” Cuenta.

Pero más que una carretera lo que le impactó fue eso que llamaban carro “Yo nunca había visto uno” Noveliaba viendo eso. En la mata de guadua, entrando al pueblo, había un puente de palos por donde llegaban dos empresas de buses. La de color amarillo, bien encendido, era la Flota América. Y otro de verde jecho era la flota Triana. El otro transporte era el tren, pero en ese no me subí, pero recuerdo que como la fuerza se la daban con carbón mineral, eso era un problema en época de verano.

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Un día por abajo en el Pitalito, por los lados de Útica, se salió un carbón de esos y prendió toda esa montaña y quemo hasta un rancho donde vivíamos”.

La Mina de Barro Entre el abanico de historias también recuerda el camino viejo que sale del pueblo a la virgen, vía a Aguafría, allí había una mina de greda donde hacían y cocinaban ladrillos. “nuestro recreo era una fila de niños por ese cafetal arriba hasta llegar al horno. Reciba, pase a uno y el otro y al otro y arrume. Cuando llegaba el domingo, por decreto del padre Feliciano Garavieta, tocaba cargar ladrillos. Viejos, niños, niñas… todos después de misa traían su ladrillo y publicaba quién tenía que trabajar cargando el material para terminar de reconstruir la parroquia”

“La misa era como estar en el cuartel. El uniforme bien puesto. Había dos uniformes, uno de tela de drill y otro la súper naval. Camisa y pantalón blanco. Todos debíamos coordinar, sabíamos que cuando el profesor daba la palmadita, al mismo tiempo había que pararse, otra palmadita para sentarse y otra para arrodillarse. Si sacaba el pie, se ganaba un pellizco en un brazo. Además, todos debíamos dar limosna. A mí me daban 5 centavos y yo los cambiaba para poder todos los domingos dar algo sin fallar”

Además de la escuela, también tenía otras labores para ganarse la vida. Una vez cargando numerables botellitas de leche se le rompieron y se tomó el poquito que entre el corotico quedaba. “trabajaba en cositas, pero no me

alcanzaba ni para las cotizas. Una tarde vi a mi papa en la escuela, esa vez habían venido unas personas a hacer un show de magia. Yo tendría unos 18 años cuando ese día me convido a vivir con él. Yo qué más podía hacer si tenía necesidades, entonces me fui con mi papá”.

Mientras tanto su mamá había vuelto a su tierra, cuidaba una finca por el lado de las piscinas en la Magdalena. Quimbay la apreciaba mucho y la iba a visitar llevándole recado, unos bananos, yuquitas, arracachas… cositas que cuando su papá se enteraba, hervía en cólera.

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Para evitar esos percances se iba a visitarla por el camino de la Cucuncha y de regreso se recostaba en las cunetas de la carretera destapada para que los vecinos del camino no lo vieran y ningún comentario llegará a su padre.

Él ya conocía su furia. Un sábado lo mando a traer plátanos a la Cucuncha y como llovió, Chepe se metió entre un pajal a descansar “Cuando lo vi, venía con una vara y me dio una tanda ni la hijuemichica y me dijo que me iba a ahorcar, entonces yo quede asustado, me escape y me escondí. Estuve metido en el monte un rato y lo escuchaba gritando en la casa. Así que yo arranqué para donde mi mamá y le conté. Ella lo demando en la alcaldía y allá me vieron llenos de cuchagones y negros.”

Así Chepe se fue haciendo su destino, iniciaba su juventud y debía empezar a coger vuelo, algunas veces limpiando plataneras, cañas, yucales y haciendo mandados para ganarse un centavo “Me gustaba tener mis moneditas pa mis cosas y para comprarle colaciones a la Sra Rosa Helena Fernández” Recuerda.

Gastar zapatos en el pavimento

Como sus hermanas trabajaban en la capital eso facilitaba que su madre viajará a la ciudad. Uno de esos días que ella ya se regresaba de la ciudad para el pueblo, Chepe aprovechó y llevó a su novia a un cumpleaños de una sobrina. “Mi hermana me dijo traiga a Elena, pero como mi mamá era tan fregada que no quería a las nueras, yo la lleve temeroso".

"Recuerdo que estando en la casa me senté en una mesa frente a Elena y mi hermana nos sirvió jugo de Curuba, Cuando yo levanté el vaso para tomar, me chorreé la camisa y un poquito la corbata, porque en esa época uno se vestía hasta con mancornas. Entonces mandé la mano al bolsillo para sacar el pañuelo y ahí se regó el jugo en el mantel que estaba nuevo. Yo me puse a limpiar, cuando fue que me eché el otro poco al bolsillo.

Mi hermana me lavó la ropa y la seco con la plancha.

Estaba nervioso.

La media naranja

En 1965, cuando tenía 27 años, se fue para Bogotá y comenzó a trabajar en un supermercado de un yerno “Fue un martirio porque yo no había desarrollado la fuerza, entonces me ponían los bultos de papa y se me caían, me demoraba, no me rendía. Los compañeros me ayudaban. Ya después subía hasta siete arrobas encima y descargue, traiga y acomode”.

