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Liliana Léniz Rodríguez
Liliana Léniz Rodríguez
B O L I V I A
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Batalla de Zepita
En el cielo radiante de luz, bajo un aura de gloria, inicia la lucha devastadora de la Batalla de Zepita, un 25 de agosto de 1823, trasluce la airosa historia, rememorando los hechos que encumbran una cuita, acaecida a orillas del magno y solitario, lago Titicaca.
La audaz artillería se escucha a lo lejos abriendo fuego. Los dos bravos ejércitos apuntan sus fusiles al enemigo, entre ellos el Ejército Real del Perú que viene con ego, a la cabeza del General Jerónimo Valdez, quien fustigó, desafiando al leal Ejército patriota de Andrés Santa Cruz.
El “Cóndor Indio” abrió su raudal vuelo en la lucha cruel, enfrentándose cuerpo a cuerpo, urdiendo estratagema, para combatir al peninsular con fuerza y visión fiel, cruzando veloz el desaguadero como signo de emblema, cerrando sagazmente paso al invasor, a las filas realistas.
Los usurpadores de la patria que querían inequidad, se retiraron sigilosamente hasta la llanura de Zepita. El Mariscal Andrés de Santa Cruz batalló por la libertad, persiguiendo al enemigo como un titán que agita su sable y lucha con heroísmo por la sagrada soberanía.
Al caer la tarde dorada, los patriotas seguían luchando, muchos valientes cayeron al suelo, atravesados por balas, sus cuerpos inertes quedaron ensangrentados, dejando sus vidas en tierra por la emancipación, abrieron sus alas; caía la noche y los demás guerreros seguían combatiendo.
Andrés de Santa Cruz, elevó el estandarte de la historia, tornándose implacable y sagaz ante las fuerzas realistas, brillando como un astro con fulgor en el campo de victoria devastando a la caballería peninsular y sus conquistas, por siempre será un soldado y valeroso ¡Mariscal de Zepita!