Cómo no sólo le tocaba en bodega empezó a recorrerse las calles de Bogotá vendiendo verduras y frutas en la plaza España, en Corabastos, en el batallón de la 108, en el Chico, en la Hacienda Santa Barbara y en el centro comercial Pepe Sierra. Para entonces aún quedaban algunos potreros dentro de la capital. Ahí, como él dice, gasto arto zapato en pavimento.

En eso me alistaba cuando escuche que alguien llamaba al portón. Pues mi mamá.

Finalmente, no pudo viajar y entonces llame a Berta, mi hermana, y le dije que le hablara de mi amiga.

Ella le habló y mi mamá preguntó cuál era y se fue a buscarla al patio y paso mirándola de reojo hasta que llegó al baño y de ahí se regresó volviéndola a mirar, -Quihubo mamá que hace por aquí-le dije yo azorado -El Jaime (otro hijo) no me acompañó al bus -A bueno mamá-le dije- Por ahí traje una amiga -Ya sé cuál es, Berta me contó-me respondió cortante. Y añadió-Mucho juicio, no vaya a ser marrano con ella. Respétela, quiérala e invítela a la Magdalena para hacerle un almuerzo. Y en mi me dije-Estoy hecho. Me la quiso.

También estuvo tirando volantes del supermercado bajo las puertas de las casas y entregando a los transeúntes.En esas labores del día a día se hizo sus amistades y también encontró a uno de esos amores que recuerda mucho. “Yo tuve una buena chica, era de Sutatenza, Boyacá. Quería que nos casáramos. Era una hembra de buenos sentimientos, muy querida, muy formal. Se llamaba María Elena Morero".

Se cayeron bien porque después se daban regalos, mi mamá le mandaba a hacer batidillos, le hacía dulce de sidra, le enviaba naranja ombligona.. cualquier cosa y Elena le enviaba tarrados de galletas y arequipes. Ella fue la única nuera que mi mamá quiso, y si hubiera vivido también me hubiera querido a la Miriam” Recuerda Chepe.

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A Miriam, la conoció con un café al lado del parque de la Magdalena. “En el lugar había una panadería de la señora Tatiana Álvarez, le pregunté que quién sería esa señora que estaba sentada.

Ella me dijo que era la mamá, pues corrí la butaca para hablarle y nos conquistamos” Así los encuentros se fueron alargando, tanto que, Miriam para poderle ver se venía de Quebradanegra a la Magdalena con la excusa de visitar a su hija. La compañía que se hacían fue tan grata que Miriam le dijo que se fuera a vivir con ella. Él puso su pequeño trasteo en un carpate y volvió a su pueblito de la infancia, bien acompañado y con la idea de casarse.

“No lo pudimos hacer, nos quedamos con la ropita lista porque no pudimos arreglar papeles” Explica, mientras añade que lo importante fue que le amo. Se comprendían y se acompañaban hasta que un día haciendo mercado de plaza la sorprendió la enfermedad y su salud empezó a decaer. “Usted fue muy trabajada y mal pagada, yo le decía descanse” Cuenta mientras mira la única foto que tiene con ella. Recuerdo de una fiesta patronal con la corraleja de toros de fondo y la gente de fiesta.

“No me pude despedir de ella porque cuando Dios la llamo, él estaba iniciando ese condenado camino que llega con la vejez. Él es internado en el hospital cuando ella muere. Ahora su salud es su Martirio y aunque a ella ya no la tenga a su lado, el pueblo, su gente, su tierra es su compañía.

Esta situación le lleva a recordar a su mamá, sus últimos días en Bogotá en un ancianato donde se la pasaba durmiendo y “empepada”. Él la visitaba, pero allá se le comían las frutas que le llevaba.

También fueron días duros pues se caía y el desgaste del cuerpo termino con el desprendimiento de la cadera de su columna, hasta que a sus 93 años se fue a descansar.

“Yo solo le tengo miedo a las cosas de dios” Cuenta, mientras me muestra que tiene tres biblias, la última de la iglesia a la que ahora va. Dice que no la lleva por allá porque ya no ve. Ahora la carga en el corazón. Y explica que a él la gente le quiere y le ayuda porque saben que es del pueblo.

Querubin Quimbay, popularmente Chepe, es uno de los testigos del cambio de un pueblo que paso de alumbrar la casa con petróleo a electricidad, de caminos estrechos a carreteras y de la abundancia de animales, monte y sembrados a un ideal de vida más citadina. En esas transiciones están las experiencias, el gusto de lo vivido, pero especialmente, en su vejez está representada la memoria del pueblo., de lo que fuimos y para dónde vamos.

Nota: Aunque Chepe nos comparte más historias las seguiremos compartiendo en nuestras próximas ediciones.

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CURIOSIDADES

Ayúdanos a identificar la biodiversidad y los objetos de nuestro municipio y que permiten contar nuestra historia.

Foto: Archivo Biblioteca municipal. Tarjeta del municipio de Quebradanegra

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Foto: Paola Silva

R E V I S T A

E L

RMADILLO Conocer para cuidar la vida